Perdimos nuestra segunda virginidad
Nos conocimos sin querer en un cuarto de Internet sin pensar que algún día nos conoceríamos personalmente. Para mi María fue la mujer con la que perdí mi virginidad de casado
Ella de Argentina, divorciada de 29 años viviendo en Washington, la capital de Estados Unidos, Su nombre encubierto para mi relato: María; yo de México, 36 años viviendo en Puerto Rico por trabajo. Nos conocimos sin querer en un cuarto de Internet sin pensar que algún día nos conoceríamos personalmente. Continuamos la amistad, nos escribíamos muy frecuentemente y cada vez intimidábamos más sobre nuestras vidas. Intercambiamos fotos. Se veía muy hermosa, y dudaba sus fotos fueran reales por lo que le pedí que me mandara más sólo para asegurarme era ella realmente. Era rubiecita, blanca, midiendo 1,65 y parecía flaca en las fotos, pero muy atractiva...para el record, yo parezco medio gringo, mido 1.70, blanco de ojos claros, cabello café y complexión normal.
Un día tenía que ir a Miami de trabajo y pasaría un día prácticamente sólo para poder esperar a un vuelo adecuado para mi regreso.. Inocentemente le pregunté si quería verme allá aprovechando esta ventana de tiempo.. Nunca me imaginé que me diría inmediatamente que sí Entonces dudé porque nunca había sido infiel a mi esposa, pero ella ya había aceptado. Le mandé un boleto de avión por Internet y le dije que reservaría un cuarto sólo para ella. Ella me dijo que no había necesidad de gastar tanto dinero, que ella podía quedarse en el mismo cuarto conmigo, siempre y cuando si no se sentía en confianza pudiera irse cuando lo deseara. Por si las dudas, pedí un cuarto con camas separadas. Yo por mi parte le dije que nunca había sido infiel y que dudaba yo estaría listo para dar ese paso y me dijo que lo entendía.
Finalmente fui a mi viaje e hice todos mis negocios y entonces me preparé para el día que llegaba ella. La fui a recoger al aeropuerto de Miami la esperé salir, se tardaba mucho al punto que pensé que todo era una tomada de pelo y de repente la veo venir
Wow!..No lo podía creer, se veía aún más hermosa que las fotos. Venía vestida con pantalón de mezclilla que no pudo evitar que mirara sus bien torneadas nalgas..una curva perfecta. Traía una blusa nada reveladora y una chamarra en el brazo. El cabello más ondulado y largo. Los dos tímidos nos dijimos hola con un beso en la mejilla. Le dije lo bella que se veía en persona, me sonrió picadamente y me dio las gracias y dijo lo mismo de mi.
Había rentado un auto y le dije, comiste? María me dijo, prefiero ir a dejar las cosas al hotel..El hotel era el Intercontinental cerca del aeropuerto. Cuando llegamos me fue extraño entrar al hotel con ella. La verdad nunca había nada como esto en 10 años de matrimonio y diría más bien en mi vida..
Estaba nerviosísimo. Llegamos al cuarto, y como si ella fuera una adolescente, aventó sus cosas a un lado y se tiró a la cama. Yo me senté en el sillón y comenzamos a platicar de mil cosas como dos buenos amigos. Ella agarró una almohada y jugaba con ella pasándola de un lado para otro. La conversación a veces giraba a la atracción que sentíamos en ese momento el uno por el otro, "te ves muy bien", "como me miras, no podía percibir eso por computadora", "sientes lo que yo siente"; y yo aún resistiendo le digo si quiere ir a caminar para conocer el hotel. Me dice que si. Bajamos y vamos a la piscina. La verdad no había nadie allí, e increíblemente estaba el clima frío, por lo que le dije, vayamos al cuarto por las llaves del auto y nos vamos a comer algo.
Ella en ese momento me agarró la mano como si fuéramos una pareja, y mientras caminábamos recostó su cabeza en mi hombro. Tomamos el elevador al tercer piso y apenas adentro me dijo. No sabes como esperé este momento y me plantó un beso delicioso. Su boca era increíble, suave, fina. Inmediatamente se entrecruzaron las lenguas. No nos despegamos hasta cuando se abrieron las puertas del elevador. Caminamos apresuradamente al cuarto y después de cerrar la puerta continuamos besándonos en el pasillo de la entrada. Un beso interminable, caliente, muy mojado; los cuerpos completamente pegados. Por supuesto empecé a tener una erección, por alguna razón no me importaba la sintiera, en ese momento parecía normal, pues estábamos calentándonos mutuamente. Mis manos comenzaban a acariciar su cuerpo hasta que terminaron acomodadas agarrando firmemente su fabuloso trasero.. Me quería venir tan sólo de tocarlo.. era tan perfecto. Finalmente la tomé de la mano y la lleve a la cama. Le dije que si entendería si nos besábamos y fajábamos, pero no cogíamos pues no estaba listo. María me dijo, esa es tu decisión
La comencé a besar en la cama, yo encima de ella. Poco a poco iba desabrochando cada uno de los botones de su blusa. Ella permitía todo lo que yo iba haciendo y aún empezaba a gemir con cada caricia mía hasta que al fin le quité la blusa. Tenía un sostén blanco con encajes de colores rojos, quizá hasta inocente. Mis besos se movieron de su boca a sus mejillas, a sus orejas y cuello, bajando a la tela donde empecé a recorrer la redondez de las tetas que eran pequeñas, aún sin tocar los pezones. Veía como se estaba volviendo loca para que apresurara el paso. Al llegar finalmente a sus pezones, comencé a humedecer la tela con mi lengua por encima de ellos. Pude sentir como se erguían y empezaban a aparecer en la tela húmeda y esto me prendió a mí también. Finalmente le quite el sostén para descubrirla toda.. si, eran pequeñas, pero muy firmes como todo su cuerpo y hermosas.. Se las acaricié con ternura.. ella gemía aún más y me agarraba con sus manos el cabello totalmente entregada.
Ya para entonces su pantalón tenía el botón abierto y yo creo que hasta era incomodo para ella por lo apretado que estaba a su cuerpo, por lo que me apresuré a quitárselo. Su calzón hacía juego con el sostén. La fui besando del ombligo a la rodilla y de regreso por sus muslos. Esta vez me acerque a su vagina hasta tener mi nariz tocándola por encima de la tela. El olor era delicioso, podía sentir su humedad, deseaba comerla tanto. Finalmente le baje el calzón y comencé a descubrirla saboreándola toda. Tenía poco bello, perfectamente recortado, un aroma de fineza y su clit era pequeño y sus labios vaginales poco pronunciados.. era como que iba de acuerdo con toda su fisonomía perfecta. La comencé a besar y mamar con muchos deseos, pero tomándome mi tiempo.. la excitación de ella iba en aumento hasta que ya no pudo más, era como si no se hubiera descargado en años hasta que inevitablemente empezó a tener un orgasmo que parecía no terminar. Podía sentir sus espasmos y entonces comenzó a llorar.. le pregunté que pasaba y me dijo nada, sigue, no pares y la mamaba más y más Entonces tomamos un espacio y le pregunté como se sentía. María me dijo.. "bien, pero debes de entender que después de esto, tengo un deseo enorme por ser penetrada, y sin ti no hay nada que pueda hacer".
Estuve pensándolo la verdad la deseaba tanto.. Y finalmente le dije:"la verdad te deseo mucho" y comenzamos a besarnos de nuevo. Entonces María me desvistió tan rápido como pudo hasta dejarme desnudo, me dejo acostar y besándome de arriba a abajo simplemente se abalanzó a mi verga y la comenzó a mamar, primero suavemente, pero después con firmeza, constantemente, pasando su lengua por la cabeza y al mismo tiempo sobando y lamiendo mis testículos increíblemente. Nuevamente me sorprendió las ganas que demostraba al hacérmelo, era tan erótico quería explotar allí mismo, pero me pude controlar y le pedí que parara.
Me incorporé, nuevamente me puse encima de ella y entonces nos dimos un beso despacio pero muy caliente. Mi verga estaba erguida y lista para penetrarla. Era como si los dos fuéramos a perder la virginidad por la primera vez. Entonces sentí su vagina caliente y húmeda y sentí como poco a poco me introducía a ella, y mientras la penetraba me dijo "No he hecho el amor desde que me divorcié hace 3 años y tú me tienes loca desde hace tiempo; haz estado en todas mis fantasías y ahora te tengo". Ahora entendía porque había llorado antes.
El movimiento era lento al principio. Las manos de los dos acariciaban todo lo que podían. Los besos se volvieron ardientes y luego eran lenguas que recorrían todo lo que encontraran enfrente. Ella era tan caliente, excitante, sensual. El ritmo fue mayor cada vez y sus gemidos pasaron rápidamente a pequeños gritos. De repente sus piernas ya estaban encima de mis hombros y la penetración era más profunda y deliciosa.. De repente me volteó y me dijo: "yo encima". Fue increíble; me empezó a cabalgar con intensidad y allí reaccioné a que estaba cogiendo a una hermosa mujer y sus fabulosas nalgas pegaban en mis piernas. Las agarraba. Eran tan firmes, deliciosas.. Ella continuo con más y más fuerza, gritaba y quería más y más..
Pasamos a otras posiciones rápidamente hasta que estábamos los dos sentados con las piernas entrecruzadas.. Era imposible aguantar más.. le dije: "Ya te quieres venir?" "Sí" me contestó y entonces los dos con tremendos gemidos nos venimos juntos con gran fuerza.. Yo simplemente no podía controlar mis propios espasmos de placer. Sabía que hacía mucho no me venía con tanta fuerza y deseo. Nos besábamos mientras sabíamos que estábamos en el climax total. En ese momento me di cuenta que estábamos empapados de sudor. Era francamente erótico y delicioso terminamos y a mi el corazón me latía a mil
Esa noche cogimos con la misma intensidad unas tres veces más hasta caer exhaustos. Al despertar en la mañana lo hicimos nuevamente un par de veces más sabiendo que quizá no nos volveríamos a ver jamás y además que teníamos que correr al aeropuerto para ambos alcanzar nuestros vuelos .
En el transcurso de los años pudimos vernos unas cinco veces más en lugares y circunstancias distintas, hasta que afortunadamente para ella conoció a un hombre con el que pudo entablar una relación seria que terminó en matrimonio, por lo que ambos decidimos que era el momento de parar la relación. Para mi María fue la mujer con la que volví a perder mi virginidad de casado