Pervertido y semental (Parte número 6).
Sexta parte de esta larga historia, con contenido escatológico, que confío en que sea del agrado de mis lectores más fieles y que, los que aún no hayan leído nada mío, la sigan con interés. Gracias a todos y para bien ó para mal, espero vuestros comentarios que agradezco de antemano.
La chica encontró alojamiento en el domicilio de Maravillas y de Natividad. El transexual vivía del sexo y en concreto, de las gratificaciones, muchas veces generosas, que le daban ciertas pedorras maduras que disfrutaban de una buena posición económica a cambio de retozar discreta y periódicamente con ellas y de algunos varones a los que les gustaba mamar las tetas y chupar el cipote a Maravillas antes de que este se lo metiera por el culo para poseerles analmente al mismo tiempo que les “cascaba” el miembro viril con intención de sacarles la leche mientras que Natividad trabajaba a tiempo parcial en la oficina de un centro asistencial, realizaba traducciones y los fines de semana por la noche servía copas en tanga en un local de strip tease.
Como no me resignaba a dejar de zumbarme a Virginia y lo acontecido era totalmente ajeno a mi voluntad, dejé pasar un tiempo prudencial antes de localizarla, entrevistarme con ella y ponernos de acuerdo con intención de continuar dándonos satisfacción sexual con regularidad en el domicilio de Natividad lo que posibilitó que, durante meses, pudiera verlas en acción mientras se daban placer a través del sexo lesbico antes de que, un día a Natividad y al siguiente a Virginia, me cepillara por separado a las dos hembras puesto que su amiga era de lo más ardiente y viciosa y siempre estaba dispuesta a abrirse de piernas para que la diera un buen repaso. Intenté en varias ocasiones conseguir convencerlas para que accedieran a que, los fines de semana cuándo Natividad terminaba de trabajar en el local de strip tease, realizáramos tríos ó que, contando con la participación activa de Maravillas, practicáramos el sexo en grupo pero siempre me encontré con la oposición de Virginia que, al adoptar una postura tan estrecha y recatada, logró que, tras haber retozado varias veces con ambas, me decantara por Natividad en la que encontré a una autentica zorrita, más guarra y viciosa que ella, que me sabía estimular más con el propósito de obtener un mejor rendimiento sexual mientras daba debida cuenta de mi virilidad.
La muchacha tomaba anticonceptivos orales y como confiaba plenamente en ellos, me permitía meterla la minga “a pelo” y descargar libremente dentro de su chumino que, aunque era menos amplio, me resultaba tan apetecible y jugoso como el de Virginia. La encantaba que la jodiera acostado sobre ella para poder hacerme la “bicicleta” con lo que mi “nabo” la entraba aún más profundo para llegar al frenesí sexual mientras gozaba sintiendo como la iba “taladrando” el útero y como la punta se mantenía en contacto con sus ovarios ó mantener sus piernas entrelazadas sobre mi culo para obligarme a permanecer encima de ella y a darla tralla sin sacarla la “herramienta” hasta que la reventaba de gusto ó me vaciaba.
Cuándo logré que se colocara a cuatro patas y con el culo en pompa pude realizar mis primeras incursiones en el sexo anal y darla por el culo después de que Maravillas llevara varias semanas animándome a que se la “clavara” por el ojete. La chica, a la que el transexual poseía por detrás con regularidad, se encontraba dotada de un orificio anal que dilataba con facilidad y como “tragaba” de maravilla, me resultaba sumamente excitante el poseerla por el trasero mientras que a Natividad, a pesar de que la costó habituarse a sus dimensiones, la agradaba poder sentir mi pene introducido bien profundo tanto dentro de su coño como de su culo. Más adelante y contando con la colaboración de Maravillas, me la comencé a follar mientras le chupaba la picha al transexual que me enseñó a realizarla el “bocadillo” para poder penetrarla y joderla los dos al mismo tiempo por delante y por detrás.
El que me vaciara casi todos los días con Natividad me hizo plantearme el intentar habituarme a echar un cuatro polvo y para evitar que se sintiera desplazada, pensé en conseguirlo dando por el culo a Virginia, que me había sacado por primera vez el segundo y el tercero, pero, como siempre, se opuso recordándome que su orificio anal era tan solo de salida por lo que Maravillas, que nos escuchó, me ofreció el suyo. Al haberme habituado a enjeretar la pilila a Natividad mientras permanecía a cuatro patas y con el culo en pompa, pretendí “clavársela” al transexual en la misma posición pensando que le agradaría que su compañera sentimental le meneara la pirula con su mano con intención de extraerle la leche mientras le enculaba pero Maravillas prefirió adoptar unas posiciones un tanto complejas para que tuviera que ser yo quien se ocupara de descargarle la “lámpara mágica” mientras le poseía analmente. Aunque tardé algo más que él en explotar, culminé depositando mi leche y mi posterior meada dentro de su culo y terminé bastante satisfecho pero, para consolidar mi cuarta lechada y como no me motivaba demasiado el poseer analmente y eyacular dentro del orificio anal de un tío con tetas por muy femenino que fuera, preferí seguir dando por el culo a Natividad haciéndola permanecer acostada boca arriba y con las piernas dobladas para que su orificio anal se mostrara bien ofrecido lo que me permitía sobarla el potorro y observar como se iba mojando, con lo que me estimulaba y me permitía descargar con más ganas en el interior del bonito, estrecho y terso trasero de la muchacha con la que aprendí a sentirme atraído por el culo femenino, a obtener, a través de la penetración anal, el máximo provecho de su ojete y a proponerme que no dejaría escapar a ninguna guarra sin antes haberla “catado” y poseído por detrás.
Viendo el trato preferencial que estaba dando a Natividad, Virginia se puso celosa y se enfadó conmigo. Creo que llegó a sentirse relegada tanto por Maravillas como por su amiga por lo que la vino muy bien que, después de haberla mantenido cerrada durante casi seis meses, traspasara la librería para que su nueva propietaria pudiera convertirla en una peluquería unisex puesto que, con el dinero que sacó del traspaso y el que había recibido de Felipe, decidió tomarse un año sabático y para fastidiarme y “machacar” la relación que estaba manteniendo con sus amigos, les invitó a realizar un viaje a cierto país asiático que ella consideraba un paraíso sexual y desde que lo iniciaron no he vuelto a saber nada de ninguno de los tres.
C o n t i n u a r á