Persiguiendo palabras
Y de su voz sólo quedó la nada...
PERSIGUIENDO PALABRAS
Y de su voz sólo quedó la nada. Un vacío se apoderó de su garganta y se convirtió en su dueño y señor. Las palabras se esfumaron y de un solo soplo se hizo el silencio absoluto en ella. Quiso preguntar a dónde se habían llevado sus palabras pero olvidó que ahora nadie podía oírla.
¿A dónde van las palabras nunca dichas?
Y lloró, pero las lágrimas no hablan, nadie las escucha, se ahogan en el mismo momento en que brotan de los ojos y se deslizan por las mejillas.
Cerró todas puertas, todas las ventanas con la esperanza de que alguna palabra rezagada aun permaneciera allí. Buscó debajo de la mesa, dentro de los cajones, tras las cortinas, bajo la alfombra..., pero no halló nada, ni un mísero murmullo. Cayó exhausta sobre la cama, pero justo en ese momento un leve sonido llegó a sus oídos... "te...".
¿"Te"? ¿Qué significaba eso? Esta era la única palabra que se había quedado con ella desde que aquel día en que desaparecieron sus ganas de comunicarse. No recordaba en qué momento había sucedido eso, ni tampoco por qué. Simplemente se había acostumbrado a no hablar, a guardar sus pensamientos y recrearse en ellos sin más compañía que ella misma. No era consciente que llevara tanto sin pronunciar una palabra en voz alta, pero ese día fue diferente, ahora ella quería hablar, quería gritar, quería expresarse. Sin embargo... en su boca sólo había quedado el silencio.
Se aproximó a escuchar mejor ese murmullo y comprobar si era real. Y allí estaba esa mínima palabra, algo debilitada por la falta de uso, pero que sin embargo si acercabas tu oído podías oírla susurrar. Ahora era el momento que tanto había esperado aquella pequeña palabra, que más bien tenía aspecto de sílaba, por fin alguien la necesitaba. Después de tanto tiempo había llegado la hora de reunirse con el resto de sus compañeras. Así que salió a correr, cada vez con más fuerza y María salió tras ella, no podía dejar que se escapara su única oportunidad de huir del silencio que la acosaba.
Abrió las puertas y recorrió las calles persiguiendo a aquella palabra, sin apenas significado, que se había convertido en su única esperanza. Por un momento perdió la orientación, no sabía donde se hallaba, pero poco a poco empezó a escuchar palabras lejanas que se acercaban con el viento y resonaban en sus oídos como música celestial. Cada vez esas palabras se iban haciendo más sonoras a medida que avanzaban, hasta que por fin sus ojos vieron al culpable de que sus palabras hubieran desaparecido, la persona que poco a poco había ido robando sus palabras junto a sus ganas de hablar. Ahora sabía a donde fueron a parar cada una de las palabras que nunca pronunció.
Y ella lo miró a los ojos, olvidándose de cualquier reproche, y pronunció la única palabra que tenía en sus labios...
Y él le ofreció los suyos susurrándole algunas de las palabras que completaban a la suya... "quiero", "echaba de menos"...
Y entrelazaron sus lenguas mezclando palabras, por fin repletas de significado. Pequeñas dosis de lenguaje que le devolvieron la calidez a su garganta, recuperándose así de su silencio y su frialdad. Palabras y palabras que iban jugando entre sí y haciendo que sus cuerpos se fueran desnudando el uno... frente al otro, al ritmo de sus mutuos susurros...
Dedicado a kastitepas