Piensa en frío...él alteró mi mundo (6)
Frustración y...¿olvido?
Bueno aqui les dejo la suiguiente parte de la historia que claro espero que les guste
porfa sigan comentando me alegra mucho que se hayan enganchado con la historia espero sus comentarios y sugrerencias
besos, ojala lo disfruten y comenten
saludos y besos a todos... :D
.............................................
Santiago
Sábado en la mañana, bueno en realidad las dos de la tarde y yo aún en la cama sin ninguna intención de levantarme, no tenía ánimo ni siquiera para ir al baño o a la cocina y comer algo, no después de lo de anoche…
Cuando Fernando me insulto me sentí tan idiota- y tu que vives suspirando por el… serás imbecil santiago- me reclamaba en voz alta mientras ponía una almohada en mi cara. Hace un rato mi madre me había dicho que me levantara para acompañarla al supermercado y preferí quedarme en la cama solo y sumido en mis pensamientos… había apagado el celular la noche anterior, no quería hablar con nadie y sabia que Diana había estado llamando a mi casa preguntando por mi pero no quise hablar ni siquiera con ella… seguía tirado en la cama como un bulto inmóvil cuando el timbre de la casa comenzó a sonar insistentemente, no había nadie mas que yo así que de mala gana me levante y camine a la puerta, cuando abrí ahí estaba Diana que en cuanto me vio me pareció verla suspirar como aliviada.
Subimos a mi habitación y ahí empezó el interrogatorio…
-por dios Santiago! Como puede ser que estés tan inubicable! Te llame un millón de veces, me quieres decir que es lo que te pasa?-decía reclamando sumamente alterada y moviendo lo brazos
-Diana…por favor, no quiero hablar- le suplique, ella me miro y en un momento dio un suspiro, se sentó a mi lado y tomo mi mano
-paso algo denuevo con Fernando?- escuché su nombre e inevitablemente mis ojos se humedecieron, Diana no dijo nada mas y me abrazó
Diana
Iba camino a mi casa después de haber estado un rato con Santiago en su casa, cuando me contó todo lo que había pasado la noche anterior me indigne por completo, no lo podía creer, como?, como había pasado algo así?
Chago que es un tipo excepcional no se merece los insultos de nadie, y ese idiota de Fernando, ese idiota del que mi amigo estaba tan enamorado no solo lo había insultado, sino que lo había lastimado como nadie, me imaginaba la escena y sentía una angustia enorme dentro de mi que crecía a cada momento, me imaginaba a mi amigo aguantando las ganas de llorar y siendo lo mas digno posible… quien se creía que era ese imbecil para venir a tratarlo de esa manera, todo lo que Chago le había dicho era verdad él jamás había pensado siquiera en acercársele, con que derecho lo trataba así…que idiota!
Si el día anterior había pensado en ir a la playa durante los días de aniversario de la facultad, ahora estaba totalmente convencida de que era lo que tenia que hacer y por supuesto, tenia que llevarme a Chago conmigo
“Juntémonos en 2 horas en el café…., es urgente, no le digan nada a Santiago tenemos que hablar sobre él, sean puntuales”…. Le envíe un mensaje a Agustín, Francisco, Pablo y Amelia, aunque le había prometido a Chago que no les contaría lo que había pasado, no podía dejar de hacerlo y ellos iban a ayudarme a tratar de distraer a nuestro amigo
Una vez en el café…
-perdón perdón perdón… juro que nunca mas llego tarde!- dijo Agustín que llego corriendo muy agitado
-bueno, ahora estamos todos, habla de una vez Diana, que pasa con el chago?-me urgió Francisco, no había querido hablar antes porque no quería tener que volver a contar la historia que tanto me desagradaba, pero con todos juntos ya podía hablar…
-ah no! Es que cuando lo vea, lo mato! Que se cree ese imbécil! –dijo Pablo mas que alterado
-no vas a hacer nada Pablo, se supone que ustedes no saben nada de esto- le dije tratando de calmarlo
-no lo puedo creer, como pudo?- decía Amelia tapándose la cara con las manos, ella y Agustín parecían en shock
-pero Diana! Como no vamos a hacer nada!?- decía Pablo, seguía indignado
-vamos a hacer algo! – le dije- vamos a llevarnos unos días al Chago a la playa, para tratar de hacer que se distraiga, aprovechemos esta semana que tenemos libre en la facultad
-ustedes tienen la semana libre, pero que hay con nosotros?- dijo Amelia, ellos estudiaban en facultades distintas
-eso lo puedo arreglar yo- hablo de repente Agustín, parecía que había salido del shock- había estado pensando conseguirme una licencia por una semana para no ir a la u y preparar un examen, puedo conseguirme licencia para los que no tengan la semana libre
-seguro?- pregunto Amelia
-si si, totalmente seguro, el novio nuevo de mi hermana es doctor, el me las puede dar
-perfecto..entonces?, cuando nos vamos?-pregunto Francisco
-bueno, sería genial si nos pudiéramos ir mañana mismo, ya hable con mis papás y me van a prestar la casa de la Playa, pero…-suspire- hay que convencer a Chago
-yo hablo con el- dijo Pablo, mucho mas calmado
-estas seguro? No te valla a dar por alterarte y decirle al Chago que quieres matar al tipo ese- dijo Amelia
-si estoy seguro, tranquilos, yo lo voy a convencer- se paro rápidamente- le mando un mensaje cuando hable con él, nos vemos- se despidió y partió a la casa de Chago
Los que quedamos, solo nos mirábamos y aun se notaba el espanto en cada uno, la conversación fue la misma todo el tiempo, Santiago no se merece algo así, el nunca lo ha molestado ni nada de eso… y así, mientras mas hablábamos del tema mas indignados estábamos.
Fernando
Está ves no veía absolutamente nada, era como si estuviera en una habitación oscura de pronto una luz me cegó por completo, me dolían los ojos y no podía abrirlos, el cambio en la luz había sudo demasiado brusco y repentino, no sabía si estaba solo o no
-así no, así no puedo- escuche su voz en mi espalda, me gire e intente abrir los ojos, pero aun no lo lograba
-donde estas? Déjame tocarte por favor- decía estirando mi brazo tratando de encontrarlo
-como pudiste?... porque?... no es justo- escuchaba su voz bañada en melancolía y tristeza
-perdóname, por favor perdóname, perdí el control, de verdad lo siento… sabes que lo siento- decía desesperado por no poder encontrarlo
-no… no puedo perdonarte- sentía su voz alejarse, me desesperé y abrí los ojos, ni siquiera me importo el dolor que me causaba la luz, lo vi, dándome la espalda, se alejaba de mi, corrí a él y lo abracé fuertemente por detrás
-por favor! Por favor, por favor, por favor perdóname!, lo siento! No te alejes de mi… te necesito, no te alejes- comencé a llorar, no quería soltarlo, sabia que si lo hacía, entonces no volvería a tenerlo entre mis brazos
-tu me alejaste, yo te jure que estaría contigo, pero no así, así no puedo…-sentí como una lagrima suya cayó en mi mano, el soltó mis brazos, se giro y me miro a los ojos
Ahí estaba él, Santiago con la misma expresión de dolor que tenia cuando lo insulte de esa manera, si la luz hacía arder mis ojos, esa imagen, verlo así y saber que era por mi culpa, me hacía estremecer por completo, mi corazón se comprimía y sentía que el aire salía de mi cuerpo demasiado rápido, creía que me desvanecería y no podría volver a levantarme
-que hago? Dime que hacer para no perderte!!- le supliqué llorando
-ya me perdiste- dijo Santiago dándome la espalda y alejándose de mi, quería correr a ál pero mis piernas no respondían, estaba inmóvil
-Santiago!, Santiago!- comencé a gritar desesperado para que no se fuera…
Grité su nombre una vez mas, su nombre salió desde lo mas profundo de mi ser, cuando abrí lo ojos y me senté en la cama agitado…un sueño, otro sueño. Me quede sentado en la cama, tome mi cabeza con las manos apoyadas en mis piernas y comencé a llorar, pero esta vez no estaba soñando, esta era la realidad, mi realidad
-Santiago-dije entre sollozos y decir su nombre hizo que una corriente de dolor atravesara mi cuerpo por completo, si el sueño era angustiante, la realidad era dolorosa, insoportable, y yo no lograba dejar de llorar, mientras en mi mente tenía su rostro gravado, ese semblante de dolor y tristeza que jamás había visto y que me Abia sentir tan mal, por el que no dejaba de llorar.- Santiago… perdóname
Pablo
Nos sentamos Chago y yo en el patio de su casa para poder hablar, estábamos solos y la verdad es que el silencio era rotundo, en cuanto abrió la puerta me di cuenta de lo mal que estaba, a pesar de cualquier problema que pudiera tener, cualquier angustia o dolor, Santiago siempre tenia una mirada tranquilizadora, era automático, tu podías pararte frente a él, inundado en tus problemas pero su presencia siempre hacia que pensaras que todo iba a mejorar, esta vez no, esta vez su imagen no era la del chico despistado que siempre sabe que decir cuando lo necesitas, estas vez era un total desconocido, jamás lo había visto así, jamás lo había visto tan triste, no decía nada pero podía notar el dolor que estaba sintiendo
Somos amigos desde la enseñanza media, fuimos compañeros de curso, junto con el resto de nuestros amigos estudiábamos en la misma escuela, no todos en el mismo curso, solo yo estaba junto a santiago, congeniamos de inmediato siempre me gusto ese aire despreocupado y despistado, esa sonrisa que desborda tranquilidad, cuando me contó sobre sus gustos, no lo podía creer, no porque me complicara ni nada de eso, nunca he sido ni un poco homo fóbico, pero no podía creer la manera tan tranquila en que me lo contaba, para cualquier otro “salir de closet” como se dice, habría sido terrible, para él no porque siempre ha sido un tipo seguro y orgullosos de si mismo….definitivamente lo admiraba; por eso me indignaba tanto verlo sufrir por un imbecil, Santiago se merece lo mejor del mundo, recuerdo que en una ocasión le dije que me gustaría ser sido gay para enamorarme de él… si así hubiera sido yo lo habría hecho feliz, pero no, siempre ha sido mi mejor amigo, mi hermano y ver a mi hermano así, me dolía
-diana te contó cierto?-dijo Chago de repente
-me contó que?-traté de mentir
-eres un pésimo actor… muy malo mintiendo, porque lo intentas si sabe que nunca te creo?- dijo con una media sonrisa, al menos aun sonríe.-pensé
-si me contó…quieres hablar de eso?-le pregunte aunque sabía su respuesta
-no, no quiero escucharte decir ”te lo dije”- contesto cabizbajo
-no podía decirte eso, nunca me imagine que esto pasara
-pero pasó-su voz se quebró
No supe que decir, que le dices a tu mejor amigo cuando le rompen el corazón de esa manera tan cruel?, se supone que son las mujeres las expertas en dar consejos y consolar a los demás, pero en este caso, al parecer ni siquiera Diana había logrado consolarlo
Nos quedamos en silencio unos minutos, miré a mi amigo y tenía la mirada perdida, daba la impresión de que estaba rememorando lo pasado
-mañanas nos vamos a la playa, van todos, así que avísale a tus papas y arma una maleta-le dije
-que? La playa?-me pregunto desconcertado- …. No Pablo no tengo ganas de salir, enserio- volvió a su tono melancólico
-no te estoy preguntando, te estoy avisando- le dije autoritario- asíque arregla tus cosas
-no me puedes obligar a ir. Me contesto muy serio
-de verdad quieres ver si no puedo llevarte a la fuerza?- dije desafiante, el solo me miro muy seriamente, parecía una guerra solo de miradas y al final…yo gané; Chago dio un suspiro y se rió un poco
-y hasta cuando se supone que nos vamos?- me pregunto resignado- pregunto para saber cuanta ropa llevar
-Mm la verdad no lo sé, pero que te reocupas de eso, vamos en confianza, Diana puede prestarte sus calzones-me burlé, quería hacer que se riera un poco y lo logré
-idiota! Ajjajajaj- me dijo dándome un empujón
Nos reímos un rato y hablamos de cualquier cosa, menos de lo sucedido claro, al rato llegaron sus padres y yo partí a mi casa a arreglar algo e ropa, les avise a los demás que se conectaran a cierta hora en Factbook para afinar detalles, luego de hablar todos definir la hora, Amelia se consiguió una Ban con sus padres para poder irnos todos tranquilos y cómodos, todo listo…domingo a la playa
Santiago
Lo mejor que podía hacer era desaparecer unos días, tratar de olvidar lo que había pasado con Fernando…Fernando, aun me dolía pensar en él y rememorar todo lo que paso.
No había dejado de pensar en el porque, en como se había dado cuenta de que me gustaba, como si nunca me atreví siquiera a hablarle, lo converse tanto con Diana y de alguna manera quería justificar su reacción, pero pude, además que idiota justificaría algo así, el no tenía razón alguna para tratarme así, definitivamente ni siquiera valía la pena que pensara en ello, porque cada vez que lo hacia mi imagen de el caía mas y mas
Llegamos a la casa de playa de los papás de Diana, una casa preciosa y muy grande por lo que no tendríamos problema alguno con la disposición de las piezas o camas, aunque eso no habría sido problema, nadie haría no si hubiera tenido que dormir con alguien, pero no era el caso.
Arreglamos un poco las cosas y partimos a un supermercado a comprar comida, Amelia y yo bajamos del auto dejando a Agustín durmiendo en él, los demás se habían quedado en la casa. Caminábamos por los pasillos del súper con Amelia buscando lo que necesitábamos…
-como estas?-me dijo de repente
-tranquila, estoy bien-le sonreí, aunque no fue muy enserio
-vamos a disfrutar estos días porque…-
-Amelia –la interrumpí-… gracias, de verdad, se que Diana les contó lo que paso y aunque no he querido hablarlo se que hacen todo esto para distraerme y quizás no se lo diga a los demás, por eso espero que tu lo hagas por mi… de verdad gracias, los quiero demasiado, a todos.- Amelia solo me miro, me dio una sonrisa radiante y me abrazó
-no vamos a halar mas de eso ok?, nos vamos a pensar mas en eso, no vale la pena, vinimos a distraernos
-si, tienes toda la razón, nada mas, no voy a pensar mas en eso- le dije, seguimos caminando y volví a repetir en mi cabeza- no mas
Fernando
No quería levantarme de la cama ni mucho menos salir de la casa, pero tenia que verlo, tenia que pedirle disculpas, no, tenia que pedirle perdón.
En todo el fin de semana no pude sacarme su imagen de la cabeza, no logre dejar de pensar en el, en lo que había pasado, en como lo traté, en como lo insulte y como reaccionó ante todo lo que le dije, me dolió cada palabra suya me dolió, pero que esperaba no tenia ningún derecho a quejarme.- bien merecido te lo tienes, idiota- me dije levantándome de la cama
Entre en la ducha y pensaba en que le diría cuando lo viera, no podía esperar, tenia que ser cuanto antes, tenia que ser en cuanto se cruzara frente a mi, llegué a la conclusión que lo mejor que podía hacer era decirle lo que me naciera en el momento, esa seria la disculpa mas sincera, aunque la ultima vez también había sido improvisado y no salio nada bien.
Y ahora, ahora tenia otro problema, días atrás lo había escuchado hablar con esa amiga algo sobre irse a la playa los días que no habrían clases, entonces no estaría en u, aunque tampoco era seguro, no importa me decidí y partí de todas formas a buscarlo, esperaba que no hubiera viajado.
Llegué a la facultad y lo busque por todas partes, no estaba en ningún lado, ni el ni sus amigos, rayos!, como iba a encontrarlo ahora, pregunte por él a quienes sabia que eran sus compañeros y todo el mundo me dijo que no lo habían visto, como tampoco vi a sus amigos pensé que no me quedaba de otra mas que esperar hasta que volvieran las clases normales. Salí de la facultad derrotado, me encontré con algunos amigos que insistieron en que me quedara pero no tenia interés en nada mas que no fuera encontrar a Santiago; iba camino al metro cuando pensé en ir a buscarlo al único lugar fuera de la universidad donde era seguro que tenia que estar, su casa, sabia donde vivía por lo que no lo pensé dos veces y corrí a buscarlo
Cuando llegué no sabia si tocar el timbre o no, al final no lo pensé mas y llamé, estaba ansioso, me sudaban las mano y sentía my corazón mas acelerado que nunca, la puerta se abrió, salio un hombre, mayor de unos 45 años vestido con un terno negro muy formal, me imagine que era su padre
-si?- me pregunto al ver que yo no reaccionaba
-eh hola, buenos días, disculpe pero estoy buscando alguien, busco a … santiago, podría hablar con él? –le dije sumamente nervioso
-eres amigo de mi hijo?- si acerté
-bueno, eh somos compañeros en la universidad
-ah bueno, si o buscas por algo relacionado con la universidad entonces puedo decirte, Santiago no está, se fue a la playa con unos amigos- no puede ser, pensé
-y cuando podría venir a buscarlo?- le pregunté
-mira la verdad no lo se, hablé hace muy poco con él y me dijo que se iban a quedar unos días pero no sabía hasta cuando, lo siento
-ah bueno ok no importa, no era por nada urgente en todo caso, muchas gracias de todas formas, adiós- di media vuelta y comencé mi regreso a casa
-hey! Chico!- escuché- cual es tu nombre?
-Fernando
-ok Fernando, quieres dejarle algún recado, quieres que le diga algo cuando hable con él?
-no no se preocupe, no era nada importante, yo hablo con el luego, gracias, adiós- me fui
Maldición! Definitivamente mi semana no iba a ser buena, necesitaba tanto hablar con el, necesitaba verlo, llegué a mi casa y volví a tirarme en la cama, no dejaba de pensar en el pero esta vez no pensaba en lo que había ocurrido el viernes, sino que en todo lo demás, pensaba en las veces que estaba en la cafetería y el disimuladamente posaba sus ojos en mi, pensaba en las veces que había chocado con el o cuando estuvimos solos en el ascensor, lo nervioso que se ponía, lo tierno que era, como no me acerque a él antes, como no intenté hablar con el si era obvio que el jamás se me acercaría.
Después de un rato empezó mi dilema nuevamente, porque no lograba sacármelo de la cabeza, porque no dejaba de pensar en el, y no solo desde el viernes, si no que de mucho antes, Santiago se había metido en mi mente y no quería salir de ahí, era lo único en lo que pensaba, tenia sueños con el, cuando estaba con mi novia pensaba en él, incluso cuando la besaba era el rostro de él el que aparecía en mi cabeza, que me pasa? Me pregunte, traté de hilar ideas y no podía creerla respuesta que llegaba a mi mente, era imposible… -me gusta?- me pregunté- me gusta Santiago?.. no puede ser..me gusta.-
Santiago
Llevábamos ya tres días en la playa, tres días que me sirvieron y mucho, no voy a mentir, quizás durante el día estaba tan ocupado pasándola bien que Fernando no se pasaba por mi mente, pero en las noches, en cuanto ponía mi cabeza en la almohada su rostro aparecía de la nada, pero no veía al chico que intentaba mirar disimuladamente en la cafetería para que no se diera cuenta, no veía al chico que parecía no preocuparse por nada, que siempre permanecía pensativo y absorto a todo lo que pasara a su alrededor, no, a quien veía era al idiota que me insulto como nadie lo había hecho antes, tenia tanta rabia pero tanta pena al mismo tiempo, no quería pensar en el pero inevitablemente cuando aparecía en mi cabeza no lograba evitar una que otra lagrima, aunque supiera no que no valía la pena, no podía dejar de pensar en él.
En la noche estaba listo para dormir cuando mi teléfono sonó… Lucas
-Hola, te molesto?-me pregunto, parecía nervioso
-hola..no no como crees, para nada…-le dije- como estás?
-bien, quería saber de ti, hace días que no hablábamos y quería saber que es de mi nuevo amigo
-ajajá ni tanto días tampoco
-pensé en ir a verte a la facultad como tipo sorpresa, pero me acorde que me habías dicho que no tenias clases esta semana, así que pensé que quizás podríamos salir…por ahí o que se yo- me hizo reír el nerviosismo en su voz, no se bien porqué pero me lo imagine nervioso y muy avergonzado
-sería bueno, pero no puedo, estoy en la playa, aproveché estos días libres para salir con unos amigos
-ah pero ira que bien! Esa si que es vida- me dijo riendo- si todos pudiéramos darnos esos gustos jajaja
Hablamos un rato, bueno en realidad un par de horas, cada vez que hablaba con Lucas el tiempo pasaba volando, quedamos en que en cuanto volviera lo llamaría para juntarnos, después de despedirnos y dispuesto a dormir vuelve a sonar el celular
-hola..-mi padre
-hola papá…que tal?
-quería saber que es de mi hijo, como no volviste a llamar y te llevo llamando un buen rato pero sonaba ocupado
-ah si es que estaba hablando con un amigo, pero tranquilo estoy bien, ahora mismo iba a dormir
-ah entonces era solo eso, quería escucharte ya que no das señales de vida- me dijo como regañándome
-papa..no exageres jajja
-bueno bueno, te dejo hijo que ya es tarde, ah! Casi lo olvido, vino a verte un compañero de la facultad, quizás debas hablar con él se veía preocupado aunque no quiso dejar recado
-un compañero?...que compañero?-pregunté extrañado
-como es que dijo que se llamaba, eh era… -i padre intentaba recordar el nombre-… Fernando, si Fernando
-que?...Fernando? estas seguro?- pregunte mas que extrañado, estaba espantado, no tenia ningún compañero de carrera son ese nombre, pero sabia muy bien de un Fernando en especial
-si si claro que estoy seguro…-me dijo- un chico alto pelo negro, de piel blanca, se notaba preocupado, por eso me extrañó que no quisiera dejarte recado porque….-ya no escuchaba lo que mi padre decía, no podía ser, feña había ido a mi casa a buscarme…preocupado? Imposible- bueno hijo te dejo que es tarde, cuídate y no dejes de dar señales, adiós
-adiós- dije aun anonadado
De verdad Fernando había ido a mi casa? Eso que significaba, quizás, estaba arrepentido de todo lo que me había dicho?, quizás, no no no no, imposible, no importa, si era él no importa a que fuera a buscarme, no me importaba, me lo jure a mi mismo, no me importaría mas lo que pasara o lo que hiciera o dejara de hacer ese tipo, ya no mas, no mas!
Desde ahora ya no mas tortura, ya no mas suspiros, nada, nunca mas nada por él, porque puedo estar muy enamorado que aunque suene imposible por no tener cercanía con el, si, me enamoré, pero no importa, ya nada que lo incluya a él me importa, decidido.