PGM-2: Mamadas

"Al cogerle de la cabeza con ambas manos ella sabía que le esperaba. Sus espasmos delataron que se estaba corriendo en su boca y la mantuvo hasta vaciarse"

  • Estas vestida

Me quedé inmóvil, mirándola fijamente a los ojos. A un paso de la puerta. Claro que es más bajita pero lo parecía mucho más. Tardó un instante en responder… lo que yo no quería oir

  • Tenemos que hablar
  • No tenemos nada más que hablar

Ni me molesté en mantener la dura mirada de reproche, giré sobre mis talones y comencé a caminar hacia el ascensor

  • ¿Te vas? No… espera

Ni me volví. Despacio pero sin pausa llegué ante la puerta del ascensor. No pulse el botón, su mano tocó mi hombro, giré mi cabeza

  • No te vayas… ¿porque no quieres…?
  • Ya no hago nada aquí

Su cara, entre el desconcierto y la pena debiera provocarme algún sentimiento lastimero. Pero no. Estaba molesto. Muy molesto.

  • Por favor…
  • No
  • ¿Qué quieres que haga?
  • Lo sabes

Me miró. Miró a su alrededor, al pasillo de las 5 puertas cerradas, hacia la suya entreabierta.

  • Vamos a casa
  • No
  • Aqui no - su cara denotaba miedo, vergüenza - por favor

Volví a girar la cabeza. Ni siquiera hice ademán de pulsar el botón de llamada del ascensor.

  • Vale… vale… por favor

Giré de nuevo la cabeza. Movió los tirantes de los hombros… miraba a todas partes temblorosa y a mis ojos, poco, no aguantaba mi mirada. Me giré.

Ahora si me miraba fijamente, mantenía el vestido con el brazo sobre los pechos.

  • Vamos a casa

Mi mirada impasible no dejaba dudas. Dejó caer su vestido hasta la cintura… con una mano lo mantenía en las caderas, el brazo tapando sus pechos, mirando atrás, al pasillo… y a mí

  • Por favor… puede salir alguien

El vestido cayó. Al suelo. Hizo un amago de tapar lo que su inexistente ropa interior no podía

  • Por favor… ya está… vamos a casa

Ni me moví. Agachó la cabeza, apartó el vestido de los pies y se arrodilló.

  • Ya… por favor… vamos

El único movimiento que hice fue entrelazar mis manos en la espalda

  • No… por favor… ¿qué más quieres?
  • Lo sabes
  • ...por favor… aquí no

Lo sabe. Es consciente que no hay negociación posible. Cuanto antes pasase el trago antes desaparecería su miedo de que alguien saliera de alguna de esas puertas… o del ascensor.

De rodillas llegó hasta mí. Abrió la bragueta y sacó mi pene. Le costó. Ya tenía una erección considerable… me miró suplicante mientras tomaba mi polla en su mano… y la engulló… una, dos veces… la tercera entró tanto que le produjo arcadas. Era suficiente… por ahora.

  • Vamos

Ni siquiera hizo ademán de levantarse, solo intentó cojer el vestido.

  • Déjalo ahí
  • ...pe-pero… el vestido
  • Déjalo

Y ahí, enmedio del pasillo, quedó el vestido. Entramos y cerré la puerta.

  • Ponte contra la pared. Tu culo y tu cabeza pegados a la pared.

Lo hizo sin rechistar. Cogí su cabeza con mis manos y comencé a follarme su boca. Intentaba moverla a derecha o izquierda, pero mis manos no se lo permitían… intentaba meterla cada vez un poco más, mantenerla dentro un poco más… hasta notar sus arcadas

  • Todavía no te has enterado… no hay negociación, no puedes decirme nada que ya no sepa, así que tu boca solo me sirve para comerme la polla. ¿Lo tienes claro?

Intentaba mover la cabeza arriba y abajo, en señal de afirmación… los ojos cerrados no podían contener las lágrimas que corrían por sus mejillas abajo.

  • Me he cansado de estar de pie

Fui hacia el salón. La ví venir a cuatro patas… sus ojos rojos iban de mi rostro al suelo. Al llegar frente mi enhiesta polla me miró triste

  • ¿Porqué?
  • ¿Qué te he dicho de lo que debes hacer con tu boca?

Siguió con la mamada… yo presionaba su nuca de vez en cuando o le deba cachetes para que entrara más

  • Has de abrir tu garganta, puta, hoy vas a practicar varias posiciones. Hemos de conseguir que te la tragues entera… pero ahora haz que me corra, vamos.

Intentaba mover la cabeza más rápido, más profundo… hasta que le inundé la boca. Muy bien, aguantó y tragó hasta la última gota.

  • ¿Y ahora? ¿qué coño querias decirme?
  • Yo… perdón… no se si quiero seguir…
  • Yo tampoco se si te aguantaré mucho tus dudas y tonterías. Creía que ya lo tenías claro
  • Podía ser de otra manera

Me salió la sonrisa socarrona.

  • ¿Qué quieres? ¿que seamos amantes? No me seas gelipollas. Ya tengo amigas más buenas que tú… y me da morbo llevarlas por ahí a tomar copas, a bailar, presentarlas a mis amigos para que me envidien, jejeje… ¿tu crees que me gustaría pasear contigo?... sí, a cuatro patas y tirandote de la correa.

Apartó la mirada llorando a lágrima viva, sus labios temblaban, su pecho también.

  • ¿Qué te pasa ahora? Yo hablaba en serio cuando te decía que aceptaba adiestrarte, hacerte una buena sumisa, una puta estupenda… y mejorar tu autoestima. Pero creo que tú no sabias que decias.
  • Yo… s-sí… yo quiero…
  • Tú no sabes que quieres… por eso estas sola, por eso te han tratado a patadas, como una mierda… como lo hago yo… y como haré.
  • ¿No paras nunca? ¿no puedes dejar un rato de ser tan...?
  • ¿Tan cabrón? No. No voy a parar. Si quieres que pare deja de abrirme la puerta, deja de abrirte de piernas… y haz el puto favor de no volver a tutearme. No somos iguales. Yo no soy una puta gorda de mierda como tú.

Las lágrimas ya no fluian por su ojos… pero su semblante seguía triste.

  • Yo… perdón.. Amo
  • No soy tu Amo, idiota, tú no tienes amo… y si lo tienes no soy yo. Solo quiero que dejes de tutearme, no me vengas con esas gelipolleces de bdsm… tonterias las justas… o ninguna

Se acurrucó entre mis piernas. Eso si que logró enternecerme, le acariciaba la cabeza, metía sus dedos entre el pelo… apenas unos minutos después sonó el timbre.

Levantó la cabeza, me miró… miró hacia el corredor...

  • ¿Quién será?
  • Solo hay una manera de saberlo

Su mirada iba del corredor a mis ojos

  • No se… lo mismo es un vecino o…
  • Ve a abrir y lo averiguarás

Pero no se movió apenas. Volvió a apoyar la cabeza en mi pierna… sonó el timbre de nuevo

  • Puede ser un vecino
  • Levanta y abre, mujer! No vas a dejar que siga dándole al timbre toda la tarde

Ahora sí se incorporó e hizo ademán de ir a…

  • ¿Dónde vas? la puerta está al otro lado
  • No
  • ¡¿Qué?!

Sus ojos abiertos de par en par, su expresión de sorpresa

  • Ve a abrir…
  • Pe-pero… puede ser un vecino
  • ¿Y qué? Estás en tu casa… puedes ir como te de la gana

Esa cara de súplica me encanta… y saber que es inútil la hace temblar como una hoja… lo que me encanta aún más

  • No, por favor… no me hagas salir así
  • Ve
  • No… voy a ponerme algo
  • Si entras en la habitación abriré yo la puerta… pero para irme
  • Noooo… por favor… no seas así
  • ¿Abres?

Había dejado de mirarla. Cogí el mando de la tele que estaba sobre la mesita y…

Caminó despacio.. miré su culo, su espalda mientras se alejaba y yo buscaba un canal de música entre tanta cadena insulsa.

De fondo oí una voces… yo sabía quien era, no me sorprendió verlo en el arco de la puerta.

  • ¿Ésta es? Pues no está tan gorda.
  • No seas condescendiente… No tiene la obesidad mórbida de tu vecina pero está hecha una cerdita
  • Te pasas

Ella permanecía de pie, con semblante de sorpresa, de incredulidad… de susto

  • No es necesario que le halagues, te la va a chupar igual ¿verdad que sí, cerdita?
  • Yo… yo no… por favor
  • Tú si… anda, ponte de rodillas que ya llevas demasiado tiempo a dos patas… ¡y tú siéntate, caray! ¿o quieres que te la coma de pie?

Mientras el recién llegado se sentaba y abría su bragueta para mostrar su pene morcillón ella se había arrodillado, pero me seguía mirando con cara suplicante

  • No es ésto… yo solo quiero…
  • Yo digo qué quieres… ¿no es ese el trato? Vamos no me hagas disgustar, ya sabes que no me gusta que me contraries.
  • Pero… por favor
  • Mi colega ha venido a ayudarme en tu adiestramiento, así que haz el favor de agradecérselo y hazle una buena mamada

Se acercó de rodillas y tomó entre sus manos el pene que comenzaba a endurecerse

  • Pues no está tan gorda
  • A ti lo que pasa es que te gustan a lo Rubens, le sobra papada, le sobra celulitis, le sobra tocino…¡Y le falta obediencia! ¡¿Quieres empezar a chupársela de una vez?!

Como si activase un resorte su cabeza cayó entre las piernas del recién llegado engulléndo gran parte de su miembro

  • Wow!... estupendo!, sí que lo pilla con ganas! Pero tranquila, chiquilla. deja que te guie:

Primero saca la lengua y lame mis huevos… ¿te molestan los pelos? Me da igual, estás aquí para que yo disfrute. Ahora con la lengua estirada sube por la base de la polla hasta engullirlaaaaaaaa… muy bien puta, bien…

No, no vayas rápido todavía. Para saber que ritmo le gusta al tipo lo ideal es que te guie con su mano en tu cabeza, por lo que deberías coger mi mano y ponerla sobre tu nuca… muy bien, muy bien…

Ahora toma aire y métetela todo lo que puedas... Eso. Mantenla ahí y mueve tu lengua, intenta sacarla para tocar mis huevos…. mmmm… aprendes rapido, zorrita, se ve que ya has comido muchos rabos.

Si te falta boca siempre puedes usar la mano para abarcar la parte del pene que queda fuera...muévela como si fuera un prolongación de tus labios…. oh-oh-oh… ¡para, para puta!... no quiero correrme todavía… me gusta más sin manos, pero puedes usarlas para acariciar mis huevos… despacio-despacio, tía, que son muy sensibles… bien, bien… puedes presionar entre los huevos y el culo también… o la base de la polla como si fuese un anillo… ¿cuántas pollas te has comido?... no, no me contestes, no saques mi polla de tu boca… Jeje, mira, a tu “jefe” también le gustan mis lecciones...

¡Qué cabrón!, pero tenía razón. La “clase práctica” me había puesto como una moto y, pese a que me la tocaba suavemente y despacio, mi “tercera pierna” ya estaba alcanzando su máximo grado de firmeza.

  • Anda, acércate y practica lo que te he enseñado

Caminando sobre sus rodillas se desplazó hasta mi y comenzó sus “prácticas”: la lenfua que sube desde mis cojones hasta la punta y…

  • ¿Y tú? como sabes?… uuuuuffff
  • Jeje, soy un asiduo del camino de la estación, hay novatas pero por 20 o 30 ñapos hay alguna que te hace una “limpieza de sable” que ni te imaginas… muy bien, muy bien… recuerda: cógele la mano  y a la nuca… aprieta los labios. Mejor aún: aprieta los labios con los dedos

Joder que mamón! Apenas duré unos segundos… Acabó tosiendo, tirando parte del semen al suelo

  • A ver, chica, ¿no te has dado cuenta que ya estaba a punto?
  • No, yo…
  • Eso has de mejorarlo… el , “final feliz” de la mamada es lo mejor. Si te molesta la textura en la lengua echalo directamente a la garganta… si lo dejas en la boca lo puedes escupir luego… pero a los tios no nos suele gustar que se desperdicie nuestra leche… anda, repelale lo que ha quedado en su polla y ven

Creo que a la muy puta le gustó… sonreia mientras lamía el tronco y las pelotas. Tuve que apartarla con la mano porque empezaba a resultarme molesto

  • Muy bien zorra, sigue practicando conmigo.

Mi invitado disfrutaba, recostado en el respaldo del sillón, de esa cabeza que subía y bajaba, jugaba con sus bolas… hasta que, al grito de “garganta profunda”, tomó su nuca para aplastarla más y....

  • ¡AAUG!

Le cogió del pelo con fuerza, separándola, y con la mano derecha le asestó un par de hostias de ida y vuelta que resonaron en la sala rompiendo el concierto de suspiros…

  • TIO! ¡Qué haces!
  • Perdón, perdón… - dijo la abofeteada
  • La hijaputa esta me ha mordido… ¡joder! - siguio el colega manteniéndola por el pelo y dándole otra bofetada
  • ¡Para ya tío!
  • Per...perdón… - increible. La muy tonta encima se disculpaba - ha sido sin querer

El tipo se miró el pito… yo también… no había sangre

  • Exageras
  • Joder!... me ha arañado con sus putos dientes - miró amenazante a la chica que comenzaba a llorar- ¡como lo vuelvas a hacer te los arranco, zorra!

No reaccioné. No sabía que hacer…

  • Mira, zorra de mierda, los dientes no deben rozar mi capullo, gelipollas!... A ver, saca la lengua para tapar los dientes de bajo y esconde los de arriba en tus labios… Así. Ahora chupa..

La mujer siguió con la mamada ahora dejando que la cabeza la moviera su “agasajado” tomándola del pelo… y las arcadas y lágrimas se multiplicaron ante el ritmo acelerado que le imprimió el colega.

  • Puta de mierda!, come polla… tragatela entera!

Duró poco más. Al cogerle de la cabeza con ambas manos ella sabía que le esperaba. Sus espasmos delataron que se estaba corriendo en su boca y la mantuvo hasta vaciarse. Parte de su corrida salió incluso por las narices de ella.

La chica se quedó de rodillas, sentada sobre sus talones, con las manos tapándose la cara, limpiandola de lágrimas y semen… su acompañante volvió a cogerla del pelo, apartó sus manos de la cara de ella… ¡y le propinó otro par de ostias!

  • ¡PERO TÍO! ¿De qué vas?

Me levanté de golpe. Este menda se estaba pasando tres pueblos. La mujer se llevó la manos a la cara, ahora llorando desconsolada.

  • Tranqui, tipo… es que me ha gustado eso de darle de ostias. Sienta estupendo…. pero ésta vez ha sido suave ¿no? - dijo mirando a la chica - una caricia.. jeje
  • Esto no es lo que habiamos quedado.

Estaba mosqueado. Bastante enfadado con mi colega. Tampoco es que me sentara demasiado mal esa salida de tono, lo que me irritaba es que me pillara por sorpresa. Pero, por otra parte, creo que le vino bien a mi “alumna”... claro que, ahora, me tocaba calmarla un poco antes de seguir la sesión. Esas bofetadas no serían lo más desagradable para ella esa tarde… me acurruqué junto a ella abrazándola mientras oia al colega hablar por teléfono: “podeis venir”

Era la tercera fase. Estábamos sentados los tres. Ella acurrucada contra mi pecho, mi colega jugando con el hielo del whisky mientras recordaba otras “travesuras” que habíamos pasado juntos, bromeaba con ella, le pedía disculpas pero también le decía que estaba más guapa con las mejillas sonrosadas que le habían dejado los sopapos. Ella apenas pronunciaba monosílabos, yo casi tampoco; mi colega tiene rollo por tres ...y por cuatro, inagotable y, en ocasiones agotador… pero lograba sacarle de vez en cuando una sonrisa a nuestra desnuda acompañante… hasta que se sobresaltó al volver a oir de nuevo el timbre de casa

  • No os movais, voy yo - dijo sonriente el tipo
  • ¿Quién… qué?

Esa mirada ya me empezaba a resultar familiar: timida, asustada, intrigada… el pecho se aceleraba y los pezones se le endurecían al tiempo que la piel se le erizaba… “Quien? Qué?”... sorpresa, mi niña

Un tumulto de voces se acercaban por el pasillo aumentando los temblores (y los temores) de la chica… y se aferró acurrucada a mi brazo cuando descubrió de donde venian las voces.

Cinco chavalotes, adolescentes, de distintos tipos y “grosores”, jeje, de variadas “calidades” pero todos con una planta aceptable, la forma que da la juventud y el deporte, son parte de la plantilla de fútbol sala que entrena mi colega… “ostias”, “joder” y otras exclamaciones y silbidos varios fueron sus expresiones al descubrir a mi acompañante que intentaba inútilmente esconder su desnudez tapándose con mi brazo.

Siguieron un mar de comentarios y murmullos a dos bandas… mi acompañante intentado negar la evidencia “se la vas a comer a todos, nena”, los chavales “negociando” con su entrenador: “nos la podemos follar” “no, solo mamadas” “jo tío, deja que se la meta”, “si ganais el campeonato ya veremos”.

...Y poco más que contar. En pocos minutos mi “alumna” estaba arrodillada entre los “alumnos” de mi colega que le ofrecían sus pollas para que alternara boca y manos entre ellos. El primero no tardó en correrse en su boca: el “truco” de acompañar la mamada con la mano también tuvo su efecto. Pero el segundo no le dejó: “las manos a la espalda, solo tu boca”

Uno de los que esperaban turno tuvo el detalle de poner una almohada bajo sus rodillas cuando vio que intentaba ponerse en cuclillas para seguir chupando…

Ni siquiera recuerdo cuando comenzamos a chatear. Fue sencillo descubrir que tenía la autoestima por los suelos: en tres dias ya sabía lo más importante de su descenso al infierno del puto paro, el puto alquiler y el puto amo. El padrastro cabrón que le metía mano desde los 9 años y le enseñó a hacer pajas. Su madre los pilló y… no hubo denuncia. Cuando se trata de orden de alejamiento en aquel caso más eficaz que el juzgado fueron las amenazas de su tío. El tipo no solo desapareció de su casa, también del pueblo, parece que puso miles de kms de distancia.

A los 16 la Uni. El chico guapo y malote (repetidor, claro) que la ficha y la desvirga y para su cumple le organiza una fiesta. La fiesta era ella. La cedió a toda la pandi. Culo roto, coño escocido… hasta les hizo gracia  que se la chupara al de la gasolinera para pagar. Luego el parque… ir desnuda, solo con los zapatos de tacón, hasta el indigente que dormia en el banco para pedirle por favor que le dejara mamarsela mientras ellos se reian desde el coche, tuvo que enseñarles la boca llena de leche antes de tragarla.

La Uni a la mierda. El tipo le destruyó: sesiones bdsm cada vez más duras, con algún sádico de vez en cuando ...y la prostitución.

A partir de ahí desastre tras desastre: vuelta al pueblo, peleas constantes con su madre por haber tirado el dinero de la uni, trabajos de mierda para acabar viviendo sola, en un piso que se cae a pezados, con un tipo, su “amo” que viene a follarla y darle de ostias de vez en cuando para compensar lo que no le deja su novia puritana.

Hasta su antiguo chulo la encontró en el "super": cena, copas y fiesta extrema… que acabó en el hospital con su culo desgarrado, sangrando como una cerda… tampoco hubo denuncia...

Hacia un mes de eso cuando contactamos. Entre las fotos de los 14 y su apariencia actual un abismo: sus desgracias parecian haberse cebado con su cintura y su culo.

Un sonido me borró los recuerdos. Estaba vomitando. Me levanté.

  • Vale, vale, tranquilos
  • Jo… es que este la tiene muy gorda.
  • ¿Qué dices…? Has sido tú que...
  • Vale, vale - corté - ha sido un accidente, no pasa nada. Ve al aseo a limpiarte y vosotros a la cocina mientras arreglamos ésto

Enseguida nos quedamos solos… mi colega queria quedarse observando pero le convencí con la mirada que nos dejara.

  • Lo siento

Lloraba con los pechos llenos de un vomito de leche y poco mas, en la almohada y el suelo estaba el resto que no había caido sobre la polla del chico. Resultaba… ¿asqueroso? ¿triste?...  No, no me producía ningún sentimiento así. Más bien sacó mi vena cabrona.

  • Cómetelo
  • ¿Qué?

Su cara lo decía todo, sorpresa, asco… rebeldía. Mi rostro impasible supongo que también era elocuente

  • Que limpies eso. Cómetelo
  • Nooo… ¡qué asco!
  • Ha salido de tu boca. Que vuelva a entrar en ella.
  • NO. No quiero.

Eso me enfadó… Mucho. Su cara de enfado no podía igualar la mia. La tomé de la barbilla y casi le escupí las palabras a su cara

  • Escúchame, puta de mierda, te vas a comer esa porqueria que has tirado o me largo y te dejo aquí con esta panda de jovenzuelos llenos de testosterona para que hagan lo que quieran contigo… y, por supuesto, no me vuelves a ver en tu puta vida.

Mantuve su barbilla hasta que su mirada de odio se transformó en tristeza y asomaron las lágrimas

  • Come

Lo hizo. Aguantando las arcadas lamió el suelo y la almohada y con los dedos recogió lo que había en sus pechos.

El cabrón de mi amigo entró cuando aún estaba en plena faena y sonreia. Cuando acabó la “limpieza” llamó a sus chicos.

La cosa cambió algo. Era el momento de experimentar otra teoría de mi colega: de rodillas entra menos. Si la boca está en línea con la garganta se consigue una mayor penetración. Pusieron la chica sobre la mesa con la cabeza colgando y… sí, parece que entraba mucho mejor, la garganta se hinchaba con cada embestida.

En el otro extremo de la mesa uno de los chavalotes se encaminaba con el nabo tieso hacia el coño abierto.

  • Nada de follar
  • Jo, tío - respondió el tipo a su entrenador
  • Ganad el campeonato y os dejare follar
  • …¿Y si quedamos segundos?
  • Conmigo no se negocia, chaval!

La escena tenía su punto divertido, salvo para ella, claro. Las lágrimas, babas y mocos inundaban su cara. Había que compensar su “esfuerzo”

  • Si quieres puedes metee
  • rle los dedos… hazle una paja ¿sabes?
  • No es lo mismo, tío… pero vale

La corrida acabó de llenarle la cara al explotarle por la boca y la nariz… pero el chavalote del coño parecía tener experiencia y la chica empezaba a disfrutar cuando otra polla entró en su boca. Alguno más se dedicó a su coño, al final lograron que entrara un puño.

Todos repitieron. Uno hasta tres veces. Y el entrenador, claro… el también me pidió quedarse para follarsela cuando se fuesen todos pero...la sesión había acabado.

Palo y zanahoria. Cuando nos quedamos solos se acurrucó en mi regazo, sobre el sofa. Hablamos. Me interrogaba. Parecía querer que le pusiese nota a su “actuación”... después me pedía que no volviese a hacerle pasar por eso… me preguntaba porqué… lloró… sonreía a veces… hasta que se quedó dormida  mientras yo recorría su cuerpo con las manos, apretaba su “tocinito”, masajeaba sus tetas o enredaba mis dedos en su pelo.

Me levanté despacio. Sobre la mesita dejé los 500€ que me había pasado mi colega, no creo que le sentara mal: un mes menos de alquiler. Seguía dormida cuando abandoné el salón.

Una vez en el coche sonreí recordando el episodio del vómito hasta que la llamada de mi mujer me volvió a la actualidad: “si, voy a cenar” pensé en voz alta, porque no tengo puta intencion de coger el móvil mientras conduzco.