Piensa en frío... él alteró mi mundo (27)

-piensa bien lo que estás haciendo, no sabes lo arrepentido que he estado de un millón de cosas que he hecho, estoy seguro que Santiago y tú tienen mucho que hablar aún -porqué sabes todo esto? Porqué sabes que estamos… así? –por alguna extraña razón a pesar de que estaba intentando ser sincero con él, no pude hablarle de Tomás

Hola!! - no dire mucho porque siempre me excedo en las notas, solo decir que tarde un poco mas de los dias que tenia pensado porque ahora estoy trabajando y necesitaba adecuarme, pero lo bueno es que mi trabajo me permite sentarme frente al pc y poder escribir a ratos, asi que no creo tener mayores problemas, otra cosa.. este capitulo quizas sea un poco largo pero es que aunque lo intenté no pude acortarlo, eran muchas las cosas que quería contar de una vez, eso!

Espero les guste, como siempre voy a estar atenta a sus comentarios, si olvide decirles algo ya lo comentaré despues, les mando muchos besos, ojalá les guste el capítulo... disfútenlo y comenten!! :D como siempre sugerencias, criticas o comentarios aquí o en mi mail.. Besos!

Pauli.-

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Santiago

Quiero creer que puedo arreglar las cosas, quiero creer que Fernando me escuchará, cuando pase un poco la rabia, sé que lo que dijo no es cierto, en el momento sí, en ese preciso momento pensé que estaba todo perdido, pero ahora después de dos días, ya con la cabeza fría, creo que puedo volver a intentarlo, volver a acercarme a él y hacer que él lo entienda, sé que lo hará.

Hubiera preferido no salir de casa, no tengo cabeza para pensar en nada más que no sea en Fernando, he tratado de entender porque demonios Tomás fue capaz de algo tan bajo y no tengo explicación, la única razón que encuentro es saber que ahora no piensa las cosas por la mierda en la que está metido, pero aun así, no lo justifico, no podría. Cuando pienso en ello y no encuentro una respuesta que sea convincente, me resigno a que no la encontraré, porque no existe.

Ahora, no he sabido nada de Tomás, solo agradezco que no haya aparecido en mi casa o haya intentado llamarme, no soportaría tener que dirigirle la palabra.

Mientras el profesor no deja de hablar frente a mí, yo mantengo el teléfono en mis manos, tengo la vaga esperanza de que en cualquier momento tendré una respuesta de Fernando, pero no hay nada, por más que lo revise una y otra vez, no hay nada. Ni siquiera lo he visto, no me he cruzado en la universidad con él en ningún momento, sé que Diana tampoco o me lo habría dicho, de Pablo no estoy seguro, está molesto conmigo y no me habla demasiado, aunque no lo diga, sé que está molesto y que está aguantando las ganas de decir “te lo dije”

Cuando me siento en uno de las mesas en la cafetería recorro el lugar con la mirada buscándolo, distingo algunos de sus amigos, veo a Rodrigo y me parece que ha vuelto a tener esa actitud distraída y un poco melancólica, por un momento me pregunto qué problema tendrá, pero entonces lo veo, Fernando entra en la cafetería sin cruzar palabra con nadie, lleva puestos unos lentes de sol y lo maldigo por un momento, solo por un instante y es que extraño verlo, extraño ver la manera en cómo me mira, aunque ya no lo haga.

Camina hacia donde está Rodrigo y sus amigos mientras yo lo sigo con la mirada, saluda a unos cuantos, ellos ríen… Fernando ni se inmuta, se queda frente a Rodrigo por un momento y luego éste lo mira como si acabara de despertar, Rodrigo le dice algo y noto una pequeña sonrisa en mi novio… sí, aún creo que somos novios, quizás sea tonto… pero no quiero pensar lo contrario. Antes de sentarse en la silla desocupada al lado derecho de Rodrigo, levanta la mirada y creo que recorre el lugar, pero no estoy seguro… por esto odio los lentes de sol… entonces sé que me mira y yo no esquivo su mirada, es lo que he estado esperando, pero no hay ninguna expresión en su rostro, me ignora y toma asiento en silencio, algo me inquieta… Rodrigo, mira a Fernando y luego por una milésima de segundo mira en mi dirección, noto un gesto extraño en su rostro pero es tan corto que incluso puedo haberlo imaginado.

-al menos ya lo viste- Diana está sentada a mi lado, no sé en qué momento llegó, no lo noté, me mira sonriendo y toma mi mano

-sí, es algo –dejo de mirar a Fernando y veo que ahora es Pablo quien se acerca a la mesa donde estamos Diana y yo

-no te ha contestado? –Diana habla rápido, por alguna razón, no hablamos del tema con Pablo presente, aunque él no diga nada

-nada – mi amiga agacha la cabeza y Pablo está sentado frente a mí, me mira por un momento, sé que me examina… odio cuando hace eso… pero no dice nada y en silencio los tres nos ponemos de pie para ir por algo de comida.

Tomás

Quizás sea un poco tarde para esto, no lo sé, y no lo hago por la última pelea con mis padres ni tampoco por la insistencia de mi hermana, es que necesito mantener la cabeza ocupada en algo más, necesito pensar en otra cosa que no sea Rodrigo.

Salgo de la facultad con la idea de que todo el papeleo que he hecho durante la mañana es inútil, la verdad es que no me interesa volver a la universidad y retomar mi carrera, en algún momento de mi vida pretendí ser arquitecto y de hecho hasta estuve contento con lo que había elegido, pero ahora no me importa en lo más mínimo.

Entro en la casa de mis padres, ya no la veo como si fuera mi casa, paso tan poco tiempo en ella que me es desconocida, esquivo los brazos de mi madre, no pretendo fingir que soy el hijo pródigo ni nada de eso, ignoro las palabras de Marcela y si, agradezco que mi padre no esté en casa, aún me duele la mandíbula por su culpa, aunque sé que lo tenía merecido.

Como intento mantener mi cabeza ocupada en algo más que no sea la necesidad por consumir drogas o la idiotez que hice con Santiago o peor aún, el odio de Rodrigo, tomo el notebook que esta sobre el escritorio e intento matar la tarde vagando en internet con algo que me mantenga ocupado, lo que sea.

Pero me arrepiento.

No tengo una explicación mejor que convencerme de que es un maldito bastardo hijo de puta, no tengo respuesta de por qué demonios Alex me propone volver a España y quedarme con él, no me lo explico, pero aunque no me guste reconocerlo, no tengo nada que perder.

Fernando

Paso de las clases de la tarde, junto con un grupo de compañeros nos instalamos en el departamento de Rodrigo porque estamos concluyendo un maldito proyecto que nos ha mantenido ocupados hace semanas. La idea de uno de ellos de comer antes comenzar a trabajar no parece disgustar a nadie, y entre trivialidades me distraigo por un momento.

Me pregunto dónde estará en este momento Santiago y al instante me retracto… - idiota – lo que menos debiera importarme en este momento es Santiago, pero aunque no quiera reconocerlo, no he dejado de pensar en él.

El recuerdo de hace dos días se posiciona firme en mi memoria….

Después de horas solo, en el único lugar donde  puedo pensar sin la intromisión de nadie, vuelvo a casa ya más calmado, mucho más calmado, hasta que en la puerta de la casa me encuentro con Bárbara, mi hermana se espanta con el golpe en el auto y como si fuera mi madre me revisa y se cerciora de que mi cuerpo esté completo, intacto, inmóvil espero que ella termine su examen físico y cuando ya parece estar más tranquila me habla

-qué demonios te pasó?!!- me grita… no… quizás no está tranquila

-no fue nada, me pase una luz roja y ya, eso es todo

-eso es todo!!?!!- ruedo los ojos por un momento y comienzo a respirar pausadamente, mi hermana no tiene la culpa de lo que paso…- no te desquites con ella…-repite mi subconsciente

Cuando logro convencerla de que no ha pasado nada, pierdo un poco los estribos ante sus preguntas

-dónde está Santiago? –me mira sonriendo –no ibas a traerlo contigo?

-no- le respondo de inmediato- Santiago no tiene nada que hacer aquí- entonces su expresión cambia y deja de sonreír

-qué ocurrió?- comienzo a irritarme, odio cuando mi hermanita insiste demasiado

-nada, no preguntes

-se pelearon?- quiero preguntarle cuál es la parte de “no preguntes” que no entendió, pero me controlo

-Bárbara no importa, ya no preguntes más- le imploro, sí… le imploro, y es que no quiero hablar de eso

-pero cómo quieres que no pregunte, ustedes están juntos, son…

-NADA!- le interrumpo

La expresión en el rostro de mi hermana me confirma que me he excedido con ella, jamás le grito y esta vez lo hice… Demonios Santiago… pido disculpas a mi hermana y beso su mejilla, en un último intento por entender Bárbara toma mi mano y me pregunta por última vez sobre Santiago

  • ¿va a arreglarse?- medito por un segundo la respuesta que quiero darle

-no hay nada que arreglar.

Ahora… en el departamento de Rodrigo, salgo de mis pensamientos cuando éste se sienta a mi lado, estamos un poco apartados de los demás

-estás muy callado- me dice aun mirando hacia el resto que está en el lugar

-igual que tú

-no tengo mucho que decir, o al menos no ahora

-pues ya somos dos- una carcajada de alguien del grupo nos hace mirar hacia donde se encuentran y Rodrigo parece querer decirme algo, pero no se decide

-estás enojado con Santiago?

-da igual- no voy a entrar en detalles sobre nada que tenga que ver con Santiago, con nadie

-quizás deberías distraerte un poco, tienes mala cara –me rio, si, definitivamente tengo mala cara

-mira quien lo dice, pero lo haré te lo aseguro- sonrío ante su mirada de incredibilidad –recuerdas a Annie?

-tu amiga? Si la recuerdo, qué pasa con ella?

-mañana estará en el país, se quedara en mi casa por dos semanas, es todo el tiempo que estará aquí, así que si, voy a distraerme

-que bien, me alegro, supongo que lo necesitas –la mirada de Rodrigo me inquieta por un momento, es como si tuviera una leve idea de lo que pasa –espero que todo se solucione

Antes de que pueda contestarle algo Rodrigo se pone de pie y camina donde están los demás, la tarde pasa excesivamente lento y cuando llego a casa mi hermana me mira como si quisiera preguntar algo, pero calla y yo lo agradezco.

Al día siguiente debo ir por Annie al aeropuerto y como no tengo tiempo de ir a casa después de la facultad me decido y vuelvo a usar el auto, cuando estoy en la universidad miro la marca en uno de los costados y creo que es más grande de lo que pensaba, a medio día vuelvo a ver a Santiago en la cafetería pero trato de ignorarlo, salgo antes de la hora para ir por Annie y cuando ya estoy en el aeropuerto mi teléfono suena…

“cuando podremos hablar?”

Santiago ha dejado de insistir con las llamadas, después de que no contesté ninguna de las llamadas que me hizo, supongo que se resignó a que no quería escucharlo.

“no lo sé, en realidad no tenemos nada que hablar”

Me siento esperando la hora en la que el avión de Annie llegará, he estado pensando en lo que Santiago pueda decirme y no sé si quiero escucharlo, aunque por momentos lo extraño y valla que lo extraño, no hay nada que pueda decirme para hacerme cambiar de opinión.

“está bien, tú no tienes que decir nada, solo quiero que me escuches, por favor”

Es que ni siquiera quiero escucharlo…

El avión de Annie ya está en el aeropuerto, me levanto y camino hacia la puerta de donde debe aparecer mi amiga, espero verla aparecer entre la gente y entonces la encuentro.

Su expresión de fastidio es tan obvia que sonrío en cuanto la veo, odia volar, camina mirando a todas partes arrastrando una maleta con ruedas y el teléfono en la mano, mi celular suena y en la pantalla tengo un mensaje de ella… “dónde estás?”, pero antes de contestar me encuentra y dejando la maleta tirada en el suelo salta a mis brazos de la misma forma que lo hacía cuando éramos niños.

-Dios! Estás enorme! – me grita eufórica mientras me abraza

-estoy igual Annie no exageres, tú no te vez nada mal

-no coquetees conmigo que te conozco tonto malcriado- la abrazo con fuerza y siento como solloza en mi pecho, había olvidado lo sentimental que es Annie.

Tomo la maleta que ella arrastraba hace unos segundos y Annie toma mi mano mientras salimos del edificio buscando el auto para irnos a casa, inevitablemente pienso que me habría gustado que Santiago estuviera allí, cuando quito esa idea de mi cabeza agradezco que Annie haya vuelto, aunque sea solo por unos días, no podría haber llegado en mejor momento

Rodrigo

Cuando salgo de la universidad, me encuentro en la entrada con Santiago, me mira por un momento y con un suspiro se acerca a mí

-Fernando está contigo?

-no, se fue temprano –mira a todos lados como si no creyera lo que le he dicho- lamento la pelea que tuvieron –me mira sorprendido

-qué es lo que tú sabes? Él te dijo algo? –no puedo decirle que se detalles de su pelea, tendría que explicarle porqué los sé y la idea no me agrada

-no, no me dijo nada, pero es obvio

-debe estar en su casa- dice más para sí mismo que para mí, pero lo escucho y recuerdo lo que hablé con Fernando

-de hecho no lo creo, debe estar en el aeropuerto

-qué?- Santiago me mira como si mis palabras lo hubieran espantado, no quiero pensar en las extrañas ideas que puede haber tenido

-no sé si te dijo algo de ella pero hoy volvería al país Annie, una amiga suya de cuando eran niños

-tu, la conoces?

-sí, he estado con ellos un par de veces cuando ha venido de vacaciones, no la conoces?

-no- Santiago mira en dirección contraria a la mía y me parece que sus ojos se humedecen

-bueno a esta hora ya debe estar con ella, si quieres hablar con Fernando ve a su casa, ya deben estar ahí

-los dos?

-sí, Annie llegaría al país sola, se quedara en casa de Fernando el tiempo que esté –la mueca de Santiago me causa un poco de gracia y tengo que reprimir una sonrisa, está celoso

-bueno gracias- cuando comienza a alejarse pienso en algo que quizás pueda ayudarle.

-Santiago!- lo llamo y él se detiene y yo camino hacia él-hay un bar llamado Sobredosis

-sí, lo conozco

-recuerdo que a Annie le gustaba mucho ese lugar, seguro arrastrará a Fernando ahí hoy en la noche, si quieres hablar con él, seguro ahí lo encuentras – me mira por un momento, parece estar examinándome, hasta que veo que sonríe

-gracias y Rodrigo, me alegra que Lucas y tu hayan vuelto a ser amigos –maldito Lucas, sabía que habían hablado de mi

Le sonrío y camino en dirección contraria a donde él va, me rio por haber pensado que Lucas no le había dicho nada a Santiago, tengo la intriga de si le habrá contado todo lo que paso entre nosotros en los días que estuvo aquí, ya se lo preguntaré.

Cuando estoy llegando a mi departamento aparece esa sensación de angustia una vez más, instintivamente miro en todas direcciones esperando que aparezca en cualquier momento, pero no está, no ha vuelto y sé que es lo mejor, también recuerdo que el bar donde le dije a Santiago que podría encontrar a Fernando, es el mismo donde me encontré con Tomas la primera vez a solas, ahora que lo pienso me rio con amargura al darme cuenta de que el nombre es muy apropiado para él.

Fernando

Annie y Bárbara no dejan de parlotear de todo lo que logran recordar, por el momento, he sido desplazado y la atención de mi amiga solo se concentra en mi hermana, hasta que Bárbara recibe una llamada que la hace ponerse nerviosa e incluso se sonroja, frunzo el ceño y ella me mira con una gran sonrisa, se levanta y sale del cuarto para hablar en privado con quien sea que la ha llamado.

-deja de ser tan sobreprotector –Annie me mira riendo

-es mi hermana

-es mayor que tú

-es una niña –mi amiga da una carcajada que se contagia

Bárbara vuelve a entrar en la habitación y dice que tiene que salir “de urgencia” pero la sonrisa en su rostro no se la borra nadie, la miro y ella besa mi mejilla

-tranquilo, no es el tarado ese –se refiere al inútil de su ex, me tranquiliza saber que ya ha olvidado al imbécil ese, pero aun así me intriga esa llamada

-quien era entonces?

-barby no le digas nada- miro a Annie y ella sonríe- si se lo dices se va a arruinar, que fluya, deja que fluya

-Annie cierra la boca –le digo molesto

-no, ella tiene razón, llegaré tarde no me esperen –la miro exasperado pero antes de que vuelva a hablar Bárbara me da un sonoro beso en la mejilla y desaparece del cuarto

Annie está recostada sobre la cama y palmea para que me instale a su lado, sobre la cama hay restos de comida y bebidas.

-tenemos algo muy importante que hablar- me dice poniéndose seria

-de que hablas?

-quiero saber ahora que era eso que tanto querías contarme –lo recuerdo y no puedo evitar que duela un poco, tenía una tonta pero gran ilusión de contarle todo a mi amiga

-no es nada, ya no importa

-que dices! No vas a dejarme así, cuéntame, ¿cómo es? –la miro sorprendido- oh Fernando! Es obvio, tenía que ser algo así, vamos cuenta! Que estoy muriendo de la intriga

-no es nada Annie ya no importa, de verdad ya no importa –ya no vale la pena contarle nada

-demonios, o sea que las cosas están mal- habla como si estuviera ella sola, no me mira, esta pensativa- lo supuse cuando le pregunte a barby y no quiso decirme nada…- diablos mi hermana – pero no pensé que fuera tan malo

-deja de suponer cosas que no son

-estás enamorado –me doy cuenta de que no es una pregunta, más bien es una afirmación –no me mires así, siempre pensé que sería eso y cuando hablábamos por Skype me convencí, jamás te había visto tan misterioso pero al mismo tiempo tan feliz

-no vale la pena

-que fue lo que paso?

-se terminó, eso es todo

Annie suspira y se sienta en la cama frente a mí con las piernas cruzadas sobre esta, toma uno de los cojines, lo pone entre sus piernas y apoya sus codos en él, me mira y me examina, me analiza, lo sé, yo no hablo, no diré nada que le dé pie para preguntar o hacerme entrar en detalles que no quiero darle.

-sé que estas contento de tenerme aquí- comienza a hablar- pero te conozco tan bien que aunque intentes disimularlo también me doy cuenta de que estas triste, puedes intentar ocultarlo o incluso negarlo pero en el fondo sabes muy bien que no puedes engañarme y tengo que reconocer que me siento un poco dolida, hace una semana te morías de ganas de contarme algo y ahora quieres pretender que no has dicho nada y que yo lo olvide cuando sabes que eso no sucederá y más aún si veo lo triste que estás, Fernando, cariño que es lo que pasa? –entonces me arrepiento de haberle dicho algo, de haberle insinuado algo, incluso me arrepiento de haber pensado en que ella y Santiago se conocieran.

-estoy feliz de que estés aquí, no podrías haber llegado en mejor momento- me sincero con ella, Annie toma mi mano y me obliga a recostarme y poner mi cabeza en el cojín que mantiene sobre sus piernas

-entonces estás enamorado-vuelve a decir

-si- al final me resigno, sé que no la convenceré

-ya no están juntos cierto? –sonrío, es obvio que ella lo notaría

-no, ya no

-hace cuánto?

-hace cuatro días

-oh cariño lo siento tanto- acaricia mi rostro mientras habla  -qué fue lo que paso?

-eso no importa, ya no estamos juntos, el resto no importa –Annie suspira sonoramente

-cómo es? –sonrío, no sé cómo describirlo

-quería que lo conocieras, sé que iba a gustarte- sé que ha notado el detalle en mis palabras, no dice nada- pensaba que Santiago y tú se llevarían muy bien, me hubiera gustado que así fuera- levanto mi cabeza y vuelvo a estar sentado frente a ella, me mira sin ninguna expresión

-Santiago? –me fijo bien en su expresión, necesito ver en detalle su reacción

-sí, Santiago –reafirmo y intento sonreír, no lo consigo

-desde cuándo? Porqué nunca me lo dijiste? Lo sabe alguien? Por dios Fernando, dime que no has pasado por todo esto solo –los ojos de Annie se humedecen y ahora si logro sonreír-  antes de él hubo alguien más? Espera estabas con Camila, cómo, que pasó?

-tú lo dijiste, me enamoré, Annie no me odies por favor

-idiota! Odiarte? Que estupidez dices, estoy sorprendida, eso es obvio!  no puedo fingir, pero odiarte Fernando, eso jamás, lo que si estoy es dolida y muy molesta, como demonios no me lo dijiste antes.

Annie se lanza sobre mis brazos y me abraza con fuerza, pienso en lo fácil que es hablar con ella, antes de que termine una frase ella ya sabe lo que diré y eso me facilita mucho las cosas.

Comienzo a contarle la historia desde el inicio, con detalles, bueno… ella me obliga a darle detalles, sonríe cuando le cuento las partes buenas y me mira con reproche cuando le cuento las veces que fui un imbécil, le hablo de todo lo que pasó entre nosotros hasta llegar al momento donde había decidido que lo conociera, incluso le conté cómo fue que Bárbara se dio cuenta de todo, relatando también el incidente con mi padre

-tu padre jamás va a dejar de ser un bruto, me sorprende, siempre has sido tan distinto a él- comenta después de que le cuento el incidente

Hasta que me mira como si supiera que hay una parte de la historia que no le he contado y comienzo a hablar, y diablos es bueno hablarlo, no lo había hecho antes y contarle todo a alguien de veras alivia y más el hecho de que sea Annie quien escucha atenta

-qué piensas hacer?

-no lo sé, no sé nada

-pues tendrás que saberlo, porque estas… demonios estas jodidamente enamorado de ese chico

-aun así, no quiero hablarle, no quiero escucharlo, no aún

-ok… entonces haremos algo- Annie se pone de pie de un golpe y me mira sonriendo

-que pretendes?

-saldremos esta noche, es mi bienvenida- se queda un momento pensativa- lástima que Bárbara no está pero bueno saldremos solos los dos y no me vengas con excusas, tienes que distraerte y yo estoy muriendo por salir

-donde quieres ir?- le pregunto riendo, sé que aunque me niegue terminaré cediendo a su capricho

-aun funciona Sobredosis lo sé… donde más, ayúdame a llevar las cosas a la habitación, me doy un baño y luego partimos, te parece?

-ok- respiro resignado y tomo la maleta de Annie para llevarla al cuarto donde se quedará.

Annie entra de prisa en el baño y pienso en las pocas ganas que tengo de salir, quizás si Bárbara estuviera aquí podrían haber ido juntas, el lugar del que habla Annie siempre le ha gustado y cada vez que está en el país me arrastra allí, es un buen lugar, con bandas en vivo y la música siempre es buena, recuerdo que siempre íbamos con algunos amigos, Rodrigo fue con nosotros más de una vez, antes de que mi amiga salga del baño llamo a Rodrigo para decirle que valla con nosotros, la idea es que estando solos Annie no dejará de preguntarme por Santiago, en cambio si hay alguien más con nosotros tendrá que aguantarse y ya que Rodrigo y ella se conocen, no lo pienso dos veces.

Cuando salimos de casa pasamos por el departamento de Rodrigo, Annie lo recuerda bien y se dedican a hablar de cómo es vivir en Suiza mientras yo conduzco al dichoso lugar.

Santiago

-dime una vez más, porqué estamos aquí?

-porque tenía ganas de salir

-un miércoles? Santiago no seas mentiroso! Tengo que arrastrarte en un fin de semana, y quieres que crea que querías salir a media semana?

-pablo escucha –lo miro y tomo sus hombros- necesito estar aquí, hay algo que quiero ver

-o me dices o nos largamos

-Pablo!

-no protestes, dime porqué estamos aquí, hace mucho que no venía a este lugar

-ok…-suspiro, lo convencí de que me acompañara, aunque había pensado en no hacer nada, en hablar con Fernando después, la idea de saber que quizás lo encontraría aquí no me dejo pensar con calma y cuando le dije a mi amigo que quería salir a distraerme él no protesto –alguien me dijo que quizás Fernando estaría aquí –Pablo me mira molesto

-me trajiste para espiar a tu noviecito!?

-por si no te has dado cuenta, no sé si aún somos novios y la angustia me está matando, tengo que hablar con él y en la facultad no puedo hacerlo y como no responde mis llamados… pues aquí estamos, pienso abordarlo de sorpresa así no podrá esquivarme, creo

-y como sabes que estaría aquí?

-me lo dijo Rodrigo, pero no es seguro

-Rodrigo? Demonios Santiago no te das cuenta que no puedes confiar en cualquiera? Aun no lo entiendes

-hey! No tienes que restregarme en la cara mi error, créeme que no lo he olvidado, pero por eso quise que vinieras conmigo y no me vas a dejar solo, a menos que logre encontrar a Fernando y hablar con él.

-entonces tendré que dejarte solo ahora porque allí está- Pablo apunta hacia la barra y veo Fernando, está sonriendo con Rodrigo y una chica, la miro y supongo que esa es Annie, no puedo evitar sentir una molesta voz en la cabeza que me grita que quizás ella y Fernando pueden tener algo o quizás él pueda fijarse en ella, es hermosa…

La miro sonreír mientras Rodrigo parece estar en medio de un ataque de risa, Fernando los mira y niega con la cabeza, ella se acerca a él y lo abraza mientras besa su mejilla y lo acaricia, Fernando pasa su mano por la cintura de la chica y permanecen abrazados, ella es un poco más baja que Fernando, lleva el cabello rubio y liso tomado en una coleta, sonríe ampliamente y se ve preciosa, tiene unos ojos grandes y verdes, demonios, es mucho más linda de lo que había pensado.

-quién es ella? –la voz de Pablo me hace dejar de ver a la chica

-Annie, debe ser ella

-y quién es esa Annie, la conoces?

-es amiga de Fernando, vive en el extranjero, creo que en Suiza y hoy llegaba al país, se está quedando en casa de Fernando

-wow- dice mi amigo y lo miro un poco desconcertado- es linda –Pablo parece estar demasiado concentrado en la chica y no se da cuenta de que lo miro sorprendido, hasta que golpeo uno de sus brazos para que reacciones- hey! Porque me golpeas?!

-no te hagas en tonto! Por qué la miras así?

-no la miro de ninguna manera estas desquiciado, vamos- toma mi brazo y comienza a arrastrarme

-a dónde?

-a donde están ellos, querías hablar con Fernando, pues ahí está no pierdas tiempo, además quiero conocer a la tal Annie –frunzo el ceño ante ese comentario… demonios Pablo!...

-No! espera, Pablo espera! –lo obligo a detenerse –espera un poco, aún no, vamos a sentarnos cerca pero aún no voy a  acercarme, por favor, vamos- vuelvo a mirar a dónde está mi novio y creo que por un momento mi mirada se encuentra con la de la chica, pareciera que está examinándome, frunce el ceño y vuelve e mirar a Fernando… de seguro lo imaginé… ahora soy yo quien lo arrastra y nos sentamos en un lugar donde aún pueda tener a la vista a Fernando, Pablo me mira exasperado

-no te muevas de aquí, voy por algo de beber

-que no te vean!- alcanzo a decirle antes de que desaparezca.

Vuelvo a mirar a Fernando y ahora está a solas con Rodrigo, miro alrededor pero no encuentro a la chica, quizás esa no era Annie, la idea me desconcierta un poco, pero entonces tocan mi espalda y me giro para ver quién es.

Rodrigo

Annie se levantó de donde estábamos diciendo que tenía que ir al baño, Fernando y yo nos quedamos solos y aproveché el momento para hablar un poco con él

-hoy me encontré con Santiago –Fernando me miro atento- me preguntó por ti

-desde cuando tú y Santiago se llevan bien?

-no es que nos llevemos bien es solo que, deje de molestarlo

-nunca entendí porque eras así con él, más aún cuando supe que Lucas y tu eran amigos

-fue una estupidez, Santiago me recuerda algo en lo que no me gusta pensar

-no te entiendo –me dijo moviendo la cabeza

-no tienes que hacerlo, esto no se trata de mí

-entonces? Desde cuándo te importa Santiago?

-solo quiero que- me calle por un momento, no era fácil hablar con él- es que lamento que no estén juntos, se veían contentos

Fernando me miro sorprendido, iba a decir algo pero al parecer se arrepintió, dejo de mirarme y se quedó en silencio, se notaba que estaba incómodo.

-Fernando no hagas las mismas estupideces que hice yo

-por qué me dices esto?

-porque Santiago te quiere y t tú lo quieres a él, no seas tan idiota de dudarlo

-que es lo que tú sabes?

-algunas cosas, pero no voy a entrar en detalles, solo espero que pienses bien las cosas, no tomes una decisión segado por la rabia

-hablas como si entendieras algo de esto

-y lo entiendo- por primera vez estaba hablando con alguien más que no fuera Lucas sobre esto y la verdad es que no me estaba costando tanto- no sabes cómo entiendo lo que te está pasando, Fernando hay un millón de cosas que no sabes de mí y que ni las imaginarías

Ambos nos quedamos en silencio por un tiempo, a pesar del intento que estaba haciendo, el silencio de Fernando me ponía nervioso.

-Rodrigo tú?- entendí lo que quería decir incluso sin que terminara la pregunta –tu eres?

-no importa lo yo sea- le interrumpí- no estamos hablando de eso, quizás algún día podamos hablarlo –me reí- aunque no lo creas es la primera vez que hablo de esto con alguien que no sea Lucas

-él lo sabe? – le sonreí y no dije más, Fernando me miro por un momento y luego bajó la cabeza

-piensa bien lo que estás haciendo, no sabes lo arrepentido que he estado de un millón de cosas que he hecho, estoy seguro que Santiago y tú tienen mucho que hablar aún

-porqué sabes todo esto? Porqué sabes que estamos… así? –por alguna extraña razón a pesar de que estaba intentando ser sincero con él, no pude hablarle de Tomás

-porque se les nota, cualquiera puede darse cuenta de que algo pasó, solo piensa las cosas Fernando, conoces a Santiago muy bien, eso debería ayudarte a decidir

Antes de que volviera a hablar o preguntara algo más me puse de pie- despídeme de Annie- salí del lugar lo más rápido que pude, en la puerta tome un poco de aire y comencé a caminar, al llegar a la avenida principal tome un taxi para estar cuanto antes en el departamento, por un momento me pregunte qué sería de Tomás, aunque no quisiera reconocerlo, estaba preocupado.

Santiago

La expresión en su rostro era totalmente molesta, me miraba con rabia y yo no entendía ni tenía idea alguna de porque el odio

-déjalo tranquilo –me dijo sin siquiera decirme quien era, aunque yo ya lo sabía

-de que hablas

-deja a Fernando tranquilo, no lo mereces –entonces comprendí que Fernando debió haberle contado todo lo que paso a ella, me sentí pequeño a su lado, a pesar de tener ese rostro un poco angelical, la mirada cargada de odio que tenía y saber que ese odio era para mí, me sentí insignificante a su lado

-tu eres Annie cierto? –le pregunte intentando sonreír, ella arqueo una ceja y me miro despectivamente

-si sabes quién soy entonces también sabes que no voy a dejar que lo lastimes

-Fernando y yo tenemos que hablar

-no, no tienen nada que hablar, a menos que él quiera, y él no quiere

-eso tiene que decirlo él –se rio

-que es lo que quieres? Tu no lo mereces – volvió a decir

-y tú sí? –No me di cuenta de lo que estaba diciendo, la pregunta salió de mí sin haberla meditado antes- tú lo quieres –le dije más que como pregunta fue una afirmación

-por supuesto que lo quiero, yo lo amo- la expresión de sorpresa en mi rostro no pasó inadvertida y ella lo noto- pero no de la forma que piensas- se rio- quizás en otra vida podría haber querido estar con él pero en ésta, Fernando es parte de mi vida, de mi familia y lo adoro, no voy a dejar que nadie lo lastime y si tú de verdad lo quisieras lo dejarías en paz

-no sabes lo que estás diciendo –le dije molesto

-quién demonios te crees que eres para joderlo así? No mereces ni una pisca del amor que Fernando siente por ti, lo pensé cuando supe todo y ahora que te veo me termino de convencer, no vales la pena, y yo me voy a encargar de que Fernando no vuelva a quererte cerca, no vas a lastimarlo otra vez

-que pasa aquí? –la voz de Pablo desvió la atención de Annie y lo miro por un segundo

-no lo creo –se rio- no puedes ser tan cara dura de estar aquí con éste

-oye niña que te pasa!?- le dijo Pablo alterado

-no me llames niña quien te crees que eres –yo estaba un poco desconcertado, entonces entendí, Annie pensaba que Pablo era con quien yo… bueno, eso.

-no te equivocas –le dije tomando su brazo

-no me toques!

-oye no le grites

-tú no te metas en esto!!

-es que estas equivocada, él es Pablo mi amigo no es… el no

-él no es con quien engañaste a Fernando?- las palabras sonaban tan horribles que el estómago me dio vueltas cuando le escuché

-que!?- le grito Pablo- estás loca!?

-bueno no importa!, solo deja tranquilo a Fernando, no lo mereces!

Pablo y Annie se miraban el uno al otro como si estuvieran maldiciéndose, la cabeza comenzó a darme vueltas y me arrepentí de haber ido a ese lugar.

Fernando

Cuando Rodrigo desapareció, me quedé en el mismo lugar sin moverme, si había entendido bien sus palabras quiere decir que él… nunca lo noté, no podía creerlo y más aún si pensaba en las veces que hablo de manera despectiva de Santiago, pero él dijo que en ese entonces Santiago “le recordaba una parte de él en la que no le gusta pensar”…

Sería sínico de mi parte espantarme por no haberlo notado si yo mismo jamás pensé que me fijaría de esta forma en un hombre.

Voltee a ver por donde se había ido Rodrigo, quería hablar un millón de cosas con él, más aún de eso que está tan arrepentido, que fue lo que hizo, porqué cambio de idea. Entonces pienso que el cambio de actitud en Rodrigo ocurrió cuando Lucas volvió, Santiago dijo que ellos se conocían hace tiempo pero no dio detalles de nada, claro… Lucas tiene que habérselo contado, pero ¿Rodrigo y él habrán hablado alguna vez? ¿Por eso Rodrigo dejo de hostigar a Santiago?

Tenía un millón de preguntas en la cabeza y para poder responderlas necesitaba hablar con Rodrigo pero no hubo caso, no lo encontré, entonces busqué con la mirada en el lugar a Annie, se estaba tardando demasiado en el baño y ya estaba cansado, quería irme a casa.

Cuando la encontré me paralicé al verla parada frente a Santiago, que demonios hacía Annie con Santiago, quizás Rodrigo ya lo había visto en el lugar y por eso comenzó a hablarme de él, pero, Annie no lo conocía, solo debía ser una coincidencia.

Caminé hacia ellos y entonces vi que mi amiga miraba con odio a Pablo y alcancé a escuchar algo antes de que se dieran cuenta de mi presencia

-bueno no importa!, solo deja tranquilo a Fernando, no lo mereces!

Mierda Annie…

-Annie! –la llame molesto, ella no tenía que hacer esto, que demonios pasaba por su cabeza

Los tres miraron en mi dirección y vi a Pablo mirar a mi amiga molesto y ésta sorprendida, como si fuera una niña a quien descubrieron haciendo una travesura y por último veo a Santiago, tiene la mirada clavada en sus pies y creo que no nota que estoy frente a él, parece perdido, como si estuviera demasiado concentrado en algo, vuelvo a mirar a Annie y esta esquiva mi mirada.

-que estás haciendo aquí? – me pregunta intentando sonreír

-que haces Tú aquí? –le pregunto molesto, tengo una idea de lo que está haciendo, y lo que pienso no me gusta para nada

-nada que importe –responde haciendo un desprecio hacia Santiago… demonios Annie

-tu amiga parece estar un poco alterada –Pablo me mira y luego mira a Santiago- hey!

-Fernando yo…-Annie comienza a hablar

-nos vamos –la interrumpo, me mira sorprendida –ahora, nos vamos –le repito cuando me mira como si no entendiera porqué estoy molesto

-bien, es mejor, el ambiente aquí ya no es bueno- la miro sin entender por qué está actuando así, ella no es así y antes de que le responda algo da media vuelta y camina hacia la salida no sin antes mirar con odio Pablo, no hay que ser un adivino para saber que no se agradaron, ignora a Santiago y camina sin volver a decir nada

La miro mientras camina hacia la puerta, no la entiendo, la cabeza comienza a dolerme, no puede ser que en una noche haya hablado con Rodrigo y ahora Annie se empeña en complicarme la existencia.

-bien, ya vuelvo – Pablo miro a Santiago un segundo y caminó hacia la barra

-estas bien?- le pregunte

-tu?- al fin me miró a la cara y pude notar sus mejillas sonrojadas y los ojos humedecidos- tu estas bien? –no podía decirle que no, que no estoy bien, que lo extraño demasiado, pero que también tengo rabia

-lo que sea que ella te haya dicho- Santiago dejo de mirarme –lo siento

-no dijo ninguna mentira, solo no fue muy sutil –intentó sonreír pero la mueca en su rostro solo me decía que Annie tendría que escucharme

-Santiago yo…

-quería tanto hablar contigo y ahora no sé qué decirte –me interrumpió- con ella te vez contento- ignoro el comentario

-el otro día, lo que dije –recuerdo todo lo que le dije y me detesto por haberle mentido así- no es cierto yo… no debí tratarte así… lo siento, también lamento lo de hace rato- me mira y esta vez sí lo veo sonreír.

-necesito que me escuches – da un paso hacia mí y yo me paralizo, extraño tanto tenerlo cerca- por favor –tengo el impulso de abrazarlo y pedirle que hagamos como si no hubiera pasado nada, pero es una idea tonta, no puedo hacer eso..

-no- me aparto  un poco de él y él se aparta otro poco- ahora no- me mira por un minuto

-cuando?

-no lo sé… Santiago no lo sé, pero ahora no

-voy a insistir – sonríe y tengo ganas de hacer lo mismo, aunque no se lo digo, quiero que insista, y me siento idiota por pensar así –no me odias –no es una pregunta, lo afirma

-no, sería más fácil todo, pero no –muerde su labio inferior y sonríe un segundo –me voy- doy un paso hacia él pero me arrepiento y me detengo a tiempo, lo miro por un momento y salgo del lugar antes de que se haga más difícil tenerlo cerca.

Annie me espera en la entrada, camina de un lado a otro exasperada, cuando me ve aparecer me mira como si estuviera molesta, debería ser yo quien esté así.

-no entiendo lo que has hecho –escucho la voz de mi amiga pero me doy cuenta de que estoy sonriendo como un tonto, y es que en estos días lo que más extrañaba era su sonrisa – Fernando!.. demonios te estoy hablando! –la miro y recuerdo lo de hace un rato

-no quiero que vuelvas a hacer eso

-qué?!

-no vuelvas a tratarlo así, de hecho como supiste que era él?

-vi tu teléfono, tienes una foto suya –me dijo como si me acusara de algo

-mierda Annie no puedes ser tan curiosa

-no estaba buscando eso! Solo la vi y ya! Bueno no importa!

-sí importa claro que importa, Annie, por favor no me compliques más las cosas

-quiero ayudarte –dijo haciendo pucheros, igual como los hace mi hermana

-pero no me estas ayudando! Y tampoco tienes que hacerlo, Annie…- suspiro y intento calmarme un poco- te conté lo que pasó porque necesitaba hablarlo con alguien y contigo no tengo secretos, pero no quiero que hagas nada, esto solo nos concierne a Santiago y a mí, seré yo quien hable con él, no tú

-hablaras con él? –me pregunto espantada- a pesar de lo que hizo!?

-sí, hablaré con él, pero no ahora, entiende! Tengo que hablar con él hay un millón de cosas que tenemos que conversar y no quiero que te entrometas en esto

-por que no!?

-porque no está bien! Lo que hiciste no está bien! Diablos Annie tú no eres así!

-es que… es que… sentí tanta rabia cuando lo vi, porqué lo defiendes? –no tuve que pensar la respuesta, estaba tan seguro de ella

-porque lo amo y no soporto que lo lastimen, menos tú, tu no haces eso

Annie se quedó en silencio un momento y luego me miro apenada

-tienes razón, me excedí, lo siento –la conozco bien y sé que es sincera, no quise decirle nada mas

-vamos a casa, estoy cansado

En el auto ninguno de los dos volvió a hablar, el silencio no es un buen compañero en mi amiga pero por el momento era lo mejor.

Me recosté sobre la cama agotado, no dejaba de pensar en lo que me había dicho Rodrigo y las palabras de Santiago “voy a insistir”, recordarlo me hacía sonreír inevitablemente.

Pablo

-y?- le pregunté cuando me acerqué a él después de ver como Fernando se iba del local y Santiago se quedaba de pie en el mismo lugar donde los había dejado solos

-es tarde, vámonos- pensé que la conversación no había salido bien pero no entendí cuando note que mi amigo sonreía, como tonto, pero sonreía

-por qué sonríes?

-por qué no lo haría?

-no lo sé, porque tu vida en los últimos días ha sido todo un dramón de telenovela –Santiago me miro ensanchando su sonrisa

-no me odia… Pablo, no me odia

-no estoy entendiendo

-es la mejor razón para sonreír, no me odia –consternado lo vi caminar hacia la salida, cuando llegó a la puerta me miro y con un gesto dijo que lo siguiera

Santiago no dejó de sonreír en todo el camino a su casa aunque no quise preguntar nada honestamente no entendía su actitud, cuando lo dejé a solas con Fernando me quede a una distancia prudente para poder verlos y nada de lo que vi me diría que se arreglaron, todo lo contrario, Fernando se fue y Santiago se quedó parado como bobo mirando como el otro salía del local.

Me molesta estar preocupado por esto, no debería, demonios no soy terapeuta de pareja, todo lo contrario, ni siquiera yo logro tener una novia “estable” y no es que me importe, pero me irrita tener que lidiar con los problemas amorosos de Santiago, más cuando lo veo tan contento y no entiendo por qué está así.

Por la mañana camino a la universidad sin ganas y a punto de caer al suelo vencido por el sueño, luego de estar en un par de clases tengo una hora libre que aprovecho para recostarme en algún lugar silencioso de la universidad, diviso a Fernando en una mesa, está solo y no deja de mirar su teléfono, por un segundo pienso que está hablando con Santiago… Dios! Mi vida sería más sencilla si no estuviera en medio de tanto drama, pero entonces recuerdo a la chica… histérica y neurótica chica que estaba la noche anterior con él, la misma que de la nada había atacado a Santiago, como alguien tan linda puede ser tan insoportable… Annie, ese era su nombre, aunque pretendía dormir durante esa hora libre la curiosidad me gano y caminé a donde estaba Fernando. Cuando me senté frente a él me miro extrañado.

-no me mires así –le dije

-que haces aquí?

-tenemos que hablar

-tu y yo? Por qué o de qué?

-de que crees- note que se sonrojaba- de lo que paso anoche, tu amiga es bastante neurótica

-Annie? –Suspiró- ya hable con ella, no va a volver a pasar y me disculpe con Santiago, sea lo que sea que le haya dicho

-no te lo contó?

-no se lo pregunté, solo me dijo que pensó que había algo entre tú y Santiago –se rió

-no veo la gracia

-cualquiera podría pensar eso, yo no, pero quien los ve si

-tu amiga lo pensó

-no creo que te importe lo que Annie piense –dijo sonriendo- momento… -me miro como si estuviera examinándome – te importa?

-a mí? –Bufé- por supuesto que no! –Fernando rio y tuve la impresión que se reía de mi –bueno no vine a hablar de tu amiguita

-fuiste tú quien la nombro

-vas a escucharme o no?! –le dije exasperado, me miro como si esperara que siguiera hablando- creo que el drama entre tú y Santiago ya llego muy lejos

-eso no es algo que voy a hablar contigo –dijo cambiando su expresión, aunque dejo de sonreír no se veía molesto, mas bien dolido

-oh ya déjate de dramas, demonios Fernando!! Que parte de “Tomás drogo a Santiago para acostarse con él” no has entendido? Diablos LO DROGO- enfatice cada palabra a ver si de una buena vez me entendía

Fernando me miro por un segundo y luego se quedó en silencio, como si estuviera meditando lo que diría  tratando de procesar lo que yo le había dicho…

-eso lo entiendo- dijo- y me duele, me duele que haya pasado por eso, pero no es esa la razón por la que no quiero verlo

-entonces?- me extraño su respuesta

-aunque quizás tu digas que es una estupidez no he dejado de pensar que en el fondo quizás Santiago si quería tener algo con él y que no quería reconocerlo, no puedo evitar pensar eso cuando recuerdo todas las veces que lo defendió, demonios Pablo, si incluso discutió contigo por defenderlo, que esperas que crea?

Si, creía que era una soberana estupidez lo que estaba diciendo, pero lo entendía… vaya que lo entendía, si por alguna remota parte de mi cabeza en algún momento esa idea también estuvo presente, pero me negué a pensar en ello, sobre todo porque no lograba entenderlo, en ningún momento dude de que Santiago solo quería a Fernando y este tampoco parece ponerlo en duda, pero entiendo que esté pensando  así, yo mismo no lograba explicarme por qué lo defendía tanto.

-Santiago te quiere

-lo sé y yo a él

-entonces que vas a hacer?

-no tengo idea

-ustedes van a lograr que sufra de colon irritable o me dé un ataque de nervios, van a volverme loco

-pablo –dijo sonriendo- asume que ya te caigo bien

-no me provoques – volvió a reír y yo me levanté –solo, escúchalo, dile que te aclare lo que estás pensando, dejen de evitarse como si fueran tontos

-mierda Pablo, me sorprende lo sutil que eres –dijo con una carcajada

-pues te aguantes.

Salí de la universidad, si…  tenía varias clases más por la tarde pero la idea de Santiago de salir la noche anterior solo me provoco sufrir por no haber dormido lo suficiente y pensar en él y Fernando es realmente agotador.

Fernando

Pretendo salir de casa sin que mi hermana o Annie se den cuenta…

Pero no lo logro.

-a dónde vas? –la voz de mi hermana me detiene en la puerta

-tengo algo que hacer

-que cosa? –Annie aparece por la puerta del living y me mira examinándome

-algo que no les importa, diablos no sean tan curiosas

-voy contigo- Annie toma su bolso y ya está a mi lado

-no, quédate con Bárbara no voy a tardar

-de hecho yo también tengo que salir, no vas a dejarla aquí sola

-bueno bueno, tampoco soy una niña, puedo estar sola, algo haré mientras llegan

Pero mi hermana tiene razón, no voy a dejarla sola en casa, es muy poco el tiempo que estará en Chile y no seria justo dejarla, además así saldré de allí mucho mas rápido

-quiero que te quedes en el auto, no voy a tardar –me mira bastante seria, pero no dice nada –después podemos ir a donde tu quieras

-vas a verlo cierto? –suspira y me mira intentando sonreír, pero no lo consigue

-voy a  buscar unas cosas, no tardaré

-debiste decirlo, me habría quedado en la casa

-no es necesario, solo tienes que comportarte

-lo prometo –sonríe y cuando estamos afuera de la casa de Santiago ella toma su teléfono y me ignora –tómate tu tiempo mientras decido que haremos después.

Toco el timbre de la casa y aparece Pablo en la puerta, me mira y sonríe, cuando se acerca me doy cuenta de que va saliendo, detrás suyo está Santiago y cuando lo saludo parece estar sonrojado.

-podrías haber venido solo- Pablo mira a Annie molesto y esta al escucharlo se sorprende y sí… aunque no pueda creerlo, es la primera vez que veo a mi amiga sonrojarse, pero se repone a tiempo y cuando Pablo pasa por su lado ella le hace un desprecio, no puedo evitar reír con la escena

-hola –Santiago me mira mientras yo sigo riendo por los otros dos

-hola, vengo a buscar mis cosas –él suspira, se acerca a mí y se queda mirando hacia donde Annie me espera, apunta hacia ella –que le paso a tu auto?- sí la marca es bastante grande

-no es nada, me pasé una luz roja y así quedo

-que?! Fernando! Oh por… ¿estas bien? ¿te lastimaste? –toma mis brazos y me mueve como si estuviera examinándome

-Santiago basta, estoy bien, no fue nada! Exageras igual como lo hizo mi hermana –lo tranquilizo y él suspira sonoramente

-entra- camina dentro de la casa y yo lo sigo, vuelvo a mirar a Annie y ella me sonríe, extrañamente me sonríe

– te dije que vendría hoy –le digo cuando estamos dentro de la casa

-si, lo sé –no me mira y solo camina escaleras arriba hacia su cuarto –hay varias cosas tuyas aquí- se sienta en la silla al lado del escritorio y me mira, logra ponerme nervioso mientras intento recordar que era lo que tenía que buscar

-ella se está quedando contigo?- pregunta y cuando lo miro lo veo que esta de pie frente a la ventana del cuarto, está hablando de Annie

-si, sus padres no pudieron viajar por trabajo y ella prefirió quedarse en mi casa en vez de con algún familiar, en todo caso pasa casi todo el tiempo con Bárbara y en casa tenemos una habitación para invitados –cuando me doy cuenta de que estoy dándole explicaciones, me maldigo… seré idiota.

-es muy bonita –no respondo su comentario- no me habías dicho que era tan bonita –ahora lo miro pero sin saber que decirle, estoy casi seguro de que esta teniendo ideas extrañas –alguna vez entre tu y ella?... bueno, ustedes…-no termina la pregunta pero no es necesario que lo haga, sí, tiene ideas extrañas

-no hagas eso

-que cosa?

-pensar cosas que no son, entre Annie y yo jamás ha pasado nada, ni pasaría –me mira por un momento y luego vuelve a sentarse donde estaba antes –ya te pedí disculpas por lo que paso anoche

-eso no importa, te lo dije

-entonces? Porqué estas así?

-porqué crees? Fernando- se pone de pie y camina hacia mí- estás sacando de aquí tus cosas, es como si estuvieras impaciente por no tener que volver a verme ni mucho menos a hablarme – pienso un poco en sus palabras y me aguanto las ganas de decirle que está equivocado, que la verdadera razón de que esté en su cuarto ahora mismo, es porque me moría de ganas de verlo

-Santiago yo…

-si tan solo me escucharas- me interrumpe

-es que no hay nada que me puedas decir que no lo hayas hecho

-es verdad pero, pero también es verdad todo lo que te dije y no sé como hacer que lo creas

-no necesitas decirle a Pablo que valla a hablar conmigo- le digo

-que? Pablo? –vuelvo a pensar en lo idiota que soy

-no importa –me mira por un momento y luego veo como pone los ojos en blanco

-no te vallas, no saques nada de aquí, mierda no tienes que hacerlo! –me habla furioso- sabes que? Eres un idiota – me sorprende –hay algo que no me has dicho estoy seguro, no logro entender porqué demonios no quieres hablar conmigo, no te das cuenta de que si hubiera estado conciente jamás habría hecho nada con Tomas ni con nadie? Diablos! Como puedes dudarlo

-es que no es solo eso Santiago, quieres que te diga la verdad? Bueno… creo que lo que paso- me callo por un momento eligiendo las palabras para decir lo que pienso- creo que en el fondo quizás tu sí querías tener algo con él y por eso siempre lo defendías tanto, querías la verdad, bueno esa es.

Santiago se queda en silencio por un momento, no me mira, vuelve a ponerse de pie y yo me siento en la orilla de la cama, quizás no quería decirlo, pero en algún momento tendría que hacerlo y ya que abrí la boca, entonces quiero escuchar lo que tenga que decir, lo miro mientras el parece estar pensando la respuesta que me dará, y siento miedo de lo que dirá, siento miedo de que me reconozca que aun siente algo por Tomas o que quizás al aparecer él dejo de quererme a mí, mi subconsciente quiere golpearme, parezco una muchachita adolescente e insegura de su primer amor, si, siento ganas de abofetearme.

-cuando Tomás apareció- se volvió a poner de pie mientras yo le escuchaba atento- nosotros no estábamos bien, por alguna extraña e injusta razón, nunca hemos estados cien por ciento bien, siempre pasa algo que nos hace pelear, pensaba que era normal en una pareja, de verdad que quería convencerme de ello, pero las peleas eran tan seguidas que se estaba haciendo sumamente difícil estar juntos –me miro, por un momento quise decirle que se callara y no habláramos mas de ello, no me estaba gustando por donde iba la respuesta- entonces volví a ver a Tomás e inevitablemente recordé lo fácil que fue siempre estar juntos y si, añoré esos recuerdos, quise que fueran el presente –cada vez me hundía mas en la cama, sentía un enorme peso en mis hombros, esto dolía mas que una bofetada- pero no te equivoques, quise que eso fuera el presente pero no con Tomás, si no que contigo, entonces me di cuenta de que eso no era lo correcto, por que solo teniendo los miles de problemas que hemos tenido es que yo me he dado cuenta de que te amo cada día mas y también sé que tu me amas, si todo fuera miel sobre hojuelas entonces lo nuestro no sería verdadero –lo miré un poco desorientado- y no me mires así, aun pienso en nosotros como novios, a pesar de lo que pasó

-no te parece…-la idea en mi cabeza luchaba por salir- no te parece que eso es un poco masoquista?

-puede que lo sea –me dijo sonriendo- pero a mí no me importa y a ti tampoco, así funcionamos y yo amo lo que tenemos.

-Santiago no…

-ni pienses en decirme absolutamente nada ahora, no voy a escucharte porque quiero que pienses lo que te dije, jamás escucha bien y de una maldita vez grábatelo en la cabeza… yo JAMÁS …-marcaba con fuerza cada letra… me sentí tonto- jamás quise tener nada con Tomas… Fernando yo nunca sería infiel, si se supone que estoy con quien quiero ¿para qué quiero a alguien mas? Y yo a ti Te Amo, tonta y delirantemente, pero Te Amo, grábatelo en esa cabeza dura de una buena vez, yo no dudo de lo que sientes por mí, no lo hagas tu

-entonces porqué me preguntas por Annie

-bueno eso, no puedes negar que es linda y ya que estamos siendo tan sinceros, siempre he tenido el miedo de que conozcas a una chica que quieras mas que a mí, tu vida sería mas sencilla si eso pasara y Annie te quiere, tu a ella, es cosa de sumar dos mas dos

-no seas tonto, Annie y yo jamás hemos tenido ese tipo de relación y jamás la tendremos, deja de imaginar o suponer cosas que no son

-bien, entonces los dos tenemos mucho en que pensar y también mucho en que trabajar, ahora…-se acerco a mí y yo instintivamente me puse de pie- no vas a llevarte nada de aquí porque será la excusa perfecta para que vuelvas a venir y terminemos esta conversación cuando los dos ya hayamos pensado lo suficiente

Como un tonto, como un verdadero idiota o como un niño que obedece las ordenes de sus padres, asiento mientras el sonríe, el muy sin vergüenza sabe perfectamente lo que ocasiona en mí y se aprovecha de ello, y a mi me encanta que lo haga.

Bajamos las escaleras porque recuerdo que Annie me espera y antes de llegar a la puerta me detengo porque quiero verlo por ultima vez al menos hasta volver a buscarlo, por que sé que lo haré. Santiago sonríe y se acerca a mi, cierro los ojos cuando acaricia mi rostro y hago un esfuerzo sobre humano para no moverme cuando deposita un pequeño beso en mis labios.

-cuidado con los semáforos en rojo- dice cuando estoy saliendo de la casa, yo pongo los ojos en blanco y salgo en silencio.

-y cuales eran las cosas que tenías que venir a buscar? –Annie me mira extrañada, yo la miro y no digo nada, entonces ella abre los ojos con sorpresa y vuelve a concentrarse en el teléfono.

Rodrigo

Ultimo día de la semana y después de ignorar los intentos de algunos amigos de poder salir a beber a algún bar para terminar la semana, logro salir de la universidad y en la entrada me encuentro con Santiago quien me ve y se acerca a mi sonriendo

-gracias –me dice

-por?

-por lo del otro día,  sabías dónde estaría Fernando, gracias por decírmelo

-ah, o sea que fuiste? Bien, espero se hayan arreglado las cosas

-Rodrigo, que fue lo que te cambio tanto? No creo que haya sido por Lucas o si?

-no seas curioso Santiago, además como dices que algo me cambio si en realidad no me conoces

-bueno pero has dejado de ser un idiota –esto lo dice sonriendo y aunque se que debería molestarme un poco, no lo hago y también sonrío

-gracias por el cumplido

Antes de que Santiago diga algo mas, una muchacha de cabello castaño y rizado se acerca a él y sin saludarlo, solo se abalanza sobre sus brazos y llora desesperada, pienso en retirarme y dejarlos solos, pero Santiago me mira y esta tan sorprendido como yo

-Marcela? Que ocurre? – Marcela…. He escuchado ese nombre

-no lo encuentro, no lo encuentro! No se donde está y Santiago tienes que ayudarme, papá lo corrió de casa y hace días que no aparece, no se que hacer!- la chica llora desesperada mientras tiene a Santiago tomado de sus brazos

-no estoy entendiendo- santiago intenta hablar mas calmado – explícame con calma por favor

-hace unos días Tomás y yo fuimos a la universidad- Tomas… entonces por eso había escuchado el nombre de esta chica, ella era la hermana de Tomás, presté atención a lo que decía- iba a retomar sus estudios, yo estaba muy feliz por él pero entonces al día siguiente salio de casa por la tarde y volvió entrada la noche, papá y él discutieron y mi padre lo corrió, se que todo lo que le dijo solo fue impulsado por la rabia, pero Tomas le tomo la palabra y desapareció, hace días que no llega a casa y ya no sé donde mas buscarlo- la chica seguía sollozaba entre palabras mientras yo intentaba procesar lo que estaba escuchando, si lo habían corrido de casa entonces no tendría a donde ir, quizá sabría llegado a mi departamento, pero después de todo lo que le dije la ultima vez, no volvió a aparecer

-Marcela yo no he vuelto a ver a Tomas desde tu cumpleaños, pero no tienes una idea de donde puede haberse ido? –santiago parecía mas preocupado por la chica que por Tomas, y lo entiendo, ya no debe tenerle tanto cariño como antes

-es por eso que tengo tanto miedo, tratando de encontrar alguna pista de donde buscarlo, revise su computadora, entré en su mail y probé con algunas contraseñas, mi hermano siempre usa la misma para todo, entonces encontré algo que no me gusto

-que cosa? Marcela habla de una vez

-no se quien es, no lo recuerdo, quizás ni siquiera lo conocí, pero había un mail de un  Alex, le decía a Fernando un millón de cosas que no entendí, algo de que volvieran a jugar juntos y no sé cuantas cosas mas, pero lo que mas me preocupa es que le decía que volviera a España y se quedara con él

Alex… Alex... el Alex que lo metió en toda esa mierda… siento como se forma un nudo en mi garganta, recuerdo a Tomas decir que jamás le había contado a nadie sobre él, recuerdo que decía que estar cerca suyo era estar en el infierno y ahora… ahora existe la posibilidad de que haya ido a buscarlo, a estar con él… a jugar con él… no quiero pensar en las formas que tenían de entretenerse, siempre a costa de algún juguete.

Empiezo a entrar en pánico porque no quiero esto para él, si vuelve a España con ese tipo lo único que estaría haciendo es firmar su sentencia de muerte, viviría la vida miserable de la que se salvo cuando volvieron a Chile, que iba a hacer en España además de convertirse en alguien mas miserable de lo que ya es, no quiero esto para él, no quiero que siga torturándose, pero demonios! Siempre encuentra la forma de hacer las cosas peor, de destruir todo, y su capacidad de autodestrucción es la que mas me preocupa, por un momento he dejado de escuchar a la chica, hasta que vuelvo a concentrarme

-no creo que se haya ido a España, en su habitación están todos sus documentos, no tiene como salir del país- escucharle decir aquello me tranquiliza

-Marcela yo no puedo ayudarte

-es que no entiendes lo que te estoy explicando!? Mi hermano no esta bien!!

-por supuesto que no está bien!- le grita Santiago- se ha vuelto un asco de persona y perdóname pero después de lo que me hizo, no me importa nada que tenga que ver con él

-como puedes hablar así?

-tu lo sabías cierto? No me extrañaría que lo supieras- entonces recuerdo que Tomas se reía cuando decía que su hermana creía que al estar él con Santiago dejaría toda la mierda en la que estaba metido… claro que lo sabía… de seguro ella incluso le había ayudado

-tu y mi hermano tienen que estar juntos, eso es lo que corresponde

-Marcela estas loca, agradece, agradece que no denunciaré lo que hizo tu hermano- miro a Santiago espantado…. Tiene razón, si él lo denunciara Tomás estaría años tras las rejas- no lo haré porque Pablo me contó que se ha vuelto un adicto y que no esta bien, lástima que no lo supe mucho antes

-eso no es verdad! Mi hermano está bien!

-Marcela… si en verdad estuvieras preocupada por el intentarías ayudarlo, no encubrirlo ni muchos justificarlo, no quiero seguir escuchándote…. Rodrigo- se giró hacia mí- de nuevo gracias, nos vemos.

Antes de que dijera algo mas Santiago ya se marchaba sin volver a hablarle a la chica, ella lo miro por un momento y luego a mí, no dijo nada y se fue caminando en dirección contraria.

Una vez solo, traté de hilar cabos en mi cabeza y entender lo que estaba pasando, también decidir lo que haría, porque sí, tenía que hacer algo.

Tomas estaba desaparecido…. Su familia no tiene idea donde pueda estar… su padre lo corrió de casa… entonces donde demonios se esta quedando… el nudo en mi garganta se hace ahora doloroso cuando pienso en la respuesta obvia, tiene que haber encontrado otro juguete, intento no pensar en ello y me concentro en lo que realmente me preocupa, Tomás no puede volver a España, no puede volver con Alex, yo no quiero que él desaparezca, aunque se lo haya gritado la ultima vez que nos vimos… no puede irse, antes de darme cuenta ya estoy caminando hacia algunos lugares donde creo que puedo encontrarlo

Santiago

Después de haber hablado con Marcela tenía una sensación extraña, un gusto amargo en la boca y la cabeza me daba vueltas, pensar siquiera en Tomas me hacía revivir sensaciones que no eran nada agradables, cuando llegue a casa camine a la cocina para beber algo que me quitara el mal gusto y cuando iba a subir la escalera a mi cuarto el timbre de la casa sonó.

No puedo decir que estaba sorprendido cuando vi quien era, porque la palabra se quedaba corta…

-hola

-hola- saludo casi de manera robótica

-creo que sería bueno que habláramos

-no sé si tengamos algo que hablar

-bueno, en realidad lo que necesito es que me escuches

-entra

Caminamos al living de la casa y nos quedamos de frente y de pie uno frente al otro

-se que quizás es un poco extraño que esté aquí, pero me he sentido muy mal por lo que paso y necesito pedirte una disculpa –le miro por un momento y me doy cuenta que en verdad esta apenada… si hace unos minutos me extraño ver a Annie en la puerta de mi casa, escucharla ahora me parecía aún mas irreal –siento mucho lo que paso la otra noche, fui injusta contigo y yo no soy quien para juzgarte ni nada de eso, lo lamento mucho, espero me disculpes

-no importa

-claro que importa, yo no soy así, no reacciono así pero es que supe todo lo tuyo con Fernando y reaccioné muy mal cuando te vi, ayer cuando Fernando vino a verte decidí que me disculparía contigo, pero quería venir yo sola, además voy a serte sincera…-sonrió –siento mucha curiosidad por saber como demonios lograste que mi amigo se enamorara de esta forma de ti, jamás lo vi así y la verdad es que quiero conocerte, si tu haces feliz a Fernando entonces yo quiero ayudar para que vuelvan a estar juntos, pero necesito saber tu parte de la historia.

Annie me miraba sonriendo y yo aún no daba crédito de lo que estaba pasando, hace dos noches no hubiera tenido ni la mas mínima esperanza de hablar con ella, así, no pude evitar sonreír porque si ella estaba en mi casa, si decía estar sorprendida de lo que hay entre Fernando y yo, eso quiere decir que él si le contó nuestra historia y mas importante aún, quiere decir que aún me ama, solo por eso Annie se presentaría en mi casa y diría esas palabras… si… Fernando aún me ama… decidí contarle todo a ella y dejarle en claro que haría lo que fuera para que volviéramos a estar juntos… juntos como estábamos hace a penas una semana.