Perfidia.8 : Lujuria

- Alberto, - lo miré - tendrás que responsabilizarte de nuestra niña, vigilar que se tome la píldora cada día, porque ésta mujercita es insaciable y lo mismo se le ocurre que la preñes.

Ricardo y Luis

-   Dime, Ricardo,   - respondí cuando escuché sonar mi móvil.   -  Voy enseguida.

Me dirigí hacia el ascensor,  el despacho de mi suegro estaba en la planta superior del edificio en el que se encontraba el consorcio de empresas Van de Berg, de la que él era presidente y yo uno de los directores.  Entré en su lujoso despacho y me señaló una silla frente al sillón en el que se sentaba.

-   Siéntate Luis, hace días que no hablamos.  ¿ Cómo van las cosas ?, y no me refiero a la empresa, que eso ya lo sé, hablo de vosotros de Lisa y de ti.

-   Todo normal Ricardo, Lisa está en Ibiza, se marchó ayer con dos amigas y vuelve mañana. He hablado con ella hoy y creo que ha quedado con su madre para que cenemos mañana con vosotros.

-   ¿ Cuándo pensáis hacernos abuelos  ?, va para tres años que os casasteis y lleváis una vida un tanto extraña, Lisa creo que pasa más tiempo con sus amigas y amigos que contigo.  Tú, que voy a decir, siempre en líos de faldas, sin recato alguno. Ya ni siquiera os molestáis en ser discretos, en guardar las apariencias.  – me miró frunciendo el ceño.

Agaché la cabeza y respondí titubeante:

-   Ricardo, no te voy a negar que alguna aventura habré tenido, lo normal en un hombre de mi edad.  Lisa y yo, somos personas liberales, vamos, de nuestro tiempo, pero.......

-   Déjate de vainas y de liberalismos, coño.  Yo me entero de todo y sé que eres un picha floja, cómo con la ex alumna que me presentaste en la cena del premio, ¿ también te acuestas con tus alumnas ?, es vergonzoso.

-   Te juro que con Noelia, no hubo nada de nada.  Simplemente me interesé por su trabajo.

-   Bueno, allá vosotros con vuestras vidas.  Respecto a esa joven, Noelia, tiene aspecto de buena chica y me he interesado por su situación.  Está con contrato de prácticas y parece que no lo van a renovar,   pero podría   haber   una alternativa,  llámala y que venga a verme, o mejor, dame su teléfono y   la llamaré yo, que no quiero que le cobres el favor por anticipado.

Le di el número de Noelia y me dijo:

-   Puedes regresar al trabajo, Luis, y piensa en lo que te he dicho. Al menos, sé discreto.

Noelia

-   Aquí Noelia, ¿ sí  ?.   -  respondí a mi móvil.

-   Soy Ricardo Van de Berg.  Te llamo por el asunto de tu contrato de trabajo, como le prometí a mi yerno, Luis. Creo que hay una propuesta que podría interesarte.

-   De Luis no me interesa nada, Don Ricardo.  -  respondí contundente.

-   Ya lo supongo, y te entiendo.  Yo sólo me he interesado y deberás hablar con CBS Corporation, pero si no quieres, no hay más que hablar.

Dudé, CBS es una de las más importantes corporaciones internacionales de comunicación.

-   Bueno, Don Ricardo, si esto es serio, sí me interesaría hablarlo, usted conoce mi situación laboral.

-   Yo solo soy accionista de la compañía y podría adelantarte la oferta a grandes rasgos, los detalles lo hablarías con el director para España de la CBS.  Me voy de viaje de trabajo el domingo noche, espera que consulte mi agenda......., esta tarde a las 5 podría recibirte en mi oficina, aunque solo podremos dedicar 30 minutos.

-   Allí estaré, Don Ricardo, y gracias.

Me pasé el resto de la mañana pensando sobre el tema.  Temía que fuese otra encerrona, no sería la primera propuesta guarra que recibiese, no obstante, trabajar para CBS podía ser alucinante.  A las 5 en punto, me presenté en su oficina y tras hablar con su secretaria, entré en su despacho.  Me recibió en la puerta, estrechó mi mano y nos sentamos.

-   Ante todo, Noelia, quiero decirte que entiendo tus dudas iniciales.  Mi yerno no es de fiar, lo sé, es un tarambana pero es el marido de mi única hija, Lisa.  Me pareciste una buena chica, perdona la expresión, solo por eso me he interesado y porque las veces que te he visto o leído en los medios me has parecido una excelente profesional, que te quede claro.

-   Gracias Don Ricardo.   No quiero hacer ningún comentario sobre su yerno, ya lo ha hecho usted mismo.

-   Bien, hablemos del asunto, ya sabes lo mal que está el trabajo en los medios y parece que tu continuidad en el puesto actual es difícil.  Quizás la CBS podría hacerte una propuesta, un contrato de dos años como corresponsal en Bruselas, una remuneración sobre los cinco mil euros mensuales por catorce pagas anuales, dietas, trabajo de lunes a viernes, salvo alguna excepción, viajes en avión gratis, y hasta ahí puedo contar, los detalles te los darán ellos.

-   Don Ricardo.....

-   Por favor jovencita, puedes apear el Don, que me haces más viejo de lo que ya soy, y mi hija solo es 2 o 3 años mayor que tú.  – dijo sonriendo.

-   Pues, Ricardo, me pareces un señor, un caballero y lo que me explicas sí me puede interesar, pero ¿ donde está el truco  ?, no es la primera propuesta generosa que recibo a cambio de un pago, generalmente en carne.  – respondí muy seria.

-   Noelia, me ofende que dudes de mí.  Estoy casado hace casi 30 años y adoro a mi esposa y a mi hija, a pesar de su pésima elección.  Probablemente nosotros no nos volvamos a ver, no obstante, toma la tarjeta del director de CBS, lo piensas y si quieres lo llamas. – concluyó levantándose.

-   Perdone Don Ricardo....Ricardo, no he querido ofenderte en modo alguno, me has parecido una persona honesta, de verdad, pero es que..... estoy harta de propuestas obscenas.   El lunes llamaré a Mr. Kimble y de nuevo, gracias.

Llegué a casa pensativa, con todos los interrogantes del mundo, Gloria y Berto estaban en el sofá comiendo un plátano entre los dos, riendo.

-   Estás seria, cielo, ¿ ocurre algo ?.  – preguntó Berto.

-   Hola, tesoros.  Cosas del trabajo Alberto, como siempre, aunque tengo alguna posible novedad.

-   Noe, que guapa estás, me he pasado el día leyendo cosas sobre ti.  – dijo la nena colgada de mi cuello.

-   ¿ No has ido al cole  ?.

-   No mami, hoy habían exámenes trimestrales, pero yo ya tengo aprobadas todas las asignaturas.

-   O sea, que mi niña además de ser una zorrita, es un cerebrito.   -  reí

-   No me digas eso, mami.   – dijo frunciendo los morritos.

-   ¿ Lo de zorrita  ?

-   Eso sí me gusta, pero no lo de cerebrito.  – puso sus morritos sobre mis labios, riendo.

Me acerqué a Berto y lo besé.

-   Estoy rendida, luego subiré a cambiarme.  -  me senté en el sillón.  -  Me ha llamado Ricardo Van de Berg, para trasladarme una propuesta de la CBS.

-  ¿ El suegro  de..... y qué propuesta ?  -  preguntó Berto.

-   Sí cariño, el suegro del puerco, pero Ricardo me parece una persona muy honesta.

Les conté con detalle la conversación.

-   El lunes llamaré a Mr. Kimble, es una gran oportunidad profesional que ni quiero ni puedo dejar pasar.  – dije.

-   Noelia, te entiendo, que remedio, pero eso cambiaría todos nuestros planes, ahora estamos mejor que nunca.  – dijo mi chico con gesto triste.

-   Alberto, cariño, todavía falta confirmarlo y si así fuese, volvería cada fin de semana, ya sé que es un sacrificio pero mantendremos nuestros planes, salvo lo de quedarme embarazada, por supuesto. No por el momento.

-   ¡  Y yo qué  !.  – gritó la niña con su mirada húmeda.  -  Si te vas, me voy contigo mami, no me separaré de ti nunca,  ¿ me oyes  ?, nunca.

-   Gloria, no digas sandeces, te digo lo mismo que a papi, estaremos los tres juntos cada fin de semana. Tu debes cuidar de nuestro chico y vigilarlo que es muy pillín.  – reí.

-   Me voy contigo Noelia, está decidido.  Trabajaré de lo que sea, cuidaré de ti y te vigilaré.

-   Niña, escucha a Noelia.  – intervino Berto.  -  Deja de fantasear, debes seguir estudiando, además, ¿ que les dirías a tus padres, que te vas con tu novia ?.

-   Pues sí, Alberto, con mi novia, mi mujer o mi amante, estoy hasta el culo de fingir, quiero que todo el mundo sepa que os amo, que soy vuestra y el mismo lunes se lo voy a decir a mis padres.  – gritó desafiante.

-   Gloria,  -  la miré muy seria y furiosa.  -  si tú estás hasta el culo, yo lo estoy hasta el mismísimo gorro, lo estoy de tus histerias, tus caprichos, tu egoísmo y....... de ti.  Mi marido, cómo siempre, me demuestra su comprensión, su amor, mientras que tú, niñata, nos vienes con tus habituales tonterías.     ¡ Ya está bien  !.

-   Sí,  ¡ Ya está bien  !, Noelia, no tendrás que soportarme más, me voy a mi casa.   – dijo subiendo a la habitación.  Tras dos minutos bajó de nuevo con su maleta en la mano.

-   Adiós a los dos, no es necesario que os molestéis por mi, he pedido un taxi que me lleve a casa.  Hasta nunca. – dijo mientras salía de casa.

Cenamos los dos, tristes, sin apetito, en silencio.

-   Noelia,  -  dijo al fin, Berto.  -  has sido excesivamente dura con la niña, aunque tenías motivos para serlo, lo reconozco, pero aún así me siento muy mal y sé que tú ya estás arrepentida y triste.

-   Cielo,  - dije yo cogiendo su mano.  -  claro que estoy triste, pero te tengo a mi lado, eres lo más importante de mi vida, lo repetiré mil veces, si tú me lo pides, lo olvido todo, nos casamos e intentamos tener a nuestro hijo.  Pero solo tú has de pedírmelo, amor mío.

Alberto me abrazó, besó mis labios con mucha ternura y me dijo:

-   No te voy a pedir que renuncies a tu sueño, sé lo importante que es para ti, ya nos arreglaremos.  Pero, si te parece, voy a llamar a la niña, debe estar destrozada y me preocupa que haga alguna tontería.  ¿ Vale  ?.

-   Sí cariño, llámala, a mi también me preocupa.

Berto llamó a su teléfono repetidas veces, pero no obtuvo respuesta.

-   Vamos a su casa.   – dije angustiada.  -  Esta niña nos va a matar a disgustos, estoy muy intranquila Berto.

Llegamos a su casa y vimos luz en el salón.  Llamamos al timbre, una y otra y otra vez, pero no abrió la puerta.

-   Gloriaaaaa, abre la puerta, sabemos que estás.  -  grité ya muy asustada -   Está papi conmigo y no nos moveremos de aquí hasta que nos abras, si no lo haces, romperemos el cristal de la ventana, tonta del culo.

Tras un par de minutos, abrió la puerta.  Iba vestida cómo salió de nuestra casa, pero su cara era un cuadro de horror;  sus ojos rojos y muy hinchados, su rostro inundado de lágrimas, su gesto desvalido y la mirada más triste que jamás vi.

-   ¿ Qué queréis, porqué no me dejáis en paz  ?.  -  preguntó con voz entrecortada.

La aparté a un lado y entramos al salón, en la mesita del centro vi una botella de licor, medio vacía, un vaso y también un medicamento.

-   Gloria, ya veo lo que estabas haciendo ¿ que has tomado  ?, respóndeme y rápido ¿ has tomado pastillas  ?.  – grité cogiéndola de los hombros.

-   A ti que te importa, joder.  -  respondió llorando desconsolada.

Le di una bofetada en la cara y la zarandeé.

-   Berto, vamos a llevarla al hospital, tengo mucho miedo.  -  sollocé abrazándola.

-   ¡ Que me dejes, Noelia  !,  no voy con vosotros a ningún sitio, sólo he bebido, pero me voy a tomar todas las pastillas para dormir.  Largaos de mi casa los dos, quiero estar sola y dormir.  – gritó pataleando.

Berto la abrazó, acariciando su cabeza, mientras yo abría la caja de somníferos y contando las pastillas, comprobé que sólo faltaba una.

-   Gloria, falta una pastilla,  - la miré fijamente.   - ¿ seguro que no la has tomado  tú  ?,  porque si es así te llevo al hospital, aunque sea a rastras.

La niña, rodeó con sus brazos el cuello de papi, que seguía abrazándola.

-   Solo quiero dormir, dormir para siempre.  – sollozó.

-   Venga niña, te vienes con nosotros a nuestra casa.  – dije, mientras guardaba la botella y enjuagaba el vaso.     -  ¿ donde estaban las pastillas  ?.

Vino hacia mí y tomó de mis manos las pastillas, devolviéndolas a su sitio.  Cuando pasaba por mi lado, de regreso, la tomé entre mis brazos, besé sus húmedos labios, sus ojos y toda su cara.

-   Berto, coge la maleta de la niña, que está en ese rincón y vamos a casa.  -  miré los ojitos de mi nena.   - Cariño, quieres dormir y yo quiero que lo hagas, pero entre nuestros brazos, amándonos los tres,  o ¿ es que ésta noche no quieres jugar con tus papis  ?.

Ya en el coche, de regreso, las dos nos sentamos en el asiento de atrás, ella apoyando su cabeza en mi pecho, entre mis brazos.

-   Mami, -  musitó.  – me has pegado una buena ostia, vaya nochecita que llevo y lo que me espera.  – sonrió acariciando mi cara.

-   Te tienes que acostumbrar, no será la última vez que lo haga cuando te portes mal.  – respondí riendo, mientras introducía mis manos bajo su camisa acariciando sus tetitas.

Llegamos a casa y pregunté:

-   ¿ Has tomado algo, nena  ?, seguro que no, te preparo un sándwich o fruta, dime que prefieres.

-   Esta tarde merendamos papi y yo, no tengo hambre pero tomaré una manzana. Yo me la preparo, mamá.

Alberto y yo nos miramos sonriendo y dije:

-   Nuestra niña ya está bien, tengo muchas ganas de mimarla entre mis brazos, así que vamos a la cama que se ha hecho tarde.  Gloria, vamos subiendo, no tardes.  -  grité.

Dos minutos después subió la nena, sonriendo feliz y dando saltitos.

-   Me pido dormir entre los dos, en medio, con el culito de mami en mi barriga      - chilló, mientras se desnudaba.

-   De eso nada, monada, hoy me toca a mí, pero antes papi y mami te mimarán un rato, ¿ quieres  ?.

-   ¿ Porqué haces preguntas tan tontas, mami ?, quiero todos vuestros mimos, hoy necesito vuestro amor, más que nunca.  -  rio pícaramente.

-   Nena, te voy a comer toda, quiero sentir tus temblores, tus suspiros, tus gritos y tus orgasmos en mi boca, pero el coñito debes dejarlo descansar esta noche, todavía está desgarrado, así que por ahí sólo entrará mi lengua.  – dije acostada junto a ella.

-   No mamá, hoy papi nos va a destrozar de nuevo a las dos, mientras nosotras nos comemos la una a la otra,  bueno, el culo te toca a ti pero hemos de aprovechar cada noche, porque el lunes no podré dormir entre los dos, … o sí.

-   A ver, mujeres, que yo no soy una máquina, -  dijo Berto, ya tumbado. -  aunque ésta noche lo voy a ser. Mami, tengo para las dos, y el coñito de la niña lo voy a mimar muy suavemente y el tuyo lo voy a hacer pedazos, pero voy a entrar en los dos.

-   A ver, por partes,  - respondí a ambos  - Gloria, no volvamos a lo mismo, el lunes volverás a tu casa, sí o sí, y cuándo tengamos que hablar con tus padres de lo nuestro, lo haremos juntas.  Berto, ésta noche me destrozarás a mi, a tu mujer, pero de mi niña, repito, mi niña, me ocupo yo.

-   Mamiiiiii,  -  dijo mi nena, juntando su cara a la mía  -  soy tuya, tu niña y haré lo que tú digas, siempre. Respecto a mis padres, cómo el divorcio va a ser de mutuo acuerdo, espero que sea rápido, de todos modos mi madre quiere irse a Milán de inmediato.  Podrías pedir mi custodia, hablaremos con mis padres la próxima semana, ¿ vale ?.

-   Cariño,  - respondí tras besar sus morritos  - el asunto es delicado, y por lo que sé, en caso de divorcio, los hijos mayores de edad deciden por ellos mismos con quien desean vivir.

-   Entonces lo tengo claro, Noe,  -  me miró amorosa  -  quiero estar contigo.

-   Y lo estarás, cielo mío, aún así debemos hablar con tus padres porque nuestra relación, tarde o temprano, saldrá a la luz y no quiero ocultarla.  El lunes, si tengo propuesta firme de CBS, decidiremos lo que hacer, lo haremos los tres.  – dije mirando a Berto.

-   Noelia,  -  respondió mi marido  -  no te precipites en hablar con sus padres, si tienes que irte a Bruselas, Gloria debe seguir estudiando aquí, en Madrid.  A veces las cosas se arreglan por sí solas, si su padre viaja mucho habrá muchas ocasiones en la que pueda estar con nosotros, y los fines de semana estaremos los tres.

-   Tienes razón, Alberto, he hablado con el corazón, pero tú con sentido común.  – asentí.

Hicimos el amor como yo había propuesto, mi marido se ocupó de mí intensamente, mientras mi niña y yo nos devoramos, nos amamos.

El día siguiente, sábado, me desperté sobre las 10, tras un sueño muy reparador. Mi nena seguía dormida entre mis brazos, su cara en mi cuello y su pierna sobre las mías; me tenía amarrada. Miré su cuerpo y pensé     ¡ Dios mío, que bonita es y cuánto la quiero  !.

-   Gloria, despierta mi niña,  - dije besando su frente  -  papi ya tendrá preparado el desayuno.   -  se arrebujó más entre mis brazos  -  ¡ mueve tu culito y vamos a la ducha, yaaa !.

Tras ducharnos, bajamos a desayunar, yo con mi batín y ella con su mini camisón.  Papi había preparado un suculento desayuno: zumo, tostadas, café, fruta.

-   Papi, eres un encanto  - dijo Gloria, colgándose de su cuello y morreando sus labios    - nos mimas a tus dos mujeres, pero cuándo viva contigo, el desayuno lo haré yo.

-   Vale ya, nena, deja de morrearlo.  -  dije, algo celosa  -  Hoy almorzamos con algunos compañeros de trabajo y tenemos que vestirnos adecuadamente.  Tú, nena, te pondrás la blusa que papi me regaló en mi cumple, ahora te la probarás.

Devoramos el desayuno que estaba riquísimo, tras ello, mi nena se puso unos vaqueros, unos zapatos de medio tacón y se probó la blusa.  Le venía un poco amplia, pero estaba preciosa.

-   Mamá, se me salen las tetas por todos los sitios.  -  dijo ella riendo.

-   Si te la abotonas algo más,  -  dijo Berto  -  sólo se te verán por los lados, pero estás guapísima.

-   Ni se te ocurra abrocharla, quiero presumir de hermanita, porque te presentaré como mi hermana, ya he anunciado que nos acompañarás.  – les dije.

-   Lo que tú digas  mam... hermanita, y si quieres que vaya en pelotas, también lo haré, jajaja.

A las 2, entramos en el restaurante y tras saludar a todos mis compañeros, me dijo la niña.

-   Noelia, ¡ que emoción !, conozco a muchos de ellos de la tele, me han besado y sonreído.  Cuándo lo cuente, no me van a creer.  – dijo la nena.

El almuerzo fue muy agradable, Gloria hablaba con todos con mucha desenvoltura y todos reían sus ocurrencias.  Cerca de las 5, nos levantamos de la mesa y tras despedirnos con muchos besos, cada cual tomó su camino.

Ya en casa, tras vestirnos cómodos, nos sentamos en el salón. La niña, acurrucada entre mis brazos en el sofá, cómo ya era costumbre.

-   Nena,  -  dije  -  has estado muy bien, muy natural, algunos me han dicho que no podíamos negar que éramos hermanas, que somos muy parecidas y yo me sentía orgullosa al escucharlo.  Papi, ¿ de verdad nos parecemos  tanto ?.

-   Sois calcadas, sobre todo cuándo ella viste de mujer, como hoy.  Quizás esa es la razón por la que me tenéis tan enamorado.  -  rio.

La niña pegó su cuerpo  todavía más al mío, musitó:

-   Quiero ser cómo tú, mami, y voy a estudiar para serlo aunque me será difícil alcanzar tu encanto, tu sonrisa, tu personalidad, ...... eres tan guapa.  – besó con dulzura mi cuello.

-   Nena, sí que nos parecemos, yo pienso lo mismo de ti y te ayudaré en todo lo que pueda, de momento, el próximo curso cuando empieces en la universidad, a la vez deberás aprender inglés, tendrás que esforzarte, pero es una herramienta necesaria en nuestra profesión.  -  respondí.

Nos quedamos adormilados más de una hora.  Me despertó el sonido de la entrada de un mensaje en el móvil, era de Mr. Kimble y estaba escrito en inglés. Lo leí, era una proforma del contrato de trabajo con CBS.  Di un salto en el sofá, me decía a grandes rasgos que leyese el contrato del que hablaríamos el lunes a las 10 en su oficina.

-   ¿ Qué pasa mami  ?.  – preguntó la niña al notar mi salto.

-   A ver si puedes leer esto, nena.  -  le mostré el mensaje.

Empezó a leerlo y tras 2 minutos, respondió:

-   Sólo entiendo algunas palabras, no puedo leerlo, mami.

-   Alberto, léelo tú y me das tu opinión.

Lo leyó en pocos minutos, su nivel de inglés es muy alto, igual o incluso superior al mío.

-   Noelia, es una pasada lo que te ofrecen, económica y profesionalmente, aunque te pones en sus manos, puedes pasarte la vida viajando por todo el mundo, y eso de que el contrato se rija por las leyes U.S.A.  .....

-   Cariño, eso lo discutiremos el lunes, aunque supongo que esas son las condiciones, lo tomo o lo dejo.  Creo que el contrato es irrechazable y que puede lanzar mi carrera a nivel internacional.  -  respondí ilusionada.

Nos levantamos y nos abrazamos los dos.

-   Eeeehhhh que os olvidáis de mí, jo, como siempre.  -  gritó la niña, uniéndose a nuestro abrazo.

-   A ver, tontita, dime que nos vas a hacer para cenar, porque yo necesito los consejos de papi.  Y quiero que os quede claro a los dos, - dije mirándolos    - vosotros sois mi vida y no tiraré mi vida ni vuestro amor a la basura, por nada ni nadie.

-   Mami, os voy a hacer unos macarrones con tomate y queso, que os vais a chupar los dedos  - gritó riendo y pellizcando mi culo.

Cenamos los macarrones de la nena que estaban buenísimos, tenía buena mano para la cocina, y dije:

-   Vas a ser la competencia de papi, cocinas tan bien como él.  Esta noche te va a recompensar, porque creo que papá está ansioso de su niña, ¿ no es así, Berto ?.   – pregunté.

-   Así es, cariño, desde que la he visto con la blusa y riendo sin parar en el almuerzo, tengo mucho deseo de estar entre las piernas de mi mujercita, sois tan bonitas ........... – dijo riendo papi.

-   Papáááááá, -  gritó la niña, feliz  -  no seas rácano, no sólo te quiero entre mis piernas, que mi coñito ya está curado,  ¿ y mi culito, qué  ?, me tienes en ayunas desde hace dos noches, no puedo aguantar más.

-   Deberías buscarte un novio, cielo,  ¿ que vas a hacer cuando yo no esté  ?, a papi no podrás tenerlo cada noche.  – la miré seria.

-   Ningún otro hombre pondrá sus manos sobre mí,  - me miró con la misma seriedad  -  me dan arcadas sólo de pensarlo.  Cuándo no estés con nosotros, yo cuidaré de papi y él cuidará de mí.  Te esperaremos, porque los dos te necesitamos, mami.

-   Alberto,  - lo miré  -  tendrás que responsabilizarte de nuestra niña, vigilar que se tome la píldora cada día, porque tu mujercita es insaciable y lo mismo se le ocurre que la preñes.

-   No le des ideas, Noelia.  Es suficiente madura y responsable para saber que debe tomarla, que tiene muchos compromisos por delante. – dijo Berto.

-   Mami, no desconfíes de mi,  - me miró triste  -  tú nos darás nuestro hijo, tú lo parirás pero será de los tres.  Cuándo esto ocurra, me temo que pasarán algunos años, yo os daré una hija y el padre será Alberto, claro.  Ese es mi sueño.

Los tres nos emocionamos.  Yo me levanté de la mesa, diciendo:

-   Venga, futura mamita, ¿ te has tomado la píldora  ?  - ella asintió con la cabeza  -  Yo también la he tomado, así que subamos a la cama que tenemos muchas cosas por hacer los tres.

Ya tumbados en la cama, desnudos, mi nena se puso de rodillas entre los dos y señalándonos con el dedo, cantó el pito, pito, gorgorito y terminó señalando a papi.

-   Te ha tocado, papá, vas a hacerme lo que quieras, dime cómo me pongo.

Nos reímos los tres, y dije:

-   Eres una tramposa, zorrita, pero yo te contesto.  Nuestro chico va a follar tu coñito, pero hoy me niego a estar de mirona, porque seguro que lo haces correrse al menos dos veces, yo me siento sobre tu boca y sacas a pasear tu lengua, mientras mi marido besa mis labios y nos mordemos.  ¿ vale ?.

La nena abrió sus brazos hacia Berto, mientras yo me mantenía a su lado acariciando sus pechos,  “ joder con la niña,  - pensé  - día a día se transforma en una mujer, su piel es pura seda, sus tetitas parecen haber crecido, su mirada tiene ese brillo especial de la mujer bien follada “.

-   Alberto, sé cuidadoso, - dije, mientras él de rodillas entre sus muslitos, levantaba con sus manos el culito hacia él  -  mi niña todavía está muy tierna, no quiero que la lastimes.

-   Mamiiiiiii, déjate de rollos, mi hombre ya sabe cómo hacerme feliz, - respondió la nena, riendo dichosa  - y no quiero que sea cuidadoso, lo quiero salvaje, que me haga suya, cómo lo hace contigo.

Callé, mientras Berto abría sus labios vaginales e introducía suavemente su redondo e hinchado glande en la vagina.  Gloria, suspirando, abrazó su cuello y musitó en su oído  -  amor mío, ya me perteneces para siempre, métela hasta lo más profundo, rómpeme.  - La nena gimió al sentirse penetrada, alzó las piernas y las apoyó en la cintura.

Él deslizaba su pene suavemente adelante y atrás, sus bocas se devoraban, gemían, mientras el cuerpo de ella temblaba, arqueaba su cintura.

-   Papiiiiiii, -  gritó  - hazme sufrir, fóllame fuerte, hasta el fondo.

Berto, empezó a meterla con contundencia, a reventar el coñito sin piedad.  La niña gritaba como una loca, convulsionaba su cuerpo mientras se retorcía y explotó en un orgasmo interminable, agarraba el cuerpo de nuestro hombre con desespero.

-   ¡ Gloria, tranquila, ya basta !,  -  grité  -  éste hombre nos pertenece a las dos y quiero mi parte, pero la quiero ya.

-   Mami, - respondió con su mirada lánguida  - papi aún no se ha corrido y quiero su semen dentro de mí.  Pon tu vagina en mis labios, porfa, la necesito, amémonos los tres.

Me puse de rodillas sobre su cara, apoyando una pierna en el lecho y sentí cómo abría mis pliegues con sus manos y sus labios, su lengua besando y lamiendo mi vagina.

Berto, me abrazó, buscó mis labios y los besó con pasión.  Era una locura, mi hombre lamía mi boca, mi lengua y mi niña chupaba mi vagina con delirio. Sentí de inmediato el chispazo en mi vientre y tuve un intenso orgasmo, el primero de la noche, pero quería muchos más.   Seguí abrazando su cuello, mordiendo sus labios, babeando su boca, mi niña dejó de lamer.

-   Papá,  - escuché su voz  -  tu colita sigue dentro de mi, pero no me estás follando, todo tu amor se lo estás dando a mami y ¡ yo también quiero mi parte, jo, quiero a mi hombre !.

-   Mi vida,  -  miré a Berto   - acaba con ella, destrózala de una puñetera vez.

Alberto puso sus manos sobre las tetas de ella y las amasó, pellizcó sus pezones mientras reanudaba sus embestidas a su coñito, hasta el fondo, desgarrando sus entrañas, brutalmente.  Vi y sentí, como la niña se retorcía, suspiraba y gemía con la boca en mi vagina que seguía chupando; daba alaridos entre mis piernas, arqueaba convulsivamente sus caderas, los dos empezaron a gruñir, a gritar.  Tuvieron sus orgasmos juntos, él descargando sus chorros y ella mordiendo mis labios vaginales, mis muslos.  Tuve mi segundo orgasmo, suave, placentero.

Los tres nos reíamos felices, tumbados en la cama, acerqué mis labios a la boca jadeante de la nena y la besé.

-   Gloria, tengo buen oído y eso que le has dicho, “ ya me perteneces para siempre  “, no te lo crees ni tú cielo. Entiendo, que cuándo llena tu coñito inexperto, sientas que es el hombre de tu vida, pero métete en tu cabecita, es mi marido y cuando follamos es de las dos, así que no pretendas apropiarte de él,  ¿ estamos ?.

-   Jo mami, siempre estás riñéndome,  - respondió acariciando mi rostro   - ya sé que papi es tu marido, pero cuándo me folla y cuándo no lo hace, también es mío y lo será siempre, eso tienes que aceptarlo.

-   Te explicas bien, nena, a veces demasiado bien.  -  la miré seria  -  Te voy a confesar algo, soy celosa de mi hombre, cada día más, y cuándo lo hace contigo tan intensamente a veces se me cruzan los cables y no sólo soy celosa, me pongo celosísima.  Así que cuándo yo no esté, recuerda que eres nuestra niña querida, pero que soy yo la que me voy a casar con él en cuánto pueda.

-   Noelia,  - intervino Alberto   -  ¡  ojalá  pudiésemos casarnos ya  !, sabes las veces que te lo he pedido, y entiendo que ahora no podemos hacerlo, aún así eres mi esposa.  No obstante, no riñas a Gloria, ella sabe que mi esposa eres tú, pero tendrás que aceptar que las dos sois mis mujeres y yo vuestro hombre, somos tres amores fundidos en uno y Dios quiera que lo sea para siempre.  Yo no voy a renunciar a ninguna de las dos.

La niña se abrazó a él y besó sus labios ardientemente, con mucha pasión.

-   Papá,  - dijo la nena con una feliz sonrisa  -  que bonito lo que has dicho, me he emocionado, soy tu niña, a la vez que tu mujer, así me siento siempre y cuando estoy en tus brazos, jo ...... Noelia, -  dijo, mirándome  -  yo también  estoy celosita cuando os abrazáis los dos, aunque lo estoy de los dos, papi es mi hombre y tú mi mujer.  Ya te dije en otro momento, que cuándo no estés,   los dos nos seguiremos amando, tantas veces cómo podamos, pero  estaremos esperando, siempre, a nuestra mujer.

-   Eso me pasa por dejaros hablar,  - reí mirándolos a los dos   -  sois dos piquitos de oro, pero creo que es bueno que lo hagamos, que hablemos entre los tres.  A ver, nena,  ¿ cuál de las dos, castiga a nuestro hombrecito, ahora?.

-   ¡A ver!.... -  puso la niña gesto pensativo  -  Papi, ha destrozado mi coñito, yo he comido el tuyo, así que él puede follarte por delante o por detrás, mami, o  por los dos sitios y desde luego, esta noche quiero que me rompa el culo.

-   Cariño, te olvidas de algo,  -  respondí  -  quiero devorar tu almejita, meter mi lengua hasta el cérvix, mientras papi me la mete por donde quiera, así lo tendrás listo para tu culete.

Puse un almohadón bajo su cabecita y me puse encima de ella en 69, la verdad es que tenía muchas ganas de morrear su coñito, de sentir los temblores de su cuerpo bajo el mío,  ¡ era tan dulce ! .  Alcé mi culo y sentí el capullo de Berto apoyarse en mi abierta vagina en la que se introdujo lentamente,  Diosssss que placer,  -  pensé,  mientras lamía cada rincón del húmedo coñito de la nena y sentía su lengua devorar hasta mis entrañas, las dos temblábamos presas de la lujuria y cuándo él bombeó con su polla mi vagina, hasta lo más profundo, exploté, grité desgarradamente mientras mordía los muslos de mi niña que arqueaba sus caderas, ansiosa de mi lengua, se corrió también entre fuertes convulsiones.  Las dos nos quedamos abrazadas, jadeando, mientras nuestro hombre seguía follándome.

-   Papá, -  dijo al fin la nena  - vamos a poner celosa a mami, sácala de su coño, la metes en mi boca y me ahogas con tu leche.

-   Niña, eres un verdadero putón.  – exclamé, y mordí con ganas su muslo.

-   Mamáááááá, me has hecho daño, jo, sólo era una broma.  – se quejó.

-   Alberto,  -  dije a papi riendo  -  por favor, métela en su boca y a ver si la ahogas de verdad con tu leche, que estoy hasta los ovarios de tu niña.

Yo continué lamiendo su fresita, con mucho amor, mientras papi la metía en la boca de la niña, bombeándola y descargando el semen en su garganta. El chispazo, la descarga eléctrica nos invadió a los tres, hoy celebrábamos la noche del orgasmo por lo visto.

Nos tumbamos, sobre la cama y besé a la niña, sorbiendo la leche de su boca, acariciando su agitado cuerpo.

-   Papis,  -  musitó   - qué bonita es la vida con vosotros, qué feliz soy.

Los dos la abrazamos, con todo nuestro cariño, y le dije:

-   Tu eres una zorrita caliente, una putita, cómo lo soy yo, y papi, un jodido semental, te queremos cómo no te imaginas y para demostrártelo, ya puedes preparar el culete  ¿ verdad, papá  ?.

-   Ya sabes que sí, ésta noche voy a llenar sus tres agujeros, pero dejad que me reponga un poco. Por cierto, mi polla está mojada de vuestros jugos y babas.

La niña saltó como un resorte y la chupó, la lamió, la mordisqueó, riendo.

-   ¡  Es la mejor polla que he chupado en mi vida  !  - rio pataleando, mientras yo besaba sus labios.

-   Nena, - le dije  -  tu boquita sabe a coño, que no veas, anda, cepíllate los dientes.

-   No lo voy a hacer, mamá, huele y sabe a ti, a fragancia francesa, a tus jugos, a tu pipí, que algunas gotitas he notado en mi boca y quiero sentir tu sabor toda la noche.

-   Que zorra eres,  -  le sonreí  - sabes regalarme los oídos, y yo siento lo mismo en mis labios, sólo que tu coñito sabe a flores y  no sólo he notado tus gotitas de pipí, he notado algún chorrito, saladito, delicioso.

Gloria, se preparó para que su papi le hiciese el culito; puso un almohadón bajo su vientre, se arrodilló, estiró sus brazos y apoyó su cabeza sobre ellos.  Su redondo culo, se alzaba en pompa, lo tenía precioso, como todo su cuerpo.  Me puse de rodillas tras ella, besé y lamí sus muslos, sus ingles, su ano y metí mi lengua en él, lo tenía distendido, relajado, jugueteé con su agujerito.

-   Mamááááá, ¡ me has metido tu lengua, qué vergüenza me da  !, ....y que maravilloso.    - exclamó mi niña.

-   Alberto,  - miré a mi hombre   - tienes a punto el culito de tu niña, ya lo tiene lubricado, ponte tú la crema y no le hagas daño, porque su dolor es el mío.

-   Joder, Noelia,  ¿ tanto la amas ?.  -  devolvió mi mirada, serio.

-   Más que a mi vida, Alberto.  Ella y tú, lo sois todo para mi, tanto que sin vosotros.... ni puedo, ni quiero vivir. -  pude escuchar el sollozo de la niña, que se incorporó y se abrazó a mi.

-   Mi vida, mi mami,   - besaba mi rostro llorando   -  no me abandones, quiero sentirte siempre a mi lado, entre mis brazos.

-   Venga chiquilla, deja de gimotear que quiero ver a nuestro marido entrando en tu culito, que mi lengua te lo ha preparado.   – dije alegremente, mientras ella volvía a ponerse en su anterior posición.

Berto, tras lubricar con mucha crema su duro pene, lo restregó por el orificio del culo y con un leve movimiento de su cadera, introdujo el glande sin dificultad mientras agarraba las caderas de la nena.  “ Joder, que pronto ha aprendido mi niña a relajar el culo, claro, que la última vez que se la metió, estuvo follándolo más de una hora, que zorra es “.  -  pensé divertida.

Alberto, folló el culo de todos los modos posibles, suavemente, con violencia, apoyando una pierna sobre la cama y retorciendo su polla en el ano, mientras Gloria movía su culito, lo levantaba y lo dejaba caer sobre el hinchado pene, pronto escuché sus grititos, mientras convulsionaba su cuerpo, retorciéndose, tuvo un orgasmo, pero su cuerpo siguió moviéndose, sin descanso, la lujuria nos comía a los tres.  Yo acariciaba su cabeza, su espalda, sus nalgas, capturando con mis manos sus temblores, sus gemidos, cualquier reacción de su cuerpo, cómo la del nuevo orgasmo que estaba teniendo en este instante.

Ella, dejó caer su cuerpo, abatida, rendida, abriendo su boca para tomar aire.

-   Bertooooo,  -  grité mirándolo  -  ya la has machacado bastante, córrete y  déjala respirar, que mi niña está deshecha.

-   Mamiiiiiiiii,  - gritó ella  -  deja que papi disfrute de mi culo, yo estoy borracha de placer, en esta postura lo siento distinto, ¡  no quiero que pare, quiero que siga destrozándome toda la noche  !.

-   Que putita eres, vida mía,  -  dije con dulzura mientras besaba su cogote y acariciaba su culito que se estremecía por las estocadas de papi.

Tras un buen rato, Berto envaró su cuerpo y gruñendo, dio unas embestidas, lentas, pero muy contundentes.  Mi nena, daba alaridos y se retorcía al sentir cómo se inundaba su ano con los chorros de papi, de su hombre.

Corrimos a la ducha las dos, empujándonos, riendo felices, mientras papi recuperaba el aliento en la cama, nos enjabonamos la una a la otra, nos dimos mil besos y muchos pellizcos en las tetas y en el culo. Tras secarnos con las toallas, cepillamos nuestros dientes, enjuagamos nuestras bocas, a fondo, y volvimos a la cama.

Nos abrazamos juntando nuestras caras, mientras escuchábamos a papi en la ducha.

-   Noelia,  -  dijo la niña, acercando su nariz a la mía  -  ¿ te he dicho alguna vez que te quiero  ?.

-   En los últimos 15 segundos, no, Gloria, y ya lo echo de menos.  -  reí.

-   Pues, te quiero cómo jamás quise a nadie, no sé cómo lo haré, pero no me voy a separar de tu lado, estés donde estés yo estaré contigo.  No me hables de mis padres, de mis estudios...... ni siquiera de papi, tú eres mi mujer y yo soy la tuya, para siempre  ¿ te enteras, vida mía  ?.

La besé con todo el amor del mundo, ya no era mi niña, era la mujer de mi vida.  Berto, se unió a nosotras.

-   Alberto, -  dije mirándolo  -  Ésta mujer, la mía, termina de declararme su amor y yo voy a contestarle,  quiero que también lo escuches tú.  - Gloria, te quiero con pasión, nada ni nadie nos va a separar, estoy viviendo los momentos más hermosos de mi vida, contigo, con nuestro marido, y no voy a marcharme a ningún sitio. – besé los labios de mi mujer.

-   Noelia,  -  empezó a decir Berto  -  pero tu trabajo........

-   Ni el trabajo, ni sus padres, ni puñetas.  Esta mujer no se aparta de mi lado, responderé el lunes a CBS que no me interesa el trabajo, hablaré con sus padres y les diré que ésta mujercita es mía, que me la llevo.  Si vosotros estáis a mi lado, no temo a nada ni a nadie.  – grité.

Ya era muy tarde y nos posicionamos para dormir, yo en medio, apretando mi culo sobre la barriga de mi marido, él acariciando mis tetas y mi mujercita acurrucada entre mis brazos, moviendo su culito en mi tripa, mientras yo sobaba sus tetitas y besaba su cuello con ternura.  -  Buenas noches, papis.  -  musitó.