Piensa en frío... él alteró mi mundo (30)
...
He vuelto!
soy lo peor... lo sé :( ni siquiera tengo cara para disculparme, me muero de la verguenza pero ya que, no tiene sentigo darles mis excusas de porque desapareci taaaaaanto tiempo, solo quiero disculparme, como dije anteriormente, en la nota que publique, no dejare esta historia a medias, pero no quiero dar una fecha de termino porque no se si podre cumplirla. En cuanto pueda dedicarme a escribir continuare y espero publicar muy pronto asi no perder el hilo de la historia, reconozco que relei los capitulos anteriores (los ultimos 5) para no desviarme mucho de la historia.
No les dare mas lata, espero que les guste el capitulo, no es tan extenso como los anteriores pero creo que no necesitaba mas, al menso esa es mi opinion ademas.... moria por publicar! :(
Mil besos a tod@s quienes han seguido esta historia, sean cual sean sus opiniones, buenas o malas, espero recibirlas y prometo estar atenta a ellas, saben lo importante que es su opiinion para mi...muchos besos, de nuevo mil disculpas, Los Quiero!
Cariños
Pauli.-
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Santiago
-cuanto llevas ahí? –Pablo está recostado sobre mi cama cuando abro la puerta de la habitación lo encuentro con la mirada en el techo pensativo y en silencio
-un rato, dónde estabas? –me mira- oh pero para que pregunto, noche de enamorados, que lindo- sonrío
Ignoro a mi amigo por un rato y camino hacia el baño, tomo una ducha rápida y vuelvo a la habitación ya vestido y más despierto.
-ya no tienes problemas con pasar la noche en casa de Fernando?
-no, ya no- sonrío y Pablo me examina, como siempre
-ya se lo contó?
-si- me sorprende que entienda las cosas sin que yo se las diga pero siempre ha sido igual –no fue la mejor manera, pero al final salió todo bien
Hablamos por un rato del tema, le conté a grandes rasgos lo que ocurrió con el padre de Fernando y mi amigo escucho atento cada palabra, sin interrumpir ni hacer esos gestos tan típicos de él…
-que bien, ya era hora –sonrío
-sí, pero dime, que es lo que te pasa?
-nada, que podría pasarme
-no seas así, algo te ocurre, lo sé, habla de una vez –Pablo me mira por un segundo y después de un rato se decide hablar
-me encontré con Marcela, siguen buscando a Tomás, al parecer desapareció por completo, piensan que volvió a España, le dije que entonces lo fueran a buscar allá, si fue allí donde comenzó a consumir drogas lo mejor es que lo traigan de vuelta cuanto antes o va a estar peor- callo por un segundo- pero esa chica es obstinada y no quiere entender, me irrita … dice que Tomás no está enfermo, que puede controlarse, que no hay nada malo con él, supongo que sus padres intentan convencerse de lo mismo
-eso es lo que te tiene mal?- no me calza que esa sea la razón de su mala cara
-no me tiene mal, me irrita, además….- volvió a quedarse en silencio
-además?
-me gusta Annie –vuelve a concentrar su atención en el techo de la habitación –me gusta mucho y ese sí que es problema –lo observo por un momento intentando procesar lo que ha dicho
-y ella?
-ella que?
-a ella le gustas? - Pablo tuerce los labios en un gesto que me causa mucha risa, él lo nota y se pone serio
-no sé si tanto como me gusta ella a mi
-y cuál es el problema?
-no me estas escuchando- se pone de pie y da vueltas por la habitación como si fuera un animal enjaulado, repaso mentalmente las relaciones amorosas de mi amigo, recuerdo cada una de sus conquistas y llego a la conclusión de que nunca lo he visto así, ahora si veo cuál es el problema –yo no estoy acostumbrado a esto – me río
-claro que no, estás acostumbrado a que sean las mujeres quienes te buscan, nunca te ha importado mucho ninguna, quizás con Diana fue distinto pero..
-eso no cuenta- me interrumpe – fue un momento de debilidad de ambos pero ya paso, asunto cerrado
-pero- una idea me llega a la cabeza –tú lo diste por solucionado? O lo hablaron?
-pero si no hay nada que hablar, demonios Santiago, que te pasa te estoy hablando de Annie y tú me sales con Diana, no tiene nada que ver
-lo digo porque quizás Diana va a sentirse incomoda si se entera de esto
-qué? No, no lo creo
-bien, genial… ahora –respiro hondo- deja a un lado la postura de macho recio dominante y autosuficiente y piensa en lo que vas a hacer y sobre todo en lo que te complica tanto, la verdad es que aún no veo cual es el gran problema en esto
-el problema es que ella se va –la expresión de mi amigo cambia súbitamente y se vuelve triste, entonces me doy cuenta, Annie solo está en el país durante sus vacaciones, pero volverá a Suiza con su familia, eso es lo que tiene tan mal a mi amigo
-oh Pablito Pablito nunca te he visto sufriendo por amor –me mira furioso pero al final ambos reímos.
Fernando
-no estoy segura de que sea buena idea dejar que aparezca por aquí –la voz preocupada de mi hermana cuando me acerco a su habitación me detiene al otro lado de la puerta
-no es fácil, esto cambia muchas cosas
-no me gusta, no puedo creer que esté pasando algo así
-hija tranquila –es mi madre quien le habla- sabes cómo es, es algo pasajero, no le des importancia, se va a dar cuenta de su error y va a volver atrás
-es extraño saber que mi hermano está con otro hombre –al escuchar la última frase un escalofríos atraviesa mi espalda –no sé cómo enfrentar todo esto –tanto tiempo pensando en cómo sería la reacción de mi familia al conocer a Santiago, al saber sobre lo nuestro, al ver cuanto lo amo, preocupado por cómo iban a tomarlo las dos personas más importantes en mi vida, pero claro, no podía ser tan sencillo como fueron las cosas, en el fondo, ni mi madre ni mi hermana se hacen a la idea de que Santiago no sea solo un buen amigo.
Pienso en lo que ambas dijeron cuando lo hablamos, quizás piensa que solo es un capricho, que me voy a arrepentir, pero nunca lo han tratado mal, quizás solo estas disimulando, me cuesta creer haber sido tan idiota de pensar que las cosas estaban ahora mejor que nunca.
Mientras mi cabeza da vueltas y un millón de pensamientos extraños y estúpidos se atraviesan en ella, vuelvo a escuchar la voz de mi hermana diciendo algo que llama mi atención.
-a mí no me importa, es cierto que me costó mucho asumirlo, pero no me importa, yo los veo felices
-por qué no me lo contaste?
-no podía hacerlo, Fernando no sabía que yo ya me había dado cuenta y cuando se lo dije le prometí que no iba a hablar hasta que él quisiera hacerlo y estuviera seguro
-había algo extraño cuando los veía juntos, comencé a tener algunas ideas –mi madre ríe- pero descarte todo por creerlo imposible
-me gusta cómo se ven juntos
-también a mí, se ven contentos, Santiago lo hace feliz, nada más importa
La sonrisa en mi rostro junto con la bofetada mental que me doy son tan grandes que no puedo evitar hacer algo de ruido y antes de que ambas se den cuenta de que he estado escuchando su conversación escondido detrás de la puerta, decido entrar y las encuentro a ambas sentadas en la cama riendo
-que están tramando? –les pregunto fingiendo que no sé nada de lo que han estado hablando
-tenemos que hablar hijo- mi madre mueve su mano a un costado de donde se encuentra y me llama a sentarme con ella – Eduardo me llamo y quiere venir para hablar –el asco es demasiado grande y mi mala cara debe ser tan evidente que mi madre no espera una respuesta- le voy a decir que no es buena idea, si quiere que hablemos lo quiero lejos de ti al menos hasta que logre calmar esos impulsos tan bestiales que tiene a veces
-prefiero que no te encuentres con él
-no te preocupes hermanito, no sé por qué pero al parecer mamá da buenas bofetadas, más de una neurona le removió en la cabeza
Nos reímos por un rato y mi madre decide ignorar la que fue su marido al menos por lo que queda del día y por última vez me recuerdo lo afortunado que soy, porque si lo aceptan, porque si respetan mi decisión y sobre todo lo respetan a él.
Tomás
“Que estas esperando para volver a España… sabes lo mucho que nos divertimos juntos… no pierdas más tiempo”
Es el ultimo mail que leo de Alex antes de levantarme de la cama y tomar mis cosas, he recibido bastantes ya y aunque no he respondido ninguno el da por hecho que los he leído todos y supongo que tiene una idea de cuál va a ser mi reacción.
No cargo una maleta, solo un bolso con algo de ropa, no necesito mucho, solo lo imprescindible para salir de aquí, en el hotel dejo el celular y luego de tres días allí me decido a hacer lo que tanto he estado pensando.
-buenos días –la chica rubia con una sonrisa fingida tras el mostrador mueve los labios que lleva excesivamente pintados y me sonríe como si me importara dice algo que al parecer le causa gracia porque ríe exageradamente, pero nota mi desinterés en sus palabras y me ignora por unos segundos, levanta la vista en instantes y me examina, supongo que mi rostro no le dice nada bueno porque cuando vuelve a dirigirme la palabra carraspea antes de hablar y su voz se escucha temblorosa y nerviosa. Asiento antes sus últimas indicaciones y sigo mi camino.
Después de un par de horas, cuando el papeleo se termina al fin, pienso que quizás también debí dejar la maleta en el hotel, en parte, es la forma de dejar todo atrás.
Lo pensé, le di mil vueltas y al final solo llego a una respuesta, no tengo nada más que hacer, no hay otra opción para mí.
Santiago
-y yo que puedo hacer? –ríe
-no te rías! Es en serio, esta triste en verdad
-Santiago- Fernando ríe aunque intenta disimularlo- Annie vuelve a Suiza en un par de semanas, si de verdad Pablo la quiere que lastima por él porque yo no puedo hacer nada para que se quede, además no sé si ella querrá quedarse
-está bien, está bien, ya entendí –le conté a Fernando pensando que quizás podría ayudar a mi amigo, no lo pensé mucho la verdad y tienen razón, él no puede hacer nada
Caminamos en silencio por un rato, pasamos por la entrada del edificio en donde vive Rodrigo, me pregunto cómo estará, lo he visto en la universidad y Fernando dice que asiste a clases pero no han vuelto a hablar de nada que no sean los estudios, quizás Tomas está con él, sé que su familia o al menos su hermana lo está buscando, eso fue lo que dijo Pablo, a pesar de todo reconozco que no me gustaría enterarme de que volvió al lugar donde comenzó a meterse en problemas, suspiro con fuerza y Fernando presiona mi mano
-sabes algo de él?
-no
-Rodrigo no me ha dicho nada
-les has preguntado?
-en realidad no
-solo espero que arregle un poco el caos que tiene en su vida y que no meta en más problemas a Rodrigo
-Él es grande, sabe lo que hace y el riesgo que corre, Rodrigo dejo de ser un niño hace mucho – siento un poco o mejor dicho bastante hostilidad en su voz al nombrar a su amigo – le crees?
Me quede viéndolo un minuto, no estoy muy seguro de a que se refiere con esa pregunta pero contesto de todos modos
-sí, le creo
-demonios yo también
-supongo que solo se enamoró de Tomas, pero no lo creo capaz de haberle ayudado
-tampoco creías que él era capaz de algo así
-Fernando- nos detenemos un momento- sé que debería desearle todo el mal del mundo pero no lo hago, no puedo evitar pensar que puede tener un mal final por haberse metido en toda esa mierda, no le deseo mal, pero tampoco quiero saber nada de él, y aunque suene iluso quizás nunca lo conocí bien pero quiero creer que si no fuera porque está enfermo, porque lo está y lo sabes, no habría sido capaz de algo tan asqueroso
Fernando me mira en silencio, parece estar pensando en todo lo que he dicho, yo mismo he pensado inevitablemente mil veces esto y es la única conclusión a la que llego, me resulta imposible pensar que en el tiempo que estuvimos juntos conocí tan poco o casi nada a Tomas, prefiero pensar que ya no es el mismo no que jamás supe en realidad quien era, supongo que me sentiría más idiota de lo que ya me siento.
-qué pasa con tu padre? – no hemos hablado mucho del tema, en realidad no lo hemos hablado
-nada, no lo he visto- me mira por el rabillo del ojo –no te preocupes, no me importa lo que diga
-y tu madre, que dijo?
-que te adora, que más podría decir –sonríe y yo me sonrojo – donde quieres ir?
-a mi casa, mis padres viajan hoy por la tarde otra vez, quiero estar cuando se vallan
-viajan demasiado
-si pero, puedes quedarte conmigo cierto? –no se bien porque, pero siento un calor especial en mis mejillas y evito mirarlo a los ojos, la verdad es que solo quiero estar con él y me avergüenza un poco decirlo, pero Fernando pasa su mano por mi cintura y aproxima mi cuerpo al suyo, aun sin mirarlo sé que sonríe y cuando siento sus labios en mi cuello me detengo y dejo de caminar
-hay alguna forma de asegurar que Pablo nos deje tranquilos por hoy? –Lo miro y está sonriendo –te extraño demasiado…
-no te preocupes por eso, de seguro Pablo prefiere pasar tiempo con Annie que con nosotros –bromeo y Fernando frunce el ceño, no está molesto pero le parece extraño imaginarse a mi amigo babeando pro Annie, a mí también me parece extraño
-ah sí… eso –me rio y seguimos caminando.
Al llegar a casa mis padres arreglan un par de cosas antes de partir, solo estarán fuera tres días pero siempre hacen como si fueran a viajar por meses, mi madre saluda a Fernando mucho más eufórica de lo habitual, él la mira divertido y me mira a mi como si esperara que le explicara pero ni yo sé lo que le ocurre
-estoy tan contenta, ya era hora me he tenido que aguantar las ganas de abrazarte como mi yerno
-qué? –Fernando palidece y mi madre me mira sonriendo, no sé cómo es que lo hace debe ser ese don especial de madres para saber cuándo algo pasa y ella lo notó, sigue abrazando a Fernando y ahora el me mira como si esperara que le explicara algo, la verdad es que yo había olvidado esta parte.
-mama por favor –le pido- suéltalo ya lo estas ahogando –más bien le ruego
-cariño que dices- me regaña- estoy demasiado feliz, Fernando –dice mirándolo seriamente- creo que sería bueno saber algo de tu familia
-mama! –le ruego con la mirada que no diga más, o muy pronto comienza a hacer planes
-está bien! Está bien, hablaremos bien de esto cuando tu padre y yo estemos de vuelta –con una sonrisa desaparece y nos deja solos de pie aun en la puerta de la casa.
Fernando se queda en silencio, parece estar en shock, lo entiendo, si yo fuera él también lo estaría sin duda…
-algo que contarme? – pregunta ahora viéndome con una de sus cejas arqueadas, reprimo una sonrisa
-sí, eso bueno, mi madre es muy perceptiva –sonrío
-perceptiva? –parece divertido y yo no puedo evitar reír
-lo siento! –me acerco a él y lo abrazo- juro que se dio cuenta sin que yo abriera la boca, me pregunto algunas cosas pero yo no sé mentir bien y al final no pude negarle nada
-porque no me lo contaste?
-porque pensé que ibas a estar incomodo, además no había apuro, ella dijo que tenía que tenerte paciencia –sonrío
-las has tenido, más de lo que merezco
-pero valió la pena –acaricio su rostro y doy un pequeño beso en la comisura de sus labios
Fernando sonríe ampliamente y cuando va a abrir la boca para decir algo, alguien carraspea a mi espalda, mi novio parece espantado y quita sus brazos de mi cintura, de manera nerviosa mira hacia cualquier otra parte, me giro y encuentro a mi padre de pie observándonos seriamente y me sonrojo.
-creo que es momento de que tú y yo tengamos una conversación –dice mirando a mi novio
-sí, si claro, como usted diga – Fernando sigue sin mirarlo y el rubor en sus mejillas me parece lo más hermoso que he visto en mucho tiempo, pienso que nunca antes lo he visto sonrojado, o al menos no así
-lamentablemente no podrá ser hoy, pero en cuanto este de vuelta vamos a hablar tú y yo- miro a mi padre y creo que exagera en su seriedad
-papa, por favor – le pido, es demasiado ataque en tan poco tiempo, Fernando no podría lidiar con mi madre y el en un mismo día, yo apenas y logro aguantarlo, pero la cara de mi padre se relaja y termina sonriendo, casi divertido
-cálmate muchacho – dice riendo – que no muerdo
Mi padre desaparece igual que mi madre y una vez más Fernando me mira…
-de esto yo no sabía nada, lo juro – le digo antes de que pregunte, mi madre prometió no contarle nada a nadie, supongo que él lo tomo muy bien
-supongo que se dio cuenta por si solo?
-supongo, hablare con el luego
-creo que con quiere hablar es conmigo –un sonrisa nerviosa atraviesa su rostro y yo reprimo un risa
-no te preocupes, lo que dijo es cierto, no muerde y de todas formas tengo que hablar con el
Un grito de mi madre nos llama a sentarnos a la mesa con ellos y comer algo antes del viaje, solo estarán fuera unos días pero cada vez que viajan es como una especie de ritual familiar comer juntos antes de que partan
-donde esta Pablo? – mi padre me mira extrañado y es que están acostumbrados a que mi amigo esté presente en estos momentos
-debe estar con Annie –apuesta mi novio
-quien es ella?, novia nueva, este niño, siempre cambiando novia
-no mamá- la corrijo y noto que Fernando está inquieto sé que es extraño para el pensar en pablo y Annie juntos –esta vez es enserio
Ambos me miran indecisos pero el primero en hablar es mi padre
-ya le hacía falta sentar cabeza
A pesar de todos los esfuerzos que hago para evitar y completo detallado interrogatorio de mi madre sobre quién es Annie, como es, porque la conozco y todo lo que se relacione a Pablo y ella juntos, Fernando y yo nos vemos obligados a responder todas sus preguntas.
Mis padres están un rato más en casa, cuando se van Fernando y yo decidimos ver una película para pasar el rato, pero la verdad es que poco me importa la película, al parecer a él tampoco parece interesarle mucho y sin decir nada apaga el televisor
-supongo que no quieres verla –me rio
-no, no quiero… - antes de contestarle su boca se apodera de la mía, no es como antes, siento sus ansias y ganas de estar conmigo, iguales a las que tengo yo
Entre tropiezos y un caminar muy torpe caminamos a mi cuarto, no me agrada la idea de un reencuentro en el living de la casa, pero entre las caricias y los besos de mi novio se hace muy difícil llegar a la habitación, sé que en el camino quedo su camisa y agradezco saber que mis padres ya deben estar en el avión a otra ciudad y sonrío como un bobo.
Con dificultad intento arrancar el resto de su ropa, mis manos tiemblan supongo que es por la ansiedad, volver a tenerlo así, después de todo, después de haber pensado que se terminaba todo, que se había estropeado todo, ahora saber que no es así, que lo tengo, que es mío y que lo necesito tanto
-espera…-sus manos toman las mías y aparta su boca de mí, lo miro extrañado y siento su respiración agitada- estas seguro? Si quieres lo dejamos así
-porque? – pregunto frustrado
-quizás es muy pronto, después de… bueno- quedo un poco sorprendido por su respuesta, una mezcla de sensaciones se acumulan en mi cuerpo, inevitablemente siento nauseas al recordar, pero me niego a arruinarlo e insisto…
Vuelvo a besarlo con la misma intensidad de hace un minuto y me suelto del agarre de sus manos para seguir intentando deshacerme del maldito pantalón, Fernando ríe y vuelve a tomar mis manos – momento – maldigo a los dioses y lo miro estupefacto, pero él sonríe y da un pequeño beso en mis labios –Fernando por favor…-le ruego y lo odio por obligarme a hacerlo pero me estremezco cuando acaricia mi cuello con sus labios, la forma como recorre cada milímetro de mi piel me hace temblar y gemir cuando noto que ahora es el quien intenta deshacerse de la ropa- déjame a mi…- mi cuerpo cae sobre la cama y Fernando sobre mi termina de quitar todo el estorbo que se interpone entre nuestros cuerpos, aprieto con fuerza los puños cuando su boca recorre el resto de mi cuerpo, me toca con la yema de sus dedos pero el roce es ardiente y me hace estremecer, es difícil resistir las ansias de tenerlo en mí, de ser suyo y que me tome como solo él puede hacerlo, porque mi cuerpo se acopla al suyo con facilidad, como si fuera la única forma en que pudiera estar, lo necesito y se lo hago saber… -por favor … -le ruego, una vez más-te necesito…-vuelvo a tener sus labios en los míos, acaricio su pecho y presiono con fuerza ahogado un gemido en su boca cuando lo siento entrar en mi …-mírame… mírame – abro los ojos y me encuentro con los suyos ardientes, deseosos de hacernos uno, siento su intensidad y no puedo quitar mi mirada de la suya…-Te Amo... tanto. .. Santiago Te Amo –repite una y otra vez mientras me estremezco bajo su cuerpo y no dejo de verlo a los ojos, quiero decirle que también lo amo, pero de mí solo sales gemidos que ahoga con sus besos, el cosquilleo en mi cuerpo se intensifica al mismo tiempo que sus movimientos, Fernando pasa uno de sus brazos por mi cintura como si de esa forma me aferrara a él con más fuerza, a la vez que yo envuelvo mis piernas en su cintura y mis brazos se aferran a su cuello con fuerza, me muevo para levantarme y sonrió a escuchar sus gemidos.
En cuclillas sobre su cuerpo soy yo quien maneja el ritmo de sus movimientos y tengo libre acceso a acariciar su cuerpo con mis manos, recorrer su pecho con mis labios pero mi novio no cesa en la intensidad y me estremezco en su boca cuando mi cuerpo completo se tensa cobre el, Fernando gime con fuerza y me aprieta a su cuerpo una vez más…
Dejo caer mi cuerpo sobre él y sonrío cuando veo una pequeña marca en su cuello…
-aquí quedaron huellas- acaricio con mis dedos la marca en su cuello y veo su sonrisa
-lo justo sería que también quedara alguna en ti – me rio cuando me obliga de mover mi cuerpo y siento sus labios presionar mi cuello
-mío… -me mira a los ojos- solo mío – vuelve sus ojos a mí y me abalanzo sobre sus labios una vez mas
-solo tuyo – sus manos vuelven a acariciarme con fuerza y creo que esta noche quedaran varias huellas más en los dos.
Rodrigo
Cuando entro en el bar lo hago con una sensación extraña, sé que no lo encontrare aquí, sé que quizás no vuelva a verlo nunca más, y creo que en el fondo de mí, hay una voz que dice que es lo mejor, que tengo que sacarlo de mi cabeza, que tengo que dejar de pensar en él, pero con un demonios es tan difícil…
Solo espero que este bien, espero que sea cual sea la decisión que haya tomado y que este donde este, al menos este bien, que algún día arregle el infierno en el que esta metido y que encuentre la forma de ser feliz.
El vaso de vodka entre mis manso parece llamarme, bebo de él un poco y me rio de mí mismo, me rio de mi estupidez… Tomas se fue… se largó. –Me repito una y otra vez – se largó y ni siquiera pensó en ti… ahora tú deja de pensar en él…
Santiago
Entre sueños siento el ruido insistente en la entrada de la casa, escucho una voz femenina gritando mi nombre en la puerta, la reconozco pero pienso que debo estar soñando o más bien teniendo una pesadilla, me abrazo al pecho de mi novio con fuerza y rehusándome a abrir los ojos, pero lo siento moverse y murmurar algo que no logro entender, el ruido es persistente y me doy por vencido, abro los ojos y me muevo en la cama, intento no despertar a Fernando que aun duerme, me levanto y con cuidado enciendo la luz de la habitación, cuando lo hago los gritos cesan y me acerco a la ventana para confirmar lo que ya creo que ocurre
-diablos- se me escapa la palabra y maldigo al dios que me obliga a levantarme, ella mira la ventana y sé que ya me vio por lo que me resigno a bajar y saber qué demonios quiere
-qué ocurre? –la voz de Fernando me detiene cuando estoy en la puerta de la habitación
-nada, vuelvo enseguida –le sonrío y prefiero evitar que el baje conmigo, pero no lo consigo
-quien está gritando así? – antes de que le responda el ya está de pie junto a la ventana –que hace ella aquí? Y a esta hora, demonios Santiago son las tres de la mañana
-lo se lo sé, pero no tengo idea que hace aquí, voy a ver, vuelvo enseguida
-voy contigo –dice suspirando exasperado
-no, quédate aquí
Salgo de la habitación antes de que quiera discutir las razones de porque no quiero que baje conmigo, aunque lo escucho refunfuñar de todas formas.
Antes de abrir la puerta de entrada de la casa tomo aire con fuerza y me dispongo a lo que presiento que será una discusión
-Santiago! –me llama cuando estoy frente a ella y por primera vez desde que la conozco me pregunto por qué es tan gritona
-marcela que demonios haces aquí, tienes una idea de la hora que es?
-lo sé, se perfectamente la hora que es pero esto es una emergencia, tienes que…
-no! –le interrumpo- no se a qué has vendo o más bien, tengo una idea, marcela escucha bien esto y grábatelo bien en la cabeza para que no lo olvides, no quiero saber absolutamente nada de tu hermano, no me importa lo que haga, ni donde está, si se larga a España o al medio oriente me da igual, no me sigas molestando por favor
-cómo puedes decir eso! Esto es todo por tu culpa!
-mi culpa? De qué demonios me estás hablando, te parece que tengo culpa en que tu hermano sea un maldito enfermo y desquiciado drogadicto
-NO! – siento el golpe en mi rostro y por un momento me quedo en blando, no puedo creer que me diera una bofetada – mi hermano no está enfermo! El solo está un poco desorientado pero si pusieras de tu parte todo se arreglaría
-lárgate de mi casa
-Santiago!
-ya basta! –Escucho la voz de Fernando en mi espalda –lárgate de aquí y no vuelvas a molestar, tú y la mierda de tu hermano van a dejar tranquilo a Santiago
-quien demonios eres tú?
-soy su novio y si no quieres que mate a tu hermanito a golpes desaparece de aquí
Fernando toma mi mano y me hace entrar en la casa, cuando va a cerrar la puerta Marcela se interpone y vuelve a hablar
-te lo ruego Santiago tienes que sacarlo de ahí
-cuál es la parte que no entiendes? No me interesa lo que pase con Tomas!
-solo sácalo de ahí y te dejare tranquilo, yo hare que se tranquilice pero sácalo por favor, yo lo intente pero ni siquiera quiere recibirme! –me grita llorando, entonces me entra la curiosidad por que no entiendo lo que dices
-está preso? –le pregunto
-qué?! Dios no! por supuesto que no, porque lo estaría
-hay una gran razón por la que debería estarlo- Fernando la interrumpe y siento una fugaz mirada hacia mí
-bueno y donde esta entonces?
-Santiago –la voz de mi novio suena preocupado
-ni siquiera entiendo lo que está diciendo, quiero que me deje tranquilo –le digo antes de que pierda la paciencia y cierre la puerta en la cara de Marcela golpeándola a ella de paso –habla marcela, si no está en la cárcel entonces donde esta que vienes tan preocupada
-no se en que está pensando, no entiendo que tiene en la cabeza ni porque lo hizo, pero hoy por la mañana llamaron a casa desde una clínica, mis padres y yo pensamos que había tenido un accidente o algo así, fuimos a verlo y cuando llegamos nos dijeron que él se había ingresado por su voluntad –marcela se detiene y mira al piso como avergonzada
-una clínica? No entiendo
-es uno de esos lugares donde llevan a los alcohólicos y a… a lo…- pareciera que en verdad no puede pronunciar la palabra
-a los drogadictos –Fernando termina la frase y ella lo mira con odio
-mi hermano no es un drogadicto
-entonces es un sádico, que demonios tienes en la cabeza niñita?!- le grita
-Marcela pero que te pasa? Por qué quieres sacarlo de ahí?
-como me preguntas eso, ese lugar no es para él, él no lo necesita, de solo pensar lo que dirá la gente si alguien se entera de esto me da escalofríos –entonces recuerdo el tipo de gente que es la familia de Tomas, sus padres y su hermana viven de lo que piensan de ellos los demás, él nunca fue así, jamás le importo nada siempre supe que eran egoísta y pretenciosos pero jamás espere que llegarían tan lejos –mi padre va a terminar sacándolo a la fuerza si no lo saco yo antes, pero en el lugar dijeron que como el había entrado por su voluntad entonces ellos no iban a correrlo
-no puedo creer que te importe lo que van a pensar de ustedes en vez de alegrarte porque tu hermano quiere cambiar y dejar toda esa mierda
-mi hermano está bien! –vuelve a gritarme y comprendo que es inútil intentar razonar con ella
Pienso un segundo en que hacer, no quiero ver a Tomas, y la verdad es que lo mejor que pudo haber hecho fue ingresar a ese lugar, pero algo más viene a mi cabeza…
-dame la dirección –le digo a marcela
-qué?! –Fernando me mira pero le ruego con la mirada que no hable
-oh gracias a Dios, esta es –Marcela me entrega una tarjeta en donde sale el nombre de la clínica, teléfono y además la dirección donde está ubicada –quieres que valla contigo?
-escúchame marcela, si de verdad quieres a tu hermano deja de ser tan estúpida, yo no voy a ir a ninguna parte, y no quiero que vuelvas a buscarme para nada, si te preocupa lo que van a pensar de ustedes con esto imagina lo que dirá la gente si se enteran de que tu hermano está en la cárcel
-no lo harías
-lo hare si no me dejas tranquilo, y será tu culpa, ahora lárgate de mi casa y no vuelvas a molestarme
Antes de escuchar su respuesta le doy un pequeño empujón y cierro la puerta con fuerza, suspiro aliviado, ella de verdad me irrita y vuelvo la mirada hacia Fernando
-que estás haciendo?- me pregunta desconcertado, pero al mismo tiempo sé que está molesto
-abrázame –le pido, el duda un momento pero termina estrechando sus brazos a mi alrededor, envolviéndome en ellos, respiro hondo aferrándome a su cuello y beso su pecho
-no voy a dejar que vayas a verlo
-no pensaba hacerlo –lo miro y el parece no comprende- no soportaría ver a Tomas una vez más, pero….
-pero? –Pregunta – Santiago por favor –insiste
-pero hay alguien que si quiere encontrarlo y que quizás vea en esto algo bueno
Fernando me mira por un minuto y sé que comprende lo que le he dicho, no sé si está de acuerdo conmigo porque no dice nada
-volvamos a la cama - toma mi mano y me guía escaleras arriba.
Solo espero no estarme equivocando esta vez.