Perdiendo la Amistad de mi amigo Kike (Erico)
Apretó un poco la boca, sus mejillas se pusieron más coloradas y un grueso chorro de leche salio de su mástil con mucha potencia, su leche fue a dar una parte a su cara y otra a su cabello, el resto cayó sobre su abdomen...
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Quedamos cansados en el piso y el agua de la regadera seguía cayendo. Sentí una mirada sobre mí, voltie a la puerta, estaba entre abierta... Kike que nos veía con ojos de plato. Reaccione rápido quite a érico de sobre mí, intente alcanzar a kike... pero Kike salió corriendo y brinco la barda rumbo a su casa.))---
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Despues de lo que habia pasado con Kike, tenía muchas ganas de desaguarme decirle a alguien como me sentía sin embargo a la hora de la hora nada salía de mi boca. Aunque platicar con alguien ya era fortificante para mí.
Cuando íbamos rumbo al rancho Héctor me pregunto por Érico y Kike: de Érico le dije que ahí andaba, y de Kike un poco compungido le dije que tenía varios días que no lo veía, era el momento de hablar, le dije a Héctor que seguramente Kike estaba enojado conmigo pues yo sentía que se estaba escondiendo y aparte no quería hablar conmigo.
Por el incidente que tubo Héctor con el hermano de Kike, este pensó que eso es lo que había afectado, o era el motivo de porque Kike no quería hablar conmigo, y me lo dijo, mi respuesta fue ojala fuera por eso, pero la realidad es que es por algo más fuerte creo que ya perdí su amistad, y agregue pero ni modo la vida sigue y ya ha pasado otras veces.
Intrigado Héctor me dijo:
--de que estas hablando panchito, a tu edad que cosas pueden ser tan fuertes? si solo tienes 17 años, y si pierdes la amistad de alguien, con ese cuerpesito y carita que te cargas rapido llega otro. Aparte Kike no se ve que sea una persona rencorosa o prejuiciosa.
Le respondí que tenía razón que Kike no era nada de eso pero le dije sin embargo aquí donde me vez no soy el chico lindo y sin defectos que todos piensan.
El camino al rancho se hizo más corto de lo que pensamos, cuando llegamos el abuelo ya me estaba esperando Héctor bajo conmigo mi abuelo lo saludo y me dijo que bueno que traes ayuda luego me dijo hasta donde tenía que llevar la camioneta para bajar la posta.
Héctor y mi abuelo entiendo que ya se conocían así que la plática giro en torno a caballos ranchos pacas y todo lo que se hace en un pueblo chico, de hecho se podía decir que éramos un ejido grande, dedicado al ganado y la agricultura.
Casi terminábamos de poner la posta, vi que el abuelo ya no necesitaba ayuda así que le dije que terminaría con los marranos, Héctor también se vino conmigo.
Ya cuando estábamos solos retomamos la plática de Kike, Héctor insistía que le dijera que es lo que había pasado, ganas no me faltaban de hablar pero también mi consiente advertía el que no hablara de mas, y claro que tenía razón porque si desnudar tu alma es difícil, hablar de tu lado obscuro es mucho más bochornoso así que ni una palabra salió de mi boca.
Esto Héctor lo entendió perfecto, pues tampoco presiono mucho para hablar al final simplemente me dijo:
Solo quiero que sepas que cuando quieras hablar de cualquier cosa, o que tengas duda de algo lo que sea puedes hacerlo conmigo, y ten por seguro que no te voy a juzgar.
Siempre que terminaba de hacer los trabajos en el rancho que el abuelo me encargaba, me iba a refrescar a una pequeña laguna que había en el rancho le decíamos laguna prieta. Desde siempre me ha gustado mucho nadar, Invite a Héctor a darse un chapuzón ya que todavía le quedaba como 40 minutos de sol.
Acepto con gusto y empezamos a caminar yo le iba mostrando el camino hacia la laguna, nos quitamos la playera, esta vez yo estaba un poco cortado, porque no llevaba short y como siempre iba solo con el abuelo pues nadaba en trusas o a veces en bolas, pensaba para mí y ahora como le voy hacer tendré que meterme con pantalones.
Es lo que iba hacer meterme con los pantalones, pero vi que Héctor si se estaba quitando toda la ropa solo se dejó la trusa, el cuerpo de Héctor correspondía a la de un joven de 23 años trabajado como si fuera al GYM, aunque realmente el resultado de esos músculos era por el trabajo que realizaba todos los días en el rancho de su tío, al cual Érico, Kike y yo íbamos ayudarle los fines de semana por cierto por culpa de Érico así que opte por también quitármelos.
Estuvimos chapoteando un rato en el agua, cuando ya estaba cayendo la tarde nos salimos para secarnos, ahí aproveche para preguntarle a Héctor que porque había insistido tanto con Érico para que yo también fuera ayudarle al balneario de su tío.
Él se quedó callado, y por un momento sentí que sus pensamientos se fueron para otro lado.
Héctor estaba acostado boca arriba sobre el escaso pasto que había. Cerró los ojos y puso una expresión de preocupación y dijo:
--Por donde empiezo. Después de esto guardo silencio, supongo estaba pensado en las palabras correctas para dar inicio.
Como la pausa fue larga mientras hacía esto yo aproveche para observar la parte de su bulto. A través de su trusa trasparentada por lo mojado, Se veía la verga flácida descansando sobre sus huevos sus genitales se veían claritos a través de la trusa. Héctor estaba bien equipado su pene se veía grueso y cabezón y sus testículos de buen tamaño.
Rayos!, pensé otra vez tus pensamientos pervertidos acabas de perder un amigo por eso y ahora este que apenas va llegando también ya lo quieres perder?... Así opte mejor levantarme y voltear para otro lado Decidí que lo mejor era cambiarme.
Mi abuelo siempre que ya nos íbamos simplemente pasaba por mí. Y Para irnos rápido yo recogía mi ropa me subía a la caja de la camioneta y con el viento me secaba. Poco a poco me iba vistiendo.
Llego el abuelo y nos dijo vamos pancho y topito que se hace noche. El abuelo se adelantó y arranco la camioneta, Héctor intento vestirse pero le dije:
No recoge tu ropa, el abuelo es un desesperado yo siempre me cambio en el camino Hector sonrió recogió la ropa y se vino corriendo detrás mío.
Ya la tarde había caído el abuelo dejo a Héctor donde había dejado su camioneta nos despedimos y quedamos de vernos al próximo sábado.
Héctor ya no pudo decirme nada, supongo que lo salvo la campana.
Llegue a mi casa y como siempre estaba obscura, pues solo vivíamos mi mama y yo. Ella a esas horas andaba haciendo visitas para conseguir trabajitos: costuras, lavar ropa para arreglar, esto lo otro cosas que mujeres humildes hacen para sobrevivir y sacar adelante a sus hijos, mi madre no tenía estudios pero aun así era una mujer sabia y maravillosa.
Fui a mi cuarto por una toalla y algo de ropa para meterme a bañar.
Cuando iba rumbo al baño me arme de valor y decidí brincar la barda para sorprender a Kike tenia que hacerlo hablar conmigo aunque no quisiera.
Brinque la barda y sigilosamente como otras veces lo había hecho para asustarlo me acerque a la ventana que daba a su cuarto, la luz estaba encendida y Kike estaba recostado en su cama; pero o sorpresa, tenía los pantalones debajo de sus rodillas y con una mano sostenía su verga, estaba haciéndose una puñeta con una mano se daba placer y en la otra sostenía una revista porno.
No esperaba encontrarme eso, pero volver a ver a mi amigo fue lo mejor que me pudo pasar y verlo en esa situación: Simplemente genial! …
Estaba como a mí me gustaba sin playera, sin lentes y con su miembro bien parado, en todo su esplendor, la escena estaba por demás caliente.
Supongo que él ya tenía rato jalándosela, pues no pasaron ni 10 segundos del sube y baja de su mano, cuando vi que su abdomen se contraía marcando aún más los cuadritos, su expresión también fue de más placer apretó un poco la boca, sus mejillas se pusieron más coloradas y un grueso chorro de leche salio de su mástil con mucha potencia, su leche fue a dar una parte a su cara y otra a su cabello, el resto cayó sobre su abdomen, cuando termino Kike se limpió solo el semen de su cara y puso la revista sobre su cara se quedó descansando. Ahí tenía a mi amigo acostado con su verga flácida al descubierto reposando sobre su abdomen lechado, quedo adormilado por la intensidad de la corrida.
Mi verga inmediatamente reacciono y pensado que Kike se quedaría así por un buen rato me saque la verga y empecé hacerme una puñeta viéndolo en todo su esplendor, me acordaba del beso que me había dado, y fantaseaba con que un día por la noche llegara a mi cuarto y así dormido como estaba me metiera la verga de un solo golpe y eso fuera lo que me despertara, con todos estos pensamientos y la vista que me estaba ofreciendo Kike, no tarde mucho en venirme, la venida llego rápido y mis mecos fuero a dar a la pared.
Espere que pasara un poco de tiempo para que enrique se acomodara y tocar la ventana y que como otras veces viniera me abriera para entrar. Pasados 10 minutos enrique seguía sin moverse, así que decidí que ya era el tiempo, Toque la ventana, el sorprendido rápidamente se subió los pantalones y en lugar de venir abrirme la ventana apago la luz de su cuarto y salió corriendo.
Eso me calo más de la cuenta, resignado volví a mi casa y me metí a bañar.
Confirmado Kike no quería saber de mí.