Piensa en frío... él alteró mi mundo (14)
Miedos...
HOLA!!....
hay nisiquiera se como disculparme por la cantidad de tiempo que pasé sin publicar, pero la verdad es que no quise hacerlo antes ya que no tuve nunca el tiempo suficiente para ponerme a escribir tranquila y no quise publicar un capitulo hecho a la rapida...
pero si aún están interesados en leer esta historia, entonces tengo buenas noticias.....ESTOY DE VACACIONES!!!! jajja al menos a mi me alegra mucho y ahora si puedo escribir tranquila... claro que dependiendo de sus comentarios veré si continúo con la historia o no, quizas ya perdieron el interes entonces no valdria la pena seguirla .... de todas formas espero que si leen este capitulo le guste y me dejen sus comentarios
como siempre, espero sus valoraciones y comentario, también si quieren escríbanme a mi mail (está publicado)... eso sería
De nuevo MIL DISCULPAS, ESPERO QUE NO ME ODIEN :( ... BESOS!! ... COMENTEN!! :D
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Santiago
No había dormido nada bien, me levante por la mañana, me di una ducha y fui por un café, mis padres habían llegado la tarde anterior y habíamos estado comiendo con pablo, a pesar de eso no lograba dejar de pensar en que pasaría ahora, con ese cambio tan repentino en la actitud de Fernando…
Entré a la universidad un poco cabizbajo, el mal sueño y la cabeza llena de enredos no me dejan tranquilo, en el ultimo tiempo había estado expuesto a tantos cambios que me costaba asimilar todo.
-por que la mala cara?- escuché que me preguntaban
-que?- no podía creerlo cuando vi quien era
-te pregunto que porqué la mala cara- dijo con una sonrisa
-que quieres?- no le compraba esa sonrisita a Rodrigo
-tranquilo!!- se rio- estoy en paz- no le dije nada y solo seguí caminando, lo que me faltaba ahora seria justo esto, tener a este loco molestándome.
Rodrigo
Me causaba tanta gracia verlo con mala cara, esta mas que seguro de que mi conversación con Fernando el día anterior había causado algo en ellos dos, estaba seguro de que entre ellos dos había mucho mas que buena onda, pero también sabía y podía adivinar cada movimiento de Fernando por una razón muy simple, porque se estaba comportando de la misma manera que me comporté yo tanto tiempo, de alguna manera podía verme reflejado en él, por eso sabía perfectamente cada una de las palabras que tenia que utilizar para hacerlo perder el control, y esperaba que esa fuera la razón de la mala cara de Santiago.
Santiago
Iba saliendo de una de las salas donde había tenido una clase, tenía un rato libre antes de que Diana y Pablo se desocuparan y pudiéramos ir a comer, en el primer piso de la facultad había unas bancas donde fui a pasar el rato, no había dejado de pensar en Fernando, bueno, en el ultimo tiempo no pensaba en nada mas que no fuera él, pero ahora con todas las cosas que habían pasado y con lo extraño que se había vuelto todo, no podía sacármelo de la cabeza, ya no tenía dudas, ya no estaba inseguro de lo que él pudiera sentir por mi, pero si estaba preocupado o mas que preocupado me atormentaba con un tema en particular, sabia que Fernando me quería pero lo que no sabía era hasta cuando iba yo a poder soportar esos cambios de actitud tan severos y repentinos…
-hola- le escuché decir cuando se sentó a mi lado, no era necesario siquiera que lo mirara reconocía su voz e incluso lograba reconocer su perfume- anoche te llamé varias veces… pasa algo?- que si pasa algo? Eso era lo que yo quería saber, que era lo que estaba pasando y si, había visto sus llamadas pero no fui capaz de contestarle
-que puede estar pasando?- le pregunte tratando de parecer tranquilo, él se mantuvo en silencio por unos minutos
-ayer, leíste el mensaje que te envié en la tarde?- ahí iba el tema, el bendito mensaje donde me decía que no nos mezcláramos en la facultad
-si, si lo leí
-ah bueno, es lo mejor, creo que no es bueno llamar mucho la atención-dijo
-crees que llamamos la atención?, no crees que la gente tiene mejores cosas que hacer que fijarse en nosotros?- me estaba molestando, el tema me incomodaba
-bueno, no tanto como llamar la atención, pero si es raro
-no fue mi idea- le dije, y era verdad había sido él quien quiso mezclarse mas conmigo y mis amigos
-si lo sé, pero bueno entonces no hay problema- problema? Si, si había problema pero no me atreví a decírselo
-claro- contesté tajante, estaba incómodo
-bueno entonces después hablamos- lo miré, quería besarlo y supongo que él lo notó- sabes que aquí no puedo, no querrás que alguien nos vea- que nos vieran? Poco me importa si nos ven o no, pero a él si, a él si le importa… y demasiado- nos vemos después?- me preguntó
-claro- volví a responder, pero no quise mirarlo a los ojos, solo levanté la vista cuando lo sentí irse, lo vi caminar donde había un grupo de gente, pero él no volvió a mirar atrás…
Fernando
Estaba en clases pero poco y nada era lo que escuchaba de lo que hablaba el profesor, solo pensaba en Santiago, lo noté extraño, distante, apenas si me miraba a los ojos y eso era lo mas raro, esperaba que no se hubiera molestado porque le pedí que nos mantuviéramos un poco distantes cuando estábamos en a facultad y era lo mas obvio o no?, no había porqué exponernos a lo que los demás pudieran decir o pensar de nosotros, cualquiera podría llegar a insinuar que estábamos juntos o algo así, pero, así era, esa era la verdad, aunque pienso que lo mejor es que nadie se entere y Santiago va a entender, eso no debe ser importante para él, seguro.
Santiago
Diana y yo ya habíamos comprado nuestra comida, esperábamos a Pablo que comprando la suya, caminamos a una mesa libre y nos sentamos, diana se quejaba y estaba molesta por un trabajo que había tenido en una clase pasada, prácticamente le escuché murmurar algo porque en realidad no le presté nada de atención
-y? que paso?- preguntó pablo- hoy no tenemos compañía para comer?
-ah! Es cierto, y Fernando? – pregunto diana, no quería dar explicaciones
-no lo se, pero no, no va a comer mas con nosotros- levanté la vista y vi a pablo mirándome fijamente, no dijo nada y se concentró en su comida, de fondo volví a escuchar los murmuros de Diana…
Rodrigo
Su cara lo decía todo, el tonto de Santiago nunca estaba con mala cara, todo lo contrario siempre que lo veía estaba riendo con alguien o si no, caminaba distraído, pero nunca cabizbajo, ahora en cambio, cualquiera podría darse cuenta de su mal humor, por otro lado estaba mi amiguito Fernando, sentado en la misma mesa que yo pero sin prestarle atención a nadie ni mucho menos a lo que estábamos hablando ¿porque?, muy simple, porque no le quitaba los ojos de encima a su nuevo enamorado…. Par de idiotas, eran tan obvios que apenas si conseguía burlarme de ellos en su cara, quizás a todo el resto podrían engañarlos, podrían hacer como si no pasara nada pero a mi no, a mí que reconocía tan bien la historia porque me veía reflejado en ella, a mi no podrían taparme los ojos como a los demás.
La parte mas fácil ya la había cumplido, hacer que Fernando se sintiera amenazado porque descubrieran su pequeño secreto fue tan simple, bastó decir dos pequeñas frases que fueron las justas para descontrolarlo, ahora, ahora se venía lo complicado, estaba claro que se me iba a hacer para nada fácil acercarme a Santiago pero de alguna forma lo haría.
Fernando
El día entero me moría de ganas de acercarme a él, de hablarle, pero no me atreví, no con tanta gente cerca, además algo había extraño en él, cada vez que me lo topaba, cada vez que lo tenía cerca e intentaba cruzar miradas, él me esquivaba…
Cuando acabé por fin con las clases, le envié un mensaje diciendo que lo esperaba en una esquina de la calle donde esta la universidad, no me respondió pero de todas formas fui a esperarlo, sabía la hora en la que estaría libre de clases, pasaron unos diez minutos y no lo veía aparecer, mientras mas pasaba el tiempo mas nervioso me ponía y mas larga se me hacía la espera, cuando por fin lo vi caminando hacia donde yo estaba sentí que me volvía el aire, cuando estaba frente a mi seguía con las misma actitud de hace unas horas, ni siquiera me miraba…
-pensé que ya no venías-le dije, el seguía sin mirarme, al parecer cualquiera que pasara por nuestro lado era mas interesante que yo
-aquí estoy-respondió seco- que pasa?
-que pasa porque?
-porque querías que viniera?- preguntó, algo le pasaba
-eh yo- no sabía como responderle- quería verte- por fin me vio a los ojos pero había algo, algo extraño, su mirada era fría
-tengo cosas que hacer, me voy a casa- no dijo mas y solo dio media vuelta
-espera- lo detuve- que pasa? Porqué estás así?- no iba a dejarlo ir
-ya te dije, tengo mucho que hacer- seguía sin mirarme- me tengo que ir
-no- dije sin soltarlo- no te vayas, quería que estuviéramos juntos, algo te pasa, dime que es, en todo el día me dio la impresión de que me estaba esquivando
-que?- me miro molesto, dio un suspiro y volvió a mirarme- dime una cosa Fernando, no te preocupa que nos vean?
-como?- no entendía lo que decía
-no te preocupa llamar la atención? No te preocupa lo que vallan a pensar si nos ven juntos?- mierda, era eso
-no, no es eso, Santiago yo- no sabía que decirle
-déjalo, no importa- dijo mientras hacía que lo soltara para irse, me quedé inmóvil y lo vi alejarse
-no espera Santiago- lo llamé y fui hacia él- vamos a mi casa
-que?- me miro extrañado- no, ya te dije que tengo cosas que hacer
-bueno haz lo que tengas que hacer en mi casa
-no Fernando
-por favor – le pedí, él se detuvo- solo, por favor, no se como pedírtelo
-no quiero-dijo mirándome- no quiero estar contigo, no ahora
Sentía que me derrumbaba, no podía ser cierto, él no podría estar diciendo eso, imposible después de lo bien que estábamos, estaba todo bien, no puede ser que se haya molestado por una tontería como esa, no puede ser que por algo sin importancia estuviera así, pero lo estaba, estaba molesto, distante, si es que no estaba también herido, pero iba a arreglar las cosas, no podía quedarse así
-no digas eso- comencé a decirle- si estas molesto por algo que dije o hice entonces dímelo, pero no me evites ni hagas como si no te importara nada, solo te pido que vamos a mi casa y hablemos de lo que pasa, no te apartes de mi sin siquiera decirme lo que te tiene así- me miro y me pareció verlo mas tranquilo- no puede ser que estemos discutiendo después de todo lo que ha pasado, después de lo mucho que nos costó estar juntos, por favor-le pedí
-tu casa está muy lejos?- pregunto mirándome con una media sonrisa
Me tranquilice un poco, así al menos podríamos hablar de lo que le molestaba, caminamos en silencio hasta mi casa, sabía que por el horario no habría nadie en casa por lo que podríamos estar tranquilos…
Pablo
--sabes salgo de Santiago?- me pregunto Diana cuando íbamos saliendo de la facultad
-ya debe haberse ido a casa, salía temprano hoy- le dije
-que es lo que aso con Fernando?- me miro como interrogándome- supongo que no tendrás algo que ver en esto- me acusó, me reí
-que te hace pensar que tengo algo que ver con lo que pasa entre ellos?
-porqué será que pienso eso?, quizás porque sé que detesta a Fernando y no quieres que Santiago esté con él?, quizás sea por eso o no?
-chago ya está grandecito, no es un niño, él sabrá lo que hace y con quien se relaciona- dije muy calmado, aunque en el fondo sabía que no era algo que no me preocupara
-estas bien? Apuesto que estas enfermo
-si estás tratando de ser graciosa te aviso que no lo estas logrando
-es que se me hace muy extraño que hables así
-hace unos días te dije que no iba a entrometerme en las decisiones de mi amigo, bueno lo voy a cumplir, además no sacas nada preguntándome por ese tipo, se lo mismo que tu
La conversación quedó ahí, no quise hablar de lo que sabía que estaba atormentando a mi amigo, no es el tipo de persona que quiera tener una relación oculta con alguien, la homosexualidad nunca fue un tema para él, no le complica que lo vean con un hombre si eso es lo que lo hace feliz, ahora, por el otro lado estaba mi nuevo cuñado, lo digo porque Santiago es como mi hermano, mi cuñadito no era igual que Chago, a él si le importaba lo que los demás pensaran, lo que pudieran decir de él y lo mas probable es que ese tema fuera el mayor problema entre ellos, estaba claro que las cosas que complicaban para mi amigo, solo esperaba que no lo lastimara.
Santiago
-no me pasa nada, no insistas- Fernando llevaba un buen rato insistiéndome con que le dijera lo que me tenía molesto, pero yo no quería hablar del tema
-eres un pésimo actor, no sabes mentir- me dijo- por favor, dime lo que te pasa
Hace al menos una hora que había llegado a su casa, no esperaba que quisiera traerme, comimos un poco y nos fuimos a su habitación, todo el tiempo me repetía que me había extrañado, que solo quería estar conmigo, a pesar del enredo en mi cabeza a mi me pasaba exactamente lo mismo, nos sentamos a conversar, no porque yo quisiera si no que porque él insistió demasiado…
-ya dilo- insistió- que pasa?
-ya perdí la cuenta de las veces que te he dicho que no me pasa nada- se quedo en silencio un minuto
-tiene algo que ver con que te pidiera que no nos viéramos mucho en la facultad?- preguntó mirándome muy serio, me sorprendió la pregunta y no pude mantenerle la vista, solo agaché la cabeza y sin mirarlo dije “no” – es eso, pensé que no te importaría- ok es verdad no sé mentir y él se dio cuenta, pero no quería que habláramos de eso, recordé a Lucas
-tengo un amigo- comencé a decirle- que estuvo un tiempo con alguien y ese alguien no era precisamente la mejor pareja que pudiera tener
-vas a contarme los problemas amorosos de tu amigo pablo?- me dijo divertido
-que?! No!, no hablo de él
-que lastima- se río – entonces de quién hablamos?
-no importa quien sea, solo escucha- le dije- mi amigo estuvo mucho tiempo enamorado a mas no poder de alguien, pero la otra persona nunca quiso, no mas bien nunca se atrevió a estar con mi amigo sin esconderse- Fernando se tensó y dejo de mirarme- al final las cosas resultaron mal para mi amigo, se dio cuenta de que no podía estar con alguien que no se atrevía a…
-no puedo- me interrumpió- no es que no quiera, pero no puedo
No supe que decir, ya había entendido lo que estaba tratando de decirle y me sentí mal por haberlo puedo incómodo, yo no esperaba que él asumiera lo que teníamos de la noche a la mañana y que eso no fuera problema para él, no, no era eso lo que quería porque sabía que no podía ser así, sabía que era algo complicado para él, pero a pesar de eso me preguntaba todo el tiempo cuanto iba a tener que esperar para poder abrazarlo si quisiera hacerlo y que él no se preocupara de si nos miraban o no…
-te dije que tenía cosas que hacer y me dijiste que las hiciera aquí- dije sacando un libro que cargaba en la mochila, quería dejar el tema hasta ahí.
-no me pidas eso por favor- dijo- no puedo, no aún
-Fernando no importa, no es importante- le dije
-si importa, si es importante, sé que te complica porque a mi me pasa lo mismo- me miro –crees que hoy cuando te vi almorzando en la cafetería no me moría de ganas de estar contigo?- me sentí mal por verlo así, estaba triste le costaba hablar- era lo que mas quería, pero no me atreví- sentí que se le quebraba la voz
-discúlpame- dije abrazándolo- yo no quiero presionarte ni nada de eso, solo se me paso la idea por la cabeza y no he podido dejar de pensar en ello – sentí sus brazos en mi espalda, aferrándose a mí con fuerza
-y el cambio de idea sobre pasar tiempo juntos en la facultad fue lo que hizo que pensaras en eso cierto?- me pregunto pero mas que una pregunta su tono era como si estuviera hablando de un hecho
-más o menos- le dije
-perdóname, cada vez que parece que las cosas están saliendo bien hago alguna estupidez que te hacer desconfiar de mi y…
-no!- le interrumpí- no es desconfianza, yo no desconfío de ti, ya no- le dije mirándolo a los ojos, todas las dudas que había tenido antes ya estaba superadas- no es nada de eso, yo sé que tu me quieres- sentí como me sonrojaba- pero es que no quiero que esto termine igual que la historia que no me dejaste terminar
-no hace falta escuchar el final- me dijo- solo quiero pedirte que me entiendas, no es fácil, quizás a ti no te importa pero a mi esto se me hace muy difícil, me atormento a cada momento porque no se como enfrentar la verdad, pero cuando estoy contigo…-suspiro- Santiago cuando estoy contigo dejo todo de lado solo me importa aprovechar al máximo cada segundo a tu lado, perdóname
-no tienes que pedirme perdón por nada, soy yo el que vive pensando cosas que no debería, sé que tiene que ser muy difícil para tu- le acaricié el rostro y le di un pequeño beso- pero yo voy a estar contigo, no voy a presionarte…
Fernando solo me miro a los ojos y se quedo en silencio, tomo una de mis manos y la entrelazó con la suya, cerro los ojos y dio un pequeño suspiro que apenas si se lograba distinguir…
-dios! –sonrió aun con los ojos cerrados- ni te imaginas como te amo…
En ese momento todas las dudas, las inseguridades, las preguntas que se venían a mi cabeza, todo desapareció, tenía al frente abrazándome y diciendo que me amaba al chico por el que suspiré millones de veces, al chico que miraba a los lejos tratando de que no se diera cuenta de que me ponía nervioso cada vez que pasaba por mi lado, decía que me amaba y yo le creí, estaba seguro de eso, todo lo demás se esfumaba, solo me concentre en sentir cada uno de sus besos, sus abrazos, sus caricias, una vez mas los sentí mío, una vez mas fui suyo por completo, una vez mas me hizo experimentar sensaciones que jamás pensé que pudieran existir, una vez me ratifico lo mucho que me amaba, y yo…. Yo solo lo disfruté, y me aferré a él para no soltarlo mas, me regaló mil te amo a la vez que me hacía totalmente suyo, me lleno de besos y de caricias que hacían que mi piel ardiera y que estrechaban cada vez mas la distancia entre nosotros… entre besos y caricias sentí como el momento mas sublime e intenso llegaba a mi y al mismo tiempo lo desbordaba a él, en medio de la intensidad, de la pasión que había en la habitación quedo una marca, una marca en mi cuello hecha por su boca con la delicadeza mas grande…. Y entre suspiros y respiraciones agitadas sentí como el cansancio y el sueño me arrebataba la conciencia para quedar rendido entre sus brazos y por último sentir un pequeño besos en los labios…
Fernando
Desperté después de no se cuanto tiempo de haber estado durmiendo, sentí sobre mi pecho el brazo de aquel chico que había cambiado mi idea de lo que soy y de lo que quiero por completo, porque ahora, solo lo quería a él, solo me importaba él y no permitiría que el miedo, que las dudas, que los prejuicios arruinaran lo que tanto había esperado, demostrarle la manera como lo amo, sé que va a esperar, sé que va a estar a mi lado y va a apoyarme cuando llegue el momento…
Miré a mi lado y lo contemple aún dormido, su respiración pausada, su boca levemente entreabierta mientras daba pequeños suspiros, el pelo castaño que había crecido un poco alborotado, y mas abajo en su cuello una marca, una marca hecha por mí, y que no se borraría porque yo mismo me aseguraría de ello, me acerqué a su cuello y volví a besarlo, volví a posar mis manos en cada rincón de su cuerpo, lo sentí moverse, sentí su abrazo y una leve risa antes de volver a besarlo, lo miré a los ojos y contemplé mi rostro en ellos, le sonreí y él me regaló una sonrisa, una mas de las miles que ya le había visto, no solo desde que nos acercamos, sino de mucho antes, de todas las veces que lo contemplé intrigado por lo que me hacía sentir…
Quería que ese momento no terminara, quería no volver a soltarlo y que se quedara entre mis brazos para siempre, sentí como su respiración se aceleraba muy poco a poco a medida que mis besos recorrían su cuerpo y una vez mas sentí que esta pleno, experimenté la mayor felicidad existente cuando lo escuchaba repetir mi nombre una y otra vez entre besos, gemidos, caricias y suspiros mientras nuestros cuerpos se acolaban a la perfección…
Santiago
Salí de mi casa temprano en la mañana, la tarde anterior no había hecho absolutamente nada de todas las cosas que tenía pendiente para la facultad, decidí pasar de las clases de la mañana y me instalé en a biblioteca para trabajar mas tranquilo, miraba alrededor y en cada mesa había gente con cara de preocupación y el ambiente era denso, lamentablemente era la peor semana, la de exámenes y como si fuera poco, era para todas las carreras igual, estaban todos en el mismo estrés que yo, por lo que la biblioteca estaba llena de gente incluso me costó trabajo encontrar una mesa vacía….
Recibí un mensaje…. “veámonos, ayer la tarde se paso muy rápido… te vas conmigo hoy de nuevo??” …. Claro, claro que me iría con él, habíamos arreglado todo y después de una tarde por decirlo de alguna forma intensa, Fernando me había acompañado hasta mi casa donde caí rendido a la cama y no supe del mundo hasta hoy por la mañana.
Pensaba en todo lo vivido en el último tiempo, en todo lo ocurrido el día anterior y sentía que me ruborizaba solo de recordar, me concentré y comencé con el trabajo….
-disculpa…- escuché que me hablaban- puedo sentarme aquí? No encuentro una mesa libre en ninguna parte…
-claro, no hay problema- me esperaba que alguien se sentara en la misma mesa que yo, pero no se bien cual habrá sido la expresión en mi rostro cuando vi quien era…
-porque esa cara?... estamos en paz o no?- me sonrió- como estás? – Rodrigo….-