Perfidia.7: la gran noche de la nena

Di un fuerte impulso con mi culo, mis caderas y mi cintura hacia su pubis y noté el desgarro en mi himen y su polla hundida en mí. Gemí fuertemente mientras doblaba mi cuello hacia atrás, ya era mío ...

Gloria

Llegué a  casa sobre las 8,10 de la mañana, escuché a mis padres discutir, como ocurría con frecuencia en los últimos meses.  Entré en la cocina.

-   Buenos días, papis,    - dije besándolos a los dos.   -  ¿ Se ha ido ya Iker  ?.

-   Si Gloria, tu hermano se marchó a las 7,30.    ¿ Cómo está Noelia  ?.    - preguntó mamá.

-   Parece que algo mejor, está tomando analgésicos y se ha marchado a trabajar,  al Congreso.  ¿ Porqué discutís? últimamente siempre estáis igual

-   Pregúntale a tu madre, si me voy de viaje de trabajo, se queja y si no me voy, se queja también.  Le he dicho que el próximo fin de semana vamos los dos a Bilbao, a la Central de mi empresa. Me han ascendido a Director de Proyectos y me dan una fiesta por mi designación.  – dijo papá.

-   Enhorabuena papá.  ¿ Y cual es el problema  ?.  -  pregunté.

-   El problema es que Iker, se va de acampada con el colegio y tú tendrías que quedarte dos días sola en casa, además yo tengo un compromiso.   –  dijo mamá.

-   Claro, un compromiso con tu nuevo amigo de internet.     – gritó papá.   - Pues entérate Laura, mientras sigas siendo mi esposa actuarás como tal y te vienes a Bilbao el viernes.

-   Miguel, quizás si dedicases más tiempo a tu familia y sobre todo a mí, no necesitaría ningún nuevo amigo, ¿ ahora te preocupas por Paolo ?, y no quiero que Gloria se quede sola dos noches. – respondió mamá enfadada.

-    Nuestra hija es mayor de edad y puede quedarse sola un par de noches.  Respecto al italiano, sé que os veis con frecuencia y no me importa un comino, cada vez menos, la verdad. Pero el viernes, ya han reservado habitaciones y mi esposa tiene que acompañarme.  A partir del lunes, eres libre de hacer lo que quieras.  – sentenció mi padre.

-   ¿ Os vais a separar, papis ?.   -  dije asustada.

-   Sí cariño.  -  dijo mamá mientras tomaba mis manos.  -  Ya he firmado la petición de divorcio y mi abogado la va a presentar.  Tu padre me echa en cara lo de mi amigo, pero nada dice de sus amigas, en especial la de Sevilla.  Voy a reclamar tu custodia y la de Iker.

-   De eso nada, Laura, la custodia de mis hijos la pediré yo, que eres tú la que te largas.  Mis hijos decidirán lo que quieren hacer y Gloria ya es mayor de edad.  – me miró papá.

-  Joder, ¡ algo tendremos que decir mi hermano y yo !.  Vaya historias las vuestras, las de los dos, vosotros haréis lo que os dé la gana pero yo no me voy de Madrid, quiero ingresar en la Facultad de Ciencias de la Información y mis amigos están aquí.  – dije con enfado.

-   Niña, esa lengua, -  dijo mamá.  - que hablas con tus padres.  En cualquier caso, será el juez quién decida. El lunes presentaré la demanda de divorcio y espero que no te opongas, Miguel.

-   Por supuesto que no, pero que conste, de esta casa no me muevo.       - vociferó mi padre.

-   Eso ya lo arreglaremos, de todas formas, yo me iré con Paolo a Milán, lo hemos hablado y decidido. Gloria, cariño, en Milán podrás estudiar lo que quieras.......

-   Sí, en italiano.  Mamá no insistas, yo me quedo en Madrid con papá o sola, si es necesario.  Noelia me está orientando en mis decisiones respecto a la Facultad y a las posibles salidas profesionales, me está ayudando mucho.

-   No pierdas su amistad, parece una buena profesional y una gran chica. - dijo papá.  – Por cierto, le llamaré y preguntaré si podrías quedarte con ellos el fin de semana, ¿ te gustaría  ?.

-   Si no os importa, la llamaré yo que tengo más confianza, ¿ quieres Gloria ?,  es una buena idea y yo me quedo más tranquila.  – dijo mamá.

-   Si, no creo que pongan inconveniente alguno. Me aprecian mucho y son muy divertidos ella y Alberto, pero mamá, si quieres le dices algo sobre vuestro problema, pero no te enrolles mucho, lo haré yo el jueves que cenaré con ellos  - respondí sonriendo.

Esa misma noche cuando volví a casa, mi madre me abrazó muy contenta:

-  He hablado con Noelia,   la llamé a las seis y media y   hemos estado de  charreta casi una hora. Se encuentra mucho mejor y es un encanto de chica, he notado  cuánto te aprecia.  Los he invitado a cenar aquí en casa, con nosotros y han aceptado.

-   Me alegro, mamá, así conoceréis también a Alberto que es un chico estupendo, forman una gran pareja.

-   Vamos  cenar que tu padre e Iker ya esperan en la mesa.

Besé a papá y pegué una colleja en el coco a Iker.

-   Pues, cómo te estaba diciendo nena, ella ha estado echando flores sobre ti, que si hablas muy bien, que eres muy educada, tu sonrisa y el gran futuro que tienes por delante, me ha emocionado escucharla.  Hemos quedado en que el jueves, después de cenar te irás con ellos a su casa con ropa para el fin de semana y los libros, por supuesto, que el viernes tienes clase.  –mamá sonreía encantada.

-   Yo estoy a lo que vosotros decidáis, que remedio.  ¿ Le habéis dicho algo a  Iker sobre lo vuestro ?.  - pregunté.

-   Sí, se lo hemos contado, -  respondió papá.  -  Iker, dile a tu hermana lo que piensas.

-   Jo, que es un rollo, aunque lo veía venir.  Desde luego, si puedo elegir, me largo de Madrid que estoy harto del Instituto y de ésta puta ciudad.

-   Iker, ¡ no digas tacos  !,  - gritó mamá.  -  Gloria, tu hermano prefiere venir conmigo a Milán.  Pero me gustaría que no hablemos de esto, tengamos la fiesta en paz.

Al día siguiente, sobre las 12, me llamó Noelia.

-   Hola, cielo.  –  escuché su dulce voz.  -  Anoche hablé con Laura, ya sé lo del divorcio de tus padres y lo siento por ti, yo también pasé por ese trago.

-   Gracias mi amor, es un palo. Lo único bueno de lo que me contó mi madre es que el jueves os veré en la cena, aunque hubiese preferido cenar a solas con vosotros, y después me iré con los dos a vuestra casa.

-   No pude negarme a la cena.  Gloria, ¿ te has tomado la píldora ?, piénsalo bien, cariño, no me lo quito de la cabeza, no debemos precipitarnos, joder,  eres sólo una niña, mi niña.  – dijo con voz angustiada.

-   Noelia,  ¡  déjate de niña y de tonterías  !.  Sabes mi respuesta, soy una mujer como tú, bueno, por lo menos eso quiero llegar a ser, y ahora más que nunca quiero que nuestro hombre sea de las dos.  -  me acaloré.

-   Cómo tú quieras, nena, es tu elección y que sepas que te amamos los dos, añoramos tu carita y tu cuerpo, como anoche, que estábamos tristes sin ti.

-   Pues yo no sólo estaba triste, estaba desesperada sin vosotros. Supe que mi chico estaba dentro de ti, me metí en tu propio cuerpo Noelia, ¿ te lo imaginas ?, sentí tus temblores en mi vientre, apreté mis piernas y tuve un orgasmo a la vez que lo tuviste tú. Es una locura, lo sé, pero te juro que es verdad.

-   Sí es una locura, cariño, y te creo porque cuándo tuve mi orgasmo, pensaba en ti, te tenía entre mis brazos, besaba tus labios.  Debe ser transmisión de pensamientos o yo que sé.  Se lo conté a Berto.  – sentí la sonrisa ella en la distancia.

-  Nena, he de colgar, se reanuda la sesión. Besitos.

Las horas pasaban lentas, aburridas, entre las clases y el mal ambiente de mi casa solo esperaba la noche del jueves, preparé mi maletita, y al fin llegó.  A las 7,45 de la tarde, sonó el timbre de la puerta.  Yo terminaba de ducharme y con una camiseta, los vaqueros y descalza corrí hacia la puerta, pero mi madre se me adelantó y abrió la puerta.

-   ¡  Noelia, bienvenidos a nuestra casa  !  - dijo abrazándola.  -  Tú eres Alberto, claro, soy Laura.  -  se presentó a sí misma, mientras se besaban las mejillas.

Yo me los hubiese comido a besos allí mismo, pero me contuve, me colgué de sus cuellos y los besé en la cara uno tras otro.  La cena fue muy agradable, sin mencionar en ningún momento el asunto de mis padres, Iker se pasó un buen rato hablando con Berto del Real Madrid y papá de política.

Mis dos amores, estaban guapísimos y eran buenos contertulios.  En fin, todo perfecto, pero yo estaba ansiosa de largarme, al fin dijo mi madre:

-   Gracias a los dos por ocuparos de Gloria este fin de semana, yo me quedo muy tranquila.  El lunes por la mañana, tenemos los pasajes de regreso.

-   Estamos encantados, Alberto y yo, de cuidar de ella.  El sábado, tenemos un almuerzo con unos compañeros de mi trabajo y estoy segura de que a la nena le encantará conocerlos, porque ella no se va a separar de nuestro lado.  – dijo Noe a la vez que me daba un besito en la cara.

Nos despedimos entre sonrisas y abrazos.  Ya en casa, dijo Noe:

-   Nena, cuelga tu ropa en el armario del dormitorio pequeño, porque los de nuestra habitación están llenos.

-   Pero....., yo dormiré con vosotros, ¿ no ?.  – dije titubeante.

-   No cielo, dormirás con los vecinos; pues claro tontita y te toca en medio de los dos.

-   Mamiiiiiii, -  grité desde arriba,  - ¿ bajo yo o subís vosotros  ?.

-   Baja, cielo, tomamos una copita y nos relajamos.  – respondió Berto riendo.

Me puse una camiseta de tirantes, sin mangas, unas braguitas y bajé saltando.

-   Niña, te vas a resfriar, vas muy fresquita y provocativa, se te ve el culito.  Ven, siéntate aquí.  – dijo Noe abriendo sus piernas, tumbada en el sofá.

Me arrulló entre sus brazos, mientras besaba mi cuello. Sentí el calor de su cuerpo, tomé sus manos y las puse sobre mis tetitas bajo mi camiseta.

-   Berto,  -  dijo Noelia, mirándolo.  -  tu niña lo quiere todo de ti esta noche, siento en mis manos los latidos de su corazón, está desbocado,  ¿  cómo la ves  ?.

-   Veo a mis dos mujeres, radiantes, hermosas. Nena, la última noche ya te destrocé ese precioso culito y sé lo que quieres esta noche, pero debes tener paciencia.....

-   ¡  Ya no quiero esperar más, papi, no me digas que tenga paciencia, joder  ! me estoy tomando la píldora y llevo días soñando con esta noche, entregarme por completo a vosotros y que me hagas tuya como la haces a mami.  – rugí.

-   No te molestes, Berto, todo eso se lo he dicho yo,  lo sabes.  Es hora de que la desvirgues, en realidad lo queremos los tres, la tienes más que preparada, así que subamos y contra antes mejor.  – dijo Noe, mientras nos levantábamos.

Subimos las dos abrazadas, papi, detrás pellizcando mi culito.  Me quité la camiseta y las bragas, mientras ellos se desvestían.

-   Venga, lentos, que os espero.  – dije abriendo mis brazos acostada, riendo, feliz, ilusionada.

-  Niña,  - dijo mami tumbada a mi lado, ya desnuda.  –  te explico.......

-   No es necesario, Noelia, ya tengo las piernas abiertas, Alberto me la meterá, seguro que con mucho amor, me dolerá cuando rompa mi himen y me deshonrará.

-   Eres un bichito, cariño,  -  dijo Noe riendo.  -  Berto, sal del baño ya, que tu niña quiere que la deshonres.

-   Estaba meando,  ¿ que la deshonre ?.

-   Eso dice tu niña, pregúntale a ella.

-   Papi, ven que dé un chupito, que te queda una gota de pipi en el capullo.   -  la metí en mi boca y la saboreé.  -  Sí, nene, me vas a arrebatar la honra, lo más importante para una mujer, pero cómo soy una niña, pues me aguantaré, vale bobito mío, dame tu amor.

Alberto puso su cuerpo sobre el mío, tomó mi rostro entre sus manos y besó mi boca con los labios entreabiertos, mi lengua buscó la suya y se entrelazaron con ansiedad.  Respirábamos muy agitados, mientras yo notaba su bulto duro e hinchado entre mis muslos, los abrí; mi vientre, mi culo, mi sexo se agitaban, temblaban ansiosos por recibirlo.   Por fin mi hombre iba a hacerme suya, absolutamente suya y nada ni nadie me lo podría arrebatar, jamás.

Apoyó su enorme pene entre mis pliegues vaginales y entró ligeramente su capullo, mi coñito estaba inundado de mis flujos.

-   Nena, voy a entrar en ti, te dolerá un poquito, pero...........

Di un fuerte impulso con mi culo, mis caderas y mi cintura hacia su pubis y noté el desgarro en mi himen y su polla hundida en mí.  Gemí fuertemente mientras doblaba mi cuello hacia atrás, puse mis labios en su oído y sollozando, susurré:

-   Ya me has desvirgado, amor mío, soy tuya, ahora hazme el amor.

-   Nena, ¿ porqué lo has hecho ?. Te has hecho daño tú misma.  – dijo mami, acariciando mi frente.

-   Ya está hecho, Noelia, no me ha dolido.....casi y quiero recibir su leche en mi útero.  Ya es nuestro hombre.   De las dos.  -  musité mirándola.

Mi vagina ardía, el dolor se extendía hasta mi vientre, el desgarro parece que aumentaba al sentir su capullo entrar por completo hasta lo más profundo.  Mis brazos aprisionaron su cuello y mordí su hombro, su cuello, a la vez que  mis piernas se enlazaban en su cintura.  Alberto, comenzó a sacar y meter la polla sin pausa, gruñendo, sin compasión pero con todo el amor del mundo y mis gemidos se tornaron en suspiros, sentía mi coño lleno, mi cuerpo se estremecía de pasión, empecé a convulsionarme, y él conmigo. Sentí un latigazo entre mis piernas mientras sus chorros de esperma me inundaban.  Nos estábamos corriendo a la vez, retorciéndonos, gritando, amándonos.

Nuestros cuerpos quemaban, nos transmitíamos nuestro calor. Nos quedamos  en esa posición, sentía los latidos de su polla en mi paredes vaginales y dije:

-   Cariño mío, no la saques, ten piedad de mí, necesito sentirte dentro ésta noche y todas las noches.  Ámame. -  dije suspirando.

Noté como se hinchaba de nuevo su miembro mientras me besaba con ardor y me folló otra vez, ésta vez brutalmente, con delirio, abrazábamos nuestros cuerpos con avaricia. Lo hicimos largo, intenso, mi cuerpo temblaba sin descanso mientras tenía un orgasmo tras otro y de nuevo llenó mi vagina de abundante leche que se escurría por mis ingles y muslos.

Se desmontó de mí y nos quedamos tumbados sobre la cama, respirando agitadamente, riendo los dos.

-   Berto, has disfrutado bien con tu niña. Joder, te has corrido dos veces sin sacarla.   – dijo seria mami.

-   Wuaaaauuuuuu, cielo, ha sido la ostia, tiene un coñito tan apretadito y tan cariñoso.  Soy muy afortunado, tengo los dos bombones más bonitos sólo para mi.  – rio con fuerza.

-   Nena,  - dijo Noelia mirándome.  – estás llena de esperma y sangre, que escurren por tus muslos, pero tenemos que hablar.

-   Noe, ya hemos hablado muchas veces.  Ha sido maravilloso sentir a nuestro hombre hacerme suya, sentirlo mío y así va a seguir siéndolo. -  respondí.

-   Gloria, ya es nuestro hombre, de las dos, y hemos de cuidar de él.  Tú eres una mujer muy sexual y también yo lo soy,  ¿ cuántos orgasmo has tenido ésta noche ?.

-   No sé, mami, 5, 6 ........

-   ¿ Y cuántos crees que vas a tener en lo que resta de noche  ?.

-    Muchoooooosssss, todavía hemos de lamernos, sin olvidar mi culito que no quiero que se cierre.   -  dije riendo y pataleando.

-   Pues entonces hemos de administrarlo, tontita.  Nosotros follamos prácticamente  cada noche y yo tengo    muchos orgasmos con mi marido, a veces 20 o más ¿ verdad Berto  ?.   -  preguntó mirándolo.

-   Verdad, mi vida, cada noche te corres como una burrita.  – respondió riendo.

-   A eso me refiero, niña.  Nosotras podemos tener tantos orgasmos cómo queramos, mientras nos dé placer nuestro macho, nuestros cuerpos se cansan, nuestros coños y culos quedan entumecidos, pero yo cada noche seguiría  follándome a mi chico sin parar, pero el hombre es distinto y ahora, Berto, ha de complacer a dos mujeres muy calientes.  ¿ Lo entiendes, niña  ?.

-   Noelia,  ¡ deja de llamarme niña  !  ahora soy su mujer.  Y sí te entiendo, pero tú lo tuviste anoche, antes de anoche y la anterior.  – grité.

-   Gloria, eres egoísta y posesiva, así no vamos bien.  Alberto es mi marido porque me ha pedido en matrimonio, quiere que nos casemos y yo me he negado, le prometí que lo haríamos cuando naciese nuestro hijo y no te voy a explicar más, lo tomas o lo dejas, joder.  – me gritó enfadada.

-   Mami, no te enfades conmigo, porfa, sé cuanto os amáis y que soy una recién llegada, una intrusa. Pero quiero ser parte de vuestra vida, vuestra niña o vuestra putita, lo que queráis, no me apartéis de vuestro lado. -  sollocé.

-   Deja de llorar, niña tonta.  Sabes que los dos te queremos y estarás SIEMPRE a nuestro lado.  Esta es tu gran noche, así que yo estaré de mirona mientras nuestro chico te hace el culito, ¿ vale mimosa  ?.

Me abracé a ella, la besé, le di un mordisquito es su labio, en un pezón de sus tetas:  -  Mami ¿ hacemos un 69  ?, así limpias mi desgarrado coñito.   -  reí.

-   Deja que te lo vea, nena, debes estar destrozada.  -  abrió mis piernas y los labios vaginales y exclamó:  -  ¡ Joder, Alberto, lo tiene completamente desgarrado, mira  !,  - papi agachó su cabeza y observó los destrozos.

-   Debes ir con más cuidado, Berto, - continuó mami  - lo tiene muy estrecho y es su primera vez, pero mira que preciosidad de coñito, parece un tomatito maduro, rosadito y su clítoris es como una fresita,  lo voy a curar con mis besos y mi lengua, mientras tú le haces el culito, ¿ vale ?.

-   Mami, no riñas a mi hombre, ha hecho que me sienta en el cielo, en las estrellas y quiero que me folle siempre cómo lo ha hecho hoy. Y tú, Noelia, ¿ a qué esperas para curarme, para comerte mi fresita ?.  – dije sonriendo.

Ella se tumbó en la cama con un almohadón bajo su cabeza, mientras que yo abriendo mis piernas puse mi sexo sobre sus labios, sentí dolor en mi vagina, en el desgarrado himen, pero sonreí al pensar en los mimos, el placer que me iba a dar la lengua de Noe.  Alberto ya estaba tras de mi culo, cubriendo de besos mis glúteos, mi esfínter, mis muslos, mientras embadurnaba su polla y sus dedos con la crema. Yo suspiraba, expectante, ilusionada y sentí la lengua de mami lamiendo mis abiertos pliegues.

-   Nenita,  -  escuché la voz de Berto.  – voy a meter mis dedos.

Contraje mis caderas al notar sus dedos entrar en mi ano, estiré mi cuerpo buscando con mis labios la entrepierna de mami, en algún sitio tenía que morder.  Mi cuerpo parecía una noria, el placer que sentía en mi coñito por la lengua de mami, se mezclaba con el dolor de mi ano al notar dos dedos retorciéndose en él, metí mi boca en la vagina de Noelia y sentí el temblor de su cuerpo.

Berto extrajo sus dedos y de inmediato puso su glande en la entrada de mi culo, empujó y entró, suavemente pero hasta el fondo.  Empecé a hacer movimientos rotatorios con mi culo, casi no me dolía, quería devolver a mi chico el placer que me había proporcionado antes, él metía y sacaba su polla cada vez con más fuerza.  Mami y yo nos devorábamos entre temblores y convulsiones.

-   Nenaaaaaa, me vuelves locaaaaaaa.  -  chilló Noelia entre espasmos, apretando mi cabeza, arqueando su cintura.

Mi cuerpo se agitaba estremecido, todos mis huecos sentían el fuego de la pasión, mi coño, mi culo, mi boca.  Exploté con un orgasmo infinito, pero seguí lamiendo la vagina, restregando mi mojado coño sobre la boca de mami, dando sentones sobre la polla que me empalaba brutalmente.  Paré de mover mi culo, mis caderas y dije:

-   Alberto, por favor para un poco, no te corras, quiero que esto dure mucho,  es lo más parecido a la felicidad absoluta, de los tres.  -  les supliqué.

-   Nena,  - dijo mami, separando su boca de mi sexo.  -  eres una zorrita muy, muy caliente, es verdad, soy feliz de sentirme lamida por tus labios y comer sin descanso tu fresita.

-   Gloria,  - dijo papi con voz ronca, mientras estrujaba mi cintura con sus manos.  -  Ya hace rato que me contengo y voy a tratar de seguir haciéndolo, pero tu culito es tan estrecho, tan calentito.  Dime tú cuándo quieres que me corra.

Continuamos con nuestro maratón sexual durante más de una hora, Noelia agarraba con desespero mi cintura, mis nalgas, mientras estrujaba mi cabeza entre sus muslos, los abría por completo, convulsionándose sin parar.  Yo recibí mordiscos, besos y lamidas hasta dónde jamás pude imaginar, hasta en mi ombligo, mientras mi culo parecía ya el túnel del Canal de la Mancha de lo abierto que estaba, sentía mi coño y mi culo en carne viva, pero mis orgasmos no cesaban. Cuándo noté que el cuerpo de Noe se desmadejaba, se quedaba postrado, dije a Berto:

-   Papi, lléname con tu leche, con tu amor, que mami se ha desmayado o algo así.  -  dije apretando mi esfínter sobre su polla, que permanecía muy dura.

Pegó varios arreones hasta mis intestinos y me sentí llena de su amor, de su simiente, su leche.  Tuve un nuevo orgasmo junto al de mi hombre.

Tras un minuto abrazados tal como estábamos, nos desmontamos, podíamos aplastar a mami.

Ya los tres tumbados en la cama, cuando recuperamos el aliento, pregunté a mami, acariciando su cara:

-  Noe, ¿ estás bien ?. – pregunté  con dulzura.

-   Deshecha pero feliz, cómo tu querías, cariño.  -  musitó.

Papi, se pegaba a mi espalda restregándose contra mi culo, amasando mis tetas y me mordió el cuello.

-   Papiiiiiiiii, tengo mordiscos hasta en el ombligo, me estás calentado de nuevo, ¿ todavía quieres más  ?.  – alcé los brazos sobre mi cabeza y abracé su cuello.

-   Quiero seguir follando a mis dos calientes zorritas.  Voy a ducharme y vuelvo.  – dijo mientras reía.

-   Berto, deja descansar a mi nena, ya la he mordido yo por todos los sitios, la hemos machacado entre los dos.  – dijo mami y besó mis labios.

Seguimos a papi hacia la ducha y nos metimos los tres.  Nos mostramos nuestros innumerables mordiscos, riéndonos, abrazándonos.

-   No vamos a poder ponernos el traje de baño en meses, tenemos heridas por todo el cuerpo.  Hemos de dejar de mordernos, nenes.  – dijo mami riendo, mientras nos tumbábamos en la cama.  – Vamos a dormir, que mañana hay que trabajar. Niña, hoy duermes entre los dos.

Nos pusimos como siempre, como un sándwich, yo el jamoncito. Metí mi culo en la barriga de papi, mami el suyo en la mía,  acariciando nuestras tetas.

-   ¡  Qué feliz soy en vuestros brazos  !, nunca me he sentido tan querida, os amo tanto........

-   Cierra el pico y a dormir, niña, pero sigue sobando mis tetas. Buenas noches, mis amorcitos.  – dijo mami besando mis manos.