Piensa en frío..él altero mi mundo (24)

..siento su respiración entrecortada y el susurro de sus palabras en mi oído, recorro su pecho con mis manos y necesito sentirlo más, quita el estorbo en que se ha transformado mi camisa y la sensación de pegar su cuerpo al mío me hace alucinar…Dios quiero esto…lo quiero a él… con manos torpes y...

Hola! 0//0

Al fin!... despues de no se cuanto tiempo (no quiero pensarlo) vuelvo con un capitulo nuevo que como siempre espero les guste, de todo corazon lo digo y por dos razones, la primera es que amo mas que muchas cosas en el mundo leer a quienes comentan o me encriben al mail diciendo que les ha gustado el capitulo, wow no saben la sensacion tan espectacular que produce eso en mi -  Y la segunda porque no se imaginan lo dificil que Fue escribir Este capitulo, me costo un infierno y como siempre he sido total y absolutamente sincera con ustedes es que les confieso con el dolor de mi alma que no se me ocurria NADA para continuar el capitulo anterior, enserio NADA cada vez que me sentaba a escribir, porque como les comente, ahora estoy de vacaciones, cada vez que lo intentaba pues me quedaba en blanco, eso me frustro bastante y deje de intentarlo por  unos dias, creo que fueron varios dias de hecho, pero hoy, cuando desperte y aprovechando que estaría todo el dia sola en casa, me sente y escribi todo el capitulo de una vez, y DIOS! fue tan maravilloso - tanto que ahora mis dedos estan un poco acalambrados y me cuesta un infierno escribir esta nota, incluso el dolor en mi vista por la luz del notebook vale la pena xD lo juro.

Aclarado ese punto les comento que este capitulo es el principio del fin...

bueno no tan asi xD lo que quiero decir es que es la introduccion a lo que se me acaba de ocurrir y que sera un poco complicado pero que ya me decidi y quiza smañana mismo comience a escribirlo, de todas formas y a peticion de quienes me han pedido que cuente un poquito mas de Tomás es que decidi ahondar en parte del oscuro pasado de este muchacho, no es mucho pero si es algo complicad que espero les guste y no los decepciones o les produzca algo mas, que se yo (mi cabeza ya no hila una frase seguida, lo siento mucho mucho)

otro punto.... la cancion que aparece o el estractoq ue aparece es de La cancion Here in my room - de INCUBUS, que fue el fondo de todo este capitulo, si, aveces me da por escuchar una cancion el dia entero y no pienso en nada mas, bueno, esta vez me ocurrio con esta y el corazon me da vueltas al recordarla, esas cosas pasan, espero les guste...

creo que eso es todo, si olvido algo lo comentare mas adelante, ahora no me queda mas que decirles que espero lo disfruten, amen y lloren con este capitulo, bueno no, mejor sin llanto, pero si espero que les guste COMO SIEMPRE LO HAGO LES PIDO QUE COMENTEN O QUE ME ESCRIABN COMO QUIERAN, SIEMPRE CONTESTO LOS MAILS ASIQUE ME HACEN EXTREMADAMENTE FELIZ CUANDO ES ESCRIBEN... POR FAVOR NO DEJEN DE COMENTAR Y DARME SU OPINION, SEA LA QUE SEA, COMO SIEMPRE LAS CRITICAS SON MUY BIEN RECIBIDAS...

UN BESO MIS CACHORROS... ah! y casI lo olvido, espero hayan tenido todos unas hermosas fiestas de fin de año, yo que estuve de cumpleaños el 31 de diciempre lo pase de maravilla asi que espero que ustedes igual.. nuevo año, nueva vida, disfruten y sean felices, eso besos a todos (las disculpas por la tardanza creo que ya estan de mas, ademas creo que puedo redimirme con lo extenso de los capitulos, siento que ya no puedo publiar capitulos mas cortos D:

espero sus comentarios y sugerencias de todo tipo, besos a todos, sean felices y hagan el amor con el mundo!! eso - me excedi en la nota, pero bueno... MIL BESOS Y COMENTEN... LOS QUIERO

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Tomas

-no vas a decir nada?- Rodrigo permanecía con la mirada en el suelo desde lo que dije, no debí decírselo, no lo he hablado con nadie

-no sé qué decir –seguía sin mirarme, me levante del sillón y caminé hacia él, al acercarme note la tensión en su cuerpo

-tienes que alejarte de mí – levanto las vista y me miro sonriendo

-sería mucho más fácil si no volvieras a aparecer, no crees?- es cierto, soy yo el que vuelve a buscarlo, el dejo de llamarme, dejo de insistir, soy yo quien lo busca, quien lo molesta, aunque sé que no tengo que hacerlo porque se cómo terminaría, aun así… aun así no puedo dejarlo, y me irrita no entender por qué.

Santiago

-Sigues preocupado?

-por?

-por Rodrigo…

-un poco, no lo sé, quizás no sea nada y tampoco me corresponde entrometerme en sus asuntos

Bajamos del auto en silencio, Fernando no había hablado mucho en el camino, en realidad casi no había abierto la boca para nada, a menos que yo le preguntara algo o de vez en cuando me miraba sonriendo, no sé qué puede ser lo tan malo que pueda ocurrir con Rodrigo, la verdad es que yo también había notado que estaba extraño, casi siempre demasiado pensativo y las veces que me había encontrado con el siempre su expresión era la de quien lleva semanas sin dormir, se veía total y absolutamente demacrado.

Entramos en la casa de mi novio solo para buscar un par de cosas que necesitaba, al final del día cuando planeábamos pasar la tarde juntos Pablo apareció y muy a su manera le pidió a Fernando que le ayudara a estudiar algo que él no comprendía, muy a mi pesar dije que entonces yo me iría a casa, pero mi amigo dijo que no era necesario, que fuera con ellos, siempre y cuando “no estuviéramos babeando frente a él ni haciendo escenitas”, yo me reí porque de todas formas tener a Pablo al lado nos impedía estar tranquilos, resulto ser que Diana también estaría, dijo que aprovecharíamos de estar un tiempo solos mientras ellos estaban ocupado, pues bueno, Fernando necesitaba algunos apuntes y documentos para ayudar a Pablo y por eso estábamos en su casa.

-quizás podrías limpiarla de vez en cuando- le dije riendo al ver el desorden y caos en que estaba transformada su habitación, podría haber encontrado de todo en ella, desde platos de comida vacíos, la ropa tirada por todo el suelo y los libros y documentos amontonados en rincones

-con qué fin, si después vuelve a estar sucio- lo mire sonriendo- además…-dejo lo que estaba haciendo para ponerse de pie frente a mí- hay algo mucho mejor que puedo hacer aquí… -camino hacia mí con ese brillos en sus ojos mientras yo sentía el rubor subir a mis mejillas… demonios Santiago, es que nunca te acostumbrarás a esto…

-que haces… no hay tiempo- le dije sonriendo mientras Fernando ya tenía su cuerpo pegado al mío y comenzaba a besarme

-siempre hay tiempo…-susurro en mi oído- además… casi nunca estamos solos… te extraño- envolví mis brazos en su cuello y me abandone a sus besos, como siempre, en momentos me faltaba el aire y a él también, lo sé, entonces nos separábamos un segundo para clavar su mirada en la mía, guio mis pasos y me deje llevar hasta que mis piernas chocaron con la cama y caí de espaldas con el cuerpo de mi novio sobre el mío, el peso de su cuerpo y sus manos recorriendo mi pecho mientras no dejaba de besarme, ambos estábamos en nuestra propia burbuja… y me encantaba…

Solo hasta que la puerta de la habitación se abrió de golpe y una Bárbara agitada y con sus ojos llorosos entro corriendo, ambos nos sorprendimos y no sé cómo, aún no me lo explico pero de un segundo a otro yo ya estaba de pie en un rincón de la habitación y Fernando yacía en el suelo de esta al caer de la cama.

Bárbara nos miró con los ojos desorbitados y luego se sonrojó, se disculpó con la mirada y salió de la habitación tan rápido como había entrado, Fernando la miro sorprendido, más que por la situación en la que nos había encontrado lo que sorprendía era el estado en que ella venía, dio una rápida mirada hacia mí y entendí que iría tras ella, asentí con la cabeza y se apresuró a bajar las escaleras cuando sentimos el golpe en la puerta de entrada a la casa

Diablos…

Cada vez se nos hacía más difícil estar un momento solos…

Rodrigo

Sigo de pie frente a él mientras intento digerir sus palabras, no puede ser lo que acabo de escuchar, no puede estar pasando, sé que está mal, que su vida es un enredo de dimensiones desproporcionales, pero de ahí a esto, diablos no, no puede ser tanto.

Siento su mirada en mi rostro, sus ojos pendientes de cada movimiento de mi cuerpo, pero en realidad yo no me muevo, no puedo, entonces con el poco aliento que me queda, junto valor y me atrevo a hablarle.

-cómo fue?- pregunto sin mirarlo

-no quieres saberlo –su voz es grave, la siento lejana

-necesito saberlo, ya me lo dijiste, entonces quiero saberlo todo… ¿Qué ocurrió? ¿Quién era? ¿Por qué?   -las preguntas se amontonaban en mi cabeza y forcejeaban unas con otras para ser gritadas y obtener alguna explicación

-en España, antes de volver al país –me sorprendió escuchar su respuesta… ¿en serio va a contármelo?... bueno Rodrigo, eso es lo que querías

-¿Quién era? –Vuelvo a preguntar- ¿Quiénes saben de esto?

-nadie lo sabe…. Su nombre no importa, solo importa como terminó

-¿Qué fue lo que le hiciste?

-lo humillé- sus palabras eran bofetadas- jugué con él, hice de él lo que quise y cuando me aburrí, solo lo dejé

-igual a…-no logro terminar la frase pero no es necesario, el entiende lo que mis boca no es capaz de decir

-si… igual que contigo –los recuerdos vuelven a mi mente y todo lo que ha pasado se torna más oscuro y doloroso

-lo supe dos días después, por una e-mail, cuando lo recibí, ya estaba hecho

-no entiendo

-se suicidó

-Tomas… entonces tu no… eso no es lo mismo que decir que tu lo mataste, hay un abismo de diferencia entre las dos cosas porque dices que tu…

-YO LO MATE!!! –su grito me calla, la sentencia en sus palabras es lapidaria y me estremezco- yo lo mate y eso es todo!!!, el cómo no importa, está muerto y por mi culpa –no entiendo lo que dice pero tengo miedo de volver a preguntar..- lo humillé, jugué con el, me rogo que no lo lastimara, que me quedara a su lado, rogo que lo quisiera y jamás me importó, lo que te he hecho a ti Rodrigo, como te he tratado a ti, no es nada al lado de como me porte con él y ahora, ahora está muerto, como haya sido no importa, solo importa saber que se vio colapsado por todo el daño que le hice y cuando ya no vio salida, escribió un e-mail de despedida, ese e-mail reafirma mi culpa- su mirada estaba fija en un punto desconocido, parecía que con cada palabra que salía de su boca los recuerdos se amontonaban en su cabeza… mi cabeza parecía querer estallar cuando volvió a hablar…- quizás yo no haya puesto las pastillas en su boca, pero fui la razón por la que decidió hacerlo, soy tan culpable de su muerte como si yo mismo lo hubiera asesinado, la muerte de Anthony va a ser siempre el hecho que me recuerda la mierda que soy y de lo que soy capaz..

Por primera vez siento pena de su expresión, sé que está recordando y que se tortura con cada recuerdo, culparse de esa forma de la muerte de alguien, vivir con ese pensamiento, con la culpa, con la rabia, ahora entiendo sus advertencias, sus avisos… “aléjate de mi”….”no sabes lo que puedo hacer”…. “solo vas a salir lastimado”, quizás el teme que yo tenga el mismo final que aquel chico, quizás en el fondo está preocupado por mi, y aunque acabo de escuchar parte de su pasado, un pasado oscuro y doloroso, a pesar de ello, hoy quiero mas que nunca estar a su lado y hacerlo ver, que él no es el culpable de la muerte de nadie, que no puede seguir torturando su mente con esas ideas, pero ¿Cómo lo hago entender?, sé que hay millones de cosas de las que no tengo idea y que él no va a decirme, pero no me importa, quiero estar con él y por primera vez hablo sin pensar, con miedo, pero hablo sin pensar…

-te amo –el alivio en mi pecho es tan grande cuando esas dos simples palabras se escapan, su ojos vuelven a mí y espantados analizan mi rostro, siento mi cara arder y mi corazón va a salir por mi boca en cualquier momento, aun con los nervios y el pánico sostengo su mirada.

-que no entiendes lo que te digo!!!- me grita mientras se pone de pie mirándome horrorizado y camina hacia mi.. . tiemblo

-si, lo entiendo, pero…-respiro hondo y reúno un poco más de valor…- no puedo hacer nada, solo… solo te amo

-NO!...- su mano golpea mi rostro con fuerza y pierdo el equilibro, ya no sé qué más esperar de él, no sé cuál será su reacción ante cualquier cosa que yo pueda decir…- NO PUEDES HACERLO!! –vuelve a gritar y con fuerza toma mis hombros haciendo presión en ellos

-me lastimas- le digo en un susurro, aun no puedo quitar mi mirada de la suya y en sus ojos por primera vez veo un infinito dolor

-quieres acabar igual que él?!!! Quieres que te destruya de tal manera que tu vida no sea más una miseria sin sentido?!!!

-no lo harás –le contesto seguro, con una seguridad desconocida hasta ese momento, debo mantenerme firme, sé que puedo con él

-que mierda tienes en la cabeza! Si quisiera podría acabar contigo ahora mismo, ACASO NO LO ENTIENDES?!!- vuelve a gritar y por primera vez le respondo de la misma manera

-ERES TU QUIEN NO ENTIENDE!!!... ya no puedo hacer nada con esto, no puedo negarlo, trate mil veces trate de sacarte de mi cabeza pero no puedo carajo!! Y tu vuelves, me pides que no me acerque más a ti pero vuelves, me buscas y se, diablos Tomas sé que quieres estar conmigo, sé que me quieres!!!

Sus manos dejan de presionar en mis hombros y da un par de pasos atrás, me mira con horror en el rostro, quiero mantenerme firme, tengo que hacerlo, el lucha consigo mismo y lo veo contrariado…

Pero cambia… su expresión cambia de un segundo a otro, tan rápido que un escalofrío recorre mi espalda, no puedo creerlo, me niego a creerlo…

Él ríe… se ríe de mí … y esa sonrisa burlona, de superioridad e irónica  reaparece en su rostro, después de tanto tiempo vuelvo a sentirme a la deriva y es como si mi vida pendiera de un hilo tan endeble y frágil que Tomas maneja a su antojo y en cualquier momento corta destruyendo todo de mi…

-Rodrigo…- el tono de su voz es distinto, grave, oscuro, no…- Rodrigo…- repite irónicamente…- he conocido unos cuantos idiotas en mi vida pero tú eres sin duda el número uno, eres patético –sus palabras hieren y duelen más que los golpes que me ha dado- no eres nadie, yo no siento nada por ti, solo has sido siempre una entretención, pero ya me cansé de ti, de tu patética y miserable humanidad, ya me arte de ti, quita de tu cabeza esas estúpidas ideas y ten un poco de dignidad, no eres nadie para mí.

Toda la seguridad en mi voz se desmorona en dos segundos, con una frase que salga de su boca puede hacer añicos mi mundo y destruirme sin ninguna compasión, tiene razón, soy patético…, entonces mi mirada se encuentra con el suelo antes de sentir sus pasos hacia la puerta, lo veo recoger lo que queda de sus cosas y terminar de vestirse, toma su chaqueta y como lo hizo tantas veces, sonríe burlándose de mí, abre la puerta y desaparece antes de que esta se cierre antes mis ojos…

Apoyo mi espalda a la pared y me dejo caer con la cabeza en las manos mientras las lágrimas comienzan a aparecer y el dolor en mi pecho me impide respirar, si… la humillación duele más que cualquier golpe…

Fernando

Salgo de casa corriendo tras mi hermana, sé que su reacción no es por cómo nos encontró a Santiago y a mí, no, algo ocurre y no voy a dejarla hasta saberlo

-Bárbara!! –grito tras ella pero me ignora y sigue caminando, acelero el paso y llego a su lado obligándola a detenerse y ponerse frente a mí, su rostro esta demacrado y no deja de llorar—que ocurre?

-lo siento, lamento haber entrado sin avisar pero pensé que estarías solo, en realidad ni siquiera lo pensé y no me pregunte si quizás estarías ocupado yo…-hablaba sin siquiera respirar, la miraba preocupado, mi hermana no es así

-no no, eso no importa Barby que ocurre? –me mira por un segundo y en medio del llanto se aferra a mi cuerpo mientras la abrazo y trato de consolarla

Entre llantos me cuenta de apoco lo que ocurrió…

Muy a mi pesar, mi hermana aún guarda esperanzas en nuestro padre, comieron juntos y en la conversación surgió el hecho del final en la relación de Bárbara y su novio, aquel tipo de familia acomodada y altanero, la mascota de mi padre porque traban juntos, más que nada parecía ser un noviazgo arreglar por mi padre, siempre lo pensé así, pero Bárbara se veía feliz a su lado.

Me conto que nuestro  padre le había reclamado el haber terminado la relación argumentando que jamás encontraría alguien más como él, cosa que yo agradezco porque el tipo es un verdadero imbécil, pero mi hermana es débil, sentimental y sobre todo vive de esperanzas, pero no la culpo, siempre lo ha querido demasiado.

Pero no fue solo eso, además de humillarla y restregarle en la cara lo que según él son errores de mi

hermana, también puso énfasis en hablar todo tipo de pestes de mí y ella al no lograr hacerlo cambiar de opinión, solo entro en pánico, siempre le he dicho que no intente defenderme ante mi padre, no necesito su aprobación ni nada de él, pero mi hermanita es obstinada.

Cuando logro calmarla y hacer que deje de llorar como una pequeña de cinco años, regresamos a casa con ella colgando de uno de mis brazos, cualquiera diría que yo soy el mayor..

-estoy cansada, solo me daré un baño y dormiré- dice cuando estamos entrado en casa- por favor dile a Santiago que lo siento, no volveré a entrar a tu cuarto sin tocar a la puerta primero- sonríe mientras yo me sonrojo

-Barby no pasó nada que, bueno tu no…-la palabras se amontonan antes de salir de mi boca

-yo no vi nada- sonríe mientras besa mi mejilla y la veo subir las escaleras.

Camino hacia la cocina por un vaso de agua y me prometo dejar de actuar como un niño al que sorprenden haciendo un travesura cada vez que ella o mi madre pronuncian a Santiago, seguir fingiendo es una soberana estupidez.

Vuelvo a la habitación y encuentro a Santiago sentado a los pies de la cama con la cabeza entre más manos, me mira sorprendido y no dice nada, parece preocupado, expectante me habla solo con la mirada y entiendo que está preocupado por lo que paso, antes de hablar prefiero evitar cierta parte de la historia, en particular los insultos de mi padre hacia mí, Bárbara los repitió uno a uno sin excepción, y la verdad es que ya los había escuchado antes pero no quiero que Santiago se sienta mal por la situación con mi progenitor, por eso, mejor lo tranquilizo

-no es nada- sonrío, pero me mira muy serio y es como si me estuviera analizando

-no me mientas

-no lo hago- hablo muy seguro –mi hermana tuvo un mal día, un mal encuentro con mi padre y está un poco sentimental, eso es todo

-que dijo sobre… bueno… sobre lo que… lo que vio?- tartamudea entre frases y sonrío al notar que esta avergonzado

-nada, solo quería hablar de lo que paso hoy y en realidad ni siquiera se fijó, quise hablarlo pero dijo que no me preocupara, que no vio nada

-qué vergüenza!! –tapo su rostro con sus manos dejándose caer en la cama

-hey…-me acerco a él y vuelvo a estar sobre su cuerpo- tranquilo… no fue nada- la tentación es demasiado grande y no puedo besar su cuello, siento su cuerpo un poco tenso y antes de que pueda volver a hablar o tratar de calmarlo, sus manos me detienen y presionan mis hombros obligándome a levantarme

-no, ahora no- se levanta de la cama y yo me siento mientras lo miro caminar de un lado a otro

-te puedes calmar?

-no!... Dios! Fernando tu hermana, quizás que… -vuelve a tapar su rostro con las manos- hemos sido muy imprudentes en este tiempo, no podemos ser así

-al carajo la prudencia…-tomo su camisa y lo obligo a moverse hacia mi hasta que cae sobre mi pecho y volvemos a estar recostados

-por qué haces esto? –dice acongojado mientras acaricio su espalda

-qué?

-esto- sus ojos se clavan en los míos y el rubor en sus mejillas es indescriptible- sabes lo mucho que me cuesta resistirme a ti

-entonces no lo hagas

-oh si claro… es muy fácil decirlo pero en la practica la idea es total y rotundamente desagradable, no puedo resistirme y tampoco quiero hacerlo…. Y tú me torturas

-Santiago!!- una carcajada se escapa de mí y no puedo evitar reír ante los recuerdos que se me vienen a la cabeza- tienes que decidirte, no puedo creer que estés reclamándome esto si hace tan poco tiempo nuestras peleas eran por todo lo contrario, no quiero seguir escondiéndonos

El brillo en sus ojos me hipnotiza y esa sonrisa que tanto amo termina por hacerme perder la conciencia por un par de minutos, no se cuánto tiempo podría estar así, cuando tiempo podría tenerlo así sin cansarme, probablemente ese momento no llegue jamás y es que lo amo, locamente lo amo y por primera vez siento que eso de lo que hablan es verdad, cuando la gente habla del amor dicen que te hace actuar como un niño, como un adolescente, lo único que quieres es hacer feliz a quien amas, es lo único que te importa y su sonrisa es el mejor regalo que puede darte, sus besos te pueden hacer entrar en una burbuja donde solo estas tú y quien amas, y demonios así me siento yo, es alucinante, pero me gusta

-oh mierda no puedo…-su voz me saca del trance en que estaba pero sentir ahora sus labios en los míos hacen que vuelva a la burbuja, a lo lejos siento un ruido molesto pero no le doy importancia y lo ignoro, las manos de Santiago se mueven ansiosas por mi pecho y van quitando uno a uno los botones de mi camisa, recorro sus labios con los míos y dando un suspiro él levanta la cabeza mirando al cielo, entonces vuelvo a sentir su piel cuando recorro su cuello y el aroma de su perfume y de su piel se mezclan produciendo en mí el mismo efecto que tendría una droga.

Pero la burbuja se rompe y maldigo al infierno, no es justo…

-no puede ser…-le escucho decir y con una expresión de disculpa pero igual de fastidiado como estoy yo en este momento de su bolsillo toma el maldito celular que no deja de sonar y pone los ojos en blanco antes de contestar…- dime Pablo

Escucho los reclamos de Pablo del otro lado de la línea y preguntando porqué tardamos tanto en estar en su casa, fastidiado Santiago se pone de pie y yo le sigo resignado a que este no es nuestro día… Pablito… esta te va a salir muy cara…

Santiago sale de la casa mientras yo camino a la habitación de mi hermana, golpeo la puerta y su voz me dice que se está quedando dormida, abro un poco la puerta y la veo en la cama con los ojos luchando por mantenerse abiertos, envía un beso para mi mientras le aviso que saldré por un rato de casa.

Entonces salgo y Santiago me espera en la entrada de la casa, en silencio subimos al auto y partimos rumbo a casa de Pablo, una vez allí nos recibe con mala cara mientras se queja de que lo hayamos dejado solo con Diana… de seguro encontraron como entretenerse…

-más te vale que aprendas rápido y no te quejes tanto, acabas de arruinarme la tarde Pablito, esto te va a salir caro, por cada ejercicio que hagas mal, vas a recibir un castigo, ahora ponte a estudiar y ya no te quejes- le digo y siento la risa exagerada de Diana de fondo, Pablo me mira y parece estar en blanco sin saber que contestar, entonces cierra la puerta tras de sí y camina a donde tiene apilados libros y cuadernos concentrándose en ellos, lo sigo y me encuentro con la mirada divertida de mi novio, se sonroja cuando le guiño un ojo y me resigno a un tarde de estudio… demonios…

Tomas

No debería estar aquí…

No debería haber vuelto a este lugar… aquí solo encuentro la mierda de la que prometí salir.

Cuando llegue de España no fue difícil encontrar a quien me abasteciera de drogas, pero hace unos días me había prometido a mí mismo no volver a buscarlas, no por mi familia, si no que por mí, por no sentirme así cada vez que la ansiedad me invade el cuerpo.

El efecto dura tan poco que me enfurezco por depender de esto, los recuerdos tanto de la conversación con Rodrigo como también las imágenes de mi cabeza me atormentan y no quiero, diablos no quiero pensar en nada de ello, pero no puedo evitarlo.

Las palabras de Rodrigo dan vueltas en mi cabeza y me recrimino el no haber sido capaz de alejarme de él antes de que esto pasara, sabía que tenía que hacerlo pero no me importó, buscaba una entretención mientras conseguía a Santiago otra vez, el maldito problema es que Rodrigo paso de ser una entretención a una obsesión, y es tan fuerte como la dependencia que siento por estas malditas drogas, y cuando lo saco de mi cabeza las imágenes vuelven a atormentarme…

… Sé que no tendría que haber venido, pero no lo pude evitar, aun no creo lo que está pasando y movido por mi culpa y el maldito y asqueroso morbo de Alex, estoy frente al cajón donde yace el cuerpo inmóvil del chico al que le arruine la vida…

-quien lo diría- la voz de Alex me despierta –ni siquiera yo les he hecho tanto daño- vuelvo mi mirada hacia él y esa estúpida sonrisa me asquea

-podrías dejar de burlarte al menos

-oh Tomas por favor… los débiles no sirven para nada, él fue siempre débil y patético, en serio, no nos hagamos los preocupados ni mucho menos finjas que te importa su final

-me importa

-claro… después de todo, es tu culpa – aun sonríe y me produce arcadas

-yo no quería esto, nunca pensé que podía llegar a esto

-si bueno yo tampoco, lo admito, pero no me extraña, piénsalo… recuerda cada una de las humillaciones que lo hiciste pasar y de cómo lo trataste, diablos recuerdos sus patéticas declaraciones de amor y no puedo pensar otra cosa más que este mundo se libró de un idiota

-cierra la boca!! –alzo un poco la voz y siento las miradas de algunos presentes sobre mí, entonces veo a quien reconozco como la madre de Anthony acercarse a nosotros, y es que jamás supe nada de su familia, nunca me intereso, pero he visto cómo se acercan a ella y la abrazan entre lágrimas, cuando la siento demasiado cerca quiero dar media vuelta y salir de ahí pero mis ojos se fijan en el rostro de Alex y estoy en shock por ver su cambio de actitud

-ustedes era amigos de mi Tony?- la voz cálida y casi en susurro de la mujer detiene mi huida

-sí, éramos amigos de Tony- le contesta Alex con su mejor actuación, fingiendo pena y dolor…-de hecho Fernando y él eran muy cercanos –lo miro espantado y sé que el muy maldito lo está disfrutando- la mujer me abraza y en una breve conversación me habla de los últimos días de su hijo, lo deprimido que estaba y se recriminaba el no saber el porqué de su dolor, de reojo miro a Alex y está conteniendo la risa… bastardo.

La mujer insiste en que los acompañemos al cementerio, quiero largarme de ahí, no soporto el ambiente y mucho menos saber que todo esto es por mi culpa, cuando voy a excusarme Alex se adelanta y asiente por los dos, entonces no soy capaz de negarme ante la mujer que me mira como si supiera quien soy… en el camino al cementerio Alex no dice nada y yo no quiero escucharlo, solo deseo partirle la cara a golpes.

Después de la ceremonia y cuando la gente comenzó a retirarse, solo entonces me acerco un poco más a la tumba de Anthony y la presión en el pecho es tan fuerte que no se si pueda aguantar, entonces salgo del lugar casi corriendo y cuando llego al auto Alex viene detrás de mí, muy calmado

-bueno, se acabó el show y el drama, vamos por algo de diversión? –me mira sonriendo con esa asquerosa expresión en su rostro, resisto la tentación de molerlo a golpes

-eres un hijo de puta

-Tomas no te desquites conmigo, yo no soy el culpable de la muerte de ese muchachito, el culpable eres tu… no lo olvides

Y no lo he olvidado….

No quiero el mismo final para ti Rodrigo, no quiero cargar con la culpa de haberte destruido de la misma forma, por eso prefiero que me odies, tienes que odiarme, escucharle decir que me ama es el mayor castigo que puede darme, porque me pide que me quede con él, cuando lo único que tengo que hacer es dejarlo, alejarme y no volver a buscarlo, no puedo volver a buscarlo.

Entonces prefiero herirlo, porque no sé hacer las cosas de un modo distinto, porque no puede quererme, porque no puede amarme, porque no lo merezco, y lo más importante, porque no quiero hacerle más daño.

Entonces me decido, esta vez no volveré, esta vez no insistiré, Rodrigo saldrá de mi cabeza de la única forma que sé que puedo lograrlo, encontraré alguien más, de hecho, ya he decidido a quien quiero tener…  Santiago

Solo así no volveré a buscarte Rodrigo, solo así te dejare en paz antes de que sea ya muy tarde.

Santiago

Ya son casi las once de la noche cuando Diana, Fernando y yo salimos de casa de Pablo, y es que mi amigo resulto estar muy desconcentrado, Fernando se veía cabreado y cansado pero aun así insistió hasta que Pablo entendió lo que estudiaban, por mientras Diana y yo habíamos estado hablado sin descanso, se quejó de que pasara tanto tiempo con mi novio, aunque dentro de mi creía que era todo lo contrario, prácticamente jamás estábamos solos, pero no quise discutirlo con ella, si  le reclame su historia con Pablo y su mala actitud la última vez que estuvimos todos juntos, me conto que lo habían conversado y que ya estaba arreglado porque ella le pidió disculpas, lamente no haber presenciado ese momento.

Una vez que salimos de la casa Fernando decidió llevar primero a casa a Diana, quien al escucharlo rio- apuesto que es para quedarse un rato a solas los dos tortolitos- ante mi sorpresa y con una sonrisa a pesar de lo cansado que sabía que estaba, Fernando se adelantó a mi respuesta- que comes que adivinas Diana- ella se sorprendió un poco de la soltura con la que mi novio habla sobre nosotros, tan distinto a como era hace tan poco tiempo.

Después de dejar a Diana es su casa, retomamos el camino, pero me extrañé al ver que no nos dirigíamos por los mismos lugares de siempre para ir a mi casa o a la suya; mire a mi novio interrogándolo sin palabras y con una sonrisa en sus labios solo tomo una de mis manos para acariciarla mientras seguía conduciendo, lo noto extraño y a pesar de su sonrisa sé que algo le pasa, no me atrevo a preguntar porque lo noto distinto desde su conversación con Bárbara y quizás no sea nada en lo que yo debiera entrometerme, los nervios me están matando y solo quiero abrazarlo y decirle que cuente conmigo si tiene cualquier problema, el que sea, pero no me atrevo a hablar, miro su mano sobre la mía y como la acaricia con su pulgar, de fondo en sonido de la música en el auto me desconecta de la realidad… las palabras de una canción en específico dan vueltas en mi cabeza…

…Tu entras en un soplo technicolor

Nada es lo mismo después de esa noche…

Si el mundo cayera

En un viento de ficción

No cambiaria ni una cosa ahora que estas aquí…

Tú entras y cierras la puerta detrás de ti

Ahora me muestras el mundo visto desde las estrellas…

Y es así como yo me siento…

La voz del cantante y la letra siguen dando vueltas en mi cabeza cuando siento los labios de mi novio en los míos en un tierno beso que me despierta, reacciono y lo veo tan cerca de mí que mi corazón se acelera, como siempre y por alguna razón siento mis ojos humedecerse, no puedo quitar mi mirada de la suya y ciento una lagrima caer por mi mejilla, aunque no se la razón de mi llanto, no puedo parar, él me mira sin decir nada, solo pasar su pulgar por mi rostro arrastrando con él las lágrimas, todo lo que pienso y todo lo que siento él ya lo sabe, no sé si sea necesario repetirlo porque se lo he dicho tantas veces, solo me mira y sonríe levemente, por un momento me pregunto dónde es que nos hemos detenido, pero la necesidad de su mirada me impide apartar mi rostro del suyo, vuelvo a sentir su beso en mis labios y sin más solo se aparta, lo veo bajar del auto y caminar alrededor de él para llegar a mi puerta, abrirla y tomar mi mano…-vamos…- lo veo sonreír y sin hacer preguntas lo sigo, entonces miro a mi alrededor y reconozco el lugar.

-vamos a subir otra vez ese muro?- le pregunto con una mezcla de diversión y nerviosismo, escucho su risa, pero no contesta mi pregunta

Entonces se detiene, mucho antes de llegar a donde pensé que nos dirigíamos, no suelta mi mano y aun sin mirarme siento su voz un poco apagada.

-vas a estar conmigo?

-siempre- contesto mucho antes de procesar su pregunta

-aunque las cosas se pongan difíciles?

-Fernando, las cosas nunca han sido fáciles para nosotros

-has soportado mucho más de lo que es justo-  suelta mi mano y por un momento el pánico me invade

-porque te amo –necesito el contacto de su cuerpo con el mío y me aferro a su espalda en un abrazo porque aún no me mira  -me estas asustando –entonces gira sobre sus pies y me vuelve a mirar

-solo quiero estar contigo- toma mi rostro en sus manos- solo te necesito a ti

-estamos juntos

-quiero más –sus palabras me confunden- quiero mucho más

-qué más puedo darte?

-soy yo quien tiene que dar más y quiero hacerlo –entiendo a qué se refiere y el pánico comienza a disiparse

-no tienes que apurarte

-y si te aburres? Si te cansas? –veo sus ojos humedecerse  y entonces su voz se quiebra- si me dejas?

-NO- la angustia se acumula en mi garganta, cualquier idea de separación oprime mi pecho y no la soporto

-no puedo perderte –entierra su cabeza en mi cuellos y me quiebro al notar sus lágrimas y el pánico en su voz, entonces me aferro más a él y le repito una y mil veces cuanto lo amo y que no voy a dejarlo, jamás

Entonces toma mi mano y caminamos otro poco…-aquí no pueden molestarnos- el brillo en sus ojos me dice a gritos lo que quiere y no resisto las ganas que yo también tengo de estar con él, me abandono a sus brazos y nos besamos con las ansias de quienes han estado separados demasiado tiempo, que aunque no sea nuestro caso, si influye el nunca poder estar a solas, pero por un momento pongo lo pies en la tierra y me pregunto si será lo correcto o más bien si el lugar es el correcto

-aquí? –le pregunto mientras intento mirar a los alrededores

-te necesito…-su voz es agitada- por favor

No me niego, porque no quiero hacerlo, porque lo necesito y lo quiero en este momento más que nunca, porque lo extraño, extraños los besos y las caricias que me hacen suspirar, no vuelvo a pensar en nada más que en sentir su cuerpo y en un segundo ya estoy luchando con su camisa mientras él no abandona los besos por mi cuello, siento su respiración entrecortada y el susurro de sus palabras en mi oído, recorro su pecho con mis manos y necesito sentirlo más, quita el estorbo en que se ha transformado mi camisa y la sensación de pegar su cuerpo al mío me hace alucinar… Dios quiero esto…lo quiero a él… con manos torpes y temblorosas desabrocho su pantalón y me aparto de su boca para recorrer su pecho con mis besos y cuando estoy de rodillas frente a él lo miro, veo sus ojos cerrados y su boca atrapando bocanadas de aire, no dejo de mirarlo porque amo su expresión, porque amo saber que soy yo quien le brinda placer, recorro su anatomía con mi boca y le acaricio con mi lengua, sus gemidos se hacen más fuertes aun y el sonido es tan hermoso que no quiero detenerme, una de sus manos acaricia mi rostro y cuando lo miro veo sus ojos totalmente abiertos, contemplándome, con la misma mano que me acaricia ahora me pide que me levante, de frente a él, me mira por un segundo mientras me acaricia y vuelvo a buscar sus labios, responde a mi beso con la misma necesidad que tengo de él, de estar con él.

Dos segundos después el resto de la ropa ya no se interpone entre nosotros y con sus manos mi cintura me aferro a su cuello y envuelvo mis piernas en su cadera… lo quiero, ahora… cierro los ojos y me estremezco al sentir como invade mi cuerpo con dulzura, cariño pero también la pasión y el amor de la primera vez, cuando lo siento dentro de mí por completo muevo mi cuerpo solo un momento y un gemido se escapa de las bocas de ambos, entonces apoya mi cuerpo en algo duro a mi espalda y afirma también el suyo con una mano mientras con la otra me sostiene con fuerza, el movimiento de sus caderas me hace gemir más fuerte y clavar mis  dedos en sus hombros y vuelvo a sentir las lágrimas en mis ojos, pero esta vez son de felicidad, de plenitud, saber que solo lo necesito a él para sentirme pleno y que él siente lo mismo, cierro mis ojos con fuerza cuando logro calmar la emoción que se refleja en mis ojos… -no…-su voz es casi inaudible- mírame…- abro mis ojos y los clavo en los suyos, mis brazos se envuelven en su cuello con más fuerza y acerca su rostro a mí, hasta tocar nuestras narices sin dejar de mirarnos, acaricio su rostro con una de mis manos y siento las gotas de sudor caer por el mío, no puedo tenerlo tan cerca y resistir las ganas inmensas de besarlo a cada momento, él lo sabe, porque siente lo mismo que yo, y me encuentro con su boca, ansiosa y ardiendo, podría tenerlo así por siempre, vuelvo mis ojos a los suyos cuando la intensidad de sus movimientos se hace más fuerte aun y me siento al borde del éxtasis, los gemidos de mi boca se escapan sin poder controlarlos, y el brillo en sus ojos me avisa que él está igual, lo siento igual, entonces con un par de movimientos más mi cuerpo entero se tensa, los músculos de mis piernas y de mi cuerpo completo se contraen, gruñe en mi boca cuando ambos hemos llegado al fin, extasiados y exhaustos, mis piernas se rinden y ya no tienen fuerzas, solo su brazo mantiene mi cuerpo pegado al suyo.

Mantengo mi rostro pegado a su pecho y el besa mis hombros y mi cuello, así estamos hace un rato, sin decir una palabra y es que no es necesario, pero el sonido de mi teléfono nos interrumpe y a toda casto quiere arrancarme de este momento, lo ignoro

-no vas a contestar?

-no. –escucho su risa y volvemos a nuestro momento, solo nosotros dos… pero el puto teléfono no deja de sonar- mierda!

-contesta, anda –lo miro y él sonríe, resignado busco el maldito y condenado teléfono en los pantalones y al ver en la pantalla el número de mi padre me pregunto por primera vez que tan tarde debe ser, siento el abrazo de mi novio por mi espalda y vuelvo a olvidar el teléfono, pero él susurra en mi oído- contéstale, debe estar preocupado- no debería hacer eso, no puedo concentrarme con él tan cerca.

Cuando la voz de mi padre llega a mis oídos, vuelvo a poner los pies en la tierra en dos segundos, molesto o más bien furioso m pregunta ¿Dónde mierda estoy? ... me sorprende escuchar a mi padre hablar así, jamás lo hace pero entonces vuelvo a mirar la pantalla del teléfono y veo la hora, diablos, me disculpo con él y me reclama el no dar señales de vida casi a las tres de la madrugada, me pregunto cómo es que pierdo la noción del tiempo de esa forma, entonces mi ojos se encuentran con los de mi novio… si, esa es la razón, me sonrojo.

Volvemos a emprender camino, esta vez de regreso al auto, su mano en mi cintura me aferra a su cuerpo y me besa antes de que ambos subamos al auto…

-cómo es que tu hermana o tu madre no te han llamado?- le pregunto intrigado, él sonríe juguetonamente

-lo apagué – claro, demonios

-prometo apagarlo la próxima vez

-no te preocupes, yo lo apagare por ti- guiña un ojo hacia mí y vuelvo a sonrojarme

De camino a mi casa está mucho más hablar, se ve distinto, feliz, yo estoy igual, ambos necesitábamos estar a solas por un buen rato, es reponedor, la luz de entrada a mi casa sigue encendida, sé que mi padre debe estar esperando a que entre por la puerta para llamarme la atención, el castigo de ser hijo único, teniendo veinte años aún se preocupan como si tuviera diez.

-quieres que hable con él?- me pregunta Fernando- después de todo, es mi culpa que te retrasaras

-no tranquilo, debe estar molesto pero no es nada terrible

-está bien –se acerca a mí y me besa como despedida.

Entro a la casa en silencio, aunque sé que me está esperando, siento su voz llamarme desde el living y respiro hondo mientras camino hacia él, … no me puedo quejar, cualquier regaño vale la pena después de hoy…

Rodrigo

-no te ves bien

-estoy bien, no insistas

-claro, dile ese cuento a quien no te conozca

-que insistente eres demonios –Lucas llevaba bastante rato ya insistiendo con que le contara la razón de mi mala, pero no iba a hacerlo, era demasiado vergonzoso incluso recordarlo.

-bueno, solo estaré allí por un par de días, pero valdrá la pena el descanso

-tienes que venir a verme

-solo si me invitas a comer

Estaría de vuelta por un par de días libres que tendría en sus estudios en Italia, nos veríamos para hablar, además dijo tener un regalo para mí, después de todo lo que ha pasado y sobre todo de lo mal que me porte con él, jamás me hubiera imaginado que algún día podríamos volver a hablar con tanta naturalidad, como buenos amigos, nos despedimos y quedamos en que me llamaría cuando estuviera en el país.

Cierro el notebook y me recuesto en el sofá pensando en las pocas ganas que tengo de hacer absolutamente cualquier cosa, no me apetece salir del departamento, de hecho no he salido ni siquiera para ir a la universidad, después de las insistentes llamadas de algunos compañeros, incluso una de Fernando, apague el teléfono, la única llamada que me importaba en ese momento no llegaba y al parecer, no iba a llegar, entonces no quería hablar con nadie más.

Sabía que tenía que volver a la universidad, estaba bastante retrasado en todo, pero no tenía ganas, entonces junte el poco ánimo que tenía y me forcé a levantarme, lo primero que hice fue comer algo, tomar una ducha y luego ordenar un poco el departamento, después saldría de compras por algunas cosas que necesitaba para sobrevivir, cualquier cosa que me mantuviera ocupado sería una buena forma de no estar todo el maldito día pensando en Tomás, el recuerdo y el solo pensar en su nombre me provoca dolor en el pecho, pero no más! Y esta vez es definitivo

Con el correr de los días las ganas de saber de él, la tentación de escuchar su voz, de verlo se hacen cada vez más insoportables, pero intento distraerme con cualquier cosa que me mantenga con la cabeza ocupada y así no recordarlo.

Con muy poco ánimo vuelvo a la universidad un par de días después, me sorprende la reacción de mis compañeros al repetir una y otra vez lo preocupados que estaban por mi desaparición, incluso Fernando, el primer día me encuentro con él cuando ambos íbamos entrando en una de las salas para un clase, al verme suspira aliviado y con una sonrisa al pasar por mi lado solo dice…-es bueno saber que estás vivo- no le contesto, no me esperaba su preocupación, después de un rato, en un pequeño horario libre se acerca  a mí y vuelve a repetir “lo bueno que es verme de regreso, aunque esté tan cambiado”… pienso en sus palabras y me indigna saber que tanto me ha afectado todo lo que ha pasado en el último tiempo, como Tomas ha alterado mi vida tanto, su nombre aparece en mi cabeza y me obligo a pensar en otra cosa, en la cafetería estoy con un grupo de amigos incluido Fernando, que entre risas y conversaciones mundanas con nuestros compañeros, también dirige su mirada unas mesas lejos de nosotros donde se encuentra Santiago con el tal Pablo que siempre lo acompaña, solía verlo como una especie de guardaespaldas, ahora en cambio con la cabeza fría y cuando ya he disipado toda clase de ideas odiosas contra aquel chico solo veo que son buenos amigos y siento un poco de envidia al darme cuenta de que no hay nadie en mi vida como él, jamás he tenido una amistad tan grande con alguien, pero entonces sonrío al recordar a Lucas y saber que a estas horas ya debe estar en la ciudad y que por la tarde nos veremos después de tanto tiempo, como amigos.

Santiago

-concéntrate aquí por favor

-Pablo no exageres- me rio

-que harás hoy?

-estaré ocupado- me sonrojo levemente

-me imagino con quién

-cállate, y tú?  Intenta no beber demasiado hoy, no te quiero borracho en mi puerta

-has pensado en cuando fue la última vez que llegue borracho a tu casa? Demasiado tiempo!! Ya ni lo recuerdo

-la semana pasada- le digo y rio recordando la escena- y no lo recuerdas porque no estabas consiente ni siquiera de tu nombre, pero créeme, mis padres si lo recuerdan- el rostro de mi amigo se tensa un momento pero luego vuelve a su típica expresión calmada

-tus padres me aman –sonríe

-pues dejarán de hacerlo si sigues haciendo espectáculos como ese

-sí claro si…ahora dime- hace un pausa teatral, lo que me hace reír –como estas?

-excelente- le contesto con una gran sonrisa, se a lo que se refiere y no podría estar más feliz

-todo va bien? Wow… eso sí que es extraño con ustedes –se ríe

-no lo digas así, es solo que ahora nos las arreglamos para pasar un poco de tiempo solos los dos, claro dentro de lo que se puede

-me imagino, entonces la sonrisa en el rostro no se te ha borrado porque tienen sexo más seguido?

-Pablo!!!- le reclamo sonrojado

-ay Santiago no exageres, eres hombre- pone los ojos en blanco- y el también, pueden que seas gay pero tienes tus necesidades biológicas y supongo que el también, no quiero entrar en detalles porque estoy comiendo pero es obvio que era lo que necesitaban

-que sabes tú- le respondo aun con el rostro hirviendo por la vergüenza, puede que mi amigo y yo hablemos de todo muy abiertamente pero no puedo evitar sonrojarme cuando se refiere a mi vida sexual

-se bastante pequeño, se bastante- argumenta con orgullo

Lo miro sonriendo y por un rato más nos quedamos hablando de cualquier trivialidad, intento preguntar por Diana y él, que pasa entre ellos ahora, pero dice que está todo controlado y que es tema cerrado para los dos, me alegro y no porque me molestara que estuvieran juntos, sino porque no los imagino como pareja, todo el tiempo se están peleando y estar entre ellos dos es frustrante, me quita un gran peso de encima saber que no estaré en medio del apocalipsis.

Por la tarde en la entrada de la facultad me reúno con Fernando dispuestos a pasar el día juntos, Diana quiere arrastrarme como siempre en un millón de tiendas para comprar unos zapatos porque está invitada al matrimonio de un primo, hermano, tío, tío lejano en tercer grado o amigo de un primo que no ve jamás, o algo así, no entiendo bien y la verdad es que es imposible entenderlo, quiere que le ayude a escoger su tenida para el matrimonio, por desgracia mi amiga aun no entiende que el hecho de ser gay no me hace experto en moda ni nada por el estilo de hecho, soy todo lo opuesto a un “experto” pero avalo sus caprichos solo para consentirla, a nuestro lado Fernando y Pablo hablan de un profesor que reprobó a mi novio en una materia y que ahora Pablo parece ser su nueva víctima.

Me sorprendo cuando alguien salta a mi espalda y me abraza colgando desde mi cuello, Diana mí me mira con espanto y luego entiendo el porqué.

Tomás

Cuando estamos llegando a la universidad donde estudia Santiago mi hermana se pone exageradamente contenta, no hay nada que me cabree más que la euforia de Marcela, solo para evitar el sermón de mi padre y el llanto constante de mi madre acepto acompañarla para hacer una serie de compras a las que no le presto atención, cuando le pregunto por qué nos dirigimos hacia la universidad con una boba sonrisa solo dice…-quiero saludar, nada más- entonces diviso a Santiago a lo lejos en la entrada junto a Pablo, Diana y por supuesto su novio, del que ni siquiera recuerdo el nombre.

En un arrebato de estupidez mi hermana corre a abrazar a Santiago por la espalda y yo intento disimular mi molestia… es tan obvia…

La expresión de Santiago al voltear y encontrarse con Marcela y yo frente a él no es la mejor, primero está sorprendido y luego incluso antes de saludar se ve incómodo, me imagino el porqué, su novio esta junto a él y en un acto que no me esperaba pasa uno de sus brazos por los hombros de Santiago mientras me mira fijamente, rio en mi interior por la amenaza tan clara, pero lo ignoro, no tengo ánimos de jugar.

La conversación entre mi hermana y Santiago se expande también a Diana que después de saludarnos a ambos comienza a hablar exageradamente con Marcela, algo me dice que quiere distraernos, por otro lado Pablo parece no interesado en lo que hablan y solo mira su celular.

Entonces la expresión del novio de Santiago llama mi atención y es que el desagrado en su rostro es tan evidente que no puedo evitar fijarme más

-mierda no puede ser…-le escucho decir mientras mira en dirección hacia la puerta, Santiago lo mira extrañado y ahora veo en su rostro sorpresa

-Lucas?- mira a Fernando un momento y se ve más incómodo que ante mi llegada…. Lucas… sé que he escuchado ese nombre, entonces Santiago se mueve y su novio pone mala cara mientras quita su brazo…-Lucas!- Santiago grita y un chico de cabello claro y alborotado con ojos verdes mira hacia Santiago sonriendo, camina hacia dónde estamos y ambos se saludan con un abrazo, vuelvo a mirar al novio de Santiago… diablos no recuerdo su nombre… y este claramente no está feliz, me rio, pero pongo atención a la conversación porque la escena se ve entretenida

-que haces aquí? –la voz de Santiago suena sorprendida

-tengo un par de semanas libres y decidí volver al país por unos días, es bueno verte… como estas?- la pregunta lleva incluida una rápida mirada hacia el otro…

-bien, excelente –Santiago sonríe y me parece que están hablando de algo en específico, el tal Lucas saluda con un beso en la mejilla a Diana quien le responde muy cariñosa y a Pablo le da un pequeño abrazo, la cara de este es de entretención, al saludar al otro solo se extienden la mano, pero el tal Lucas le sonríe- me alegra verlos tan bien- entonces Santiago se sonroja- como estás Fernando?- este lo mira un poco sorprendido y luego le brinda una leve sonrisa

-muy bien, gracias –la  sonrisa del otro chico se hace más grande

-no me dijiste que venías a la universidad –Santiago interrumpe ese dialogo silencioso que están teniendo Lucas y Fernando… al fin alguien dice su nombre para poder recordarlo

-bueno es que no hemos hablado hace un tiempo y la verdad es que vengo a ver a otro amigo –el rostro de Fernando se relaja y ya no parece molesto o al menos no tan molesto

-ah sí?-Santiago lo mira sorprendido y una vez más tengo la impresión de que tienen una conversación silenciosa

-si bueno de todas formas me gustaría que nos viéramos antes de volver a Italia, solo estaré un par días aquí y sería bueno que pudiéramos conversar

-claro que sí, llámame cuando te desocupes y nos ponemos de acuerdo

-genial- el chico sonríe y mira hacia la puerta- ahí está- dice para sí mismo- Rodrigo!- grita hacia la puerta y el nombre me sobresalta, miro hacia donde Lucas ha gritado y me encuentro con Rodrigo despidiéndose de un grupo de gente- tengo que irme, hablamos luego- Lucas se despide de todos, ahora besa en la mejilla a Fernando quien lo mira sorprendido.

Lo sigo con la mirada y lo veo caminar hacia la entrada donde Rodrigo ya se encuentra solo y sonríe al recién llegado, entonces fija su mirada un poco más atrás y sus ojos se abren cuando ve hacia donde me encuentro, agacha la cabeza por un momento y cuando Lucas llega a su lado vuelve a sonreír mientras este lo abraza…

-se conocen?- la voz de Fernando llama mi atención

-sí, son amigos desde hace mucho, es una sorpresa cierto?- Santiago agacha la mirada y solo entonces todo calza en mi cabeza…

Lucas… el ex de Rodrigo… que estaba en el extranjero y que también es amigo de Santiago… la razón por la que Rodrigo odia a Santiago es por ese tipo… “ él es importante para mí”… eso fue lo que dijo cuándo le pregunte porque odiaba tanto a Santiago, vuelvo mi mirada hacia donde se encuentran y los veo hablando animadamente, por un momento Rodrigo mira hacia mi lugar y me encuentro por un momento con su mirada… es la misma que tenía cuando salí de su departamento hace días, rápidamente el vuelve a mirar a Lucas y también vuelve a sonreír, entonces comienza a caminar en dirección contraria de donde yo estoy y Rodrigo no vuelve a mirar atrás

-extraño que sean amigos –vuelve a decir Fernando

-sí, pero se conocen hace mucho y estaban distanciado, no sabía que habían vuelto a hablar

-pues que chico es el mundo –comento Diana riendo

-me voy- le digo a Marcela rápidamente y esta toma mi brazo con fuerza

-espera! Quiero decir algo y tienes que ayudarme- la miro extrañado, no sé de qué demonios está hablando- quise venir a saludarte –dijo hablándole a Santiago- para también recordarte que la semana entrante es mi cumpleaños y quiero celebrarlo entonces quiero que estés allí –la miro sin entender lo que está haciendo, si ahora recuerdo que se acerca su cumpleaños pero sé que algo está tramando

-Marcela yo…- Santiago la mira incómodo pero ella le interrumpe

-no voy a aceptar un no por respuesta, hoy me entere que mis padres no estarán en la ciudad el próximo fin de semana, entonces quiero aprovechar y celebrar, no te perdonare si no estás allí

Durante un rato Marcela insiste y Santiago termina accediendo y asegurándole que irá a verla, entonces apuro a mi hermana porque quiero largarme de ese lugar, rápidamente nos despedimos y cuando vamos llegando a casa después de ir todo el camino en silencio mi hermana habla dejándome sorprendido

-es tu oportunidad –la miro sin  entender- el día de mi cumpleaños, Santiago va a estar a aquí y claramente su novio no va a querer venir, aunque la invitación eran en general él no va a aparecer por aquí, entonces tienes la mejor oportunidad del mundo para volver a acercarte a él, no la desperdicies hermanito

La miro estupefacto y al fin entiendo todo el espectáculo de hace un rato, mi hermana insiste en que tengo que volver a estar con Santiago con la idea de que eso me va a cambiar o como dice ella “volveré a ser el de antes”, me sorprende su actitud pero tampoco me importa lo que ella haga, por el momento no tengo a Santiago a la cabeza, la miro sin decir nada, ignorándola entro a la casa y me encierro en mi habitación, me recuesto sobre la cama y la imagen no sale de mi cabeza… Rodrigo… mierda.

Rodrigo

-no te ves bien

-estoy bien, estoy contento de verte- estamos llegando a mi departamento cuando Lucas me hablar y su expresión es de preocupación

-quieres hablarlo?

-no- la respuesta sale instantánea- quiero decir, no hay nada que hablar, además de que me cuentes que tal Italia, no hay nada más –sonrío pero sé que él no cree mis palabras, entonces recuerdo la mirada de Tomas sobre mí y siento una presión en el pecho

-está bien, pero muero de hambre- me mira sonriendo

-yo igual, que prefieres preparo algo o comemos en alguna parte?

-mejor preparas tú, si sigues cocinando tan bien entonces prefiero que nos quedemos –sonrío al recordar tiempo atrás cuando éramos novios, buenos tiempos.

Cuando estamos ya en el departamento, me dispongo a cocinar algo para mi amigo… extraño pensar en el de esa forma después de que tantas veces me repitió lo mucho que me odiaba…

-valió la pena entonces el viaje? Quedarte en Italia te gusta?

-por supuesto que sí! Me encanta, si solo vieras Rodrigo, las personas son tan distintas y he conocido muy buena gente, tengo buenos amigos y…- se calla por un momento

-y novio? –le pregunto apostando a terminar su frase, el ríe

-no, no es tan así, si estoy saliendo con alguien, pero creo que no hay nombre para lo que tenemos, o al menos no lo hemos hablado así- me sonríe y sé que es sincero

-pero estas contento? Eres feliz?

-sí, soy muy feliz

-eso es lo que importa- le doy la espalda por un momento para seguir cocinando

-y tú? Tú eres feliz? –detengo lo que hago por un momento y pienso en su pregunta

-yo estoy bien – escucho su suspiro ante mi respuesta

-no es eso lo que pregunte y lo sabes, además lo siento pero- vuelvo a mirarlo- no estás bien

-Lucas yo no…

-te vez triste - lo estoy- Rodrigo te conozco y se cuando quieres ocultar algo, hoy cuando nos encontramos si bien te alegraste de verme también estabas mal, muy mal, que pasa contigo?- sus palabras me hacen recordar todo y no me gusta, no noto su presencia cerca de mi hasta que siento su abrazo y caricias en mi espalda- sabes que te quiero mucho y puedes confiar en mí

-no han sido buenos tiempos y ya

-como están las cosas con tus padres? –frunzo el ceño, el suspira- no puedes seguir viviendo la vida que ellos quieren para ti

-no me puedo quejar

-Rodrigo… toda la vida te has empeñado en cumplir con las expectativas de tus padres incluso soportando que pasen a llevar tus deseos, no te has sincerado con ellos sobre quien eres ara no decepcionarlos y eso no es justo

-Lucas sabes como es mi familia, no puedo hacer eso

-y en diez años que eras? Cuando tu padre pregunte porque no te has casado ni le das nietos, que harás?

-no lo sé- muchas veces me he hecho las mismas preguntas y jamás he encontrado una respuesta

-lo siento, te estoy afligiendo

-no te preocupes

-es solo que… -Lucas me mira a los ojos y acaricia mi rostro- me gustaría verte feliz

Sus palabras y la sinceridad en su voz me hacen recordar tiempos en los que estábamos tan enamorados, cuando el escape a la realidad de mi familia, aquellos que moldeaban mi vida a su antojo, era él, podíamos pasar días los dos solos en alguna de las casas de mi padre sin que nadie nos molestara, solos los dos y Lucas era mi escape a todo, era todo lo que yo deseaba.

Lo miro y recuerdo todo eso, no lo pienso solo me acerco a él y lo beso como tantas veces lo hice hace años

-no…-me detiene y se aparta de mí un poco

-porque no?

-porque ahora somos amigos y esto lo arruinaría

-solo recordé

-lo sé, pero no está bien, además te lo dije, yo estoy con alguien

-vuelves a Italia en unos días y quizás no nos veremos en mucho tiempo, reconoce que el recuerdo también llega a ti y por un momento, respondiste mi beso

-no lo quiero estropear

-no vamos a estropearlo, solo vamos a recordar

-estás haciendo esto porque estas sufriendo por alguien más, no quieras sacártelo de la cabeza así

Tiene razón… solo intento sacar de mi cabeza a Tomas…

Volvemos a poner distancia entre nosotros y la conversación cambia de rumbo a trivialidades y su vida en Italia.

Después de comer y luego de la insistencia de Lucas termino contándole la historia completa con Tomas, se sorprende al escuchar en nexo que hay entre Santiago y él y cada uno de los episodios que he vivido y he aguantado

-por favor no vuelvas a acercarte a él, no vale la pena

-lo sé, créeme que lo sé- omito la historia del suicidio porque ya es demasiada información la que le he dado

-entonces era el chico que estaba con Santiago hoy, no lo imagine

-no sé qué estaría haciendo allí, supongo que estará pensando en cómo recuperarlo, aunque la verdad creo que cualquier intento que haga será inútil, Santiago y Fernando estás más juntos que nunca

-eso te molesta?

-no, la verdad es que ya elimine ese odio absurdo contra ellos, no tenía sentido

-me alegra escucharte

Seguimos hablando por un rato, ya son casi las doce de la noche y escucho el sonido de mi teléfono, lo busco entre las cosas en el sillón y el nombre en la pantalla me paraliza… Tomás.

Lucas nota mi reacción y camina hacia mí, mira el aparato y frunce el ceño, lo quita de mis manos y con una expresión de disgusto rechaza la llamada y luego apaga el teléfono

-lo primero que harás será cambiar el número- me dice sonriendo, lo miro por un rato y agradezco tenerlo ahora frente a mí- solo si prometes que no estropeara nuestra nueva amistad –lo miro sin entender- promételo, no me gustaría perderte otra vez- entiendo sus palabras

-lo prometo –antes de volver a hablar me acerco a él y lo beso, esta vez no me rechaza ni se aparta

-solo esta vez – su voz se pierde en mi boca y asiento con la cabeza mientras nos movemos hacia la habitación.

Fernando

Santiago y yo estamos en mi casa, al fin solos, mi madre y mi hermana decidieron viajar por el fin de semana a casa de un familiar, panorama que no me apetece en absoluto y además vi la oportunidad de estar a solas con mi novio, tranquilos.

Recostados en la cama, Santiago sonríe mientras me mira y estamos en silencio, me extraña que no haya sonado su teléfono durante toda la tarde pero entonces recuerdo que antes entrar en el cuarto ambos apagamos los celulares.

-debería llamar a mi madre, para asegurarme de que están bien, no confío mucho en Bárbara al volante –el ríe, me levanto por un momento y busco en el suelo, entre de ambos mi teléfono, lo encuentro en uno de los bolsillos del pantalón que llevaba puesto estar tarde antes de entrar en la habitación con Santiago, lo miro y está riendo sonrojado- porque te ríes?

-nada importante, estaba recordando algo que me dijo Pablo hoy por la tarde

-debería preguntar?

-no, no quieres saber –se sonroja más y cubre su cara con la sabara a sus pies

Después de hablar con mi madre y asegurarme de que llegaron sanas y salvas a su destino, vuelvo a la cama y abrazo a Santiago enredando mis dedos en su cabello mientras reposa su rostro en mi pecho…

-hay algo que quiero preguntarte hace unos días –dice sin mirarme entrelazando su mano con la mía

-qué es?

-el día que tu hermana nos encontró aquí… y por la noche estuvimos en ese lugar donde…. Bueno tu acuerdas- sonreí al saber que estaría sonrojado

-claro que recuerdo… que pasa con ese día

-bueno… si… quería saber porque, porque estabas tan triste? O más bien parecías asustado –entendí a que se refería y recordé las cosas que le había dicho

-te lo dije, no quiero perderte

-porque lo harías?- esta vez puso sus ojos fijos en los míos –no entiendo ese miedo

-hablé con mi hermana, lo sabes- asiente con la cabeza- tuvo un encuentro complicado con mi padre y por eso estaba tan mal, la idea de él criticando lo nuestro me aterra y no porque me importe su opinión si no porque podría alejarte de mí

-eso es imposible- incorporándose en la cama, sentado frente a mi Santiago habla con una seguridad que pocas veces le he visto- tu padre no me agrada – me rio

-a nadie le agrada mi padre

-por eso sería la opinión que menos me importaría en el mundo, créeme que no influiría en ninguna decisión con respecto a nosotros

-lo sé, lo sé, es solo que en el momento después de hablar con Bárbara bueno aparecieron ideas aras en mi cabeza y perdí el control cuando te imagine dejándome, Santiago… hace un año jamás me hubiera imaginado que estaría como estoy ahora, contigo, Dios contigo! Hace un año tenia novia y ahora tengo novio, al que amo demasiado como para pensar en la idea de perderlo

-pues quítate esa idea de la cabeza entonces, porque yo no te voy a dejar, no te vas a librar tan fácil de mi eh… no después de todos los suspiros que di en tu nombre cuando ya estaba enamorado de ti

Nos reímos hasta que Santiago se sonrojo un poco, entonces después de otro rato en silencio recordé algo más que me inquietaba

-iras a ver a esa chica? –Santiago dio un suspiro y volvió a mirarme

-lo prometí y tu viste lo insistente que puede ser Marcela

-sí, lo noté – frunzo el ceño porque el recuerdo no me agrada

-no te preocupes… por favor… si quieres porque no vienes conmigo?

-claro que no, yo no tengo nada que ver con ellos y perdóname pero ni siquiera me interesa relacionarme con ninguno de los dos, lo sabes, de hecho ni siquiera me gusta pensar en ti y ese tipo en el mismo lugar

-por favor no empieces con eso, está bien si no quieres venir lo entiendo, pero Pablo y Diana estarán ahí

-pablo no parecía muy interesado en el tema

-pero si se lo pido, el irá, por favor… no quiero que te preocupes por eso

-no quiero hacerlo, pero no lo puedo evitar

-confía en mí, mi amor por favor… confía en mi- confío en él, por supuesto que confío, pero no me gusta la idea y no hay vuelta que darle

-promete que no dejaras que se acerque más de la cuenta a ti

-Fernando

-quieres que no me preocupe? Entonces promete que no lo dejaras acercarse si sabes cuál es su intención

-está bien está bien, lo prometo, aunque creo que exageras, Tomas no es ningún demente capaz de forzarme o algo así pero está bien, lo prometo, ahora….-se acerca a mí y me besa despacio –por favor ya no hablemos de eso

-está bien… -le sonrío- mejor… ya no hablemos…- el sonido de su  risa inunda la habitación cuando giro su cuerpo sobre la cama para estar sobre él y volver a besarlo…