Pilar y la fiesta de año nuevo.
Pilar la solterona nos deja con la boca abierta, a mi esposa Liz, a mi amigo Hugo y a mí...
Pilar y la fiesta de fin de año.
Hace mucho que nos les contamos nada, pues con las crisis financieras y la inseguridad nos hemos vuelto muy encerrados, seguimos con las reuniones con mi amigo Hugo que sigue feliz cogiéndose a mi esposa.
Durante los últimos meses hemos tenido algunas cenas en el departamento de Hugo con Pilar la solterona, aquella mujer de la fiesta de año nuevo de hace dos años, ahora anda de "novia" muy entrada con mi amigo, solo que enfrente de ella, mi señora, Hugo y yo nos portamos muy serios como si únicamente fuéramos amigos "normales", solo que las últimas reuniones han sido más picantes, pues las pláticas se desvían a temas de sexo.
Pero apenas hace unos días en la última reunión inventamos un jueguito de prendas y castigos, se ponía el castigo antes de repartir cartas, la carta más alta ganaba y era la persona que aplicaba el castigo, la carta más baja perdía una prenda de ropa y era el castigado tomando una copa de tequila, solo se podía castigar a las partes que habían perdido la ropa, en una partida impusimos que la carta más alta tendría que besar en la boca a la carta más baja, le tocó a Pilar la carta más alta y a mi esposa perder su blusa con la carta más baja, con mucha pena y resistencia Pili le dio un beso en la boca a mi mujer, pero no se separaban tan rápido, la lengua de Liz estaba dentro de la boca de pilar, y de ahí se fueron prendiendo las cosas.
Para no hacer esto tan largo pues resulta que Pili perdió su sostén (nos confabulamos los tres contra ella) pues acabó borrachita casi desnuda con los pechos al aire. Me tocó castigarla besándole los pezones, ella estaba con los ojos cerrados cortadísima y Liz en ropa interior me animaba para que se los besara. De inmediato me lancé a sobre sus pezones oscuros estaban muy duros, los oprimía con mis labios y le daba unos buenos chupetes, cuando me separé de sus chichis la verga de Hugo desbordaba sus boxers.
Pili está bastante buena, tiene unas tetas grandes y paradas gracias a una cirugía, le falta un poco de nalgas pero tiene muy buenas piernas. En otra partida le toco a ella acariciar la verga de Hugo que en ese momento se quitaba sus boxers, y ya no le soltaba la polla. Mi amigo le metía mano por dentro de sus pantys, estaban tan calientes que se fueron a la recámara a coger. Liz y yo escuchábamos los gritos y gemidos de Pili, por lo que se oía mi amigo le estaba metiendo una cogida de antología, Liz y yo terminamos más calientes que un bote de tamales, echándonos un polvito rápido en la sala. Cuando todo estaba en silencio nos despedimos y regresamos a casa.
Pronto llegó la fiesta de año nuevo y como es costumbre con mucho gusto asistimos, afortunadamente nuestros hijos se fueron con los abuelos a Cancún a pasar las fiestas.
Como siempre los anfitriones se deshacían en atenciones, la casa antigua preciosa con sus enormes salones los meseros atendiéndote con una copa tras otra. Mi esposa estaba radiante con un vestido largo escotado en color vino, se le marcaban sus nalgas en la tela de forma espectacular y abajo una microscópica lencería en color rojo como lo marca la tradición para ese día.
Un poco más tarde apareció Hugo saludando a todo el mundo, cuando vio a mi esposa la barrió de arriba abajo deteniéndose su vista en las nalgas, soltando un silbidito exclamó:
¡Waaoooww!! . ¡Que guapa estás! acercándose a sus oídos le susurró; estas para comerte Mamacita dándole dos besos en sus mejillas. Luego me dio tremendo abrazo y nos comentó; haber si me haces el quite con Pilar, ya no la aguanto. Me muero de ganas de estar con tu esposa. Liz soltaba una sonrisota de oreja a oreja, a ti no te importa que se la coja tu maridito ¿verdad?.... de inmediato la sacó a bailar, los ojos de varios caballeros les bailaban viendo a mi mujer mover sus caderas.
Los meseros nos atizaban copa tras copa, mi mujer no dejaba de bailar, ahora bailaba con el anfitrión. Hugo me comentaba:
Ya platiqué con Liz y está de acuerdo te la cambio por Pilar, hoy la emborrachamos y te la coges, a mi me dejas con tu esposa ¿que te parece?
Me parece bien ¿pero como vamos a convencer a Pili?
Mira ella se quedó muy apenada por lo del jueguito del otro día, de que tu le hayas besado los pezones enfrente de tu esposa, yo le expliqué que ustedes tenían un criterio muy amplio y se llevan de maravilla como matrimonio, que Liz no iba a recriminar nada de lo ocurrido pues solo fue un juego, le deje la idea que ustedes y yo somos más que amigos, que por mi parte a mí no me importó puesto que tu y yo compartimos todo desde la niñez, y no tenemos ningún problema pues somos más que hermanos.
Sí . Hermanos de leche. Ja, ja, ja.
La verdad no quiero ningún compromiso serio con ella, si quiere coger con nosotros de maravilla, pero no me interesa andar de noviecito. Y hablando del rey de Roma Pilar nos saludaba muy efusivamente venía con un vestido largo en color negro bastante escotado, con una abertura en la pierna derecha que le llegaba arriba de medio muslo con un exuberante peinado de salón. Nos saludaba:
¡Hola!! ¿Como están?..... Mientras nos daba un besote en las mejillas, sus ojos tenían un destello especial cuando me besó. ¿Y Liz donde está?....
Debe de andar bailando por ahí
¿No te dan celos que ella baile con otros?
No para nada; fíjate que si me la dejan medio "inspirada" es mejor por que llegando a casa yo soy el ganón. Je, je, je.
No lo puedo creer . ¿y mi amiga que piensa?
Pues yo creo que lo mismo, nos llevamos muy bien y acabamos de cumplir veintidós años de casados. Claro que nos casamos muy jovencitos. (19 y17 años)
¿Y si te ve bailando con otra no le dan celos?
No para nada si quieres hacemos la prueba, por que vienes muy guapa y estás como para . Comerte. ¿Me la permites un momento? le pregunté a Hugo, que con una sonrisa me dijo; ¡adelante, adelante!
Nos acercamos bailando hacia donde estaba mi esposa, que de inmediato la saludó con un par de besos en sus mejillas, y continuaba el baile con mi amigo el anfitrión de la fiesta que no la soltaba. Pili bailaba sorprendida con una sonrisa, sus nalgas se movían al compás de una cumbia y la pierna se salía de su vestido, del escote parecía que en cualquier momento sus
tetas se saldrían del vestido, pues las movía con muchas ganas cuando me pillaba viendo sus pechos me regalaba una sonrisa. En eso paró la música pues se acercaba la media noche, los meseros desfilaban repartiendo los racimos de uvas y las copas de Cava.
Mi esposa regresaba con nosotros a donde se encontraba Hugo, unos minutos después sonaban las doce campanadas, apuramos las uvas y brindábamos los cuatro de cruzadito con las copas de Cava, durante los abrazos Pili me taladraba con sus pechos, y me dio un rozón bien puesto con su panocha, Liz y Hugo también se daban un abrazo muy pegado con un beso en las mejillas. Vinieron los abrazos con todo el mundo.
Luego los meseros repartían los platos con la cena, nos sentamos en una de las mesitas redondas del bar sin dejar de tomar las cubas que no paraban, Liz y Pili tomaban Cava y los meseros les surtían fuerte, pues tan buen servicio era para verles de cerca las
tetas a las dos, pues no terminaban una copa cuando ya tenían otra.
Luego seguimos con la plática de sobremesa, Hugo les comentaba: Están muy guapas volteando a verles los pechos a las dos, con razón traen loquito al mesero. Por que no nos vamos a un lugar más tranquilo, y seguimos con el jueguito de prendas y castigos que creo que no lo terminamos.
No lo terminamos por que Pili y tú son muy envidiosos; nos dejan fuera del juego a Liz y a mí, y no nos hacen caso.
Pili volteaba sorprendida a ver la cara de mi esposa, exclamando:
Que pena tengo con ustedes, por lo de la otra noche es que estaba muy tomada. ¿Qué van a pensar de mi?
Por nosotros ni te preocupes amiga, si yo estaba igual que tú, y creo que me propasé cuando me besaste, pero a mi no me da pena me gustó mucho que me besaras, y pienso que mi maridito no sufrió con los besitos que te dio.
Creo que todos sentimos un "tiiinng" en nuestros sexos al oír esas palabras de la boca de mi esposa, pues de inmediato se me paró el pito. Pili se veía excitada y Hugo le acariciaba la pierna por la abertura del vestido y le besaba una oreja.
Hugo le preguntaba muy serio: ¿Quieres jugar?.... Pili asentía con la cabeza. Bueno pues entonces vámonos. Nos apuraba Hugo; ¿trajeron coche?
No para que si vivimos a tres cuadras, entonces vamos a mi departamento.
Mejor vamos a casa, ahora esta muy fuerte la campaña antialcohol, y así no tienes que manejar con copas.
Nos despedimos de todo el mundo argumentando que Hugo tenía que llevar a su casa a Pili y que aprovechábamos para que nos dejara en casa. Mi amigo el anfitrión no nos dejaba salir, ofreciéndose a que él nos acompañaría más tarde, pero le dijimos que no se molestara y que le agradecíamos mucho.
Al fin salimos a la calle subimos rápidamente al coche de Hugo, en unos minutos ya estábamos en casa, afortunadamente estaba muy bien surtida la cantina y en el refrigerador tenía una botella de Cava que de inmediato abrí para servirles unas copas a las damas, Hugo y yo nos seguimos con las cubas de ron servimos unos tragos y puse a enfriar otra botella más de Cava.
Hugo nos apuraba bueno vamos a empezar con el jueguito, tomó un cubilete que estaba en la cantina, nos dio un dado a cada quien, y nos sentamos en la alfombra para jugar sobre la mesa de centro. Las señoras se quitaron los zapatos pues estaban muy cansadas de los pies. Fue el turno de Pilar, luego mi señora, Hugo y por último yo. Resulta que el mejor tiro fue el de Liz y el peor fue el de Pili y como no había más prenda pues va para fuera el vestido de Pili, ella se resistía pero todos la animábamos, mi esposa le bajaba el cierre del vestido, le servía su copa de castigo y la bebió a fondo, Hugo se lo sacaba. Ufff.... ¡que vista de sus pechos!! en un micro sujetador de encajes en color negro, se le veían deliciosas, mi esposa le comentaba haciéndola girar; ¡ay amiga que buena estás! Abajo traía una tanguita roja y sus medias negras de las que se ajustan a la pierna.
Seguimos con el juego y para no hacerlo tan largo pues Hugo perdió y se quitó la camisa, Pili fue el juego más alto y protesto diciendo que en una jugada la dejaron sin vestido, que Hugo tendría que quitarse la camisa y los pantalones, mi amigo de inmediato se quitó los pantalones, lo hicieron girar y traía tremendo bulto en los calzones, luego perdió mi esposa y va su vestido para afuera, Hugo estaba de acomedido bajándole el zipper sacando el vestido por su cabeza, Pilar estaba muy excitada viendo de arriba abajo el cuerpo de mi mujercita que lucía un maravilloso juego de lencería en color rojo, la tanguita acentuaba mucho las hermosas nalgas y el liguero le hacía ver su estómago totalmente plano con una cinturita muy breve que conserva, Hugo le silbaba mientras la hacía girar, las nalgas de mi esposa rozaban "accidentalmente" la polla de mi amigo que casi se le salía de los calzones, mientras Pilar volteaba con una sonrisa hacia mi cara para ver mi reacción.
Los dados se pusieron en acción de nuevo y le toca perder nuevamente a Pilar, le impusimos a tomar una copa completa de Cava y a pagar con su brassier, pero les exclamé; pero ahora me toca a mí desabrocharlo por que mi amigo ya se despachó con mi mujer. Ja, ja, ja. Me puse atrás de Pili y se lo desabroché lo jalaba para un lado ella giraba saliendo sus pechos al aire ¡con los pezones bien duros!, mi mujer se los veía detenidamente, y le preguntaba: ¿Te los puedo tocar? Siempre he tenido la curiosidad de tocar unos pechos así arregladitos.
Pili asentía con la cabeza mientras mi esposa corría sus manos por las chichis y se las oprimía apretando los pezones, mi esposa le preguntaba que si no perdía sensibilidad por los implantes.
No para nada ¡si me estás excitando mucho!, ay amiga ¡me estás poniendo muy nerviosa!
Hugo y yo le pedíamos a Liz que se los besara para ver como le respondían, mi mujer acercó sus labios y le empezó a dar una rica estrujada con una mamada de pezones, de inmediato una mano se le fue a Pili a las tetas de mi mujer y con la otra discretamente rozaba su panocha, mi amigo de plano se masturbaba viendo con ojos de plato la escena, en eso mi esposa se separó de los pechos y nos volteo a ver, y me dijo:
¡Síii gordo!! . sí me gustaría operarme se sienten muy ricas, mira ven tócalas que rico se sienten.
Me acerqué a Pili y le pregunté; ¿puedo? Ella infló más las chichis y se las empecé a estrujar dándole unos chupetes a sus pezones, a mi se me reventaba la verga del morbo de estarle mamando las teclas a una mujer frente a mi esposa, Pili gemía en voz baja. Hugo se fue atrás de mi esposa y también le desabrochaba su brassier y se lo jalaba dejándola con los pechos al aire, una de mis manos ya había bajado a las nalgas de Pilar y se las acariciaba lentamente. Mientras mi amigo le mamaba las tetas a mi esposa y le acariciaba la conchita, luego sus besos subieron hasta la boca de mi mujercita que trenzaban sus lenguas y Liz le acariciaba la polla por dentro de los boxers de Hugo.
Hugo me voltea a ver y me dice: Por que no te encueras, te ves muy mal totalmente vestido. En lo que me quitaba la ropa mi amigo abrazaba a las dos simultáneamente oprimiendo sus tetas contra su pecho. ¡Tienes que probar esto!! ¡Que rico se siente un abrazo con cuatro chichis!! Además dos manos le acariciaban la verga y los huevos, Hugo estaba en el séptimo cielo acariciando con cada mano las nalgas de las dos.
Me acerque solo en boxers diciendo: Haber ahora déjame a mi darles su abrazo de año nuevo a las damas, Hugo se separaba de ellas para dejarme su lugar. Uff . Que rico se siente ¡frotar tu pecho en cuatro pezones bien duros!! Me besaba con mi esposa con fuego, luego besé a Pilar y cuando separábamos las bocas la lengua de Liz nos sorprendió rozando nuestras lenguas, entonces nos besábamos los tres simultáneamente.
Les acariciaba las nalgas que para ese momento Hugo ¡ya le había bajado la tanga a las dos! les alternaba unos besotes en sus culos, y les dediaba sus panochas, la de Pili tiene un triangulo de pelos muy cortitos y la de mi esposa sigue peloncita, mi mujer tomaba la mano de Pili y la ponía en mi verga, sentí que me corría de lo caliente que estaba, ellas estaban igual con las lengüeteadas que les daba mi amigo.
Hugo se ponía de pie totalmente desnudo con la verga bien parada, se le veía enorme siempre la ha tenido grande pero hoy se le veía descomunal. Les pedía es una fantasía que tengo quiero que me la mamen entre las dos ¿Sí?... Las dos se hincaron frente a él y Pilar fue la primera en tomar ese pollón en su boquita y ¡se lo tragó todo!! ¡Ver para creer!! La solterita hija de familia muy cristiana tradicional, practicar el arte de la garganta profunda, no lo podía creer.
Lentamente la sacaba toda de su boca, Liz buscaba lucirse mamando la verga con muchas ganas pero solo le entraba la mitad, luego le corrían la lengua entre las dos por todo lo largo de su cañón, me acerque poniendo mi pinga entre ellas frente a mi amigo, se siguieron las dos a mi verga dándome unos exquisitos lengüetazos, Pili la tomó con su manita y ¡se la tragó completita!!, además sentía como oprimía con su garganta en mi glande parecía una panocha con punzadas, ¡que forma de mamar la de Pili!! ¡Uff quien lo iba a pensar!!!
Hugo aprovechó que Pilar estaba ocupada con mi verga, y se llevó a mi esposa a un sillón donde se sentó, y mi mujer lo cabalgaba con furia su ligero rojo con las medias negras la hacían ver como toda una estrella porno, pues Liz tenía un orgasmo muy fuerte gritaba como nunca. Pili los veía coger con unos ojos de lujuria tremendos, la acomode boca arriba en la alfombra de inmediato abrió sus piernas al máximo acomodo mi glande en su coño y se me fue como cuchillo en mantequilla, la bombeaba con todas mis ganas mientras ella se tragaba mi lengua, note que su coño estaba bastante flojo, y que bueno; por que así podría durar más tiempo bombeando.
Le mamaba las
tetas con fuerza y se las estrujaba con todo, ella me respondía con un orgasmo me enterraba sus uñas en las nalgas, gemía muy fuerte ¡Mmmghh, mmmghh!! pero era muy diferente al orgasmo de mi esposa, pues la panocha de Liz te oprime la verga muy sabroso sientes perfectamente como le dan punzadas que te trasmiten el orgasmo, y te lo contagian pues casi siempre termino simultáneamente con ella en su segundo orgasmo.
Me daba mucho gusto saber que mi esposa a pesar de nuestros dos hijos tiene la panocha mucho más apretada que una señorita solterona, pero eso sí Pili le echaba muchas ganas pues sus nalgas se le movían para todos lados, yo veía el coño de mi esposa como oprimía la verga de mi amigo, en eso me empecé a correr con mucha fuerza, pues lo que no me provocaba la panocha de Pili, me lo provocaban ¡los gritos de mi mujer!! El morbo de verla muy bien empalada por la verga de mi amigo que ¡le estaba llenando de leche su coñito!! El estarme cogiendo a una mujer en su presencia hacia que me diera más morbo, cuando Pili sintió mi verga aventando leche aullaba como una loba y se tragaba mi lengua.
Un rato después mi esposa y yo nos desmontábamos de nuestros amigos, nos volteamos a ver con cara de cómplices me dio la mejor de sus sonrisas, mientras caminaba al baño Pili le exclamaba espérame te acompaño, como clásicas mujeres se encerraron en el baño. Mientras le pasaba unas servilletas de papel a Hugo para que se limpiara los jugos de mi mujer y los de él pues estaba hecho un batidillo, me preguntaba que pasó ¿Cómo te fue?
Muy bien, lástima que ya le dejaste muy flojo el coño, pero que mamadotas sabe dar la cabrona ¡casi me corro en su boca!! Viste tu verga . se la tragó completita, está para que filmen una película porno que forma de mamar de la inocente Pili, me tiene muy sorprendido.
Hugo me comentaba; pues sí pega unas mamadas tremendas, quien sabe a cuantos cabrones se la han cogido, el coño ya lo tenía muy flojo desde que me la cogí por primera vez, para que no me eches la culpa y me imagino que las
tetas ya le llegaban al piso por eso se las operó. Ja, ja, ja.
En eso salieron del baño desnudas caminando muy sexy tomaron su copa y brindaron con nosotros, me tomé la cuba de un trago y salí corriendo al baño, mientras Hugo feliz le faltaban manos para estarlas acariciando, se sentía Pasha con su harem. Cuando salí del baño estaban los tres dándose un beso triple, con las chichis de las dos embarradas en su pecho mientras él les acariciaba las nalgas, las manos de Liz y Pili no estaban quietas pues le pajeaban la pija que ya estaba bien dura, y le sobaban los huevos, que escena digna de la mejor película porno.
Un momento después Pili se hincaba a mamarle la verga a mi amigo, se la tragaba completa hasta que sus labios chocaban con los pelos, ¡¿donde le cabía tanto?!! Mi esposa también se hincó a centímetros para tener una vista en primer plano, cuando la sacó de su boca Pili exclamo:
¡Mmmhh, que rico sabe!!!... ¡Tiene tu sabor amiga!!..... La volvía a tragar al fondo de su garganta y se veía como se engrosaba el cuello con el paso del pollón, luego le venían espasmos en la garganta que oprimían el garrote de mi amigo mientras lo abrazaba de las nalgas, poco a poco hacía su cabeza hacia atrás saliendo la verga con unas punzadas muy fuertes, Pili la tomaba en su mano y la dirigía a la boca de mi esposa, que le daba unos chupetes muy fuertes mientras se la pajeaba con el glande en sus anginas.
Emocionada Pili le gritaba; ¡trágala más, más!! Otro poco, el chiste es que pase tu garganta y te la puedes meter toda, a mi esposa le venían espasmos que la hacían retirase a tomar aire. Pili la volvía a tomar en sus labios y de un golpe se la trago toda, estaba muy caliente, en eso mi esposa volteo hacia mi, me jaló de la pinga y se la metió rápidamente en su boca, me mamaba delicioso sus anginas me oprimía mi glande, en un acto de putería extrema ¡se la metió toda!! Hasta que su boca chocó con mi abdomen, por primera vez en veintidós años de casados pasé más allá de sus anginas, sentía como me oprimía su garganta. Poco a poco la sacaba de su boca tomaba aire y se la volvió a tragar completa, ¡que rápido aprendió mi mujercita!
¡Muy bien!!! le gritaba emocionada Pili que le daba un besote de lengua a mi mujer, las dos lo disfrutaban mucho pues no separaban sus lenguas. Hugo las veía con ojos de plato mientras les acomodaba su verga entre sus bocas, lentamente se separaban con la lengua de fuera para darle paso a la polla de Hugo, la oprimían entre sus labios corriéndole la lengua por toda la piola de mi amigo que estaba feliz, Pili se la pajeaba rápidamente y luego se la ponía en la boca de Liz mientras la animaba:
Vamos amiga tu puedes, ¡cómetela toda!!
Mi esposa tomo aire y se la fue metiendo hasta que el glande toco sus anguinas como que le dio un espasmo, pero tomó aire de nuevo y empujo a fondo su boca hasta que ¡sus labios pegaron con el abdomen de mi amigo!!! Hugo tenía una cara de placer y lujuria suprema, mi esposa le hizo una rápida paja con su garganta y de inmediato la sacaba fuera de su boca.
¡Bravo amiga!! Ya lo lograste. Liz nos decía: Bueno señores ahora les toca a ustedes darnos un besito, las dos se recostaron en el sillón largo de la sala con los talones al borde del sillón y sus piernas muy abiertas, de inmediato Hugo se fue a la panocha de mi mujer sus bigotes se le perdían dentro de la rajita, yo me hinqué entre las piernas de Pili a besarle su coño y correrle la lengua por su culito, para luego subir lentamente y mamarle su clítoris que lo tenía muy salido, mientras le estrujaba sus pechos con fuerza y ella me acariciaba la nuca, las dos gemían y gritaban.
Hugo repentinamente volteo a mi esposa y la puso en cuatro sobre el sillón, le centro la verga y lentamente se la fue metiendo, mientras gritaba; ¡me fascina verte las nalgas así de perrito!! La bombeaba rápidamente, entonces Pili tomó la misma postura, y se la metí de golpe y le daba a toda velocidad. Liz gritaba con un fuerte orgasmo ¡aaaayy que rico me estoy viniendo mucho!!! ¡Uff sí, así cógeme muy duro aaayy!! Las nalgas se le convulsionaban Hugo se las estrujaba y no se las soltaba, Pili gemía en voz alta ¡mmmgghh, mmmgghh!! Resoplaba y empujaba sus nalgas hacia a mí para que le entrara toda, también le estrujaba muy duro las nalgas, como si pensáramos con una sola cabeza, Hugo y yo nos hicimos una seña para intercambiar de dama, en un instante me estaba cogiendo a mi mujercita y mi amigo a su novia, que diferencia de coños el de mi mujer se sentía abierto y muy lubricado por el cañón de mi amigo, pero rápidamente se ajustaba a mi verga, que nalgas tan hermosas tiene mi mujer, que rico coge, con razón le gusta tanto a Hugo cogerse a mi mujercita.
El par de morbosos intercambiamos las manos, o sea mientras me cogía a mi esposa le estrujaba una nalga a Pili y Hugo hacía lo mismo, sentí que estaba próximo a venirme entonces volvimos a cambiar de damas, Hugo le daba con todo a mi esposa y yo bombeaba a toda velocidad a Pili solo que esta vez le metía la falange de un dedo en su culo, tenía un orgasmo y gritaba; ¡Ay cabrón que rico me estás cogiendo!! ¡Mmmgghh, mmmgghh!! Yo le soltaba unos chorrotes de leche hirviendo, le dejaba encajado mi dedo hasta el fondo mientras ella movía las nalgas de lado a lado con un escandaloso orgasmo. Uff me sacó toda la leche.
Pili veía absorta como le daba Hugo a mi mujer se asomaba a centímetros del coño para tener una vista en primer plano de la cogida que se estaban pegando, mi mujer gritaba ¡huuuyy que rico me estoy viniendo!! ¡Déjala adentro!! ¡Sí así reviéntame la madre hhaaagghh!! Mi esposa estaba terminando de venirse y Hugo la bombeaba a toda velocidad, de repente le sacó la verga punzando y se la puso en la boca a Pilar que no lo dudo y se la mamaba con todo, Hugo se estaba corriendo en la boca de Pili que no soltaba una sola gota de leche, sus labios estaban pegados al abdomen de mi amigo con sus veintiún centímetros de verga dentro de su boca. Luego le seguía dando unos chupetotes tremendos que hacían que las piernas de Hugo se volvieran de chicle.
Preparé otros tragos, y nos sentamos en la alfombra a platicar, Pilar nos preguntaba que desde cuando teníamos relaciones los tres.
Liz le respondía que desde nuestro aniversario de bodas numero veinte, en que Hugo nos agarró borrachitos a mi esposo y a mí. Je, je, je. De ahí hasta ahora seguimos; al principio me costó trabajo asimilarlo, no podía creer que a mi esposo le gustara que me acostara con su amigo, pero siempre la pasamos de maravilla, y ahora con las clasecitas que me diste pues la vamos a pasar mejor. Por cierto amiga ¿donde aprendiste a mamar en esa forma?
Bueno es tiempo de que me desahogue con ustedes: Pues es un secreto que he tenido guardado por años, y creo que a ustedes se los puedo contar: Mi familia es refugiada española, mis abuelos llegaron a México en 1936. Mis padres ya nacieron en México mi juventud fue en colegios religiosos muy cerrados. Tuve un novio cuando tenía como diecisiete años fue el primer hombre con quien me acosté, aprendí muchas cositas con él pues el era como diez años mayor que yo, le fascinaba que le mamara la verga y me daba unas súper cogidas.
Cuando cumplí veinte años mis padres me dieron como regalo un viaje a España, para que conociera a mis tíos y a la familia en unas vacaciones de verano, cuando les conocí me presentaron a mis primos, eran dos muchachos, uno un poco más joven que yo, y el otro como tres años menor, como estábamos en la misma edad pues andábamos juntos para todos lados, hasta que un día el mayor me besó muy apasionadamente me empezó a meter mano por todos lados, acabamos cogiendo como locos, pues yo también andaba caliente pues extrañaba mucho las cogidas con mi novio.
Lucio a todas horas me cogía había días que hasta cinco polvos me quemaba, un día nos sorprendió en el granero José el hermano menor, y salio de su escondite con un bultote en el pantalón, que si no le daba chance de follar nos iba a acusar con mis tíos, Lucio me dijo que si yo estaba de acuerdo pues adelante que por él no había cuidado, y en la madre pues quien para a un chaval de diecisiete años, te juro que había días que no me podía ni sentar, pues ahí perdí mi virginidad anal, pues cuando menos me echaban seis polvos diarios, gracias a los anticonceptivos que estaba tomando no acabe embarazada.
Pero lo mejor vino cuando Pepito corrió la voz con sus amigos de que él ya había cogido con su prima de México, y los muchachitos estaban locos por estrenarse con una mujer para su primer polvo, entonces con amenazas de acusarme con los tíos, y con lo caliente que me había vuelto pues me cogí a dos amiguitos, uno de quince y otro de dieciséis más aparte a mis primitos, tuve que aprender a mamar de garganta profunda pues era la forma de tragarme tanta leche sin que me llenaran la boca, pues no me gustaba el sabor del semen, así me lo pasaba directo a mi estómago.
Todos la escuchábamos con la boca abierta, y las vergas estaban cobrando vida con la plática de Pilar, Liz que estaba junto a ella le acariciaba una pierna, y le exclamaba:
Hay amiga pues que bien te la has pasado, con todos los chavales que les diste fuego que gusto saber que ya tienes tus buenas batallas.
Pues sí han sido bastantes batallas, siempre quise contarlas a alguien como que te sientes mejor cuando las cuentas, pero ni te imaginas la despedida que me hicieron los primitos cuando regresaba a México, en el piso de un amigo pues eran en total siete jóvenes contra mi solita, fueron como seis horas de verga continua, que bárbaros me dieron hasta con la bacinica. Y cada vez que regresaba a España a visitar a la familia pues aumentaban los amigos ¿te imaginas como terminaba?..... ¿Qué hora es?
Son las seis y veinte.
¡En la madre!!!.... llévame a mi casa pues es tardísimo, mis padres no se acostumbran a que su polluelita llegue tan tarde.
Se vistió de inmediato, le dio un besote en la boca a mi esposa y otro a mí, salió corriendo, Hugo se despidió de nosotros y se fueron. Mi esposa y yo nos fuimos a acostar, despertamos como a las dos de la tarde, platicábamos de todo lo ocurrido con Hugo y la historia de Pili, mi señora se estremecía con lo de los siete jovencitos y me preguntaba ¿cuantas corridas le habrán echado?
Pues cuando menos unas tres por muchacho, o sea unas veintiún corridas con siete vergas de todos tipos tamaños y sabores.
¡Mmmmhh! que rico me gustaría que me lo contara detalladamente, Papi estoy caliente ¿me coges?