Pillada a mi novio y a mi amigo, parte I.

En una fiesta pillo a mi novio con uno de mis amigos y descubro que me pone bastante cachondo.

Empezaré este relato describiendo a los protagonistas. Es una historia totalmente real y por motivos obvios he tenido que cambiar el nombre de los protagonistas.

Yo, Andres, 177cm, 73kg, chico normal y corriente, castaño, ojos marrones y de complexión y rabo bastante normal, versátil tirando a activo. Vivía con el que en aquel entonces era mi pareja, David, 175cm, 70kg, rubio, ojos verdes y tirando a delgado, con un culo pequeño pero redondo, pene de unos 16cm bastante gordo, sin prepucio y con un buen par de huevos. Él era más pasivo. Cabe decir que teníamos una relación abierta y que ambos disfrutabamos bastante del ligoteo con otra gente.

La noche que quiero relatar fue la de carnaval de hace unos años. En aquel entonces yo tenía 24 años y David 26. Decidimos salir de fiesta a una discoteca en una zona industrial y disfrazados con el típico

onesie

, un pijama de cuerpo entero que se desabrochaba con una cremallera al frente y tenía una capucha con la cara de un ratón.

Íbamos un grupo de unos 7 amigos, tanto chicos como chicas, todos más o menos de la misma edad. Uno de esos amigos era Sergio, de mi misma edad. Medía 180cm, 80kg, también castaño de ojos marrones, complexión normal y un culo bastante grande y redondo. Con él había tenido algún que otro momento de diversión, por lo que sabía que tenía un buen rabo, de unos 16cm, gordo, sin prepucio y con un glande enorme, acompañado unos huevos bastante grandes que siempre se marcaban con los pantalones apretados que solía llevar y que me ponían increíblemente cachondo.

Durante la noche Sergio y David estuvieron bastante cerca el uno del otro. Yo me moría de celos pero a la vez me ponía a mil al ver como bailaban y como se metían mano tan disimuladamente delante de todos. Los demás en aquel momento no se daban cuenta pero yo podía ver como David restregaba su culo contra el rabo de Sergio constantemente, que me imaginaba que debería tener ya el rabo bien duro.

Llegó un momento de la noche en el que el grupo se dispersó un poco más, ya que el local estaba completamente lleno y parte del grupo se fue a buscar la siguiente ronda de copas y otros se quedaron bailando. Fue en ese momento cuando perdí a Sergio y David de vista. No estaban en la barra pidiendo, ni estaban bailando en aquella sala con nosotros. En algún momento debían de haberse separado un poco y habían aprovechando la distracción para desaparecer.

Informé al resto del grupo de que iba al baño y me dispuse a encontrarlos.

Fui primero a la terraza, donde salía la gente a fumar. No había ni rastro de ellos. Había un par más de salas abiertas, pero intuía que no iba a encontrarlos allí y me dirigí hacia los baños. Lo bueno de aquellos baños es que eran unas 20 cabinas individuales pero se podían ver los pies de la persona que estaba dentro si me agachaba lo suficiente. Además tuve suerte y en aquel momento solo encontré tres baños ocupados. No tuve que esforzarme mucho, vi los pies de 2 personas que parecían estar una enfrente de la otra en una de las cabinas y me metí en la cabina siguiente.

Primero intenté escuchar y parecía que estaba escuchando besos. Bingo, les había pillado dándose el lote. Me agaché y confirmé que había 2 personas, una enfrente de la otra, pero desde aquella posición no conseguí ver nada más. Al fijarme en la cabina vi que la pared de madera que separaba mi cabina de la suya no llegaba hasta la pared del final, por lo que había un hueco por donde podía mirar. Me aproximé y fue cuando los vi. Estaban uno frente al otro, pero no se estaban besando, sino que mi novio estaba sentado encima de la taza del váter con la polla de mi amigo en la boca. Sergio se había bajado la cremallera del disfraz y estaba con los ojos cerrados y las manos en la cabeza de David follándole la boca. El ruido que había escuchado no era el de besos, sinó el de la mamada que mi novio le estaba haciendo a mi amigo. Mi novio se la estaba comiendo de forma monumental, le chupaba el capullo, que casi no le cabía en la boca, le lamió todo el pene hasta la base y luego le chupó los huevos. Después volvió a pasarle la lengua por el glande y se metió la polla hasta la garganta, poco a poco, hasta que su nariz tocó el bello púbico de Sergio, que parecía que se lo había recortado para la ocasión. Acto seguido, empezó otra vez el mete y saca y se reanudó aquella follada de boca.

Los dos parecían estar disfrutando, tanto por los gemidos que iba soltado Sergio como por los suspiros que daba David. Me empecé a pajear desde mi cabina. No me creía que estuviera viendo aquel espectáculo en directo y que todo aquello estuviera pasando de verdad. Creo que hice demasiado ruido y fue entonces cuando Sergio se dio cuenta de que alguien les miraba desde el baño de al lado. Le dio un aviso a David para que parara, éste se incorporó, se acabaron de vestir y salieron del baño a toda prisa.

Yo me esperé dentro de la cabina para que me bajara un poco la erección y esperé unos minutos para salir de allí y reunirme con el grupo. Allí ya habían vuelto David y Sergio y bailaban con una copa en la mano como si no hubiera pasado nada.

Aquella imagen me había encantado y ahora me moría de ganas de seguir la fiesta pero solo con ellos dos.

Continuará.