Pesadilla en una noche de verano
Obsesión y estrés, mala combinación en una noche de abstinencia
El lunes tuve una pesadilla, no se si sea mi sindrome pemenstrual o que ayer me hicieran ver que puedo acabar en el manicomio por los actos de lujuria animal que he hecho y planeo hacer. En cuanto la tuve la escribí aquí, pero por alguna razón estuvo en revisión hasta el día de ayer y finalmente nunca fue publicado (les ha pasado?). Espero que fuera por algún error del sistema y ahora si se publique, así que aquí va de nuevo
Soñé que iba en el bosque caminando, iba desnuda y había mucho viento, era de noche y solo se veía la luna de repente entre las nubes. Sentía que debía llegar a un lugar pero no se cual era, pero en el sueño era importante, como si fuera una misión. El suelo era húmedo y olía a lluvia reciente, sentía una gran emoción como cuando es día de muertos y vas camino al cementerio o a una fiesta de disfraces
En algún momento después de caminar por el sendero apareció ante mi un claro con una fogata enorme, como apaecen en las películas de fiestas a la orilla del mar. No había personas, pero olía a carne y pan, como una fiesta. Escuché movimiento entre los árboles y de entre ellos salió una silueta, de un animal cuadrupedo con cuernos como de cabra, grande como un percheron, que trotó hasta ponerse entre la hoguera y yo misma. El animal se veia negro, pero no se veían bien otros detalles (como su especie o sus ojos, tampoco que tipo de pezuñas tenía). Pero se le veía como con mucho pelo, alborotado y crispado. Salvaje.
Yo me le acercaba. Su forma recordaba a un equino pero por su pelo me recordaba a un perro cuyo rostro quedaba oculto por una melena salvaje. Tocando su calido cuerpo bajé por su vientre y buscaba entre sus patas su pene. Ya estaba erecto, era grande y firme, comopero de caballo. Llegaba casi hasta el suelo y mediria lo mismo un brazo mío (mido 1.47, creo que nunca lo había mencionado). Lo abrazaba con mi sudoroso cuerpo y me ponía a masturbarlo. Subía y bajaba y sentía como escurria entre mis piernas su liquido preseminal y mi propia lubricación. Era firme y cálido, como si fuera un tubo de metal dejado al sol, pero carnoso.
Al animal le gustaba, pues se encabritaba y se levantaba con sus cuartos traseros. Me empujaba, quería montarme, asi que yo misma le di la espalda, poniéndome en cuatro patas, levantando bien el trasero e inclinando la cadera para que mi vagina quedara bien expuesta. Cuando pegó su pene en mi, enorme y caliente, estaba muy ansiosa por sentirlo dentro. Pero cuando subió sus patas delanteras a mis hombros, sentí que eran manos de persona, pero como con garras o uñas muy largas, y se me enterraban en la carne maliciosamente, como queriendo lastimarme propositode y dominarme sin escapatoria.
Quería liberarme pero era imposible, con sus manos podía rodear todo mi cuerpo, desde los hombros, la espalda y el pecho, como si yo fuera una muñeca indefensa. Quise al menos girarme, así que volteaba la cabeza para verlo a la cara. Entonces le vi el rostro entre sus cabellos salvajes
, cornonado con esos retorcidos cuernos de cabra negra. Unos labios finos sonriendo malignamente , una nariz fina y delicada que contrastaba con su cuerpo de bestia. Y además un par de ojos brillantes que me hipnotizaban y me obligaban a desistir. En conjunto, era un rostro hermoso pero cruel.
Me asusté mucho, pero ya no me soltaba ni trataba de huir. Me aflojo de los hombros y tomó mis manitas entre sus zarpas depredadoras, obligando a arquearme aún más. Sentía como sin manos y solo con el movimiento de su cuerpo caprino acomodaba si miembro en la entrada de mi vagina, cubriendo toda esa zona debido a su cabeza como de caballo, enorme y palpitante. Presionó contra mí y venció toda resistencia física, deslizandose sin problemas poco a poco, como quien pone una inyección en nalga apretada. Pero yo sentía el dolor desgarrador al sentir como se abría camino por donde nunca entraría algo tan grande. Se sentía caliente como fuego y ardía como quemadura. A pesar de eso, yo chorreaba y mi cuerpo lo recibía.
Cuando encontró tope, deformando e inflamando mi vientre, me comenzaba a dar, adentro y afuera. Me quemaba el vientre, no podía gritar ni moverme, pero me gustaba, me llenaba, me sentía suya. De repente, pretaba aún más contra mi y disparaba, inchandome como embarazada. Entonces desperté sudando frío y ya no puedo dormir
Ese fue mi sueño, más o menos. Tuve que adornarlo y ponerle cosas "bonitas" para ver si así lo aceptan. Sospecho que mi primera versión, escrits en el calor de la madrugada que recién lo había soñado, no era muy agradable de leer y por eso no pasó el filtro de la página.
Que quede claro, mi sueño original no fue agradable, no fue bonito. Me sentía asustada e inquieta. Aún ahora pienso si no sería un mensaje. Tal vez necesito buscar paz mental. Tal vez sea el síndrome premenstrual. Tal vez necesito encontrar un amante perruno de nuevo. Lo que sea, tendrá que esperar a que pase mi menstruación, que no debe tardar en llegar