Perdóname por decirte te quiero... (4)

Arturo es llevado por la ira, Miguel se defiende y razona, Alguien inesperado aparece...

Resumen Capítulo 3.

Arturo y Marina conversan por teléfono, Miguel rompe con su novia y le pide a Miguel que averigüe porque, Andrea confiesa que vio a Miguel besarse con una chica cuya descripción encaja con Marina.

Novela ficticia, disfruta lector.

Capítulo 4.

Todo cambió, pero en el fondo no sabía si para siempre o solo en ese instante.

No dormí en toda la noche, estaba derrotado, dolido, mi mejor amigo, desde que teníamos 4 años, me había mentido.

Eso fue lo que me dolió más, al fin y al cabo, Marina podría ser algo pasajero, pero Miguel no, era como mi hermano, y en el fondo, muy en el fondo, seguía confiando en él.

Pero esa ínfima confianza quedó a un lado cuando la ira se apoderó de mí, me daba tanta rabia, tanta impotencia y además todo coincidía.

Esa misma tarde Marina me dijo que había estado liada, y hasta pasadas las 6 no me habló, mientras que Andrea los vio sobre las 5, todo cuadraba a la perfección como si de una película se tratase, pero mi mente no era capaz de asimilarlo, y ese diluvio de pensamientos y tormento de intenciones, fue lo que me llevó a actuar.

Ya en la mañana, con una frialdad que ni Dios sabe de dónde la saqué, le escribí a Miguel diciéndole que no me esperase en el banquito de siempre, que me esperase en la puerta de la clase, que iba a llegar tarde.

Obviamente era mentira, pero ni quería montar un jaleo en la calle ni tampoco que Marina me viera en clase actuando como un animal, ya que entonces se desvanecería toda mínima posibilidad.

Me conocía mejor que nadie, y sabía que en el momento en el que lo viese, mi mente enviaría un disparo de furia a mi consciente, y saltaría cual leona cazando a una presa.

Llegué al instituto, mantuve la calma y fui hasta el pasillo donde estaba mi aula, y ahí fue donde vi a esa persona que había rondado mi mente toda la noche, apoyado en la pared, hablando con Marina.

No aguanté más, me acerqué corriendo dispuesto a darle un puñetazo en la cabeza...

Pero en ese instante pasaron por mi cabeza muchas imágenes de nuestra infancia, como crecimos, los cumpleaños que celebrábamos cuando éramos unos críos, esas tardes de verano en el parque con un flash de limón, nuestro primer día de instituto, como vitoreamos cuando empezó su relación con Andrea y como me apoyó siempre que lo necesité.

Y con una lágrima resbalando en la mejilla, frené en seco y de nuevo, expulsando hielo a cada palabra con una frialdad de otro planeta le dije a Miguel:

  • Ey tío, acompáñame al baño, me encuentro mal.

  • Claro hombre! Marina es majísima, como te la hagas triunfas loco, ¿Ey que pasa? ¿Porque coño estás templando? - caminamos hacia el baño.

La voz de Miguel resonaba a lo lejos mientras mi mente trabajaba a marchas forzadas por no perder el control, un cúmulo de emociones que inundaban todo mi pensamiento... ira, tristeza, enfado, nostalgia, rabia, dolor... era demasiado para mí.

Llegamos al baño y cerré la puerta detrás de mí.

Me balanceé encima de miguel cogiéndolo del cuello.

  • ¡Pero qué coño haces Arturo! - intentó zafarse, pero lo tenía agarrado de una forma que lo tenía muy difícil.

  • Tú... Miguel... - sollozaba sin parar - ¿te has estado liando con Marina y me lo has ocultado? - lo miraba con una mirada asesina.

  • ¿Yo? ¡¿cómo me voy a liar?!, ¡si hoy es la primera vez que hablo con ella y precisamente estábamos hablando de ti!

  • ¡Y entonces porque coño Andrea me ha dicho que ayer por la tarde estabas liándote con Marina en el parque de enfrente del instituto?

  • ¿Pero qué cojones? ¡ayer por la tarde cuando volvimos del instituto me fui al gym a entrenar!

  • ¡Hijo de la gran puta, dime la verdad o te juro que te reviento! - me quedé sin garganta después de ese grito.

  • Te estoy diciendo la verdad Arturo, ¡Joder!

  • ¿Y cómo sé que no me mientes?

  • Porque soy tu puto amigo, a parte Andrea últimamente estaba muy gilipollas.

  • ¿Que hablasteis antes de que te dejase? - lo solté.

  • Pues... le conté lo que te pasó en el baño con Marina... en plan queriéndole decir que ibas bien con la chica.

  • ¿Le dijiste que ropa llevaba puesta Marina?

  • Mmmm, le dije que uno de los motivos por los que te pusiste en modo "palitroque" es porque llevaba una falda y a ti te molan...

  • Calla. - Le corté - hija de puta... - susurré - ¡Miguel!

  • ¿¡Que?!

  • Hay dos opciones, o Andrea se confundió y pensó que eras tú y era otro... o no se confundió, pero tú no eras y aprovechó para mentirme y meter mierda y de paso romper contigo.

  • ¿Pero y como has llegado a estas conclusiones solo por saber que a Andrea le dije que ropa llevaba Marina?

  • Porque ella sabía de antemano que yo le preguntaría la ropa que llevaba puesta la chica por si me sonaba, y de lejos lo que mejor puedes distinguir son unas medias o una falda, le salió la jugada perfecta Miguel, pero no contó con que en el fondo te creía a ti, ella creía que nos íbamos a liar a ostias.

  • ¿Pero y todo esto para qué?

  • Seguramente para joderte, no sé el motivo, pero esa cabrona te ha intentado separar de mí.

  • Me cago en su puta madre, llámala y quedar a la salida del insti, le dices que no voy a estar.

  • Bien pensado... y perdona tío...

  • Das puto miedo cuando te pones así, pensaba que me ibas a matar - rió.

Nos dimos un abrazo, le pedí disculpas veinte veces más durante las clases, me contó que Marina le había dicho esta mañana que estuvo hablando conmigo y que le caía muy bien, estuvimos pensando que decirle a Andrea, la cual aceptó y se acercaría a la salida...

¿Por qué no le dijo a Miguel al instante lo que vio? ¿Qué intención tenía haciendo eso?

Llegaron las 3 y sonó el timbre, a la salida me dirigí a la puerta de forma firme y directa, mientras que Miguel se escabulló en un grupo de chavales, cuando vi a Andrea y me acerqué a saludarla hice un gesto con el brazo y Miguel salió.

  • ¡Hola Arturo! ¿hablaste con Migu... ¡Qué coño haces aquí! - gritó a Miguel que se puso a mi derecha.

  • No, tengo que preguntar yo, ¿Por qué cojones te inventaste que me lie con Marina? - Miguel dio un paso al frente.

  • ¡Gilipollas te vi ahí enfrente! - señaló al parque.

  • Te voy a decir una cosa - se acercó más aun a Andrea- yo soy capaz de suspender Religión, soy capaz de decir que Superman es de Marvel, soy capaz de tirarme un pedo con regalito y no limpiarme hasta llegar a casa... pero lo que jamás sería capaz es de faltar a la lealtad de un amigo, o, mejor dicho, de un hermano.

  • ¡Eres un mentiroso! ¡Te liaste con Marina! Arturo créeme te esta engañan...

  • Perdonen - apareció un chaval de la nada.

  • ¡¿Hermano?!  ¡qué coño es igual que yo! - dijo Miguel dándome ostias en el brazo.

  • ¿Que sucede? - pregunté educadamente mientras me quitaba a Miguel de encima que seguía flipando.

  • Es que estaba aquí tranquilamente, pero he escuchado el nombre de Marina y quería saber si ocurría algo.

  • Marina es compañera de nuestra clase estábamos hablando sobre un trabajo de Historia - improvisó Miguel.

  • Ah, comprendo, entonces nada - sonrió el chico.

  • Pero tú... ¿quién eres? - pregunté con curiosidad.

  • Ah vaya, perdonad mi educación - rió - me llamo Manu, soy el novio de Marina.

Continuará...

Este es mi primer relato, espero que os guste, el esfuerzo vale la pena, sería un placer recibir críticas para seguir aprendiendo. ¡¡¡Muchas gracias!!!