Pervirtiendo a estudiantes 1: Verónica
Cumpliendo la petición de una amiga: Pervertirla completamente.
Recuerdo perfectamente el día que ella me pidió que quería acostarse conmigo. Recuerdo exactamente sus palabras: "Quiero que me perviertas. Que me conviertas en una zorra de verdad". Esas fueron las palabras de Verónica, y yo cumplí sus deseos.
Verónica era la típica chica rubia de ojos azules, bajita pero bien proporcionada y con gafas. Estábamos en el mes de Julio y le dije que se pusiera una faldilla y una blusa, y quedamos en nuestra facultad.
La facultad está en medio de Barcelona y, en el edificio nuevo, hay unas escaleras con unas ventanas enormes que dan a los pisos de enfrente. Cualquiera que mirase a través de su ventana podía ver perfectamente a la gente que sube y baja por las escaleras de la facultad.
La hice subir por esas escaleras, y cuando estábamos a medio subir, hice que se apoyara de cara contra la pared de la escalera. Le levanté la falda y empecé a acariciarle por encima de las bragas, primero el chomino y después el ojete del culo.
_ Nos pueden ver por las ventanas, o puede bajar alguien de algún curso de verano_ dijo Verónica.
_ No te preocupes. ¿Sabes lo que haremos? Si nos encontramos a alguien por las escaleras, le invitaremos a participar_ Le dije mientras presionaba mi dedo como si intentara metérselo por el ojete.
Ella miró hacia arriba y gimió.
_ Estoy seguro que a una putita como tú le gustaría. Pero aún no eres puta de verdad. Quítate la ropa interior. Toda.
_ ¿Aquí?, ¿en medio de la escalera?
_ Sí. Ahora.
Verónica se giró, se agachó, y se bajó las bragas de espaldas a las ventanas. Mientras lo hacía, yo le levanté la faldilla.
_ Si hay algún adolescente mirando desde su dormitorio, debe de estarse pajeando a tu salud.
Verónica guardó las bragas en su bolso. Le di la vuelta y la puse de cara a la pared. Con la falda levantada, le restregué el paquete por el culo, mientras mi mano le acariciaba el coño.
_ Ahora sí que da gusto meterte mano, le dije metiéndole un dedo en el chocho. Ya estás húmeda, pero cuando acabe contigo tendrás una inundación. Ponte de cara a la ventana, desabróchate la camisa y quítate los sostenes. Cuando los hayas guardado, te sientas con la blusa abierta, la faldilla subida, y te abres el coño como si hubiera alguien mirándote desde el otro lado de la calle.
Ella lo hizo, y mientras se abría el coño, me senté detrás de ella y les di un buen masaje en las tetas.
_ Si que estás buena, so puta_ Le dije_ Nos vamos a la calle.
_ Pero no llevo ropa interior.
_ No digas tonterías. Tu coño está dando palmadas por ir al aire. Además quiero comprarte un par de juguetes.
Salimos a la calle, y nos dirigimos a un sex shop que había cerca. Una vez dentro, le busqué un consolador y un plug anal con vibración.
_ Págalos tú_ Le dije.
Verónica los pagó en efectivo.
_ ¿Le importa que se los ponga aquí?_ Le pregunté al dependiente, mientras le levantaba la faldilla a Verónica para enseñarle su culo desnudo al dependiente.
_ ¡No!_ Dijo Verónica.
_ Harás lo que yo te diga, so puta_ Le dije a Verónica.
_ Sí, señor_ Respondió ella.
Le hice desabrocharse la blusa, para que le enseñara las tetas al dependiente y que se agachara, mientras le metía el consolador por el coño, y el plug por el culo.
_ Si se te cae cualquiera de los dos, en cualquier sitio, te los volverás a poner, sea donde sea. ¿Ha quedado claro?
_ Sí, señor.
_ Está muy buena, la chica_ Dijo el dependiente.
_ Se llama Verónica_ Le dije_ ¿Le gusta?
_ ¡Y tanto!
_ Quiere sentirse como una zorra de verdad y yo la estoy complaciendo.
_ Si se trata de eso, yo puedo ayudar_ Dijo el dependiente_ Si me hace una mamada en la trastienda, os devuelvo el dinero de los juguetes.
_ ¡¡¡No!!!_ Dijo Verónica.
_ Te recuerdo que tú eres la que lo habías pedido, y será lo que tendrás_ Le dije_ Le harás una mamada al señor por dinero.
Mientras nos dirigíamos a la trastienda, le pregunté si no vendría nadie.
_ A estas horas no viene casi nadie_ Me respondió el dependiente.
Una vez en la trastienda, él se bajó los pantalones. EL espectáculo de los consoladores debió de haberle gustado, pues estaba bien empalmado.
_ Desnúdate para mí, Verónica_ Le dijo. Ella se acabó de quitar la blusa, y la falda_ Ponte a cuatro patas delate mío.
Verónica lo hizo, y él se le acerco con la polla entre las manos. Ella le cogió la polla con una mano, para cascársela mientras le lamia sólo el capullo.
_ La mano fuera, so puta_ Le dijo él, mientras le apartaba la mano, y le hundía la polla hasta el fondo de la garganta.
Por la expresión de Verónica, yo sabía que no le estaba gustando aquello. Yo, por mi parte, no aguantaba más, y mi polla estaba más dura que el mármol. Me bajé los pantalones, le quité el plug del culo a Verónica, y sin dilatárselo más, le fui metiendo la polla por el culo. Ella se quitó la polla de la boca, y gritó.
_ Ya la hago callar yo_ Dijo el hombre, obligándola a tragar polla_ Me da igual por donde, pero me correré por alguno de tus agujeros.
_ Tranquila, Vero_ Le dije_ Eres una hija de la gran puta, y por eso siempre he querido darte por culo, pero cuando acabe contigo, le darás lecciones a tu madre.
Yo llevaba mucho rato aguantando la excitación, y el hecho de estar dándole por culo a Verónica me había puesto a cien. Sólo soltarle esa frase, noté que iba a correrme.
_ Caga mi polla, so puta_ Le dije.
Y en medio de la fuerza que hizo Verónica, exploté como un volcán. Le pinte de blanco sus intestinos y su mierda, mientras yo apretaba hacia dentro y ella hacia fuera. En mi vida me había corrido de esa manera. Saqué mi polla, me puse a buscar el bolso de Verónica.
_ Yo aún no me he corrido, y ya que no me la quieres chupar bien, utilizaré también tu culo_ Dijo el hombre_ Será nuestro lavabo de semen.
Yo había cogido las bragas a Verónica, y me estaba limpiado la polla con ellas en su cara. Ella estaba pegando grititos, demasiado ocupada sintiendo como le taladraban el culo. Al fin el hombre se corrió, le ofrecí las bragas para limpiarse.
_ Gracias_ Dijo.
Le volví a meter el plug por el culo y lo activé. Ella aún no se había corrido.
_ Vístete y ponte las bragas_ Le dije a Verónica.
_ ¡Pero ahora están sucias!
_ Así estarás más cachonda, como la puta que ahora ya eres.
El hombre nos devolvió el dinero de los juguetes, y nos fuimos de la tienda.
_ ¿Dónde vamos?_ Preguntó
_ A mi casa. Aún no te has corrido, y allí te prometo que lo harás.
Lo que no sabía Verónica era que la iba a engañar.
Subimos al metro, y la hice sentar en mi falda, obligándola a que su culito se restregase contra mi paquete. Mi polla volvía a estar tiesa, sólo de pensar en lo que le haría al llegar a casa. Durante el viaje, noté que se le salía el consolador. Aunque había gente en el vagón, puse mi mano en su entrepierna, y empujé hacia arriba el consolador. Verónica soltó un gritito.
_ Piensa que es mejor así. Si se te saliera, te lo haría volver a meter aquí en medio de esta gente.
Al llegar a casa, la hice pasar al dormitorio, y que se desnudara completamente. Le puse una venda en los ojos, y le até las muñecas a la cama, de manera que quedase estirada boca arriba.
_ Vuelvo en un minuto_ Le dije, y salí de la habitación. En otra habitación había mi sorpresa. Dos chicas y un chico negro con un pollón enorme, y un par de cámaras de video.
Entramos todos en la habitación, sin hacer ruido, y una de las chicas empezó a jugar con el consolador y a chuparle el clítoris a Verónica, mientras los demás lo gravábamos en video. Cuando la chica pensó que Verónica podía estar cerca de correrse, le dejó sitio al chico negro. Él le quitó el consolador, se lo metió a una de las chicas por el coño, y después se lo metió en la boca a Verónica, para que lo chupase. Después, penetró de golpe a Verónica.
_ AAAAAAAAAHHHHHHHHH_ Dijo Verónica_ No tenías la polla tan grande en la sex-shop!!.
Cogí y le quité la venda a Verónica, para que viera todo el montaje. Que se la estaba follando un chico negro, y lo estaban grabando en video.
_ Él me ha pagado cien euros para poder follar con una putita barata rubia como tú, y grabarlo en video_ Le dije_ Y lo mejor de todo es que cuando tengamos el montaje, se lo enviaremos a tus padres para que follen a gusto mientras ven a la puta de su hija trabajando.
Dicho esto, Verónica se corrió entre gemidos, gritos, y las convulsiones de placer de su cuerpo.
_ Yo aún no me he corrido_ Dijo el chico negro.
_ Pues podrías hacerte un paja con sus tetas, y correrte en su cara.
Y dicho y hecho, comenzó a cascársela él mismo con las tetas de Verónica, hasta que se corrió, y el primer chorro de semen llegó hasta la pared de mi habitación. Los siguientes, tuvieron más puntería, y fueron a la boca y la cara de Verónica. Una de las chicas le limpió la cara con la lengua, y le dio un beso con lengua.
Continuará