Picantes Vacaciones

Sin haberlo planeado se hizo realidad mi fantasia de ver a mi esposa penetrada por otro hombre y con tamaño instrumento.

Sin planearlo mucho pasamos unas picantes vacaciones en compañía de amigos.

Soy Marco de 53 años, disfruto plenamente de la vida y tengo por esposa a una estupenda mujer Isela de 45 años que posee un fabuloso cuerpo, sobre todo su trasero que siempre me ha parecido divino, respingado y bien formado y que provoca admiración, además que en general es preciosa. Yo estoy retirado de los negocios, tengo una posición económica holgada y me permite disfrutar de la vida con mi compañera

Llevamos una muy activa vida sexual, pero solo entre nosotros, nunca nos hemos involucrado seriamente fuera de nuestro matrimonio, sobre todo yo, aventurillas que incluso ella nunca se ha enterado; de ella no le se nada y no creo tampoco que haya tenido otros intereses por fuera. Podríamos decir que hemos sido honestos y fieles.

En la cama disfrutamos de todo, sobre todo las fantasías de tener a otras parejas o a alguien mas para disfrutar de los actos sexuales en todas su formas y combinaciones. Nos gusta mucho tocarnos y masajearnos, usar las manos, los dedos, los labios, en fin los contactos en todo el cuerpo, los masajes de clítoris, el juguetear con los dedos en el ano, esto a ambos nos excita sobremanera. Con frecuencia durante las sesiones de amor le introduzco dedos en el ano y en la panocha, y eso la vuelve loca y a mí me pone de temperatura subida. También a ella le excita mucho lubricarme el culo y meterme un dedo dándome masaje metiendolo y sacándolo y eso me provoca una gran erección. En fin esto es solo una muestra de lo mucho que nos disfrutamos en nuestras sesiones de amor.

Con frecuencia recurrimos a la fantasía de que ella disfrute de cogidas con otros hombres, lo curioso y significativo es que siempre tiene que ser muy bien dotados, con vergas enormes, me he dado cuenta que eso a ella le gusta, pues cuando vemos películas pornos para divertirnos y calentarnos previamente a nuestras cogidas, ella me señala siempre que me dé cuenta que lindas vergas tienen, que si que bien culean, que si que suave seria sentirla adentro y noto que disfruta enormemente y se calienta. Debo aclarar que mi aparato aunque nos es de los tamaños de los tipos de las películas es tamaño normal y sobre todo bien cumplidor.

Es por lo que anteriomente explico por que a veces hasta sueño que Isela coge con otros hombres y estos son siempre muy vergudos, y despierto excitado, y a pesar de que creo que soy un poco celoso si me calienta solo el pensamiento de que pudiera hacerse realidad, el que mi esposa hiciera el amor con otros y que yo, en vez de ponerme violento y reclamar, fuera espectador o participara de una aventura como esa.

Lejos estaba de imaginarme que ese pensamiento se haria realidad en el cercano futuro.

Ocurrió que con una pareja amiga Cecilia y Paúl que llegaron a vivir a nuestra ciudad hace cosa de 5 años y que nos hicimos amigos por mi afición al golf y a la pesca, hicimos un plan de irnos a pasar unas breves vacaciones a Can-Cun . Debo decir que ellos como pareja son un poco más jóvenes que nosotros, que son bien parecidos ambos, del tipo atlético, como muy deportistas, aunque ella en verdad es un bombón, de muy buen cuerpo, muy blanca y con su pelo largo algo rubio. De el según palabras de mi esposa esta bien guapo, pero eso pues ya ven como las mujeres exageran a veces; En general son una bonita pareja. En las fantasías con mi esposa con frecuencia salen en nuestros juegos eróticos, pero nunca ha habido nada. Ella me llama muchísimo la atención, pero de los saludos de beso, sonrisas simpáticas y bromas ligeras no pasamos.

Para el viaje, las damas se fueron de compras al centro comercial y la mia además de traer algunos conjuntos para mi, se compro unas tangas que me caí para atrás de atrevidas que se me hicieron, jaja me dijo ella , vieras las que Cecy se compró, te asustarías también, pero dice que a Paúl le gusta que se luzca así, aun el las playas o albercas, y ella fue la que me animó a comprarme estas.

Me las modeló y en verdad aunque muy atrevidísimas, le quedaban como a una diosa de belleza, era impresionante el impacto de ver una mujer luciendo tan pero tan bien en tan pero tan poca tela. En fin me dije, vamos con una pareja de confianza y además en Can-Cun debe de ser muy común que las mujeres se exhiban de esa manera. Por otra parte solo de imaginarme que a Cecy la vería también con ese tipo de trajes de baño, considere que valía la pena que aunque en el fondo me rebelara a dar mi anuencia para que Isela se exhibiera así, por el agasajo visual con Cecy, lo dejaría pasar. Quiero decirles que por supuesto aproveche la ocasión para tomarle fotos a mi esposa desde todos los ángulos, luciendo esas tanguitas, algunas las tome sin sostén, y de allí terminamos en la cama cogiendo como locos, aproveche su calentura para decirle que que buena se vería Cecy, pero no tanto como ella. Nos divertimos mucho en la cama y después preparamos las maletas para el viaje que era el día siguiente.

Llegamos a un bello hotel muy nuevo, con una playa excelente y unas albercas de primera. Nos acomodamos en las respectivas habitaciones y como ya llegamos tarde para la playa, nos citamos en el lobby para ir a algún buen lugar a cenar y divertirnos

Muy guapos todos, con vestimenta adecuada al lugar, nos fuimos a un restauran recomendado por el hotel. Cenamos, bebimos, platicamos de todo, hasta platica picante con mucha liberalidad, estábamos en confianza. También bailamos un poco, aunque allí sucedió que en una ocasión Cecy me sacó a bailar y ni tardo ni perezoso Paúl saco a bailar a mi mujer. Bailamos un rato así cruzados, me sentía un poco incomodo, los celillos me inquietaban, pero me dije, son amigos , estamos en confianza. Luego ya cada quien bailo con su pareja. Isela me pregunto que si me había gustado bailar con Cecilia, que si que tal bailaba, que Paúl era bueno para el baile, que apretaba un poco, pero que se había sentido a gusto, que incluso se había sentido rara, un poco excitada. Le dije que era normal ya que no teníamos la costumbre de bailar con personas ajenas.

En fin. Ya se estaba haciendo tarde y decidimos regresar al hotel. Nos llamaron un taxi y nos regresamos. En el camino nos fuimos vacilando, se empezaron a burlar de mi, decían que se me había notado incomodo porque Isela había bailado con Paúl y les divertían mis celos, la que más se burlaba de mi era Cecy. Yo lo negaba y seguí la broma, pero si que se dieron cuenta.

Llegamos al hotel nos dirigimos a los elevadores, allí Paúl nos sugirió que como era aun temprano, nos tomáramos unas copas y que nos invitaba a la terraza de su suite. Las habitaciones eran suites muy elegantes y además tenían jacuzzis, todo para el completo descanso y diversión.

Isela y yo nos vimos a los ojos y sin decirnos nada dijimos que estaba bien, que era temprano y además la vista del mar desde la terraza debería verse estupendo con el reflejo de la luna incluido y nos fuimos a su habitación

Paúl y yo fuimos por hielo y sacamos botellas del servibar, preparamos copas para todos y nos sentamos cerca del ventanal a platicar y bromear. Paúl puso música bailable y romántica de un canal de la televisión. Efectivamente la vista era incomparable. Alguien sugirió que porque no bailábamos. Estuvimos todos de acuerdo, pero cada quien con su pareja dije yo, y todos soltaron la carcajada. Ya salió el celoso dijo Cecy.

Bailamos muy agradablemente, muy pegaditos, en la total intimidad del momento hasta nos olvidamos de la otra pareja. Así estuvimos un buen rato, bailando a ratos y bebiendo a ratos, y en un momento que Isela vio el jacuzzi dijo, porque no aprovechamos y nos metemos al agua aquí mismo, a lo que Cecy, sin pesarlo mas dijo, que buen idea, vamos, y arrastró a Paúl con ella, y sin pensarlo dos veces se quito el vestido, quedando en boten y un minúsculo calzoncito, lo mismo hizo Paúl quedándose en boxers y se metieron al agua. Aunque eso fue muy rápido alcancé a ver el magnifico cuerpo de Cecy y sentí una extraña sensación en él estomago y como un aviso en mi verga.

Vengan, nos dijo Cecy, metanse el agua esta muy rica. Si le conteste, pero vamos a ir a nuestra habitación a ponernos ropa adecuada. Nada de eso, nos dijo, hagan lo que nosotros quítense la ropa y metanse, déjense de pudores estamos en confianza.

Isela con cierta timidez fue la primera que se animo a desvestirse, esa noche se había puesto un pequeño calzoncito de encajes muy bonito que pensaba lucirme al regreso a nuestro cuarto y allí estaba luciéndose ante extraños, sobre todo con ese cuerpo monumental se veía preciosa. Yo me fije que Paúl no le quitaba la vista de encima. Se metió al agua y enseguida me desvestí y también me metí al jacuzzi. En verdad estaba deliciosa el agua. Empezamos a bromear, a platicar, a abrazar a las respectivas parejas. Cecy le pidió a Paúl que prepara unas copas y ambos salimos del agua. Paúl primero trajo unas batas y toallas para no mojar los pisos y enseguida fuimos a preparar las copas. Yo creo que me via nervioso y pensativo, y claro que lo estaba, las cosas que estaban sucediendo eran nuevas para mí y para mi mujer. No puedo negar que el estar cerca de Cecy me excitaba y el pesar que mi esposa estaba siendo vista sin limite por otro hombre también me excitaba, era el viejo sueño que se me estaba apareciendo, pero en vivo. Las mujeres parecían mas relajadas y divirtiéndose, como más en confianza.

Estas dudoso verdad? . Me pregunto Paúl. La verdad si, le confesé. No tienes porque, me dijo, ante todo somos todos amigos, yo opino que tenemos que dejar que lo vaya a suceder, suceda, y que quienes pongan los limites sean ellas. Además te quiero confesar pidiéndote disculpas de antemano, que tu mujer es una beldad y que yo la veo como cualquiera lo vería, y que te quiero felicitar porque se ve que la haces muy feliz. Gracias le dije, Cecy también es una belleza ( lo que no le dije es que siempre me había gustado ). Bien, me volvió a decir, que sean ellas las que pongan los limites?. Yo, dudoso y algo inquieto alcance a balbucear que estaba bien. Cogimos las copas y regresamos con las damas, que estaban felices disfrutando los chorros de agua del jacuzzi y jugueteando. Nos metimos con ellas al agua, brindamos y empezamos a beber, a platicar, a ponernos más románticos con nuestras mujeres y lógicamente el ambiente, el alcohol, la música y la platica hizo que la diversión fuera subiendo de nivel.

En cierto momento, entre risas y juegos Cecy se quito el sostén y dejo sus preciosos senos en total libertad. Mi mujer y yo tratamos de disimular que no le dábamos importancia al hecho y seguimos en lo nuestro, abrazados y besándonos, pero de reojo veíamos como Paúl se echaba encima de Cecy y le besaba con placer las chichis y la besaba con mucha sensualidad. Así continuamos un rato, cada quien ocupado con su pareja y no nos dimos cuenta que tanto Paúl y Cecy se habían desnudado por completo, y como estábamos dentro del agua no se percibía hasta que empezamos a ver que sus besos ya eran mas apasionado y sus manos permanecían tocándose sus cuerpos por debajo del agua. Esa visión, por supuesto nos fue provocando también a nosotros un creciente estado de excitación y también nuestras caricias se incrementaron en pasión y deseo. De pronto Cecy se desprendió suavemente de Paúl y se vino hacia nosotros, se nos unió en el abrazo y sin anunciarlo le quito el brassiere a mi esposa. En el nivel de calentura e que nos encontrábamos lo único que hicimos fue vernos todos a los ojos, como aprobando la acción de Cecy. Enseguida también le jalo el calzón, forzándola a que se lo quitara. Isela presento una muy débil resistencia a ello y pronto quedo completamente desnuda, aunque como todos estábamos sentados nos cubría el agua. Tu también quítate todo me dijo Cecy, para estar todos iguales. Nerviosos pero ya muy excitado, también me desnude por completo. En ese momento Paúl se incorporo y camino hacia nosotros. Así parado el agua le llegaba a las rodillas y el resto del cuerpo quedaba fuera del agua. Menuda sorpresa nos llevamos mi mujer y yo cuando vimos el tamaño de verga que calzaba Paúl. Observe a Isela que se quedo por un momento con la boca abierta por la sorpresa. En ese momento vi el peligro que que ese hombre representaba para mi esposa y sentí ganas de levantarme y llevarme a mi mujer de ese lugar, pero no reaccione rápido y Paúl se incorporo a nosotros y así quedamos todos juntos abrazándonos y jugueteando

Así, todo el ambiente que se respiraba era de sexo inminente y yo atrapado entre mi deseo, mi excitación y mis fantasías a punto de realizarse. Todo esto me hicieron prisionero de la situación y me deje llevar. Volteé a ver a mi esposa y ella con los ojos cerrados se dejaba hacer ya con las caricias que tanto Cecy como Paúl le prodigaban con sensualidad, con sumo cuidado, con pasión creciente. Ese espectáculo me tenia completamente caliente y mi verga totalmente erecta respondía a los estímulos visuales que recibía. Era algo totalmente inédito para mí, ver a mi hermosa mujer en manos de aquella pareja, haciéndole ese trabajo de preparación sexual que la estaba llevando poco a poco a un abandono total. En cierto momento Cecilia me cogió una mano y suavemente me jalo hacia ella y caí en sus brazos iniciando un intercambio de caricias y besos y una unión de cuerpos deseosos de sexo. Nadie hablaba, todo era intercambio de caricias desenfrenada y pasión desbordada.

Cecy se incorporo, se salió del jacuzzi y me jalo con ella, así goteando nos fuimos abrazados si voltear hacia atrás donde quedaba mi mujercita a merced de aquel hombre que poseía tamaño miembro. No quise pensar mas y me entregue a la lujuria que significaba para mí en ese momento el placer de tener a mi entera disposición a esa fabulosa y apasionada rubia.

Entramos a la recamara, Cecy quito los cobertores y almohadones de la cama y suavemente me empujo acostándome y ella encima de mí. Nos besamos intensamente, le succione sus senos uno tras otro al tiempo que con mis manos y dedos le acariciaba su panocha que estaba completamente lubricada. Estuvimos así cambiándonos de posición, excitándonos, hicimos un 69 con el que disfrute del sabor de los líquidos de su panocha jugosa e hinchada. Con sus mismos líquidos le lubrique su ano y suavemente le introduje un dedo, luego 2 y hasta tres dedos. Yo escuchaba como gemía al tiempo que toda mi verga la tenia dentro de su boca mamandola con gran placer y mordisqueándome con delicadeza el glande. A ratos dejaba de mamarme para chuparme los testículos al tiempo que me masajeaba también el culo. Sentía que eso me estaba llevando ya peligrosamente a venirme.

Me levante cambiamos de posición, la acosté boca arriba y yo hincado busque su linda panochita al tiempo que me inclinaba a besar sus jugosos labios. Enseguida le puse la cabeza de mi verga directamente en la entrada de su rajita y suavemente comencé a penetrarla, entrando y saliendo de ella con movimientos cadenciosos y rítmicos. Ella abandonada totalmente solo me decía que no parara, que le diera mas, más. Si fue que como al mismo tiempo, los dos con perfecta armonía nos venimos intensamente. Al venirse ella soltó un gritito salvaje de placer y clavo sus dedos en mi espalda aferrándose a mí como para succionarme con su vulva todas las gotas de semen que yo estuviera dispuesto a darle, y por supuesto yo se lo estaba entregando con ciega pasión y en abundancia después de tanta calentura.

Fue hasta en ese momento que ya de regreso a la realidad, a la calma, cuando advierto que no estábamos solos y que en realidad habíamos estado siendo observados por Paúl y mi mujer que abrazados con pasión y acomodados en un amplio sillón al pie de la cama habían disfrutado de todo el espectáculo. O sea que yo involuntariamente estaba calentando a mi mujer para culiar con otro. Que forma de cumplirse tan cabalmente mi fantasía.

Paúl se incorporo y de la mano de mi mujer que se volteaba para no verme yo creo, porque su mirada no se dirigía a mí, se acercaron a la cama. Paúl, que se veía bastante caliente y con la vergota impresionante bien parada por delante nos dijo que nos felicitaba que se veía que habíamos disfrutado la tremenda cogida que yo le había dado a Cecilia, y que nos lo agradecían porque también ellos lo habían disfrutado pero que ahora les tocaba a ellos, que si queríamos nos quedáramos a acompañarlos o a participar.

Mi primer impulso fue dejarles la cama libre, pero Cecy me pidió que nos quedáramos que le gustaba disfrutar el olor a sexo que seguramente se daría con intensidad además del nuestro. En ese momento Isela se me acerco y me beso con intensidad y nos vimos a los ojos y nos perdonamos. Ella me sonrió, me dio un apretoncito de mano y se dejo llevar por Paúl. Yo ya no podía evitar lo que estaba por suceder pues ya la debía, me había culiado a la mujer de Paúl y este muy astutamente se reservo para le final, así ya yo tendría que estar dispuesto a todo lo que él quisiera hacerle a mi mujercita, solo ella lo limitaría y la verdad eso esperaba yo, pues ahora ya viendo tan cerca la verga de Paúl, en verdad que era enorme , como para dar miedo a cualquier mujer, además de muy larga era muy gruesa, lo menos era de unos 20 cm de larga y dudo que la mano de mi mujer se la pudiera rodear de lo gruesa que estaba.

De solo imaginarme el espectáculo de sexo que se avecinaba mi verga se paro de nuevo, Paúl acostó a mi mujer con mucha delicadeza y le abrió con suavidad las piernas y se inclino a mamarle su linda panochita que tantos ratos de placer a mí me había regalado y ahora por circunstancias de momento la disfrutaría otro hombre. Con la lengua le fue mamando desde el culito hasta cubrir toda la panocha mientras con un dedo le masajeaba el culito y con la otra mano le sobaba los senos. Isela con los ojos cerrados disfrutaba el trabajo que Paúl le hacia y ella misma se sobaba el vientre y cogía la cabeza de Paúl para apretarlo mas hacia su rajada. Cecy y yo sentados al borde de la cama observando todo también estábamos disfrutando y calentándonos. Paúl se subió a la cama , hizo que Isela se rodara quedando boca abajo y le empezó a mamar también el culo al tiempo que con una mano le masajeaba la panocha, mi mujer con cara de poseída se dejaba hacer.

Cecy también no se pudo aguantar y le cogió los guevos a Paúl masajeándoselos y al mismo tiempo le acariciaba el ano. Todos estábamos muy calientes. Isela se incorporo y jalo a Paúl para acostarlo y ya acostado le cogió el tremendo palo y acerco su boca para mamarlo, aunque era bien poco lo que se podía meter en la boca se veía que lo disfrutaba, también lo chupaba recorriendo con sus labios la tremenda tranca desde la base en los guevos hasta el glande, mientras él le masajeaba la panocha y le metía dedos al culito. Así se la pasaron un rato, luego Paúl le pidió a Isela que se la tragara , pero con la rajada, que por cierto desde donde yo estaba se la veía completamente abierta, dilatada ya por la excitación. Isela se abrió de piernas hincada encima de la vergota de Paúl y con sumo cuidado apunto la cabeza hacia su rajada y se sentó muy poco a poco sobre ese garrote tan impresionante, se notaba su excitación y ya no estaba preocupada por las dimensiones de lo que le iba a entrar.

Dejándose caer suavemente y con cierto abandono vi con sorpresa que la verga de Paúl iba desapareciendo dentro de mi mujer, ella se la metía un poco y se salía para entrar otra vez y así fue como tomándose un placentero tiempo mientras disfrutaba del juego se la fue introduciendo hasta que toda la verga desapareció y solo los guevos de Paúl asomaban fuera de la panocha de Isela que a estas alturas también se veía muy abierta. Así quedaron un rato ensartados mientras se fundieron en un prolongado abrazo y beso, y murmurando con placer. Luego Paúl sin sacarle el aparato y con gran suavidad la rodó para quedarse el arriba comenzar un también prolongado bombeo de mete y saca de su herramienta del interior de mi mujercita, que para nada yo la veía sufrir como imagine. Ella estaba disfrutando como nunca de esa tranca, los celos que creí me atacarían no se presentaron de tan caliente que estaba, igual que Cecy, ambos también estábamos disfrutando del espectáculo.

Paúl continuo durante un rato aquel implacable ataque y mi mujer sin quejarse y disfrutando ya no aguantaba mas, y le decía que ya se iba a venir, a lo que Paúl le contesto que juntos se vendrían, la abrazo la beso y ambos al unísono descargaron todos su fluidos en tal magnitud que nosotros observábamos como de la panocha de mi mujer con la vergota ensartada de Paúl le salía leche. Después de venirse se quedaron agotados y acostados pero con la verga sin sacarla y así se quedaron mientras Cecy y yo de nuevo nos cogíamos de nuevo pues había sido tanta la excitación del espectáculo que ya no aguantábamos más. Duramos cogiendo como 20 minutos ya la final también nos acomodamos a descansar. Nos causo gracia y sorpresa que a pesar de los minutos transcurridos la vergota de Paúl aun estaba dentro de mi mujer, daba la impresión que no se había reducido de tamaño, o la lo mejor vendría pronto el segundo episodio de esa faena.

Esta historia tiene continuación, me hizo muy feliz ver disfrutar a mi esposa y gozar también yo además y les aseguro que por mi parte ni tengo remordimientos ni reproches para mi mujercita ni para mis amigos Paúl y Cecy que siento que ahora seremos mas amigos

Si les gusto mi historia y quieren hacer comentarios a kikito22@hotmail.com