Perfidia.4.

Esa noche le entregué mi culito, tampoco era plan que su niña se lo ofreciese antes que yo ......

Capítulo 4

Desperté a Berto a las 8 de la mañana,  dormía cómo un lirón. Mordí suavemente el lóbulo de su oreja, besándola y musité:

-   Cielito, son las 8 y tengo que irme.      Te he preparado el zumo de naranja,        ¡ levántate gandul !.

Destapó sus brazos y abrazó mi cuello,  sentí una de sus manos meterse bajo mi blusa sobando mis tetas.

-   Nena, ven conmigo, tengo frio y quiero sentir tu cuerpo pegadito al mío dándome bocaditos.

-   No me tientes, cariño, no seas así. Mándame mensajes, aunque sólo sea para decirme cuánto me quieres.  Me voy ya, es tardísimo. – dije corriendo, escaleras abajo.

Recibí mensajes de mi chico cada 30 minutos diciendo  “ te quiero bomboncito”, “ te estoy mordiendo la tetita izquierda “ y cosas así, me pasé la mañana sonriendo al leer sus tonterías.  Sobre las 2 de la tarde, recibí su llamada.

-   Hola nena, ¿ cómo estás ?.

-   Mejor que bien, leyendo tus mensajes, cariño.  – reí.

-   Me ha llamado Gloria.  Ha estado casi media hora hablando de ti, que si eres un encanto, de tu elegancia, de tu mirada, tu sonrisa, tu personalidad y de la ilusión de verte en la tele. Vaya, un coñazo.  – dijo riendo.

-   ¡ Deja ya de hablar de tu niña, Berto  !, que estoy muy celosa.

-   Vale nena, pero me ha dicho  que la  invitemos a  cenar,       ¿ qué le digo  ?.

-   Desde luego, esta noche no.  Hoy es viernes y te quiero solo para mi, tenemos una cita y mucho que hacernos, ¿o ya lo has olvidado?. Invítala mañana, o pasado mañana .... o para Navidad.  Yo solo te necesito a ti, vida mía.

-   La invitamos para mañana en la noche, o mejor, te envío un mensaje con su número de móvil y la llamas tú ¿ quieres ?.

-   No quiero Berto, no faltaba más que te prepare yo el plan con tu ligue, invítala el sábado ya que la niña tiene tanto interés en verte, pero no quiero que os veáis a mi espalda, por favor.

-   No tienes porqué estar celosa, nena, tú eres mi mujer, la única y además ya te he dicho que ella quiere verte a ti, lo tengo claro.

-   Berto, debo colgar, se va a reanudar la sesión.  Te quiero, lobito, muaaaaa.

A las 7 de la tarde llegué a casa, cansada pero ilusionada por estar con mi chico.  Salía un delicioso aroma de la cocina, me quité la chaqueta y corrí hacia él.  Estaba de espaldas, con un delantal, faenando entre cazuelas, me abracé a su espalda.

-   ¿ Qué preparas, nene ?, huele de maravilla y estoy hambrienta sólo tomé un sandwich  mientras hablaba contigo a las 2.  - Se giró hacia mí, puso sus manos en mi culo y me apretó a él.

-   Hola, corderita, preparo un estofado de buey con patatas, guisantes, etc.  Estoy haciendo bastante cantidad, porque está muy rico y se conserva bien, así tenemos para otra cena.  Toma un poquito, pruébalo  - puso un cucharón  en mis labios.

-   Uuuummmmm, está delicioso, eres un estupendo cocinero. Voy a ducharme y a cambiarme, bajo y preparo la mesa.  -  dije mientras salía corriendo.

Cuando bajé, ya estaba preparada la mesa y él abriendo una botella de vino.

-   Qué bonita eres, nena.  Así me gustas, al natural, sin maquillar y con el pelo húmedo.  Venga siéntate que esto se enfría.

El estofado estaba riquísimo y la ensalada mediterránea, fresquita y deliciosa y, sobre todo, sentía a mi hombre a mi lado, pegadito a mí.

-   Noelia, no sé si es buen momento, pero quiero preguntarte algo.

-   No me asustes, cariño, estás tan serio......

-   Quiero que nos casemos, nena.  ¿ Me quieres cómo esposo ?.

Lo miré con los ojos como platos, confusa, desconcertada.

-   Alberto ..... ya estamos juntos, nos amamos y yo no necesito papeles que lo confirmen, ¿porqué complicarlo?.  Ayer me decías que habías conocido a una chica que te gustaba, Gloria, y hoy me preguntas esto.  La verdad, no termino de entenderte.

-   O sea, que no quieres ser mi esposa.  – me miró con tristeza.

-   Escúchame Berto, soy tuya, totalmente tuya.  Si de verdad quieres que nos casemos, lo hacemos y punto.  Pero eso no va a hacer que te quiera más, porque ya te quiero con toda mi alma, así que tú decides.  – dije con mis ojos húmedos.

Besó mis labios con ternura y sonriendo dijo:

-   Esta es mi chica, siempre segura, firme y valiente.    Soy un idiota y tienes razón, pero si alguna vez decides darme un hijo, lo haremos        ¿ vale ?.

Abracé su cuello, feliz y emocionada.

-   Lo de nuestro hijo, lo decidiremos los dos Alberto, en su momento y con responsabilidad. Pero que no te quepa duda, serías el mejor padre de mi hijo o hija y quiero tenerlos contigo.

Nos abrazamos, besándonos con ardor. Nos servimos otra copa de vino.

-   Por cierto, nena, he invitado a Gloria a cenar mañana.  Vendrá sobre las 8.

-   Me parece bien, bueno bien no es la palabra, simplemente lo acepto, ya sabes que soy celosa, Berto, es una tontería lo sé, pero no puedo evitarlo.  Aunque no estemos casados, eres mi marido, mi hombre y el padre de mi futuro hijo, por si faltaba algo, y eres mío, sólo mío, entérate de una vez.

-   Jajaja, no sabes lo orgulloso que me pone escucharte.  Nena, me has dicho por teléfono que la invitase yo...

-   Te he dicho el sábado, joder.

-   Y si hoy es viernes, ¿ mañana qué es, tonta del culo ?.  – rio, mientras me pegaba un cachete en el cuello.

-   Vale pesado, tienes razón, pero no vuelvas a  llamarme   “ tonta del culo “.   Si tan obsesionado estás con mi culo ¿ a qué esperas para entrar en él ?.  Espero que esta noche no pongas excusas que ya me tienes un poco cabreada, tonto del haba.  – le devolví el cachete con una carcajada.

Tras retirar la mesa, subimos juntos al dormitorio.

-   Quiero tu culito ya, nena.  – dijo abrazando mi cuerpo desnudo.

-   Eso será lo último de la fiesta, pero antes quiero que nos comamos, que vuelvas a destrozar mi vagina, aunque todavía la tengo dolorida de anoche, y que, que ..... me vuelvas loca, con tus besos, con tu amor y quiero morderte la polla, los huevos y donde se me ocurra, ¿ vale ?.

-   Uuuuuyyyyyy qué miedo me das, anda cielo, ponte encima de mí, voy a devorarte y ten compasión de mi polla.

Me puse de rodillas sobre su cabeza, abrí mis piernas apoyando mi coñito sobre sus labios y me lancé a por su pene que parecía cantar el “ cara al sol ” de lo firme que estaba, lamía sus bolas, su tronco y su hinchada cabezota, la metí en mi boca y chupé, sorbí, mordí despacito al principio.  Sentí sus calientes labios en mis ingles y sus dedos abriendo mis pliegues y cuándo su lengua invadió mi vagina, mordí con desespero su polla entera, me encantaba morderla y sentir sus suspiros, sus gemidos....

-   Noelia, no seas bruta, me haces daño..... voy a morderte el clítoris, a ver que te parece, burra.   -  se quejó.

-   Muérdeme lo que quieras, papi.  -  dije, sacando por un instante la polla de mi boca.  -  Tienes todo el derecho a seguir destrozando mi coñito.

Sentí su lengua entrando hasta lo más profundo de mi vagina, lamiendo sus paredes, que yo contraía para retenerla, pegando lengüetazos en mi clítoris, empecé a temblar de placer y de pronto mordió mis labios vaginales.

-   Aaaaayyyyyy, cabrito, me haces mucha pupa.  -  grité.

De inmediato, noté de nuevo su lengua en mi clítoris, chupando, absorbiendo mis abundantes jugos y uno de sus dedos entrando en mi ano.  Mis temblores dieron paso a mis espasmos, alzaba mi culo ansiando su dedo que se introducía cada vez más en mi culo.  Tuve un orgasmo intenso, espectacular cómo me los hacía tener mi chico. Me desplomé sobre su cuerpo con mi querida polla en mi cara, suspirando intensamente.

-   Bájate nena.  – dijo deslizándose hacia un lado.

-   No quierooooo, necesito tu leche en mi boca.  Joder, papi, que siempre me dejas a medias.  -  dije agarrando su polla.

-   ¿ A medias ?, serás guarra, si me exprimes cada noche. Y ¿ a qué viene eso de papi ?.  – gritó.

-   Sí, a medias, lo quiero todo de ti, todo y todos los días, eso quiero del papi de mi hijo.  Y el guarro lo eres tú, por meterme el dedo en el culo. ¿ He contestado a tus preguntas, nene ?. – respondí gritando.

-   Amor mío, - respondió abrazándome con dulzura.  – no te enfades conmigo, seré el orgulloso papi de nuestro hijo, aunque yo preferiría una niña y que fuese como tú y siento lo del dedo, pero estoy loco por tu culo y lo sabes.

-   Alberto, voy a dejar de tomar la píldora si tú estás de acuerdo.  Quiero que me preñes, hoy mejor que mañana y a la mierda mi trabajo, quiero un hijo o hija tuyo en mi vientre, el fruto de nuestro amor. Y tu dedo, ha hecho que me corra como una burra, pero antes de mi culo, has de entrenarte esta noche en mi vagina para dejarme preñada.

Me monté encima de él, hoy quería follarlo yo, hacerlo sufrir, ser la dueña de mis orgasmos y los suyos, sacar hasta la última gota de su semen. Abrí mis pliegues y hundí su dura polla en mi vagina, hasta el fondo mientras miraba su cara, quería verla con claridad mientras gruñía, suspiraba, se corría.

-   Cariño, hoy te voy a follar yo, no quiero que me toques, si lo haces te ataré las manos.  Joder, me has destrozado los labios vaginales con tu mordisco, creo que tengo sangre, pero tu capullo lo siento casi en mi garganta o más arriba.

-   Nena.....

-   Chiiiisssss, calladito.  – dije mientras movía mi cintura en círculos  apoyando mis manos sobre su pecho, subía y bajaba mi culo sintiendo su polla resbalar a lo largo de mi coño.  Repetía mis movimientos una y otra vez y contraía mis paredes aprisionando su pene.  Lo estaba masturbando con mi coñito.

Empecé a escucharlo suspirar, gruñir, mientras arqueaba su cintura.  Paré de moverme, sentía el fuego abrasarme las entrañas, pero me contuve.

-   No pareeeeesssss zorra, me vuelves loco.  – gritó.

-   ¡ Que te calles !

Continué con mis movimientos, lentamente e inclinándome hacia su cabeza puse una teta sobre sus labios e inmediatamente chupó mi pezón que estaba muy hinchado, lo mordió y me dolió pero callé, restregué mis tetas sobre su cara.  No podía aguantar más, el fuego abrasó todo mi cuerpo y empecé a dar sentones sobre su pubis, brutalmente, con ardor.  Él agarró mi cuerpo, me estrangulaba con sus brazos, los dos teníamos espasmos, nos retorcíamos, gritábamos, nos corríamos a la vez mientras notaba sus chorros inundando mi corazón.  Me quedé sobre mi marido, notaba su polla estremecerse dentro de mí, nos besamos buscando nuestras lenguas.

-   Cariño, puedo hacerte correr cuántas veces quiera.  Esta noche soy tu dueña, te siento tan mío.... pero vas a tomar por primera vez mi culito, porque lo quieres ¿ verdad ?. – musité en su oído.

-  Noelia, espera un poco, estoy disfrutando de tu cuerpo, de tu coñito como nunca, siento tus latidos en mi pene, eres mi dueña y yo tu esclavo.  Dime que me quieres, por favor.

-   Te quiero vida mía, te quiero papi, somos los dos esclavos de nuestro amor.  Venga, dame un beso muy fuerte y toma mi culito, yyyaaaaaa, que  tienes tu pollita a punto.  – reí dichosa.

Nos tumbamos sobre la cama muy juntitos y yo busqué su polla con mis labios y lamí mis jugos y su esperma que la cubrían.

-  Ahora ya he bebido tu leche, que antes no me dejaste, bicho.

-   Nena, ahora soy yo el que se queda a medias, tu boca es tan dulce......

-   Pues a ver si dices lo mismo de mi culito.  La tienes tan gorda que vas a destrozar mi ano además de mis tetas, mi coño.  Vaya nochecita que me estás dando, cabrito.  – reí feliz.

Preparé el lubricante y se lo extendí a lo largo del pene y un pegotón en el capullo.  Puse dos almohadas bajo mi vientre y el culo en pompa.

-   Cielo, ponme un poco de crema en la entrada del ano y no es necesario que me lubriques por dentro que ya me lo dilataste antes con tu dedito.  Sé cariñoso con mi culo y métela suavemente hasta el fondo ¿vale ?.

-   Vale, si te duele me lo dices y pararé.

Puso su capullo sobre mi ano, lo restregó e intentó meterlo, yo instintivamente lo contraje y dejó de presionar.

-   Joder papi, lo tienes enorme pero mételo con decisión. -  dije separando con mis manos mis glúteos.

Empujó su duro pene y entró el glande.

-   Aaaaaaaayyyyyy – chillé.  -  Métela hasta el fondo, papi, que se dilate y verás que rico.

Sentí su polla entrando en mí, mientras yo presionaba mi esfínter, masajeando su tronco.  Llenaba mi ano por completo y el placer encendió mi vientre.

-   Papi, cómo llenas mi culo, me lo vas a desgarrar pero me voy a correr enseguida de gusto, sácala y métela sin compasión, disfruta de mí, de tu mujer.

Sus manos agarraban mi cintura y empezó a follar con dureza mi culo, mientras yo daba sentones, empecé a temblar, me convulsionaba, mi marido, mi papi, mi amor me hizo explotar, tuve un orgasmo interminable, pero él seguía, seguía sin parar.

-   Nene, ¿ no te gusta mi culito ?. Yo ya me he corrido, pero aguanta cariño, quiero más de ti.  – sentí de nuevo el chispazo entre mis piernas y volvieron mis convulsiones, mi hombre me iba a matar este noche, me corrí de nuevo gritando como una loca.

Apoyé la cabeza sobre mis brazos y mi vientre sobre los almohadones, estaba rendida, exhausta, me escocía el ano y toda mi entrepierna, pero mi cuerpo reaccionó al oír los gemidos de mi chico, al sentir sus convulsiones sobre mis nalgas, presioné mi esfínter sobre su polla y arqueé mis caderas mientras notaba sus chorros interminables de leche en mis intestinos.  Volví a tener un orgasmo grandioso, no se terminaba, me quemaba el culo, el coño, las tripas y seguía moviéndome contra su vientre.  Descargó su cuerpo sobre el mío con su polla floja, pero dentro de mi culo.

-   Papá, no te muevas, quédate así dentro de mí.  No sé tú, pero  para mí ha sido una noche maravillosa.

-   Nena, cada noche entre tus brazos supera a la anterior.  Eres cómo una perra en celo, no paras de correrte.  Te lo pido de nuevo, cásate conmigo.

Girando mi brazo lo agarré del pelo y tiré de él hasta sentirlo en mi cuello.

-   Nos casaremos cuándo dé a luz a nuestro hijo, mi vida.  Nene, me falta el aire, no puedo respirar.

Salió de mí y me dio una fuerte palmada en el culo.

-   Te voy a denunciar por maltrato, papi. No voy a poder sentarme en dos días, mira mi culo, mi pezón, mi coño, ¡ están destrozados, en carne viva !  - abracé su cuello riendo.

Nos metimos juntos en la ducha, lavándonos el uno al otro.

Ya en la cama, dijo él:

-   Cariño, me he pasado con tu coñito, he visto las marcas de mis dientes en la vulva y tu pezón.  Tengo que controlarme, pero estás tan buena.

-   No te controles papi, son marcas de nuestras guerras nocturnas.  También tu polla tiene la marca de mis dientes y te voy a seguir mordiendo, porque está tan bueno …

Metí el culo en su tripa, acarició mis tetitas y le dije amorosamente:

-   Buenas noches, papá.