Piedra Divina (3)

Papi me castigo por chuparle la verga a mi primo, podrá evitar que sigan entrando ricas vergas en mi boquita? (ilustrado)

PIEDRA DIVINA

(Tercera parte)

No se cuantos hayan sido pero me dejo sin poderme sentar del dolor en varios días. Después de esto me mando a mi cuarto y me dijo:

Mauro: estas castigada no saldrás de casa para nada y a la universidad no vuelves! No vaya ser que te andes viendo a escondidas mías con aquél infeliz.

Ahora más que nunca odiaba a mi padre. Me había quitado todo lo que mas amaba. Mi primo, la universidad y las salidas.

La primera semana fue de lo peor. Mi padre cumplió con lo que me había dicho. Ni si quiera a la tienda de la esquina me daba chance de ir. Corto el teléfono de mi cuarto, dejo de darme dinero, prohibió a mis amigas que me visitaran, me quito el juego de llaves de la casa que era mío y por las tardes pase a ser la niñera de mi hermanito Esteban que por aquél entonces debía tener unos 9 años y era de lo mas travieso y mal educado que podía existir.

En las mañanas no hacía nada más que estar en mi cuarto acostada. Hasta el televisor habían sacado de mi habitación por lo que no me quedaba otra distracción que dormir o pensar y pensar.

En que pensaba? Pues es mi lindo primo. Que habría pasado con el después de que papá lo saco de esa forma. Me seguiría recordando? Que habrá sido de el y Fernanda. Habrán regresado? Ninguna de estas preguntas tenía respuesta para mí. Pues como iba a saberla si no salía para nada de casa ni tenía contacto alguno con los de afuera.

Así estuve todas las mañanas de esa semana, nomás pensando. Pensé tanto que llegue a la conclusión de que mi padre debía de pagármelas. De mi nadie se iba a burlar. Ya no era una niña pequeña para que mi padre me castigase de esa manera. Yo era mayor de edad ya y si estaba todavía en casa de mis padres era porque todavía no era capaz de mantenerme yo sola. Y ahora menos, hasta la universidad me había quitado. Ese era mi futuro y lo había roto en mil pedazos mi padre con su castigo.

Llegó el fin de semana y como siempre papá invitó a sus amigotes a ver el Fut en casa. Sin embargo esta vez no fue en domingo si no en sábado por la noche el partido. Mamá decidió asistir a una fiesta de una de sus primas por lo que se llevo a mis 2 hermanos con ella. Yo como estaba castigada tuve que quedarme en casa.

Los amigos de papá llegaron como a eso de las 8 de la noche. Yo estaba decidida a estar en mi habitación y no salir hasta el día siguiente pues conociendo lo vulgares y mal educados que eran sus amigos no quería salir a hacer puros corajes. Me acosté en la cama dispuesta a dormirme temprano. En eso escucho como mi padre llama a mi puerta:

-toc toc

Mauro: Esmeralda como no esta tu madre quiero que seas tú la que salgas y me atiendas a mi y a mis amigos. No podemos ver a gusto el partido si nos tenemos que estar levantando a cada rato por cervezas o x cosas así que ven y ayúdame a atenderlos.

No le iba a contestar de mala gana pues ya sabía como me iría, tenía que cumplir con lo que me decía o me iba a ir como en feria de nuevo. Así que no me quedo de otra más que levantarme de mi cama y arreglarme para atender a los amigos de papá.

En eso se me ocurrió una idea para vengarme de papá. Si el idiota de mi padre quiere que atienda a sus amigotes pues eso es lo que haré. Los atenderé como se debe atender a un hombre. Me puse una blusa blanca, unos pantalones color negro y en eso recordé que tenía una botella de vino que me había guardado de recuerdo de una fiesta a la que fui hace poco y que mejor que compartirla con los amigos de papá si habría que atenderlos bien

Así que salí con botella en mano y de inmediato les robe la mirada a los amigotes de papá que estaban todos sentados en la sala viendo el partido:

Esme: Hola chicos! Miren lo que les traje… otra botellita!

De inmediato todos se alborotaron.

-Oooh mira pero nada más.- gracias bella!.- esta niña si que sabe como hacernos sentir bien Mauro!

Mi padre como que al principio se quiso molestar conmigo por tener una botella en mi cuarto pero después con los comentarios de sus amigos se le paso el coraje y ya solo me pidió que les trajera platos con botana, copas, entre otras cosas. Yo fui a la cocina a pedir todo lo que papá me había pedido. Estuve yendo y viniendo. Y papá estuvo que tráenos esto que tráenos lo otro… en fin ya para cuando acabo el partido todos estaban bastante tomados pero papá siguió pidiendo más cosas de la cocina.

En una de esas entradas y salidas a la cocina se vino detrás de mí uno de sus amigos. Se llamaba Enrique y era un tipo bastante alto, muy musculoso y bien parecido, debía tener unos 42 años más o menos. Yo estaba en el fregadero llenando las copas de vino cuando sentí como Enrique se posaba detrás de mí y me dijo: -eres realmente encantadora. Eres una hija bastante atenta sabes?

El tipo me llamaba la atención, además era uno de los mejores amigos de papá. Yo sabía que era casado pero a mi no me importaba yo lo único que quería era vengarme de mi padre.

Esme: En serio crees eso?

Me gire para ponerme de frente a el y comencé a coquetearle. El no aguanto más y al ver lo puta que me estaba portando me beso en la boca. Pero por supuesto que se lo respondí. Nos estábamos besando riquísimo me tenía agarrada de la cintura apretándome fuerte con sus manos fuertes. Yo tenía mis manos pasadas por detrás de su cuello y me ponía de puntitas para alcanzarlo bien pues era muy alto. Me sentía bien putita estando así con un tipo casado y mucho mayor que yo. Nada más de pensar en la cara que pondría papá si entrara en la cocina me daban más ganas de besarlo. Con su fuerza no me dio tiempo ni de reaccionar. Me saco mi blusita blanca y me beso la parte de mis senos que dejaba ver mi sostén.

Esme: ay que rico!

Al poco rato me baje hasta su entre pierna y de un tirón le baje sus pantalones con todo y bóxer. Salto ante mí una para mi sorpresa una pija muy pero muy pequeña, debía medirle unos 10 cm’s y eso que ya estaba en erección. Tan grande y fuerte y mira nada más lo que tiene entre las piernas pensé. En fin al fin y al cabo era un pene, se lo tome con una mano y me la comí enterita.

Para estar tan pequeña me gusto mucho sentirla toda dentro de mi boca. Por lo mismo la podía comer a mi antojo. Me estaba gustando mamarle la verga a Enrique. Yo de reojo veía la puerta esperando a que esta se abriera y que papá me cachara comiéndole la verga a su amigo. Pero nada de nada. Enrique cada vez gemía más fuerte y me presionaba la cabeza contra su pene.

-Aaahhh pedazo de puta estas como quieres mamacita.

Tal vez de esa forma papá escucharía a su amigo y entraría a ver que era lo que pasaba en la cocina y así encontrar a su hija castigada para que no fuera tan zorra comiéndole la pija a uno de sus amigos. Aceleré mis movimientos para hacer que sus gemidos se volvieran más continuos y ruidosos.

-aaaaaaaaahhhhhhh ooooooooooooooooohhhhhhhh AAAAAAAAAAAHHHHHHHH me veeeeennnnnnnnggggggggooooooooo que bárbara niñaaaa como la comessss!!

El amigo de papá se vino en mi boca soltando 2 o 3 cañonazos de leche que me llegaron hasta la garganta. Para estar tan pequeña tenía buena potencia.

-OOhhh graciassss niñaa no sabes lo bien que siento cuando la chupas con esos labios tan ricosss

Le estaba limpiando el pene a Enrique comiéndome los residuos de semen que habían goteado por su verga cuando voltee a la puerta papá ya estaba parado ahí viendo como su hija le terminaba de limpiar la verga a su amigos Enrique.

Muy dentro de mí pensé: a ver cabron porque a Enrique no te le vas a los madrasos y le partes la madre como lo hiciste con mi primo Alonso. Seguro Enrique si te parte la madre maricon.

No pude evitar reír al ver la cara de furia de papá mientras veía pasmado a su hija con la verga flácida de su amigo bien metida en la boca sin dejarle nada de semen. Seguro papá estaba sintiendo impotencia de no poder hacerle nada a su amigo que de seguro le partiría la madre si lo intentara. Para cuando Enrique se dio cuenta de la presencia de papá yo ya había terminado de limpiarle todo el palo.

Enrique: Mauro….

Sin decir nada más Enrique se subió sus pantalones y se marcho de casa. Papá no se movió para nada y yo aproveche para salir con Enrique de la cocina y que así papá no pudiera ni intentara hacerme nada. Cuando llegue a la sala los demás de sus amigos ya se habían ido. Todavía tuve el descaro de despedir a Enrique con un rico beso en los labios y me fui a la sala a esperar cual era la reacción de papá que seguía en la cocina. A los minutos llegó papá con la cara muy seria a la sala y traía en su mano derecha mi blusa que había olvidado en la cocina. Se paro justo frente a mí y con un movimiento rápido me tomo del cabello con fuerza.

Mauro: maldita zorra!

De los cabellos me obligo a ponerme de pie y me metió una buena cachetada que me tumbo al sillón de la sala.

Maura: Mendiga puta que tengo por hija. Eres toda una prostituta.

Esme: Y tu un maricon. Como es que a Enrique no te atreviste a golpearlo como a Alonso. A el si le tuviste miedo verdad maricon!

Me soltó otra bofetada y se fue con furia sobre mi golpeándome donde cayera.

Mauro: Maldita perra! El es mi amigo y no tiene la culpa que tenga una hija tan zorra! Pero ahorita te lo voy a quitar a base de chingadasos.

Se volvió a quitar el cinturón y a lo mismo que la otra vez me puso acostada boca abajo en sus piernas, bajo mi pantalón hasta dejar mis nalgas semi desnudas solo cubiertas por el hilo de la tanga que del forcejeo se me había metido en medio de las nalgas y empezó a azotarme la colita con su cinto.

Tazzzzzzzzz Tazzzzzzzzzz

Esme: aaaaaayyyyyyy

Me dolían pero a la vez estaba contenta de haberle causado tremendo disgusto a mi padre que pensaba que encerrándome se acabarían los problemas pero no contaba con que sus amigos también tenían pene del cual me pude ayudar.

Mauro: Maldita! Que van a decir mis amigos… que no se educar a mi hija y es una zorra!

Cuando se canso de darme de cinturonzazos lanzó el cinto lejos y dijo:

Mauro: ni creas que he terminado. Esta vez te daré el doble de azotes que la ves pasada. Y a la próxima será el triple y así hasta que se te quite lo puta.

Ya me dolía mi colita pero cuando sentí lo duro de su mano caer con fuerza en una de mis nalgas me dolió mil veces más.

Passssss (nalgada)

Esme: aaaaaaaayyyyy papaaaa

Mauro: Nada de papá puta no tienes derecho de llamarme así hasta que se te quite lo puta.

Passsss Passss

No supe cuantas nalgadas fueron. Lo que si llegue a notar claramente aun con todo el dolor que sentía fue como mi papá cada vez que me daba una nalgada pasaba su mano por toda mi nalga como acariciándola y a cada nalgada dejaba más tiempo su mano en mis nalgas como disfrutando de las caricias que estaba dándole a mi trasero.

Mauro: Mira nada más como tienes la cola hija! Roja roja pero no se si será de los azotes o de tantas cogidas que seguro te han puesto en tu vida maldita perra!

Passsss

Cuando se cansó de nalguearme se puso de pie y entro en el baño. Tardo unos 10 minutos y luego salió y se fue a su habitación sin decirme nada más. Por mi parte como pude me puse de pie y me fui a mi cuarto bien adolorida de mi colita y con sed de venganza. El castigo siguió igual con la diferencia de que nunca volvieron a ir a casa sus amigotes. Ya no tenía pene alguno para hacer enojar a papá y fastidiarlo o si?

(Muchísimas gracias por seguir leyendo mis relatos, gracias a todorelatos.com por publicarlos. La historia continúa y se pone mas excitante se los aseguro pues yo de recordar lo que paso después de me humedece mi…. Nos vemos pronto besitos y abrazos. Atte. Esmeraldita)