Perfidia.15 : Doloroso final

La vida es como un carrusel, a veces estás arriba y otras te estrellas contra la cruda realidad que no es la que esperabas, pero la vida sigue y te obliga a andar tu propio camino por doloroso que sea.

Noelia

Sonó el timbre del teléfono directo de mi despacho.

-   ¿ Sí  ?,  -  respondí extrañada al no reconocer el número de entrada, ya que mi teléfono solo lo conocían los colaboradores más directos de la empresa.

-   Hola Noelia, soy Ricardo Van Bergen, cuanto tiempo sin oírte   ¿ como estás ?.

-   Ricardo, que sorpresa,  -  respondí contenta   - estoy bien, debería haberte llamado yo, aunque solo fuese para saludarte, pero siempre voy tan liada....

-   Lo sé, no te preocupes, sé que vas a Oxford en unos días, enhorabuena.  Noelia, he de decirte algo confidencial, absolutamente secreto,  se trata de Robert Benson,     - dijo con voz grave  - está muy enfermo.

-   ¿ Robert enfermo  ?,  - dije angustiada  - pero si hablamos hace unos días, él me dijo lo de Oxford y estaba contento.

-   Un derrame cerebral, Noelia,  - respondió con tristeza  - nos hemos reunido la Junta de la Corporación, de momento John Stewart ocupa provisionalmente su puesto, es un excelente administrador pero sabemos que no es la solución.  He hablado con el Presidente esta misma mañana, muy temprano y me ha dicho que hable contigo, Noelia, los dos estamos de acuerdo en que eres la persona idónea para ocupar la Vicepresidencia, en el caso de que Benson no se recupere.

-   Ricardo,  - dije con la voz quebrada  - estoy segura que Robert se va a recuperar, es un hombre joven y fuerte,  - sollocé.

-   No lo creo, niña, tenemos la misma edad 63 y los años no perdonan, pero Dios te oiga,  - me respondió quedamente   -  en cualquier caso vete preparando, porque tu destino es New York.

-   ¿ Y no tenéis nadie más competente ?  - exclamé enfadada    - Además, sería la única mujer Vicepresidenta de la Corporación.

-   Alguna vez tenía que llegar el momento,  - dijo tranquilo   - y tú eres la mejor, con independencia del género.   Noelia, he de colgar ha llegado mi hija y me está haciendo señas para que te de recuerdos.

Quedé muy triste y preocupada, lo primero por la enfermedad de Robert y lo segundo por mi futuro, no estaba dispuesta a irme a New York.  Volví pronto a casa, a las 6 de la tarde,  Berto ya había llegado y estaba junto a las nenas.  Me abracé a su cuello y no pude evitar mi sollozo.

¿  Que ocurre cielo   ?.  – preguntó alarmado.

-   Robert está muy enfermo,  - dije triste  - y se temen lo peor, tú lo conoces y sabes cuanto me protegió, es uno de mis mejores amigos.

-   ¿  Benson   ?,  -  preguntó   - claro que lo conozco, es una gran persona, lo siento cariño.

Sequé mis lagrimas y sonriendo me acerqué a Alicia que estaba dando de mamar a Bertita, ésta chupaba con deleite su pecho.

-   Ali,  - pregunté tras besarlas a las dos   - ¿ ya le toca el bibe ? .

-   Le toca dentro de un rato, mami,  - sonrió   -  pero la tontita buscaba mi pecho, me está haciendo polvo el pezón, mira   -  abrió la boca de la niña  -   toca aquí, le están saliendo los dientecitos.

-   Alicia,  creo que la  estás malcriando       ¿ la tienes todo el día en brazos  ?   – pregunté.

-   Pues sí,   - respondió seria   - le estoy dando todo mi cariño, que falta le hace.

No pude evitar reír a carcajadas.

-   Pues esta noche va a dormir tu tía la de Bilbao,  -  sonreí   - no debes pasarte el día haciendo mimitos a nuestra niña, debes ponerla en su cochecito y si hace buen día, como hoy, darle un paseo.

-   Es que es tan dulce, tan bonita y la quiero tanto...., tómala tú mami.  – extendió sus brazos, entregándome a la niña.

-   ¡ Ahora te la quedas tú, guapita !, que subo a hacer pipí, a ducharme y a cambiarme de ropa.  -  subí la escalera riendo.

-   ¡ Mala madre  !  - escuché la risa de Ali.

Me vestí como a Berto le gustaba, mi pantaloncito corto y mi camiseta que casi mostraban mis tetas.

-   Jo mami, eres una lagarta pero estás para darte bocaditos,  - dijo bajito y sonriendo Ali  - ya le he dado el bibe a la niña y limpiado el culito, está dormida. Subo a ducharme yo.

Entré en la cocina y me pegué a la espalda de Berto, rodeé con mis brazos su cintura y me restregué sobre su cuerpo.

-   Mamiiiiii, que se me va a quemar el pescado frito que estoy haciendo y noto tus tetas en mi espalda.  – se rio.

-   ¿  Como sabes que soy yo, por mis tetas  ?.

-   Por tus tetas, tu aroma y por tu cuerpo que está muy calentito.  – respondió.

-   Hoy tengo ganas de ti, amor mío.  -  suspiré acariciando su bulto.

-  Eh, que os estoy viendo y te he escuchado Noelia.  – oí la voz de Ali a mi espalda.

-   ¡ Qué rápido te has duchado, nena  !  - me reí, aunque sin retirarme de su espalda - podrías haber tardado un poquito más; mira como lo he puesto, toca.

Ali puso su mano al lado de la mía y exclamó:

-   Jo, mami, vaya empalme lo has preparado para las dos,  - se reía  - pero éstas también me gustan.  – dijo acariciando mis tetas.

-   Venga, mujercitas, dejaos de arrumacos que esto ya está.  Mami, saca los pimientos que están en el horno y tú Ali descorcha el vino, he preparado la mesa, ésta de la cocina.   -  ordenó papi.

-   Que delicatessen Berto, está delicioso.  – suspiré mientras bebía el vino.

-  ¡ A ver cuando haces hamburguesas, nene, que a mí me gustan  ! - dijo Ali.

-   Pero a mami no,  - respondió él  - además engordan.

-  Tengo que hablaros de algo,  - dije tras mirarlos a los dos   - es con respecto a lo de Robert, pretenden que ocupe su puesto.

-   ¿ Vicepresidenta de CBS ? , eso es magnífico Noelia   - respondió Berto  - pero...

-   Pero, tendría que irme a Nueva York,  - completé  - y aquí no vale la renuncia, lo tomas o lo dejas.  Así que lo dejo, voy a buscar otro trabajo.

Nos quedamos en silencio, era una decisión importante.

-   ¿ Y qué vas a ser, dependienta de unos grandes almacenes  ? , -  respondió Berto  -  ya estamos en las de siempre, tu vida es el periodismo, la tele y debes o debemos pensarlo, cielo.

-   Debemos, Berto  -  lo miré fijamente  -  estoy harta de que el trabajo destroce mi vida, tú sabes de lo que hablo, pero ésta vez, como se dice hoy día, No es No.

-   Mami,  - intervino Alicia  -  no sé que decir, pero tendremos que pensar algo, ahora somos cuatro, está Bertita y en meses también nuestro niño.  Sabes de sobra que adoro a la niña, soy dichosa cuándo la tengo en mis brazos, así que, o la dejas con nosotros o te acompañamos a Nueva York.

-   Nena, eres un tesoro,  - respondí mientras acariciaba su mano  - pero sabes que esa no es la solución, vosotros tenéis  vuestra vida, el trabajo, pero Berta, aunque sé lo que la quieres y la cuidas, no soportaría tenerla tan lejos de mí.

-   Noelia,  esperemos que Robert se recupere,  -  dijo Alberto  - tampoco podemos dejar a Mario solo, sería un desastre para la Consultoría y Bertita debe estar con su madre, quién siempre la ha cuidado.  No nos precipitemos, algo se nos ocurrirá.

Continuamos hablando sobre el tema durante mucho rato sin encontrar ninguna solución plausible, se nos hicieron las tantas.

-   Mami,  - dijo Ali, mirando el móvil  - tenemos que subir a Berta, es la hora de darle pecho.

Retiramos la mesa,  Ali cogió a Berta en sus brazos y subimos los tres al dormitorio.

-   Nena,  - miré sonriendo a Ali  - ahora me toca a mi darle pecho, tú le das el bibe y papi le limpia el culo.

-   ¡ Abusona  !  - respondió riendo  -  sabes cuánto me gusta darle pecho.

Papi entró en la ducha, mientras le daba el pecho a mi niñita y Ali preparaba el biberón.  Berto salió de la ducha, enrollado en una toalla,          “ joder que bueno está pensé “, mientras Ali se tumbó junto a nosotras con el bibe en la mano.  Se la pasé y la niña comenzó a tomar su bibe, las dos juntas en la esquina de la cama, junto a la cuna.

-   Venga pareja, retozad un poco pero sin gritos, así me regaláis la vista, si nos contenemos podemos jugar los tres cuando acueste a Bertita  -  dijo riendo Alicia.

Me desnudé en segundos y Berto se puso sobre mí, nos besamos intensamente,  mordíamos y lamíamos nuestros labios, sin recato alguno, bajé mis manos y abrí mis pliegues ofreciéndome a mi hombre, separé mis piernas y sentí su duro glande entrando lentamente en mi vagina.

-   Cariño mío,  - musité muy bajito en su oído  - hoy estaba desesperada por sentirte dentro de mi, métela hasta lo más hondo...... aaaauuuuu, que delicia.....

-   Mami, silencio, no grites.   -  dijo Ali, mirando embobada.

Mi cuerpo se convulsionaba sin cesar, Berto conocía mis puntos sensibles como nadie, tapé mi boca con mis manos mientras su pene hacía diabluras en mi vagina. Tuve varios orgasmos seguidos, estaba loca de placer y cuándo me llenó con su semen, mordí su hombro para no aullar.

-   Vale papito,  - dijo sonriendo Alicia  - te toca limpiar a tu hija, y la acuestas.  Yo voy a limpiar a mami que está chorreando.

Yo yacía boca arriba, suspirando, tratando de coger aire tras los maravillosos momentos vividos con mi hombre.  Ali puso su cuerpo sobre el mío, juntamos nuestros labios.

-   Mami, dame tu aliento en mi boca,  - musitó muy bajito – tus suspiros.

Nos besamos abrazadas, restregando nuestros cuerpos, comiéndonos nuestras lenguas, su boca era muy dulce,  sabía a los morritos de mi hija.

-   Noelia,  voy a limpiar tu coñito, te lo voy a dejar reluciente,  - dijo sonriendo      -  ¿ vale ?.

Me estremecí solo con oír sus palabras y asentí con la cabeza.  Sus labios se deslizaron por mi cuerpo hasta llegar a mi entrepierna, puse mis manos tapando mi boca y suspiré cuando sus labios y su lengua limpiaban y acariciaban todos mis fluidos que humedecían mis muslos, mis ingles, mis pliegues, que los separó con sus manos  y sorbió los abundantes líquidos de mi vagina, el semen de Berto y mis jugos que continuaban manando.

-   Alicia,  ¡ me vuelves loca, cariño  !,  - susurré mientras ponía una de mis manos sobre su cabeza, apretándola contra mi vagina.

Alcé mis caderas al sentir su lengua totalmente dentro de mi, lamiendo todos mis huecos, desde el cérvix hasta el clítoris y empezaron mis convulsiones, mis orgasmos se sucedían uno tras otro.  Alicia no paraba de chupar, sus manos estrujaban mis nalgas mientras temblaba y creo que también se corrió, finalmente,  yacimos las dos boca arriba.

Berto nos miraba sonriente, de pie junto a la cuna, pendiente de su hija.

-   Mami,  ¡ como te has puesto  !  - dijo sonriendo  -bueno, os habéis puesto las dos, no sé cuantos orgasmos has tenido en las dos últimas horas.

  • Ni lo sé ni me importa, Berto, pero ha sido sublime,  -  lo miré  - y borra esa risita de tu cara de bobo.

-  Noelia,  - dijo en voz bajita Ali, mientras apoyaba su cabeza sobre mi pecho     -¿ de verdad te han gustado mis besos y mis caricias  ?.

-   Nena,  tus labios son tan especiales......  – musité acariciándola  - cuando besabas mis labios, sentía el sabor de los morritos de Bertita y después me has hecho sentir lo que no sentía hace mucho tiempo, el amor y la lujuria, todo revuelto.

-   ¿ Tanto tiempo has pasado sin recibir amor ?.   -  me miró con dulzura.

-   A eso te puede contestar tu marido, Ali,  - respondí quedamente -  yo ni me acuerdo.

-   ¿ Yo ?, venga mami, eso no te lo crees ni tú,    -  dijo Berto   - ¿ pretendes decirnos que en casi dos años, no te has desahogado  con nadie ?.

-   ¡  Con nadie, jodido estúpido  !  - respondí furiosa   - te dije muchas veces que nadie, ¡ nadie ! pondría sus manos sobre mi.... y yo cumplo siempre mis promesas.

-   Mami, Berto, no discutáis por favor, que ésta noche tan bonita nos deje un dulce sabor a los tres.  – susurró Alicia sobre mi pecho.

Dormimos abrazados los tres, felices y relajados.  Mi alarma sonó a las 6,45, estaba sola en la cama y escuché el sonido de la ducha, salté de la cama y vi que la cuna estaba vacía.

-   Alicia,  -  grité  -  ¿ donde está Berta  ?.

-   Está con su papi abajo, entra que ya termino.

Entré y la ayudé a secarse, tras esto me duché yo, me vestí y bajé a la cocina.  Ali le daba el bibe a Berta, mientras él preparaba el desayuno, agachándome besé la carita de mi niña.

-   Alicia, tiene la carita mojada, es que se te cae la baba sobre ella. -  reí gozosa.

Desayunamos los tres, tostadas, fruta y café que había preparado nuestro chico.

-   Berto,    -  lo miré    -  he recibido un mensaje del Presidente, a las 12 hablaremos por vídeo conferencia,  ¿ podrías estar junto a mi  ? necesito tus consejos y que me des un pellizco si digo algo inconveniente.

-   Por supuesto que estaré a tu lado, mami,  - respondió   - ¿  has pensado algo  ?.

-   Sí cariño, decididamente no voy a aceptar,  - dije con contundencia  -  si quieren que siga en CBS tendrá que ser aquí, en Madrid, si no quieren, que me despida. No me muevo del lado de mi familia, y punto.

-   ¡ Olé mi mami !,   -  gritó Ali  - solo una objeción, los pellizcos de papi son exclusivos para mi, para mi culo que lo tengo lleno de cardenales, vosotros morderos cuánto queráis.

A las 12 estaba Berto junto a mi, a suficiente distancia papa no salir en pantalla,  ésta se ilumino y apareció Mr. Kevin Harris, el Presidente.

-   Hola Noelia, tiempo que no hablamos.

-   Sí Mr. Harris, justo hace dos meses,  - respondí   -  ¿ como sigue Robert  ?.

-   Parece que se ha estabilizado, pero me temo que va para largo.  Noelia te necesitamos aquí, lo sabes porque has hablado con Van de Berg y conoces nuestra resolución; en un máximo de diez días debes ocupar tu nuevo puesto.

-   Mr. Harris, me ha costado tiempo y esfuerzo reorganizar las corresponsalías de Europa,  - respondí con firmeza  - en mi modesta opinión funcionan a la perfección y no pretendo decir que antes funcionasen mal, pero creo que mi contribución a CBS es más efectiva aquí, en Madrid, que en el puesto que me ofrece.

-   Querida, no he pedido tu opinión,  -  respondió muy serio   -  te transmito la decisión de la Junta de Accionistas.

-   En tal caso lamento comunicarle que no acepto el puesto,  -  contesté   - así que ustedes deciden.  Mi hija y mis seres queridos están aquí, díganme cuándo debo abandonar mi puesto en CBS.

-   ¡  Joder Noelia, esto es una orden  !,   -  bramó  -  te estoy ofreciendo una Vice Presidencia y no acepto ninguna excusa.

-   ¿ Una orden ?,  -  grité furiosa  -  he viajado por los cinco continentes siguiendo sus órdenes, sin preguntar nada, sin objeción alguna, entregándome en cuerpo y alma a CBS, pero ¡ ya está bien  !.  Despídame y punto final.

-   Noelia cálmate y no me grites, que ya conozco tu carácter,  -  respondió sereno - Vamos a pensarlo ambas partes y hablamos mañana           ¿ estás de acuerdo  ?.

-   De acuerdo, Mr Harris, que pase un buen día.

Tras apagarse la pantalla, Berto se acercó a mi puso su mano en mi hombro y me besó la frente.

-   ¿ Que piensas Berto, he hablado con suficiente claridad   ?.  – inquirí mirándolo.

-   Como siempre has estado perfecta, Noelia, has puesto firme a Harris, creo que lo has acojonado.

-   No digas sandeces, bobo, gracias por estar a mi lado  - me alcé y rodeé su cuello con mis brazos  - y dame un beso, mi vida, estoy muy necesitada de ti.  –  nos morreamos con mucho amor.

Cuándo regresé a casa por la tarde me llevé una bonita sorpresa, Mario jugueteaba con Berta, quien estaba en brazos de Ali.

-   ¡ Mario, querido amigo, qué alegría verte en nuestra casa  !.  -  lo abracé feliz.

-   Os echaba de menos, Noelia,  - respondió con cariño a mi abrazo  - mira lo que he traído a Berta, un vestidito rosa, un osito y un chupete.

-   Todo es muy bonito, Mario, y el chupete le va a venir muy bien,  - reí  - que está destrozando las tetas de Alicia.

-   Mami,  - gritó Berto desde la cocina  - Mario se queda a cenar, así que ven a ayudarme.

-   No puedo, pesado,  -  le grité  - voy a ducharme y a cambiarme, jo, para una cosa que haces.....  – reí contenta mientras subía la escalera.

-   Mario, ¿ puedes entretener a Bertita unos minutos  ?,   - preguntó Ali    - contigo está tranquila, así me ducho yo también.

Nos duchamos juntas, Ali estaba muy juguetona, mucho, mucho, aún así terminamos en pocos minutos y tras vestirnos cómodas bajamos poco después con nuestros cabellos húmedos.  Alicia, dio el pecho y el bibe a la niña y, tras cambiarla, ésta quedó dormida.

La cena transcurrió en un ambiente agradable, de postre tomamos helado

-   Mario, ya me dijo Berto cómo se enteró de que tenía una hija,  - dije mirándolo      -  no te sientas incómodo por desvelar nuestro secreto, entiendo tu postura y ya ves que todo ha salido felizmente bien.

-   La verdad, querida amiga, es que estuve inquieto algunos días,  - respondió él      -  hasta que Berto me dijo que formabais una familia, sois magníficos los tres y mi sobrina ¡ ni te cuento !  es tu vivo retrato, preciosa como tú.

-   Gracias cielo, por hacerme la pelota,  -  reí acariciando su mano  - pero es tan bonita porque se parece a su padre, aunque su mal genio lo ha sacado de mí.

-   Mami, me gustaría bautizarla  - me miró mi marido  - y que Alicia y Mario, fueran los padrinos,  ¿ que opinas tú  ?.

-   Alberto,  - lo miré amorosamente  - tú eres su padre y si te apetece hacerlo, por mi no hay inconveniente.  Como suele decirse, donde hay capitán no manda marinero, y no creo que nuestra hija pueda tener mejores padrinos.

A las 12 del día siguiente, esperaba sentada ante la pantalla la llamada del Presidente, Berto me había avisado de la imposibilidad de estar conmigo por un asunto urgente de trabajo.  La pantalla se iluminó,

-   Buenos días, Noelia   -  sonrió levemente   - ayer en la tarde, volvimos a reunirnos la Junta y decidimos que John Stewart continuase ocupando el puesto de Mr. Benson y que tú continuases en Madrid, aunque debo decirte que el acuerdo se adoptó con mi voto en contra.

-   Es una excelente noticia, Mr. Harris,  -  sonreí muy contenta   - aunque lamento su falta de apoyo y le prometo que me esforzaré por recuperarlo.

-   Mi apoyo como Presidente lo vas a tener, una cosa no quita la otra,   - respondió serio   - pero hay algunas condiciones que deberás cumplir, jovencita:  deberás contactar a diario con Stewart para asesorarlo y darle las debidas instrucciones, que él tendrá que aceptar.    Asimismo, tendrás que venir a New York un par de días cada mes. Esos días analizarás los progresos o problemas del trabajo de Stewart e informarás a la Junta y si todo funciona bien, asunto arreglado, ¿ de acuerdo Noelia ?  -  preguntó con firmeza   -  y no te olvides lo de Oxford, te enviaremos mañana las instrucciones respecto a tu participación.

-   ¡ A sus órdenes mi Presidente  !  - dije sonriéndole  - pero no me vendría nada mal ver una sonrisa en su rostro.

-   Noelia, sabes cuánto valoro tu trabajo y tu entrega a CBS,  -  rio abiertamente    -  pero ese maldito carácter tuyo fuera de las pantallas, te causarán problemas así que debes reflexionar.

-   Lo haré Mr. Harris,  -  lo miré seria   -  verá como me porto bien, y gracias por todo incluso por el rapapolvo.  – sonreí   -  Que tenga un buen día.

Tras la conversación con Harris me sentí dichosa, mantenía mi trabajo, podía seguir disfrutando de mi familia, mi querida ciudad, aunque presentí que mi futuro continuaba siendo incierto, ¡ ojalá que Robert se recuperase ! porque sabía que Stewart no era la persona adecuada para sustituirlo.  Llamé a Berto y Ali, para contarles escuetamente las nuevas noticias y para decirles que esa noche cenaríamos fuera, yo invitaba.

Nos vestimos guapos y elegimos un bonito restaurante cercano a Eurobuilding, Ali llevaba una blusa color lila y falda negra, ¡ hasta Berto se había puesto chaqueta !, yo una falda ajustada y la blusa blanca que él me regaló hace años y Berta con el vestido de Mario.

-   Noelia, abróchate el escote que se te ven las domingas,  -  susurró Ali, ya sentados en la mesa   - aunque vas preciosa, jo.

-   Ésta blusa me la regaló tu marido por mi cumpleaños hace años,  - acaricié la mano de Berto sonriendo  -  y tu sí que estás preciosa, como siempre, nena.

Tras tomar el plato entrante a base de pescado, Alicia nos dijo:

-   Sentaos juntos frente a mi y tapadme, que le voy a dar el pecho a mi niña.

-   ¡ Eres boba, cielo  !, primero porque tienes unas tetas preciosas, para lucirlas,   -   dije riendo   - segundo, porque no hay nada más tierno que ver a una madre amamantar a su hija, y tercero porque si hay alguien que se molesta, que le den.

Alicia, muy pudorosa, le dio la cena a nuestra hija mientras jugueteaba con ella haciéndole cientos de mimos y tras terminar nuestra cena, salimos pitando hacia casa pues había que cambiar y bañar a Bertita.  Ya sentados los tres en el salón, les narré con detalles mi conversación con Harris.

-   Eso va a ser una paliza para ti, cielo,  - apuntó Berto   -  te están diciendo que dirijas la vice presidencia desde Madrid, además de tus viajes mensuales a Nueva York, un abuso.

-   Seré capaz de hacerlo, no seas negativo,  -  respondí sonriendo  - lo importante es que tendré a mi lado a las personas más queridas: vosotros tres.

-   ¡ Eso es lo más importante, mami !, los cuatro siempre juntitos  - apoyó Ali su cabeza en mi pecho   - y en poco tiempo los cinco, que el bichito ya me da pataditas.  Por cierto, mañana a las 9,30 tengo ginecólogo.

-   Yo te acompaño, Alicia  - respondí rápida  - bueno, si os parece a los dos.

Ambos asintieron y al siguiente día la acompañamos a la consulta Bertita y yo. La examinaron minuciosamente y le hicieron una ecografía, entre otras pruebas, tras esto el doctor Alvarez se sentó frente a nosotras.

-   El feto se desarrolla con normalidad, aunque tendremos que vigilar su suelo pélvico.   Alicia,   ¿ con que frecuencia tiene relaciones sexuales?.  – preguntó.

-   Pues..... hasta ahora,  - respondió sonrojándose  - prácticamente a diario.

-   ¿ Siente dolor durante el coito  ?.

-   Últimamente sí, cada vez más.  – dijo Ali muy apurada.

-   Me temo que tendrá que evitar la penetración por el momento,  - dijo serio el doctor  -  Alicia, quizás esta charla debería tenerla con su pareja, pero hay otras formas de tener relaciones sexuales, supongo que no es necesario ser más explícito.

-   ¿ Se refiere al cunnilingus, doctor ?.  - pregunté yo, en vista del azoramiento de Ali.

-   Sí señora, a eso me refiero por ejemplo, la enfermera le dará cita para el próximo mes y un informe con recomendaciones.

De vuelta a casa, Alicia lloraba desconsolada hasta tal punto que decidí no dejarla sola.

-   ¡ Que disgusto, mami !, sobre todo por Berto,  - sollozó entre mis brazos  - con lo bien que estábamos ahora.

-   ¡ Deja de llorar, niña  !, lo primero es tu salud y la de nuestro hijo  - respondí mientras acariciaba su cara  - tu marido lo entenderá y te mimará de todas las formas posibles.

Llamé a Berto y le dije que el bebé se desarrollaba bien, ya habría tiempo de contarle lo demás, a continuación llamé a mi secretaria y le ordené que cancelase mis citas del día.

A las 15 horas llamé a John Stewart, escuché sus noticias y le di mis impresiones.  Berto regresó poco más de las 6, mientras yo preparaba una salsa para los spaghetti, tras hacerla salí al salón y lo vi abrazando a una llorosa Ali.

-   Hola Berto,  - los miré tras sentarme en el sillón frente a ellos  - Alicia cariño, deja de llorar, el niño está bien y lo tuyo no es grave,  pronto te vas a curar.  Vamos a cenar que he hecho pasta.

-   Sí a curar, estoy hecha una puta mierda, ni siquiera puedo contentar a mi hombre,    -  sollozó.

-   Lo primero que voy a hacer mañana mismo es llevarte a mi ginecóloga, para tener una segunda opinión,  - dije mirándolos a ambos  - y lo segundo, contratar una enfermera que se ocupe de ti y de Berta.

-   ¿ Además me vas a quitar a mi niña ?.  – respondió furiosa.

-   Nena,  ¿ cómo puedes decir eso  ?,  - acaricié su mano  -  hemos leído el informe clínico y debes guardar reposo absoluto por el momento, así que no puedes pasar el día con los biberones y cambiando a tu niña, pero ya le harás muchos mimitos de eso estoy segura.

-   Alicia, escucha a mami,  - intervino Berto  -  ella tiene más experiencia que nosotros y lo que dice me parece de sentido común, los dos vamos a cuidar de ti.

Tras la cena, dimos el bibe y cambiamos a nuestra hija entre papi y yo.

-   Mami, no le hemos dado el pecho.  – susurró Alicia.

-   Se ha terminado lo del pecho, nena,  - sonreí mirándola  - le he dado el chupete y se ha quedado dormida, así que vamos a la cama, desde hoy dormiremos Berta y yo en nuestro dormitorio y vosotros en el otro,  así podrás descansar.

-   ¡ Lo que faltaba, de eso nada !,  - dijo contundente  - mami, dormimos como siempre, los cuatro juntos que no creo que lo de la pelvis sea contagioso.

Papi y yo nos reímos, él cogió en sus brazos a su hija y subimos a la habitación, nos dimos una ducha rápida los tres juntos y nos tumbamos, yo junto a la cuna y Ali entre los dos.

-   Berto, mima a tu mujer, no puedes penetrarla pero sabes cómo volver loca a una mujer, eres un experto en eso.  -  murmuré mientras acariciaba la cara de Ali.

-   Noelia, estoy cansada, no me apetece,  - respondió Alicia, mientras apoyaba un brazo sobre sus ojos  - además su mujer eres tú, lo has sido siempre y quiero que os améis, que cuides de él.

-   Alicia, me voy a cabrear y te voy a pegar una buena hostia,      - respondí muy enfadada       - tu marido no me toca, al menos mientras no te recuperes  ¿ estamos ?.

-   Joder, ¿ puedo hablar yo ?,  - bramó Alberto   -  sabéis que ambas sois las madres de mis hijos, por tanto sois mis esposas, os amo a las dos y os deseo tanto a una como a la otra, pero si queréis que hagamos voto de castidad, me fastidiará pero lo haré.

-   Pues vaya ayuda tengo con vosotros,  - nos miró Ali, uno tras otro  -  os enfadáis, me  gritáis y me amenazáis con hincharme a hostias, cuándo yo sólo os pido vuestro amor.

Ambos  la comimos a besos, notábamos lo hundida que estaba nuestra mujercita, su necesidad de nuestro cariño.

-   Tontita, los dos queremos mimarte  - la miré con ternura  -  ¿ quién prefieres que empiece, papi o yo ?.

-   Los dos a la vez, Noelia, papi que siga besando mis labios, cómo termina de hacerlo y tú haces lo mismo pero en mis labios...., ya sabes, los de abajo.  – rio maliciosamente.

Berto comenzó a besar su cuello, sus pechos, su boca mientras ella abrazaba su cuello.  Yo abrí sus piernas, deslicé mi lengua por sus muslos hasta llegar a su palpitante sexo que besé con dulzura y abriéndolos seguí besando, chupando y sorbiendo cuánto Ali me ofrecía, ella puso una mano en mi cabeza atrayéndola hacia su vagina.  Las dos temblábamos de deseo, de placer y pronto noté cómo arqueaba su cintura, sus intensas convulsiones y su tremendo orgasmo; las dos estábamos a cien, muy calientes y mi lengua siguió, siguió sin descanso mientras mi chica se corría una y otra vez, y otra, y otra, hasta que su cuerpo yació quieto sobre el lecho.

-   Respira nena, toma aire que te vas a ahogar,  -  susurré uniendo mi rostro al suyo  - ¿ te lo he hecho bien  ?.

-   La leche, mami,  -  rio Berto  - no sé lo que te va a contestar, pero su cuerpo parecía un maremoto.

-   Noelia, Berto ..... ¡ me habéis dado tanto amor !,  -  respondió feliz  - papi ya ha respondido ha sido como un maremoto de placer. Pero si queréis que mi noche sea completa me falta algo más.

-   Dime lo que quieres, mi vida  - dije tiernamente  - y yo te lo daré.

-   Me lo vais a dar los dos,  quiero que os deis uno al otro tanto amor cómo me habéis dado a mí.  – nos miró con gesto implorante.

-   Alicia, ya te he contestado a eso, este hombre  - dije señalando a Berto  -  es tu marido, el padre de tu hijo y deja de bobadas, tú eres su mujer, ni su amante ni su querida y yo soy... ¡ lo que vosotros queráis !, pero no consentiré que me dé lo que a ti no puede darte, que lo sepas.

-   Noelia, ahora soy yo la que está cabreada y a lo mejor la hostia te la pego yo         -   gritó   - os dije a los dos que nadie era más que el otro, que lo compartíamos todo, somos como un único cuerpo y si es así, quiero que nuestro marido, ¡ el nuestro, Noelia  !, entre en ti salvajemente y si quiere, mientras lo hace que murmure mi nombre, cómo tantas veces murmuraba el tuyo cuando me follaba a mí, yo sabía entonces que nos estaba follando a las dos, así que abre tus piernas porque a través de ti, me va a follar a mí también,  ¡ que lo sepas tú también  !.

La abracé y me la comí a besos, me había dado una lección, yo estaba emocionada, nuestro marido nos abrazó a las dos, nos besuqueamos los tres.  Tras mirar a Berta que dormía tranquilamente, me puse a horcajadas sobre Alberto mientras él con su brazo cogía el cuello de nuestra mujer y con el otro acariciaba mis pechos.

-   Berto, mi vida, haz felices a tus dos mujeres,  - susurré mientras cogía su duro miembro apoyándolo en mi entrepierna  - mi vagina y todo mi cuerpo, también es el de Alicia, danos todo tu amor.

Apoyé mis manos sobre su pecho, su boca mordisqueaba los labios de Ali, y sentí su polla deslizarse suavemente por mi muy húmeda cueva hasta lo más profundo y empecé a rotar mi culo, mis caderas y contraer mis paredes vaginales.

-   Nena,  -  suspiré mirando a Ali  - la tengo metida hasta la garganta, estoy completamente llena de él,  ¿ lo notas tú  ?.

-   Claro que la noto, siento el aleteo de las mariposas en mi vientre,  - respondió sonriendo  - hazlo sufrir, que se entere que ésta es nuestra noche.

-   Vaya zorras que sois las dos,  - rio Berto  - joder mami, si te mueves así voy a explotar enseguida.

-   ¡  A mí no me hables !, díselo a tu mujercita, yo me muevo como me sale por el .... ya sabes,  - los miré riendo  - y explotarás cuando nosotras queramos, así que aguanta, idiota.

La fui sacando y metiendo muy lentamente, controlando sus jadeos y parando cuándo sentía que me la hincaba, sentía su mano cómo estrujaba mi cadera.

-   Mami, a él lo controlas pero a mi no  - suspiró fuerte Ali  -  me he corrido, y ha sido al ver tu cara de golfa; me has puesto muy caliente.

Ambos se rieron, pero yo no porque en ese momento tembló mi cuerpo y a pesar de estar inmóvil, tuve mi primer orgasmo.  Mi vagina y mi culo se contraían apretando la polla de mi marido.  Alicia se incorporó y abrazando mi cuello me besó intensamente.

-   Mami, has tenido un orgasmo sin apenas moverte,  - susurró  -  no me hagas caso, tú no tienes cara de golfa, eres tan hermosa, tan bonita......

-   ¡ A ver qué pasa aquí !,  - siseó Berto  - dejad vuestros mimos, que estoy esperando unirme a la fiesta.

-   Alicia, cariño, sí soy una golfa y voy a reventar a nuestro marido, tantas veces como quiera o como quieras tú, mi amor.  – respondí.

Me incliné sobre él y moví mis caderas con violencia metiendo y sacando su pene mientras mordía sus labios, escuché sus gruñidos mientras agarraba mis nalgas con sus manos, empujándolas hacia él. Nuestros cuerpos se convulsionaron y mientras me llenaba con su esperma logró que me corriese yo también.  Nos quedamos quietos jadeando y tras un minuto empecé de nuevo a mover mi culo en círculos, aprisionando su polla con mi vagina y no tardó en reaccionar, a taladrarme sin piedad y yo a devolverle su pasión con mis besos y mi encharcada vagina.  Se corrió de nuevo entre convulsiones, aunque yo me contuve.

-   Mami, me lo vas a matar a polvos,  - dijo Alicia preocupada  - déjalo descansar, por favor.

-   No hay descanso que valga,  - respondí contundente  - esta noche lo voy a dejar seco. Alberto, pídemelo tú, dime que te rindes, que siempre lo he tenido que hacer yo.

-   Ni lo sueñes, Noelia,  - me miró serio  - te voy a agotar como siempre he hecho, pero ahora voy a follar a nuestra mujer, Alicia.

-   ¡ Estáis locos  !, no quiero que me folles, cielo, esto no es amor, parece un rally sexual   -  dijo enfadada  - y tú mami sí eres una golfa, parad por favor.

Me descabalgué de mi marido y abracé a mi chica.

-   No te enfades, cariño, - acaricié su cara  - ¿ no me pediste que lo castigase ?,  pues eso estaba haciendo, no es por nada, pero en nuestros tiempos esto lo hacíamos cada noche, díselo tú Berto.

-   Ali, cariño,  - respondió Berto  - esto es otra forma de amarnos y los tres somos golfos.

-   Soy una idiota, papis, estabais disfrutando y he metido la pata, - dijo con tristeza  - es que me he puesto nerviosa y...... celosa de los dos.  Mami, yo te limpio y tú limpias a papi, ¿ vale  ?  - sonrió mirándome.

Al día siguiente llamé a mi ginecóloga, Isa, tras explicarle brevemente la dolencia de Alicia nos dio cita para esa misma tarde.  Tras recibirnos le hizo algunas pruebas adicionales y confirmó el diagnóstico del Dr. Alvarez.

-   Alicia, coincido con el diagnóstico del Dr. Alvarez, aunque tu lesión en el suelo pélvico es leve y espero que en un par de meses esté curado.  Voy a recetarte unas píldoras suplementarias que te ayudarán, así como unos ejercicios que fortalecerán tus músculos.   Respecto a la enfermera que buscáis, Noelia, lo cierto es que lo veo innecesario pero os doy su teléfono por si queréis  hablar con ella.

-   ¿ Lo ves, tontita ?, en unas semanas estarás bien,      - dije ya en el coche mientras ordenaba al chofer  -  Azarías, llévenos a mi casa.

-   Ojalá mami, Isa me ha parecido una buena doctora,  - respondió Ali  -  pero no quiero una enfermera, ya ha dicho ella que es innecesario y yo quiero cuidar de Bertita, ¿ te quedas conmigo en casa, Noelia ?.

-   No cielo, he de ir a mi oficina, pero en un par de horas regreso, mientras juegas con nuestra niña, mírala ya está buscando tu pecho.  – sonreí mientras veía a mi hija agarrar con sus manitas el pecho de Alicia.

Volví a casa pasadas las 7, Berto estaba a lo suyo, la cocina, mientras Alicia estaba a lo de ella, dar de mamar a Berta.

-   Cielo, basta ya de darle pecho,  - le dije seria  - cuándo tengas a tu hijo, ¿ que vas a hacer, colgártelos a los dos de cada una de tus tetas ?.

-   ¿ Qué quieres que haga, mami, si le gustan mis pechos ?. -inquirió riendo feliz.

Tres días después llegué a la University of Oxford, quedé impresionada por su majestuosidad, por las decenas de miles de alumnos, los famosos personajes que habían pasado por sus aulas, Oscar Wilde, Tolkien, Stephen Hawking y un largo etcétera de celebridades.  Tras recibirme la Vicerrectora me presentó al director del seminario, un hombre muy agradable y cordial, me citó para las 15 horas al objeto de reunirme con los restantes profesores que compartirían conmigo el área asignada. Ratificamos los horarios y los puntos a impartir cada uno de nosotros en el programa, me sorprendí al encontrarme con Matthew Hudson un colega que trabajaba para New York Times y con el que tenía muy buena relación, especialmente desde mi estancia en New York.

Acabada la reunión, sobre las 19 horas salí de la Universidad junto a Matthew.

-   Ha sido una sorpresa encontrarte, Matt,  - le sonreí  -  no vi tu nombre en la documentación que recibí.

-   En realidad, no era yo el propuesto inicialmente,  -  respondió  - pero al final me convencieron.  Yo sí sabía que estabas entre el profesorado, así que no me he sorprendido al encontrarte, Noelia.  ¿ Tienes algún compromiso para esta noche  ?, ya es hora de cenar y estoy hambriento.

-   Me encantaría cenar contigo, pero me gustaría cambiarme de ropa antes, ¿  en que hotel te alojas  ?,  - pregunté  -  yo estoy en el Randolph y tiene un estupendo restaurante.

-   Mi empresa no es tan generosa, estoy en el  Holiday Inn, si quieres te acompaño a tu hotel y cenamos allí.

Tras darme una ducha rápida y cambiarme de ropa, me reuní con Matt en el elegante restaurante, elegimos la cena y mientras tomábamos Martinis pregunté:

-   ¿ Cómo está tu esposa Matt ?, recuerdo que coincidimos en un par de cenas.

-   Creo que sigue bien, aunque hace más de un año que nos separamos.

-   Lo lamento, Matt, aunque me parece recordar que no teníais hijos.

-   Por suerte no tenemos,  ¿ tú sigues con el informático español ?.

-   Bueno, sí, -  respondí balbuceante  -  aunque también nos separamos durante un tiempo, pero volvemos a estar juntos y tenemos una hija.

-   ¡ Enhorabuena Noelia !,  - rio alegremente  -  nuestra profesión es difícil, es complicado formar una familia, al menos lo ha sido para mí, pero tú lo has conseguido.

-   En cierto modo sí, Matt,  - dije mirándolo  - aunque mi familia es... digamos    atípica.  Esta puñetera profesión, a la que los dos amamos, pone muchas piedras para la convivencia.

-   No estoy seguro de entenderte, ¿ a qué te refieres con atípica  ?.  Si estáis juntos,  tenéis una hija y os amáis, es perfecto,  - apuntó sonriendo  -  aunque ya he oído que vuelves a New York para ocupar el puesto del pobre Benson.

-   Lo de New York está descartado, renuncié a la propuesta y me quedo en Madrid, se lo dejé claro a Harris y la Junta lo aceptó.

-   Si tú lo dices, Noelia ...... pero mi información es de ayer mismo, mi tío Ben, esposo de la hermana de mi padre, es hermano de Kevin Harris, tu Presidente, y me ha confirmado que la Dirección de CBS para Europa se traslada a Paris, que la nueva directora ya ha sido elegida y que tú asumes el puesto de Benson en NY.

-   Pues tu tío Ben está confundido, Matt,  - respondí preocupada   - aunque ahora la confusa soy yo, espero que no traten de hacerme una mala pasada. Ya les dije que, en modo alguno aceptaba el puesto; que me despidiesen.

-   Yo en tu lugar trataría de aclararlo, Noelia,  -  me miró fijamente  -  por lo que sé este asunto viene por cierto enfrentamiento entre los principales accionistas, aprovechando la enfermedad de Benson, alguien ha adquirido sus acciones y Robert está fuera, pre jubilado o algo así y van a reestructurar  la Corporación.

Los siguientes días, mientras impartía el seminario, traté de ponerme en contacto con Kevin Harris mi Presidente aunque no obtuve respuesta alguna, al parecer estaba en un viaje privado.  De regreso en Madrid, me dirigí a mi oficina directamente desde el aeropuerto, tampoco allí se había recibido nada especial, todo estaba normal.  Llamé a John Stewart  interesándome por su trabajo.

-  John, ¿ cómo va todo por ahí  ?  - pregunté tras hablar unos minutos sobre el trabajo ordinario.

-   Pues todo normal.... ¿ a que te refieres Noelia ?  -  respondió titubeante.

-   Me han llegado rumores sobre ciertos cambios en la Junta y en la Corporación, he intentado hablar con el Presidente pero no lo he conseguido.  –  respondí.

-   Yo estoy como tú, Noelia, sé que ha habido movimiento en la distribución de las acciones pero tampoco he podido hablar con el Presidente.  – murmuró  - Lo que sí te puedo decir es que sé que este no es mi puesto, mi trabajo es la Administración y ahí quiero volver.

-   Veo que ni puedes ni quieres hablar, John,  - dije contundente  - y parece que la Dirección para Europa van a trasladarla a Paris.  ¡ Tu eres accionista John !, algo tendrás que decir.

-   También tú lo eres, los dos somos pequeños accionistas pero en las grandes decisiones no tenemos voz ni voto.  – respondió de la misma forma  - Y de Paris, tú misma lo has dicho, ni puedo ni quiero hablar, son todo rumores.

Llegué a casa al final de la tarde, mi estado de ánimo se iluminó, estaba con los míos con los que verdaderamente me importaban.  Besé tiernamente a Berta y abracé a Berto y Alicia, durante la cena Alberto me miró fijamente.

-   Noelia, te veo seria y vacilante, dinos qué te ocurre.

-   Estoy muy desorientada, Alberto, me ha llegado información de la Corporación y, aunque no es oficial, parece que se van a producir cambios notables que me afectan.  Es probable que la Dirección para Europa la trasladen a Paris y que me obliguen a aceptar el puesto en NY.

-   ¡  No pueden hacerte eso, mami !,  - exclamó Ali   - pocos días atrás  ratificaron tu puesto aquí.

-   Pueden hacer de mi lo que quieran,  - respondí con tristeza  - yo solo soy un peón en el tablero de CBS, pero no es sólo eso lo que me preocupa; la realidad es que creí haberme forjado un futuro ilusionante con vosotros y mi trabajo, pero compruebo que es una utopía.

-   ¡  Noelia, te prohíbo que hables así, que seas tan negativa  !,  -  gritó Berto, mirándome enfadado   -  siempre has sabido que en tu trabajo continuamente estabas en el filo de la navaja, precisamente por ocupar cargos de alta responsabilidad.  Pero el futuro entre nosotros, tu familia, no es una utopía tenemos a nuestros hijos y nos amamos, Alicia y yo hemos hablado de ello y ambos estamos ilusionados, esto es para siempre, mami, nada lo romperá.

-   ¿ Nuestra familia, Alberto ?,  - respondí mientras las lágrimas inundaban mis ojos  - ¿ cuántos años hace que tú y yo formamos la primera familia, cinco ?, y se rompió, la volvimos a formar y se rompió de nuevo y otra, y otra más.  Tu verdadera familia la tienes con esta maravillosa mujer  - miré a Alicia  - y el hijo que lleva en su vientre.  Yo siempre lo he estropeado todo, lo único realmente mío es la hija que me regalaste antes de tu última despedida.

El más profundo silencio se instaló entre nosotros, Alicia lloraba con desconsuelo y él hundió la barbilla en su pecho con una inmensa tristeza.

-   Voy a ir a Nueva York,  - continué con firmeza  - me están ninguneando y no lo voy a permitir.  Allí tendré otras oportunidades, de hecho, he recibido varias ofertas en los últimos tiempos; mañana mismo tomo un avión. Berta vendrá conmigo.

Pude escuchar el fuerte sollozo de Alicia mientras Berto me miraba con los ojos como platos.

-   Eres egoísta Noelia  -  siseó Berto  - egoísta y caprichosa, cómo siempre lo has sido, pero esta vez no te lo voy a poner fácil: mi hija se queda conmigo.

-   ¡ No, por favor, no sigáis discutiendo !,  -  gritó Alicia llorando  - me están matando de tristeza tus palabras, mami, amo a nuestra hija y te amo a ti, no me hagas esto.

-   Alicia ..... deja de llorar, - la miré con ternura mientras acariciaba su rostro  - esto es lo que hay, desde el principio he sabido que lo nuestro es un imposible, nos queremos mucho pero aquí sobra una, y esa soy yo.  Vosotros dos vais a ser unos padres estupendos y unos amantes perfectos, tenéis que vivir vuestra vida.

-   Noelia, razonemos,  - dijo Berto más calmado  - ve a NY e intenta aclarar las cosas, quizás tus temores sean infundados y encuentres alguna solución razonable que no sea romperlo todo.  Te prometo que si es necesario, yo mismo te llevaré a nuestra hija en el primer avión.

-   Alberto, sé que lo harías, eres un hombre íntegro,  - respondí mirando sus ojos fijamente  - pero mi decisión está tomada, ojalá pudiese volver a Madrid, si así fuese, ya arreglaríamos lo de nuestra convivencia y en cualquier caso, nunca olvidaré que eres su padre, ni cuánto amáis los dos a nuestra niña.

Al día siguiente a mediodía nos dejó mi chofer en el aeropuerto de Barajas, llevaba lo mínimo en el equipaje, lo que fuera que ocurriese en NY, me haría tomar decisiones y si fuese necesario, regresaría a Madrid.

Aterrizamos en JFK Airport a las 14 horas ( hora local ), donde nos esperaba Henry Caruso,  con quien había hablado y se comprometió a cuidar de Berta por unas horas.  Llegué a las oficinas centrales de CBS poco después y tras unos minutos me recibió el Presidente, ¡ que casualidad, ya había regresado de su viaje !.

-   Noelia, ¿ que haces aquí  ?,  - inquirió muy serio  - no me habías advertido de tu visita.

-   Traté de hacerlo en varias ocasiones, Mr. Harris, pero siempre obtuve la misma respuesta, estaba usted de viaje.  Además, tenía pendiente mi reunión mensual con John Stewart.

-   Con John hablaste ayer mismo, ya me contó tus inquietudes, ¿ cual es el verdadero motivo de tu viaje, Noelia ?.  – preguntó alterado.

-   Si ha hablado con John ya conoce mis inquietudes, creo saber algo sobre los cambios en la Junta y también sobre mi dudoso futuro en la Organización.

-   Veo que las noticias vuelan rápidas, - respondió  -  sí, ha habido cambios en el accionariado y también en el diseño de la Organización.  Por lo pronto, tu nuevo destino es NY, en el puesto que ocupaste anteriormente, la vice presidencia que temporalmente ocupa Stewart y que tú rechazaste, queda vacante y se dirigirá desde esta Presidencia, al menos hasta que designemos  un nuevo titular.

-   Vaya, ¿ esto es un castigo, que he hecho mal ?, Presidente.  -  titubeé.

-   Nada has hecho mal, si así fuese estarías despedida.     -  respondió contundente  -  Hemos recibido el informe de la Universidad de Oxford y tu valoración ha sido buena, muy buena, aunque no seguiste las pautas que te dimos, has impartido el seminario siguiendo tus propios criterios.  Y esto no es un castigo, tendrás las mismas condiciones económicas y profesionales que tenías anteriormente, cuando ocupaste el mismo puesto en NY.

-   ¿ Cuando debo incorporarme a mi puesto, Mr. Harris  ?,  -  pregunté suplicando    - ¿ mantendré la casa en Queens  ?.

-   Te he dicho que tendrás las mismas condiciones que ya tuviste, y eso incluye la casa.  -  respondió  - debes incorporarte de inmediato, tienes un máximo de siete días.  Quiero darte un consejo, Noelia, espero tu absoluta cooperación y fidelidad, que colabores y ayudes al nuevo vicepresidente que designemos.  Te avisé respecto a tu carácter, así que espero que te calmes y todo irá bien, te espero aquí en una semana, antes si es posible.

Recogí la llave de mi casa en Queens, que me entregaron en Secretaría, llamé a Henry y le pedí que llevase a Berta y el equipaje a mi casa, cuando llegué ya estaba él aparcado en su coche frente a la puerta.  Subimos juntos, entramos en el apartamento y pude comprobar que estaba tal como lo dejamos tiempo atrás, eso sí, limpio y reluciente, no había sido ocupado por nadie.

-  Henry, eres un amor,  - lo abracé mientras mantenía a Berta en mis brazos  -  ya he comprado algo para la cena y reservado billete a Madrid, para mañana a primera hora, y en pocos días estoy de regreso, como te he contado.

-   Noelia, lo hemos pasado muy bien tu bichito y yo,  - sonrió  - hace 30 minutos le he dado el biberón, está bañada y cambiada.  Mañana os llevo al aeropuerto y espero que a tu regreso me reclames, quiero volver a ser tu cámara.

-   Lo serás como siempre, Enrico,  - respondí contenta  - y no es necesario que nos lleves al JFK, ya he pedido un taxi para las siete de la mañana, ya ves si soy previsora.

Mi vuelo de American Airlines, aterrizó en Barajas sobre las 14 horas, gran parte de mi equipaje lo había dejado en NY, llegué a la que todavía era mi casa y tras bañar a mi niña y darle su bibe, se durmió plácidamente.  Sonó mi móvil.

-   Hola Alicia, -  respondí  - recién he llegado a mi casa.

-   Hola tesoro,  - dijo Ali con voz cariñosa     - ¿ a tu casa de Nueva York ?.

-   No cielo, he regresado a Madrid,  - respondí riendo  - como ves ha sido un viaje corto, voy a tomar algo y a tumbarme en el sofá, estoy muy cansada.

-   ¿ Te importa que vaya  ?, así me ocupo de mi niña mientras descansas – rio feliz  -  os he echado tanto de menos, tengo tantas ganas de ver su carita....

-   Berta está dormida, la he bañado y dado el bibe,  pero ven hoy no voy a ir al trabajo.

30 minutos más tarde llegó Alicia, me abrazó y me dio mil besos en la cara, nos acercamos a la cuna y tuve que agarrarla para que no cogiese a Berta.

-   Déjala que descanse, Ali, cuando despierte te la comes a besos, - dije con mi brazo en su cintura  -  vamos a la cocina que he hecho un caldo y lo tomamos las dos.

-   Mami, ¿ arreglaste tus cosas, vuelves a Madrid  ?  -  murmuró mirándome ilusionada.

-   No Alicia, he regresado para recoger mis cosas,  en cinco días regreso a NY, ese es mi nuevo destino.

-  ¿¡ Y que va a ser de mi !?,  -  sollozó  - os necesito tanto a las dos, ayer me pasé el día llorando, necesito a Bertita mordiendo mi pecho.  Ni siquiera os tendré a mi lado durante el parto, lo sé.

-   Alicia, cariño,  - acaricié su rostro con mis manos  -  hace escasamente 48 horas os dije aquí mismo que mi vida tomaba un nuevo rumbo, voy a intentar rehacerla en Nueva York, en CBS o en cualquier otro sitio, pero te prometo que haré lo imposible por estar junto a ti cuando des a luz, quiero que nuestra niña sea la primera en ver la carita de su hermano, ¡  que lo sepas, nena  !.

Cinco días después me reintegré al trabajo en NY, no estaba precisamente ilusionada pero sí decidida a iniciar una nueva vida junto a mi hija y lo que el destino me ofreciese.  Atrás dejaba una historia llena de claro oscuros, con momentos felices y otros desdichados, pero siempre intensos; estaba dispuesta a afrontar las vicisitudes que encontrase y reavivar mis ilusiones, andar mi propio camino sin mirar atrás.

Henry Caruso, me había puesto en contacto con una prima suya, Claudia, que había trabajado como “nanny” y ahora estaba disponible, la entrevisté y quedé satisfecha, era limpia, joven y con experiencia y muy cariñosa con Bertita.  La contraté por un periodo de prueba, interna de lunes a viernes.

Zumbó el intercomunicador de mi despacho, era Lucy, mi secretaria de siempre.

-   Noelia, Mr. Harris quiere verte, te espera en su despacho.

Anduve hacia el despacho del Presidente y cuando entré lo vi sentado en su mesa y frente a él, de pie y de espaldas a mí, una elegante mujer rubia.  Él se levantó y señalando a la mujer, dijo:

-   Noelia, quiero presentarte a la nueva Vice  Presidenta que sustituye a John Stewart:  Melisa Van de Berg.

No pude evitar mi gesto de sorpresa cuándo ella se dio la vuelta y me miró muy sonriente.

-   Hola Noelia, ¡ cuánto tiempo sin verte !     -  me besó las mejillas    - Kevin, Noelia y yo nos conocimos hace algunos años y estaré encantada de que forme parte de mi equipo.

-   Lisa, encantada de volverte a ver,  - respondí aún sorprendida  - es una bonita sorpresa verte aquí, bienvenida a CBS.

-   Noelia,  - intervino Mr. Harris  -  Lisa se estrena en su nuevo puesto y también en la Corporación, va a necesitar que la orientes y tu completa ayuda y colaboración, sé que la va a tener.  Tenéis mucho de qué hablar, por lo tanto, empezad cuánto antes.

Salimos juntas y nos sentamos en el despacho de Lisa, una junto a la otra sin mesa de por medio y hablamos, hablamos, hablamos .................... pero éste es el comienzo de una nueva historia, que quizá nos decidamos a contar.