Perfidia. 1
Noelia es una joven periodista madrileña dispuesta a comerse el mundo, tanto en lo profesional cómo en su vida privada. En su trabajo va escalando puestos, gracias a su nuevo contrato con una Corporación de comunicación internacional, pero al mismo tiempo, sus continuos viajes y nuevos destinos representan un obstáculo para retener a su pareja y su vida se convierte en lo más parecido a una montaña rusa. Alberto, el eterno amante de Noelia, es un joven enamorado cuya máxima ilusión es formar una familia estable con ella, casarse y tener hijos, aunque los continuos vaivenes de la joven periodista y la irrupción en sus vidas de terceras personas convierten su relación en algo muy especial, ambigua y ¿promiscua?. Luis, Gloria, Alicia, Melisa, se entrecruzan en sus caminos dando vida a ésta historia de amor, lujuria y desengaños.
capítulo 1
- Berto, es tarde. Vístete por favor, que ya estoy casi preparada.
- Vale Noelia, ese “casi” quiere decir que, al final, seré yo quien tenga que esperar, como siempre.
30 minutos más tarde, salimos del apartamento y tomamos un ta ~~a~~ xi que nos condujo al hotel en el que se hacía entrega de un importante premio literario, al que seguiría una cena en el mismo hotel. Yo era una de las invitadas al acto, gracias a mi empleo como periodista en prácticas de un importante medio de comunicación de Madrid.
- Estás espectacular, cielo. ¿ No llevas sujetador, verdad ? – dijo Berto, sonriendo mientras me miraba.
- No lo llevo ¿ se nota ?. – respondí mientras trataba de subir con los dedos el generoso escote.
- Se nota que tus tetitas están bailarinas, no trates se subirte el escote, a ti te gusta así y a mí también ….. bueno y a todos. – dijo Berto riendo.
- También tu estás muy guapo, Alberto. Deberías vestir siempre con traje y corbata.
Llegamos al hotel y tras el acto de proclamación y entrega del premio a la escritora ganadora, pasamos a un enorme salón donde se servía un cóctel previo a la cena. Berto se unió a unos conocidos, mientras que yo, junto a otros colegas, obteníamos las primeras declaraciones de la ganadora del premio. Tomé una copa de la bandeja de un camarero, y noté una mano posarse en mi cintura.
- ¿ Noelia ? - escuché su voz, a la vez que sentí un escalofrío en mi espalda. Girándome lo vi, aunque el no apartó su mano de mi cintura.
- Luis, qué sorpresa. – respondí retirando su mano. - No sabía que te interesasen los premios literarios.
- Para nada me interesan, pero mi suegro es uno de los principales patrocinadores, y mira por donde, ha servido para encontrarte.
Berto se acercó hacia nosotros, yo hice intención de marcharme a otro lugar pero Luis estrechó su mano y tuve que presentarlos.
- Alberto, mi pareja. Luis, un ex profesor de la Facultad. – dije algo nerviosa y deseando largarme. Por suerte, una atractiva rubia lo llamó, reclamando su presencia.
- Disculpadme, me llama mi mujer. Ya nos veremos.
Nos unimos a un grupo de colegas, aunque debo reconocer que no me quitaba a Luis de la cabeza. Lo busqué con la vista y lo vi hablando con un señor con frac que me pareció el maitre o algo parecido.
Era EL, el que años atrás fue el hombre de mi vida, a quién me entregué en cuerpo y alma ..... el que destrozó mi corazón.
En la entrada del comedor se exhibían listas con la distribución de mesas y comensales. Busqué nuestros nombres en la de representantes de prensa pero no los vi, al final encontré mi nombre junto al de Luis.
- ¿ Que casualidad, verdad ? – dije mirándolo con sonrisa forzada, mientras me sentaba en el lugar asignado.
- No lo es, cielo. Te quería a mi lado. – musitó sonriendo.
Miré a Berto, que charlaba con el compañero de su izquierda. Erguí mi espalda al notar una mano en mi muslo.
- Luis, déjate de gilipolleces, no soy tu cielo y retira de inmediato tu puta mano de mi pierna.
- Perdona Noelia, sigues siendo mi cariño, mi cielo, mi amor y lo serás siempre y mi mano, sé que la prefieres aquí. - dijo con una divertida sonrisa poniendo su mano sobre mi sexo. La convulsión que tuve, hizo que le pegase un manotazo a los cubiertos, cayendo el tenedor al suelo.
- ¿ Estás bien Noelia ? - preguntó Berto, girándose hacia mí.
- Si, cariño, soy muy torpe y estaba distraída.
Yo apretaba los muslos sin saber qué hacer, pero Luis no apartaba la mano, al contrario la noté restregando mi braga y su dedo tratando de introducirse.
- Cabrón de mierda, - lo miré con una fingida sonrisa. - Voy a levantarme e ir al servicio, así que tu verás lo que haces.
- Vuelve sin bragas. – dijo mientras retiraba su mano.
- Berto, voy a hacer pipí. – dije a su oído.
Ya en el baño, aproveché para hacer pis, mientras me decía a mí misma “ jodido cabrón, me manipula y sabe que me tiene en sus manos como siempre lo hizo, debería estrellar el plato en su cara ...... aunque sé que no lo haré, primero porque él es Don Luis y yo una simple becaria, ya ves tú, y luego porque sentirlo junto a mí, sus palabras, su mirada, sus caricias, siguen excitándome, me vuelven loca “. Me miré en el espejo y antes de salir, me quité las bragas y las metí en el bolso.
Cuando volví a la mesa vi a Don Ricardo Van de Berg, el principal patrocinador del Premio y persona muy influyente, charlando con Luis con una mano apoyada en su hombro.
- Ricardo, esta es la ex alumna que está como becaria en el medio que te he comentado, se llama Noelia, a ver lo que puedes hacer. - dijo Luis.
- Noelia, encantado de conocerte. Intentaré hacer algo al respecto. – dijo mientras retornaba a su mesa.
Berto seguía hablando con su vecina, ahora era una preciosa jovencita y él parecía estar explicándole algo realmente importante, por el entusiasmo de los dos.
Habían servido el primer plato, a base de salmón y ensalada. Bebí un sorbo de vino y piqué del plato.
- Gracias Luis, por interesarte por mí y por mi trabajo. – lo miré a los ojos.
- Mi suegro se ocupará, dalo por hecho. ¿ Se te ha pasado el enfado, nena ?.
- ¿ Cuánto han durado mis enfados contigo, Luis ?, siempre has hecho de mí lo que has querido y, aún rebelándome, lo sigues haciendo.
- ¿ Te has quitado las braguitas, amor mío ? – me miró con dulzura.
- No sé porqué me preguntas. Sabes que lo he hecho y quiero volver a sentir tus caricias.
Metió su mano bajo el vuelo de mi falda y abrí mis piernas para facilitar su acceso. Justo entonces me sobresalté al escuchar la voz de la rubia sentada junto a Luis, diciéndome:
- Noelia, soy Melisa, ya me ha dicho Luis que fue tu profesor, ¿ lo pasas bien ? luego te daré dos besos. – me miró muy sonriente.
- Estoy de maravilla, Melisa. – respondí sonriendo feliz, mientras sentía los dedos de su marido abriendo mis labios vaginales.
Ella siguió charlando con su vecino y Berto con su joven vecina. Bajé mi mano y poniéndola sobre la de Luis la apreté restregándola sobre mi cueva y juntando mis muslos para aprisionarla, suspiré cuándo noté su dedo pulgar golpeando el clítoris y sus dedos entrando en mi vagina.
- Luis, amor mío, voy a gritar, me estoy corriendo, …. no puedo más .
- Cálmate nena, ya paro, Alberto se va a dar cuenta .......
- ¡¡No pares!!, me importa un bledo Alberto y tu mujer, ahora estamos solos los dos .... - abrí mis piernas al sentir un latigazo en mi vientre, en mis muslos, en todo mi ser. Si alguien me miraba sabría que estaba teniendo un orgasmo, pero no me importaba.
Pusimos nuestras manos sobre la mesa. Luis empezó a chupar sus dedos uno a uno, con deleite. - dijo mirando mis ojos:
- Cuánto anhelaba esto: tu aroma y tu sabor .
Deslicé mi mano hasta su entrepierna, necesitaba acariciarlo aunque fuese un momento. Parecía que estaba a punto de reventar, grandioso, brutal; lo apreté y acaricié brevemente y subí de nuevo mi mano a la mesa.
- Joder Luis, cómo estás. No sé lo que daría por tenerla en mi boca, por morderla por volver a tenerla muy dentro de mí, por todos los sitios donde estuvo tantas veces. Estoy tan mojada ........ – dije sonriéndole, aunque en ese momento tenía ganas de llorar de impotencia.
Escuché a Alberto, quién tomando mi mano decía: - Noelia, no has probado el segundo plato, ¿ te encuentras bien ?.
- Si Berto, estoy bien, pero esta carne no es la que me apetece ahora. Precisamente se lo estaba comentando a Luis, la veo algo seca y me gusta más jugosa. Realmente, estoy desganada.
- Pues es solomillo de buey, y yo la encuentro muy buena. – respondió mientras se giraba de nuevo hacia la jovencita.
Miré a Luis y lo vi con su brazo rodeando el cuello de Melisa y susurrando algo en su oído. Los celos, inundaron mi alma. Volví a buscar su miembro con mi mano y le di un apretón en las pelotas. Noté cómo apretaba sus muslos y dio un leve respingo.
- ¿ Que ha sido eso Luis ?. – escuché preguntar a su mujer.
- Me ha dado algo como hipo, cariño. Ya pasó. – girándose hacia mí, murmuró: - Zorra. - Tras una pausa, respondí:
- Y tu, cabrón, haciéndole mimitos a ella. ¿ Le estabas contando cómo has hecho que me corra ?.
- Ella me estaba recordando que en unos minutos, se iría con sus amigas de copas como hacen todos los jueves y que volvería tarde a casa, o no volvería. Yo le decía que se divirtiese, cuándo me has dado el apretón. Cariño, ¿ puedes librarte de él esta noche o al menos un par de horas ?.
- No se como hacerlo, amor mío. Necesito estar entre tus brazos, amarte y sentir tu amor, pero ¿ cómo lo hago, qué le digo ?. Mañana, a lo largo del día o en la noche ya me inventaré algo ........
- Noelia – escuché la voz de Berto. - Estos amigos me han invitado a un debate que hacen esta noche sobre fake news, ¿ que tal si vamos ?.
- Alberto, no me apetece para nada. Prefiero tomar una copa con mis colegas o irme directa a casa. Pero ve tú, sin problemas, esas cosas te interesan.
Luis y yo entrelazamos nuestras manos bajo la mesa y nos miramos con una cómplice sonrisa. - “ Dios mío “ - pensé “ hace apenas dos minutos estábamos desesperados por no poder consumar esta noche nuestro amor, por no poder retorcernos, besarnos, entregarnos uno al otro ..... “.
Empezamos todos a levantarnos de la mesa. Melisa vino hacia mí y muy cariñosa me besó las mejillas.
- Noelia, me ha encantado conocerte, espero que un día de estos podamos tomar café y charlar un rato, ¿es tu novio ? - preguntó mirando a Berto que se había puesto a mi lado.
- Si - hice las presentaciones - Alberto, Melisa.
- Hacéis una bonita pareja. – y mirándome a mí muy sonriente, - Que tengas una feliz noche, nena.
- La tendré, te lo aseguro. - respondí apretando su mano mientras sonreía feliz.
Acompañé a Berto, que marchaba contento con sus amigos hasta la salida. Luis hizo lo mismo con su mujer y sus amigas, a las que besó una a una, todos muy sonrientes.
Luis y yo, nos miramos con una copa en las manos.
- ¿ Has podido leer mis pensamientos, Luis ? - pregunté.
- Los leí palabra a palabra, nos lo han puesto a huevo, es increíble. Cariño, voy a reservar habitación en un hotel, creo que es lo mejor, ¿ te parece bien ?.
- ¡ No pretenderás aprovecharte de mí !, - exclamé riendo - lo que hagas que sea deprisa, Luis, ¿ no notas mi ansiedad ?, estoy ....... loca de amor.
- Despídete de tus amigos y espérame en la puerta. Yo haré lo mismo y en diez minutos nos vemos.
Minutos después tomamos un taxi. Ya en la habitación de un elegante hotel, me puse de puntillas, abracé su cuello y juntamos nuestros labios; mi lengua se abrió paso entre ellos sorbiendo la suya, mordiendo, riendo.
- Noelia ...... no sé como explicarte lo que siento al tenerte entre mis brazos, te he añorado tanto. – dijo él.
- Si me hubieses añorado me habrías buscado, Luis, yo siempre estuve esperándote. Pero esta noche no quiero reproches, solo quiero sentirte mío y que me hagas tuya. – dije mientras sentía cómo sus manos recorrían mi espalda y apretaba mi cuerpo al suyo. - Desnúdame, cariño, haz de mí lo que quieras.
Me bajó la cremallera del vestido, que se deslizó a mis pies quedando totalmente desnuda, pues las bragas seguían en mi bolso. Él torpemente se quitó la chaqueta y camisa, mientras yo le bajaba los pantalones y calzoncillos. Cuando los dos quedamos desnudos, cogí su miembro en mi mano y con una feliz sonrisa, susurré:
- Caray Luis, siempre la has tenido grande, pero esta noche da miedo, no me va a caber. – dije mientras me arrodillaba y besaba su grueso y brillante glande, noté en mis labios sus gotas pre seminales y la introduje en mi boca.
- Nena, espera, no sigas. Yo también estoy hambriento de ti, así que túmbate en la cama, quiero comerte toda.
Nos acostamos abrazados, riendo por cualquier cosa.
- Luis, empieza a comerme, quiero sentir tu lengua en cada centímetro de mi piel cómo tantas veces hiciste.
Se arrodilló a mis pies y empezó a lamer los dedos, los tobillos....
- Me haces cosquillas y me derrito. – dije pataleando y riendo.
Sus besos y su lengua subían pausadamente por mis piernas, mis muslos que chupó y mordió, mientras yo suspiraba y cogía con mis manos su cabeza empujándola hacia mi sexo. El, no obstante se entretuvo en mis ingles y levantando mis rodillas me mordisqueó los muslos por la parte de atrás. Yo estaba temblando de placer, mi chico seguía al pie de la letra mi orden, chupaba cada centímetro de mi piel. Sentí como su lengua se aproximaba a mi palpitante coñito, pero la sentí en mi ano y no pude evitar abrir mis muslos al máximo para sentir mejor sus besos, mientras él abría mis glúteos.
- Cariño , me vuelves loca. Solo tu me has hecho esto, me haces temblar de pasión y de amor.
- Nena, antes me decías que tu culito era mío, solo mío, y estoy tomando posesión de él.
- Lo sigue siendo, tuyo y de nadie más amor mío, pero chupa ya mi coño, joder, que estoy a punto de correrme con tus palabras y quiero sentirte también en mi vagina, ¡ya!.
Su lengua lamió mis labios mayores y con la punta los abrió, yo nerviosa los abrí del todo con mis manos y restregué mi húmeda vagina por su cara, alzaba ansiosamente mis caderas buscando su lengua y finalmente la sentí lamiendo mis paredes vaginales, introduciéndose hasta el fondo y golpeando mi clítoris que estaba como una bandera. Grité como una posesa mientras me convulsionaba y restregaba mi vulva sobre su cara, su lengua lamía con violencia mi clítoris. No sé cuantos orgasmos tuve, uno tras otro y me desplomé sobre mi espalda, rendida.
Sentí sus labios sobre los míos, mi lengua buscó la suya y nos fundimos en un largo beso.
- Cariño, enjuágate la boca, sabe a mis jugos, a mi coño, incluso a mi ano. - le dije mirando sus ojos amorosamente.
- Ni de coña, cielo, sabe a ti y me estoy relamiendo. ¿ te molesta que lo haga ?
Gemí de felicidad, lo abracé, lo morreé con delirio y musité en su oído:
- ¿ Me quieres de verdad, Luis ?. Me haces sentir la mujer más deseada y la más feliz del mundo, sólo tu me haces sentirme así, te lo juro.
- Nena, este hombre quiere follarte y que te sientas como una reina.
- ¿ Tanto te cuesta decir que me quieres ? – dije enfadada mientras deshacía nuestro abrazo.
- ¿ No te lo estoy demostrando toda la noche, Noelia ?.
- No Luis, me estás follando como harías con cualquier otra, como a una puta. Supongo que a tu mujer se lo haces de otra forma, ya vi lo cariñoso que te mostrabas con ella en la cena. - grité furiosa.
- Está claro que se ha roto el encanto. Sigues siendo tan posesiva y celosa cómo lo fuiste hace años. ¿ Qué tiene que ver Lisa con esto ?.
- Serás borde, ¿ se ha roto el encanto, posesiva, celosa, Lisa ?. Mira Luis, vamos a dejarlo, reconozco que me he equivocado, creí que entre nosotros había sentimiento, no solo vicio. – sollozando añadí - Te he declarado mi amor, te he confesado que soy sólo tuya, que soy la más feliz en tus brazos, como con nadie lo he sido..... – las lágrimas inundaron mis ojos.
Él me abrazó y con sus labios sorbió mis lágrimas, me acunó.
- Noelia, te amo, siempre te he amado, ¿ quieres oír que nunca amé a nadie como a ti ?. Pues escúchalo de mis labios, ni siquiera a Lisa la he amado como te amo a ti, mi vida, mi amor.
Rompí a llorar sobre su pecho, besé su cuello, busqué sus labios.
- Nena, estoy en la gloria contigo, pero quiero romperte por todos los sitios, por todos ¿ me entiendes ?, y la noche se nos va a hacer corta. ¿ A que hora debes volver a casa ?.
- Luis, - musité mirando sus adorados ojos - volveré cuando tu quieras, nada me importa si estoy entre tus brazos, nada ni nadie. Y claro que entiendo lo de “ romperme por todos los sitios “, te quiero en mi boca, en mi coño y en lo que más te obsesiona: mi culito que siempre ha estado reservado para ti, ¿ te lo explico de nuevo ?.
Me puse de rodillas entre sus piernas, lamí su glande, lo succioné y metí su pene en mi boca hasta el fondo, con codicia. Sentí una arcada y tuve que sacarla de mi boca.
- Cariño, no me cabe toda, me ahogo, quiero lubricarla con mi lengua y sentirla llenando mi vagina .....
- Noelia, ábrete de piernas porque no quiero correrme en tu boca y ya la tengo bastante lubricada.
- ¡ Quiero beber tu leche, que inundes mi boca, jo !, tu has bebido mis jugos y yo quiero lo mismo de ti.
- Luego la beberás, nena.
Me tumbó sobre la cama y se puso sobre mí, mientras abría mis muslos con violencia y apoyó su glande sobre mi sexo. Mis manos abrieron mis labios mayores mostrando mi húmeda vagina que latía con ansiedad. Su polla resbaló lentamente y paró a medio meter mientras mis músculos vaginales apretaban su miembro succionándolo hacia dentro. Notaba mi coño en llamas y el inmenso calor abrasó todo mi cuerpo cuando sentí sus mordiscos en mis tetas, en mis pezones que él castigaba con manos y dientes.
- Amoooorrrr miiiioooooo, no me tortures más. métela hasta el fondo yyyaaaa.
Con un fuerte movimiento de sus caderas, enterró toda su polla en mi coño.
- Aaaaaaaaauuuuuuuu qué dolooooor , no cabe toda, me estás destrozando Luis.
- Perdona nena, la saco un poco.
- Joder, no la saques, la quiero toda, que hoy es mía. – miré sus ojos, besé sus labios y sonriendo dije: - Siento tu capullo en el útero o lo siguiente y aunque me duela es maravilloso la mezcla de dolor y placer ¿ podemos quedarnos así unos días ?, aunque solo sea una semana porfa.
El tomó mis glúteos con sus manos, empujándolos hacia su cuerpo, mientras yo abrazaba su cintura con mis piernas. Nuestras convulsiones no paraban y explosionamos a la vez, sus chorros de semen encharcaron mi coño todavía más de lo que estaba. Quedé sobre la cama desfallecida, rota, absolutamente feliz. El sacó la polla de mi entumecido sexo y poniéndola en mi boca, dijo:
- Ahora puedes lamer y beber mi leche, cariño, que todavía queda.
La metí en mi boca, chupando con desespero, lamiendo hasta sus huevos que estaban mojados de sus líquidos y los míos.
- Eres un semental, Luis, todavía está dura y sigue chorreando, no sé si leche o pipí pero me encanta tu sabor.
- Jajaja, un poco de todo, nena, pero sigue así, que se está poniendo dura otra vez.
Tras unos minutos jugando con su pene en mi boca, se tumbó a mi lado.
- ¿ Sabes Luis ? has hecho que despierte mi cuerpo, mis sentidos que estaban adormecidos.
- Nena, también yo he sentido ilusiones que parecían olvidadas. ¿ No te folla bien Alberto ?.
- Se esfuerza, pero nada que ver con lo que siento cuándo tu estás entre mis piernas, cariño. Contigo es bestial, aunque echo de menos una cosa.
- Pues te he dado todo lo que tengo, Noelia, ¿ que más quieres ?.
- Mi culito sigue esperándote, que lo sepas. Por cierto, ¿ Le haces el culo a Lisa ?.
- ¿ Es necesario que hablemos de ella ?.
- Tu me has preguntado por Alberto, Luis, y puedo decirte que ha intentado hacerme sexo anal y siempre me he negado.
- He de confesar, que sí he estado en su culo, aunque solo dos o tres veces. Con ella no es lo mismo, nena.
- Joder Luis, ésta es la diferencia entre nosotros. Te prometí que mi culo es solo tuyo y lo he cumplido y no sólo Berto ha querido montarme por ahí. Podrías haberme mentido y ocultar lo de Lisa. – grité enfadada.
- ¿ Prefieres que te mienta ?, y ¿ cuántos hombres han pasado por tu cama ?
- No Luis, prefiero que seamos sinceros, pero me da rabia, estoy celosa de tu mujer. Y por supuesto no te voy a contar a cuantos hombres me he tirado, no esta noche, cariño. Quiero sentirte en lo que es solo tuyo ¿lo adivinas ?.
- Estoy muy caliente pensando en tu culo, pero te voy a hacer daño nena.
- Lo sé, nene, también me lo hiciste cuando me lo desfloraste, pero después.... Dios, que placer.
Buscamos en el baño y encontramos una crema de manos, eso serviría. Me puse de perrito y Luis mordisqueó mis glúteos y lamió mi ano, tras esto, metió dos dedos lubricados.
- Cariño, ve con cuidado, está cerrado después de tanto tiempo y me duele.
Aunque el lo hizo con mucho cariño, cuando retorció y separó los dedos para ensancharlo, aullé de dolor.
- Luis, mete la tuya y sé que me va a doler y voy a gritar, pero quiero que folles mi culo hasta el fondo, ¿ te enteras ?.
Tomando con sus manos mi cadera, apoyó el glande en mi culo y presionando entró, con mis jadeos de dolor. Se puso más crema en la polla y se fue deslizando, entrando, yo mordía la sábana para no gritar y la sentí por completo dentro, empalada, suspiré y empecé a mover mi culo en círculos y mi chico a meterla y sacarla suavemente. Mi dolor se convirtió en un intenso y maravilloso placer, mientras pegaba sentones sobre su pubis y movía mi culo en todas las direcciones.
- Amor mioooooooooo, que delicia, que gustoooooooo me das. Lléname de leche, quiero sentirla en mis entrañas. Me corrrrroooooooo.
Me volvía loca sintiendo de nuevo a mi hombre follándome por ahí. Sentí sus chorros de leche y un nuevo orgasmo sacudió mi vientre, mi espalda..... mi corazón.
- ¡ Ya eres mío, mi amor ! y esta vez no te voy a soltar, me perteneces. – grité.
Salió de mí y nos abrazamos enamorados.
- Nena, qué delirio, que locura. Son casi las 2, yo quiero sentirte en mis brazos ¿ y tú ?.
- Estoy perdidamente enamorada de ti y quiero estar entre tus brazos, sentirte mío, entregada a ti.
- Pero Alberto.......
- Ya ....... , lo siento por él, pero el amor es egoísta y a veces cruel.
- No es necesario hacerle daño, cielo.
- Le voy a decir que he estado contigo y que me he entregado a ti por completo, no voy a mentir. ¿ Y tú que le vas a decir a tu mujer ?.
- Lo nuestro es distinto, cielo. Hicimos un “pacto liberal”, nos damos libertad. Ya me dijo que regresaría tarde esta noche o no vendría a dormir, ya sabes. Además, me dijo sonriendo que eras un bombón y creo que presentía que acabaríamos en la cama.
- ¡ La muy zorra ! , seguro que está follándose a alguien, porque la verdad es que es una tía buena.
- Noelia, también yo voy a contarle lo nuestro. Te voy a llevar a tu casa ¿ vale?.
- Vale, Luis, además estoy esperando la regla, seguramente mañana me bajará.
- Nena, con regla o sin ella, mañana, pasado y al otro te voy a follar y a comerte.
- Jo nene, que guarro eres ¿de verdad me comerás ?. Por eso eres mi hombre, mi macho y ya estoy ansiosa de que llegue mañana.