Picante vecindad
Ane volviendo del examen se encuentra con su vecina y acaba follando con ella y su marido e iniciando una relación de picara relación
PICANTE VECINDAD
Ane tenía ese día su último examen del curso en la Universidad. Volvía a casa en tren, cuando se bajó vió como la vecina se bajaba del mismo tren. Se llamaba Eva y había aparcado en el aparcamiento de la estación. Las dos vivían en una agrupación de casas unifamiliares de diversos tamaños que había a las afueras del pueblo cerca del monte. Se llegaba por un camino que primeramente estaba cubierto de un material compactado y que luego con los años se asfaltó. Las calles entre las casas, en cambio, estaban “asfaltadas” con piedras y grava.
Eva vio también a Ane y esperó. Le propuso llevarla a casa. Eva y su marido eran amigos de sus padres desde hace muchos años. Vivían en casas cercanas. La casa de Eva y su marido lindaba con la naturaleza y habían aprovechado esa situación para colocar una puerta peatonal a la finca por la parte trasera.
Ane, que haces por aquí? Te subo a casa, sube----- propuso Eva.
Ane miró a Eva y aceptó encantada, así no tendría que subir la cuesta a casa. Subió al coche sentándose en el asiento del copiloto y puso la bolsa de Eva en el asiento trasero. La bolsa contenía unas botas de equitación y un par de fustas. Parecía que Eva montaba a caballo. Se puso el cinturón e iniciaron la marcha. Eva conducía, ese día estaba muy caliente. Ane la excitaba, la chica tenía unos veinte años. Sin darse cuenta puso la mano en el muslo izquierdo de la chica cuando la comentó algo. Ane se sorprendió, pero como la mano estaba más cerca de la rodilla que de las ingles no dijo nada. Llevaba una minifalda pegada al cuerpo y un top blanco sin mangas. La mano bajó unos centímetros hacia el borde de la mini y entonces de manera instintiva Ane reaccionó:
Eva, que haces? ------ lo dijo con una clara muestra de rechazo, pero sin mucha fuerza.
Perdona, no me dí cuenta y como cuando la puse no dijiste nada me dejé llevar, pero no tengo excusa. La verdad es que estás muy sexy con esa ropa. ---- respondió Eva.
Si te soy sincera no se por qué no reaccioné antes quizás porque no me disgustó. Hace tiempo que las mujeres me inspiran curiosidad, no sé hasta dónde llegaría, pero quizás algún día me gustaría comprobarlo.
Eva entonces se inclinó sobre ella y con el dorso de la mano acarició su mejilla y la besó en los labios. Un furtivo beso que encendió el ambiente. Ane se dejaba querer y cuando Eva viendo que la chica era receptiva a sus caricias la besó más apasionadamente, cosa que hizo que la universitaria la besara también. Eva con su mano busco la entrepierna de la chica y metió su mano dentro del tanguita de la chica y comprobando su excitación se retiró y mirándola a los ojos le dijo:
Sabes que vivimos solos con lo que este finde si te quedas en casa podríamos hacer lo que nos apetezca, pero imagino que tus padres te esperan, pero si quieres un día me llamas y vienes a casa y follamos. ----- propuso Eva.
Pues este fin de semana que he terminado exámenes había dicho en casa que me iba a pasar el finde con una amiga con lo que solo tendría que llamar a mi familia para decirles que al final paso el finde fuera y llamar a mi amiga para que me cubra. Acepto, mando un par de mensajes avisando y listo.
Me parece estupendo, cuando lleguemos a la última curva bájate del coche y vete por el camino de la izquierda que te señalaré y vete a la puerta trasera de mi casa y abre con esta llave. ---- Respondió Eva.
Ane mandó los dos mensajes que debía enviar Mientras Eva conducía hasta llegar al camino. Ane se bajó y caminó por el camino hasta llegar a la puerta. Abrió la puerta y caminó hasta el garaje en el momento que la otra mujer llegaba con el vehículo. Entró con ella. Eva se bajó y cogió la bolsa con las botas y las fustas.
Ven conmigo que voy a dejar esto al armario donde lo guardo. Al fondo del garaje tocó la mesa de un banco de trabajo pulsando un botón que había bajo ella. Se oyó un “click” y la pared se abrió. Entraron dentro y bajaron unas escaleras. Llegaron al armario y al abrir Ane se asustó un poco. Había más fustas y botas, pero esas botas no eran de equitación. A ella le parecían de Sado. Eva al ver su cara le aclaró:
Tranquila, que solo haremos lo que tú quieras y aceptes. Mi marido y yo somos Dominantes, pero si quieres solo tendremos sexo contigo porque eso si, sexo tendrías que tener con él y conmigo, con los dos, si quieres continuar porque si no aceptas ese mínimo, debes irte. Sobre lo otro, me encantaría que empezases a obedecernos y que fueras nuestra sumisa, pero de momento solo sexo con nosotros. ¿Tus limites los iremos conociendo poco a poco y viendo lo que te gusta y lo que no. Aceptas esto?
Si, lo acepto. No se como terminará, pero sí. Respondió a Ane.
Pues ahora ven conmigo.
Pasaron a una gran habitación varias vitrinas y armarios en las paredes y muchos utensilios en las paredes y como grandes muebles que nunca había visto. Eva le ordenó que se desnudase.
Ane se puso de pies delante de la mujer. Estaba completamente cohibida. Empezó a quitarse el top. Cuando lo hizo Eva se acercó y pellizcó sus pezones hasta que Ane se quejó. Luego Eva comenzó a levantar su minifalda hasta dejar al descubierto su tanga. Luego se la bajó y dejo que la chica se bajase el tanga. Por último, Ane se quitó la minifalda quedando completamente desnuda. Con sus brazos y de forma pudorosa se tapaba pechos y sexo. Eva comprobó sus pequeños pechos rematados en dos pezones como forma piramidal en tono marrón oscuro. El pubis recortado de vello negro. Besó su boca a la vez que acariciaba su culo, abriendo sus nalgas jugó con su agujerito trasero, metiendo y sacando la yema del dedo. A oído la susurró que se masturbase, cosa que Ane hizo. Cuando vio que estaba a punto de correrse la hizo detenerse.
La condujo hasta una especie de mueble con forma rara y la hizo arrodillarse dando la espalda a Eva. Esta sacó de uno de los cajones situados a la derecha una joya metálica rematada en la base en una joya de cristal. Abrió un bote de lubricante. Introdujo la parte metálica en el lubricante, lo untó de forma generosa. Otra parte lo vertió en el ano de la mujer y lo extendió creando una fina película para luego empujar la joya dentro hasta quedar completamente dentro con solo la joya de cristal asomando fuera.
Luego Eva la hizo levantar y besándola la dio la mano y la condujo por las escaleras y pasillos hasta la habitación del matrimonio. Allí la besó apasionadamente. Las dos mujeres cayeron en la cama entre ardientes caricias. Besaron cada mm de piel de la otra. Los hábiles dedos de Eva buscaron el sexo de la chica. La penetraron extrayendo un gutural gemido de Ane para después de morder sus pezones descender hasta quedar entre sus muslos y lamer los laterales de su clítoris y por último dar pequeños golpes con ella en él. Ane se cogía de las sabanas mientras se mordía sus nudillos para no chillar de placer. Eva se ayudaba de sus dedos que se movían a ritmo frenético dentro de la chica hasta que esta estalló en un orgasmo acompañado de un gemido estridente.
Las dos se quedaron descansando abrazadas entre las sabanas. Ane se quedó adormilada y Eva aprovechó para ir al baño y allí cogió un strapon con dos puntas. Una se introdujo asimisma.
Luego fue a la habitación y vio allí a la chica tumbada boca abajo con la sabana apenas tapada y con el culo al aire. Sintió una gran tentación y untó el strapon con lubricante. Se arrodilló en la cama detrás de Ane y extrajo la joya del culo y antes que la chica se diera cuenta la había penetrado analmente. Ane se dio cuenta lo que ocurría y se dedicó a disfrutar y a gozar con las acometidas de Eva. El movimiento hacía que se produjera un roce en el clítoris de Eva que la excitaba y la iba calentando más y más. Eva empujaba con su mano la cabeza de su sumisa hundiéndola en la cama hasta no aguantar más y tener su propio orgasmo.
Las dos se levantaron y fueron al baño. Eva se quitó el strapon y se puso a lavarlo en el grifo y Ane se sentó en la taza para orinar. Abrió las piernas al máximo para que Eva la viera y la guiñaba el ojo mordiendo sus labios. Estaban las dos calentándose mutuamente cuando se abrió la puerta y apareció el marido. Instintivamente la Universitaria cerró las piernas. Eva le comentó que ahí estaba su Amo. Ane abrió ligeramente sus piernas y le dijo que era toda suya.
Alberto llegó y cogiéndola de las piernas la abrió y la penetró sin miramientos comenzando a follarla con movimientos cortos y rápidos. Eva se masturbaba con una mano a la vez que con la otra mano frotaba el clítoris de Ane hasta que esta estalló en un orgasmo. Alberto sacó su polla del coño de la chica y la folló la boca hasta que sintió las primeras acometidas del semen y sacándoselo se corrió en su cara. Luego los tres se ducharon para durante el siguiente fin de semana Ane iniciarse en el BDSM.
Este es un relato imaginario y me encantaría que hubiera feedback.