Pervirtiendo a Ángela

A un cuarentón rico y divorciado le pide su hijastra que la pervierta y le cumple el deseo.

Nuria, una mujer de 25 años, delgada, pelirroja, pecosa, de ojos azules, chaparrita, con buenas tetas y tremendo culo, casada y muy guapa, a cuatro patas sobre la cama de un ático, le estaba comiendo el coño a Linda, una jovencita de 18 años, morena, de ojos marrones, delgada, con pequeñas tetas y culito respingón. Javier, un cuarentón, alto, moreno, apuesto, divorciado y rico, sentado en una silla, desnudo, con la polla tiesa en la mano miraba para el coño mojado de Nuria. Tenía delante de él un taburete sobre el que había dos cintas, dos vibradores, uno pequeño y el otro un poco más grande, una sandalia de goma y una fusta. A su lado, desnuda, mostrando su cuerpo de diosa estaba su hijastra Ángela, una rubia, de ojos marrones con un cuerpo de diosa, que le preguntó:

-¿Ya puedo zurrarle, papí?

Le dio la sandalia.

-Vete y dale, pero no te pases.

Cogió la sandalia de goma, fue junto a las mujeres y le dio a Nuria con la sandalia dos veces en cada nalga, le dio pero a lo bestia.

-¡¡¡Zasssssss, zasssssss, zassssss, zassssssss!!!

-¡Quita y deja comer de ese pastelito o te reviento el culo, puta!

Ángela le había dicho a su padrastro que quería que la pervirtiera y la iba a pervertir... Así que las cosas se iban desarrollar como había acordado con las dos mujeres.

Nuria se levantó de la cama. Medía casi un metro ochenta. Le cogió la sandalia de goma de la mano, y le dijo:

-¡¿A quién le ibas a romper el culo tú, cabrona?!

La cogió entre sus brazos, se sentó en el borde de la cama, la acomodó sobre sus rodillas, y con la sandalia le dio a hacer daño, tal y cómo le diera a ella, pero más veces:

-¡¡¡Zasssssssss, zasssssssss, zassssssss, zasssssss, zaaaaaaas, zasssssssss, zassssssssss. zasssssssss!!!

-Dime. ¿A quién le ibas a romper tú el culo?

A Ángela le iba a marcha.

-A ti, cerda, ya te cogeré, ya.

-¡¡¡Zasssssssssss, zassssssss, zasssssssss, zassssssss. zassssssss, zasssssssss, zasssssss, zasssssssss!!!

-Estás haciendo que se me moje la cuchara.

Linda, fue junto a Ángela, le besó las nalgas coloradas, se las lamió y después le lamió el coño. Nuria le levantó la cabeza, la besó y le dijo:

-¿Quieres correrte en mi boca, venezolana?

-Sí.

A Ángela se le había hecho agua el coño, pero la estuvieran vacilando. Le cayeron las del pulpo.

-¡¡Zasssssssss. zassssssssss, zassssssss, zasssssssssss!! -¡Putaaaaaaaa¡- ¡¡Zasssssssss, zassssssssss, zasssssssss, zaassssssssss!! ¡¡Zorraaaaaaaa!!

Nuria, le dijo:

-¿Sufres, morena?

-¡Me las pagaréis, cabronas!

Linda, le preguntó:

-¿Quieres correrte en mi boca?

-¡Vete a la mierda! Si esta no me tuviera tan bien sujeta te mordía en la cabeza, enana.

Ángela sintió el aliento de Linda en su coño. Abrió las piernas y dejó que la lengua de la joven se deslizase desde el coño a ojete y más arriba. le lamió el coño una docena de veces, después, Linda, vino a por las cintas, besó a Javier con sus labios manchados de jugos y después volvió con ellas a la cama. Nuria puso a Ángela, boca arriba sobre la cama, y sujetándola (mucho no se revolvía), le ataron una muñeca a un lado del metálico y la otra al otro.

Nuria fue a por la fusta y al llegar a la cama le empezó a dar con ella en las tetas.

-¡Serás mamona! Ahora bien podrás.

Linda, la cabrona, le levantó la cabeza con una mano, la abofeteó dos veces y le escupió en la cara.

-Calla, roba novios.

-Le devolvió el escupitajo, y le dijo:

-Puta enana. ¿Quién te va a querer a ti para poder tener novio?

Nuria le dio suavemente con la fusta en el coño. Linda le volvió a escupir, esta vez en la boca, y después le estiró los pezones hasta el infinito y más allá. Ángela le dijo:

-¿Te piensas que son de goma, medio metro?

Le pellizcó los pezones con cuatro dedos, y después le dijo:

-¡¿Medio metro, puerca?!

Nuria le daba con la fusta en el interior de los muslos.

-¡¡Putaaaaas !!

Linda le magreó las tetas y le mordió en una. Acto seguido le pegó una tremenda mamada en las dos tetas, y después le dijo:

-Pide por favor que seamos buenas.

-¡Ni muerta!

Nuria le metió otra tremenda lamida de coño. A Ángela se le escapó un suspiro. Linda disfrutaba viendo cómo Ángela se iba rindiendo.

-¿Sufres, cariño?

No contestó. Le comieron las tetas y el coño al mismo tiempo. Linda, le volvió a repetir:

-Pídenos por favor que seamos buenas, negra.

-¡No!

-Pide, negra.

-¡Enana!

Linda la besó, Nuria le metió un dedo en el coño, y le dijo:

-¿A que ahora necesitas una buena polla dentro de tu coño?

Ángela miró para su padrastro. Vio cómo meneaba su verga erecta, sonrió y entregó el equipo.

-Necesito correrme... Por favor, bonitas, hacer que me corra.

Linda, mamando una teta, quería que se humillase.

-Di que somos preciosas.

-Sois preciosas.

Nuria, con dos dedos dentro del coño de Ángela, le dijo:

-Di que somos dos diosas.

-Sois dos diosas preciosas.

Linda le comió las tetas con ternura, besando, lamiendo, y chupado cada rincón de ellas. Nuria le metió la empuñadura de la fusta en el coño, la saco brillando con jugos blancos, la lamió y la chupó. Le dio pequeños toquecitos con la fusta en el clítoris. Ángela, cerró los ojos y moviendo la cabeza de un lado al otro empezó a gemir. Su padrastro fue a su lado y le metió la polla en la boca... Con media docena de mamadas se corrió, Ángela, se tragó su leche. Al acabar de correrse Javier, Linda la besó. Nuria se metió todo el coño peladito en la boca y lo folló con la lengua, Ángela, poco después, se le corrió en la boca, diciendo:

-¡¡¡Qué corridaaaaaaaaaaaa!!!

Fue una corrida larga, muy larga, un corridón que hizo que su cuero se convulsionara, y que siguiera estremeciéndose aún después de terminar de gozar.

La dulce tortura acababa de empezar. Mientras Linda cogía los dos vibradores, Nuria le puso el coño en la boca a Ángela. Iba a tragarse su primera corrida de mujer, y esto la excitaba, pero Nuria era un cerda, nada más meterle la lengua en el coño, amasando las tetas, le meó en la boca... Con la sorpresa apartó la cabeza, pero ya un chorro de meo bajara por su garganta. Nuria disfrutaba:

-¿Te gusta que te mee en la boca, guarra?

-Gusta, cerda.

Ángela volvió a abrir la boca y siguió bebiendo su meo. Nuria se excitó tanto, que comenzó a acariciarse el clítoris con cuatro dedos... Al acabar de mear, de su coño salió una tremenda corrida. Salían jugos lechosos como si cayeran de una pequeña cascada. Ángela se los tragó toditos.

Cando Nuria acabó de correrse se quitó de encima y se sentó a su lado. Linda le metió a Ángela el vibrador pequeño en el culo y el grande en el coño (apagados), y comenzó a follarla con ellos...

Y les dieron las diez y las once y la una y las dos...

Quique.