Perfectamente imperfecta (iv)
Y de nuevo, una mujer...
La casa en que vivíamos ahora, era bastante grande, cada cual tenía su cuarto y claro para alguien de 13 años eso era bastante conveniente y era en aquel entonces como la máxima expresión de independencia que se podía obtener, pero algo le hacía falta a aquel paraíso que había logrado construirme en poco tiempo, aparte de todos los lujos que se nos permitía tener, me había dado a la tarea de hacer una mini biblioteca en mi habitación, había pintado las paredes a mi gusto e incluso tenia algunos cuadros bastante interesantes, pero le seguía faltando vida, le seguía faltando arte, así que aprovechando la oferta de los regalos por mi graduación les pedí a mi familia paterna y materna que entre todos me obsequiasen un piano.
No se lo pensaron demasiado ya que entre tantas personas no suponía demasiado dinero, y allí estaba un hermoso piano clásico color caoba, con un detalle bastante especial por parte de mi madre, una inscripción en la tapa que decía “ Merece lo que sueñas ”.
Le dedique el lugar preferencial dentro de mi paraíso, justo al lado de la ventana que daba al balcón, lugar donde me imagine infinitas veces tocando alguna melodía mientras tenía una vista preferencial de la Luna.
Este mismo año hice el examen de admisión para el colegio, y resulto que lo pase con una de las 10 calificaciones más altas de aquella promoción, mi vida estaba en un equilibrio exquisito, tenía un Edén en casa y estaba comenzando con una de mis más grandes metas, pero estas cosas fueron las que menos importaron aquel año.
Fue para aquel entonces que conocí a Rony, mi primer y único novio, él era de un colegio cercano al mío y dado que mis hermanos estudiaban allí no se le dificulto demasiado establecer comunicación conmigo, luego de mucho conocernos, hablar y de los imparables coqueteos que recibía, un día simplemente acepte ser su novia, pensé que sería un noviazgo como cualquiera que pudiera tener una chica tan joven, pensé que sería algo insignificante y poco serio, pero de nuevo me equivocaba.
Resulto ser que más que novios fuimos grandes amigos, compartíamos gustos pero no como se lo podrían imaginar, sino gustos en deportes, programas de televisión, malos chistes, y esas cosas que suelen hablar entre amigos varones, debo admitir que besarle me disgustaba, y sus intentos por algo más me parecían más que ofensivos graciosos, y él fue, mi único desliz heterosexual antes de entender que era lesbiana, fue con el que yo me termine de convencer que los chicos no eran lo mío, que a mí lo que me iban eran las chicas, duramos algunos meses en esa relación de seudo novios y termino como termina cualquier relación, solo que yo le explique porque era realmente que no podía seguir con aquello.
Igual seguimos siendo muy buenos amigos, compañeros de videojuegos y esas cosas, el resulto ser bastante maduro con ese tema. Pero aquella revelación sobre mi misma implicaba que ahora tenía que explicarle a mi madre el por qué su hija no tendría novio, y a mi padre porque no tendría un yerno, y es que si, desde aquel día supe que era algo definitivo, así que tome valor, los reuní en casa y si la memoria no me falla aquella conversación se desarrolló algo así…
- Bueno pero de que va esto, por qué tanto misterio amor? – preguntaba mi madre observando a mi padre algo preocupada .
- Bueno pues ambos saben que he terminado mi relación con Rony, y pues me gustaría explicarles porque y lo que esto conlleva sobre mi misma – dije con toda la seriedad que había dentro mío .
- Vamos que tanta vuelta para decir que has terminado con ese noviecillo tuyo, que yo más que preocuparme me alegro – dijo mi padre tranquilo pero siempre con ese tono y timbre de voz que a cualquiera intimida .
- Bueno padre, es que la cosa no es esa, no se trata de que nos separamos, sino porque eso es lo importante, bueno resulta que en los meses que he estado con el me he dado cuenta que a mí no me van los chicos, y que pues a mí me gustan las mujeres… lo que significa que soy lesbiana, padre y madre, soy homosexual, y he querido que se enteren por mi boca y no por rumores venideros.
- Onice, mi niña, pero si eso lo sabíamos desde hace ya tiempo atrás, basta con ver cómo te vistes y como te expresas de las mujeres en la televisión – dijo mi madre aparentemente conteniendo una risa inoportuna .
- Bueno, pero como que ya lo sabias, si ni yo me daba cuenta, padre?
- Pues tu madre estaba segura, yo solo tenía sospechas, pero ahora que lo has confirmado quiero preguntarte algo, esa amiguita tuya… Catalina… tiene algo que ver con esto?
- Ella nada, ella solo fue eso una amiga, o eso creí – al decir esto último en tono casi inaudible sentí como se me encogía el corazón por un dolor lógico, y es que ya hacía 6 meses que no sabía nada de ella, me hubiera gustado decirle esto a ella primero .
- Bien, no importa, solo queríamos saber, mira sigues siendo nuestra hija, y te amaremos seas como seas, que te gusten las mujeres o los hombres importa tanto como que te guste el rojo o el blanco, no determina quién eres mi cielo, y siempre serás la niña de papi, así que ven y dame un abrazo – fue la primer ocasión en que vi a mi padre tan comprensivo, tan cariñoso, supongo que el sabia en cierta manera que lo necesitaría en la vida que había decidido llevar .
- Tu padre tiene razón, por mi parte solo diré que recuerdes que soy más que tu madre, puedo ser también tu mejor amiga y confidente – se levantó y se unió al abrazo familiar, el primero en su tipo de hecho, puesto que cabe notar que los seis hijos de mi madre eran de padres distintos y yo era la única de esa pareja Betancourth-Flores .
Casi textualmente ese fue el dialogo que tuvimos el día que “salí del closet”, curiosamente al poco tiempo que lo hice mi hermano mayor Jose dio a conocer también que era homosexual, esa sí que nadie se la esperaba.
El año termino, adiós 2009 con sus revelaciones y encantos, fue el año para Onice como le llame en aquel entonces, me dedique a definirme, mi estilo para vestir, para escribir, para tocar, y aquel maldito piano que se convirtió en mi droga, ese año practique hasta el cansancio hasta que las practicas se volvieron una necesidad, hasta que el sutil lenguaje de las melodía se volviera mi droga, cado noche cada madrugada, mis dedos deseaban producir aquellos delicados sonidos y remontarme a ojos cerrados al origen de aquello, porque si, la recordaba a ella, a mi Catalina, a esa desgraciada que se perdió entre los kilómetros que nos separaban a esa dama que ya hacía un año se había esfumado de mi vida, pero que no conseguía dejar de pensar, pero también pensaba en ella, sin conocerla en la mujer perfecta que me haría olvidar a mi contrato con el Averno.
2010, bendito y desgraciado 2010, ahora que mi familia inmediata sabía sobre mi orientación sexual, y puesto que contaba con su apoyo el paso a seguir era lógico, pues faltaba tener una novia, y vaya que el destino me la jugo mal con ese deseo, puso conmigo como compañera de traslado la mujer más hermosa que había visto hasta ese día, ella era simplemente perfecta, y claro novata en el amor caí como idiota entre el café profundo de sus ojos, Daniela, ese era su nombre, morena, alta, un hermoso cabello negro rizado, delicada de figura, y vaya que toco mi debilidad con esa maldita perfecta sonrisa, unos labios hermosos y un rostro tan delicado que provocaba acariciarlo apenas verlo, ese fue mi martirio, ella completa era mi perdición.
Creo que en este punto si es importante que les describa un poco lo que era mi físico en aquel entonces, blanca, 1.50 estatura, buen físico debido al ejercicio diario, cabello castaño al hombro grafilado hacia la derecha, ojos regularmente color miel, azul o verde (solo estos tres colores conserve con el tiempo, claro no se imaginen un verde esmeralda ni un azul cielo, era algo más discreto pero notable), usaba mi uniforme holgado y siempre mi pulsera con los colores de la bandera gay.
Ya con 14 años tenía las hormonas a tope, siempre fui algo precoz, sabía que esa chica me traería loca hasta que lograra tener algo con ella, pero repito que fuera precoz no significaba que no fuera torpe con todo aquello, aunque ella sacaba de mí una picardía y maldad que no sabía que tenía, al menos no a ese grado.
Me propuse conquistarla, era una romántica de primera, detalle aquí, detalle allá, la iba a dejar a su casa, la invitaba a comer, porque había conseguido un trabajo haciéndole las tareas a mis demás compañeros y vaya que me iba bien, así que siempre tenía una solvencia económica, para aquel tiempo mis amigos un grupo de 9 personas que llamamos Taco Paz, eran mi compromiso luego de clases, ya sea que fuéramos a pasear por el centro de la ciudad, a beber a alguna casa o simplemente a ver una película, pero siempre estaba con ellos, para aquel tiempo yo no bebía, ni fumaba, así que me limitaba a acompañarlos en sus aventuras rebeldes, fue en uno de esos reventones exclusivos con alcohol incluido como un día…
- Onyx. Vamos Julia que Daniela ya ha bebido demasiado y de un momento a otro se le sube.
- Blish. Tranquilizate Onyx (mi apodo dentro del grupo, todos teníamos uno), mejor juguemos algo.
- Daco. Si, Blish esta buena la idea, que te parece si jugamos a la botellita, igual y se me hace darte un beso jajaja.
- Papi. Por qué mejor no se besan y ya, hace días que los dos se llevan ganas.
- Dark. Onyx deja de hablar mierda que ni he tomado tanto, mejor vamos a jugar. – dijo esto evidentemente para molestarme .
- Onyx. Bueno que va si siempre pierdo con ustedes.
El juego comenzó, y como por provocarme todas las mujeres se sentaron frente a mí, eran cuatro las presentes, y me dejaron en el lado de los varones que eran cuatro también, y así fue, los resultados fueron obvios los chicos besándose con medio mundo, afortunadamente no me había tocado con nadie, y es que la idea de besar a alguien solo por juego no es que me encantara, pero luego, hola destino!, los extremos de la botella nos señalaban a Daniela y a mí.
Al ver que no reaccione, ella se puso en cuatro acercándose a mí lentamente, coloco su mano detrás de mi nuca y me beso, se suponía que fueran tres segundos pero estoy más que segura que fue mucho más, al comienzo fue un simple roce de labios, pero ella abrió los propios y aprisiono mi labio inferior entre los suyos, no supe responder y solo me quede perdida en aquel sabor a gloria y alcohol, termino el tiempo impuesto por ella misma, se separó, me miro con picardía y dijo que ya no quería jugar, acto seguido me levante a tomar algo de agua, y dos más salieron del juego, los restantes continuaron no sé por cuanto tiempo.
Me fui a uno de los cuartos de la casa, no sé si estaba confundida o extasiada, pero me sentía extraña, así que me aleje del resto, pero llegaron Bibi y Daco a interrumpir mi soledad, propiciándose besos por donde las bocas les alcanzaban, así que me aleje, sabía que ellos tenían algo y supuse que querrían privacidad.
Me retire al cuarto de al lado, las luces estaba apagadas así que sin reparar me lance a la cama que supuse vaciá, en ese momento escuche un grito y me levante de golpe, allí estaba Daniela en la cama, ahora quejándose…
- Pero que mierda!!!... podrías tener más cuidado?
- Lo siento, pero creo que es obvio que no sabía que estabas allí, estas bien?
- Claro, ni que pesaras tanto, y que paso me andas buscando?
- Ja que te hace creer eso? simplemente quería estar sola…
- Bueno tenés razón, para que me buscarías, has estado todo el tiempo de conocernos coqueteando conmigo y hoy no has tenido ni el valor de darme un beso que se considere decente – dijo en un todo formulado explícitamente para molestarme, como si con lo dicho no fuera suficiente .
- Si a eso le consideras un beso, creo que tampoco es que me pierda de mucho– mentí .
- Pues entonces demostrame como es que besan las lesbianas, pues según tú crítica debe ser de pedir más – dijo esto mientras se levantaba y me tomaba por la cintura acercándose a centímetros de mi rostro .
Confieso que el olor a alcohol y las circunstancias me hicieron pensarlo un poco, pero demonios si en verdad deseaba besarla, no para diversión de los demás, sino entre nosotras como algo que quedaría entre dos solamente, la tome por la cintura con algo de fuerza, subí lentamente mi mano por su espalda y la coloque tras su cuello, la acerque aún más a mi rostro, hasta que podíamos sentir nuestros alientos, abrí un poco mis labios y los junte con los suyos, ella respondió haciendo lo mismo, aprisionamos nuestros labios con los propios, parecían encajar perfectamente cada movimiento cada respiro, nuestros rostros comenzaron a moverse a los lados para mejorar el contacto, sus manos subieron acariciando mi espalda y las mías respondieron haciendo lo mismo en su espalda y brazo, inconscientemente la fui presionando más a mí, pasaron unos minutos luego, ella se separó…
Ok … admito que estaba equivocada… - dijo mirándome fijamente .