Perdiendo el control en manos de un cliente (8)

"Pídeme que te la meta, dime lo mucho que deseas que te dé por el culo" le decia Heinrich a el pequeño Adrian mientras este se retorcia con las manos apricionadas por las esposas

-          En este momento, cerrando la puerta tienes que saber que me perteneces doblega tu mente y tu orgullo para que solo quede el placer… déjame enseñarte un placer como el que nunca has conocido…

La estancia era aluminada por  algunas lámparas tenues que daban a la habitación la impresión que estar en un atmosfera sensual y cálida, las cortinas violáceas dejaban que una luz rosácea entrara y la música sensual de jazz se lograba escuchar en la distancia  el ambiente era inundado por  aroma a sándalo proveniente de unas velas frente a un espejo que ocupaba casi toda la pared del salón donde se encontraban.  Heinrich observaba con una sonrisa de satisfacción como adrian tan pronto entro al cuarto comenzó a desabrocharse la camisa  con ligeros movimientos sensuales mostrando su bronceada piel de adolecente acariciándose sin dejar de mirar a Heinrich. Le estaba dando con espectáculo erótico, todas sus inhibiciones habían desaparecido con la droga y Adrian era puro deseo, desnudándose y tocándose sin culpas y sin remordimientos bailando con un ligero movimiento sugestivo mientras el que lo observaba se llevaba una mano al bulto que crecía bajo sus pantalones. Cuando llego al último botón de la camisa, la lanzo de forma coqueta hacia Heinrich con una sonrisa juguetona, adrian llevó sus manos a su cinturón desabrochándolo lentamente, lo saco de su pantalón y lo hizo sonar en el aire como si se tratara de un látigo. Heinrich reía al ver su espectáculo sin dejar de tocarse, Adrian tuvo un ligero flashazo  de conciencia en la cual pensó en Luis y en las promesas luego en el abuso de Robín y por un segundo su rostro se ensombreció y Heinrich intuyéndolo le dijo con voz profunda de tal forma que resonó en el alma de Adrian.

-              Has venido aquí movido por el deseo, tu cuerpo ha sucumbido a mis deseos pero tu mente aun se resiste, abandona tus pensamientos y  deja que el sueño descienda, las promesas y el pasado pueden esperar. El placer no, el placer es efímero así que entrégate al deseo, entrégate a mí.

Adrian soltó el cinturón y Heinrich se levanto acercándose a él, adrian dio dos pasos retrocediendo hasta quedar de espaldas al espejo que cubría toda la pared, Heinrich lo alcanzo besándolo apasionadamente mordiendo sus labios y  pegándolo más al espejo y  lo tomo por los hombros haciendo que girara para quedar frente al espejo mientras el por la espalda lo acariciaba haciendo que adrian mirara todo en su reflejo. La droga maximizaba las emociones y las caricias. Heinrich  decía con voz suave

-          El deseo es poderoso cuando te rindes a él, mírate en el espejo, hazte consiente de tus pasiones y responsable de tus deseos, toma lo que quieras de aquel paraíso que está hecho para ti… un edén de sensaciones se esconde en tu cuerpo en tanto decidas abrir la puerta. Déjame entrar

Adrian escuchaba sus palabras como salidas de una fantasía exótica sus palabras hacían un eco en su cabeza pero le era imposible contestar, cerró los ojos apoyándose su rostro en Heinrich, deseaba que le arrancara la ropa y lo penetrara ya… sin tantas palabras.  Heinrich le bajo los pantalones  y  la ropa interior dejándolo desnudo frente al espejo lo observo durante un momento y se paró a su lado despojándose lentamente de sus ropas tirándolas al suelo quedando los dos desnudos. Heinrich se volvió a poner detrás de él  pero esta vez se hinco colocando sus manos en el trasero de Adrian, lo separo con las manos y acerco su boca a sus nalgas mordiendo una y dejando sus dientes marcados, adrian quiso gritar pero no pudo, deseo decirle que se detuviera pero tampoco lo hizo se sentía ligeramente eufórico, quería bailar al compas de la música. Heinrich beso sus nalgas lentamente disfrutando de ellas hasta llegar a su ano, coloco una mano en la espalda de Adrian invitándolo a que se pusiera de 4 patas. Entonces comenzó a introducir lentamente su lengua en el ano de adrian, chupándolo completamente  recorriendo con su lengua la entrada, adrian se retorcía de placer sin dejar de gemir, mientras Heinrich seguía dándole placer con su lengua  lamiendo toda la entrada. Adrian podía observar su reflejo y el de Heinrich  a través del espejo. Heinrich comenzaba a meter su lengua lentamente penetrándolo con ella luego cambiando el ritmo haciéndolo cada vez más y más rápido. Adrian estaba en un especie de trance sintiéndose girar en espirales de placer proporcionadas por la lengua que lo penetraba. Entonces sin previo aviso la lengua se detuvo cediéndole el lugar a un par de dedos que entraban y salían de él de forma violenta tocando dentro de él sitios que hacían que se volviera loco haciéndolo gemir hasta que los gemidos  se convirtieron en gritos.  Heinrich se separo de él sentándose en la alfombra con las piernas estiradas. Adrian se dio media vuelta andando a gatas  juguetonamente hasta el mientras le ofrecía una vista sublime de su trasero a través del espejo

-          Voltéate, quiero que te mires en el espejo

Diciendo esto Heinrich comenzó a penetrarlo lentamente, con intensos movimientos de su cadera, adrian gemía como un poseído y movía sus caderas en movimientos circulares y luego de adelante hacia atrás buscando mas verga y la excitación aumentaba al ver su reflejo en el espejo subiendo y bajando con aquel delicioso mástil sumergiéndose en las profundidades de su tierno y excitado agujero.

-          ¿Te gusta?

-          Si… así por favor más duro.

-          Más  duro… ¡Dios! niño que rico y delicioso culito tienes.

Heinrich comenzó a decirle todo tipo de cosas sucias al oído sin dejar de penetrarlo  de formas cada vez más profundas y rápidas. Adrian  sabía que no aguantaría por más tiempo siendo penetrado de esa forma. Entonces Heinrich empujándolo ligeramente le indico que se levantara. Camino hasta una mesa y de ella saco una caja de madera y comenzó a vaciar su contenido en la alfombra,  unas esposas metálicas cayeron con el ruido amortiguado, luego un consolador un antifaz negro, el ultimo objeto no lo dejo caer y lo mantuvo en su mano, era una varita  trenzada de cuero con 3 puntas que salían como un pequeño látigo de bolsillo que no debía medir mas de 25cm.

Heinrich se acerco a Adrian que estaba de pie de espaldas al espejo y con una voz fría y seca  le dijo

-          Levanta las esposas

Adrian  camino hasta ellas e inclinándose estiro su mano y tomo las esposas para entregárselas a Heinrich, el no las tomó solo se quedo mirando con una expresión pervertida con los ojos puestos en la erección de Adrian y  con un rápido movimiento de su muñeca de dio un pequeño latigazo  a adrian en las manos haciendo que soltara de nuevo las esposas.

-           Pero… que…

-          Silencio niño, esa no es forma de dirigirte  tu amo. ¡levanta las esposas como lo hacen los perritos!

Adrian lo miro con un ligero residuo de temor, pero la droga adormecía sus ideas haciéndole que no razonara con claridad, por lo que se le hizo más fácil obedecer ya que nunca había sentido tanto morbo como en ese momento puso a cuatro patas y levanto las esposas con la boca luego gateo un poco mas hasta quedar de frente a Heinrich con su poderosa erección a pocos centímetros de su rostro. Adrian sentía unas ganas intensas de volver a ser penetrado pero al ver ese mástil duro tan cerca de sus labios también moría por chuparla, por comerlo completito y luego saborear el sabor de su leche, entregó las esposas y a manera de reverencia le dio un goloso beso en la punta del glande.

-          Muy bien perrito, veo que aprendes rápido

Heinrich lo esposó poniéndole las manos hacia atrás, después levanto el consolador y el antifaz, este último se lo puso también a Adrian para luego meterle el consolador por el culo con un solo movimiento. Adrian soltó un ligero quejido y luego una vibración proveniente del consolador comenzó a estremecerlo de placer así como se encontraba…  esposado sin poder ver y con un consolador en el ano vibrando y dándole placer. Luego  sintió la mano de Heinrich que se aprisionaba de sus cabellos haciendo que se moviera hacia adelante ligeramente, para sentir rozándole los labios el glande palpitante de su amo. Adrian en seguida abrió la boca y saco la lengua saboreándolo completamente, luego de recorrerla completa con la lengua de arriba abajo Heinrich comenzó a follarle la boca rápidamente entre gemidos y palabras sucias. Le metía el pene hasta el fondo provocando que adrian se atragantara por momentos entonces la sacaba un momento para dejar que el respire y luego la volvía a meter  con mayor intensidad.

-          ¿Te está  gustando puta?... te encanta comer verga mientras te cogen el culo… a que si ¿verdad? Pero mira  nada mas como te pones, ve lo mucho que te excitas, ve lo empalmado que estas, más duro puta.

No quedaba el menor rastro de los finos modales del caballero amable y gracioso a quien conoció en la entrada, la persona que ahora lo cogía disfrutaba insultándolo y dándole con la varita en la espalda para que se tragara todo su miembro  más rápido.

-          Ven acá zorrita, ponte de pie

-          N-no… Pue-do

Adrian trataba de decirle que no podía ponerse de pie por el consolador que tenía en el culo y sin tener como apoyarse al tener las manos esposadas. Heinrich entendió lo que quería decir y tomándolo del pelo lo jalo hacia arriba haciendo que se pusiera de pie. En aquella posición adrian sentía más intensas las vibraciones porque la posición ponía su ano más estrecho. Heinrich lo beso con fiereza acariciándole completamente con la varita, recorría con ella sus brazos y su firme abdomen  sus apretadas nalgas que tenia apretadas tratando de que no se saliera el consolador, entonces estrello el látigo en sus nalgas luego siguió acariciándolo hasta llegar a su espalda donde le dio otro latigazo.  Adrian se estremecía por la incertidumbre de no saber  en qué momento la caricia se volvería dolorosa y todo a aquello lo tenía al borde del orgasmo pero sin poder venirse.

-          Tócate putita, quiero ver cómo te masturbas

Adrian comenzó a acariciarse lentamente subiendo y bajando  por su pene que se encontraba muy lubricado de líquido seminal.  Entonces sintió el calor del cuerpo de Heinrich pegándose a su espalda, sus manos recorriendo su cuerpo  lentamente. Al tener los ojos vendados sentía en extremo amplificadas las respiraciones de Heinrich y su verga dura pegada a su espalda. De pronto una mano se situó en el consolador sacándolo y con la otra comenzó a masturbarlo de forma lenta   torturantemente lenta y un ligero vacio invadió el culo de adrian.

-          Pídeme que te la meta, dime lo mucho que deseas que te dé por el culo

-          Métemela…

Un par de nalgadas se estrellaron contra el redondo trasero moreno  de Adrian mientras Heinrich susurraba a su oído chupándole el lóbulo de la oreja.

-          Métemela que…?

-          Métemela amo

-          Mmm si me lo pides así pensare que no la quieres de verdad… quiero sentir que me lo pidas como es debido

-          Métemela amo, por favor me muero por tenerla dentro, quiero que me penetre lléneme el culo con su deliciosa verga.

-          No es suficiente

-          Se lo ruego… lléneme el culo, métamela duro, no sabe cuánto la deseo por favor… no me deje así… métamela

La voz de adrian era casi un ruego hablaba bajo casi susurrando como un verdadero esclavo, ya que se encontraba en un momento en el que se derretía de placer, su miembro duro le latía con fuerza entre la mano de Heinrich que seguía sin acelerar. Sintió como lo empujo obligándolo a dar pasos hacia adelante. Entonces  sin decir más le metió toda su verga  caliente en el culo bombeando como un poseso sin dejar de masturbarlo pero ahora cada vez más duro. Lo penetraba metiéndola hasta el fondo haciendo que sus testículos chocaran con la tierna piel de adrian.

-          Quiero oírte gritar, puta.  Grítame lo mucho que la disfrutas.

-          SIIII, POR FAVOR NO DEJE DE COJERME ASI , DEME  ASI, OH DIOS SI  NO SE DETENGA AMO

-          ¿Te gusta puto, te gusta sentir mi verga rompiéndote el culo?

-          ME ENCANTA AMO, ROMPAME EL CULO DEME MAS. MAS DURO… NO SE DETENGA

Adrian nunca se hubiese creído capaz de gritar de esa forma sin miedo a que los demás invitados lo fueran a escuchar  sin  preocupaciones sin tabús sin nada más que un desconocido taladrándole el trasero con cada embestida y nalgueándole sin pena una y otra vez dejando sus morenas nalgas rojas. Heinrich disfrutaba muchísimo aquel culito apretado, al juventud e inexperiencia que emanaba  el niño que tenía entre sus manos era lo que más le excitaba, sentirse su dueño su maestro, se aferraba con una mano rodeando su abdomen para pegarlo más a el y de vez en cuando lo nalgueaba, sin dejar de masturbarlo y al tenerlo en esa posición podía ver en el reflejo del espejo la cara de placer que ponía lo cual le hacía incrementar su morbo provocándole que le metiera la verga cada vez más profundo en el culo solo para ver el rostro de Adrian Era la primera vez que se sentía así… se movía y removía entre las esposas como nunca sintiéndose irónicamente libre, gritaba como un loco  sin miedo a que lo escucharan  y temblaba entre espasmos de placer mientras lo cogían y le masturbaban. Se encontraba tal y como Heinrich había dicho con un placer que nunca antes había conocido.

-          MAAAS…  ME VOY A VENIR… NO  AGUANTO MAS…

Rápidamente  con la mano que tenia rodeando su abdomen  le desato el antifaz haciendo que Adrian viera de frente su reflejo en el espejo mientras era  follado. Por instinto bajo el rostro a lo que Heinrich le respondió con una poderosa nalgada.

-          Mírate, quiero que te mires cuando te vengas, quiero que notes en tu reflejo como te hago gozar.

-          AAHHH DIOS, SI AMO

El morbo de su propia imagen lo hizo  venirse en segundos soltando entre gritos y gemidos una buena carga de semen que se escurrió por los dedos de Heinrich, que acerco sus dedos llenos de leche a la boca de Adrian y este sin necesidad que se lo indicaran comenzó a chuparlos hasta dejarlos limpios comiéndose sus propios fluidos. Una risa ligeramente perversa seguida de un largo gemido se dibujo en el rostro de Heinrich  justo en el momento en que le llenaba a Adrian el culo de su semen. Mientras Adrian con la imagen de aquella cogida frente al espejo  se preguntaba cómo había logrado perder el control de esa forma

Robín se había separado de la orgia por un momento y escuchaba tras la puerta mientras se acariciaba el bulto en los pantalones.  Cuando terminaron una burlona sonrisa apareció en su rostro y soltó un respiro de alivio. Se encontraba muy nervioso de que su dulce sobrinito no satisficiera a Heinrich, que era un cliente demasiado especial…

Otra puerta se abrió de pronto y salieron los otros hombres que habían sido presentados a Adrian  todos sudados y  incluso algunos aun con la respiración agitada. Ellos se encontraban  observando todo a través del falso espejo

-          Caballeros, ¿Qué tal estuvo el espectáculo?

-          Maravilloso Robín, como siempre tu ojo para el talento sigue sorprendiéndome. Valió la pena hasta el último centavo el haber visto eso en primera fila

Todos lo felicitaron por la selección del gitano y este con una sonrisa respondió que no era un simple niño, si no su sobrino, hijo de su exquisitamente bella hermana Adriana.  Que evidentemente había sacado las mismas dotes para el placer que ella,  se ufanaba Robín.  Un delgado y ligeramente canoso hombre se acerco al último susurrando al oído de Robín

-          Lo quiero mañana a las 10 de la mañana en el muelle de la zona norte. No importa lo que cueste.

-          Así será señor. Cuente con ello.

Si algo le excitaba mas a Robín que el sexo era el dinero… y Damián por lo visto seria una minita de sexo y dinero. Una mano en su hombro lo hizo girarse, era la de Heinrich.

-          Señor Tecker, ¿Qué tal estuvo todo?

-          Maravilloso,  como siempre Robín… he quedado muy complacido con tu elección.

Heinrich le pasó discretamente un cheque, robín lo tomo y ni siquiera se tomo la molestia de revisar el contenido. Sin más lo guardo en su pantalón.

-          La adorable criaturita aun está adentro… recobrando el aliento.

Heinrich le aventó una llave que robín atrapo en el aire. Un último  caballero salió de la sala donde los demás estuvieron mirando a través del espejo sosteniendo un i pad.

-          Aquí esta Robín, el video y con una maravillosa definición.

-          Excelente. ¿Cuánto te debo?

-          Nada…  solo espero que luego m pases una copia.

-          Cuenta con ello. Gracias.

El hombre se alejo dejando el ipad en manos de Robín y luego entro en la habitación donde encontró a Adrian aun completamente desnudo y batallando con las esposas.

-          Espera un  momento damian, deja te ayudo

-          Deja de decirme Damián… odio ese nombre.

-          Como te dice… tu amado Luis... Adrian…

-          No metas a Luis en esto. Llévame a casa por favor ya hice todo lo que querías prometiste que si  hacia esto saldrías de nuestras vidas para siempre

-          Adriiiaaan …(dijo con tono burlón) ¿Te gusta que te diga así? No piensas que Luis solo te dice así porque le recuerdas a tu madre… porque te coje fantaseando que eres ella…

-          No es verdad… Luis no es un moustro como tu

Gruesas lagrimas  de rabia caían por sus mejillas, lagrimas de impotencia ahora que el efecto de la droga se desvanecía veía todo con una traumática realidad. Pensaba en Luis y en las ganas tan fuertes que tenia de que lo abrasara.  Cuando por fin le soltó las manos las tenia entumecidas se quedo un momento más en el suelo  intentando no llorar.

-          Vamos arréglate es muy tarde y mañana te espera otro encantador cliente que ha quedado fascinado contigo

-          Estas ESTUPIDO, yo no voy a ir con ningún cliente, no soy tu prostituto ni voy a prestarme a tus jueguitos…

-          ¿en serio? Qué pena tener que decirle a tu amado Luis lo puto que eres y como ruegas y pides por mas verga.

-          Nunca te va a creer, el jamás te creerá

-          ¿ni siquiera con esto?

Con un par de toquecitos apareció en el i pad  el video donde Adrian gritaba a Heinrich que lo penetrara. Gritando como un poseído.

-          ¿Qué piensas decirle que te forcé cuando a leguas se ve lo mucho que lo disfrutaste? No sabes cómo adoraría ver su cara de estúpido todo sorprendido al ver que su noviecito es igual que su madre… una puta.

En ese preciso momento adrian se dio cuenta que estaba en manos de Robín.  No había nada que pudiera hacer por el momento más que acatar su voluntad.

-          ¿Qué quieres que haga?

-          Mañana pasare por ti a las 9 y media, y luego quiero que sigas con tu rutina normal como si nada pasara hasta que yo te indique.

-          Me llevarás a casa ahora… a la casa de… los amigos de Luis…

-          Sí, pero más vale que vallas diciéndole a tu gordo que no quieres vivir ahí  y que vas a buscar un lugar para ti solo. Así será mas fácil, por el dinero no te preocupes no te faltara nada.

-          En un motel barato como donde te quedas…

-          Que te hace pensar querido sobrino que duermo en ese cuartucho…  yo me estoy quedando en esta casa o ¿debería decir esta mansión? No preguntes estupideces  sobrinito y date prisa que ya  casi sale el sol y solo te quedan  unas 3 horas para descansar.

Adrian entendió y volvió a sumergirse en el silencio, no hablo todo el camino hasta llegar a su casa, entro con su llave sin ningún problema y se metió en su cuarto cerrando la puerta sin prender la luz mientras se quitaba la ropa lentamente, tenía el cuerpo adolorido después de haber sido violado por Robín en la tarde y entretenido a Heinrich en la noche. Pero una imagen  lo dejo sin aliento al darse cuenta de que  en la oscuridad sentado en su cama se encontraba Luis. Tenía los ojos rojos como si hubiese llorado y el móvil en la mano donde había intentado llamarle millones de veces. Este se paro lentamente y  se acerco a Adrian tomándolo por los hombros para mirarlo de frente.

-          Adrian… creí volverme loco de preocupación   donde demonios estuviste toda la tarde y la noche…  Dios mío.  Tengo ganas de matarte, le llame a todo el mundo incluso a la policía y al hospital. Habla  dime… donde demonios estabas.

-          Estaba molesto… me.. . me canse de esperarte y que siempre llegues tarde, me haces creer que no te importa. Y luego siempre escondiéndonos estoy cansado. Me enoje y comencé a caminar hasta que se me bajara el enojo. Me pase la tarde con Javier jugando videojuegos y me quede dormido en su sillón hasta ahora que me levante y me di cuenta que era de madrugada.

-          Adrian… no vuelvas a hacer eso. Por favor.  Me vas a matar de un susto. Prométeme que nunca me volverás a hacer eso.

Luis comenzó  besarlo buscando sus labios y adrian correspondió el beso pero su cuerpo estaba demasiado agotado para aguantar algo más que besos, así que se separo y se acostó en la cama boca arriba tapándose con la sabana, Luis se acostó  a su lado besando su cuello.

-          Te amo mi enano… no me vuelvas a asustar así.

-          No lo volveré a hacer… perdona

Casi de inmediato cayó en un profundo descanso sin sueños en brazos de Luis. Rogándole al sol que no saliera… que no llegara la mañana. Mientras en otra cama Car y Javier se levantaban  entre besos y caricias matutinas.

-          Car… ¿sabes que me encantaría desayunar?

Car aun estaba medio dormido sin embargo tenía una erección mañanera que era alentada por Javier.

-          ¿Qué cosa te encantaría desayunar?

-          Tu lechita…

Continuara…