Perfect Illusion
Curiosamente cinco años atrás, más o menos en esta época, me pasaban cosas con alguien que me iba a dejar marcada para siempre.
Curiosamente cinco años atrás, más o menos en esta época, me pasaban cosas con alguien que me iba a dejar marcada para siempre.
El título de este relato se llama Perfect Illusion (por la canción de Lady Gaga) que define en ritmo, letra y emoción al cantar, lo que siento por esta persona. Pero que quede claro, no hay nada más ahí, los sucesos futuros marcaron mi camino y me encuentro viviendo la vida, con altos y bajos, drama y felicidad junto a mi esposa, que me encanta.
Cuando empecé a escribir relatos, no tenía mucha experiencia con mujeres, de hecho, primero los escribí, luego besé a una mujer y mucho más tarde tuve sexo con ellas. Pero la imaginación y los deseos hacían que fuera fácil de relatar.
Venía recién descubriendo mi bisexualidad, y necesitaba explorar la parte femenina que tanto tiempo tenía guardado y no quería asumir, por lo cual me voy a ahorrar la parte de la aceptación y bla bla porque mi familia es super open mind y tuvieron cero rollos.
Para esto, dije – ¿cómo hago para conocer mujeres? - y ya fue, el chat de lesbianas típico que encontrás montones y alguna, es medianamente cuerda y te pones a charlar.
Así fue como la conocí, conversando en un chat, las preguntas de rigor primero y luego el Msn (jaja que antiguo suena). Obviamente no fue la primera con la que hable, de hecho, justamente lo que me llamo la atención de ella es que le contaba de las otras chicas con las que había hablado y nos reíamos de eso, y de sus experiencias conociendo personalmente a estas famosas chicas, de las cuales algunas habían sido un fiasco.
A ella le conté mi primer disgusto con una chica con la que hablaba, me tenía super enganchada pero vivía en otro país, y un día (mientras tanto tenía que seguir conociendo gente) salí a conocer a uno de estos personajes de los chat, y me llega un correo de su hermano diciéndome que ella había vuelto con su ex, mi corazón se me achico, y la velada se dio por concluida, me fui abruptamente del bar, tomé un taxi y conteniendo las lágrimas para no llorar como una pobre mina, llegue al departamento y me encerré en mi habitación. Le conté toda la situación y fue un gran apoyo, porque me decía estupideces y me hacía reír, asique entendí que no me podía sentir mal por algo que nunca pasó, y ahí fue cuando me conto su mala experiencia conociendo gente por internet y de cómo están los típicos que salen en catfish, y si, te cagan la vida, por suerte no fue más que una simple desazón.
Ahora la pregunta del millón, si a ella también la conocí por internet, ¿cómo saber si no era un fiasco también?, con el correr del tiempo, intercambiamos números de celular, nos veíamos por cámara y hablábamos, y estaba en el mismo país, no en la misma ciudad, pero a una hora y media de distancia, lo cual no es mucho.
Nuestros temas de conversación eran cada vez más íntimos, emocionales, me hacía reír mucho, estábamos compartiendo mucho más y la verdad que me empezaba a gustar bastante. Hasta que en un momento rompimos el hielo, no recuerdo en detalle quien lo dijo primero, pero nos confesamos que nos gustábamos, y las charlas también tomaron otro tono, uno más subido específicamente, me hacía calentar y yo a ella, y nos veíamos por cámara, mientras cada una se tocaba y terminaba frente a la cámara. Cosas que yo no había hecho antes con nadie, pero con ella no lo podía evitar.
Como decía al principio, por estas fechas fue el encuentro (un poco antes o un poco después who knows), dado que mi trabajo era en la cocina de un hotel, los horarios eran imposibles, pero estaban las fiestas patrias y dan varios días de feriado, asique me gane el fin de semana largo, ¡los boletos a la playa se han dicho!
Sola, a la vida no iba, mi hermano fue de wing man, por si salía algo mal, asique elegimos un hotel lindo y barato, que quedaba cerca de su casa, reservamos y partimos.
Llegamos, el hotel estaba bueno, almorzamos, dormimos una pequeña siesta y a eso de las 4 o 5 de la tarde, salimos a la calle, por donde venía bajando (las edificaciones están sobre un cerro) de su casa, ella.
Lo primero que me pasó por la mente cuando la vi fue, ¿que onda sus ojos? Tenían un tono café con amarillo muy raro pero muy hermoso a la vez. Por supuesto mucho no hable, tenía nervios, hablaba más mi hermano, cumpliendo con su función, que para eso lo había llevado jajaj. Paseamos por la ciudad, lugar que conocía de pasada, pero esta vez lo conocí más en sus interiores, recorriendo distintos lugares y sacando algunas fotos. Quedamos en que esa noche íbamos a salir a una discoteque gay de por ahí, con algunos amigos de ella y con mi hermano (que también es gay asique mal no le venía).
Nos juntamos todos en un bar a hacer la previa, un par de tragos antes de entrar, charlar y distender la reunión un poco. Entramos a la disco, era bastante horrible el lugar, pero dije ya fue, disfrutemos, la verdad que estaba nerviosa, era la primera vez que salía con una chica que realmente me gustaba, y no alguna con las que me besuqueaba cuando salía a bailar, antes de encontrarnos personalmente. Asique aproveche que los tragos eran baratos y tome varios para tener un poco más de seguridad y bajar los niveles de ansiedad.
La verdad que, aunque el lugar era un desastre, era entretenido, buena música y entretención en vivo con un par de drag Queens, que la verdad le subían un poco el pelo al pobre lugar.
Probablemente si hubiera tomado menos alcohol me acordaría con mejor detalle cómo fue que nos dimos el primer beso, pero según mis recapitulaciones, ella estaba apoyada de espaldas a la barra y yo delante de ella, coloque mis brazos en la barra alrededor de ella, y la besé. Así nomas, pero tengo el registro sensitivo de que fue un buen beso, de esos que se sienten hasta abajo.
Cosa va, cosa viene, y me veo en el hotel, semi desvestida, con ella arriba mío moviéndose hacia adelante y hacia atrás, haciéndome sentir todo su calor y humedad entre mis piernas. Fue y será una escena muy hot en mi historial, ni hablar que fue la primera vez que tenía sexo con una mujer.
Pero en mi vida no todo lo que hago por primera vez me resulta muy bien, por lo que solo recuerdo esa escena y después acompañarla a su casa con un dolor de cabeza muy hijo de puta, que si hubiera tenido un hacha me la sacaba.
Volvimos a salir esa noche otra vez, ya recuperada, no quería repetir la misma historia por lo que me abstuve de tomar mucho. Volví a repetir ese beso de la noche anterior, pero esta vez las sensaciones si las sentía y no eran un registro sensorial, y las ganas de querer estar de nuevo en la cama con ella, se hacía cada vez más presente, por todo mi torrente sanguíneo.
Cuando salimos, hacia un frio impresionante, asique estábamos esperando un auto para que nos lleve, una al lado de la otra, abrazadas, compartiendo nuestro calor, y se sentía demasiado bien ese calor, en mi interior.
Pasamos a despachar a mi hermano al hotel y nosotras fuimos a su casa, entramos a su pieza, y nos besamos, con ganas, me dejo totalmente desnuda en la cama y ella encima mío, me hizo suya. Esa si fue la experiencia que estaba buscando, como me besaba, me pasaba la lengua por el cuello, mordía mi clavícula, cosa que me ponía demasiado hot, me acariciaba, y mi respiración se entre cortaba, mi corazón palpitaba, pero todas las sensaciones que tenía en todas las ramificaciones de mi ser, eran impresionantes, sus besos fueron bajando por mis pechos, pasaba la lengua por mis pezones, y succionaba uno de ellos donde tengo mi piercing, luego fue bajando por mi abdomen hasta llegar a mi vagina, donde (aunque no lo crean), fue la primera vez que me hacían sexo oral, y era espectacular. Movía su lengua de abajo hacia arriba y masajeaba mi clítoris suavemente, me tenía donde quería, yo estaba entregada totalmente al placer que ella me entregaba, subió hacia mi boca, y nuestras piernas se entrelazaron en un vaivén, del cual ya no pude aguantar y me terminé viniendo rápidamente.
Terminamos esa noche durmiendo juntas y a hurtadillas en la madrugada cuando salían los primeros vestigios de luz, me devolví al hotel, que tenía las puertas cerradas y tuve que vergonzosamente despertar a la dueña para que me abriera, y al abrir la puerta me dice riendo – ¡estuvo buena la noche! - Por dios, que vergüenza, era una señora mayor y me estaba festejando lo que hice.
Nos volvimos esa tarde, con el recuerdo de haber pasado uno de los mejores fines de semana de mi vida, y no podía quitarme la imagen de estar juntas, desnudas, disfrutándonos.
Vuelta al trabajo, a la rutina, y todo lo que hacía era pensar en ella y chatear a cada rato, recordando lo bien que lo habíamos pasado. Planeando un próximo encuentro más temprano que tarde.
No sé porque razón, a los pocos días, tuve dos días libres seguidos, asique esa tarde salí de mi casa, con un amigo fuimos al cine, y conversábamos a través de mensajes de texto, sobre vernos, asique lo decidí, termine de ver la película, me despedí de mi amigo y con lo puesto, partí a la terminal de buses y me fui a verla, tuve que mentirles a mis padres porque ni sabían de su existencia. Y obviamente no pensaba volver en dos días.
Llegando, al bajar del bus ahí estaba ella esperándome, fuimos a tomar algo, pero esta vez estábamos solas, no con un grupo de gente, podíamos hablar, los nervios del principio ya no estaban, y lo único que quería era besarla, saborear sus labios y sentir su lengua con la mía otra vez. Asique salimos del lugar, fuimos a la discoteque de la otra vez, y al salir nos cruzamos con una mina medio amachada rubia, de ojos celestes, que la saludo, y me dijo, es la rusa que te conté. Una tipa con la que no recuerdo si ya había estado, pero era de por ahí, en fin, ni me preocupe.
En su casa, mejor dicho, en su cama, nos desnudamos, y esta vez yo quería tomar un poco las riendas, pero ella era totalmente activa asique no quedaba otra que entregarme, me besaba uno de mis tatuajes, el que está por debajo de mi clavícula y me mordía el huesito, porque le parecía sexy mi estructura ósea, y a mí eso me calentaba demasiado, que me mordiera, donde sea. Con una de sus manos comenzó a tocarme ahí abajo, suavemente, sintiendo toda mi humedad y sabiendo que ya podía penetrarme con uno de sus dedos lentamente, una y otra vez lo introducía y yo sentía como mi cuerpo se arqueaba por todo lo que me hacía sentir, suspiraba y jadeaba, estaba lista para venirme, cuando me quito la mano, puso su vientre sobre el mío, y comenzamos a movernos lentamente, sintiéndonos la una a la otra, recuerdo que sonaba Born To Die de Lana del Rey, y ese momento de seducción, de coalición, yo besaba sus labios lentamente y los rozaba con mi lengua suave y sin apuro, nos vinimos juntas.
Durante mi estadía, además de tener sexo la mayoría del tiempo, ella chateaba con sus amigas, mientras que yo le explicaba a mi mamá donde estaba, porque me dio cargo de conciencia mentirle. Yo veía que hablaba bastante con la rusa esta, y me entraba a parecer un poquito raro, porque se supone que no tenían nada y ella estaba conmigo.
Se acabo la luna de miel y me tenía que volver, asique tome el bus temprano para llegar directo a trabajar, en la terminal, sentía un dolor de garganta terrible, asique pasamos por la farmacia a comprar ibuprofeno, y me tome uno, que me costo tragar. Llegando al trabajo, la pastilla no me había hecho ningún efecto, y me sentía bastante mal, trabajar en una cocina todo el día parada era cansador, pero ya no daba más, se me doblaban las rodillas y me senté en el suelo, agarrándome la cabeza. Mi jefe se acercó, puso su mano en mi frente y me dijo, andate ya a la clínica porque estas volando de fiebre.
Llegue a la urgencia, me atendieron y tenía amigdalitis, el lindo del médico que me atendió me mando para mi casa con antibióticos cada 8 horas y si te he visto no me acuerdo. Ya en mi casa tuve que bancarme a mi mamá reclamándome por haberle mentido y retándome por haber ido a verla y bla bla. La escuchaba hablar y me tire en la cama, en verdad me sentía muy débil, el dolor era demasiado y no podía ni tomar agua de la inflamación. Por lo que mi mama me subió a un taxi y me llevo de nuevo a la clínica, la fiebre no bajaba, la inflamación no bajaba y ya no podía respirar, desvaneciéndome en la sala de espera. Esta vez, la linda de la doctora (y lo era) dijo las palabras mágicas, “hay que internar” y “morfina”.
Estaba en la cama de la clínica, y al fin me sentía un poco mejor. Había hablado con ella contándole como estaba y que me habían internado, asique al día siguiente, viajo a verme, justo coincidían sus horarios de la universidad asique tenía tiempo y se quedó la noche cuidándome.
Esa noche, durmió a mi lado, y cuando ya las enfermeras no venían a controlarme a cada rato, por morboso que suene, nos besamos nuevamente, y deslice lentamente mi mano a su entrepierna, y me decía susurrando a mi oído que no lo hiciera, no es de las que se deja tocar, pero no hice caso y de a poco fui acariciando su clítoris, cada vez más rápido hasta que sentí sus espasmos y gemidos al oído, sin hacer mucho ruido para no levantar sospechas, esta vez yo la hice mía.
Al día siguiente, salió a encontrarse con alguien durante la mañana y volvió más tarde para despedirse de mí y volver a su rutina. Yo ya me podía poner en pie, así que me levanté, nos abrazamos muy fuerte y me beso en los labios y se fue. Cuando cerró la puerta, sabía que no la iba a volver a ver y una parte de mi había salido por esa puerta y no volvió.
Estuve diez días internada, manteníamos la comunicación diariamente, pero sentía que algo pasaba y no sabía que era. Hasta que unos días después, ya recuperándome en mi casa, me habla de esta rusa, pidiéndome consejo, porque le pregunto si quería ser su novia y no sabía si decirle que si (por su historial mujeriego) y ahí en ese instante, fue la primera vez que sentí mi corazón romperse. La conversación siguiente fue un rápido y desesperado intento por decirle que la quería y porque me hacía esto, si supuestamente nosotras estábamos juntas. Desagradablemente me dijo que siempre quiso a esta otra, que yo era muy emocional y prácticamente me invente todo en mi cabeza.
Me dio por terminada la “relación” y me enojé tanto, que me acuerdo decirle, se termina y se termina, no quiero que hablemos NUNCA más. Y así fue, la elimine de todas mis redes sociales, con todo el dolor de mi alma.
Los días siguientes fueron horribles, la angustia que sentía en mi pecho era imparable, estaba acostada en la cama llorando como condenada, repasando mentalmente todo lo que habíamos hablado, todo lo que habíamos hecho, me sentía ultrajada por haberle dado toda mi confianza, mi cuerpo y lo hizo pedazos en segundos. Mis papas y mis hermanos venían cada dos minutos a consolarme y yo no podía parar de llorar, no podía comer de la pena que sentía, jamás había experimentado una sensación así, un rechazo, en el trabajo intentaba concentrarme pero no podía evitar la pena, mis compañeros trataban de subirme el ánimo pero era imposible, y una amiga que es mucho menor que yo, sabiamente me dijo – el tiempo cura todo – y es la típica frase, que cualquiera te dice para esta clase de momentos, pero hice caso, el tiempo en verdad cura todo, y si no lo cura, deja de doler tan fuerte.
Los días fueron pasando y mi angustia era cada vez menor, dolía menos, es verdad, y empecé a salir más seguido, conocí más mujeres y hombres en el camino, me metí en la cama de quien se me antojaba y en verdad ya no me importaba tener sentimientos por ninguna de esas personas, porque ya me habían roto el corazón, así que más mal que eso no me iba a ir. Hice lo que quise con muchas personas, mientras algunos tenían la ilusión de tener algo más conmigo, en sus propias caras aparecía con alguien más, y echaba por tierra todo lo que se imaginaban tener conmigo, sorprendentemente uno fue lo suficientemente masoquista de bancarse como yo me revolcaba con otras mujeres e incluso hombres mientras estaba con él, se lo hacía a propósito y seguía ahí. Lo que me molestaba aún más. En hotel tenía fama de atorranta, pero de alguna manera eso les gustaba y así fue como me termine acostando con algún que otro compañero y hasta mi jefa directa, que me confeso que yo le gustaba y le parecía muy atractiva. Hice y deshice a mi antojo todo lo que quise, manipulé a quien se me cruzara, hasta tenía un estacionamiento dentro del hotel, que ni el gerente tenía.
Extrañamente, un año después de lo sucedido, por eso digo dentro de las mismas fechas, de nuevo los feriados patrios, una nueva salida en grupo, esta vez con gente del trabajo, donde conocí a Natalia, no sabía ni su nombre hasta ese día, de hecho, nos llevábamos muy mal, siempre chocábamos porque ella atendía mesas y yo estaba en la cocina, así que cada vez que nos cruzábamos era una batalla campal. Ese día una mesa grande dejo mucha propina, porque los habían atendido muy bien, por lo tanto, Natalia y su supervisora que eran las únicas en turno, decidieron invitarnos a tomar algo, ya que nos había tocado trabajar ese feriado mientras todos descansaban, me invito directamente a mí y después invito al resto, en mi plan de cacería me dije, - acá algo va a pasar-.
Salimos a tomar por ahí, y se sentó a mi lado, en un ambiente más distendido y sin agarrarnos de los pelos, charlamos de cualquier cosa, hasta que vio mi tatuaje (el de la clavícula) a través de mi camisa entre abierta y nos pusimos a hablar de eso. Charla va, charla viene, pregunte quien quería venir a mi casa y seguir la reunión ahí, no hubo mucho quorum, vino Natalia y otro compañero más, que a la hora de que llegamos se quedó dormido en el sofá y le pregunte a ella, si quería ir a dormir, había tres habitaciones disponibles, pero solo se podía acostar en mi cama, conmigo, y acepto, me dijo – lo que si, duermo sin pantalones- perfecto, - no hay problema- le dije.
Se acostó a mi lado dándome la espalda, pero no había chance que así se terminara la noche, la giré lentamente hacia mi lado y la besé. Y con toda la experiencia que ya había adquirido, puedo decir que ese sí que fue un beso épico, del que se te doblan las piernas si estás parada, esa noche como nunca otra sentí como me hacían el amor, y me hacía temblar, pero era una mezcla de placer y algo más, había mucha entrega de ambas esa noche. En la mañana siguiente, me despierta con una caricia y un pequeño beso en los labios y mirándome a los ojos con cierta vergüenza me dice – ¿está muy mal si te digo que me enamore esta noche? – la mire y negué con la cabeza, sentí que se me llenaba el pecho.
No nos separamos más a partir de esa noche, hoy estamos adportas de nuestro cuarto aniversario juntas y el primero como matrimonio. Como dije en el principio, hay altos y bajos, más bajos que otra cosa, peleas, llantos, ganas de abandonar todo, sobre todo porque me encanta el drama, y complicar las cosas, pero no me abandona, y no quiero que lo haga, nos necesitamos la una a la otra y sin ella, de solo pensarlo se me aguan los ojos, yo no puedo imaginarme nada. Estamos demasiado involucradas la una con la otra, y sabemos que puede pasar de todo, no nos aferramos al para siempre, y eso nos mantiene cuerdas.
Por eso cuando estrenaron la canción de Lady Gaga, la escuche a lo lejos y me hizo click. Estaba tan empecinada en entregar todo el amor que tenía adentro, que creí que esta persona era la indicada, cuando me rechazo me sentí morir, y hoy por hoy me doy cuenta que no era nada más que una ilusión, me aferre a algo que no existió, y para que estamos con cosas, mientras ella salía con esta otra mina, yo también salía por mi parte, lo que pasa que no me involucraba emocionalmente, pero yo no era ninguna santa, no era víctima, solo estaba muy confundida, me dolió, y cuando dejo de doler, me dio mucha rabia pero me sirvió, aunque fuera una ilusión, dejó una huella en mí, que cambio mi postura de ver la vida hoy por hoy, pasar por eso me trajo a este presente, que no es el mejor ni el peor, pero es lo que yo elegí.