Persiguiendo a mi hermana (6)

Al poco tiempo, para no levantar sospecha, hice lo mismo. Llegué a su habitación, y abrí la puerta un poco, para poder ver.

PERSIGUENDO A MI HERMANA (6)

De nuevo, gracias a todos los que me escribieron, y me dieron su opinión sobre mis relatos, y les invito a que sigan haciendolo. Este fue otro encuentro que tuve con mi hermana:

Llevaba toda la semana sin poder tocar a mi hermana. Estuvo muy ocupada con su trabajo, y en su poco tiempo libre, lo pasaba con su novio. Así que estaba deseando que llegara una ocasión, para poder calmar mi calentura con mi hermana.

Llegó el viernes, y pensé que aquella noche seria mi oportunidad. No saldría con mis amigos, y si ella lo hacia con su novio, esperaría despierto a que regresara por la noche, y ahí estaría mi ocasión. Pero mis planes se cayeron, cuando por la tarde, llegó mi madre, y nos dijo que había invitado a cenar a mis tíos, y cuando mis tíos vienen a cenar, se suelen quedar hasta la madrugada, jugando a las cartas y tomando alcohol, seguramente llegaría mi hermana antes de que ellos se fueran de mi casa.

Llegó la noche, y una vez mi madre tenía la cena preparada, llegaron mis tíos, con sus dos hijos, uno de 11 años y el otro de 8. Mientras preparábamos la mesa, le iba diciendo cosas al oído a mi hermana, que estaba muy caliente y quería follar con ella, pero sonreía y solo me decía que nos iban a escuchar, que me callara.

Mi hermana cenaria con nosotros, y luego vendría a buscarla su novio, y se irian a bailar toda la noche, y seguro cuando volvieran, mis tios todavia estarían en casa, así que tendría que esperar a otro dia.

Terminamos de cenar, y mis padres y mis tios, como siempre, sacaron las botellas de licor, y comenzaron a jugar sus partidas de cartas, que se hacen eternas. Los dos niños, jugaban por toda la casa, correteando y haciendo escándalo.

Mi hermana, se levantó y fue a su habitación. Al poco tiempo, para no levantar sospecha, hice lo mismo. Llegué a su habitación, y abrí la puerta un poco, para poder ver. Habia ido a cambiarse de ropa, se había puesto una camisa ajustadita, con un escote bastante generoso, marcando su sosten y sus pechos, y una falda por encima de las rodillas, no muy ajustada, pero lo suficiente, para dejar que se marcaran sus bragas, ya que no llevaba tanga.

No pude más, y entré en la habitación. –Que haces,me estoy vistiendo para marcharme-.

-Lo sé, pero estoy muy caliente Mari-.

-Si ya me dijiste, pero ahora no, dentro de poco llegará mi novio, además puede entrar cualquiera, y descubrirnos-.

Tenía razón, desde la habitación se escuchaban las risas de mis padres en el salón, y los niños correteando por el pasillo, y pasando repetidas veces por la puerta de la habitación.

Se acabó de vestir, y mientras iba hacia la puerta de su habitación me dijo:

-Vamos, hermanito, salgamos al salon con todos-.

Y movia su culo exageradamente, sabiendo que lo miraba con deseo. Pero justo cuando llegaba a la puerta, salté hacia ella. Dejando su cuerpo, apretado entre la puerta y mi cuerpo.

-Que haces? Vamos dejame,ahora no-.

Pero mi calentura era máxima, no me echaria atrás. Apretaba mi bulto del pantalón, contra su culo, para que notara mi erección. Baje una mano hacia su culo, manoseandolo por encima de su ropa.

-Vaya culo tienes, Mari, estoy muy caliente-.

-Estate quieto, puede entrar cualquiera-.

Tenía razón, mis primos no paraban de pasar por el pasillo corriendo, pero me daba igual, estaba dispuesto a correr el riesgo. Pasé mi mano por debajo de su falda, y al llegar a sus bragas, las aparte y conseguí tocar su coñito, pasando mi mano desde su raja hasta el agujero de su culo. Ya había conseguido meter casi toda mi mano por debajo de sus bragas.

-Estás loco, nos van a pillar, déjame -.

Sin hacerla caso, comencé a meterle un dedo por su rajita, que comenzaba a humedecerse, a pesar de sus palabras.

-No,para, para,mmmmmm-.

Sus palabras se convirtieron en gemidos de placer, siempre en voz baja, para que no nos escucharan. Mi dedo, seguía penetrándola, y su coño ya estaba mojado, estaba excitada.

-uuuummmmm, que bueno....-.

Sus palabras hacian que la penetrara más rápido, con más profundidad.

En unos segundos, note su corrida en mis dedos: -siiiiii,mmmmmmm-.

Entonces mi hermana, arqueó su cuerpo, y cuando su culo llegó a tocar mi bulto, comenzó a moverlo de abajo a arriba, frotandolo con mi polla, todavia dentro del pantalón.

-Vamos,follame, quiero que me la metas, hermanito, me pusiste muy cachonda-.

-Qué puta eres-.

Desabroché mis pantalones, y los deje caer junto con mis calzoncillos, hasta mis tobillos, dejando libre mi polla, que dio un resalto. Levanté su falda, dejándola sobre su espalda, y agarré sus bragas y las bajé hasta la mitad de sus muslos. La escena era tan excitante como peligrosa, porque podían descubrirnos en cualquier momento.

Mi hermana, arqueó todavía más su cuerpo, para facilitarme la penetración. Me agaché un poco y ayudándome con mi mano, coloqué mi polla en la entrada de su rajita, pero en aquella postura era difícil, y no conseguía penetrarla.

-Metemela, vamos, quiero sentirla bien dentro-. Y diciendo esto, arqueó un poco más su cuerpo, ofreciéndome todo su coñito.

Ahí conseguí metersela, de un solo golpe entró media, y en un segundo, entró entera. Tenía el coño muy mojado, lo que facilitaba la penetración.

-Tienes el chocho ardiendo, puta-.

-siii,mmmmmm-.

Comencé mis embestidas, mientras la agarraba por la cintura. Ella movia su cuerpo hacia mi, al ritmo de mis golpes de cadera, para sentirla más adentro. Al mismo tiempo que pasaba todo esto, se escuchaban las risas de mis padres, y los niños todavía correteando por la casa.

Mi hermana, se apoyaba en la puerta, echando su cuerpo hacia atrás, cada vez que notaba que mi cuerpo iba hacia delante. Tuvo un orgasmo, y así me lo hizo saber:

-Mmmmmm, me corrí, hiciste que me corriera con tu polla dentro, que rico, siiiii-.

Llevaba solo una semana sin tocarla, pero estaba disfrutando aquel polvo, como si fuera la primera vez que me la follaba.

Ya no podía más, mi polla comenzaba a palpitar, ante la llegada de mi corrida. Pero antes de hacerlo, se la saqué del coño, y nada más sacarla, sin poder hacer nada más, se escapó el primer chorro de semen, derramándose sobre su culo, y manchándole su falda y su camisa. Le restregaba mi polla por su culo, intentando vaciarme del todo.

Después de unos segundos, cuando conseguimos restablecernos del esfuerzo, me subí los pantalones. Mi hermana, se subió las bragas, y se dio cuenta que le había manchado la ropa:

-Mira cabrón, te corriste sobre mi ropa, ahora tendré que cambiarme-.

Se me escapó una sonrisa.

Se desnudó, quedándose en ropa interior, mientras buscaba algo en el armario. Solo verla así con esa ropa interior tan sexy, mi polla comenzó a aumentar su tamaño, y ella se dio cuenta al ver el bulto en mi pantalón.

-Vaya hermanito, aun no tuviste bastante? Pues habrá que hacer algo, no?-.

Y así en ropa interior, se acercó a mi, se arrodilló y me bajó los pantalones, metiéndose mi polla en la boca. Mientras con una mano se ayudaba en la mamada, bajó la otra y se la metió por debajo de sus braguitas, y empezó a masturbarse.

Estabamos frente a la puerta, si alguien la abría, veria aquella escena, que parecía sacada de una película porno.

Pero no ibamos a parar: -Vamos mari, chupamela, que bien lo haces puta-.

Los movimientos de sus dedos por dentro de sus bragas, delataban que se estaba metiendo los dedos en su coño, y su cuerpo se estremecía. Estaba a punto de llegar a su orgasmo, sacó mi polla de su boca, y mientras seguía pajeandome con su mano.

-Siiiiii,mmmmmm, vamos correte cabrón-.

Y aceleró el movimiento de su mano, pajeándome más fuerte y rápido, en pocos segundos me corrí sobre su cara, y mi semen le chorreó por las tetas, manchándole el sostén. Sacaba su lengua relamiendo toda la leche de sus labios, tragándose toda la que pudo.

-Que bien la chupas, mari, eres una puta-.

-Me gusta tu leche calentita-.

Volví a subirme los pantalones, no fuera que alguien entrara.

-Ahora me manchaste el sosten, joder, tendré que ducharme y ponerme otra ropa-.

Mientras se fue a duchar, salí de su habitación y fui al salón. Allí estaban mis padres y mis tios medio borrachos, jugando a las cartas. Su novio no tardó mucho en llegar, y le dije que esperara, que mi hermana se estaba duchando. Al poco tiempo, salió mi hermana, esta vez con un vestido azul muy ceñido, que le marcaba toda la ropa interior.

Se despidió de todos, y al salir, se giró y mirándome me guiñó el ojo, mientras contoneaba su culo, sabiendo que la miraba.

Le sonreí, mientras pensaba lo puta que era, pero que buena estaba.

Aquella noche antes de dormirme, todavía me hice una paja, pensando en el polvo que le había echado a mi hermana.

Espero les haya gustado. Si quieren pueden escribirme a mi correo.