Pilar, mi profesora del instituto.

Un joven esta obsesionado con su profesora del instituto; no para de hacerse pajas a su salud, hasta que poco a poco se va acercando a ella y...

Me encontraba en mi ultimo año en el instituto, en la ultima fase del curso; acababa de cumplir los 18 y mis experiencias sexuales por aquel entonces se limitaban a las que esporadicamente había tenido con algunas compañeras de estudios; y con alguna que otra novieta de la época. Todas con chicas de más o menos mi edad. Vamos, lo normal. Pero las que de verdad me ponían eran las maduritas que van de los 35 a los 45 tacos: mi vecina Cati ( con quien años después tuve una relacción que ya he contado en este foro en otro relato ), Victoria, mi profesora de matemáticas, que además estaba embarazada y nos dejó a mitad de curso. Y sobre todo Pilar, que era mi profesora de Lengua y Literatura; esta era la que más me ponía de todas.

Pilar era una mujer normal y corriente, de 1,65 de estatura, más o menos; rubita con el pelo liso y corto, menudita de figura, y con unas tetas pequeñas pero firmes que eran como dos naranjitas que a gritos pedían un mordisco. Tenía tambien un rostro jovial, con una contínua sonrisa dibujada en su bonita boca, y una nariz un poco larga quizás, pero que para nada desentonaba con sus lindas facciones; y tambien tenía unos preciosos ojos claros que le daban una expresión de niña buena, de las que nunca han roto un plato.

Recuerdo que era amable con nosotros y que nunca levantaba la voz por muy enfadada que estuviese. Era abierta y autoritaria a la vez, pero sin brusquedad. Además era la unica profesora que nos permitía que la tuteasemos; pero eso sí, sin perder las distancias en ningun momento y sin tomarnos más confianzas de las debidas. Y aunque el resto de profesores y profesoras la llamaban Pili, a nosotros los alumnos no nos lo permitía y nos obligaba en todo momento a que la llamasemos Pilar.

Por aquel entonces, Pilar tendría unos 33 años y un morbazo increible. Por el instituto circulaba el rumor de que era un puton; que estaba separada y que había tenido algun que otro rollete con más de un profesor. Yo no se que habría de cierto en ello, pero supongo que también habría mucho mito urbano; pues ya sabemos como somos de chavales en estas edades en que despertamos a la vida, y más con lo relaccionado con los profes y profas.

Desde el primer momento en que la conocí me llamó la atención, y me gustó una barbaridad. Me ponía su forma de moverse, de andar, de mirar, de sonreir, el tono de su voz...  Y yo la miraba como embobado. Pero lo que más me ponía era cuando salía a escribir a la pizarra, y dandonos la espalda movía ese culito prieto con que estaba dotada, y al que te entraban unas ganas enormes de obsequiarle unos cachetitos. Pero lo mejor era cuando se sentaba en su mesa, situada encima de una tarima. Pues con la primavera y el inminente verano solía vestir unas blusas y unos polos ajustados que marcaban sus bonitas líneas y realzaban su linda y menudita figura. También solía llevar unas faldas no muy cortas, pero si un palmo por encima de las rodillas. Así, muchas veces, cuando se había sentado y abría las piernas en gesto involuntario, supongo; dejaba ver su triangulito en la entrepierna; vamos, que se le veía hasta el carnet de identidad.

Generalmente usaba unas braguitas blancas con encajes en los bordes, y por los que alguna que otra vez solía asomar algun mechoncito del vello que debía cubrir su coño...  "  ¡¡Ufff...!!!!  ¡¡ Madre mía !!! " ---- exclamaba para mis adentros ---- Lo que debe haber detrás de esa telita. Pensaba para mí cada vez que me obsequiaba inconscientemente con aquella visión. Vamos, que me tenía malito. Y ya os podeis imaginar la cantidad de pajas que continuamente caían en su honor.

Ante estas maravillosas visiones, me ponía burraco total, como es lógico; y mi tranca no hacía más que crecer y crecer hasta ponerse dura como una roca; y más aún estimulada por aquellos pensamientos que consecuentemente surgían en mi mente, y que me dejaban en un éxtasis total, poniendome aún más burraco, y con lo cual perdía toda mi atención con respecto a la clase.

Más de una vez me pilló en Bavia, con la correspondiente reprimenda por no prestar atención.  " ¡Madre mía !  ¿ como voy a poner atención ? si me tienes loquito y no paro de machacarmela por tu culpa " ---- pensaba para mis adentros.

Y claro, así mis notas no eran las más adecuadas; y más de una vez, al terminar la clase, Pilar me llamaba a parte y me advertía que de seguir así no iba a poder aprobar aquella asignatura.

-----  ¿ Y por que no me das clases de recuperación ? ----- Le propuse una vez.

-----  ¿Pero que dices ? ----- me respondió sorprendida ----- ¡ Si hombre ! ¿Que te crees, que no tengo cosas que hacer ? Estudia y presta atención en clase; y ya verás como mejoras. Lo que tienes que hacer es tomartelo en serio y esforzarte más. Porque si quieres puedes, que tonto no eres.

-----  Bueno, bueno ----- le respondí ----- Si no quieres ayudarme, pues nada.

-----  Oye, que yo no he dicho eso.

-----  Pues entonces podías buscar un hueco en tu tiempo y darme aunque solo sea una clase a la semana. Te prometo que voy a poner todo mi interés. Y además me puedo desplazar a donde tu me digas.

Pilar lo pensó un momento y me dijo:

-----  Está bien. Los sábados de 4 a 6. Me dejas sin película, pero mira, por otro lado me gano unas pelillas extras que no me vienen mal. Porque esto no va a ser gratis, naturalmente.

-----  Por supuesto ----- le respondí -----  ¿ Como cuanto me vas a cobrar ?

Me dijo la cantidad que me iba a cobrar por cada clase, y joder; aquello trastocaba mi maltrecho y fragil presupuesto. Porque claro, en aquella época aún no trabajaba y mis ingresos se limitaban a lo que sacaba de andar algunas veces repartiendo publicidad. También por aquel entonces ya tocaba con mi primer grupo. Y aunque aún no tenía un nivel aceptable con la guitarra, daba igual. Porque más que tocar, aporreabamos los instrumentos, ya que a la peña le iba la marcha y lo unico que pedían era ruido con el que poder saltar y brincar; y cuanto más estridente  mejor.

Esta actividad también me dejaba algun que otro ingreso extra con el que me daba algun desahogo. Y así con unas cosas y otras, reunía lo suficiente para poder pagar a Pilar, y aún me sobraría algo, no mucho, para mis gastos de entonces. Así, acepté su propuesta y quedamos en que comenzabamos el sabado de esa  misma semana en que estábamos. Y que las clases las dábamos en su casa, para no hacerle perder más tiempo. Lo cual me pareció magnífico.

¡¡¡ Uaaauuuhhhhh...!!!! Aquello me puso a mil. Iba a estar en casa de mi profesora Pilar, y seguramente que en alguna ocasión nos quedaríamos solos. Solo con pensarlo se me disparó un morbazo increíble. No quería hacerme ilusiones, pero no perdía la esperanza de poder intentar intimar con ella; y quien sabe...  tal vez conseguir algo más.

Aquel sábado, tal y como habíamos convenido, fuí a dar la primera clase de recuperación con Pilar. Me había dado su dirección, y no vivía muy lejos del instituto, a solo tres estaciones de metro para ser más exáctos. Vivía en un pequeño apartamento alquilado, en una conocida plaza de nuestra ciudad. Llegué a su portal y subí las escaleras, pues no había ascensor. El edifício no era nuevo, y solo tenía tres plantas, y tres viviendas por planta. Ella vivía en el segundo piso, en el apartamento del centro. Llamé al timbre y no tardó en abrirme. Me recibió muy secamente con un simple hola, y me invitó a pasar.

La estancia era un saloncito donde íbamos a dar la clase, sobre una pequeña mesa redonda. Tenía várias estanterías llenas de libros, y una pequeña televisión con el video, y también una minicadena de música. También había un pequeño sofá de dos plazas, y fotos enmarcadas por todas partes, que supongo serían de sus familiares.

Pilar estaba preciosa, con el pelo corto y algo maquillada, como si fuese a salir. Llevaba puesta una blusa de seda y una falda algo larga, con aberturas en los laterales, y muy ceñida a su lindo culito. ¡ Madre mía ! Estaba para comersela. me quedé embobado.

Me dijo que me sentase y que nos diesemos prisa porque había quedado a las siete, y no quería que se le hiciese tarde.

Aquel primer día nos limitamos a dar la clase; repasamos algunos temas y me puso vários ejercícios que me fue corrigiendo sobre la marcha. A mi me costaba mantener la concentración con ella ahí delante, y con su rico perfume. Me insistió en que debía poner más atención en clase y tomarme más en serio aquella asignatura. Yo le dije que eso trataba de hacer, y que por ese motivo dabamos aquella clase. Y cuando terminamos, le pagué lo acordado y nos despedimos hasta el lunes, que nos veríamos en la clase del instituto.

Como digo, aquel primer día no tuvo nada más de particular que contar; solo que me fuí de allí intrigado por saber con quien habría quedado y que iban hacer. Me comía la curiosidad, pero tampoco era plan de seguirla y espiarla; más si me descubría, no quería ni pensarlo. Y además yo también había quedado con mi grupo, pues a las nueve actuábamos en una fiesta.

Al otro sábado volví a su casa puntual para dar la clase. Esta vez pilar tambien estaba vestida y maquillada como para salir, igual que el sábado anterior. Pensé que debía tener algun novio, o que estaba enrollada con alguien; pero no se lo iba a preguntar, como es lógico. Aquello me intrigaba una barbaridad, y me provocaba ciertos celos el pensar que después de haber estado allí solo con ella en su casa, otro la iba a disfrutar sin que yo me hubiese comido un colín. Pero en fín, dura que es la vida; me resigné.

Esta vez también estaba preciosa, llevaba puesta otra blusa de seda y unos pantalones hasta media rodilla, de esos tipo pirata. También me metió prisa porque había quedado. Otra vez nos limitamos a dar la clase, pero esta vez notaba en el ambiente cierta tensión por su parte, y la notaba así como algo molesta. Me daba la impresión  de que le fastidiaba el tener que darme aquella clase; y tampoco era plan. Así, al terminar y le pagaba lo establecido, se lo hice saber.

-----  Oye, si te fastidia darme la clase, pues lo dejamos sin ningun problema. ya me buscaré la vida por otro lado.

Parece como que aquello le sorprendió, y tardó unos tres segundos en responderme.

-----  Nó, no es eso. No te preocupes. Como tedije, estas pelas me bienen bien.-----  me confesó.

-----  Pues a mi me parece que no estás a gusto. ----- le dije insistiendo.

-----  Es que casi todos los sábados quedo con una amiga para ir al cine o al teatro. Y no tengo todo el tiempo que me gustaría tener para arreglarme e ir más relajada. Es solo eso.

Ufff...!!!!  aquello me alibió un monton. Así que quedaba con una amiga, no era con ningun maromo. Eso me quitó un gran peso de encima, y volvía a ver el campo libre con un montón de posibilidades intactas.

-----  Pues si quieres podemos reducir la clase media hora ----- le propuse ----- A mi no me importa y te sigo pagando lo mismo.

-----  Nó... nó.... ya te digo que no te preocupes. Ya me apaño de una forma o de otra. De todas maneras te lo agradezco.

-----  Pues entonces me marcho.

Me levanté, pero me retuvo del brazo.

-----  Oye, no he sido muy cortés contigo. No te he ofrecido nada de beber. Hoy he quedado un poco más tarde, si te apetece podemos tomar una cerveza.

Buuufff...!!!!   aquello me elevó la adrenalina, y le respondí sentandome de nuevo.

-----  Una cerveza nunca la desprecio.

Me dedicó una de sus lindas sonrisas y se fue a buscar las cervezas que nos tomamos en la misma mesa en que dábamos las clases. Aquello ya creó un ambiente más distendido entre los dos, y comenzamos a charlar de otras cosas a parte de los estudios y el instituto.

-----  Por lo visto te debe gustar el teatro ----- le dije

-----   Pues sí, es una de mis pasiones. Me encanta. ¿ Y a tí ?

-----  Bueno, no me desagrada, pero reconozco que no es una de mis pasiones. Me ofrecieron incorporarme al grupo de teatro del instituto, ya sabes. Alfredo y compañía. Pero no acepté la oferta.

-----  ¿ Y eso por qué ?

-----  Pues porque entre unas cosas y otras no tengo tiempo. Estoy tocando en un grupo, y los ensayos me tienen muy ocupado.

-----  ¡Anda! Así que tocas en un grupo. ¿ Que música tocaís ?

-----  Pues de todo un poco, sobre todo Rock duro, y Pop.

-----  ¿ Que instrumento tocas ?

-----  La guitarra eléctrica. Un día de estos tocaremos en el instituto, podrías venir a vernos.

-----  Bueno, lo intentaré, aunque esa música no es lo mío.

-----  ¿ No te gusta ?

-----  Bueno, alguna que otra vez para ir de marcha en las discotecas, aunque yo no soy muy marchosa. A mi me va más la música melódica y calmadita.

-----  Ya, para bailar agarrado.

-----  Más o menos. -----  me respondió.

En vista de que el ambiente se había distendido entre nosotros, decidí pasar un poco a la acción y cambiar de tema.

-----  Oye, perdona que me tome esta confianza, pero no te enfades cuando te lo pregunte.

Ella puso cara de sorpresa, e intrigada me preguntó:

-----  ¿ Preguntarme qué ?

-----  Pues verás, es que me muero por saberlo, en el instituto dices que estas separada. ¿ Es eso cierto ?

-----  ¡¡ Oye !! ¿Pero que os importa mi vida privada ? ----- me dijo indignada.

Joder...!!!!  la había cagado. lamenté enormemente el no haberme mordido la lengua; pero sobre la marcha me puse a intentar arreglar aquella metedura de pata.

-----  Perdón, no he querido molestarte. Pero ya sabes como es la peña, que de un grano de arena hacen un desierto.

Pilar me sonrió y puso su mano en mi hombro. Aquello ya fue un alibio, e hizo que una corriente eléctrica me recorriese por completo. Y debí poner cara de imbecil, así como de cordero degollado, porque ella no paraba de reirse.

-----  Perdona si he sido brusca; pero es que soy muy celosa con estas cosas, y no me gusta que se especule con mi vida privada.

-----  Sí, sí...  lo entiendo, y estoy totalmente de acuerdo. En fin, perdoname y si no quieres responderme, pues no pasa nada. estás en tu derecho.

Pilar me sonrió y me preguntó picaramente:

-----  ¿ Y que otras cosas se dicen de mí ?

-----  Baahhh...!!!!  Tonterias. Que si estas amargada; en fin, gilipolleces. La peña es muy morbosa.

Ella me miraba divertida y me dijo:

-----  Bueno, voy hacer una excepción contigo. Pero me tienes que prometer que de aquí no va a salir nada de lo que hablemos. Que no se lo vas a contar a nadie.

Levanté la palma de mi mano y exclamé:

-----  Te doy mi palabra.

-----  Si, estoy separada. Me casé poco después de terminar la universidad, pero la cosa no funcionó.

-----  ¿ Como fue eso ? Si no te importa, claro. Y perdona mi atrevimiento.

-----  Nada, tranquilo....  Mi marido era militar, toda su familia eran militares; y ya sabes, ambiente castrense por todas partes. Su obsesión era que tuviesemos un hijo varón que siguiera sus pasos, tal y como mandaba la tradición familiar. Y bueno, tras intentarlo durante tres años, no hubo manera. Nos hicimos unos exámenes médicos, y la que tiene el problema soy yo, que no puedo engendrar por una deformación que tengo en mis ovarios. En fin, nada importante, pero que no puedo tener hijos. Y a partir de ahí todo fue cuesta abajo y ya no pudimos remontar. Decidimos separarnos porque me estaba haciendo la vida imposible.  Y ya sabes, de esto ni una palabra a nadie...

-----  Sí, sí. Seré una tumba. No te preocupes.  Oye, siento todo esto que te ha pasado. Que putada.

-----  Bueno, es agua pasada, y lo tengo más que superado.

-----  Que imbecil debía ser tu marido. Vamos, yo jamás habría renunciado a una mujer como tú, y menos por un motivo como este.

Pilar puso cara de sorpresa y me regaló una tierna sonrisa.

-----  Gracias hombre ----- me dijo ----- Gracias por el cumplido.

-----  No se merecen. Es que eres una mujer guapa, y a las mujeres guapas se les dicen estas cosas sin más.

Pilar volvió a sonreir y vi que se había ruborizado. Aquello elevó mi moral, pues en aquel momento me pareció que comenzábamos a tener un trato diferente al de profesora y alumno. Y ese juego, yo pensaba que iba en mi favor; y comenzaba a entrar en el terreno que yo pretendía.

-----  Bueno, dejemos esto, que se me va hacer tarde.

-----  Sí, si, claro... ----- le respondí.

Apuré mi cerveza, agarré mis libros y cuadernos; y poniendome en pié me dirigí a la puerta acompañado por Pilar. Y al despedirnos, me dio dos besos en las mejillas, lo cual me sorprendió.

-----  Ehhhh...!!!!  ¿ Y esta confianza con el alumno ?  ----- le pregunté divertido.

-----  Bueno, creo que ya somos un poco amigos.

Me respondió con su bonita sonrisa.

-----   Eso parece ----- le respondí arqueando las cejas.

Le devolví los dos besos y nos despedimos hasta el lunes. Pero antes me confesó que se había sentido muy halagada con lo que le había dicho. Y eso hizo que me marchase eufórico, pues parecía que comenzaba a superar aquel muro de alumno y profesora, y que ya comenzaba a verme como amigo; que ya surgía cierta confianza entre nosotros, y esto abría enormemente el campo de posibilidades. Pero aún era pronto, y estaba todo muy verde; o eso era al menos lo que yo pensaba. De todas maneras, ese día decidí que tenía que conseguir algo con aquella mujer, o intentarlo al menos. Pero el hecho de que fuese mi profesora, me obligaba a hilar fino y no dar pasos en falso. El riesgo era enorme, y eso también daba mucho morbo. Pero para mis adentros me decía que aquella hembra no se me podía escapar.

Por fin parecía que se había roto el hielo con Pilar, que comenzaba a haber algo más entre nosotros que esa relacción profesora alumno. Por eso estaba impaciente por que llegase el sabado e ir nuevamente a su casa para continuar profundizando con aquellas conversaciones que habíamos iniciado. Durante la semana solo la había visto los tres días que nos daba clase en el instituto, pero no intercambiamos ninguna palabra, ni ninguna mirada, o gesto de complicidad; nuestro trato siguó siendo el mismo de siempre y cuando hablamos solo lo hicimos por algun asunto con respecto a la clase.

La verdad es que comencé a poner más atención en las clases y a tomarme más en serio aquella asignatura; y parecía que mi rendimiento iba mejorando. Pero aún así, no podía quitarme a Pîlar de la cabeza. Cada día me gustaba más; y como consecuencia, me mataba toda la semana a pajas pensando en ella y en su lindo culito; y en lo hermoso que debía ser aquel chochito que tan pulcramente cubrían sus braguitas.

Durante la semana, en las clases del instituto, su actitud fue la de siempre como ya he dicho; aunque de vez en cuando se pasaba por mi lado y a veces se paraba a observar mis ejercícios y me hacía los consiguientes apuntes y observaciones. Parecía que iba tomando cierto interés por mí como alumno. Y aquello me hizo pensar que se empezaba a crear cierta complicidad entre nosotros. Y lo ví muy positivo para mis planes de hacerme amigo suyo y entrar en más confianza con ella. Por eso estaba tan impaciente por que llegase el sabado e intentar avanzar más en ese tipo de trato con Pilar, que ya empezaba a ser Pili para mí.

Y así llegó el tan ansiado sábado, y acudía puntualmente a su casa para dar la clase. esta vez Pilar me recibió más distendida y con una de sus lindas sonrisas. Me invitó a pasar y nos saludamos con dos besos en las mejillas. pues tal y como dijo el sábado anterior, ya eramos algo amigos. y además me dijo que allí podía llamarla Pili, igual que todos sus allegados. Y eso me gusto; pues lo consideré un avance importante. Pero eso sí. Me recalcó que en el instituto tenía que seguir llamandola Pilar, igual que el resto de alumnos. Le pregunté los motivos; y me respondió sonriendo que eso era para marcar las distancias y no nos tomasemos más confianza de la que ella nos daba; que muchas veces había que atarnos en corto. Y razón no le faltaba.

Pili llevaba un lindo y ceñido vestido veraniego, a rayas azules y blancas; era un vestido de esos de andar por casa o para ir a la playa. era de esos de tirantes atados en los hombros. Al verla con ese atuendo pensé que no debía de haber quedado con nadie ese sábado; y que por tanto no tendría tanta prisa como en las semanas anteriores, lo cual venía muy bien para los planes que tenía trazados. Y la verdad es que aquel vestido le sentaba de maravilla. Estaba preciosa con el. Me fijé en todo su cuerpo, y noté que no debía llevar sujetador; pues no se veían otros tirantes a parte de los del vestido, y sus pezoncitos quedaban bien marcados. La veía más apetecible que nunca; y un tremendo calentón comenzó a recorrerme por completo. Y con aquellos estímulos, mi verga comenzó inevitablemente a ganar tamaño y dureza. Entonces, me senté rapidamente para que no me lo notase. Buff...!!! Habría sido un corte terrible; y además podía tomarselo a mal, y así mis planes se estropearían irreversiblemente.

Comenzamos la clase, esta vez nos acercamos más que en las veces anteriores. Cada vez que Pilar me hacía algún apunte u observación, yo aprovechaba para acercar aún más mi silla a la suya; y así hasta que nuestros muslos se fueron juntando y se rozaron en várias ocasiones; pero ella no dijo nada. Debió verlo como algo natural y no dió ningun síntoma de que le pudiese molestar.  Así, cada vez que mi pierna rozaba con la suya, se me elevaba el voltaje interno, y la miraba con autentico deseo; sin que ella se diese cuenta, naturalmente.

Mi tranca cada vez estaba más dura y empalmada; pues tenía más ganas que nunca de follarme a mi profesora; de probar aquel suculento coñito que sin duda debía guardar entre sus piernas. Pero aún tenía muchos pasos que dar, y avanzar en el trato con ella. Debía trazar la estratégia adecuada y seguirla paso a paso en todo momento, sin prisas ni precipitaciones que me hicieran dar algun paso en falso. Y así llegué a la conclusión de que mi primer objetivo debia ser el conseguir besarla en los labios. Pero tenía que ser en el momento adecuado y jugando el factor sorpresa; pillarla desprevenida y que ella no se lo esperase. Solo de pensarlo, es que me derretía.

La clase transcurrió sin novedad; y al finalizar, Pilar me dijo que iba mejorando y que pronto vería buenos resultados si seguía así; y que todo era consecuencia de haber estudiado y sobre todo de haber seguido sus consejos y haber puesto más atención en clase.

Y aquí fue cuando decidí poner en práctica mi estratégia.

-----  Ese es el problema... ----- le dije.

-----  ¿ Que problema ?

-----  Poner más atención en clase. Es que me distraes bastante.

-----  ¡¡ Que te distraigo !! ¿ Que yo te distraigo ?

Me dijo incrédula y comenzó a reirse.   JA JA JA JA JA JA JA....!!!!!

----- ¡Esto si que tiene gracia ! ¡Lo que tengo que oir !

-----  Es que te veo y me pongo a cien. ----- le confesé.

Y en ese momento decidí poner toda la carne en el asador y lanzarme a por todas y a riesgo de lo que fuese; mientras que Pilar se seguía riendo divertida.

----- ¡ Pero que dices ! ----- exclamó ----- Si casi te doblo la edad.

-----  ¿ Y eso que importa ? Eres una mujer guapa, y es normal que me gustes.

Pilar soltó una carcajada divertida y exclamó:

----- ¡Vaya! ¡Vaya! con mi alumno. Conquistador que nos ha salido el chico. Pero si aún casi eres un niño.

-----  Ehhh...!!!!   No te pases ----- le protesté ----- Que acabo de cumplir los dieciocho y legalmente ya soy mayor de edad.

-----  Pues madura un poco, hombre, que ya tienes edad.

-----  Eso trato de hacer. Que mejor que madurar con una madurita....

JA JA JA JA JA JA JAAA....!!!!!   Pilar volvía a partirse de risa.

-----  ¡ Ay que me troncho!  Ahora me insinua que soy vieja.

-----  Ehh...!!!!  Que yo no he dicho eso: Dije madurita, no vieja

Pilar seguía riendose divertida, y en vista de que aquella situación no le molestaba, si no más bien todo lo contrario; decidí avanzar un poco más.

-----   Es que eres guapa de cara, este vestido te queda de maravilla. Y ademas....

-----   Además... ¿qué ? ----- me preguntó sonriendo.

En ese momento me puse de pié y la levanté agarrandola de un brazo. Le dí una vuelta entera y continué:

-----  Joder, que tienes un tipo magnífico y una figura estupenda. Estas como para comerte. En fin, que estás muy buena.

Pilar me daba las gracias sin parar de reirse a carcajadas.

-----  Eres terrible niño, eres terrible...  ----- me decía ----- Bueno, deja ya de coquetear con tu profesora.

Y ahí ya me lancé a por todas. La agarré por la cintura y la atraje hacia mí, y le confesé:

-----   Lo que más me pone es cuando sales a la pizarra y te pones a escribir dandonos la espalda, y mueves este rico culito.

Y en ese momento, para sorpresa de Pilar, posé mis manos en su lindo trasero, aún a riesgo de ganarme una buena hostia. Pero Pilar no se movió, ni hizo el más mínimo ademán. por el contrario se estuvo quieta y me dijo:

-----  ¡Oye! ¿Pero que estás haciendo ?

Yo no dije nada y apreté aún más su culito con mis manos.

-----  ¡ Pero estate quieto ! ¡ vale ya ! ----- insistió ella.

Pilar intentó separarse de mí, pero yo la agarré aún con más fuerza y la rodeé con mis brazos. Me quedé mirandola fijamente; y ya no hizo nada por apartarse de mí, a la vez que notaba como comenzaba a agitarse su respiración.

-----  Me tienes loquito ----- le confesé.

Bajé de nuevo mis manos hacia su culito y comencé a masajearselo.

Diooooossssss.....!!!!!   ¡Que sensación !  Que blandito, y que ricoooooo.....!!!!

-----  Por favor, no sigas ----- me pedía.

Pero yo seguía a lo mío sin hacerle caso. Subí mis manos y volvía a abarzarla. La apreté contra mí e intenté besarla en los lábios. Pero la muy jodida apartó la cara y logró esquivarme, a la vez que insistía en su negativa, pero cada vez con menos convencimiento. Yo notaba sus tetitas pegadas a mí y como sus pezoncitos se iban endureciendo. Ya la tenía atrapada en mis redes y no la iba a dejar escapar. Y en mi segundo intento ya conseguí pegar mis labios a los suyos.  Uffff....!!!!!   ¡¡Que rico !! madre mía. Que maravillosa sensación el sentir sus moritos pegados a los míos. Y sobre todo cuando comenzó a moverlos y responder a mi beso. Como besaba la muy jodida, y como me comía la boca.

Segundos después, la muy zorrita abrió su boca pegandola a la mía, y aproveché para meterle mi lengua y recorrerle todo su interior. ¡ Era la hostia !  El extasis total. Cuanto había deseado aquello; y cuanto había soñado con esta situación. Inmediatamente su lengua comenzó a buscar a la mía; y al econtrase ambas, comenzaron a juguetear y a entrelazarse la una con la otra.  Uffff....!!!!!   ¡¡¡Que sensación !!!! madre mía.  Es que morreaba como una posesa la muy jodida, a la vez que emitía pequeños gemiditos de placer; a la vez que mis manos volvían a masajear su lindo culito.

Ella suspiró y me dijo:

-----  Esto no está bien. Soy tu profesora y nos podemos meter en un buen lío. Y además te saco bastantes años.

Le dije que eso ultimo no importaba y que no se preocupase por lo otro, que no nos ibamos a meter en ningun lío.

Acto seguido le desaté los tirantes del vestido, el cual cayó al suelo recorriendo todo su cuerpo y posandose en sus pies, dejandola solamente con unas diminutas braguitas. Pues tal y como había sospechado no llevaba sujetador. Así aparecieron ante mi vista y por primera vez, sus lindas y ricas tetitas, las cuales pude contemplar con todo su explendor; y con los pezoncitos bien empitonado y de un apetitoso color rosadito.

Se las agarré con mis manos y comencé a masajearselas, y a darle pellizquitos en sus lindos pezones, que como digo, ya estaban bien duritos. Pilar estaba muy excitada y continuamente daba pequeños gemidos de placer. Me quité la camiseta y ella me desabrochó los vaqueros, que también se fueron al suelo y me quedé solo con el slip, en cuyo interior mi polla, ya bien dura, luchaba por salirse.

La llevé al sofá y la recosté en el mismo. Volví a besar sus labios mientras que ella me mojaba los míos con la puntita de su lengua. Nuevamente toqué sus lindas tetitas y le magreé los pezones, que como ya dije, bien duritos, parecía que le iban a saltar del pecho. Comencé a acariciarselos con la punta de la lengua, y poco a poco se los fuí suzcionando con suavidad. Mientras le suzzcionaba uno, el otro le lo pellizcaba suavemente; mientras que ella no paraba de dar pequeños gemidos de placer, que me ponían a mil.

Luego volví a besarla en los lábios y con la lengua le lamí suavemente sus lindos y apetitosos morritos; para seguir después con la punta de la nariz, que también se la mordisqueé suavemente con la punta de los dientes. Continué lamiendole el mentón y los lóbulos de las orejas; y también le dí unos suaves bocaditos en su linda barbilla.

Pili no paraba de gemir y jadear, mientras que yo estaba cada vez más excitado y animado; pues mi estratégia había sido acertada, y hasta el momento estaba dando muy buenos resultados. Pero no quería precipitarme ni cometer algún error que mandase al garete lo ya conseguido. Aún debía seguir trabajando a Pilar y prepararla para lo que yo pretendía que viniese después, que no era otra cosa más que follarmela. Y creo que iba por buen camino para conseguir ese tan anhelado objetivo. Así que volví a besar sus labios, y a introducir mi lengua en su boquita y recorrersela y explorarsela entera, diente por diente y rincon por rincon; a la vez que mi lengua jugueteaba con la suya; mientras que me echaba sobre ella y rozaba mi duro paquete frotandolo con su entrepierna; mientras que ella se retorcía y seguía gimiendo de placer.

Pasado un rato fue Pili quien me apartó hacia un lado y me sentó en el sofá. Entonces se levantó y se puso de rodillas delante de mí; mientras que yo la miraba embelesado, pues ya sentía que la tenía entregada por completo a mí.

-----  ¡Ay Cabroncete ! ----- exclamó -----  Como me has acelerado. Ahora te vas a enterar de quien es tu profesora.

Me bajó un poco el slip; y muy decidida, metió la mano y sacó mi durisima verga, la cual agarró suavemente con su mano y comenzó a masajearmela con total delicadeza.

-----  Vaya tranca que gastas -----  me dijo.

Ufff....!!!!  Aquello fue la hostia en verso; el sentir el tacto de sus suaves manos en mi instrumento me puso a mil. Y la muy jodida comenzó a acelerar el rítmo, haciendome toda una señora paja, y consiguiendo que me pusiera en un éxtasis total. Poco después se acercó, me la descapulló y comenzó a introducirsela en la boca, chupandola y suzcionandola, y lamiendola, comenzando así a regalarme una estupenda felacción. ¡¡Dioosssss...!!!! Aquello era el Septimo Cielo. Aquella maravillosa sensación se sentir sus labios sobre mi glande, y su lengua recorriendo todo mi miembro, me puso en un climáx total que me provocó unos temblores que me recorrieron todo el cuerpo, dejando mis ojos en blanco; a la vez que me quedaba como hipnotizado. La muy putita comenzó a saborearla  como si de un caramelo se tratase, para luego tragarsela entera en medio de sus sensuales miradas con sus preciosos ojos claros.  ¡Madre mía ! ¡ Que sensación ! ¡Que placer ! ¡Que gustazo ! Y que rico era el sentirme allí sentado en aquel sofá con las piernas separadas y con Pilar devorandome la tranca de aquella manera, chupandola y succionandola golosamente con toda su lengua. Se ve que la muy zorrita tenía bastante experiencia y sabía perfectamente como había que comerse una polla; seguro que unas cuantas ya se había comido.

Yo la agarré por la nuca mientras comencé a mover la pelvis en rítmicos movimientos provocando un contínuo mete y saca, y follandome así su experta y golosa boca. Mientras deslizaba mi miembro en medio de sus fauces; ella con su mano me acariciaba los huevos que hinchados y repletos de leche iban a reventar de un momento a otro. Y así fue, pues no tarde en descargar toda mi esencia en su boca. Pilar se fue tragando  con pequeños y golosos gemiditos todos los chorros de semen que le fui bombeando en su garganta. Y la muy golfa me lamió y relamió todo el glande hasta dejarme la polla bien limpia y descargada.

La senté en mi regazo, y pegandola a mí comencé a besarle nuevamente los lábios y a masajearle sus lindas tetitas. Su boca tenía aún el sabor de mi leche. Y al poco, nos tumbamos de nuevo en el sofá con ella encima mío; y así continuamos dandonos buenos moreos y suaves piquitos cargados de ternura y sensualidad. Con la punta de los dedos comencé a recorrerle la espalda y las caderas, dandole suaves masajitos. Eso la excitó muchisimo; y mientras me comía la boca comenzó a moverse y a contornearse sobre mí como una perra en celo, a la vez que frotaba su entrepierna contra mi paquete.

Al rato la aparté de mí y echandome hacia un lado, le recosté en el sofá y le dije:

-----  Ahora me toca a mí. Y eres tu quien se va a enterar de quien es tu alumno, pedazo putita.

Pilar aún estaba excitada, pero aquellas palabras la excitaron aún más. Comencé a mordisquear de nuevo sus todavía duros y empitonados pezoncitos; con los que me entretuve durante unos segundos; para luego ir bajando por su torso hasta llegar a su lindo ombligo, el cual se lo lamí y relamí, mientras que ella me miraba con ternura y acariciaba mi nuca como pidiendome que continuase, que no me parase. Y eso fue lo que hice; continué bajando hasta llegar a sus diminutas braguitas, cuya telita de la entrepierna estaba empapada de los flujos que manaban de su coñito. ¡Madre mía!  Que rico olía, que fragancia y que esencia. Aquello me excitó aún un poco más y noté como mi polla se estaba recuperando de aquella bestial mamada y volvía a endurecerse de nuevo.

Poco a poco y muy despacio, fuí bajando sus braguitas; y así, muy lentamente fueron apareciendo ante mi vista unos pequeños mechoncitos de vello, todos rizaditos y recortaditos. Preciosos, divinos. Yo estaba algo nervioso, pues había soñado tanto con poder hacer aquello que estaba haciendo, que no me parecía realidad y temía que todo fuese un sueño del que temía despertar. Y más en aquel momento en que estaba a punto de contemplar por primera vez aquello que tanto había imaginado y deseado ver y tocar.

Le seguí bajando las braguitas, hasta que completamente apareció ante mí con todo su explendor, la maravillosa visión de su chochito.  ¡Dios! Era hermoso, divino, menudito, precioso. Más lindo de loq ue me había imaginado; con sus lábios gruesos y bien marcados, tal y como a mí me gustaba. ¡Joder! Que chichi tenía la muy cabronceta. Era toda una tentación.

Me paré a contemplar aquella maravilla que tantas veces había imaginado y deseado ver y disfrutar. Quería comerselo, saborearselo, trabajarselo.... Que rico , y que olorcito amanaban los flujos que asomaban desde su interior; que apetitoso se veía. Cuanto había soñado y deseado aquella visión que ahora tenía delante de mí. Por fin contemplaba lo que había tras aquella telita de aquel triangulito que tantas veces me había hipnotizado durante las clases en el instituto. Era algo que me costaba creer. Allí, delante mío tenía a mi disposición el coñito de la profesora que más deseaba. Y mi polla, ya recuperada y nuevamente bien dura, ardía en deseos por pasar a la acción y explorar su interior; la muy hambrienta estaba impaciente por jugar y hacer suya aquella cosita que Pilar tenía entre sus piernas. Pero no había que precipitarse; aún tenía que trabajarlo y excitarlo más, para ya pasar a la acción.

Me acerqué a su entrepierna y comencé a acariciarselo muy suavemente con mi mano. Que tacto, que suavidad, que hermosura. Aquel chumino me tenía como encandilado; estaba como hipnotizado, en pleno éxtasis; y me sentía flotar como por el hiperespacio al tocarlo. Introduje uno de mis dedos en su interior, y pude comprobar lo húmedo que estaba; mientras que Pilar daba gemiditos de placer y se contorneaba, a la vez que yo comenzaba con mi dedo a aplicarle un rítmico mete y saca pajeandole aquella divina y mojadita cueva, maravilla de la genética.

-----  ¿ Te gusta cariño ? ----- le pregunté.

-----  ¡Sí! ¡Sí! mi amor ----- me respondió entre jadeos ----- ¡ Como me está gustandooooo....!!!!!  Pero que bien me trabajas Cabroncete....  No pares... ¡Sigue! ¡Sigue!  Uhhhhmmmmmm.....!!!!!    Sigue así mi amor....  Que me haces muy feliz.....

Aquello me puso aún más cachondo, y cada vez iba acelerando más y más mi rítmo al meter y sacar mi dedo de su linda conchita. Y así conseguí que tuviera su primer orgasmo; a la vez que notaba como sus flujos invadían el ingterior de su cuevita y mojaban mi dedo empapandolo con su esencia. Aquello era el manantial de mi deseo. Y en aquel momento yo no deseaba otra cosa más que probarlo, lamerlo, degustarlo, saborearlo....

Pilar que ya estaba totalmente entregada a mí, me subió la cabeza a la altura de la suya y se quedó unos instantes mirandome con ternura y acariciando mis mejillas como agradecimiento por todo aquello que le estaba haciendo. Y se puso de nuevo a comerme la boca y a entregarme su lengua para que volviese a jugetear y enredarse con la mía dentro de su boca. Estaba excitadísima.

-----  ¡ Ay Cabrón ! ----- exclamó ----- Como me estás haciendo disfrutar. Que bien sabes trabajar a una mujer.

Aquello elevó mi ego a límites ultragalácticos; mientras que yo la miraba embobadoy pasaba a la siguiente acción. Pues aún me quedaba por hacerle otra cosa para dejarla lista.

Bajé de nuevo a su entrepierna y me invadieron de nuevo las esencias que emanaban de su ardiente coñito. Me puse en posición; acerque mi lengua y comencé a lamerle muy lentamente sus delicadas y lisas piernas, por el interior de sus muslos, hasta llegar a las inmediaciones de su coñito. Subí muy lentamente siguiendo con la punta de mi lengua el contorno de su delicado chichi; para luego irselo lamiendo, comenzando por sus carnosos e hinchados labios externos que encerraban su mojada y húmeda conchita. Luego continué por los interiores hasta la entrada de su linda y chorreante cuevita, toda empapada por los jugos que emanaban de su interior, mientras que seguía explorando y recorriendo todos sus pliegues y rincones.  Uhhhhhmmmmm.....!!!!!   ¡Que rico! ¡Que delicioso! ¡Que sabroso! Aquello si que era un manjar de dioses.

Pilar gemía y se retorcía sin parar, debido al gustazo y placer que le provocaba el fino trabajo que con mi lengua le estaba aplicando en el interior de su lindo y sabroso coñito. Hubo un momento en que atrapó mi cabeza con sus piernas, y la empujó con fuerza contra su concha como pidiendome que se la devorase por completo. Y eso era lo que le estaba haciendo. Porque joder, me estaba comiendo el coño de una de las profesoras más deseadas, si no la que más de todo el instituto. Y era yo y solo yo quien estaba disfrutando de aquel privilegio. Mi ego ya comenzaba a alcanzar algunas cotas situadas en galáxias lejanas.

Luego, continué abriendo lentamente los lábios de su delicada conchita, y ante má apareció la visión de su hermoso y apetitoso clítoris. Me sorprendió lo grande e hinchado que lo tenía; era el más grande que hasta entonces había visto. Lo tenía hinchadisimo de todo el placer que estaba recibiendo con aquel trabajo que le estaba aplitando en su delicado coño. Y así comencé a presionarle con la punta de la lengua aquel botoncito de placer;y a mordisquearselo suavemente con la punta de los dientes, mientras que ella volvía a gemir y jadear, a retorcese y contornearse de placer. Por un momento la contemplé y ví los profundos e inmensos espasmos de placer que le estaban provocando nuevos orgasmos, y ya no se cuantos llevaría. Mientras que yo no paraba de lamerle y saborearle el cítoris. ¡Madre mía ! Que bueno, que rico, que sabroso y que durito lo tenía.

-----   ¡Ay Cabrón ! ----- exclamó una vez más con la voz jadeante ----- Como me está gustando todo esto.

Mientras que yo seguía y seguía a lo mía, lamiendole, chupandole y presionandole su delicado botoncito de placer, y saboreando sus ricos jugos vaginales.

La dejé descansar y recuperarse durante unos instantes sobre el sofá, a la vez que noté como mi recuperada polla volvia a estar durisima de nuevo, y que no paraba de crecer. No recordaba haberla tenido tan dura ni tan morcillona como en aquel momento. Y no paraba de pedir el pasar a la acción.

Al ratito vi que Pili ya estaba en su punto, y decidí que ya era el momento de pasar a la acción y culminar apoteosicamente todo aquello. Decididamente me eché sobre ella, le separé las piernas, y pe puse en posición, me bajé un poco el slip y acerqué mi dura y empalmada verga hasta su chochito. Coloqué el glande en la humeda entrada de su vagina; solo la punta, y poquito a poco, y muy despacio, comencé a empujar suavemente y se la fuí introduciendo en el interior de su lubricado y ardiente coñito de mis sueños; mientras que Pilar la iba recibiendo con pequeños gemiditos, y agarrandose con fuerza a mis brazos. Y así hasta que se la introduje en su totalidad, mientras sentía como sus humedas y lubricadas paredes internas se iban adhiriendo a mi tranca, y adaptandose a su forma. Notaba su vagina  cada vezmás dilatada y como sus esencias iban empapando mi durísimo miembro. ¡Aquello si que era la hostia en verso! ¡El éxtasis total ! Allí estaba yo, con mi polla dentro del coño de Pilar, la profesora más deseada de toda la clase; y era yo el privilegiado que se la iba a follar. Aquella misma hembra que tanto y tanto me había obsesionado durante el curso, y a la que tantas pajas había dedicado en mis sueños de lujuria; pensando en esemaravilloso coño del que acababa de tomar posesión y que al fin estaba haciendo mio.

Con rítmicos movimientos de pelvis que poco a poco fui acelerando, comencé a follarme a Pilar deslizando mi dura verga en su interior; mientras que ella tambien comenzó a moverse a mi rítmo y a colaborar activamente en el polvo. Joder, la tenía totalmente entregada a mí, y me la estaba follando a placer. Por fin me estaba follando a mi más deseada profesora. Aquello si que era la hostia y el no va más. Ni en mis mejores sueños me habría podido imaginar que algo así se haría realidad.  ¡Que maravilla! ¡Que sensación! ¡Que rico ! el sentir mi durisima polla entrando y saliendo de aquel maravilloso coñito y deslizandose en su interior. El sueño que por fin se hacía realidad. Y era yo el que se estaba llevando el gato al agua. Y me estab follando a la más deseada hembra de mis sueños.

----- ¡Pili! ¡Pili! ----- exclamaba con la voz jadeante y entrecortada ----- ¡Que buena estas Cariño ! ¡Que coño tienes pedazo putita!

Ella se aceleraba más y más y me respondía:

----- ¡ Sigue ! ¡Sigue! Sigue así mi vida. ¡Que feliz me haces Cabrón ! ¡Que polla tienes mi amor !!!  ¡¡¡Como me gustaaaaa....!!!!

-----  Estas muy buena ---- le respondía ---- Que ganas tenía de follarte, Jodida.

-----  Pues follame.... Follame todaaaa.....!!!!

-----  Como me gusta tu coñito...  Uhmmmm...!!!  Que rico... Diossss.....!!!!

-----  Pues follatelo mi amor.... Follatelo que es paratí.   Es tuyo y solo tuyo.

Nuestras respiraciones eran aceleradas y agitadas, y no parabamos de jadear y gemir. De vez en cuando pegabamos nuestras bocas y nos dábamos un buen morreo; a la vez que yo no paraba de darle caña aumentando mi rítmo, mientras que ella sentía un placer glorioso, con mi vergota explorando en su interior. Aquello no parecía real. Pilar estaba con la cabeza inclinada hacia atrás y con los ojos cerrados y la boca medio abierta dando contínuos gemiditos; mientras que yo observaba como sus tetitas se movían al rítmo de mis embestidas; mientras que mi dura polla no paraba de deslizarse entrando y saliendo de su ardiente y lubricada conchita.

Me eché un poco sobre ella y comencé a suzcionarle y pellizcarle sus pezoncitos que volvían a estar bien duritos; mientras que ella seguía gimiendo y jadeando a la vez que gritando me pedía que le diese más.

-----  Aaaaahhhhh.....!!!!!   Aaaaaahhhhh....!!!! Uhmmmmmm......!!!!   ¡¡Que gusto sientoooo....!!!  ¡ Que bien me estás follando Hijo de Puta ! ¡ Pero que bien me follas Cabronazo....!!!!

Me decía entre jadeos, con la voz entrecortada y con cara de autentica viciosa.

Al ratito cambiamos de posición, y fue ella quien quedó encima mío. Puso sus manos sobre mis hombros y comenzó a cabalgar sobre mi empalmadísima polla. Pilar era una autentica máquina de follar, nunca antes en mi vida había hechado un polvo como aquel que estaba echando con mi profesora. Ni tampoco nunca antes había follado y disfrutado con una hembra de este calibre. Y lo mejor de todo es que al no haber peligro de embarazo, me la podía follar a pelo sin tomar ninguna precaución ni protección.

Mientras cabalgaba sobre mí, ponía cara de auténtica putita viciosa; igualito que una insaciable ninfómana. Y más con sus tetitas que no paraban de agitarse y de moverse al rítmo frenético que estabamos dando a aquel polvo. De pronto noté como mi polla estaba a punto de explotar y desbordarse. Y así noté como me llegaba el orgasmo; igual que a Pili. Y así se lo hice saber.

----- ¡Que me corro Pili ! ¡Que me corro !

----- ¡Correte1 ¡Correte! mi amor.  Llename con tu leche. ¡¡¡Inundame Cariño !!!! ¡¡¡Inundame toda !!!!

Nuestros movimientos ya eran más pausados, y comencé a soltar mis chorros de semen en el interior de su cuevita, la cual se la fuí inundando. ¡Era increible!Me costaba creer que aquello fuera realidad. Me estaba corriendo dentro de la conha de Pilar, mi deseada profesora del instituto; y que era 15 años mayor que yo. ¡Se había cumplido uno de mis más anhelados sueños !

Yo no paraba de bombear mi semen en su interior, mientras que ella lo iba recibiendo con pequeños gritos y jadeos, con los ojos cerrados y haciendo leves contorneos. Sentí como sus jugos y mi leche se mezclaban en su rebosante vagina. Y aquella sensación de mi polla toda empapadita en el interior de su follado coño, era la hostia. Y ver esa cara de zorrita y putita viciosa que Pili había puesto al correrse, me llevó a límites ultragalácticos. ¡Que pedazo de polvo que habíamos hechado !  ¡Era el éstasis total !

Nuestro rítmo fue decayendo, hasta que ella, totalmente agotada se dejó caer sobre mí, abrazandose a ni cuello, aplastando sus tetitas contra mi pecho, y colocando su cabeza en mi hombro. Yo la acogí en mis brazos, y tiernamente acaricié sus suaves y cortos cabellos, y le dí un suave beso en la frente. Ella buscó mis labios y nos dimos un piquito acompañado de una complice sonrisa. Y estuvimos así un ratíto, con mi polla ya desinflada y descansando en el interior de su también agotado e inundado coño.

Nos miramos por un momento, y sin decir palabra nos besamos de nuevo.

-----  Ufff...!!!!   Vaya polvo que hemos hechado ---- Le dije.

----- Apoteósico. Agotador. Y memorable ----- fue su respuesta.

Y al ratito me dijo:

-----    Oye, esto no puede saberlo nadie. No se te ocurra contarselo a nadie, por favor. Es mucho lo que me juego. Soy tu profesora, y un escandalo así me hace perder la condición de funcionaria.

-----  No te preocupes Cariño ----- la tranquilicé ----- Te prometo que esto queda entre nosotros. Que no voy a contar nada a nadie.

-----  Por favor no me traiciones, porque puedes joderme para el resto de mi vida ----- insistió.

-----  Que no Pili. No te preocupes. Te quiero un monton y quiero vivir y disfrutar esto contigo. Te juro que todo queda en secreto entre nosotros.

La besé tiernamente y continué:

----- Joder, las ganas que tenía de hacer esto contigo. Esto es lo mejor que me ha ocurrido.

Ella me sonrió con ternura y me dió una carícia confesandome que este era uno de los mejores polvos que le habían hechado.

-----  Para esto querias que te diera clases; ehhh....!!!  Cabroncete, Esto era lo que perseguías.

Yo sonreí y le confesé:

-----  Lo llevaba persiguiendo desde que comenzó el curso y te ví por primera vez.

Ella me volvió a sonreir y me dió un piquito en los lábios. y me confesó que le había encantado todo lo que habíamos hecho; que le gustó hacer el amor conmigo y que por supuesto quería repetirlo. Eso no lo dudes, le respondí. También me confesó que era la primera vez que lo hacía con un alumno, y con un chico mucho más joven que ella; lo cual volvió a enaltecer mi ego. Continuó diciendome que a partir de ese momento teníamos que ir con muchísimo cuidado e hilar bastante fino, para que nadie pudiera sospechar de lo que había entre nosotros. A lo cual asentí y le prometí que yo pondría todo de mi parte. También me dijo que ya no me cobraría las clases, a lo cual me negué en rotundo; y así comenzamos una pequeña discusión, tras la cual acordamos seguir igual, pero esta vez con polvo incluído como culminación de la clase.  JE JE JE JE JE JE....!!!!! Y que a partir de este momento ya no eramos amigos, eramos novietes; lo cual elevó mi ego aún mucho más de lo que ya estaba.

Seguimos así un ratito más, tumbados en el sofá con ella encima de mí; besandonos, acariciandonos, y dandonos toda la ternura que nos podíamos dar; y con nuestros sexos mojados todavía y rozandose entre sí. Fue uno de los momentos más tiernos y excitantes de mi vida. Luego nos fuimos al baño, y juntos nos dimos una buena y relajante ducha. Nos secamos y nos vestimos; y después nos fuímos a cenar a un restaurante italiano que había cerca de su casa. Y este fue el principio de una bonita e intensa relacción, que solo duró poco más de cuatro meses; pero que dejó una profunda huella en mi vida.

Charón.