Perfidia.14 : Reconciliación

... aunque sí podemos dormir juntos, lo que no podemos es follar, porque soy incapaz de controlar mis gritos ni los suspiros cuando tu hombre entra en mí. Supongo que a ti te ocurre lo mismo, Alicia, ¿no?.

Berto

Tres meses más tarde, Ali y yo estábamos en la oficina trabajando sin pausa. Yo había trasladado mis cosas a su casa, nuestra relación era magnífica, la vivíamos con mucha intensidad y nuestras noches eran alucinantes, Ali, se entregaba a mí en cuerpo y alma, tanto se entregó que...

-   ¿ Se lo decimos, cielo ?.  –  preguntó Alicia, yo asentí con la cabeza alejando mis pensares.  Anduvimos hasta el despacho de Mario, cogidos de la mano.

-   Mario, queremos decirte algo  –  siguió Alicia, sonriendo dichosa –   Estoy embarazada, Berto y yo, vamos  tener nuestro primer hijo.

He de admitir que sus palabras me sorprendieron, sobre todo las de “ primer hijo ”, pues yo le había dejado claro que,  pese a su descuido no quería aumentar la familia; y digo descuido porque ella me aseguró que su embarazo debió producirse una noche que tontamente olvidó tomar la píldora, aunque siempre sospeché que fue un olvido premeditado y lo que ella quería era convertir nuestra relación en un amor encadenado, para siempre ...

Mario puso un gesto adusto, no sonrió.

-   Me pareció que había un rollito entre vosotros, pero no creí que fuese tan serio.  -  me miró con fijeza.

-   ¿ No te alegra saberlo, Mario  ?  - exclamé sorprendido.

-   No estoy seguro. – miró a Alicia. – Ali, ¿ puedo hablar con Berto a solas ?.

-   Lo que tengas que decirme, Mario, puedes hacerlo delante de mi mujer.  –respondí, mientras sujetaba a Alicia, que empezaba a alejarse.

-   Está bien, voy a romper una promesa.  Berto, tú ya tienes una hija, una preciosa niña de cinco meses. Prometí a Noelia que no te lo diría pero creo que debes saberlo.

Quedé aturdido, mientras escuché el sollozo de mi mujer.

-   Mario,  - dije titubeante y con los ojos vidriosos  - ¿ no pudiste decírmelo, mal amigo, tienes que hacerlo ahora  ?.

-   No me enteré hasta hace escasamente un mes, Berto, vi a Noelia empujando un carrito de bebé y me enseñó a su preciosa niña, lo demás ya te lo he dicho, me hizo prometer que no te lo contaría.  Tu hija se llama Berta.  - respondió compungido.

Nos marchamos a casa en mi moto, Alicia, se abrazó a mi espalda con su cabeza apoyada en mí.

-   Cariño,  - dijo Alicia, ya en casa, abrazada a mi cuello  - debes conocer a Berta, a tu hija, sé que lo estás deseando,  lo comprendo y le dices de mi parte que va a tener un hermanito.

Lloramos los dos abrazándonos, nunca la había sentido tan mía como en ese momento.

-   Gracias Alicia, por tu comprensión,  - miré su cara bañada por las lágrimas  - por tu cariño que me lo demuestras cada minuto del día.  Voy a ir ahora, son las 6, volveré para la cena.

Minutos después, pulsé el timbre de casa de Noelia.  Me abrió una asistenta y tras ella apareció mi ex.

-   Deja, Nefer, yo me ocupo, ¿ que quieres, que haces aquí ?  - preguntó muy alterada.

-   ¡ Quiero ver a mi hija, maldita sea !.  – grité furioso.

-   Tú no tienes ninguna hija.  – respondió serena.

La aparté y entré en la casa, dirigiéndome al salón, donde vi una cuna.  Ella agarró el cuello de mi camisa y me dijo siseando:

-   O te largas o llamo a la policía, tú verás. Esta hija no es tuya, mira,    - dijo sacando un papel de un cajón, era un certificado de nacimiento         - mira el nombre del padre, está en blanco, mi hija es solo mía.  -  gritó.

La niña empezó a llorar, los gritos la habían despertado.   Noelia corrió hacia ella, la sacó de la cuna y la arrulló entre sus brazos.

-   Cariño, mi vida, no llores que estás con mami.  -  le susurraba dulcemente, mientras besaba su carita.

Sin poder evitarlo, empecé a llorar, a sollozar fuertemente.

-   Noelia, por favor,  - la miré entre sollozos  - deja al menos que vea su carita.

Una vez calmada la niña, la giró hacia mi.

-   Mira Bertita, éste señor ha venido a verte, pero no temas, se va enseguida.

Mi hija, me miró, arrugó sus mofletes y sonrió, abriendo sus bracitos hacia mí, di dos pasos hacia ella sonriendo feliz.

-   Ni se te ocurra acercarte a mi hija, Alberto, - dijo con contundencia -   niña tonta, éste hombre es el “ coco “.

La niña pataleaba y seguía abriendo sus bracitos, me miraba y reía.

-   Noelia, por Dios te lo pido, - supliqué  - deja que la coja en mis brazos.

-   Venga, tómala,  - la inclinó hacia mi  -  pero solo un minuto, el bichito te ha olido, nunca se va con nadie, joder.

Tomé a mi hija y besé su carita, mientras ella acariciaba la mía entre risitas.

-   ¿ Cómo es posible ?  - gritó mi ex airada  - sabe que eres su padre, jamás lo ha hecho con nadie.  – me la arrebató de los brazos.

Mi niña empezó a berrear, abría sus bracitos hacia mí, pateando.

-   Tómala Berto, a ver si se calma contigo.  – me la devolvió.

Cuando cogí a la niña, apoyó su cabecita en mi hombro y minutos después se durmió, con sus morritos entre abiertos.  La pusimos suavemente en su cunita.

-   Alberto, siéntate en el sillón,  - me miró fijamente, con dureza - no te ofrezco una copa, porque sé lo mal que te sientan. Berta se ha encaprichado contigo, es natural, mi hija es muy lista y sabe que eres su padre.  No quiero que vuelvas a verla, ¿ te enteras ?, nosotras dos solitas, somos felices y no necesitamos nada ni a nadie.

-   Noelia, no me hagas esto,  - supliqué  - es mi hija....

-   ¿ Tu hija, donde estabas mientras se moría en la incubadora, cuando se la comía la fiebre por las noches  ?  - las lágrimas inundaban sus ojos  - Estaba su madre a su lado, estaba yo, amándola, cuidando de mi hija.

-   Llámame lo que quieras, me lo merezco,  - la miré suplicante  - pero no me prives de verla.  Noelia, Alicia y yo estamos juntos.

-   Lo sé, os he visto en tu moto desde mi coche, ella muy pegadita a ti. – respondió.

-   Alicia está embarazada, de tres meses.  – la miré  - A los dos nos gustaría ser tus amigos, me ha dicho que le dijese a Bertita que va a tener un hermanito.

-   ¡ Solo faltaba eso !  - respondió entre titubeos - Nosotras estamos muy bien solas.

-   Alicia te tiene cariño, y aunque no te guste, Berta va a tener un hermano.

-   Alberto, tu mujer me parece una buena chica, es una preciosidad. – hizo una pausa suspirando  –  Vale, venid mañana a cenar a casa, a nuestra hija le encantará tener un hermano, pero la cena la harás tú, que lo sepas.  –  sonrió.

Cuando regresé a casa, expliqué a Alicia todo lo acontecido, ella escuchaba muy atenta sentada a mi lado y cuando le dije lo de la cena de la noche siguiente, me abrazó muy sonriente.

-   Berto, estoy muy contenta,  - dijo apoyando su cabeza en mi hombro  - es fantástico que hayas conocido a Bertita y Noelia se ha portado como lo que es, una gran mujer, me da mucha ilusión volver a verla mañana y besar a la hermanita de nuestro hijo.  – sonrió mirándome.

El día siguiente llegamos a las 19 horas a casa de mi ex, me había levantado muy temprano y cociné un estofado de carne con verduras, sabía lo mucho que les gustaba tanto a Noelia como a mi mujer.  Pulsamos el timbre y nos recibió Noelia, muy guapa con su traje chaqueta de ejecutiva y muy sonriente al vernos.

-   Termino de llegar ahora mismo, pasad parejita.  -  le dio dos besos a Alicia en las mejillas y ésta se abrazó a su cuello.

-   Noelia, estás deslumbrante, guapa como siempre,  - dijo Alicia, mientras la abrazaba  - gracias por ser como eres, una señora, generosa, sin rencor.

-   Venga tonta,  - respondió dándole un cachete en el culo  - no sigas que vas a hacer que me emocione.

A mi me dio un cachete en la cara. Entramos y fuimos hacia la cunita, donde Bertita pataleaba con un pequeño juguete en sus manitas.

-   Esta es Bertita, mi adorada hija, - la mostró mirando a Alicia quien se agachó acariciando su carita.  La niña empezó de inmediato a berrear.  Me acerqué  a ella y extendí mis brazos y mi hija comenzó a reír mientras abría sus bracitos.

-   Así está desde ayer, la puñetera niña,  - dijo enfadada Noelia  - fue ver a su padre y desde entonces no quiere que nadie más la toque.  Mírala si es tonta, cómo se ríe con él.

-   Es tan bonita,  -  murmuró Alicia, acercándose a mí y besando los mofletes de mi hija.  La niña la miró seria, frunciendo los morritos.

-   Ya te digo, Alicia, se enfada si se le acerca alguien.  – dijo mi ex.

-   ¿ Puedo cogerla un poco, Noelia ?  - preguntó Alicia.

-   Inténtalo, bonita  - respondió riendo.

Alicia la tomó amorosamente entre sus brazos, acunándola, diciéndole tonterías, como cuchi, cuchi.  Bertita la miraba con cara de bobita, pero no lloró, estaba tranquila, pero un minuto después miró a su mamá y abrió sus bracitos.

-   Vaya con mi niña, al fin se acuerda de su mami,  - la acogió riendo  - pero no ha llorado contigo, Alicia, por lo visto ha sabido que eres de la familia. Voy a darle el pecho, por eso me ha abierto los brazos la bandida.

Se sentó en el sofá, mi mujer se sentó a su lado, necesitaba aprender; Noelia se sacó un pecho y mi hija empezó a chupar, yo me di la vuelta para dirigirme a la cocina.

-   ¿ Que haces Berto, dónde vas ?.  – preguntó airada Noelia.

-   Yo, es que.....  – tartamudeé. Aunque en realidad lo que ocurrió es que ver la teta de Noelia, así de pronto, sentí un latigazo en la espalda que se extendió hasta mi entrepierna con las subsiguientes consecuencias.

-   Déjate de bobadas y mira a tu hija comiendo de mi pecho, - me miró seria  - y cuando termine la vas a cambiar tú, que eres su padre, joder, y no solo  para las sonrisitas,  también para limpiarle el culito,    ¿ estamos ?.

-   A la orden mi sargento.  – respondí feliz mientras me cuadraba.

-   Será idiota,  - dijo mirando a Alicia  -  no puedo entender como aguantas al gilipollas.

-   Qué me vas a contar a mí, Noelia,  - respondió riendo mi mujer - oye, ¿ la has criado con la leche de sus pechos ?.

-   Sí Alicia, cada día la he llevado conmigo al trabajo, donde voy yo va mi hija ya se me está retirando la leche y la estoy complementando con biberones.       – explicó   -  Hasta ahora, he podido evitar viajar, pero me temo.....

-   Noelia,  -  dijo Alicia con contundencia  -  Alberto es su padre y yo, yo......  soy de la familia, si tienes que ir de viaje nosotros cuidaremos de nuestra niña y te juro que trataré de ser una madre para Bertita, si tú quieres, claro.

-   Gracias, cariño,  - respondió Noelia, pellizcando la barbilla de Alicia   - cuando toque, que tocará pronto, marcharé tranquila si está con vosotros, con su padre y con la mamá de su hermanito.  Papiiiii, tu niña se está tirando pedetes así que ya sabes lo que toca.

-   Deja Berto, ya lo hago yo así practico, - saltó Ali de su asiento  - tú prepara la cena, mientras duermo a este bomboncito.

-   ¿ Que haces Berto  ?.  – preguntó Noelia a mi lado.

-   Esta mañana – respondí  - preparé un estofado, sé que te gusta.

-   Eres un idiota, claro que me gusta,  - se rio  -  y también sabes que he de tener cuidado con tus guisos, están divinos, pero engordan que no veas.

-   Tú estás divina, mami,  - la miré  -  y me has dado una hija preciosa.

-   Deja de hacerme la pelota, papi,  -  respondió orgullosa  - díselo a tu mujer, Alicia es encantadora, ella sí es divina.

-   Noelia, que te escucho,  - se unió Ali a nosotros  - la niña ya duerme, voy a lavarme las manos.

Cenamos los tres en la mesa del comedor, en una esquina porque la mesa era enorme.

-   Eres un borde, papi,  - exclamó Noelia contenta  - está exquisito, pero mañana tendré que comer lechuga todo el día, para compensar.

-   Noelia, escuché antes lo que decías de mi,  -  titubeó Alicia  - ¿ de verdad te parezco encantadora  ?, tenía miedo de que me rechazases.

-   Sí nena, también dije divina,  - respondió mirándola  - y lo eres, os he visto varias veces en la moto, desde mi coche, siempre agarrada a tu marido y tienes un cuerpo de escándalo, pero lo mejor ha sido cuando te he escuchado esta noche: vas a ser una gran madre, porque eres una gran mujer.

-   Jo Noelia, me estoy sonrojando,  - respondió emocionada  -  ¿ como es que nunca te he visto en tu coche ?.

-   Me recoge cada mañana el chofer en el coche de la empresa y los cristales están tintados.

-   ¡ Hala ricachona !, mi niño va a tener una segunda mami famosa, millonaria, y... todo de todo.  -  rio con mucha alegría Ali.

-   No digas bobadas, Ali, por supuesto que nuestros niños van a tener cuanto necesiten,  pero lo más importante, van a tener todo nuestro amor, los de su papi y de sus mamis, de los tres  - respondió mirándonos a los dos  -  por cierto ya es hora de darle pecho y biberón a nuestra lobita, ayudadme a prepararlo, por favor.

Preparamos el biberón y todos los trastos para la noche.  Tomé a mi hija dormidita, cuidadosamente entre mis brazos y la subimos al dormitorio.

La dejamos en la cama grande, su cunita estaba a un lado, y mis dos mujeres se acostaron, una y otra a cada lado de la niña, mientras yo las miraba embelesado.

-   Berto, ni se te ocurra hablar que nuestra niña reconoce la voz de su papi  -  dijo mami con voz muy baja  - coge el biberón, túmbate a mi espalda y cuando te lo pida me lo das.

-   Que estampa tan bonita, papi y mami dando el pecho a nuestra niñita, voy a hacer una foto.  – dijo Ali bajito.

-   Nena, hazla sin flash, que no se despierte.  – susurró mi ex.

Mi hija seguía chupando de la teta de mami, pero dio un gruñidito y mami me pidió el biberón.

-   Cielo, ¿ puedo dárselo yo  ?,  - preguntó Ali mirando a mami, ésta asintió.  -   Berto, toma mi móvil y veis la foto que he sacado.

Me dio su móvil y lo puse en alto mostrando la foto, era preciosa, al acomodar su cuerpo para mirar la foto, el cuerpo de mami se juntó al mío y se convulsionó levemente y mi cuerpo reaccionó de inmediato.

-   Berto, no te emociones.  – dijo mami, quedamente.

-   ¿ Qué pasa  ?.  – preguntó Ali.

-   Pasa que tu hombre se ha pegado a mi espalda y se ha puesto revoltoso.

-   Ya te entiendo, Noelia,  - rio divertida Ali  - Berto, no seas tonto, a mi no me importaría que besases a tu mujer, observo que ella no se ha apartado,  ¿ quieres que te bese nuestro hombre, mami ?.

Noelia la miró asombrada, pero alzó su mano la puso en mi nuca y mirándome nos besamos, entre abrió sus labios y nuestras lenguas se enlazaron, se retorcieron. Tras un minuto, se separó de mí bruscamente.

-   ¿ Qué hacemos, estamos locos ?.    - siseó Noelia  -  Alicia, tú eres su mujer, actúa como tal.

-   Cielito, yo soy su amante, lo acepté y siempre he sabido que su mujer eres tú, no me importa mientras que estemos juntos, así no tendré que escuchar cómo pronuncia tu nombre mientras hacemos el amor.    – sonrió mirándola.

-   Alberto, eres el padre de mi hija pero nada más. Hice una tontería al besarte y ya estoy arrepentida,   - suplicó mirándome  - díselo a ella.

-   Cariño, no me pidas un imposible,  - susurré mirando a Noelia  -  dime lo que quieras, pero jamás dejaré de quererte, estoy perdidamente enamorado de las dos.

-   Noelia,   - dijo Alicia muy bajito  - voy a acostar a Bertita en su cuna, que está dormida,  - lo hizo y me dijo:  -  Berto, mueve el culo y vámonos a casa, supongo que tu mujer tiene muchas cosas en que pensar.

-   No os marchéis, por favor, no me dejéis sola,  - dijo Noelia con voz triste  -  estoy muy confundida, necesito vuestra ayuda.  Sólo tengo claro una cosa, quiero estar a vuestro lado, de los dos, sentir vuestro cariño.

Alicia, volvió a tumbarse a su lado, Noelia entre los dos, cogió su cara con su mano y besó sus labios tiernamente. Las dos se besaron con pasión y con muchos suspiros, mientras yo acariciaba sus cabezas.

-   Nena, esto es lo que te voy a dar con todo mi cariño,  - dijo Alicia mirándola   -  siempre deseé hacerlo y muchas otras cosas,  - rio  - y que sepas que nunca lo he hecho con otra mujer, pero tú eres especial. Berto, esconde esa cara de bobo y abrázanos a las dos, a tus mujeres.

Lo hice y entre risas, bajamos al salón dejando la puerta entre abierta.

-   Os lo voy a dejar muy claro,  - dijo Alicia sentada en el sofá junto a mami, mirándonos a los dos y erigiéndose en la portavoz   -  entre nosotros nadie es más que el otro, no debe haber celos y tenemos que compartirlo todo, me refiero a nuestro cariño, claro, no las cuentas del banco,   - rio  - ¿ estáis de acuerdo ?.

-   Sí lo estoy, nena,  - respondió mami sonriente  - de hecho, ya lo hago con lo más valioso, Berta, pero  ¿ viviréis con nosotras  ? ésta casa es enorme y quiero que lo hagáis.

-   Yo también estoy de acuerdo con las dos, por mi nos trasladamos mañana mismo, además está más cerca de nuestro trabajo.  – respondí.

-   Está decidido, pues.  -  dijo Ali feliz   - Solo una cosa más, a mi me gustaría que durmiésemos los tres juntos, muy amorosos pero por el momento no podrá ser, nuestra niña duerme a nuestro lado y no queremos despertarla con nuestros gritos  ¿ verdad ?, por lo tanto propongo que nos organicemos.

-   Estoy segura que ya lo has hecho tú, cielo   -  rio mami   - aunque sí podemos dormir juntos, lo que no podemos es follar, porque soy incapaz de controlar mis gritos ni los suspiros cuándo éste hombre entra en mí. Supongo que a ti te ocurre lo mismo, Alicia, ¿no?.

-   Es verdad, mami  - respondió Ali   -  mirad, esta es vuestra noche que os tenéis muchas ganas y yo cuido de la niña, mañana mami y yo,  y pasado mañana, mi chico y yo y así sucesivamente, cuando Bertita ya pueda dormir sola, montaremos la fiesta los tres,  ¿ vale ?.

Los dos asentimos, riendo felices.

-   Solo una cosa,  - dijo mami  - le tengo que dar mi pecho a Bertita.....

-   ¡ Eso es lo más importante !, nuestra niña está por encima de todo,  - exclamé  -  cuando toque, se interrumpe la fiesta.

-   Tú le darás de mamar, pero el biberón se lo daré yo, si me lo permites mami que me hace mucha ilusión y también le limpiaré el culito.       – susurró Ali.

-   Claro que te lo permito, boba,  -  sonrió mami   - me siento muy orgullosa cuando lo haces, pero el culito se lo limpiará su papi, no quiero que se escaquee.

-   Me encanta limpiar el culito de mi niña,  -  respondí riendo  -  lo tiene precioso.

-   Sí lo tiene precioso, tan redondito y tan cagadito,  - rio muy fuerte Ali  -  tú Berto eres un especialista en culos, así que si tú dices que es precioso, eso va a misa.

-   Nenes, es la hora he de dar el pecho a nuestra niña y el biberón, - dijo suspirando mami  - si queréis cambiamos el turno, que es tarde, podéis acostaros en el dormitorio de al lado.

-   ¡ De eso nada  !,  - gritó Ali   -  Berta es lo primero de todo, subimos los tres y cada uno hace lo que toca.

Subimos y nos tumbamos como antes, mi hija entre mis dos mujeres y yo tras mami, pero esta vez muy pegadito.

-   Berto, cariño me estás encendiendo y estoy dando de mamar a nuestra hija, un respeto, por favor.  – suspiró mami.

-   ¡  Pero si no hago nada, mami  !.   – exclamé bajito.

-   Jo Berto, mira a ver si se ha colado un elefante, porque siento la trompa restregando mi culo,  - respondió sonriendo   -  serás idiota.

Alicia, reía tapando la boca son su mano.

-   Vale tontos,  - dijo Ali   - la niña ya no chupa, le doy el biberón y por excepción, que conste, yo la limpio y la acuno entre mis brazos.  Idos a la habitación de al lado, pero cerrad las puertas, no quiero que Bertita se despierte con vuestros gritos ni que se pongan mis dientes largos.

Salimos del dormitorio, nos desnudamos deprisa y entramos a la ducha juntos, nos abrazamos, nos comimos a besos y ya en la cama, acaricié su cara.

-   Noelia, nunca he podido olvidarte,  -  dije mirando sus ojos  - aún cuando, Ali me hacía feliz.......

-   Cariño, lo sé,  - respondió apretándose a mi cuerpo  -  nuestros corazones nunca se han separado, ni siquiera en la distancia.....

-   ¡ Noelia, ven  !   -  escuchamos el grito de Ali, y saltamos los dos de la cama.

-   Bertita, está muy inquieta, creo que tiene fiebre  - dijo Ali sollozando, mientras acunaba a la niña entre sus brazos.

Mami, sacó un termómetro del cajón y se tumbó poniéndolo en el oído de la niña.

-   Treinta y ocho y medio, - se levantó tal como iba, desnuda, puso algo de leche en el biberón y añadió unas gotitas de un frasco  -  Alicia, dáselo tú, tiene que tomarlo todo.

Ali temblaba ostensiblemente.

-   Mami, mejor dáselo tú, estoy muy nerviosa,  -  sollozó  -  y muy asustada.

-   ¡ Alicia, cálmate, deja de temblar y de llorar !,  -  dijo mami mirándola  -  esto le ocurre con frecuencia y la culpa es mía, tanto viajecito a mi oficina, los madrugones, el aire acondicionado.  Voy a dejar mi maldito trabajo.

Mami tomó a la niña entre sus brazos y mientras le daba mil besos, consiguió que mi hija tomase el biberón.

-   Berto, toma el termómetro, te lo volveré a pedir en unos minutos,  - estiró su brazo y me lo entregó junto al biberón  - y calma a tu mujer que aún está temblando.

Me acosté junto a Ali y la abracé, efectivamente no paraba de temblar y de sollozar.

-   Tenéis que calmaros las dos,  - dije tras besuquear a Ali  - no nos precipitemos en caliente y busquemos alternativas.  Noelia, no puedes dejar tu trabajo, es  tu vida y ahora somos tres, encontraremos una solución.

-   ¿ Puedo  decir algo  ?  - susurró Ali hipando, asentimos  -  nunca me he tomado unas vacaciones y ya es hora de hacerlo, además mami a ti ya no te queda leche en tus mamas, hemos de acostumbrar a nuestra niña a tomar el biberón.

-   Cielo, ya sé que no me queda leche, que me he secado, pero nuestra niña sigue disfrutando mordisqueando mi pezón.  – sonrió dulcemente.

-   ¡ Pues que mordisquee  el mío, nada me haría más feliz !  - rio Ali  -  papis os propongo esto, me tomo vacaciones y después la baja por maternidad, ya lo tenemos solucionado.  ¿ Berto, os arregláis sin mí en la Consultoría ?.

-   Antes de que respondas, Berto  - dijo Noelia mirando a Ali   - dame un beso, bobita, que me has emocionado.  – se besaron los labios con dulzura.  – Papi dame el termómetro,........ le ha bajado a 37, ya está bien.

Pusimos a la niña en su cunita y nos abrazamos los tres, inmensamente felices.

  • Ahora respondo yo,  - dije ya tumbados, Ali entre los dos y mami en el lado de la cuna.  -  A mi me parece una excelente idea, nena, de hecho hace días hablamos Mario y yo sobre la conveniencia de seleccionar a un ayudante, para que se ponga al día.

-   ¿ Mario y tú  ?, seréis bordes,  -  siseó furiosa    - oye que yo también soy socia y no me gusta que me ninguneéis y si ficháis a alguien que sea ayudante, no ayudanta.

-   La selección la haremos entre los tres, nena.  Y tu mami, nos dijiste que pronto tendrías que viajar, ¿ sabes cuando tendrás que hacerlo ?, porque tendremos que organizarnos.

-   Me temo que en una semana, me voy a Oxford a impartir una mierd... un seminario, lo tengo que dar yo porque el rectorado así lo ha impuesto - dijo  -  y mi empresa está encantada, los muy cabritos, estaré fuera 3 o 4 días.

-   Pues mañana mismo, me hago cargo de mi niña y que mis socios se arreglen como puedan, lo primero es nuestra hija.  – rio feliz Alicia.