Perfidia.5. Gloria.

La pequeña Gloria irrumpió en nuestra vida poniéndola patas arriba. Cómo un huracán ...

Capítulo 5

La mañana del sábado la pasamos de compras los dos, yo iba colgada de su brazo, era la primera vez que lo hacía, pero me sentía posesiva de mi marido y no quería que se separase de mi lado.  Entramos a las galerías y fuimos al supermercado, compramos provisiones para la semana y más tarde entramos en la farmacia para comprar crema íntima lubricante.

De regreso a casa, preparamos una ensalada y pelamos fruta.  Ese iba a ser nuestro almuerzo.  Sonó el móvil de Berto y lo escuché hablando con su socio.

-  Nena, esta tarde he de ir al despacho, viene un cliente y Mario me pide que lo atendamos los dos, puede ser un contrato importante.

-  No te preocupes papi.  Aquí me tendrás cuando regreses, me hubiera gustado echar una cabezadita junto a ti, pero lo haré yo en el sofá.        ¿ Sabes a qué   hora volverás ?.

-   Estaré para la cena, recuerda que viene Gloria y cenaremos el estofado.

-   Ya recuerdo que viene tu niña, nene.  – fruncí el entrecejo.

Me rodeó con sus brazos la cintura y yo me colgué de su cuello.

-  Estás celosita, mami, y eso me gusta,  pero  ¿ todavía dudas de mi amor  ?.

-   Para nada, cielo, pero si veo que te hace ojitos la arañaré con mis garras.

Tomamos nuestro ligero almuerzo y Berto se marchó.  Me tumbé en el sofá y me quedé profundamente dormida.  Sobre las 6 sonó mi móvil.

-   ¿ Sí  ?.  -  respondí adormilada.

-   Hola Noelia, soy Gloria.  He llamado a Alberto y estaba en una reunión, me ha dicho que te llamase a ti y me ha dado tu número.  Querría ir antes a tu casa, para ayudar a preparar la cena y charlar un poco contigo porque me apetece mucho, ¿ te parece bien ?.

-   Claro que sí, Gloria.  Ven cuándo quieras y tomamos café. chao.

Yo iba con una camiseta y mis vaqueros, pero no tenía intención ni ganas de cambiarme.  15 minutos después sonó el timbre de la puerta, abrí y la niña se colgó de mi cuello sonriente y cariñosa, nos besamos las mejillas y nos sentamos en el sofá.

-   Cuando me llamaste, dormía como un tronco, Gloria, pero me alegró escuchar tu voz.

-   Siento haberte despertado, Noe, pero tenía ganas de verte.  Ya supongo que trabajas mucho, por lo menos yo te veo mucho en la tele y siempre leo tus artículos.  Eres genial.

-   Jajaja, pídeme lo que quieras nenita, has alegrado mi día.  Vamos a hacer café,   ¿ te apetece ?.

-   Sí, lo que tú quieras Noe.

-   Hace años que nadie me llamaba así: Noe.  Lo hacía mi madre.

-   ¿ Ya no lo hace ?.

-   No, pero no quiero hablar de eso, nena.

-   Perdona, soy una entrometida.

-   Calla tonta, no lo eres y puedes llamarme así, me gusta que lo hagas.

Nos volvimos a sentar frente a las tazas de café y unas galletas que había comprado esa misma mañana.

-   Noe, eres mi referente, quisiera poder llegar a ser como tú algún día.  Pero es difícil, eres tan guapa, tan inteligente, elegante y tienes tanta personalidad......

-   No sigas nena, ¿ cuánto hace que no te miras a un espejo ?, eres un bomboncito y hablas con mucha dulzura y con coherencia.  Si te dedicas a la comunicación, te auguro un gran futuro.

-   ¿ De verdad ?.  – me miró con sus dulces ojos, mientras tomando mi mano la ponía sobre su pecho.

-   ¿ Porqué llevas sujetador, Gloria ?.

-   Lo llevo desde los 15, ¿ tú no usas ?.

-   Jamás, no me gusta y cómo no tengo las tetas grandes, no me cuelgan.

-   Noe, ¿ te importa que las toque ?  - dijo con los labios entreabiertos.

-   No me importa, nena, hazlo.

Puso su mano sobre mi pecho por encima de la camiseta.

-   Nenita si las quieres tocar, hazlo como Dios manda  - reí mientras tomando su mano la introducía por debajo del tejido, sobre mi piel. Frotaba mis pechos apretándolos con sus deditos, pero sin parar.

Inclinando la cabeza, besé sus labios y los lamí con mi lengua. Separé mi cabeza, preguntándome a mí misma   “ ¿ que coño hago ?, es sólo una niña y sólo está explorando mis tetas “

Sacó sus manos de mi camiseta y  miró mis ojos intensamente

-   Se te han hinchado los pezones, Noe.

-   Sí, tus manos me han excitado.  Lamento haber besado tus labios.

-   Pues yo no, Noe, también me he excitado.

Dicho esto, se colgó de mi cuello y apretando su cuerpo contra el mío, besó mis labios y sacó de paseo su lengua hasta encontrarse con la mía, gemía y suspiraba mientras su mano volvía a frotar mis tetas.  Yo abracé su cinturita y desabroché su sostén, sus tetitas eran cómo dos manzanas verdes, duras.  La niña no paraba de suspirar, seguimos jugando con nuestras leguas y nuestras tetas durante varios minutos. Quedó recostada de espaldas sobre mi pecho, acariciando mis manos que estaban sobre su tripita.

-   Noelia, ¿ eres lesbiana ?.  – preguntó muy bajito, girando su cabecita hacia mí.

-   No cariño, jamás había besado los labios de una mujer y menos de una niña cómo tú, pero eres tan dulce y tan bonita.  Cuando te miro me veo a mí misma hace 5 años.  Y tú: ¿ te atraen las chicas ?.

-   Me atraes tú, Noelia, y mucho. Nunca me sentí atraída por ninguna chica, aunque los chicos me aburren, por lo menos los de mi edad.  ¡ Y no soy una niña, soy una mujer !  - exclamó airada.

-   No te enfades, cielo, ya sé que eres una mujercita y tus tetitas son melocotones. Me has mareado, eso es lo que ha ocurrido. -  reí besando su pelo.

Sonó mi móvil.

-   Dime Berto. ...............................

-   Te esperamos hasta que llegues, quiero que cenemos los tres ....................

-   Ahora le pregunto a Gloria.

-   Nena, Berto se va a retrasar, ¿ llamamos a tus padres y les decimos que llegarás algo más tarde ?.  -  ella afirmó con la cabeza.

-   Alberto, voy a hablar con sus padres y te esperamos, que las dos tenemos ganas de verte y cenar contigo.  Chao.

-   Llama a tus padres y pásamelos, ¿ cómo se llaman ?.

-   Miguel y Laura, y se van a poner muy contentos de escucharte, sobre todo mi madre que te tiene en un pedestal.

Llamó y le explicó a su madre la situación, me pasó el teléfono.

-   Hola Laura, Gloria ya te ha dicho que Alberto va a retrasarse y vamos a esperarlo ..................................

-   Descuida, Laura, yo misma la acompañaré cuando terminemos y así nos conocemos.  Chao.

La niña seguía en la misma postura, de espaldas sobre mi pecho y acariciando mis manos.

-   Noe, Berto me dijo que eráis como hermanos y que te quería mucho,   ¿ me dejas quererte a mí ?.

-  ¿ Cuándo te dijo eso, cariño ?.

-  Cuando me acompañó a casa tras cenar con vosotros.

-   Nena ..... ¿ cómo voy a rechazar tu cariño ?, estás para comerte y siento un gran cariño hacia ti.  – junté mi cara a la suya.

Gloria, hundió su boca en mi cuello y lo besó muy fuerte, sentí su lengua en mi piel y siguió besando hasta mi oído, musitando en él:    -  Besa mis labios de nuevo y acaricia mis tetitas, cómo lo hiciste antes Noe, así es como deseo que me quieras.

De inmediato sentí un cosquilleo en mi espalda, en mi entrepierna donde apoyaba su cintura.  Me introduje en su dulce boca, entre sus labios enlazando nuestras leguas; la niña levantó sus brazos y rodeó mi cuello apretando mi nuca con sus dedos. Metí mis manos bajo su camiseta y amasé sus pechitos, pellizqué sus pezones que se pusieron de punta, empezamos a suspirar las dos, a jadear y noté como arqueaba sus caderas mientras temblaba su cuerpo y empezó a gemir a dar grititos, poniendo una pierna sobre la otra, apretándolas y restregando su culito en mi entrepierna.

-   Gloria, - musité en su oreja - ¿ has tenido un orgasmo, vida mía ?.

-   Creo que sí, cariño, ha sido algo tan, tan.... delicioso.  Nunca había sentido algo así, tienes una lengua tan tibia, tan calentita que...., no quiero decirte lo que soñé mientras la tenía entre mis labios, me da vergüenza. – dijo escondiendo su cara en mi cuello.

-   Niña, nunca te avergüences del amor, eso es lo más maravilloso de la vida. Yo sigo explicando lo que a ti te avergüenza; imaginaste mi lengua en tus tetitas, entre tus piernas, en tu sexo.  Yo también estaba temblando de deseo y pensé lo mismo.

Levantó su cuerpo, se puso a horcajadas sobre mis piernas y me besó de nuevo.

-   Gracias Noelia, me siento dichosa contigo y lo has explicado con tanta dulzura, con elegancia que me siento feliz y sin vergüenza alguna.  También yo he notado el temblor de tu cuerpo, pero no he sabido conseguir tu orgasmo, soy muy torpe.

-   Niña, yo soy hetero, me gustan los hombres y tú has sido la primera mujer que he tenido entre mis brazos, unos minutos más y me hubiese corrido  ha sido maravilloso.  Pero, vamos a preparar la cena que Berto está a punto de llegar.  Si me deseas, cómo yo te deseo a ti, tendremos ocasión de realizar nuestros sueños.  - le di una palmada en el culito y nos levantamos.

Diez minutos después, llegó mi chico.

-   Hola nenas, ¿os habéis portado bien ?. Estáis muy sonrientes y eso es buena señal.

-   Niña, contesta tú a nuestro chico, que a mi no suele creerme. – dije riendo.

-   Chico, ­- sonreía - lo hemos pasado muy bien y ya somos muy buenas amigas.

Cenamos con mucha alegría y la niña no quitaba sus ojos de mí.

-   Cielo, dije mirando a Berto, voy a acompañar a la niña a su casa, se lo he prometido a su madre.  No te acuestes, porfa, quiero que tomemos una copa juntos, como cada noche.

Nos levantamos y antes de salir besé los labios de mi chico con pasión.  Gloria, poniendo morritos también besó sus labios.

Ya en el coche, de camino a su casa, me preguntó:

-   Noe, ¿ siempre besas así a tu hermanito ?. Me ha parecido algo más que un beso de hermano.

-   Niña....

-   ¡ Déjate de niña,  te he dicho antes que soy una mujer ! – dijo enfadada.

-   Pues mujer, Berto y yo compartimos el piso hace más de un año y él es más que un hermano para mí.  ¿ Estás celosa, cielo ?.

-   Sí lo estoy.  No me ha gustado cómo lo has besado, Noe.  Todavía tengo el sabor de tus labios en mi boca.

-   Tú también lo has besado en sus morros, joder. Además, aunque sea mi hermano, soy incestuosa que lo sepas.

-   ¿ Quieres decir que hacéis el amor ?.

-   Hacemos el amor cada noche y de forma..... tormentosa, vamos, que follamos cómo animales.

Escuché su sollozo y vi sus lágrimas deslizarse por su cara. Paré el coche y abracé su cuello.

-   Gloria, no llores por favor, ¿ porqué te importa tanto ?.

-   Pues porque me he enamorado de ti, y creo que me tomáis el pelo, porque soy tonta.

-   Nena, te juro que él no te engañó cuando dijo lo del hermano, prometo explicártelo y no te tomamos el pelo, te lo prometo.  Si quieres, mañana tomamos café y te lo explico, que ahora nos esperan tus padres.  Ah, y también yo estoy enamoradita de mi niña.  Venga, sécate las lagrimas que estamos en tu casa.

-   Vale Noe, pero abróchame el sostén que me quité antes.

Entramos a su casa y nos recibieron sus padres, sonriendo y encantados.  Charlamos unos minutos sobre mi trabajo y lo mucho que su madre me veía en la tele y todo eso. Me disculpé por tener que irme y quedamos para otro día.  Gloria me acompañó hasta el coche.

-   ¿ Estás ya más tranquila, cielo ?   – pregunté.

-   Sí, cariño mío, ojalá pudiese estar con vosotros esta noche, os adoro a los dos. Soy una estúpida y no me tienes que explicar nada.... bueno, si quieres me lo explicas.  Estoy loca por besarte, pero seguro que mis padres están mirando. Te quiero, Noelia.  – dijo dándonos un fuerte abrazo.

Mi chico me esperaba en el sofá bebiendo una copa de vino y viendo la tele, me puse una copa y me arrellané entre sus brazos.

-   ¿ Cómo ha ido todo ?.  La cena ha estado muy bien y la niña estaba arrobada mirándote.

-   Han pasado tantas cosas en las últimas horas...., tenemos que hablar Berto, tu niña se ha enamorado de mí y no sabes cómo.

Le conté con detalle cuánto había ocurrido, incluyendo nuestra despedida hace unos minutos.

-   Vaya, mami, sabía que te admiraba, que le gustabas mucho, pero esto.....

-   Esto tenemos que cortarlo de raíz, Berto, no quiero hacerle daño, lastimarla,   -  lo miré con seriedad   -  la nena es un encanto, lo sabes y te lo he contado.  Sólo con tocar sus tetitas y besarla suavemente, ha tenido su primer orgasmo, el primero de su vida joder, y yo no lo he tenido de milagro.

-   Estoy de acuerdo contigo, mami, pero ¿ no le harías daño si cortases sin más, sin explicaciones ?. Es una chica muy sensible y tú su primer amor, piénsalo bien Noelia.

-   Hemos de pensarlo los dos, Berto, a ti también te adora.  No sé que hacer, esta noche decidimos si le llamo mañana y nos vemos las dos a solas, o los tres y quizá lo más sensato sea contarle la verdad.  Nosotros no la hemos inducido a nada, las cosas han surgido de forma natural y lo que  ocurra en adelante lo decidiremos los tres,   ¿ te parece bien, amor mío ?.

A medio día del domingo, llamé a Gloria.

-   Hola nena, ¿ cómo estás hoy ?.

-   Ahora muy bien, Noe, estaba nerviosa esperando tu llamada pero ahora que te escucho, estoy superbién. ¿ Que haces, cielo ?.

-   Jajaja, pues hablando con mi niña, mientras Berto prepara una ensalada para almorzar.  ¿ Quieres que nos veamos esta tarde y charlamos ?.

-   Ssssiiiiiii, ¿ hablamos las dos o los tres, con Alberto, me refiero ?, dime a qué hora.

-   Gloria, anoche le conté a Berto lo que ayer ocurrió entre nosotras, se lo conté todo con detalle.  Yo no le oculto nada, no tengo porqué hacerlo, él es la persona en la que más confío, la única que me ha apoyado siempre sin condiciones.  Estaremos los tres, ¿ sobre las 4 te parece bien ?, tomaremos café en nuestra casa.

-   A las 4 en punto estaré, jo, podríais haberme invitado a probar la ensalada de Berto que seguro la hace muy rica.  Noe, Alberto es un chico estupendo y también yo lo quiero mucho; no me importa que le hayas contado mis tonterías, al contrario me alegra que lo hayas hecho.

-   Nena, tú estás muy delgadita y tienes que alimentarte mejor, pero si quieres comer ensalada todavía estás a tiempo, los dos estamos muy contentos con tu compañía.

-   Gracias cariño, mi madre ya ha hecho la comida, cocido como cada domingo. A las 4 estaré con vosotros y me invitas a esas galletitas inglesas tan buenas.

-   Hasta luego nena.  chao.

Minutos antes de las 4 sonó el timbre de la puerta.

-   Debe ser la nena, abro yo.  – dije a Berto.

Cuando abrí, se abrazó a mi cuello riendo feliz, vestía una faldita corta por encima de sus rodillas y una camisa polo holgada, cómo siempre, parecía una niña.  Me dio como 20 besos, en la frente, en la cara, en mis orejas, en fin en todos los sitios mientras yo abrazaba su cintura riendo.

-   Vale niña, para ya que me vas a comer.

-   Perdona Noe, pero estoy tan contenta......

Entramos al salón y se abrazó a Berto, apoyando la cabeza en su pecho.

-   ¿ Para mí no ha quedado ningún beso ?  - rio él.

Ella se puso de puntillas y besó sus labios, en mi opinión, un poco más de la cuenta.  Tras preparar el café, nos sentamos las dos en el sofá y él en el sillón frente a nosotras.

-   Gloria, - dijo Berto.  -  anoche regresó Noelia muy preocupada, me contó lo que pasó entre vosotras por la tarde y lo que os dijisteis después.  Me dijo que no quería lastimarte, hacerte daño y que había que cortar de raíz.

-   ¿ No me queréis como amiga, me expulsáis de vuestro lado ? – preguntó con una vocecita triste.

-   No cielo, no es eso  - dije yo tomando una de sus manos entre las mías  -  Berto, deja que se lo explique yo y cuándo quieras me interrumpes.  Gloria, queremos que sepas todo de nosotros, ya sabes, lo del hermanito y mis besos a Alberto que te escandalizaron, y todo lo demás.

-  Noe, no tenéis porqué explicarme nada.  Sé que sois pareja y yo sólo quiero ser vuestra amiga, que me hagáis un rinconcito en vuestra vida.

-   Nena, ya formas parte de nuestra vida, pero deja que te explique.  Recuerda la cena de la entrega del premio literario, yo estaba sentada entre Berto y otro hombre a mi derecha, Luis, que fue mi profesor en la Facultad. Con Luis, odio pronunciar su nombre, tuve una relación íntima,  primero me enamoró y después me destrozó el corazón, de eso hace tres años.  La noche de la cena, volví a caer en sus redes y me entregué a él en cuerpo y alma, cuando regresé a casa se lo confesé a Berto y él me escuchó y me dijo que iba a buscarse un apartamento y que me comprendía.  La noche siguiente, volví a meterme en la cama con Luis y volvió a destrozarme el corazón, sentí que yo sólo era su puta. Volví deshecha a nuestra casa, con el corazón roto y le abrí mi corazón a éste hombre, al que siempre estuvo conmigo el último año, le dije lo desdichada que me sentía.

Hice una pausa mirándola con fijeza. Gloria me escuchaba atenta.

-   Éste hombre, Alberto, la mejor persona que he conocido en mi vida, me escuchó, me consoló y me hizo sentirme digna. Mujer.  De ahí viene, lo de hermanito, le dije que no se fuese de nuestra casa y que podíamos vivir y querernos cómo hermanos.  Así que cuando cenaste con nosotros la primera vez, éramos hermanos y no te mintió cuando te lo dijo.

-   Siento lo que me cuentas Noelia, ¿ Y cuándo dejasteis de ser hermanos ?.  - preguntó la niña.

-   Gloria, - habló Berto.  – Yo le dije que había conocido una chica deliciosa y que iba a almorzar con ella, contigo.  Y esa noche o la siguiente, no lo recuerdo, viniste a cenar a casa y después   te acompañé a la tuya  .    ¿ Recuerdas ?.

-   Lo recuerdo Alberto, esa noche nos besamos muchas veces en la puerta de mi casa.  Fue muy bonito, noté tu cuerpo pegado a mí y sentí que me deseabas, ya sabes......  – dijo riendo.

-   Y yo te odiaba, Gloria, -intervine  - sabía lo bonita que eras y tenía muchos celos de ti. No creas, todavía  siento celos cuándo lo besas.  Pero yo estaba enamorada de Alberto, hasta los huesos, lo estoy y lo estaré siempre y cómo te dije anoche, no sólo hacemos el amor cada día, follamos con pasión, con ardor, como animales.  Así, que ni te hemos tomado el pelo, ni eres tonta, simplemente has aparecido en nuestras vidas y ha pasado lo que ha pasado, pero espontáneamente.  ¿ O no es así ?.    – pregunté.

-   Sí Noelia, lo que te dije anoche llorando, era producto de los celos.  Pero prometo no ser un obstáculo para vuestro amor, me habéis acogido en vuestra casa y sois magníficos los dos y os amo, no me apartéis de vosotros por favor.    -  dijo con un fuerte sollozo.

La abracé con mucha ternura, sequé sus lágrimas con mis besos mientras ella abrazaba mi cuello y juntó su boquita a la mía, gimiendo, suspirando lamiendo mis labios.

-   Niña, -  dije riendo.  -  ya no llevas sujetador, he notado tus tetitas sueltas.

-   Tampoco tú lo llevas, NIÑAA, y sé que no te gusta que lo lleve. -  rio.

-   Gloria, te miro y veo a Noelia cuándo la conocí, hace sobre 5 años.  Sois iguales.  ¿ Verdad mami ?  - me preguntó mi chico.

-   Creo que somos parecidas, sólo que ella es más bonita, más apetitosa. Es un pastelito.

-   ¿ De verdad te apetezco, Noe ?, pues podías dar un bocadito a tu pastelito, vamos si a nuestro chico  no le importa.   – dijo seria mirándome.

-   Si queréis me voy a dar un paseo  - dijo él riendo.

-   Papi, tú no te mueves de mi lado, para nada, ¿ me oís los dos ?.  Si quieres que sea nuestro chico, vale, pero recuerda que es mi marido y donde esté yo está él  y viceversa.  Piensa bien antes de contestar, Gloria, que ya eres una mujer,  ¿ quieres que juguemos, los tres ?.

-   Lo estoy deseando, cariño mío, pero.... soy virgen y no tomo píldoras ni nada de eso.  – dijo asustada.

-   Pues nos olvidamos, niña, de todos modos Alberto sería incapaz de hacerte daño y menos de lo que estás hablando.

-   Lo sé, Noe, él es un caballero.  ¿ Subimos a vuestra habitación  ?, me hace mucha ilusión estar en vuestros brazos.  – inquirió riendo feliz.

-   Berto, - lo miré seria.  ¿ Jugamos con nuestra niña,  perdón, mujer ?.

Subimos por la escalera, ella y yo abrazando nuestras cinturas, él detrás.  Sentí un ligero temblor en su cuerpo.

-   Nena, estás temblando, estamos a tiempo de bajar, dejarlo para otro momento. – la duda me asaltó, es cierto que ese cuerpo de sirena despertó mis instintos más primarios, pero aunque había cumplido los 18 seguía siendo una cría, eso sí, ansiosa por descubrir las delicias del amor sexual, aunque lo que hacíamos cada noche Berto y yo distaba mucho de sus apetencias; era pura lujuria, sexo extremo, sin fronteras ...

-   No, no, estoy un poco asustada, emocionada, es la primera vez que estaré con alguien en la cama.  Quítame la ropa, desnúdame tú cariño y hacedme muy feliz, muchooooo. – su respuesta despejó todas mis dudas.

Berto, entró a ducharse, yo le quité el polo y saltaron sus preciosas y pequeñas tetitas, las besé y lamí, le quité la falda, quedó con unas diminutas braguitas que bajé hasta sus tobillos y ella descalzándose de sus sandalias terminó de quitárselas de una patada.  Su coñito era precioso, con una ligera pelusilla rubia y unos labios gorditos, mientras los miraba noté sus manos en mi cabeza empujándola hacia su sexo, lo lamí suavemente, poniendo mis manos en su culito.

-   Gloria,  túmbate en la cama mientras me desnudo que estoy ansiosa de ti.

Me tumbé sobre su cuerpo, las dos desnudas, notaba sus pechos y su vientre agitándose, parece que le costaba respirar.  Con mi muslo abrí sus piernas  y lo froté sobre su sexo,  metí una de sus tetitas en mi boca y la mordí, la chupé ansiosamente, ella puso sus manos sobre mi cabeza empujándola hacia sus pechos, empezó a suspirar mientras apretaba mi muslo con sus piernas.  Busqué sus labios con mi boca, metí mi lengua y nos devoramos.

Empezó a respirar fuerte, suspirando, gimiendo.  Se agarraba a mi pelo, estrangulaba mi cuello y noté como arqueaba su cintura, la bajaba y la volvía a subir y gritó

-  Cariñoooooo, no sé que me pasaaaaaa, quiero maaaaassss.

-   Lo que te pasa, niña, es que te has corrido.  – dije cuando cesaron sus espasmos, sonriéndole.

-   ¿ Y porqué tú no ?, porque soy una inútil, ya lo sé. -  dijo poniendo morritos.

-   Esos morritos  van a hacer que me corra muchas veces y tú vas a tener varios orgasmos más, nena.  Ponte encima de mí pon tu coñito sobre mis labios y tu haz en mi vagina lo que yo haga en la tuya.

Vi a Berto sentado en el pequeño sillón mirando atentamente y con un gran bulto entre sus piernas.  La niña se preparaba para seguir mis instrucciones.

-   Espera un momento Gloria.  Papi, ven que te de unos mordisquitos.

La metió en mi boca, estaba tremenda y estuve chupándola y frotando sus huevos un par de minutos. La sacó, y la niña dijo:

-   ¿ Puedo yo.... papi ?. – dijo con los ojos muy abiertos, arrodillada junto a mi cabeza.

Él miró mis ojos sonriendo, esperando mi asentimiento.  Fruncí el ceño y levanté ligeramente los hombros, mientras decía:

-   Niña, no te acostumbres que no es tu papi, éste es mi hombre, ¡el mío!.

Cogió el hinchado pene, lo acercó a su boquita y lamió su capullo como si se tratase de un polo de hielo, cogió el tronco con su mano y lo metió en su boca mientras con la otra acariciaba su escroto.  Berto, puso la mano en su cabeza empujándola hacia él y dio un respingo.

-   Nenaaaaa, no muerdas tu también, esto es sólo para chupar. – gritó él.

-   Perdona Berto, como mami ha dicho lo de los mordisquitos y está tan dura. Es preciosa y está muy calentita.  -  rio con alegría.

-   Vale, nena, siéntate en mis labios y sigamos con lo nuestro.

Lo hizo, abriendo sus preciosas piernas, abrí los pliegues de su coñito y le di el primer lengüetazo en su apretada vagina, tumbó su cuerpo sobre el mío y empezó a besar mis ingles, mi pubis y mis labios vaginales, tras esto, abrió con sus dedos mis pliegues y metió sus morritos en mi vagina, su lengua la sentí en todos y cada uno de mis rincones y en mi clítoris.  Yo levantaba mi culo ansiosa de sus labios, de su lengua, mis piernas apretaban su cabeza y las abría por completo después.  Nuestros cuerpos temblaban, se retorcían y pronto comenzaron nuestros jadeos, las convulsiones y explotamos las dos a la vez, gritando, gimiendo como locas.

La niña, quedó tendida sobre mí con su cara en mi entrepierna.  Yo seguía besando suavemente su coñito abierto, que latía.

-   Mi niña..... ¿ te ha gustado nuestro primer 69  ?. Levántate, respira y cuéntanoslo.

Se incorporó, se tumbó junto a mí y puso su cara junto a la mía besando mi cuello, mis orejas, suspirando.

-   Noe, mi amor, no sabía que esto se llamaba así, 69, pero ha sido lo más bonito que me ha pasado en la vida, he tenido muchos calambres entre mis piernas y notaba los tuyos.  Te has corrido ¿ verdad ?.

-   Sí nena, más de una vez, tus labios, tu lengua son una máquina de placer, de amor y se me ha hecho corto.  – musité.

-   Tenemos tiempo de repetirlo, Noe, yo también quiero más, pero ésta vez me pongo yo debajo para variar ¿ vale ?.

-   Descansa un poquito, Gloria. Esta vez quiero a mi chico, follándome mientras tú comes mi coñito,  ¿ quieres Berto  ?.  -  lo miré y él asintió.

-   Noelia, él es tu hombre, tu marido, pero es NUESTRO chico, que ya hemos intimado, vaya.

-   Vale nena,  ¿ quieres que nuestro chico limpie tu coñito con su lengua, que lo tienes encharcado de tus jugos y mi baba ?.

-   Sssssiiiiii quierooooo, pero lo hacemos en 69, yo arriba.  Quiero tenerla en mi boca y ya sé que no debo morder. - reía como una niña cambiando de opinión a cada momento, quería estar arriba y debajo; era obvio que la rubita disfrutaba de su primera experiencia sexual.

-   Eres muy caprichosa Gloria, pero no tengo celos, mira, somos los tres, para compartirnos, para amarnos, para todo. – la miré a sus ojos.

-   Sí, Noe, estoy enamorada de los dos, mucho, soy tan dichosa de sentirme entre vosotros, sentir vuestro cariño, quiero entregarme a los dos.    – contestó.

-   Nenas, que estoy aquí y algo tendré que decir.  – dijo Berto.  - Venga, hacedme un hueco a vuestro lado.

Se tumbó entre las dos, nos reíamos los tres, felices de compartir nuestro cuerpos desnudos, de jugar con la gran polla de nuestro chico, de besar sus labios las dos a la vez o alternándonos, de lamer nuestras lenguas.

-   Noe,  - dijo la niña.  -  me toca a mí, cómo hemos quedado.  Este chico va a ser mío, sólo un ratito, pero mío.

-   Vale, niña, disfruta de tu chico y ¡ no te pases, zorrita  ! , que os vigilo.

La niña se montó, poniendo su sexo  sobre los labios de mi marido y estirando su cuerpo tomó entre sus manos su polla enorme, hinchada.

-   La tienes muy grande, mi chico, me voy a atragantar – dijo observándola y riendo.  - ¿ Todas son tan grandes Noe ?.

-   Tu chico, la tiene espectacular, a mí no me cabe toda. Y aunque se queje, muérdela, que le gusta, mira la huella de mis dientes en el tronco.

Berto, abrió los labios de su coñito y empezó a lamer y besar su vagina, puso su lengua sobre el ano e introdujo la punta.

-   Aaaaaaaggggg, -  suspiró con fuerza la nena.  -  ese es mi culito, papi, te has equivocadoooooo.

-   Deja a papi, que él sabe lo que hace  ¿ no te gusta, nena ? – pregunté.

-    Muchoooooo, pero me da vergüenza.

Gloria se metió la polla en la boca, sorbiendo las gotitas del capullo, lamiendo, chupando, mordiendo con desespero, mientras sentía en su coñito la experta lengua de Berto despertando un placer nuevo, inmenso.  Notó un dedo entrando en su ano y gritó, se retorció, restregando su abierto coñito en la cara de su chico, mientras él lamía firmemente su hinchado clítoris.

La niña suspiraba, gemía, gritaba y cuando sintió en su garganta los chorros de semen, al tiempo que rotaba su culito,  agitó su cuerpo envaró su cintura y dio un alarido, y otro, y otro.

-   Sigue, Berto, sigueeeeeee amor mío – gritó con el semen saliendo de su boca.

Quedaron sus cuerpos quietos, amarrados el uno a la otra.  Giró su cara y me sonrió feliz.  Me incliné y la besé, lamiendo su barbilla y su cuello para beber el semen de mi hombre, metí la lengua en su boca y absorbí la suya.

Nos tumbamos, quedando la niña entre los dos. Apoyando mi cabeza sobre mi mano, dije:

-   Nena, no te pregunto si te ha gustado porque ya he escuchado tus alaridos.  Eres una escandalosa, no sé cuántas veces te has corrido.

Tapándose la cara con sus manos, respondió muy bajito:

-   Muchas, yo tampoco lo sé.  Pensaréis que soy una viciosa y no lo soy, bueno sí lo soy con vosotros, ha sido maravilloso.

-   Bueno nena, quizás ahora entenderás mejor lo que te dijo Noelia, que cada noche follamos cómo animales, que hacemos el amor.  -  dijo Berto. -  Y mira, todavía tienes tus pezones duritos y firmes.  –dijo chupándolos y sobando sus tetitas.

-   ¿ Hacéis esto cada noche ?.  – preguntó con los ojos como platos.

-   Esto y muchas más cosas, nena, follamos durante horas.  Nuestro chico me destroza por todos los sitios, por todos y luego duermo entre sus brazos.  - dije.

-   Qué envidia me dais, por eso se os ve tan felices.    Pero, cariño ¿ te maltrata ?.  – preguntó sorprendida.

-   Por supuesto que no, nos destrozamos que no es lo mismo.  Mira mi pezón, mis labios vaginales, - le mostré mis heridas.  -  Y mi ano, ni te cuento, y su polla... a ver Berto muestrasela, ¡joder niña! , la has marcado con tus dientes, tiene puntitos de sangre.

-   Noe, me dijiste que la mordiese... y me ha gustado hacerlo.  -  dijo sonrojada.

-   Eres una sádica, niña, como lo somos nosotros. Nos gusta mordernos, devorarnos.  Nuestro amor es muy intenso: total.

-   ¿ Puedo seguir preguntándote, Noe ?.

-   Tú pregunta niña y yo responderé o no.

-   Tu ano.... ¿ te lo hace por el culito ?.

-   Jajaja, cariño, ya te he dicho que cada noche me lo hace por todo los sitios y mi culo, que a mi hombre le encanta, siempre es lo último y es delicioso para los dos.  Aunque, cuando me siento, estoy escocida. – dije riendo y tomando la mano de Alberto, quién acarició mi cara y yo se la besé.

Gloria nos besó a los dos, primero besó mis labios y luego morreó a Berto.

-   Alberto, antes me besaste el culito, metiste tu lengua y luego tu dedo, que sepas que me dio gustito.  – musitó.  – Yo también quiero entregarte mi culo, que por ahí no hay peligro, bueno, y si lo hay me da lo mismo.

-   A ver niña, éste es mi hombre, entérate y su polla sólo entrará en mi culo y en mi coño.  – grité.

-   Noeliaaaaa, somos los tres lo decías antes y no dijiste ni mu cuando lamió ni ano y metió su dedo y me preguntaste si me gustaba, pues me gustó mucho y si es nuestro chico, su polla va incluida en el lote, entérate tú. – dijo gritando.

-   Berto, ¿ te gusta el culo de la niña ?, para follarlo claro, no sólo para lamerlo como has hecho antes, guarro.

-   No discutáis ni os enfadéis, nenas.  Sí me gusta, pero le haría mucho daño, lo tiene apretadito.

-   Y Noe, ¿ no lo tenía apretadito ?, jo cariño, sé que es tu hombre y tu marido pero ya que no puedo dormir cada noche entre vuestros brazos, aceptadme por el día entre vosotros, queredme como yo os quiero.  – sollozó.

Me sentí desarmada, la abracé y tomando su carita entre mis manos, le dije:

-   No llores niña, te queremos y mucho y si eso es lo que quieres, prepararé yo misma tu culito para nuestro chico, pero poco a poco, no hoy.  Todavía nos queda jugar un rato entre las dos, mientras nuestro chico me folla, para que te sientas todavía más parte nuestra.

Se tumbó en la cama sonriendo, abriendo sus piernas y sus brazos para acogerme. Arrodillada puse mi vagina sobre su boca, cogí su culito y alzándolo mordí suavemente sus pliegues, ella hizo lo mismo con los míos pero con más pasión.

-   Niñaaaaaaa, no te emociones, no muerdas fuerte que todavía no están curados del todo, utiliza la lengua que la tienes divina.  – la oí reír divertida.

Es verdad que su lengua era divina y había aprendido rápido, la metió profundamente en mi coño y la bajaba chupando mis músculos vaginales, todos, cada hueco, estaba follándome con su lengua y la punta terminó en mi clítoris que ya estaba a reventar, suspiré de placer y entonces sentí sus labios y la lengua en mi ano, me estremecí e hice lo mismo que ella me hacía, en su coñito y chupé su ano y mordí sus nalguitas, succioné su clítoris.  Me lo hubiese comido todo, de lo tiernecito que estaba. Nuestros cuerpos empezaron a temblar, nos convulsionamos y las dos estallamos en un orgasmo intenso, interminable. Todavía jadeando, llamé a mi chico.

-   Amor mío, métemela ahora, necesito tu polla yyyaaaaaaaa.

Apoyó su glande en mis abiertos labios y la fue metiendo hasta el fondo, sentí la lengua de mi niña concentrada en mi clítoris, lamiéndolo sin parar y de paso lamiendo la polla de mi marido que entraba y salía.  Mi boca, mis labios, mi lengua, todo estaba dentro de la vagina de mi nena, que alzó sus piernas y las enlazó en mi cuello mientras levantaba una y otra vez su culo, como si quisiese meter mi cabeza entera en su coñito, metí un dedo en su ano hasta el fondo, y gimió, pero empezó rotar el culito sobre mi dedo.

El primer alarido lo dio nuestra niña, se convulsionaba entre mis brazos, se retorcía y sentía en mi boca sus orgasmos, sus temblores y cuando noté los chorros de leche en mi cérvix y nuestras contracciones, me corrí yo a la vez que Berto.  Cuando él sacó la polla de mí, la depositó en la boca de Gloria que tragaba y chupaba la mayor parte de mis jugos vaginales y el semen de papi.

-   Dios mío, qué locura, - dije cuando nos tumbamos los tres, mientras ponía un brazo sobre mi frente.  -  cada noche, disfruto como una loca, pero lo de ésta tarde ha sido inhumano, ni mejor ni peor, pero distinto. Niña, ¿ cómo te sientes  ?.

-   No puedo respirar, me falta el aire y tengo la garganta llena de vuestros líquidos.  Yo no sé vuestras noches, nenes, pero no creo que pueda existir una felicidad más grande que la que yo siento en estos momentos, sé que pensáis que exagero y que soy una escandalosa, pero han sido los mejores momentos de mi vida.

Los dos la abrazamos, la besamos, estábamos muy emocionados.

-   Nena, dijo Berto,  son más de las 7  ¿ a que hora debes estar en casa ?.

-   Ni lo sé ni me importa. De todos modos me van a reñir, como siempre. ¡ Me quedo con vosotros, para toda la vida!.

-  En serio niña,  - dije riendo.  – levanta el culito y nos duchamos las dos, que estamos chorreando, y te llevo a casa.

-   Lo he dicho en serio, Noe,  ¡ quiero estar con vosotros, nada ni nadie me importa ! ¿ lo habéis entendido  ?.

-   Gloria, que muevas el culo he dicho. ¿ Estás loca, qué le decimos a tus padres ?.  Venga a la ducha.     -  le grité.

Se levantó llorando,  sollozando fuerte mientras iba hacia la ducha. La seguí y entré a la ducha con ella abrazándola.

-   Deja de llorar, nena, me rompes el corazón. – dije mientras la enjabonaba.

-   Vosotros ya habéis roto el mío, alejándome de vuestro lado.  Esta noche dormiréis abrazados y seguro que antes volveréis a amaros, a follar, y yo,  llorando sola en mi cama.  – lloró desconsolada.

-   Berto, ven aquí enseguida.  – grité furiosa.

Cuando llegó, le dije con voz firme.

-   Llama a sus padres, a Laura o Miguel y cuéntales lo que quieras, invéntate algo, pero mi niña duerme hoy con nosotros y mañana, Dios dirá.

-   Joder Noelia, yo ni les conozco y ¿ qué les cuento, que hemos perdido el gato y lo estamos buscando ?.

-   Ahora cuándo salga, hablo yo con Laura, pensemos algo y tu también nena, a ver qué podemos decirles.

-   Yo hablaré con mi madre, le diré que Berto está de viaje y que dormiré contigo, después te la pasaré que a ti siempre te hace caso.  -  dijo riendo y ya calmada.

-   Eres toda una zorrita o una putita, como prefieras.  – dije tras besar sus labios.

-   Soy tu putita y la de nuestro chico, pero una putita muy feliz.  – me abrazó.