Pillado por la Alicia

Alicia, la amiga de mi hermana descubre que la espio y me dá una lección que ninguno olvidará

Alicia, la amiga de mi hermana desde el instituto, solía venir a menudo a casa ya que se turnaban los fines de semana para dormir una en casa de la otra y así volver juntas cuando salían de marcha, no sé como lo harían en su casa, pero cuando se quedaban en casa se duchaban juntas, bueno, más bien entraban en el baño juntas a ducharse.

En esa época yo todavía tenía la posibilidad de visualizar lo que pasaba dentro del cuarto de baño a través de la rejilla de la puerta que aún teniendo una visibilidad limitada por la inclinación de las tablillas me dejaba ver lo suficiente para masturbarme a costa de las amigas de mi hermana o incluso de mis primas y puedo decir que aún sin haber gran variedad todas estaban muy muy bien.

En el caso que nos ocupa, Alicia, ella es una chica morena de pelo rizado, de una complexión normal, generosas caderas que hacían que su culo fuera todo un placer de mirar (no digamos ya de otras cosas...), era de piel morena y sus tetas estarían sobre la talla 95 o así, su moreno le daba un toque muy sensual ya que sin llegar a ser un tono mulato podía dar el pego.

A través de la rejilla podía ver que no tenía mucho vello púbico con lo que parecía que se rasuraba un poco. Normalmente mi hermana se duchaba primero mientras Alicia se desnudaba tranquilamente, se miraba al espejo, etc... Gracias a esto yo tenía vía libre para mirar ya que dudaba mucho que Alicia abriese la puerta de repente y me pillase, en el momento que ella entraba en la ducha tenía que haberme largado.

Por aquella época yo estaba con Marta, una chica que como ya he escrito en otros relatos no me dejaba insatisfecho precisamente, pero si que había despertado una afición al sexo que no conocía límites y cuando no estaba con ella las ganas no disminuían por lo que tenía que masturbarme o follar si podía, afortunadamente era una relación muy liberal y no me sentía nada culpable aunque si que tenía recelos que tenía que aguantar para poder mantener mi libertad.

En más de una ocasión le conté a Marta las ganas que tenía de follar a Alicia y lo que hacía cuando entraban a ducharse, eso la ponía muy caliente y terminábamos follando salvajemente, ella planteó en alguna ocasión planear una encerrona, pero iba a ser muy complicado pues mi hermana estaba de por medio y porque Alicia tenía 3 años más que yo y eso suponía que seguramente no estaría nada interesada.

Uno de los días en que ambas entraron a ducharse yo esperé como de costumbre un poco hasta escuchar el agua de la ducha que era la señal de que Irene se había metido en la ducha y tenía vía libre para regalarme los ojos y la imaginación durante un rato. Cuando escuché el agua me moví sin hacer ruido hasta la puerta del baño y cuando me disponía a tumbarme escuché el pestillo y la puerta se abrió, Alicia salió un momento a por algo que se le había olvidado, yo me quedé a cuadros y ella me miró inquisitiva, por suerte el cuarto de mis padres estaba justo al lado del baño e hice como si fuese hacía allí a por algo, ella no pareció sospechar más allá de eso y fue al cuarto de Irene a por lo que se le había olvidado, lo único que pude ver es que no llevaba nada arriba e iba con la toalla sujeta para que no se le viese nada. Ese día se me quitaron las ganas de mirar por un tiempo, suerte que Irene no dio muestras de sospechar nada así que Alicia no le había dicho que me vio junto a la puerta. Tuve que echar mano imaginación aquel día para satisfacer el calentón del momento y Marta estuvo toda la noche riéndose de mi y diciendo que le hubiese gustado estar allí para ver mi cara de miedo a que Irene se enterase.

Para compensar el polvo que echamos ayudó mucho a satisfacer mis ganas de follar a Alicia, aquello se convertía ya en una obsesión, ahora podía sospechar que la estaba espiando mientras se desnudaba.

Un mes más tarde, un fin de semana en que mis padres habían ido de vacaciones y Marta no saldría por estar enferma yo ya preveía quedarme viendo películas porno o algo aquella noche pues no podría satisfacer mis deseos de otra forma. Ese día no esperaba que apareciesen Irene y Alicia puesto que no tocaba, por decirlo de alguna manera, que viniesen a dormir a casa. Como había pasado un mes y ni Alicia ni Irene habían dado ninguna muestra de sospeche me animé a disfrutar del espectáculo y a saciar lo que no podría saciar más tarde.

Una vez que sonó el agua esperé un poco más, no era muy lógico que se le fuese a olvidar algo otra vez y si fuese así con el tiempo esperado estaría prácticamente desnuda ya así que me acerqué y en efecto, solo tenía las braguitas puestas, mi polla se puso dura como una piedra ante aquello, sus tetas parecían deliciosas, estaba más morena debido a que estábamos en agosto y había tomado bastante el sol, sus pezones más oscuros y medianos me ponían malo, pero lo que me hizo disfrutar a fondo el momento fue ver que delante del espejo empezó a tocarse y pellizcarse los pezones.

¿Sabe que estoy aquí? No, no creo, si fuese así seguro que se habría liado, nos llevábamos muy bien, pero dudo que le gustase que el hermano de sus amiga estuviese mirándola mientras se desnudaba y a saber que más... Entonces se sentó como si fuese a orinar y cuando se quitó las braguitas se abrió bien de piernas dejándome ver en todo su esplendor su coñito semirasurado, mi mano no podía parar de sobar mi polla ante semejante vista y ella se acarició suavemente el coño mientras con la otra mano se pellizcaba los pezones, entonces me guiñó un ojo y mi polla estalló dejándolo todo lleno de leche.

Una vez que se ducharon y se vistieron se disponían a irse y mientras Irene se maquillaba Alicia se acercó a mi y me dijo:

  • Carlos, que sea la última vez que me miras desde la rejilla, te he ofrecido lo que has visto para que no lo vuelvas a hacer, ya tienes las imágenes que necesitas para no necesitarlo más así que si te vuelvo a ver a través de la rejilla tu hermana se enterará.

  • Va, va, vaaale...

  • Adiós, que te la menees bien pensando en mi coño campeón

Se giró y fue con Irene, en 5 minutos habían salido por la puerta y mi mente no paraba de imaginar lo que sería follar aquel coño, mi polla tuvo trabajo momentos después pues no pude aguantar y darle la razón a Alicia, ni Marta hubiese podido saciarme en aquel momento, ese coño me estaba volviendo loco, debía pensar una forma de hacerlo mio. Un rato después me quedé dormido en el sofá mientras veía la tele hasta que escuché unas llaves y la puerta abriéndose.

Aparecieron las dos, Irene venía agarrada a Alicia y parecía estar bastante indispuesta, Alicia me explicó que había bebido bastante y me pidió que la ayudara a subirla y acostarla. Cuando la acostamos me dispuse a irme a la cama por lo que bajé a cerrarlo todo y recoger un poco los restos de la pizza que había cenado. Cuando terminé de recoger la cocina y subía por la escalera vi una sombra en el cuarto de mis padres y me acerqué a mirar. Alicia estaba acostada allí solo con un pequeño camisón y un tanguita. ¿Estaba dormida? Apagué todo dejando pasar un poco más de tiempo y asegurándome que Irene estuviera K.O. del todo. Una vez comprobado todo me acerqué a Alicia y cuando creyéndola dormida me dispuse a tocarla me agarró de la mano y sorprendiéndome me tiró en la cama junto a ella

  • Ajá!!! Sabía que no podrías resistirte, parece que las pajas no te han dejado satisfecho del todo ¿Cuantas te has hecho?

  • U, Un, Una... No me dejó satisfecho ni siquiera justo después de correrme.

  • ¿Como?

  • Tu coño me tiene obsesionado, quiero probarlo, saborear su jugo, hacerlo palpitar y cuando chorree follarlo hasta que no puedas dejar de gritar

  • Creo que vas tarde, ya está húmedo, parece que no has sido el único que ha tenido la mente ocupada esta noche. Llevo horas con el tanga mojado y yendo al servicio para simular que meo y secarme. Apenas he bebido y habré ido al servicio 5 veces en 3 horas.

Aquello me puso muchísimo, Alicia había estado toda la noche caliente por mi, le ponía que la espiasen, le ponía haberme enseñado como se tocaba mientras Irene se duchaba, su coño estaba mojado y yo no iba a perder aquella oportunidad. Le puse la mano entre las piernas y no mentía, su tanga estaba muy mojado, ni siquiera se lo había cambiado.

  • ¿Ves? Estoy muy mojada y tu parece que llevas un buen rato aguantando tu polla oprimida por esas calzonas y los calzoncillos.

Metió su mano dentro de mis calzoncillos y liberó mi polla, empezó a masturbarme mientras yo acariciaba su coñito por encima del tanga, pronto mis dedos apartaron aquel trozo de tela y se colaron dentro de su caliente y mojado coño, ella suspiró y me beso salvajemente mientras aumentaba el ritmo de su mano. Yo no podía aguantar mucho y tuve que hacerla parar. Bajé a su entrepierna y lamí su clítoris mientras metía dos dedos en su coño y los movía alternativamente tocando las paredes de su cueva.

Mientras le lamía su coñito me moví dejando mi dura polla a la altura de su cara y ella no tardó el empezar a lamer todo mi tronco y cada vez que bajaba se entretenía chupándome los huevos, cuando hubo repetido dos o 3 veces aquello se metió mi polla en la boca y chupó fuerte mientras masajeaba los huevos, aquella sensación hizo que mi leche saliese y fuese directamente a su garganta tragándosela toda. Decidí que quería tener la misma sensación con su coño y la hice correrse, su corrida fue bestial, nunca había visto nada igual, con razón se mojaba tanto con solo estar caliente, su jugo fue abundante y muy caliente.

Había llegado el momento, pero mi polla no estaba todavía en todo su esplendor así que ella se afanó mucho con ello repitiendo las chupadas de huevos mientras acariciaba mi polla la cual no tardó demasiado en volver a estar dura y poder darle todo el placer que me suplicaba aquella rajita. Hice que se bajase de la cama y apoyando sus manos en la misma dejándome todo al alcance de la mano agarré sus preciosas y suaves tetas y froté mi polla por su coño. Ella empezó a suplicar:

  • Metela ya por favor, la quiero dentro ya, quiero que me folles, quiero que me hagas gritar, quiero que hasta tu hermana se despierte con tus embestidas, quiero que tus huevos golpeen mi coño una y otra vez. Fóllame, fóllame, fóllameeeee

Agarrando sus caderas guié mi polla y la penetré, su coño estaba muy caliente y ella en cuanto mi polla estuvo dentro del todo cerró las piernas y su coño apretó mi miembro haciendo que cada embestida fuese placentera al extremo, aquella sensación era maravillosa, Alicia era una máquina de follar, mi polla llegaría a correrse por cuarta vez en poco tiempo si aquello seguía así y no quería terminar con ella tan pronto.

La volteé y me senté en la cama, ella se puso de espaldas, casi sentada, encima de mi polla y gracias a su flujo mi polla empezó a entrar en su culo con suavidad, seguro que su culo no era virgen, ¿quien en su sano juicio no lo follaría si tuviese la oportunidad? Cuando estuve dentro de su culo por completo me eché hacía atrás llevándola conmigo y suavemente la metía y sacaba de aquel delicioso agujero, su camisón estaba en su cintura y no le había quitado el tanga, pero aún así mi polla podía disfrutar de su coño y culo con una facilidad asombrosa. La experiencia de Alicia era una gran ventaja, sabía follar de una manera que ni Marta con todos los polvos que habíamos echado era capaz.

Cuando mi polla estaba a punto de llenar su culo de semen la saqué y la ubiqué en la entrada de su coño y sin meterla del todo ella tuvo un gran orgasmo que coincidió con mi corrida, momento en el que se salió y mi leche fue a parar a su vientre regándolo bien de semen caliente.

Ambos quedamos rendidos en la cama. Los dos nos habíamos corrido varias veces aquella noche y no nos quedaban más fuerzas, sin querer nos quedamos dormidos hasta que Irene nos despertó, pero eso es otra historia que ya contaré otro día.

:D