Pero Vecinita Part 2

De ver como mi vecino se comía a una flaquita que gemía delicioso, a ser comida y disfrutada por mi vecino barrigón

Luego de todo lo sucedido con mi vecino en el anterior relato, comencé a verlo más seguido, a veces nos cruzábamos y ya nos saludábamos, me daba morbo verlo cogerse a esa flaquita y hacerla gemir.

Era domingo, como las 8 de la noche y estaba terminando un trabajo, y comencé a escuchar una voz como peleando un poco, la reconocí y era la voz de mi vecino, me dio un poco curiosidad estaba peleando con alguien por teléfono.

A lo poco termino su llamada, no habíamos intercambiado jamás más de tres palabras, el prendió un cigarrillo, me acerque.

-          Hola – Él se sobresaltó un poco se notaba algo enojado

-          MMMM hola

-          ¿Está todo bien?

-          Mmmmm pues se puede decir que no o si, no lo sé.

-          ¿Tienes otro cigarrillo? – Él se sorprendió un poco, saco del bolsillo una cajetilla de cigarrillos, me ofreció uno, lo tome, saque un mechero y empecé a fumar con él.

Comenzamos a hablar y a conocernos fuera del edificio, paso como hora y media, todo estaba fluyendo bien y no me sacaba la imagen de él cogiéndose a esa mujer y haciéndola gemir tan rico.

La tienda de al frente en poco estaba por cerrar, nuestra conversación no podía acabar rápido, así que decidimos comprar una botella de aguardiente.

Entramos al edificio, yo subí las escaleras, él estaba detrás mío, podía ver el short tan lindo que tenía.

Entre a su apartamento, el muy caballero en todo, trajo un par de copas, limón y me ofreció que me sentara en el sofá, en ese sofá que semanas antes se había comido a esa flaquita que gemida, que gozaba de la verga de mi vecino gordo y barbón.

Puso música, un reguetoncito delicioso, se sentó junto a mí y seguimos hablando y charlando.

Ya con la botella casi a la mitad tuve que hacerle de nuevo la pregunta que le hice al principio de la noche

-          Te noté bravo cuando te vi

-          No es nada

-          ¿Seguro?

Luego de pesar mucho si responder o no él se soltó un poco más.

-          Es que con la chica con la que estoy saliendo dijo que venía a estar conmigo esta noche y me cancelo a último momento, ha estado como alejada un poco

-          ¿Es tu novia?

-          Algo así, pero hemos estado algo distanciados es algo complejo

-          Ya veo – Algo en mi sabía que esa noche, era la noche indicada.

Tomamos otro par de tragos, ya quería algo más interesante en la noche así que me pare y lo invite a bailar.

El me tomo de la cintura, me acerco hacia él, nuestra pierna se entre cruzaron y comenzamos a bailar, nos mirábamos a los ojos había conexión, después de un tiempo, me di media vuelta, mis nalgas estaba bien pegado a su paquete mientras bailábamos, comencé a sentir como su verga crecía por culpa del baile me rayaba mucho las nalgas, tome la botella de ron y un limón.

Serví, dos copas, me volteé y le dije:

-          Aguanta un poco, espera – Le entregue la copa y me unte un poco de limón en el cuello – Tienes que chupar el limón.

Su cara fue de un agrado total, tomo la copa y sin pensarlo dos veces se lo tomo de una, me tomo de la cintura, saco su lengua y la recorrió por mi cuello, dándome besos y pasando su lengua de una forma increíble.

-          Que rico está el limón – Ahora mi raba mi escote con lujuria

-          ¿Otra copa?

-          Por supuesto bebé.

Sus manos seguían en mi cadera, pero esta vez solo le servía el trago para él, pero no le entregue la copa, simplemente la puse en el medio de mi escote.

-          ¿Puedo? – Ya su cara era de placer total, su mano bajo y se postro en mi nalga, mientras apretaba.

-          Si dale, toma – me mordí los labios me calentaba recordar los gemidos de esa chica, producido por la verga de mi vecino.

Agacho su cabeza, tomo la copa con la boca, tomo el trago y boto la copa, no se alejó de mi escote hasta que paso su lengua y luego se incorporó.

-          Vecina, no había visto bien su grandes mmmmmm amabilidades – me nalgueo mientras me miraba a los ojos.

-          No habíamos tenido la amabilidad de conocernos, puede ser por eso

-          Y hoy te conoceré profundamente.

Se acercó y comenzó a besarme con ganas, con mucha intensidad, ya sus dos manos apretaban mis nalgas, mi entrepierna se empezaba a mojar.

Se sentía la química, movíamos nuestras pelvis al ritmo de la música, el comenzó a llevarme al sofá, apagamos las luces, solo quedo una lámpara, las cortinas totalmente abiertas.

Él se sentó, yo me senté encima de él abriendo un poco las piernas, besándolo con ganas mientras sus nalgadas a mi cola no paraban.

Me agarro del pelo de un momento a otro me hizo un poco así atrás y comenzó a besarme el cuello, yo movía mi pelvis, su verga estaba dura, me quito la blusa, rápidamente también el bra, puso su cara en medio de mis tetas.

Chupaba mordía y lamia mis pezones, ya mis gemidos comenzaban a salir, su verga dura estaba rayando mi pelvis, me volvió a tomar del pelo esta vez para acercarse al oído y decirme:

-          Vecinita, me puedes hacer un favor y ya se lo puta que eres, arrodíllate y chúpamela – y al terminar me dio una cachetada

Me arrodillé, comencé a bajar su pantalón pesquero, no traía bóxer su enorme y gorda verga salió a la luz.

22 cm de poder, de verga que me deleitaron, que comí con ganas, que mamé como una perra en celo, succionando, viendo su cara de placer mientras el consentía mis tetas con su mano y de vez en cuando me obligaba a meter lo más que podía en mi boca hasta hacerme lagrimear.

Me puse de pie, mientras el hacía lo mismo, mientras pasaba delante de el su nalgada y agarrada no faltaba, me puse en 4 contra el sofá, me tomo de las caderas, primeras dos penetradas algo suaves pero sentida toda su verga, y comenzó la velocidad, sentir como no dejaba de entrar, como su verga hacia que entrara toda en mí, como rebotaban mis tetas como locas, imaginando que tal vez alguien estuviese masturbándose con mis gemidos o viendo como me cogían fuera del apartamento.

No paraba, sus nalgadas y penetraciones hicieron que mojara todo el piso, me temblaran las piernas y el gozara con la situación.

-          Perra vecinita, mira como me dejaste el piso

-          No puede aguantar

-          Cállate, acuéstate y abre esas piernas

Eso hice me abrí de piernas, aun me temblaba todo, cerré los ojos un poco pero cuando lo vi el casi estaba encima mío, me metió dos de sus dedos en mi boca, los chupe con ganas y luego esos dedos bajaron y me penetraron, el mi miraba fijamente, mientras con violencia movía sus dedos, que rápido y ágil era, pero que me pasa no puedo resistir, otro chorro moja el piso de su apartamento. Mis gemidos son cada vez más intensos.

-          Mira cómo eres de caliente mi vecinita – Me escupe directo en la boca.

Aun no cierro las piernas, cuando el con su verga a mil se hace encima de mí y de un empujón entra a mi vagina, rema de una forma en la cual no puedo dejar de gemir, su verga ocupa toda mi vagina, y su gran velocidad hace que esté a punto de correrme de nuevo.

La sensación es única, los dos estamos conectados, el saca su verga de mi vagina se masturba sin alejarse de mí, yo consintiendo mi clítoris gimo como puta sedienta, él se corre en mi abdomen, yo tengo otro orgasmo que llega con el gemido más grande de la noche.

Me besa con ganas, desnudos terminamos la botella de ron, no lo deje solo en la noche que le fallo la otra.