Piensa en frío... él alteró mi mundo (20)
Se acercó a la puerta y miro hacia afuera, luego volvió y sin decir nada me tomo de un brazo y me hizo entrar en unos de los baños -que haces- le dije riendo -qué crees que hago- comenzó a besarme apasionadamente mientras sus manos se metían bajo mi ropa
Hello!!!... estoy feliz, cumpli mmi promeza y esta vez no tarde dos meses en tener el prox capitulo listo, solo fue uno!! enserio estoy contenta, ademas son las 3:40 de la madrugada y creo que mis ojos ya no dan mas, no se como logre terminarlo, pero bueno, como siempre, espero que disfruten este capitulo y aunque haya sido menos tiempo, me disculpo por la espera, quiero agradecer los comentarios en el capitulo anterior y tambien a quienes me han escrito al mail, son unos amores, espero que este capitulo los deje conformes, por ahora, a mi me gusto mucho, siento que tiene un poco de todo, asi que quede muy conforme, ojala piensen igual...
como siempre espero sus comentarios, ya sean positivos o negativos, aqui o en mi mail, ahora tengo un poco de tiempo libre por lo que para quienes me escriban al mail, prometo contestar :D les dejo un beso y muchos cariños, gracias a los que siguen esta historia desde su inicio, es la primera vez que escribo y no se imaginan lo feliz que me hacen sus comentarios, ademas, confesare que tengo otra historia en mente,pero no quiero iniciarla hasta completar esta... bueno no doy mas lata.... saludos a todos, mil besos... y como siempre comenten!! :D
COMENTEN Y QUE LOS DRIFRUTEN... BESOS... PAULI :)
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Santiago
Caminaba a la casa de Pablo con Fernando a mi lado, hace un tiempo la relación con mi novio iba muy bien, incluso se relacionaba cada vez más seguido con mis amigos y yo pasaba cada vez más tiempo en su casa, por la tardes cuando Fernando terminaba sus clases antes que yo me esperaba para que pasáramos el resto de la tarde juntos, a veces en su casa otras es mía, ahora íbamos en dirección a la casa de Pablo donde ellos llevaban un par de días estudiando juntos, mi novio estaba haciendo de profesor particular de mi amigo, que más podría pedirle a la vida teniendo un novio guapo e inteligente, nada.
Mis padres por temas de trabajo habían estado pasando mucho tiempo en viajes, por lo que prácticamente mi casa pasaba vacía completamente, Fernando había decidido quedarse conmigo cada noche que mis padres no estuvieran en casa, al principio pensamos que sería un problema porque pasaba muy poco tiempo con su madre y hermana, pero desde que mis visitas a su casa se hicieron mas continuas, Bárbara se había encargado siempre de ayudar a mi novio a que su madre no se molestara porque pasaba la noche fuera, además siempre la convencía diciendo “va a estar con Santiago, va a estar bien”, se había convertido en algo así como un comodín en nuestra relación.
Rodrigo
Aún estaba en la cama viendo como él se levantaba y comenzaba a vestirse, sin mirarme, sin hablar, siempre era igual… Llevábamos ya varias semanas donde esta era la rutina, el no llamaba nunca llamaba yo si intentaba ubicarlo jamás contestaba mis llamadas solo aparecía en mi departamento cuando él quería y si lo hacía era solo por que buscaba lo único para lo que estaba conmigo, solo era sexo, solo era un juego
-no te vayas- dije esperando escuchar un respuesta, siempre se lo pedía, siempre le pedía que se quedara, el jamás decía nada, solo terminaba de vestirse y salía del departamento en silencio, jamás pasamos una noche juntos, o si lo hacíamos cuando despertaba en la mañana el ya no estaba… este es su juego – ¿vas a volver en la noche?- solo quería escucharle decir algo, lo que fuera, solo quería que no se fuera del departamento en silencio como todas las otras veces
-no lo sé, si tengo ganas, quizás venga – dijo sin mirarme jamás me miraba
-va a ser siempre así? – cada vez que el salía del departamento y me dejaba sin decir nada, yo quedaba con un nudo en la garganta por no saber cuándo lo volvería a ver
-sabes que si –contesto frio siempre frio
-podría ser distinto –se rio
-quieres arrumacos en público y muestras de amor y cariño?
-no es necesario que te burles
-sabes que no vas a tener eso de mí, también sabes lo mucho que me molesta que te pongas así- Claro que lo sabía, cada vez que le pedía un poco un interés de su parte, cada vez que le imploraba que se quedara, se tardaba más en volver –quiero que hagas algo por mí – dijo de repente mirándome mientras sonreía
-qué?- despertó mi curiosidad
-quiero que te acerques a Santiago- NO! No puedes pedirme eso grite en mi cabeza, solo en mi cabeza, nunca más volví a gritarle, no le gustaba que lo hiciera
-porque quieres que haga eso?
-no voy a darte explicaciones, vas a hacerlo o no?- ese maldito interés en Santiago, no era la primera vez que me hablaba de él, las pocas veces que hablábamos porque mierda tenían que ser justo de él
-no nos llevamos bien-le repetí como tantas otras
-eso lo sé, no soy idiota- contesto riendo- tengo curiosidad… porque lo odias tanto? –volvió a sentarse en la cama
-de que hablas, no lo odio –conteste sin mirarlo, volvió a reír
-no pienses que soy imbécil Rodrigo, dime, porque odias tanto a Santiago, enserio quiero saber
-porque te importa tanto él?
-porque lo quiero para mí- quede en blanco y lo mire aguantando la rabia – lo quiero conmigo de nuevo- me estaba destrozando, él lo sabía y no le importaba
-entonces porque estás conmigo? – mi voz salió casi como un suspiro
-me divierto contigo, que tiene de malo- siempre contestaba con ironía, estaba cansado- vas a hacer lo que te digo sí o no? No me hagas perder el tiempo
-no quiero – respondí sin pensarlo y sin mirarlo
Pasaron segundos que se me hicieron eternos, él no decía nada, como siempre no decía nada, sabía que me estaba mirando, sentía su mirada fría sobre mí, me ponía nervioso, no aguante más y levante la vista, Tomas permanecía en silencio mirándome, no dijo nada y dándome lo que me pareció un desprecio, solo se puso su chaqueta y salió de la habitación.
No reaccioné por un segundo, me quede en blanco, pero cuando aterrice salte de la cama rápido para seguirlo- no te vayas- volví a decirle, casi a implorarle
-siempre lo arruinas –seguía sin mirarme
-porque? Porque no hago lo que quieres? Porque no estoy dispuesto ayudarte a que vuelvas a estar con el imbécil de Santiago?!- le grité, maldición, le grite, me congelé. Tomas se giró para mirarme y como había sido otras veces, su voz se hizo ronca y su mirada reflejaba una rabia que me helaba los huesos, no sé porque pero esa mirada lograba paralizarme
-ten muy clara una cosa, con o sin tu intervención Santiago va a volver a ser mío- hablaba con tanta seguridad- despiertas mi curiosidad Rodrigo, enserio quiero saber porque ese odio contra Santiago- se rio- pero no será ahora el momento de contarlo, enserio no has entendido que no soporto que me grites, tendré que enseñarte y no creo que te guste- volvió a decir con esa voz ronca, luego solo salió del departamento dejándome como todas las otras veces con la incertidumbre de no saber cuándo lo volvería a ver
Santiago
-no sirves como profesor- decía Pablo molesto
-no es mi culpa si tu cerebro no da para entender –contesto Fernando indiferente
-porque siempre tienen que terminar discutiendo?- le dije riendo
-este tipo es un inútil- me respondio Pablo apuntando despectivamente a mi novio quien lo ignoraba mientras ojeaba un libro
Llevaba toda la tarde escuchándolos pelear, nunca entendí por qué tenía que estar yo presente en sus jornadas de estudio, siempre me aburrían, pero Pablo y Fernando me habían dicho que no podía dejarlos solos, supongo que la peleas no pararían si no estuvieran vigilados, ahora se trataban bien, pero nunca es bueno forzar la suerte y era mejor mantenerlos vigilados.
Eran los últimos exámenes antes de las merecidas vacaciones que todos estábamos esperando, yo estaba agotado, había sido un año muy intenso, en todo sentido y esta era la última sesión de estudio antes de ese maldito examen que tenía a mi amigo como un verdadero energúmeno, estaba insoportable.
Cuando por fin lograron ponerse de acuerdo, avanzaron mucho más rápido y la tarde se hizo cada vez más corta, salimos de la casa de pablo y caminamos hacia la mía.
-te quedas hoy?- le pregunte a mi novio, parecía un poco complicado- entiendo- me reí
-sabes que quiero quedarme conmigo, pero creo que ni la ayuda de bárbara está siendo efectiva para evitar los reclamos de mi madre
-está bien, pero no tienes que irte tan rápido- dije tomándolo de la mano para hacerlo entrar rápido a la casa, pablo no dejaba que estuviéramos muy cerca en su presencia, por lo que llevaba gran parte del día aguantando las ganas de besarlo.
Subimos las escaleras hacia mi cuarto entre besos, cuando entramos caí sobre Fernando en la cama y lo seguí besando torpemente por lo ansioso que estaba de tenerlo, nos miramos sorprendidos cuando escuchamos el ruido de un auto entrando en la casa, me levante rápido de la cama para mirar por la ventana y la sorpresa fue mayor cuando vi el auto de mis padres entrando
-no llegaban hasta la próxima semana? – pregunto mi novio en mi espalda
-sí, se suponía que así era –me gire para mirarlo, se veía nervioso – prefieres irte ya? –me miro como si esperara que contestara la pregunta por el- ok nos vemos después- sonreí y le di un pequeño beso en los labios, baje la mirada y creo que me ruborice –no salgas así- le arregle la camisa que llevaba abierta y el cinturón del pantalón que también estaba mal puesto, él se rio.
Sentimos pasos en el pasillo afuera de la habitación, mi madre entro sin golpear la puerta, nunca golpeaba, yo aún estaba arreglando la camisa de mi novio y ella se quedó en silencio por un segundo, mire de reojo a Fernando que a esta altura estaba de cualquier color
-hola cariño- dijo mi madre sonriendo, camino hacia mí y me dio un gran y apretado abrazo, típico abrazo de madre, luego miro a Fernando por un segundo y repitió el gesto con él, mi novio se sorprendió y yo me reí de su expresión- te recuerdo, eres amigo de Santiago cierto?
-eh…eh, sí..si soy amigo- me miro por un segundo y yo le guiñé un ojo para que no se preocupara- soy Fernando- le dijo tratando de sonar un poco menos nervioso, mi madre le sonrió y camino hacia la puerta
-ven a saludar a tu padre, estaba preocupado por dejarte tanto tiempo solo, pero estas bien acompañado- dijo sonriendo, no alcance a reaccionar cuando volvió a hablar- Dios Santiago! Tu padre tenía razón, es imposible dejarte solo mucho tiempo, mira lo delgado que estas, ven a comer, Fernando nos acompañas?- le pregunto sonriendo
-eh no gracias pero yo ya me iba
-oh que lastima, vuelve pronto entonces cariño- salió de la habitación sonriendo
-lo siento –dijo Fernando mientras me miraba apenado
-no te preocupes, todo está bien –le dije sonriendo bese su cuello y lo abrace- voy a extrañar dormir contigo
-no lo hagas- dijo suspirando- no me digas eso, así me cuesta más volver a casa
-ok ok- me reí- afuera entonces –dije dándole pequeños empujones mientras me reía
-ven aquí- dijo riendo antes de salir y comenzó a besarme
-ya! Largo- me separe de él- o te vas ahora o no te dejo salir
Salimos de la casa, Fernando se despidió cortésmente de mi madre y cuando estaba por irse apareció mi padre, quien lo reconoció, amablemente lo saludo, con mi pare al lado no podía besarlo, solo le guiñé un ojo y lo vi alejarse.
Cuando volví a entrar en la casa sentí la voz de mi madre llamando desde la cocina y fui a ver lo que quería, estaba urgando en la comida, se veía sorprendida
-cocinaste?- pregunto impactada, me reí
-yo!? No no, pero me ayudaron- ella me miro por un momento seriamente, me estaba poniendo nervioso cuando volvió a hablar mientras sonreía- quien ha venido?
-pablo- mierda! Fue lo primero que se me ocurrió decir, pero luego recordé que pablo era tan inútil como yo en la cocina, siempre lo digo, no se mentir, ella me miro sonriendo y no dijo nada, se giró y comenzó a preparar algo de comer, iba a salir de la cocina cuando volvió a hablar- hace cuanto tiempo que están juntos?
-qué?- non entendí lo que preguntaba
-Fernando, es muy guapo- sonrió- hace cuanto que están juntos?
-que yo eh..- estaba tartamudeando, porque me preguntaba eso, los nervios me invadieron
-no pensaras que me creí la historia de que son amigos
-somos amigos- le dije sin mirarla, no podía mirarla cuando intentaba mentir, ella se daría cuenta enseguida
-cariño por Dios!, no trates de mentir, no te resulta- maldición! La mire sorprendido
-como… como te- no termine la frase, no podía hablar
-se nota, se le nota a ambos
-cómo?
-la forma en cómo se miran, hijo, yo también miraba con ojos de enamorada a tu padre cuando éramos novios- supongo que pablo tenía razón, siempre decía que babeaba por Fernando, mi madre se dio cuenta- porque no solo me dijiste que estaban juntos
-es un poco complicado- le conteste resignado, no tenía sentido intentar mentir
-cuéntame – se sentó frente a mí en la mesa y me miro atenta
-el, bueno el aun, aun no se lo ha contado a su familia y está asustado, está nervioso
-o sea que no le ha contado a su familia que es gay?
-es que, es más complicado que eso, antes de estar conmigo el tenia novia
-cómo es eso- me miraba como si no entendiera
-el inicio de nuestra relación fue un poco complicada
-estabas triste, era por el?- la mire y asentí con la cabeza
-Fernando tenia novia, yo lo quiero desde hace mucho, solo que él no lo sabía y tampoco pretendía decírselo, sabía que el tenia novia por lo que jamás imagine tener ninguna oportunidad con él, pero yo no sabía que el interés era mutuo- sentí como me sonrojaba- él también se había fijado en mí, solo que su situación era más complicada que la mía, nunca se había fijado en un hombre antes
-entiendo- mi madre me miraba concentrada- pero si ahora está todo claro porque no solo lo reconoce y ya?
-no es tan fácil
-hijo, cuando tu hablaste con nosotros, tu padre y yo jamás te despreciamos ni nada por el estilo
-y no sabes el peso que me quitaron de encima, pero aun así, yo estaba aterrado antes de hablarlo con ustedes, por eso lo entiendo y no lo voy a presionar, además, hemos ido avanzando, a paso lento pero seguro
-y vale la pena esperar?
-sí, de eso estoy seguro
-bien, pero yo quiero conocerlo más, no tiene que mentir aquí, dile que venga, que yo ya lo sé todo y que no se complique mas
-no puedo hacer eso, sería como si quisiera apurarlo y no quiero hacerlo- mi madre me miro dudosa
-pablo sabe de él?
-que tiene que ver pablo en esto? – le dije confundido
-es como tu hermano, sé que él te protegería de cualquiera, y si él lo sabe y te apoya entonces yo puedo quedarme tranquila
-si lo sabe, lo conoce, al principio no podían estar uno al lado del otro, pero ahora conviven como gente civilizada, no son amigos, pero se soportan- le dije riendo
-está bien, me quedo más tranquila entonces, de todas formas quiero que lo traigas
-mama no puedo yo…-me interrumpió
-invita este fin de semana a pablo, diana y el resto de tus amigos, van a venir de visitas algunos familiares, invita a Fernando, no le digas que yo sé todo, para que no se sienta presionado ni nervioso, pero quiero conocerlo mejor, juro que no diré nada
-está bien, lo voy a intentar
-no intentar no, lo vas a traer- dijo sonriendo
Mi madre podía ser muy obstinada y sabía que no dejaría el tema inconcluso, pero el escenario que presentaba ella no era complicado, invitaría a Fernando, él no tendría por qué negarse, todo iba a estar bien, estaba seguro, ahora que estábamos tan bien juntos, nada podría arruinar las cosas
Tomas
Eran casi las seis de la tarde cuando volví a casa, en la puerta me encontré a la desesperante de mi hermana marcela
-estábamos preocupados –me dijo como si estuviera tratando de reprenderme, la ignore y camine hacia mi cuarto- te han estado llamando de la universidad- dijo corriendo tras de mi- aceptaron el traslado, quieren que vayas a firmar los papeles y hablar sobre los ramos que tienes que tomar
-voy mañana- le dije cortante
-tomy… -comenzó y conocía tan bien esa voz, ya me estaba molestando
-no empieces
-porque no hablas conmigo?
-porque no me interesa perder el tiempo hablando
-que estás haciendo?
-marcela déjame tranquilo, no molestes- mi hermana me miro por un segundo, dio un suspiro y se dispuso a salir del cuarto, lo pensé mejor
-espera- le dije tomándola del brazo y haciendo que se sentara- quiero saber algo
-sobre qué?- me miraba extrañada, en el último tiempo discutíamos más de lo usual
-has visto a Santiago?- me senté frente a ella esperando su respuesta
-no, bueno si, lo he visto un par de veces, pero no me juntado con él, porque preguntas?
-conoces al tipo con el que está?
-tomas no te metas es eso, ustedes ya no están juntos y Chago se ve contento no deberías…
-no me digas lo que tengo o no tengo que hacer, solo contesta lo que te pregunto
-no voy a decirte nada
-porque?
-porque se lo que quieres hacer y no estoy de acuerdo
-marcela no seas tonta- me levante furioso, sabía que ella y Santiago habían estado en contacto, me haría mucho más fáciles las cosas si hablara lo que sabía, era obvio que el intentaba evitarme para no molestar a su noviecito
-tomy lo digo por tu bien, tienes que dejar de meterte en problemas, se suponía que volviendo se acabarían los problemas, tomy escuchame..
-sal, ahora, fuera no molestes mas
-pero
-que salgas!!- mi hermana me miro por un segundo y cuando quiso hablar se arrepintió, dio media vuelta y salió cerrando la puerta tras de si
Me recosté sobre la cama y sentí mi celular sonar, mire la pantalla con una idea de quién podía ser el que llamaba y claro no me equivoque, Rodriguito, me reí y dejé el teléfono a un lado, no me interesaba hablar con él ahora, recordé su negativa cuando le pedí que se acercara a Santiago, su expresión, no le agradaba, lo odiaba y aun no me decía el porqué, pensándolo bien era una historia muy llamativa, pero no tenía ganas de calentarme la cabeza con Rodrigo, él no era tema, deje que el celular sonara a mi lado por un rato, sí que era insistente, después de un rato el sonido fue distinto, era el aviso de un mensaje, lo mire…. “si saliste del departamento molesto o enojado por algo que dije o hice, lo siento, de verdad… espero que quieras volver pronto”
Cuando conocí a mi juguetito pensé que sería un poco más difícil tratarlo, pero en realidad detrás de la careta ruda que tiene, no es más que un reprimido inseguro, así como le aterraba que el mundo se enterara de que le gustaban los hombres, al parecer también le aterraba que no lo volviera a ver, cada vez que hacía o decía algo que no me gustaba, al poco tiempo se arrepentía y se disculpaba, odio las disculpas y con él se estaban haciendo muy recurrentes, me estaba cansando, pero por otro lado me servía tenerlo como juguete de reserva, aunque ahora hubiera decidido rogarme un poco de cariño, con los típicos arrumacos y frases melosas cuando estábamos juntos, Rodrigo me entretenía bastante, pero tenía que aprender y si tanto le importaba que no lo dejara, entonces buscaría la forma de que se diera cuenta de cómo tenía que actuar para no aburrirme.
Diana
-y que vas a hacer? Se lo vas a decir?
-no lo sé, de verdad no quiero complicar las cosas, estamos tan bien- Santiago reía como una muchacha enamorada, bueno estaba enamorado, era, era un muchacho enamorado, se veía muy chistoso, creo que no lo había visto así antes, ni siquiera con Tomas se portaba así
-entonces no se lo digas, haz lo que dijo tu mamá, es verdad si le dices que ella ya lo sabe va a estar nervioso y no es la idea- Santiago me había contado que su madre se había dado cuenta de que Fernando no era su “amigo”, después de estar hablando por un rato me extraño verlo sonreír como bobo y sonrojarse, mire en dirección a donde estaba mirando él y lo entendí
Fernando estaba hablando con un grupo de compañeros, reían y hablaban animadamente, pero él no parecía prestar demasiada atención, tenía la mirada fija en donde estábamos nosotros, bueno en realidad tenía la vista fija en mi amigo no en mí, entendía bien la reacción de la mama de Santiago, en serio se les notaba, después de un minuto Fernando se despidió del grupo con el que estaba y camino hacia su amado, parecía que estuviera viendo una película romántica en primera fila o más bien presenciando la grabación de una película romántica, y lo actores de verdad era buenos, me reí cuando Fernando se sentó al lado de Santiago y sonriendo solo le guiño un ojo, quizás no se dio cuenta de mi presencia pero después de un momento romántico y meloso entre ellos, me miro “hola diana” dijo sonriendo un poco sonrojado
-no te sonrojes cariño, la imagen es linda, aunque por favor, no hagan una escena en publico
-diana! –me reprimió Santiago entre risas
-lo digo enserio, me siento como si estuviera viendo una película romántica, romántica y muy, demasiado melosa, en serio, son tiernos
-diana cállate- dijo Santiago y Fernando rio
-bueno, que bueno que llegaste, porque tenemos un tema muy importante que tratar nosotros tres- Fernando me miro como perdido –si no me mires así, esto ya no da para mas
-de que hablas?- chago me miro como asustado
-sabes de lo que estoy hablando! No te hagas el que no entiendes
-Diana! No hagas esto!
-momento, de que se trata, no entiendo- Santiago iba a hablar pero me le adelanté
-tenemos que coordinarnos, ahora que ustedes están en esa etapa en la que respiran y huelen a amor, en serio, se siente a millas, yo quiero saber, cuando carajo voy a tener a mi amigo para mí? Me lo estas quitando, y eso es problema, no me está gustando como van las cosas- ambos me miraron como si no entendieran, hasta que Santiago rompió en carcajadas lo peor es que estaba hablando muy en serio
-Diana si es un problema- dijo Fernando riendo
-creo que deberíamos coordinarnos, ahora que comienzan las vacaciones te parece si lunes miércoles y viernes se queda conmigo? Y el resto de la semana está contigo, es un trato justo
-hey! No soy una mascota con la que se puedan turnar
-cállate Santiago, no interrumpas, esto no te compete- volvió a reír y con Fernando seguimos discutiendo los días que nos turnaríamos, no llegábamos a acuerdo
Rodrigo
Hace dos noches ya que no sabía absolutamente nada de Tomas, lo he llamado millones de veces y nada, le he enviado infinidad de mensajes por whatsaap que sé que ha visto, incluso he tratado de hablar con el cuándo me aparece “en línea” y nada, ni una puta respuesta, estaba enfermo por saber de él, sabía que me torturaba cada vez que hacia esto y no le importaba.
Después de semanas repletas de trabajo y exámenes al fin tenía unas merecidas vacaciones, vacaciones que en realidad serian un calvario, estando ocupado con la universidad al menos tenía algo más en que pensar que no fuera Tomas, pero ahora, la agonía que sentía cuando me ignoraba de esta forma se intensificaría cada vez más.
Cuando termine el día, me despedí de mi grupo de amigos, entre ellos estaba Fernando, mientras todos hablábamos y nos despedíamos no pude evitar notar que Fernando parecía ausente en la conversación, parecía más interesado en otra cosa, y claro, cuando vi a Santiago sentado con esa chica que siempre lo acompaña, no me extraño, no entendía como nadie más notaba lo que había entre ellos, como podían ser todos tan idiota, mire a Santiago y quise entender qué demonios tiene el que hace que Tomas este tan interesado, lo odiaba por tener a Lucas babeando a su alrededor, pero esto era distinto, con Lucas jamás tuvo nada, en cambio Tomas, con el tenían una historia, que quizás para Santiago ya había terminado y era un capítulo cerrado pero para Tomas no lo era, para el solo era cosa de tiempo volver a tenerlo y mientras tanto solo se entretenía y pasaba el tiempo de espera conmigo como su juguete, al menos tenía el consuelo de ser el único.
Santiago
Llevaban al menos una hora discutiendo lo que a mí me parecía una tontería y un abuso de parte de ambos, cuando se ha visto que dos personas se turnen para tener a alguien, como si fuera una mascota o un objeto cualquiera, lo peor es que Diana parecía hablar muy enserio, Fernando en cambio solo le estaba siguiendo el juego, se reía más cuando le discutía a mi amiga y esta se enojaba más aun, yo solo los miraba y cuando trataba de intervenir Diana me callaba de inmediato diciendo “no te metas en esto, la decisión la tomamos nosotros no tu” , bien bonito.
El fondo de la espera era saber cómo había salido Pablo en su examen, ese por el que llevaba días estudiando con mi novio quien estaba haciendo de profesor particular de mi amigo, ya todos estábamos libres de todo lo que se relacione con la universidad al menos por un tiempo, unas merecidas vacaciones empezaban, solo faltaba saber cómo había terminado Pablo, lo vi esforzarse como nunca, bueno creo que nunca antes lo vi estudiar.
Después de un rato vi a Pablo caminar hacia donde estábamos esperando…
-pase mierda!!- grito cuando llego a nuestro lado, lo felicitamos, incluso Fernando lo abrazo y lo felicito por el esfuerzo, nunca había tenido problemas con un ramo, y aunque le costó, y mucho, le dio las gracias a mi novio de forma extraña, pero agradeció, muy en su estilo
-no soy tan malo entonces?- le pregunto mi novio divertido
-supongo que ya no está condicional- se reía Diana
-cállate Diana, no le des el favor, aun está a prueba- dijo pablo muy serio
Solo quería saber cómo había terminado mi amigo, misión cumplida, ahora lo que quería no podía hacerlo con Pablo, Fernando pareció entender que quería que nos fuéramos y comenzó a despedirse
-donde creen ustedes que van?- dijo pablo tomando mi brazo con fuerza
-pablo que haces, suéltame, no voy a salir corriendo –me reí
-este tipo es una mala influencia, hazme caso
-oye idiota gracias a él aprobaste
-cállate Diana!
-nosotros nos vamos- le dijo Fernando muy serio
-qué carajo Santiago no te puedes ir
-ah no?- le pregunte riendo
-no! Vamos a celebrar o que tu no piensas quedarte a celebrar el fin de semestre? –claro la bendita fiesta, Diana llevaba hablando de ello una semana completa, como finalización de semestre iba a haber una fiesta en la facultad, mi amiga estaba muy entusiasmada, a mi bien poco me importaba la verdad, y pablo ni siquiera hablaba del tema porque decía que lo único que le importaba era aprobar, y claro, ahora que estaba libre y feliz por su examen quería quedarse
-quédate Santiago, lo más probable es que Pablo se emborrache hasta no poder mantenerse en pie y te lo digo, yo no lo voy a cuidar –me dijo Diana
-no me esperaría menos de ti amiguita- Pablo la miraba despectivamente
Mire a Fernando que se había mantenido al margen de la conversación, después de un rato decidimos quedarnos y claro Pablo enserio iba dispuesto a perder la conciencia por el alcohol, incluso aviso que pasaría la noche en mi casa lo que significaba que se iba a emborrachar hasta perder la conciencia, al carajo la idea de pasar el resto del día con mi novio.
Al menos habíamos salido de la universidad por un rato Fernando y yo, claro ambos amenazados de muerte por si no volvíamos, caminamos un rato y nos sentamos más tranquilos, tenía que hablar con él…
-algo me dice que quieres preguntarme algo- lo mire sorprendido- estoy en lo correcto parece- sonrió
-quieres ir este fin de semana a mi casa? Mis padres organizaron una comida familiar, también van a estar Pablo, Diana y un grupo de amigos que no conoces, no es nada importante pero pensé que quizás querrías ir- no lo pensé más e hice la pregunta rápido, claro omitiendo la parte de mi madre, el pareció ponerse nervioso, espere su respuesta sin mirarlo, tenía una clara idea de lo que diría, pero me equivoque
-si- lo mire- si voy- dijo sonriendo
-de verdad?- pregunte sorprendido
-sí, de verdad- seguía sonriendo, sentí como me sonroje, con lo bien que estaban las cosas entre nosotros debí imaginar que su respuesta seria otra –no tengo muchas ganas de volver, si nos vamos a otra parte y le dices a Pablo que te lleve a la fuerza, será mucho problema?- me reí
-vamos, prometo compensarte
-te lo voy a cobrar- caminamos de vuelta a la universidad, cuando llegamos la imagen fue muy distinta a lo que pasaba cuando salimos hace un rato, divise a Diana bailando con uno de los amigos de Fernando y por otro lado encontré a Pablo riendo escandalosamente mientras bailaba con un grupo de chicas que se movían a su alrededor- no sabía que fuera tan popular con las mujeres- dijo Fernando riendo- ni te imaginas aunque no lo entiendo, es como un niño, un niño mimado- le dije mientras caminábamos entre la multitud, sería una larga, larga noche.
Rodrigo
Salí de la universidad lo más rápido que pude para que no insistieran más con que me quedara a la fiesta de final de semestre, no tenía ganas de nada, solo quería estar en mi departamento y esperar, esperar a que el maldito de Tomas llamara o mejor que se dignara a aparecer, busque algo interesante en la televisión pero nada, me recosté en el sillón con una cerveza en la mano, en el último tiempo bebía más de lo acostumbrado, perdí la noción del tiempo y me dormí.
Desperté de repente y busque mi celular para ver la hora, la botella de cerveza estaba derramada en el sillón, no me importo, tres de la madrugada, me levante y apague el televisor que seguían encendido, su imagen apareció en mi cabeza de manera fugaz, con tantos intentos fallidos, no perdía nada intentando una vez más, una vez más antes de irme a dormir, como todas las noches.
Busque su número en la pantalla y marque aun cuando esperaba que la respuesta fuera la misma de siempre, nada.
-hola nene- me sorprendí cuando escuche su voz- que pasa? Llevas un tiempo llamándome y ahora no hablas?- se rio
-Tomas
-sí, ese soy yo –volvió a reír –que tal guapo
-es la primera vez que me contestas
-ya sabes, me gusta que me extrañes y .. mierda… la espera hace mejor el reencuentro- su voz sonaba algo agitada
-pensé que ya no hablaría contigo
-si bueno… quede un poco molesto contigo la última vez que nos vimos
-lo sé- dije rápidamente, era lo único en lo que pensaba en el último tiempo
-me decepcionas ne…nene- se escuchaba extraño, seguía agitado
-donde estás?- me atreví a preguntar, escuche su risa
-no pensaras que te voy a dar explicaciones a ti o sí?
-no, es solo que, te escucho un poco agitado- volvió a reír
-bueno nene, es que llamas en un mal momento
-qué? –no entendía lo que decía hasta que escuché la voz
-cuelga… deja eso –dijo alguien más, era la voz de otro hombre que sonaba igual de agitado que Tomas
-tú no te metas- dijo tomas y escuche un fuerte gemido
-que mierda… -no podía ser lo que estaba pensando- Tomas
-sabes Rodrigo- volvió a hablar – tienes que aprender algo- hablaba entre gemidos
-que estas, no puedes estar –no lograba terminar la frase, no podía estar haciéndolo, no podía ser tan maldito
-tienes..tienes una idea…d..de lo fácil que …es…lo fácil que es encontrar …algu…alguien más con quien jugar- no podía hablar, no lograba articular palabra, solo sentía como mis ojos se humedecían, quería cortar, quería lanzar el teléfono lejos y no escuchar nunca más su voz, pero no me movía- además Antonio no lo hace nada mal
-soy Andrés- dijo el otro jadeando
-lo que sea- se rio- como veras, estoy…estoy un poco…ocupado
-no puedes hacerlo- dije cuando ya no lograba dejar de llorar
-te parece que no puedo? –dijo en su típico tono burlón
-qué clase de mierda eres Tomas- le dije furioso, escuché su risa
-estoy seguro de….de que.. que te podrá dar cuenta… si sigues escuchando… -los gemidos del otro se hicieron más fuertes aun- sabias lo que era mi juego, escucha como me divierto nene- no volvió a hablar y lo único que llegaba a mi oído eran los gemidos del otro y también los de Tomas, estaba inmovilizado, escuchando incluso imaginando como estaba con otro mientras se burlaba de mi –vamos cariño, saluda a Rodriguito- dijo Tomas riendo mientras el tal Andrés como el mismo había corregido también se reía, no aguante más, no lo soporte más, lance el teléfono contra la pared con tal fuerza y rabia que este se abrió con el golpe y luego cayó al suelo.
No podía ser cierto, no podía estar pasando, que clase de bestia inhumana era Tomas, que clase de maldito infeliz era que se divertía mientras sabía que me estaba torturando- “es mi juego” volví a escuchar su voz en mi cabeza, siempre lo dijo, era un juego, un juego en el que el único ganador era el, mientras que el que acababa destrozado era yo, en que momento había sido tan imbécil y estúpido para enamorarme de él, porque si, estaba enamorado, estaba patéticamente enamorado de alguien que solo me buscaba cuando quería sexo, que llegaba a mi departamento cuando no tenía nada mejor que hacer, que me restregaba en la cara sus intenciones de volver con su ex novio, aquel ex novio que el sabía que yo odiaba, en que momento pensé, estúpidamente pensé que sería entretenido o favorable estar con él, pensé incluso que sacaría beneficio de él, que solo sería alguien con quien pasaba el rato mientras esperaba ver retorcerse de dolor a Santiago, cuando en realidad, el que estaba retorciéndose era yo.
Santiago
Eran casi las cuatro de la madrugada y aun no lograba sacar a la fuerza a Pablo que seguía “celebrando”, Diana había desaparecido hace un rato de mi vista, con quien no tengo idea, creo que con uno de los amigos de Fernando, Pablo seguía bailando en un estado bastante alcoholizado con dos chicas que se movían excesivamente provocativas a su alrededor, mi amigo parecía disfrutarlo y como no, si en el estado que estaba, dudo que se diera de lo que estaba haciendo, le dije que no se moviera de donde estaba y caminamos entre la multitud Fernando y yo en dirección a un baño, mi novio había decidido no beber para llevarme a casa junto con el bulto que sería Pablo cuando lográramos sacarlo y yo nunca he sido muy desenfrenado con el alcohol, además estaba más preocupado de que pablo no se fuera con alguna chica y me convirtiera en tío muy joven.
Cuando entramos en uno de los baños, iba saliendo un grupo de chicos que estaban en el mismo estado que mi amigo, los miramos y nos reímos quedando los dos solos.
-no sé cómo sacarlo, enserio, y Diana que desaparece, creo que también tengo que preocuparme de no ser tío gracias a ella- me reí
-debe estar por ahí –dijo Fernando distraído, se acercó a la puerta y miro hacia afuera, luego volvió y sin decir nada me tomo de un brazo y me hizo entrar en unos de los baños
-que haces- le dije riendo
-qué crees que hago- comenzó a besarme apasionadamente mientras sus manos se metían bajo mi ropa –Fernando no- le dije tratando de pararlo
-porque no?
-si alguien nos ve?
-no hay nadie –volvió a acariciarme y cuando quise hablar de nuevo volvió a besarme y que le voy a hacer, soy débil ante él, así que no paso mucho tiempo para que yo correspondiera sus besos y caricias con la misma pasión y ansia después de un día entero bajo la mirada cautelosa de Pablo que no dejaba que nos acercáramos demasiado
-estás loco- le dije riendo
-un poco…- también rio- bastante… por ti –sus manos levantaron mi polera y termino quitándola de un tirón, cuando quite su camisa escuchamos risas de gente que entraba al baño, me asuste y quise volver a ponerme la polera pero no me dejo, hizo un gesto con su dedo diciendo “silencio” y siguió besándome, que tenía en la cabeza yo estaba que moría de los nervios, si bien no me importaba que todos se enteraran que soy eso no quiere decir que sea un exhibicionista, pero tampoco me resistí ni lo aparte, todo lo contrario
Seguíamos escuchando risas y voces un poco bastante alcoholizadas, ya ambos estábamos con el torso desnudo y cuando sentimos como volvíamos a quedar solos en el baño, sus manos ansiosas comenzaron a desabrochar mi pantalón mientras yo besaba y acariciaba su pecho
-no deberíamos hacer esto aquí- le dije riendo pero sin dejar de acariciarlo
-no deberíamos tener que contenernos porque tu amigo nos vigila- un punto ganado a su favor, jodido pablo y sus mañas- te quiero aquí y ahora, no me discutas-decía riendo
-no me estoy quejando – ya tenía mi pantalón desabrochado, sentía un calor abrazador en cada parte del cuerpo que sus manos acariciaban, tome su pantalón y luche con el cinturón hasta que..
-SANTIAGO!!! –Diana- Santiago estas aquí??!! Habla tonto Pablo se volvió loco!!!- Fernando me miro como si no creyera lo que escuchaba
-Diana?- hable ya resignado y mirando a Fernando con una media sonrisa, a el pareció no entretenerle la situación
-ahí estas! Tienes que venía a ayudar, Pablo perdió el control sal ahora
-diana déjalo no es un niño –Fernando permanecía en silencio, supongo que esperaba que ella se fuera, igual que yo
-qué? No! No dirías eso si vieras lo que está haciendo, Santiago por favor sal ahora
-diana- no podía creer lo que pasaba
-que estás haciendo? –me pregunto con cierto tono acusador, tartamudee
-qué crees que hago en un baño- Fernando sonrió y con un gesto de resignación tomo su camisa y comenzó a vestirse- ahora salgo, ve a ver que Pablo no haga alguna estupidez
-bueno date prisa! Te espero allí- la puerta se abrió de golpe y luego se azoto para cerrarse, volvíamos a estar solos
-me lo debes- dijo Fernando intentando sonreír, no parecía muy convencido
-voy a compensarte, lo juro- salimos del baño los dos ya con nuestra ropa bien puesta, yo aún sentía la cara hirviendo
Llegamos donde habíamos dejado a Pablo bailando con las dos muchachas que parecían estar tan borrachas como mi amigo, claro que ahora la escena era un poco distinta, Pablo estaba sobre una mesa gigante bailando ahora con una sola chica la que ya había perdido gran parte de su ropa y mi amigo estaba sin camisa…
-no lo creo- dijo Fernando- que es lo tan terrible que está haciendo?
-justo eso- dijo diana a nuestro lado y apuntando una vez más a mi amigo que ahora seguía bailando con la chica pero ahora se estaban besando- de donde apareciste tú? –pregunto Diana mirando a mi novio
-nos encontramos cuando venía hacia aquí- contesto el rápido sin mirarla, ella pareció no creer su respuesta pero no pregunto más, lo agradecí –sigo sin ver lo TAN terrible- dijo Fernando exagerando sus palabras
-carajo- dije cuando note bien quien era la chica- ella tiene novio
-y está a punto de matar a Pablo- un tipo se acercaba furioso a donde estaba mi amigo, aun besando a la alcoholizada y casi desnuda muchacha, siempre pasa lo mismo
Caminamos con Diana habiendo camino entre la gente y tomamos a pablo del brazo antes de que el otro tipo llegara a él, lo sacamos casi a rastras mientras escuchábamos los gritos del otro chico a su novia, sin mirar atrás seguimos caminando rápido hacia la salida, gracias a dios Fernando tenía su auto en la entrada, subimos a Pablo rápido y cuando nos íbamos vimos al chico corriendo hacia la salida, claro está que no buscaba hablar muy civilizadamente con mi amigo.
Pablo hablaba incoherencias y reclamaba que lo hubiéramos sacado a la fuerza del lugar cuando estaba celebrando, Diana iba junto a él en el asiento trasero, no se veía muy contenta y se desquitaba con mi amigo dándole pequeños golpes o pellizcándolo, reclamaba que siempre pasaba lo mismo y es que mi amigo cuando bebe más de la cuenta pierde un poquito el control y no tiene miramientos con nadie, ni siquiera con aquellas chicas que no están solteras y su defensa en siempre la misma “ella me busco”, si… tiene el ego muy grande
Fernando decidió dejar primero a Diana en su casa y luego ir a la mía donde tendría que luchar con Pablo para que se durmiera, eso era lo que mi novio pensaba, pero estaba equivocado… “mis padres están en casa, no hagas un espectáculo y compórtate”… solo eso le dije y pablo se tranquilizó.
-ve a descansar y mañana hablamos…ok?- le dije a mi novio cuando nos despedimos, Pablo ya había entrado a la casa y lo más probable es que estuviera inconsciente
-él no duerme contigo… o sí?- pregunto Fernando mientras miraba hacia la casa muy serio, me reí
-claro que no pero si así fuera- sus ojos se abrieron en sorpresa y su boca se tensó- no tendrías de que preocuparte, no abusaría de mi amigo en las condiciones en las que esta- me reí
-tu no… pero y el de ti?
-no hablas enserio- le dije riendo a carcajadas- Fernando! Somos como hermanos! –no podía creer que estuviera celoso de pablo
-de todas formas, pon seguro en la puerta de tu cuarto- lo mire con un gesto de desaprobación, a el pareció no importarle pero luego se rio- cuando vamos a estar solos –se acercó a mí y acariciando mi rostro comenzó a besarme
-ya tendremos un momento- le dije apartándome- te veo mañana?
-claro que si – sonrió
Volví a besarlo y le pedí que me avisara en cuanto estuviera en su casa para saber que había llegado sin problema.
Subí hasta mi habitación y no encontré a pablo, lo busque en la habitación conjunta, era la que usaba mi amigo cuando se quedaba en mi casa, y ahí estaba recostado sobre la cama… roncando, lo moví y lo acomode en la cama sacándole los zapatos, pantalón y camisa, cuando logre que se acostara dentro de la cama y no sobre, ni tampoco en el suelo, salí de la habitación y entre en mi cama rápidamente, estaba agotado, unos minutos después y cuando estaba empezando a dormirme mi teléfono sonó…
“ya estoy en casa… como estaba pablo? No dormirá contigo cierto?...” –me reí “gracias por avisarme… pablo está bien, dormido, inconsciente, en la habitación de al lado, todo bajo control…” –no lograba creer que estuviera celoso en verdad, tendía que ser una broma, aunque de todas formas ya lo habíamos hablado y me había reconocido que era muy celoso, y que no quería que nadie más estuviera muy cerca de mí, cuando lo hablamos incluso la relación con mis amigos no le gusto, pero no es algo en lo que transaría, por lo que tuvo que aceptar y no discutir, él iba a perder si lo hacia
“perfecto… descansa entonces…hablamos mañana ah y te amo” –no podría enojarme por esos velos tan graciosos- “también yo, descansa”- al rato después volvió a sonar el celular “no olvides poner seguro en la puerta” –no quise contestarle nada, solo me reí y caí rendido por el sueño
Rodrigo
Después de la llamada, después de la rabia, el llanto y la desesperación de no tener a Tomas frente a mí y gritarle a la cara lo maldito que era, solo me quede por un rato sentado como si estuviera en shock, en realidad estaba en shock, no podía creerlo, no quería creerlo, pero me convencí, era real, había ocurrido, Tomas tenia sexo con otro mientras yo escuchaba y ambos se reían de lo patético que yo era… Mire el celular que estaba desecho en el suelo, no intente arreglarlo, solo tome una chaqueta y salí del departamento, sin rumbo, solo salí y después de caminar por un rato llegue a un bar donde había estado antes, muchas veces en realidad, incluso, era ese el lugar donde me había encontrado a solas por primera vez con Tomas, había sido solo coincidencia que estuviéramos en el mismo lugar, maldecí el momento en que lo vi y pensé que podría divertirme con él, ahora era el quien se divertía conmigo, no en realidad lo hacía a costa de mí, se reía de mí.
Estuve por un rato sentado en la barra, pidiendo un trago tras otro, perdí la cuenta cuando iba en el sexto, quería olvidar, quería dejar de escuchar su voz, su risa, los gemidos de otro y también los suyos, su tono burlón y esas carcajadas irónicas, pero no lo lograba, seguía escuchándolo, seguía recordando todo, maldito el momento en el que caí en su juego, alguien se acercó a mí y comenzó a hablarme… un hombre, un hombre mayor, vestido con un elegante traje de típico ejecutivo o empresario adinerado, debía tener unos treinta años, no más, con buen cuerpo y una sexy sonrisa, hablamos por un rato..
Mire la hora y eran las siete de la mañana, recién comenzaba a salir el sol y yo aún no había logrado cerrar los ojos para descansar, estaba desnudo en la cama de un tipo del que ni siquiera recordaba su nombre, mire a mi lado y el dormía tranquilamente, me quede viéndolo buscando algo que lo hiciera similar a él, pero no, era un hombre guapo, atractivo y sexy pero no era él, no era Tomas.
Me levante de la cama y tome mis pantalones, camine fuera de la habitación y recién me daba cuenta del lujoso departamento en donde estaba, si, seguro sería un soltero ejecutivo adinerado y muy guapo, me senté en el gran sillón negro que adornaba el centro de la sala y después de un rato por fin sentía el cansancio, mis parpados pesaban y me dormí…
Desperté lentamente cuando sentí las caricias en mi pecho y los besos en mi cuello, reaccione y lo vi sobre mi sonriendo- buenos días- me saludo con una sonrisa, aun no recordaba su nombre, debí haber dormido un bueno tiempo porque ahora se notaba el aumento de la temperatura típica de las malditas tardes de verano- que hora es?- le pregunte sin saludarlo
-las cuatro de la tarde, tienes prisa? –me pregunto sonriendo provocativamente, pensé en él, pensé que quizás había ido a mi departamento a buscarme, quizás para ¿disculparse?... me reí de mí mismo, claro que no había ido, a él no le importaba
-para nada –le conteste sonriendo amargamente
Tomas
Era la segunda vez que marcaba su número y no contestaba, si creía que iba a hacerme lo mismo que yo a él, estaba totalmente equivocado, fui a su departamento para dejarle las cosas muy claras y cuando llegue, nadie abrió, no estaba, donde demonios se había metido, o es que estaba huyendo de mí, que gracioso que era mi juguetito, supongo que no le gustó mucho el regalo que le di la noche anterior.
Fernando
Estaba en la casa de Santiago, junto con Pablo, Diana y el resto de sus amigos, lejos de lo que pensé, no estaba incomodo sino que todos me había agradado bastante, lo mejor, no preguntaron mucho sobre mí, quien si parecía muy interesada en conocerme era la madre de Santiago, que me preguntaba todo tipo de cosa, aun así era muy mujer agradable y mi novio parecía decirle con la mirada que me dejara tranquilo, dijo que sus padres habían organizado una comida con familia y amigos más cercanos y que quería que yo estuviera en ella, no pude negarme y la verdad no estaba siendo desagradable la visita, todo lo contario hasta que Santiago desapareció por un minuto porque su madre lo llamaba, entonces me quede con sus amigos, estábamos un poco más alejados de la familia, todos eran muy simpáticos, los hombres Agustín y francisco eran muy graciosos, un poco distraído y parecía que nunca hablaban en serio, y la chica que no conocía Amelia también era muy simpática tenía una risa exagerada y hablaba con mucha euforia, aunque me pareció sentir su mirada seria y atenta sobre mi más de una vez, me tense al pensar que quizás ellos sabían los mío con Santiago, era lo más probable pero preferí no pensar más en el tema, hasta ahora que estaba solo con ellos
-bienvenido- dijo Amelia sonriendo hacia mí
-aunque partiste muy mal, ya estas aceptado- dijo francisco muy serio, sobre todo la primera parte, yo los mire sin entender de lo que hablaban
-todos saben el mal inicio que tuviste con Santiago- dijo Pablo que se había mantenido en un extraño silencio, cuando le pregunte a mi novio que le pasaba, riendo dijo que los estragos de la noche de excesos ya estaban en el- pero ahora que todos vemos a Santiguo contento, estas aceptado- me sonroje de inmediato
-es una emboscada? –les pregunte muy avergonzado, Santiago no me había dicho nada de eso
-claro que no, la verdad es que Santiago no nos dijo exactamente quién eres, pero lo dedujimos y nos corroboraste lo que pensábamos, una vez más, bienvenido –volvió a decir Amelia con una cálida sonrisa
-de todas formas tienes que tener en consideración algo muy importante –comenzó a decir Agustín, lo mire atento- mucho cuidado con hacer sufrir a Santiago
-no sería difícil encontrarte- dijo Francisco
-no quieres hacernos enojar, sobre todo a estos tres- dijo Amelia señalando a los tres hombres
-la gente es decuidada-decia Agustín
-sufre accidentes, a veces accidentes terribles, la muerte está a la vuelta de la esquina- no creía que estuvieran hablando enserio, pero no se reían- cierto pablo? –pregunto mirando hacia este
Lo mire y solo sonreía, con suficiencia, como si estuviera recordando o más bien, como si estuviera imaginando algo, quizás como sería mi muerte, parecía disfrutarlo, quizás Santiago debió advertirme de esto
-oh ya déjenlo, no hablen idioteces
-solo son advertencias Diana –le dijo pablo aun sonriendo
-tu no adviertas nada, no tienes derecho, te recuerdo que ayer no te dieron una paliza gracias a que Fernando te sado del lugar a rastras –la cara de Pablo cambio en un segundo y volvió a estar serio
-yo no recuerdo eso- me reí de el
-recuerdas solo lo que te conviene- lo regañaba Diana
-de que hablan? –pregunto mi guapo novio mientras se sentaba a mi lado sonriendo
-estábamos dándole la bienvenida a tu novio- dijo Agustín muy tranquilo
-qué?!- Santiago palideció y me miro por un segundo, yo no dije nada, luego miro a pablo furioso
-no me mires así! Yo no he dicho nada
-cariño tranquilo, todos lo notamos sin necesidad de que Pablito abriera la boca- el tono de Amelia volvió a ser cariñoso
Santiago me miro como disculpándose, sería verdad entonces que él no había dicho nada y no era una emboscada como lo había pensado, y bueno Diana siempre decía que se notaba mucho lo que había entre nosotros, siendo ellos sus amigos no era de extrañar que lo notaran, le hice un gesto de “tranquilo” a mi novio que se veía muy inquieto.
Después de un rato Santiago me despedí de ellos y de su familia, su padre era un hombre agradable, muy educado y me sorprendió ver lo cariñoso que era con Santiago, supongo que porque yo no estaba acostumbrado a nada parecido con mi padre, me puse feliz por verlo tan contento a él, su madre por otro lado también era muy agradable y cariñosa, desde un principio se veía muy interesada en conocer al nuevo amigo de su hijo, supuse que los amigos de mi novio no habían comentado nada frente a ella, Santiago se las arregló para salir conmigo y fuimos camino a mi casa.
Cuando llegamos no encontramos a nadie, había una nota sobre la mesa de mi madre diciendo que estaría en casa de una amiga durante toda la tarde, mi hermana supuse que estaría con su novio, por lo que tampoco llegaría muy temprano, si es que llegaba a casa
-lamento lo que paso, te juro que no les conté nada, seguro pablo abrió la boca- discutía consigo mismo, sonreí al verlo
-no te preocupes, de todas formas, salió bien –le dije abrazándolo
-estoy feliz de que hayas ido- dijo sonriendo
-yo también, te amo y no quiero más problemas entre nosotros- lo bese después de una tarde en la que teniéndolo a mi lado no había podido hacerlo
Nos miramos por un segundo y sin decir nada caminamos a mi habitación, no habíamos estado solos hace un tiempo, en el último tiempo todo estaba siendo demasiado público, Santiago pasaba tardes en mi casa mientras mi hermana trataba de consentirlo en todo lo que a mí me encantaba o estábamos con pablo que de mas esta decir que no nos dejaba ni siquiera estar sentados uno al lado del otro, según el por su “salud mental”, así que ahora que estábamos totalmente solos, podríamos aprovechar, además, dijo que me recompensaría, ahora un buen momento, subimos a mi cuarto y no esperamos más- te amo tanto- dijo mientras le quitaba la ropa, ya no aguantaba las ganas de estar con él, de hacerlo mío como las otras veces, hicimos el amor y él se durmió en mi mis brazos, después de mirarlo dormir por un rato, el sueño me venció y me dormí abrazándolo
Bárbara
Cuando llegue a casa después de una discusión con mi novio vi que el auto de mi madre no estaba, sabía que estaría en casa de una amiga, pero no sabía si Fernando estaba en casa, el auto estaba, pero mi hermanito evitaba usarlo, entre y camine a su habitación para ver si estaba, esperaba que sí, cada vez que tenía algún problema, de cualquier tipo él me consolaba y me hacía compañía, aunque también me regañaba, según el mi novio no me merecía, todos los hermanos son iguales.
No sabría decir si estaba feliz o no de comprobar que mi hermanito estaba en casa, no le molestaba para nada, pero la imagen que vi me descoloco por un momento, mi hermano, mi pequeño, bueno no tan pequeño hermano dormía plácidamente desnudo, cubierto con una sábana de la cintura a los pies, y junto a él Santiago, su novio, que se suponía era solo su “amigo”, dormía abrazado a su pecho y de la misma manera…
Carajo, siempre era yo quien se topaba con estas escenas, cuando reaccione cerré la puerta con cuidado de no hacer ruido para no despertarlos y baje las escaleras para sentarme en un sillón de la sala, encendí la televisión y trate de pensar en otra cosa, pero no podía, me reí de la situación, de seguro ellos pensaban que nadie se daba cuenta, bueno mi madre no lo hacía y entonces agradecía haber sido yo quien los encontró, no porque mi madre reaccionara mal, pero al menos yo ya sabía que ellos estaban juntos.
Un par de horas después sentí que alguien bajaba la escalera, lo ignore y trate de no reír, para que no sospecharan nada.
-bar…bárbara- mire a mi hermano que permanecía al pie de la escalera, ya vestido, gracias a dios y me miraba pálido por la sorpresa
-hola hermanito- disimule- que pasa? Tan fea estoy que pones esa cara de espanto? –trate de bromear con el
-bárbara yo…tu….no- comenzó a ponerse nervioso, más aun, quise tranquilizarlo
-estabas durmiendo?- le pregunte- cuando llegue como no sentí ruido en la casa me senté a ver televisión y no me he movido de aquí, vi la nota de mama en la mesa, pensé que no estabas- el pareció recuperar el color en el rostro
-no subiste? No entraste a mi cuarto? –pregunto cauteloso, quería reí, pero me contuve
-no, ya te dije, pensé que no había nadie en casa, pasa algo?- de repente Santiago apareció quien al verme se paralizo –Hola Santiago!!- lo salude cariñosamente, en serio me gustaba este chico, estaba feliz de que fuera mi cuñado
-ho…hol…hola- también tartamudeaba
-que les pasa?- dije riendo- ah ya entendí apuesto que se quedaron dormidos y aun no reaccionan del todo- trate de calmarlos- por eso no sentí ruido cuando llegue y no subí a ver si estabas hermanito- volví a decirle
-si..eso…justo eso- dijo Fernando robóticamente
Se miraron por un segundo y ambos se sonrojaron, se veían tan lindos, daban ganas de correr a abrazarlos y decirles que confiaran en mí, pero no podía.
Al rato después Fernando dijo que llevaría a Santiago a su casa y este se despidió de mí, aun cuando lo abrace para despedirme lo sentí un poco nervioso y vi cómo se sonrojaba, no quise decir nada más, no quería que se preocuparan.
Santiago
Estábamos en casa de Agustín, era su cumpleaños, llevábamos un par de días de vacaciones y todo iba excelente, ya me sentía recuperado del cansancio producto de la universidad y la relación con mi novio iba perfecta, incluso ahora en la fiesta de uno de mis amigos Fernando estaba conmigo, después de haberlos conocido en mi casa, pensé que no querría volver a verlos, pero no fue así, se agradaron mucho y no había ningún problema, yo me sonrojaba cada vez que Amelia me decía lo guapo que era mi novio y como no, lo era y mucho, a mí me encantaba cada vez mas
Diana llevaba toda la noche controlando cada gota de alcohol que bebía pablo y Fernando le había dicho que no se excediera, mi novio no traía auto por lo que no podríamos llevar a mi amigo en calidad de bulto otra vez, según pablo exagerábamos lo que había pasado solo para intentar molestarlo, pero aunque lo intentaba, diana estaba sobre el controlando cuanto bebía.
La casa de Agustín es muy grande, además de mis amigos había un millón de personas más, la gran mayoría amigos de la universidad, uno que otro que yo conocía, pero eran los menos.
No pude evitar sentirme incomodo cuando vi a Marcela saludando efusivamente a Agustín y junto a ella estaba Tomas, quien también lo saludo con un abrazo
-olvide contarte!- me dijo Diana de repente, estábamos solos porque Pablo y Fernando habían ido a buscar más bebidas- olvide decirte que Amelia me conto que se habían encontrado con marcela y Agustín la invito, pensé que si venia también lo haría Tomas
-Diana! Como no me avisaste
-lo se lo sé, perdóname lo olvide –se disculpaba mi amiga una y otra vez
Busque a mi novio con la mirada y lo divise junto a pablo hablando con un grupo de chicos que no conocía, no quería que viera a Tomas, sabía lo que eso iba a provocar, estaba pendiente de él hasta que sentí el abrazo efusivo de marcela que me saludaba, después se separó de mi para saludar a Diana y Tomas se acercó a mí a darme un abrazo, estaba incomodo, el solo sonreía.
-qué bueno encontrarlos, Agustín nos invitó y no lo pensamos dos vece para venir- decía Marcela eufórica, Tomas solo sonreía a su lado, sin quitarme los ojos de encima
-qué bueno que están aquí- Diana intentaba hablar y que no se notara mi incomodidad, cada vez que me preguntaban algo yo respondía con monosílabos, hasta que lo peor sucedió
-Diana acompáñame al baño por favor- le pidió Marcela a mi amiga, antes de que ella contestara, marcela ya la arrastraba, yo mire a Diana y ella me pidió disculpas con la mirada, no podía hacer nada
-está muy callado Santiago, te ocurre algo?- mire a Tomas quien me miraba con esa típica sonrisa suya, me sentí mal por estar tan incómodo con él, éramos amigos y el solo era amable conmigo, como lo había sido siempre y yo solo estaba preocupado de lo que pasaría por la cabeza de Fernando cuando lo viera, después de tanto tiempo sin vernos, era muy injusta mi reacción con el
-no nada, no ocurre nada- le dije sonriendo amablemente
-hace tiempo que quiero preguntarte algo, pero no quiero que te molestes
-cómo crees, pregunta lo que quieras
-estas saliendo con alguien?- palidecí, no tenía que preguntar eso
-porque lo preguntas? –no quería responderle
-bueno porque es inevitable recordar el tiempo que estuvimos juntos y si tu no estuvieras con nadie, créeme que yo sería el más feliz, nunca deje de pensar en ti Santiago, aun te quiero
-Tomas- no sabía que decirle –yo…yo si estoy con alguien, tengo novio- lo dije rápido y rogué que no preguntara más, lo mire y seguía sonriendo
-y eres feliz?- me pregunto- estas feliz con él? Lo digo porque no te he visto con nadie- no quería tener esta conversación con el
-sí, estoy muy feliz con el
-Santiago… te conozco –seguía sonriendo- pareciera que tienes una relación prohibida, no estas feliz
-si lo estoy, no sabes lo que dices- me molesto su comentario, el no tenía idea
-si es así, entonces –se acero mas a mí y acaricio mi mano- porque no está tu novio aquí?, recuerdas cuando estábamos juntos, salíamos a todas partes y disfrutábamos, no necesitábamos estar escondidos… Santiago- se acercó más a mí y hablo en mi oído- casi como en un susurro- yo nunca me avergoncé de ti- me quede en silencio, no supe que responderle, él estaba mal, él estaba equivocado, Fernando no se avergonzaba de mí, eso lo sabía, Fernando me ama, me ama como yo a él, Tomas no tiene idea, no sabe, aun así no lograba decirle todo eso a él
-SANTIAGO… -reaccione ante la voz ronca y molesta de mi novio, me moví alejándome de Tomas y mire a Fernando que me miraba muy serio, paso su mirada de mi a Tomas quien seguía sonriendo a mi lado, lo miraba furioso, al lado de él estaba Pablo
-Tomas!- lo saludo Pablo- donde está esta la guapa de tu hermana, vinieron juntos?
-si- dijo Tomas seco, la sonrisa se borró de su rostro
-entonces acompáñame a saludarla –Pablo paso su brazo por los hombros de tomas y lo giro para caminar, cuando iban alejándose, mi amigo miro hacia sin decir nada
Mire a mi novio quien permanecía viendo hacia donde se habían ido Pablo y Tomas, no hablaba, pero estaba enojado, eso se notaba
-háblame- le pedí
-que quieres que te diga?- ese tono molesto, no quería esto, no ahora
-Fernando- tome su mano con cuidado, pensé que me rechazaría, y así fue- no te pongas así- volvió a mirarme sin decir nada- no pasó nada – le dije antes de que lo preguntara
-porque estabas con él?- pregunto molesto
-ven conmigo –tome su brazo y lo lleve a la habitación de los padres de Agustín, allí no llegaría nadie, cerré la puerta y puse el seguro, volví a mirarlo y Fernando seguía sin decir nada, me acerque a él y lo abrace- te amo –le dije mientras lo abrazaba fuerte-di que me amas- le pedí
-porque estabas con él?- repitió, no estaba respondiendo mi abrazo, era frio
-se acercó a saludarme, no sabía que estaría aquí
-no? –pregunto frio
-Fernando- lo mire- mi amor no dudes de lo que te digo, por favor –seguí con la mirada fija en él, no quería que peleáramos, no ahora que estábamos tan bien, no más, apoye mi cara en su pecho y volví a abrazarlo fuerte- abrázame –le pedí, una vez más, el parecía dudosos, lo sentía tenso, dio un suspiro y sus brazos se enredaron en mí, sentí un alivio infinito
-sabes que te amo- por fin hablaba- pero… no…no quiero que- se callo
-lo sé- termine su frase- no quieres que este cerca de él
-él quiere volver a estar contigo- me dijo muy seguro me sorprendió
-por qué dices eso- le pregunte mirándolo
-por qué se le nota- dijo muy serio –que te dijo?- no quería hablar de esto pero tampoco quería mentirle
-me pregunto si estaba con alguien y si estaba feliz- era la verdad
-que le dijiste?- me miraba atento
-la verdad, le dije que tengo novio, que lo amo y que estoy feliz de estar con él- se sonrojo
-no quiero controlarte ni pelear contigo pero el…-una vez mas no termino la frase
-lo sé, tranquilo- me acerque a él esperando no ser rechazado una vez más, tomo mi rostro y se acercó para besarme- es que te amo tanto y no te quiero perder- dijo antes de besarme tiernamente.
Salimos de la habitación y buscamos a los demás, no volví a separarme de mi novio en toda la noche, cuando salimos de casa de mi amigo Fernando pregunto si Tomas no me había dicho algo más, recordé el resto de la conversación y aunque no me gusta mentir y mucho menos a mi novio, preferí no contarle más, Fernando me acompaño hasta mi casa, y como siempre le pedía que lo hiciera, con un mensaje de buenas noches avisaba que ya estaba en casa, no volví a pensar en Tomas, no iba a dejar que fuera tema entre mi novio y yo, si volvía a verlo, solo tenía que aclarar las cosas, decirle un par de cosas para que no volviera a pensar ni decir nada como lo que había dicho y seria tema cerrado, seguro.
Tomas
Si no hubiera sido por el idiota de Pablo, habría disfrutado mucho más la imagen de Santiago con su noviecito, después de que interrumpieran nuestra conversación Santiago y el tal Fernando no se volvieron a separar, por un rato los perdí de vista gracias a Pablo, aun así recordaba la reacción de Santiago con solo haberle dicho dos cosas lo había descolocado, esto sería mucho más fácil y divertido de lo que había pensado, Santiago seria mío, como tenía que ser.