Perdido en su mirada V: Sentimientos

Sentía su endurecida polla sobre mi trasero. Le tome de la cabeza y lo fui guiando por todo mi desnudo torso, me lamia, mordía y besaba cada rincón de este sin tomarse el tiempo siquiera de respirar... de pronto

¡Hola, hola, hola! ¡Que gusto volver a publicarles! Quiero pedir una disculpa por no haber publicado el día viernes como lo prometí. Mis padres odian que sea un flojonazo y me mandaron a visitar a mis abuelos desde el día jueves y regrese el domingo en la noche… ¡Si supieran lo que hago no pensarían lo mismo!... Pero en fin, no contaba con un lugar para escribir y por eso hasta ahora lo termine. Creo que se los recompensaré pues salió algo extenso el capitulo. Debo confesar que me divertí mucho al escribirlo, recordé muchas cosas y humildemente lo considero como lo mejor que he escrito en cuestión de erotismo y en el sinfín de sentimientos que intente plasmar de lo que sentían mis personajes. Tiene muchas cosas nuevas que no tenia la primera vez que lo publique, así que también para los que dijeron que ya sabían que venia, pues ¡NO!... espero sorprenderlos a todos. No sé que mas decir, agradezco a todos aquéllos que me agregaron al Facebook y se tomaron la molestia de hablarme, en serio que son re lindos y me alegran el día. ¡Por cierto! También cree Twitter:https://twitter.com/Inexperto18les invito a que me sigan y aunque no se como usar esa red social prometo ponerme las pilas para aprender xD. Bueno ya ahora si es todo les dejo con el capitulo & que lo disfruten. ¡Los quiero mucho! Un abrazo y de nuevo Gracias.

Perdido en su mirada V: Sentimientos

Miguel:

Mi corazón latía fuertemente. Tenía mis ojos clavados en esa puerta donde estaba seguro que detrás, se encontraba Pablo. Las ganas de estar con el crecían a cada paso que daba, y un extraño cosquilleo se hacía presente en mi estomago y… en mi entrepierna.

Caminaba lentamente como tratando de no hacer ruido, aunque era algo tonto ya que con todo el escandalo que había en la planta de abajo, difícilmente podría escucharme. Estando frente a la puerta el nerviosismo se apodero de mi, además que las copas que traía encima no ayudaban del todo a coordinar mis ideas.

Me decidí entonces a ser algo cortes y tocar la puerta antes que nada, ya que de lejos esta parecía estar entreabierta, pero no era así. Aspire gran cantidad de aire y lo exhale fuertemente para tranquilizarme y tomar algo de valor. Sentía como el cosquilleo en mi entrepierna iba aumentando progresivamente, así que baje un poco mi cabeza y mire a mi “amiguito” con reproche, ya que no era el mejor momento para que este hiciera de las suyas, pues estaba por ver a Pablo y seria raro charlar con el teniendo una notable erección entre mis piernas.

Pero al concentrarme del todo en ese peculiar cosquilleo me di cuenta que no era causado por mi “amiguito”, si no que provenía desde el interior de mi bolsillo… ¡Mi celular! –Exclame mientras metía una mano en mi bolsillo para liberarlo de mi ajustado pantalón.

Con todo el ruido de la música que provenía de abajo, no pude escuchar la melodía que uso de tono de llamada, pero por suerte vibraba… y mucho, así que pude coger la llamada antes de que esta se cortara.

-¡Hola! ¿Quién habla? –Exclame de pronto ya que con la apuración de coger la llamada ni siquiera vi la pantalla para saber de quien se trataba.

-Bue…ches…Mig...tima… nese…ta –Fue lo único que alcance a escuchar por la diminuta bocina de mi celular.  Me sentí molesto al instante ya que me resultaba imposible comprender a esa persona con todo el escandalo que había en la casa. Me aterro la idea de entrar en la habitación donde según yo, se encontraba Pablo, así que decidí correr a unos cuantos metros por ese largo pasillo de habitaciones y me adentre en una que parecía de menor tamaño, corroborando así mis sospechas de que se trataba de un baño.

Cerré la puerta de un portazo, ocasionando que el nivel del ruido disminuyera considerablemente a tal punto de escuchar solamente el ritmo de la música en un tono como hueco, gracias a las macizas paredes de concreto que rodeaban la habitación.

-Disculpa, no pude escucharte bien… ¿Quién eres? –Pregunte una vez más con mi habitual tono de voz.

-Buenas noches Miguel, habla el padre Fátima… perdón que te moleste a esta hora, pero volvió a hacerlo… y solo quiere verte a ti. ¿Crees que podrías…? –Pregunto el Señor Castillo dejando la pregunta en el aire.

Sabia de que hablaba, por tal motivo no hacia falta recalcar lo que le sucedía a mi novia. No pude evitar preocuparme terriblemente, ya que pocas veces el Señor Castillo había recurrido a mi, solo cuando las crisis de Fati se tornaban fuertes, y yo era el único que podía calmarla. Además que su tono de voz dejaba entrever que la cosa era en verdad grave.

-No señor, no se preocupe… ¿Ella esta bien? –Pregunte tímidamente, aunque ya conocía la respuesta.

-Quiero creer que si Miguel, ya le di su medicamento y espero que con eso se tranquilice… pero por si las dudas, a ella le haría muy bien verte, sabes que puede recaer en cualquier momento –Explico el Señor Castillo serenamente, aunque se contenía para evitar que su voz se quebrace.

Fátima, mi novia, sufría desde hace varios años de crisis nerviosas causadas por la trágica muerte de su madre y su hermano mellizo en un accidente automovilístico, cuando estos, incluyendo a Fati, regresaban algo tarde de un torneo de baloncesto. Fátima fue la única que logró salir con vida, y según el Sr. Castillo, los bomberos que ayudaron a sacar los cuerpos del auto, la encontraron en un estado traumático causado por el shock de ver a su madre y a su hermano morir frente a sus ojos.

Debido al largo noviazgo que manteníamos, el padre de Fátima me tenia mucha confianza, sobretodo en este tema, y yo mismo le pedí que cuando me necesitara no dudara en llamarme, ya que si no hubiera sido por ella, y por el lugar donde me animó a asistir, no habría superado mi amargo pasado. Yo le debía muchísimo a ella, y era mi deber ayudarla a salir de esto, me lo había jurado muchas veces, pero ahora… tenía que tomar una dura decisión.

-Miguel… ¿Sigues allí? –Inquirió el Señor Castillo algo expectativo por mi largo silencio.

-Si… si… claro, en cuanto pueda voy para allá, no se preocupe –Replique de inmediato mientras caminaba en círculos por todo el baño, pasando mi mano frecuentemente por mi rostro en señal de que estaba alterado.

-Muchas gracias, en verdad. Ten cuidado –Se despidió el Sr. Castillo con matiz de preocupación.

Colgué el teléfono mientras comenzaba a sentirme claustrofóbico en ese pequeño cuarto de baño. Recargué mi espalda en la puerta y me fui deslizando hasta que mi trasero toco el suelo, quedando en posición fetal. Abrase mis piernas con fuerza y no pude evitar que un grito de frustración saliera de mi garganta.

¡¿Por qué ahora?! ¡¿Por qué hoy?! ¡¿Por qué carajo?! ¡¿POR QUE?! –Grite con más intensidad mientras sentía como un par de lágrimas rodaban por mis mejillas.

Me sentía impotente en ese momento, la desesperación se apoderaba de mí al saber que Pablo necesitaba a “alguien”… alguien que viera por el y se cerciorara que estuviera bien, alguien que lo consolara, y ese “alguien”… quería ser yo. Pero Fátima me necesitaba A MI… y esa era la gran diferencia, de mi dependía que ella estuviera bien, YO era el único que podía ayudarla en estos momentos.

Ordene mis ideas rápidamente y me incorpore casi de un salto. Abrí la puerta del baño rápidamente y me eche a correr en dirección a mi auto sin cuestionarme mucho. Mi corazón se sobresalto al pasar junto a esa puerta que permanecía aun cerrada con los sentimientos y preocupaciones de Pablo dentro de ella, no pude evitar que una lagrima se me escapara mientras veía con mi visión periférica como iba dejando atrás la habitación…

¡¡¡CARAJOOO!!! –Exclame rotundamente mientras bajaba las escaleras con rapidez y cerraba mis ojos con fuerza para desvanecer todo rastro de llanto… decidido a dejar a Pablo allí… sin saber si se encontraba bien o necesitaba a alguien… pero Fátima… ella… ella también me necesitaba…

Javier:

Me sentía súper nervioso, ayer en la tarde no había encontrado las palabras adecuadas para decirle a Pablo que me atraían también los chicos, y que desde siempre había sentido algo mas que amistad hacia él. Su confesión me tomó por sorpresa y una ilusión creció dentro de mi, pero no pude evitar sentirme desconcertado y mi mente estaba totalmente en blanco, por eso decidí charlar con el hoy para expresarle mis sentimientos, pero con todo lo que había sucedido no había sido posible.

Había redactado en mi cabeza casi un discurso con todo lo que quería decirle, pero al tenerlo allí en frente olvide todo repentinamente. Veía su rostro lleno de angustia y sus hermosos ojos café me miraban con ese aire de inocencia y ternura que tanto me gustaba, poniéndome aun más nervioso de lo que ya estaba.

No resistí mas esa incomoda sensación que me envolvía por dentro y deje actuar a mi corazón de una vez. Lo mire directo a los ojos y simplemente lo bese… Fue un beso tierno, sin morbo, un beso lleno de amor por mi parte, donde quería transmitirle todo aquello que desde siempre había sentido por el… Desde ese primer día de clases cuando lo conocí…


Corría lo más rápido que mis piernas me permitían por los largos pasillos de la escuela; Pasaban escasos cinco minutos de la una de la tarde, hora en la cual se suponía que debía entrar, pero las somníferas vacaciones habían hecho su efecto enflojecedor en mi, provocando que me despertara bastante tarde e hiciera mis rutinarias cosas con mas desgana de la que rara vez acostumbraba.

Subí tan rápidamente las escaleras, que no me percate que alguien iba subiendo en ese mismo momento. Ese alguien con una actitud un tanto despistada, como si ese alto chico estuviera indeciso en entrar a su clase o no; Mi mente solo pensaba en llegar lo más pronto posible a mi aula y en la mentirilla que le inventaría al profesor para que me dejara entrar.

En mi desenfrenado andar acabe por embestir levemente a ese chico, el cual emitió un sonido como de sofoco y término por aferrarse del soporte de la escalera para evitar perder el equilibrio.

-Discúlpame –Le grite mientras veía como su rostro se iluminaba, como si le diera gusto verme o algo así.

Rápidamente acomodó su mochila en su hombro, que a causa de mi empujón había terminado colgando sobre su brazo, y con una sonrisa en sus labios, retomo su andar lenta y seguramente detrás de mi.

-Javier Duran… Javier Duran… ¿Hay algún Javier Duran en esta clase ? –Exclamo el profesor ante el grupo de estudiantes que parecían robots viéndolo sin siquiera moverse, como es típico en el primer día de clases.

-¡PRESENTEE! –Respondí gritando mientras me sostenía del marco de la puerta para frenar mi andar, atrayendo las miradas de todos mis compañeros, quienes no pudieron evitar sonreír ante la curiosa situación.

Con el vuelco de adrenalina que corría dentro de mí, no me había percatado que había hecho una mala entrada, pues la expresión del profesor se torno molesta y mis compañeros comenzaban a parlotear como si de una gran hazaña se tratase el haber interrumpido al profesor.

-¿Qué horas son estas de llegar en su primer día de clases Señor Duran? – Inquirió el profesor con sus ojos saltones y su aire de superioridad –Recién comenzando el curso y para mal… si llega tarde en su primer día de clases, ¿Qué puedo esperar de usted dentro de todo el semestre? –Continúo el profesor poniéndome en jaque frente a todos.

-Yo… amm… lo que pasa es que… –Balbuceaba como un tonto, ya que los demás me veían divertidos, lo cual me hacia sonreírles gentilmente y provocaba aun más habladurías, en especial de mis compañeras quienes me veían provocativamente.

-Lo que pasa es que mi compañero llegó tarde por mi culpa –Intervino una singular voz detrás de mi, provocando que me sobresaltara.

-¿Apellidos? –Exclamó el regordete profesor con su aguardentosa voz y mirando por encima de sus horrendas gafas.

-Torres Marín –Objeto el chico con el que había arremetido instantes antes en las escaleras y ahora que estaba por salvarme el pellejo.

El profesor miro abruptamente su lista, hasta que lo encontró casi al final de la hoja.

-Cuéntanos entonces… –El profesor hizo una pausa para mirar nuevamente  su lista – ¡Pablo!... ¿Por qué fue culpa suya que el Señor Duran llegara tarde?... Creo que todos queremos escuchar la historia ¡¿Verdad?! –Articulo el profesor dirigiéndose a los otros compañeros con aire arrogante mientras se sentaba en su escritorio y se cruzaba de brazos.

Todas las miradas se concentraron entonces en Pablo, incluyendo la mía, fue en ese preciso momento cuando quede completamente ofuscado por su persona. Sus ojos claros desde mi posición irradiaban un brillo místico en el cual quede hechizado; Tomo algo de aire súbitamente como para hacer algo que se le facilitara pero que a la vez odiaba hacer (o al menos eso expresaba su rostro) y se acercó hasta quedar justo a mi lado, ante la mirada burlona y desafiante del profesor.

-Bueno, antes que nada… ¡Buenas tardes! … ¿amm? –Formulo mi peculiar compañero como haciendo alusión de que no recordaba el nombre del profesor mientras movía su mano circularmente como si tratase de recordarlo, aunque era algo sarcástico pues el profesor en ningún momento se había presentado.

Las miradas robóticas de mis compañeros pasaron entonces hacia el profesor, algo me decía que en su previamente ensayada presentación del primer día en la cual no habíamos estado presentes, se había mostrado como el típico profesor estricto y arrogante que no suele faltar en las escuelas, y a eso se debía la sumisa actitud de mis compañeros.

-Soy el profesor Márquez, si hubiese llegado temprano lo sabría Señor Torres –Manifestó el profesor con su tono irónico.

-Tiene toda la razón Profesor –Exclamo repentinamente Pablo, atrayendo una vez mas miradas hacia el – Pero no le demos mas vueltas al asunto… la razón por la cual retrasé a mi compañero, fue porque yo estaba perdido, pues como vera es nuestro primer día de clases, en una escuela diferente y enorme como lo es esta, y bueno… suelo ser algo despistado y el señor Duran aquí presente, me hizo el enrome favor de auxiliarme e indicarme el camino correcto –Finalizo sutilmente. Su voz era sumamente cautivante para mis oídos, y sus gestos y la forma en que movía sus labios para recitar esas palabras tan bien estructuradas y con esa facilidad, lo hacia lucir como un chico interesante y extremadamente calculador…

Lo que también llamo mi atención, es que en ningún momento se giro para voltear a ver a los demás, quienes lo observaban como si del hombre araña se tratara, pues su actitud serena y despreocupada en conjunción con el formal y estilizado matiz de su voz, le daba un toque retador e introvertido a su persona – ¡Irresistible!, pensé mientras me giraba para ver la reacción del profesor Márquez.

-¡Ya veo! –Exclamo el antipático hombre burlonamente… –Tenemos a un presuntuoso estudiante entre nosotros… ¡Este año si que será interesante! –Explico el Profesor Márquez mientras comenzaba a reírse con ganas.

Pablo se giro para observarme un tanto descolocado, yo tampoco entendía la actitud del profesor, quien ni se tomo la molestia de argumentar algo coherente de lo que le habían dicho. Pablo me levanto una ceja como cuestionándome si comprendía algo, yo solo alce mis hombros en forma negativa y esperamos expectantes a que el profesor dejara de reírse para saber su veredicto, ya que recién habían transcurrido quince minutos desde que comenzó la clase.

-Bueno, bueno… me temo que no será posible dejarlos entrar… ¿Qué dije con respecto a la puntualidad?... veamos… Señorita… ¿Días? –Exclamo una vez más el irritante tipo mirando a su lista y levantando su mirada hacia los autómatas espectadores.

Una linda chica de pelo negro que miraba despreocupada por la ventana saltó de pronto ante la pregunta del profesor, mientras se iba sumergiendo poco a poco en su pupitre, pues la había pillado distraída y estaba seguro que solo reacciono al escuchar su apellido.

-¿Padece usted algún problema auditivo?… ¿Señorita Días? –Dijo sarcásticamente señalando a la chica que se encontraba en el rincón. El profesor parecía estar de un humor bastante pesado, pues parecía importarle más el jodernos a todos que intentar enseñarnos algo.

-Ella no padece ningún problema profesor, solo estaba algo distraída, ¡No sea tan duro con ellos! –Intervino un atractivo chico, con una voz muy gentil refiriéndose a la chica y a nosotros.

-Tú cállate… ¿Por qué tienes que abogar por ella? –Contesto otra chica que se encontraba al costado del chico, parecían ser novios, o algo así, pues ella le hablaba con un tono de voz autoritario y confianzudo, como si ya se conocieran de antes.

Pablo parecía divertido con la escena, pues tenía una linda sonrisa dibujada en su rostro y parecía que en cualquier momento soltaría una carcajada. Todo de el me llamaba la atención, aunque me parecía algo intimidante y parecía ser heterosexual, por lo cual tampoco quería hacerme muchas ilusiones.

Una tercera voz con aire de sarcasmo emanó desde el interior del aula captando mi atención por completo. Un chico con pinta de malote comenzó a carcajearse ante la situación después de haber dicho algo que no alcance a escuchar, ocasionando que se rompiera la disciplina que el profesor había forjado antes de nuestra llegada y que los demás chicos comenzaran a reír también.

-¡Señorita Días!... ¡Señor Muñes!... ¡Señorita Andrade! y ¡Señor Aguilar! … ¡Fuera de mi clase! ¡Ahooora! –Sentencio el profesor Márquez mientras miraba rápidamente su lista y se giraba para ver al propietario del nombre, era tan graciosa su expresión facial que con el vaivén de su cabeza mirando a ambos lados rápidamente, hacia bailar su exagerada papada ocasionando que Pablo soltara una contagiosa risa que desencadeno una tras otra en los demás compañeros.

-Yo me largo de aquí –Dijo Pablo aun riendo y refiriéndose a mi. –Es imposible que nos deje pasar ahora el vejete este –Continuo riendo mientras se alejaba lentamente de donde nos encontrábamos.

-Y no quiero verlos hasta el día viernes, espero que así aprendan a guardar la compostura en mi clase –Remató el regordete profesor casi sin aire, mientras mis cuatro compañeros salían con diferentes semblantes en sus rostros.

Fue así como nuestro grupo de amigos se formó, la distraída chica que miraba por la ventana era la inigualable Lucy, quien no tardo nada en convertirse en la mejor amiga de Pablo, provocando que en ocasiones tuviéramos roses indirectos causados por los celos que me producía que estuviera tan cerca de él. El gentil chico que había abogado por nosotros era el buen Raúl y la celosa chica que parecía estar atado a él, era la animada Diana. Y por ultimo aunque igual de importante, el chico que había sacado por completo de sus cabales al Profesor Márquez se trataba del extrovertido Franco.

Esos primeros días en los que duramos sin entrar a esa clase, aproveche al máximo para acercarme a Pablo y confirme a las pocas horas charlando con el, que sin duda alguna estaba perdidamente enamorado de este. Me fascino su culta y literaria personalidad, y la forma en que se entregaba a las personas cuando estas necesitaban algún consejo de él. Aunque nunca intente nada ya que no tardaron en salir las típicas charlas de chicas, en las cuales di por sentado que era heterosexual… Mejor dicho, actuaba tan bien, que eso me hizo creer.


Poco a poco nuestra amistad se fue forjando a tal punto en que se volvió mi delirio más inalcanzable, ya que aparte de ser mi mejor amigo veía a años luz que algo mas se pudiera dar entre nosotros, y me conformaba con tenerlo a mi lado aunque fuéramos solamente eso…

“amigos”

. Las cosas ahora no eran distintas, pues parecía no haber reacción alguna ante mi precipitada pero sincera muestra de afecto hacia él, cosa que me hizo entrar en un nerviosismo tremendo y que las pequeñas ilusiones que se habían formado comenzaran a hacerse añicos dentro de mí.

Esperaba que después del beso, me dijera algo, lo que fuera… pero lamentablemente no fue así. Se quedo perplejo durante largo rato, no decía nada, ni siquiera se movía, la tención me estaba matando, así que intente hablarle para que reaccionara.

-Amm, Pabo, ¿todo bien? – Inquirí dulcemente mientras trataba de conectar su mirada a la mía.

-¿Por qué me llamas “Pabo”? Solo me dices así cuando estoy molesto contigo y quieres remediar las cosas… o cuando quieres algo –Replico fríamente con su semblante aun confuso.

-Es que como no decías nada, creí que estabas enojado… No lo estas, ¿Verdad? –Pregunte tímidamente y algo expectante pues su rostro no mostraba alguna otra emoción que no fuera desconcierto.

-No, no lo estoy –Manifestó de pronto – Solo que no me esperaba nada de esto, ¿Quieres explicarme por qué me besaste?... ¿Olvidas que tienes novia? Y que además de eso, eres mi mejor amigo, el que se supuestamente debía aconsejarme con lo de mi condición sexual y termino… ¿besándome? –Decía Pablo aun incrédulo mientras levantaba una ceja esperando mi respuesta, aunque la cosa ya empezaba a tornarse dramática en exceso y eso no me gustaba. ¡Debía actuar YA!

Pablo:

Javi me miraba como si se fuera a reír en cualquier momento ante mi bombardeo de preguntas bien elaboradas con respecto a la situación, pero no cambie mi expresión en ningún momento ya que al menos en ese instante no estaba jugando.

El debió percatarse de ello, ya que rápidamente se puso serio y suprimió la diminuta mueca que tenia dibujada en su rostro.

-Ya veo… eso quiere decir que… ¡NO TE GUSTO MI BESO¡

Dijo eso con una carita como la del gato con botas de Shrek y una vocecita tan linda que ocasiono que se me escapara una sonrisa, él sonrió también y me tomo dulcemente de las manos.

-¡Oye! Pabo... No seas tan duro conmigo ¿Quieres? No es fácil enterarme así de golpe que el chico de mis sueños puede estar disponible para mí. Además te recuerdo que fuiste tu el que huyó con el primer chico que te habló bonito y no me diste tiempo de hablar por mas que te lo pedí –Remato sus lindas palabras llevando mis manos hacia sus labios y les plantó un tierno beso mientras no apartaba sus ojos de los míos en ningún instante.

Sabia de antemano que Javi era un tipo dulce y seductor por lo que escuchaba de las chicas, pero esto… ¡Era demasiado! Su forma de hablar, los matices de su voz, sus gestos, ¡Todo de él! hacia que se me pusiera la piel de gallina cada que se acercaba para susurrarme algo con su cautivante voz. Provocando que comenzara a sentir ese repentino hormigueo en el estomago.

-Tienes razón Javi, perdóname, pero…“Shhh” – Meinterrumpió poniéndome su dedo índice en mis labios mientras hacia ese sonidito de silencio característico de él.

-¡Lo olvidaba! –Continuo de pronto exhalando gran cantidad de aire –Brenda, la  chica que crees que es mi novia, pues… aamm… ¡Pues no lo es! –Exclamo alegremente mientras yo me confundía aun más.

-Ella es mi mejor amiga desde la infancia, conoce todo… ¡TODO! De mi, y pues quería conocer al chico del cual no paro de hablarle y que sabe que me trae loquito, es por eso que te la presente como mi novia. ¡Lo se!, fue algo tonto pero todo fue improvisado y tu comenzabas a notar nuestro nerviosismo, y eso fue lo primero que se nos ocurrió –Explico Javi eufóricamente, se veía tan lindo y animado que parecía que su rostro explotaría en cualquier momento de tanta felicidad que transmitía.

La verdad es que recordaba perfectamente ese día, si no hubiera presentado a esa chica como su novia, habría supuesto de inmediato que eran solamente amigos, pues su forma de tratarse en uno al otro no parecía de noviazgo, pero como nunca he tenido una relación con una chica, me pareció algo “normal”.

-Bueno Pabo ya respondí a todas tus preguntas, creo que es tu turno de hablar ¿No te parece? –Argumento Javi ante mi meditativo estado.

Ahora todo estaba mas claro, si tan solo hubiese dejado hablar a Javi desde el principio me hubiera ahorrado toda la novelita con el Imbécil de Lalo. Tome algo de aire para ordenar mis ideas y me decidí a hablar, pues ya era mi turno de hacerlo.

-Bueno Javi, creo que ya estamos a mano –Reímos rompiendo un poco la tención. –En verdad no sé que decirte con respecto al beso y sobre lo que dices que te gusto… Eres el tipo de chico que todas y todos desearían tener, pero, no lo se, te veo solo como amigo… ¡Mi mejor amigo de hecho ! –Exclame mientras veía como Javi comenzaba a fruncir el seño.

-¡Y no te lo negare! –Continúe antes de que me interrumpiera – Fuiste el primer chico por el cual me sentí atraído, pero mientras nos fuimos conociendo perdí toda esperanza e interés en ti, por que creía que eras heterosexual … –El semblante de Javi cambio drásticamente a tal punto que por inercia nuestras manos se des-entrelazaron.

-Y tampoco puedo negar que en este momento se me vienen a la cabeza un par de cosas… Cosas de las cuales me podría arrepentir, así que mejor deberíamos regresar con los demás –Finalice ante la extraña sensación producida por la repentina indiferencia de Javi hacia mi, quien permanecía con la mirada cabizbaja sin hacer ni decir nada.

Me levante de la cama decidido a marcharme de allí, pero en ese preciso momento Javi me tomo con fuerza del brazo provocando que regresara de nuevo a mi postura, ósea sentado sobre la cama junto a él. Repentinamente se acercó a mí dejándome helado y comenzó a susurrarme al oído:

-Entonces no eres el único que se muere de ganas por hacer esas “Cosas”… Y no te preocupes… ¡Estoy dispuesto a arrepentirme contigo hoy, mañana y siempre!…

Javier:

No podía dejar pasar la oportunidad de estar con Pablo. Me encontraba en la misma situación que él, de haber sabido desde un principio que era gay no hubiera dudado ni un momento en intentar algo con el, pero disimulábamos tan bien, que no teníamos la menor idea de que en algún momento ambos sentíamos lo mismo y ahora me sentía tonto por ello, y por las veces en que  hablábamos de chicas y esas cosas de hombres tratando de fingir, pero ahora no importaba eso.

Quería hacerlo mio y demostrarle que daría todo por estar a su lado, todo por hacerlo feliz, ya que en esos momento Pablo me hacia sentir el chico mas afortunado sobre la faz de la tierra.

Lo recosté con delicadeza sobre la cama y lo rodee con una de mis piernas de su cintura para abajo, mientras con mis manos comenzaba a acaríciale lentamente su abdomen y su pecho.

Pablo esta muy nervioso, lo notaba tenso y hasta cierto punto estático. Vi sus perfectos labios rosaditos y comencé a besarlo suavemente, pero de inmediato se quejo, como si lo hubiese mordió o le causara dolor. Le pregunte si estaba bien y me confesó tímidamente que el chico con el que se había ido, lo había lastimado fuertemente.

No pude evitar sentirme decepcionado, pues creí que no seguiríamos con ese mágico momento. Justo cuando estaba por incorporarme, Pablo me sorprendió tomándome de la cabeza y me guio hasta sus labios comenzando a besarme nuevamente, esta vez de una manera mas relajada y sensual.

Trate de ser lo mas cuidadoso posible para evitar lastimarlo, pero mi excitación era tan grande que no pude suprimir por mucho tiempo mis deseosas ganas de entregarme el. Succionaba sus labios ansiosamente. Nuestras bocas intercambiaban nuestras salivas de tal manera que me embriagaba esa deliciosa mezcla de sabores que sentía recorrer todo mi paladar.

Nuestras lenguas estaban en perfecta sincronía entrelazándose de tal manera que pareciera ser una sola. Mi pene estaba a punto de explotar dentro de mi pantalón, debido a la erección olímpica que me producía el estar con Pablo en esa habitación, donde podía respirarse la pasión y entrega que emanaban nuestros cuerpos.

Podía sentir las manos de Pablo tratando frenéticamente de quitarme la playera. Me separe un instante de su boca y me senté en su miembro para facilitarle la tarea. El aprovecho la posición y le ayude un poco mas levantando mis manos, lo cual me agradeció con una linda sonrisa y me desnudo el torso de un tirón, arrojando mi playera a un costado de la cama.

Con mis manos aun arriba, ágilmente se incorporo y se aferro a mi espalda con intensidad, aprovechando la postura que mantenía para besarme cada rincón de mi pecho y parte de mis abdominales. Siguió un poco mas y llegó directamente a mis tetillas las cuales devoro insaciablemente, provocándome gemir en mas de una ocasión del inmenso placer que me producían sus dientes mordiendo mis endurecidas tetillas.

Me sorprendía de sobremanera Pablo, nunca me imagine lo bien que lo estaba haciendo para ser su “primera vez ”… ¡Me volvía loco!

Sentía su endurecida verga sobre mi trasero. Le tome de la cabeza y lo fui guiando por todo mi desnudo torso, me lamia, mordía y besaba cada rincón de este sin tomarse el tiempo siquiera de respirar.

Lo tome con fuerza una vez más y le despoje de su playera también, provocando una impetuosa ráfaga de aromas que se desprendieron de su delicada y tersa piel. ¡Olía tan rico y me ponía tanto que despertaba mis más pasionales y lujuriosos deseos sexuales!

Le pedí que se levantara un momento, y esta vez fui yo el que quedo tumbado sobre la cama y él encima de mi. Se sentó justo en mi pene el cual se encontraba a tope sin perder en ningún momento su rigidez.

Noté como Pablo comenzaba a restregarme suavemente su redondito trasero sobre mi paquete, dando pequeños circulitos mientras se inclinaba para besarme sensualmente. ¡Dios Mio!... ¡Eso me ponía tan caliente!

Lo rodee del cuello para evitar que escapara, aunque no se veía con intenciones de hacerlo. Me encantaba la sensación que sentía en ese momento, era la primera vez que lo tenía tan cerca y que el roce de nuestra piel se prolongaba a tal punto que parecíamos estar fundidos en un solo cuerpo.

Seguimos un rato mas jugando con nuestras bocas cuando repentinamente Pablo bajo a mi cuello y siguió su recorrido de besos poco a poco. Sentía su aroma impregnado en mi piel y los sabores de sus besos me tenían en el éxtasis; Siguió bajando hasta llegar a la parte baja de mi ombligo, donde se detuvo y me confeso que siempre soñó con lamer la fina línea de vellos que bajaban de mi ombligo hasta mi miembro.

Lo tomé de la nuca y lo incline suavemente para que lo hiciera. Me estremecí al sentir la humedad de su lengua mojando mis vellitos, siguió así por unos segundos mas hasta que llegó a mi pantalón y con una maestría tremenda me despojo del cinturón y se quedo un rato observándome fijamente.

Pablo:

No podía creer lo que estaba haciendo… ¡Estaba follando con mi mejor amigo! y lo peor de todo era que no me importaba en lo absoluto. Me sentía como poseído, definitivamente no era yo, pero me agradaba y mucho esa excitante sensación, ya que desde hacia mucho tiempo no me sentía tan libre como en esos momentos.

Cumplí una de mis fantasías más lujuriosas con la cual había soñado infinidad de veces. Baje dando fugases besitos por el desnudo torso de Javi hasta llegar a la parte baja de su ombligo, donde pude apreciar su fina línea de vellos castaños que bajaban hasta su miembro, me concedió el placer de recorrer esa inexplorada zona con mi juguetona lengua, la cual, dejó rastros de saliva en ese excitante sendero de perdición.

Su perfume tan dulce alteraba mis sentidos, y lo que acababa de acontecer me había puesto tan caliente que creí que me correría en cualquier momento. Rápidamente lo mire directo a los ojos mientras le desabrochaba su pantalón. Sus ojos me lo exigían, querían que liberara su abultado miembro de la prisionera tela que lo mantenía cautivo, y yo no podía quedarle mal.

Le baje el pantalón hasta las rodillas, y pude apreciar su ajustado bóxer de licra que escondía bajo su delgada tela un trozo de carne deseoso de entrar en acción. Tire de ellos levemente y salto ante mis ojos una gran herramienta, calculo unos 18cm, con un grosor nada despreciable.

Lucía un glande rosadito que contrastaba con su blanco tronco, ni siquiera la había tocado cuando Javi ya empezaba a gemir y a pasar su lengua alrededor de sus labios, al parecer se encontraba en un estado de éxtasis, así que no quise hacerlo esperar más.

Lamí la punta torpemente, ya que era la primera vez que le propinaba una mamada a alguien. Me gusto el sabor de su liquido pre-seminal, era un sabor entre acido y dulce pero de gran agrado para mi paladar. Solo daba lengüetazos por todos lados ya que no sabía con exactitud lo que debía hacerse.

Entre gemidos Javi me indico que me tragara lo que pudiera y que la apretara con mis labios teniendo cuidado de no lastimarlo con los dientes… Parecía que tenia experiencia en esto, ¡Y que bueno!, Porque yo no tenia la menor idea de como continuar.

Sin poner objeción hice justamente lo que me pidió,  me metí en la boca lo que pude y la presione con mis labios haciendo una leve succión hacia dentro.  Sentía como la sangre comenzaba a correr entre las venas que decoraban su linda polla.

Continúe con un sube y baja dentro de mi garganta simulando una follada mientras con mis manos daba leves recorridos por todo su cuerpo, comenzando en sus peludas y poderosas piernas, subiendo a su abdomen y terminando en su pecho.

Después de un rato lo hacia como un profesional, solo escuchaba los gemidos de Javi y el rose de su cuerpo contra las sabanas de la cama, de pronto, me pidió que parara.

Me hice a un lado separándome de su endurecido falo. Javi se levanto de la cama quedando frente a mí al costado de la cama, poco a poco se fue quitando lentamente la ropa que aun tenia encima con una especie de bailecito sensual dejándome boquiabierto.

Estaba embobado con la imagen que tenía frente a mí, la luz plateada de la luna bañaba cada parte del cuerpo desnudo de Javi. El no dejaba de observarme con la mejor sonrisa que jamás había visto en el. Aproveche entonces para contemplar detalladamente cada rastro de su ser, no podía creer la clase de hombre que tenia en frente, era como un dios griego esperando ansioso por hacerme suyo…

Javier:

Invite a Pablo a venir hacia mí, me correspondió con una dulce mirada y se levanto de la cama caminando lentamente hacia mi. Parecía como una película de esas antiguas donde ves cuadro por cuadro las imágenes, algo enigmático.

Estando a escasos centímetros de mí, se despojo de su pantalón y su bóxer para quedar totalmente desnudo. Automáticamente se me erizaron los vellos de las manos y los pies, no podía creer como alguien, con tan solo ser objeto de su mirada podía hacerme estremecer cada uno mis sentidos hasta hacerlos estallar de tanta emoción contenida.

Cada parte de mi gritaba el nombre de Pablo, quería estar dentro de él, sentirlo completamente mio. Me daba el honor de  ser el primer hombre en su vida sexual y sabia que él quería que fuera especial.

Lo tome de la cintura y lo atraje hacia mi con suavidad, nos dimos muchos… muchísimos besos, uno tras otro mientras se colgaba a mi cuello y yo le aprisionaba con mis manos para acariciarle su trasero.

En esa posición y sin dejar de besarnos fuimos caminando hacia la cama, donde lo tumbe boca arriba y abrió sus piernas por inercia para darle cavidad a mi cuerpo. Fui avanzando entre sus piernas hasta que estas lograron abrazarse a mi cintura con fuerza. No teníamos condón, pero creo en esos momentos era lo de menos, confiaba plenamente en Pablo y sabia que el en mi.

Unte un poco de saliva en su ano provocando que se estremeciera y apretara a las sabanas con fuerza. Me incline y le di un tierno beso, el cual me correspondió de inmediato. Creo que funciono, pues se tranquilizo y me regalo una mirada decisiva como ordenándome que siguiera.

Bañe su ano con un poco mas de saliva y fui metiendo poquito a poco un dedo con mucho cuidado de no lastimarlo, y así seguí hasta que tubo un segundo adentro. Pablo solo cerraba sus ojos y respiraba pausadamente, parecía que el dolor se había ido y ya estaba listo para lo que seguía.

Cuando sentí que ya era el momento, lo vi directamente a los ojos, el asintió de inmediato y recostó su cabeza sobre el colchón mirando al techo. Fui introduciendo poco a poco mi glande, la sensación era inmensamente placentera. Cuando estuvo dentro Pablo suspiro de alivio, pero aun faltaba lo demás. Me fui inclinando mas hacia él mientras iba entrando poco a poco en su ser.

Cuando sentí que estuve por completo dentro de él  me quede un rato así, estire mi cabeza hacia él y le bese la barbilla mientras me mentalizaba para iniciar con la follada.

Pablo:

Era indescriptible lo que sentía en esos momentos, sentía mucho dolor pero a la vez, me sentía protegido. Me sentía arropado por la presencia de Javi. Cuando comenzó a meter y sacar su pene dentro de mi me dolía bastante, pero mi deseo por estar con él era mayor que eso, así que apreté con fuerza las sabanas de “Hello Kitty” que había en la cama, para soportar ese inmenso dolor que poco a poco se fue convirtiendo en un placer inmenso.

Rodeé con mis brazos a Javi y clave mis uñas en su ancha espalda, no podía mas me estaba haciendo disfrutar como nunca nadie lo había hecho. El manto de plata que irradiaba la luna cubría nuestros cuerpos desnudos mientras Javi seguía robándome poco a poco mi virginidad... Ese momento era tan especial hasta que se rompió con la llegada de un tercero en la cama… ¡Miguel!

De momentos, cuando cerraba mis ojos me imaginaba que era el quien estaba en ese momento conmigo, que esa ancha y fornida espalda en la que mantenía mis uñas clavadas era parte de su cuerpo y que esa boca que me besaba con dulzura por todos lados era propiedad de Miguel.

Tener su imagen en mi cabeza e imaginarme que era el quien me estaba follando de esa manera tan especial hacia subir la intensidad de las cosas… Pero gracias a dios Javi sabia como hacerse notar y llevarse rápidamente el crédito de todo lo que allí estaba ocurriendo. Lograba esfumar a Miguel de mi cabeza con esos ojazos grises que estaban pendientes de mí a todo momento.

Comenzó a acelerar el ritmo y me abrase con mas fuerza a él, aprovechaba los momentos que lo tenia cerca para besarlo o tomarlo de los cabellos y guiarlo a mi cuello con mucha pasión. Después de un rato y sin avisar, note como su miembro crecía en mi interior rápidamente y sentí el cuerpo de Javi contraerse con ganas.

Los chorros de lefa caliente me inundarme por dentro, mientras el cuerpo sudado de Javi caía exhausto sobre el mio. Nos quedamos un rato así, abrazados y sin decir nada. De pronto se giro y comenzó a besarme apasionadamente mientras me hacia una majestuosa paja con su mano, provocando que cuatro chorros de mi semen cayeran sobre nuestros extenuados cuerpos.

Quedamos tirados sobre la cama viendo al techo, uno al lado del otro mientras nuestros cuerpos se recobraban del agotamiento; Después de un rato me tomo de la mano y la llevo a su boca dándome un pequeño beso en ella, mientras nos girábamos para vernos el uno al otro.

-Gracias Pablo… No sabes cuanto tiempo he esperado por este momento. ¡Te amo! –Confeso Javi casi con lagrimas en sus ojos y con esa vocecita tan suya que me mataba.

Me entraron unas ganas enormes de llorar… ¡Me sentía feliz! Jamás me hubiera imaginado perder mi virginidad de esa manera, siempre creí que seria en una desenfrenada noche de borrachera con un tipo desconocido el cual después de follarme no volvería a verle jamás y ni mi nombre recordaría, pero esto era mas de lo que yo me merecía… fue especialmente perfecto.

Miguel venia a mi cabeza de nuevo pero… ¿Por qué? Aunque nunca había  cruzado palabra con el, sentía que había creado un vinculo difícil de romper por todo lo ocurrido en las semanas pasadas, y aunque no lo quisiera aceptar… Yo lo amaba. Solo esperaba que Javi me ayudara a superarlo, aunque tampoco podía decir que sentía amor por este… no del todo, aun no.

-Oye Pabo no te quedes callado… Di algo por favor –Me  saco Javi rápidamente de mis pensamientos, me había dicho que me amaba y yo no podía corresponderle ya que me resulta imposible decir aunque sea “te quiero” si yo no lo siento.

-Amm… ¿Que quieres que te diga? Esto fue… simplemente perfecto. ¡Gracias! –Dije sinceramente, ocasionando que una hermosa sonrisa se dibujara en la linda carita con la que me observaba Javi.

Mientras nos seguíamos observando estire mi mano hacia su rostro. Con mis dedos le fui acariciando su cabello y dibujando el contorno de sus cejas. Esos destellantes ojos grises me observaban profundamente ocasionando vibraciones tremendas dentro de mí. Estaba como hechizado, mis dedos comenzaron a difuminar ese hermoso rostro, acariciando su mejilla que se sentía rasposita por los diminutos vellitos de su barba, hasta llegar a sus proporcionados labios y terminar en su afilada nariz.

Estaba confundido… y mucho. No sabía si ya comenzaba a sentir cosas más allá por Javi, o era simplemente el cariño y afecto por los años de amistad, sumándole a eso lo que acababa de ocurrir entre nosotros. No lo sabia, pero tampoco era algo por lo que debía preocuparme, solo quería disfrutar el momento y con todos esos líos que mi cabeza se hacia no lo estaba logrando del todo.

Me perdí en sus ojos grises de nueva cuenta y lo bese por milésima vez… ¡Eran los besos mas ricos que había probado! El beso fue subiendo su intensidad y justo cuando estábamos en el clímax de este, un ruido en la puerta nos tomo por sorpresa.

-¡¿Que carajos pasa aquí?!... ¡Javier!… ¡¡¿¿Pablo??!! –Una confundida Lucy nos miraba con cara de verdadero enfado que cambio a una de asombro cuando se percato que éramos nosotros.

-¡Perdón! ¡Perdón!... No vi nada, ¡adiós! –Exclamó de pronto mientras su rostro se tornaba triste y con aire de desilusión al instante que salía corriendo de su propia habitación.

Ambos nos levantamos tan rápido como pudimos, nos limpiamos y comenzamos a vestirnos mientras Javi ya tenia las ideas claras en su cabeza de lo que teníamos que hacer.

-Oye Pablo, creo que seria mejor que hablaras a solas con Lucy, ella es tu mejor amiga y no creo que quiera hablar conmigo. Le demos una explicación a esto y aunque también tengo que ver, en ese momento yo saldría sobrando en  la charla… –Explicó acertadamente Javi.

-Después también nosotros tenemos que platicar, esta vez sin contratiempos ¿Vale? –Continuó con su seductora voz mientras se acercaba a mí para besarme una vez más.

No esperaba menos de Javi, este conocía tan bien a las personas que justamente eso era lo que tenía hacer, enfrentar a Lucy yo solo. Como su mejor amigo se como tratar con ella y comprendía perfectamente lo duro que fue enterarse que le oculte mi homosexualidad todo este tiempo, pues la escena en la que nos atrapó hablaba por si sola.

-No podría estar mas de acuerdo, te busco en un rato y te cuanto como me fue –Respondí mientras me abrochaba el pantalón y me estiraba un poco para robarle otro beso.

Este se acercó y me beso… pero no en los labios. Aprovecho que tenía mis manos ocupadas intentando meter el botón en el agujero del pantalón para abrazarme dulcemente y plantarme un delicado beso en la frente – ¡Suerte!… Te quiero muchísimo, no lo olvides –Me dijo tomándome del rostro obligándome a mirarlo a los ojos.

Le correspondí con una sonrisa que me salió espontanea y partí en busca de Lucy mientras observaba fugazmente a Javi, quien me despedía en calzoncillos y con una linda sonrisa.

Salí de la habitación. Eran alrededor de las 3:00 a.m. La fiesta aun seguía, pero los estragos del alcohol en los chicos ponían un ambiente muy diferente al de la última vez que estuve allí. La música sonaba muy fuerte y buscaba por todos lados a Lucy, pero nada, había mucha gente y todos se movían de un lado para otro lo cual me impedía enfocarme en una persona a la vez.

Estuve buscándola un bien rato pero al parecer no se encontraba en el salón. Salí de la casa con cierto nerviosismo, con la esperanza de no toparme con Eduardo… ¡Ese tipo en verdad me aterraba!

Recorrí el enorme jardín trasero hasta que al fin la encontré. Lucy se encontraba recostada en una silla de playa que estaba al costado de la piscina. Se veía algo ebria pero al parecer no estaba dormida, al notar mi presencia se incorporo rápidamente y pude observar como rodaban lágrimas por sus mejillas mientras me miraba con reproche.

-Lucy yo… quería explicarte… las cosa es que… –Mi voz comenzó a quebrarse y ver la expresión en el rostro de Lucy termino por noquearme.

No savia que decir, me sentía muy apenado y no sabia que decirle a Lucy. Al fin y al cabo no es nada agradable entrar a tu habitación y ver a dos de tus mejores amigos desnudos en tu cama, ¿O si?

- Pablo… ¡Se claro, por favor! –Exclamó rotundamente Lucy.

- Vale… creo que sale sobrando ahora que te diga que soy gay… pero lo que viste hace un rato, pues… solo se dieron las cosas y ya – Carraspeé un poco para limpiar mi garganta y proseguí.

-En verdad Lucy, perdóname por no decírtelo antes pero créeme que no es nada fácil para mi, conoces lo conservadores que son mis padres y como son de homofóbicos en la escuela… ¡Suficiente tengo con esto como para sufrir de bullying allí también! –Comencé a llorar desconsoladamente. No sabia que mas decirle a Lucy y me aterraba mirarla, no quería sentir una mirada despectiva de su parte, por eso es que no tolero que la gente me vea y mucho menos que sepan de mi condición… ¡Odio esas miradas de desprecio como si el ser gay fuera un crimen!

-Perdóname, eres mi mejor amiga y no debí ocultarte esto, perdóname – Finalice cayendo sobre mis rodillas, vulnerable y hecho pedazos.

Levante mi vista un momento… Lucy me observaba fijamente con lágrimas en los ojos y su semblante fue cambiando poco a poco mientras se incorporaba y comenzaba a caminar hacia mí…

-No tontito ¡Perdóname tu a mi! –Manifestó de pronto mientras se hincaba frente a mí. –No sabía por todo lo que pasabas… Me comporte como una imbécil –Calló un momento para tomar aire y luego continuo.

-Pablo… Solo me queda decirte que te apoyare en todo esto como tú lo has hecho conmigo. Nunca me has dejado sola y yo no soy quien para juzgarte… ¡Además fui yo quien te dije que follaras esta noche! –Dijo de pronto con su siempre alegre actitud para intentar romper la tención –Claro que no fue con una chica, pero uuff… ¡Que envidia! Mira que hacerlo con Javi… ¡¡Maldito tienes que contarme todo eh!! –Me decía esto dándome codazos en el estomago y con su tono picaron.

Se hecho a reír al ver que me había rojo como un tomate y nos abrazamos por un buen rato. Ahora me sentía mas aliviado que nunca, no había sido tan malo como me imaginaba aunque no puedo ocultar que estaba que me moría de los nervios. Nos abrazamos de nuevo y comenzó a interrogarme de todo lo ocurrido los últimos días y lo de esa noche.

Le conté lo que había sucedido con Miguel, lo que sentía por el y de que ahora estaba confundido sobre mis sentimientos hacia Javi. Ella me escuchaba con mucho respeto y me aconsejo que si aún sentía curiosidad por ver que pasaba con Miguel que aun tenía una semana más antes del fin de cursos, que aprovechara esos días y me pusiera las pilas para ver si se podía dar algo con el.

Sin embargo, le agradaba mas la idea de que me quedara con Javi, ya que todos conocen lo especial que es y Lucy no era la excepción.  Me decía que no encontraría un chico como el y que me animara a tener una relación con este.

Después de pensarlo mucho me decidí por hacer un poco de ambas. En la siguiente semana trataría de ver que actitud tomaba Miguel y si se daba la oportunidad trataría de encararlo y así ver de una vez por todas que quería conmigo. Por otro lado, pasaría todo fin de semana con Javi y vería que rumbo llevaba la relación a partir de ahora.

Después de un rato regresamos con los demás como si nada hubiera pasado, Javi ya se encontraba allí y actuaba muy normal. Yo por mi parte me ponía todo nervioso y ruborizado cuando este me veía o hablaba como normalmente lo hacia… ¡Eso si que era raro después de todo lo que acabábamos de hacer!

Una recargada Lucy nos animo a seguir con la fiesta cambiando astutamente el tema de conversación que giraba en torno a mí y a donde me había metido durante todo este tiempo.

Con una fina botella de vino, que saco de la cantina de su padre el ambiente fiestero regreso a mi y comencé a disfrutar de la fiesta una vez mas. Bailamos, gritamos y bebimos un poco más. No parábamos de reír con las anécdotas que contaba mi amigo Franco de los primeros días en la preparatoria y un sinfín de cosas más. Así estuvimos hasta que poco a poco nos fue ganando el cansancio y la fiesta llegó a su fin ¡Cerca de las 6:00 a.m.!

Comenzamos a desalojar a los borrachines que aun quedaban dentro la casa y por los alrededores hasta que solo quedamos Lucy, Franco, Raúl, Diana, Javi y yo. Todos ellos eran mis mejores amigos, aunque Javi y yo acordamos que la única que estuviera enterada de lo nuestro fuera Lucy… al menos por ahora.

Cuando subimos a su habitación para dormir, Javi ya se las había ingeniado para cambiar las sabanas y dejar todo en orden para que todos pasáramos la noche allí sin levantar sospechas, cosa que le agradecí con una mirada de complicidad la cual me correspondió de inmediato…

Mas tarde fui el primero en despertar, era casi medio día y tenía un poco de resaca. Imagine que los otros dormirían un rato más ya que no habían parado de beber en toda la noche.

Mire a mi lado y vi a Javi junto a mi quien dormía como un bebé. No resistí la tentación y cuando estuve seguro que todos dormían, pase mi brazo por su cintura y lo desperté con un beso en la mejilla.

Abrió sus enormes ojos grises lentamente, pues la luz le molestaba un poco también. ¡Era hermoso! La luz que entraba por la ventana iluminaba su blanco y desnudo torso. Me quede contemplándolo un rato más con una sonrisa boba en mi rostro. Javi me tomo del cuello y comenzó a besarme lentamente siendo precavido de no despertar a Franco, quien dormía frente a nosotros.

-Quisiera despertar así cada día de mi vida… En verdad. Me ases muy feliz Pabo –Expreso Javi separando nuestros labios y tomándome del rostro con sus dos manos. Provocando que me ruborizara de inmediato y se me escapara una risilla tonta que calló con otro fugaz beso.

-Vale, vale… pero no te acostumbres mucho ¡eh! Que no te despertare muy seguido así –Reímos por lo bajo mientras nos incorporábamos.

-Ven acompáñame… Estoy que muero de hambre y los demás querrán comer algo cuando despierten –Le dije mientras lo tomaba de la mano.

Bajamos hasta la cocina de Lucy, sus padres habían salido de viaje y su hermano había dejado una nota diciéndole a Lucy que regresaba en la noche, así que no hubo inconveniente en que bajáramos en bóxer y playera solamente. Mientras preparábamos el almuerzo no parábamos de juguetear como niños.

Cuando estaba frente a la estufa menando una cacerola con pasta, Javi se poso atrás de mí restregándome suavemente su polla que comenzaba a despertar. Me tomo de la cintura y me beso el hombro mientras me susurraba que le excitaba verme cocinar en bóxer, me gire rápidamente hacia él y comenzamos a comernos la boca un buen rato hasta que la cacerola comenzó a humear, pues se había quemado la pasta que a regañadientes todos comieron sin objeción.

Fue un fin de semana excelente, tenía la compañía de mis amigos y me sentía como si me hubiesen quitado un gran peso de encima. Contaba también con el apoyo de Lucy y cada momento que pasaba al lado de Javi me hacia completamente feliz… a tal punto que deje de pensar en Miguel durante toda esa tarde de sábado.

Llegue a mi casa cerca de las 6:00 p.m. Por suerte mis padres no estaban así que podría inventarles que llegué más temprano a casa para evitar sermones de su parte. Subí a mi habitación con una sonrisa de oreja a oreja y me di una larga ducha donde me pase rememorando todo lo ocurrido en la fiesta.

Al salir me puse ropa cómoda y encendí el ordenador para entrar al Facebook, donde ya tenia etiquetas en algunas fotos de la fiesta y comentarios de lo bien que había estado. También tenia tres solicitudes de amistad, de inmediato pensé que serian de los chicos que nos presentó Lucy o uno que otro curioso que me recordaba de la fiesta.

Así que decidí echarles un vistazo. La primera era de una chica que ni conocía, pero igual la acepte. “Eduardo Rentería”… No conocía a nadie con ese apellido, así que entre al perfil para ver de quien se trataba – ¡Hijode puta! –Grite molesto. En verdad que este tipo era un cínico, no lo pensé dos veces  y rechace su solicitud, Incluso lo bloqueé pues no quería saber nada de ese imbécil.

Un tanto molesto regrese a ver la última solicitud. “Miguel Fiscal”… Mis ojos se abrieron de golpe y mi corazón comenzó a latir con fuerza… ¿Es quien creo que es? –Me cuestione a mi mismo aun incrédulo… ¿Sera? – Volví a preguntar en voz alta mientras sentía un vuelco de emociones dentro de mí.

Entre a su perfil y lo reafirme… ¡Era Miguel! Me quedé pasmado un momento mientras no dejaba de sonreírle como un idiota a la pantalla. Lo pensé un rato y cerrando mis ojos con fuerza… acepte su solicitud de amistad.

“Ahora eres amigo de Miguel. Clic aquí para escribir algo en su perfil” – ¡¿Qué?! ¡¿Estas bromeando?! –Le reproche estúpidamente al Facebook.

En verdad actuaba como un completo idiota, y no podía borrar de mi rostro esa estúpida sonrisa que me salía espontanea al saber que Miguel se había acercado a mi… ¡Al fin se había animado a hacerlo!

Deje de pensar y hacer todo lo que tenia en mente, sin pasar si quiera un minuto desde que acepte su solicitud yo ya estaba en su perfil, mejor dicho, en su álbum de fotos, las cuales comencé a ver detalladamente.

¡Dios mio! Era incluso más guapo de lo que creía … ¡Y tenía un cuerpo!… Un cuerpo que me provoco una erección tremenda al instante. Seguí husmeando un poco mas… quería saber todo lo que se pudiera de él, mientras observaba su información personal sentí como si me hubieran dado una patada en las bolas y el sentimiento de decepción se apodero de mi garganta.

“Miguel Fiscal tiene una relación con Fátima Castillo” Inmediatamente hice un gesto de enfado… Era la chica que había besado en mis narices el viernes pasado. Me causaban muchos celos ver sus fotos juntos y los estados estúpidos que se dejaban.

Estaba concentrado en una publicación en particular donde Miguel escribía un sinfín de cosas que sentía por… “alguien” y digo alguien pues el nombre de “Fati” no aparecía por ningún lado y Miguel terminaba el estado con un… “pronto sabrás de mi” – ¡¿Que carajos significa eso?! – Exclame en voz alta cuando el sonidito del chat me hizo brincar del susto.

  • Nota del autor (Simulación de la ventanilla del “Facebook Chat”)

Miguel Fiscal:

-Hola… ¿Podemos hablar?

Sentí una fuerte presión en el pecho, se me  dificultaba respirar y el revoloteo de las mariposas en mi estomago no se hizo esperar. No podía creerlo… ¿Qué quería Miguel? , ¿Por qué carajos me hablaba ahora cuando me siento tan bien?

Me quede observando fijamente el monitor por un rato. Pensaba en que ya no quería sufrir mas por el… no quería derramar mas lagrimas y no quería… ni dejaría que se volviera a burlar de mi… ¡No otra vez!

Rellené mis pulmones con una gran cantidad de aire y lo exhale con fuerza… Estaba decidido a responderle a Miguel… Solo así sabría de una vez por todas que quería en realidad.

Continuara…

Penúltimo capitulo de la historia, espero que les haya gustado. Como siempre los invito a que comenten y que me den sus puntos de vista, créanme que los tomo mucho en cuenta y me hacen completamente feliz. Tambien me animan a seguir haciendo esto. Les mando un fuerte abrazo y que estén muy bien donde quiera que estén. Chao chao! & esperen el final en unos dias... no se cuantos... pero espero no tardar!! :D