Personal Training
A los treinta y tres años, su vida cambio, ahora era un objeto sexual, costoso y gozoso.
PERSONAL TRAINING
Treinta y tres años, baja, con sus pechos hechos, pero no exagerados, atleta que corre cuando no trabaja y en su trabajo de personal training también pero al ritmo de sus clientes, su clientela de varones y mujeres le permiten vivir bien, cuerpo firme no reflejaba en sus movimientos una sensualidad exacerbada, ha frenado varios intentos de avance de sus clientes (varones y mujeres).
¿Cuál el fue el clic, de esa tarde?
Los jardines de Palermo, acompañaban en su belleza a su grácil cuerpo, Eduardo desde atrás veía esos glúteos formados como faros que indicaban peligro, pero atraían, no se contuvo, el momento le pedía intentar algo más que correr, elongar y contemplar su figura.
En un descanso, la invito a cenar, ella aceptó, esa noche saldrían, le dijo que era la primera vez con un cliente y esperaba no arrepentirse.
Sus casi veinte años más que ella, se notaban, tomar un café en el departamento de él , era la invitación a lo inevitable, por suerte su altura de 1,68 a la de ella 1,57 no era diferencia , al primer beso, ella respondió apoyando su mano en el cuello con una dulce caricia, él busco desprender el vestido lo logro, pero ella se lo fue quitando, sin corpiños sus senos eran perfectos, la cirugía la había dejado esplendida, desnudos se ducharon, acaricio su falo hasta que respondió en una hermosa erección, un poco húmedos, se volcaron sobre la amplia cama, su vulvas lubricadas recibieron al miembro requerido, el goce se sentía en sus movimientos, ella cerraba sus piernas para reducir la ancha raja que tenia, acabaron casi al unísono, se besaban, ella estaba feliz, si bien lo consideraba un touch and go, tenia esperanzas, el sexo era una materia que había dejado muchas veces de lado y realmente se sentía a gusto.
Dormitaron, fue a la mañana que se dio cuenta que si bien la había pasado bien, ella era para él, un simple entretenimiento, lo confirmó, cuando desayunando, le hizo la oferta.
¿Si te invito a un viaje para que me acompañes, con todo pago, más 20000 pesos, vendrías?
¿adonde?
-Al mediterráneo, en un crucero de 20 días
- ¿Me estas pidiendo que me prostituya?
- No lo tomes así, pero tu tiempo vale y no quiero que dejes tu trabajo en vano
El vuelo salio a la noche llegando a Barajas y de ahí a Barcelona, sabía que había pasado el umbral, era una puta fina y lo disfrutaba, sus clientes se los cubrió Mary, una amiga, mayor que ella pero profesionalmente a la par en su capacidad profesional, cada acto sexual, cada pose lograda , era un pequeña descenso de su condición de mujer, ella lo sabía, pero le gustaba el gusto a dinero y el sexo que recibía , cuando le compraba vestidos, el rango de manceba, se iba formando, viéndolo gozar, sabía que le cobraría más, si quisiera mantener las satisfacciones que le prodigaba.
El ejercicio diario nunca lo abandonaron, a igual que el sexo que los mantenía en forma, le hacía los masajes tantricos, desconstracturando todo su cuerpo, más de una vez la perreaba , ella apoyada con los brazos en la cama o la cómoda, recibía desde atrás una y otra vez sus embates mientras apretaba sus senos tomándolos en sus manos.
Cumplió lo pactado, las vacaciones y el sexo estaban al día, cuando José (otro cliente) la invito a salir, ya convencida, le dijo que le saldría dinero, ese no era un problema, y fue su segunda salida profesional, no había dudas, era prostituta y estaba dispuesta a gozar y cobrar.
Mamó su pequeña pero gorda verga, cuando la penetró se alegro, su raja se sintiese llena de carne, al acabar se sintió satisfecha, en un mes y medio, había hecho más plata que en seis meses de trabajo, plena se extrañó de la necesidad de masturbarse, pensando en la invitación de Claudia (otra clienta), como debía trabajar con ella, corriendo, recibió nuevamente la invitación, si le extrañó cuando le dijo que le pagaría.
- tu trabajo vale.
En su departamento, le pidió que se ducharan juntas, la situación la llevaba, eso hizo, recibir las caricias de otra mujer, no le pareció "monstruoso", más se sintió alagada, ella la besaba y sentía en sus labios la posesión de un hombre que quería poseerla, al llevarla a la cama, le chupo su raja, manteniendo su lengua dentro , sacó debajo de la almohada un cinto con un prótesis peniana, que lubrico con vaselina, la hizo poner en cuclillas sobre ella que se introdujo con la facilidad que su amplia raja le permitía, allá estaba ella, jineteando sobre una prótesis, ver la cara de satisfacción de Claudia, la hizo pensar, que se había transformado en un objeto sexual.
Y esa era la verdad, dinero, le sobraba, tres clientes de lujo, más mantenía su clientela de personal training reducida a los solteros, infieles, lesbianas con el común denominador de tener dinero.
Fue un viernes que los turnos de José y Eduardo se juntaron, al escucharse mutuamente la invitación para esa noche, como eran amigos de la juventud, le pidieron que fueran los tres.
Como siempre el dinero no era problema, el trío se conformó, perreada por Eduardo, mamaba el ancho miembro de José, acabada por la boca se acomodó para que Eduardo terminara el embate hasta sentir todos sus jugos dentro, duchados los tres, cada uno con un seno en cada mano, dormitaron un rato,
Se sentó sobre el falo de Eduardo, echándose para atrás y recibió su primer doble penetración de su vida, algo le costaba a José, puesto que abandono, parándose para que la mamara, Eduardo bajo su miembro a su tuje, con vaselina la penetro y ahora si José se introdujo acabando dentro.
Los ahorros de todo el año, superaron sus ingresos de una década, ser puta fina le gustaba.
Si la vez, corriendo acompañando a un Juez de muchos años, no te olvides que si tienes plata, está dispuesta.