Perdido en su mirada IV: Frustración

Se quedo en silencio unos segundos, sentía sus cálidos ojos puestos en mí y repentinamente sin que yo me lo esperará me planto un pequeño beso en los labios que me dejo sin respiración… Cuando se separo de mí, nos quedamos viéndonos un largo rato sin decir nada

¡Hola! que gusto estar por acá trayéndoles un nuevo capítulo... y digo "NUEVO" porque este es completamente INEDITO de esta saga... ya que cuando la publique la primera vez, no le había dado mucha participación al personaje de Miguel en ella... y bueno este capi es como un tributo a el... mas que nada para saber lo que piensa y siente con respecto a Pablo, pero sin llegar a arruinar los que muchos saben del final... Espero que les guste como a mi al escribirlo, sentí todas las emociones al flor de piel y buuue... que mas les puedo decir, me llana completamente el escribir para ustedes. Espero sus comentarios y valoraciones, yo me despido dejándoles disfrutar ahora del capitulo. Un fuerte abrazo de mi parte, ¡Los quiero mucho! & disculpen por la espera, pues recién lo escribí en estos días, perdonen por las faltas ortográficas de igual manera. Chao chao!  n__n

Saludos, -Inexperto18

Perdido en su mirada IV: Frustración

Miguel:

Tenía algo de tiempo que no veía a Pablo por los alrededores, me encontraba con un grupo de amigos en la fiesta que organizaba Lucy, la mejor amiga de Pablo; Mientras lo buscaba insistentemente con la mirada, recordé de pronto lo ocurrido las ultimas semanas, comenzando por aquella tarde de viernes cuando lo vi por primera vez.


El largo boulevard que atraviesa la escuela se encontraba muy tranquilo en cuestión de tráfico vehicular y peatonal, por lo cual me tome todo el tiempo del mundo para caminar por sus alargadas aceras en dirección a mi casa. La jornada escolar había terminado y logre zafarme de mis amigos para caminar solo y pensar fríamente lo ocurrido momentos atrás, ya que había tenido una pequeña pelea con mi chica, culpa mía a decir verdad, por lo cual me sentía un poco mal.

Iba tan concentrado en mí andar que no prestaba la mínima atención a las personas que iban en la misma dirección que yo; Me encontraba a unos cuantos metros de llegar a la calle en donde giro para adentrarme en mi zona residencial cuando finalmente lo vi…

Ese chico al que recordé ver en un par de ocasiones antes, no sabia exactamente el motivo, pero tenia perfectamente gravado en mi mente los encuentros que habíamos tenido durante toda mi estancia en la escuela, por mas absurdos que estos fueran, por ejemplo esas veces que estábamos por cruzar en la misma dirección y era el quien se hacia a un lado para dejarme pasar, o me regalaba un sincero “Gracias”, cuando era yo quien le hacia el favor de quitarme de su camino.

Era ese semblante de gentileza y su estilizado tono de voz lo que me llamaba la atención de su persona, esa forma tan sutil de hacer las cosas amablemente sin mirar a quien, ya que en todos esos micro encuentros que tuvimos, el jamás se había tomado la molestia de observarme, lo cual me decía que con toda persona que tuviera enfrente se comportaba de esa peculiar manera. No sentía atracción por el, pues desde siempre me he considerado  heterosexual y en ningún chico me había fijado antes.

Solo conocía su nombre de cuando su eufórica amiga le gritaba de extremo a extremo de la escuela para que la esperara, a Pablo parecía incomodarle ya que siempre bajaba la mirada cuando los demás volteaban a verlo a causa del escandalo que su curiosa amiga provocaba. No era que fuera un psicópata con el, pero me gustaba observar de vez en cuando a los chicos de ultimo semestre y él era uno de los que si casualmente veía, me detenía para observar.

Me agradaba la linda amistad que tenia con sus amigos y esa misteriosa actitud que le caracterizaba. A pesar de siempre verle “feliz”… sus ojos claros reflejaban mucha frustración, como si día a día cargara con algo lo cual lo atormentaba y al menos a mi, no me convencía del todo su media sonrisa que siempre mantenían sus labios cuando estaba con sus amigos.

Otro de los motivos de los cuales observaba a los alumnos de ultimo semestre, era porque me sentía algo nostálgico al verlos organizando eventos para recaudar fondos para su fiesta de graduación, o esas estupendas charlas  que tenían recordando toda su estancia en la escuela. A causa de un tormentoso pasado del cual fui protagonista perdí un año escolar, por lo cual me imaginaba con mis compañeros de la escuela a la que asistía con anterioridad, charlando de nuestros primeros años en la escuela y preparándome para culminar mi preparatoria y continuar mis estudios universitarios, pero estaba claro que no era así.

Ahora había entrado a una nueva escuela, en un grado menor conociendo solamente a mi novia, con la cual mantenía una relación desde hacia 3 años; Me sentía incomodo en la escuela, ya que no encajaba del todo con mis compañeros de clase, y siempre me reprochaba por haber arruinado mi educación con ese año perdido, y no porque fuera malo en las materias, sino por “algo” que simplemente había sido un error y me marco de por vida con las personas mas allegadas a mi.

Mi tal vez algo obsesivo comportamiento con Pablo no pasaba de eso, se me hacia un chico interesante y digno de conocer, en ese entonces, claro. Recuerdo que lo había visto en varias ocasiones leyendo alguna novela o escuchando música serenamente en sus auriculares mientras cerraba sus ojos, quedando en una tranquilidad que sinceramente le envidiaba, como si se fuera de este mundo y entrara a otro totalmente distinto, lo cual le hacia sonreír en sus adentros… Esa sonrisa que me agradaba contemplar en su rostro, ya que se veía que le salía sinceramente y no fingida como la que casi siempre solía mostrarles a los demás. Como ya mencione eran encuentros o vistazos fugases, de esos que no les tomas importancia sino hasta que te ocurre algo como lo que me pasó a mi esa tarde.

Mientras lo observaba, lo primero que me llamó la atención de él fue su complexión alta con cuerpo bien definido sentado en una de las peculiares banquitas del paradero de autobuses, casi no lo reconozco pues su cuerpo parecía el de un chico mayor, aunque su rostro angelical le hacia lucir como un niño pequeño; Fue entonces cuando por primera vez sentí la atracción física hacia alguien de mi mismo sexo, comencé poco a poco a recordar como me envolvían los matices de su voz, y su algo despreocupada pero a la vez considerada actitud.

Deje a un lado esas cosas y comencé a prestarle especial atención a su fisionomía, por suerte aún no se percataba de mi presencia así que aproveche para detallarlo. Tenia una linda cabellera castaña moldeada en cresta un poco alborotada y sin casi nada de gel,  cosa que le hacia tomar tonalidades claras a su cabello dándole un toque muy natural, pase entonces a su cuerpo, me llamo la atención que era algo robusto, no gordo ni flaco, solamente lucía un aspecto saludable de cuerpo grande y fuerte.

Llevaba puesto el uniforme deportivo de la escuela, su pants holgado no dejaba apreciar el contorno de sus piernas, pero llevaba una playera ajustada de color blanca que marcaban su torso y se apreciaba entonces en donde comenzaba su cintura y te dabas la idea de la posición en la que se encontrarían sus alargadas piernas.

Seguí escaneándolo un momento mas y me concentre esta vez en sus brazos, los cuales eran bien proporcionas a su cuerpo y los mantenía cruzados, típico de alguien cuando esta en una aburrida espera, las mangas cortas de su playera apreciaban la división de tonalidades de su piel, la parte de sus manos hasta un poco mas arriba de sus codos se veía con tonos bronceados a causa de la quemadura producida por los rayos del sol, pero un poco mas arriba contrastaba su color natural, una delicada piel blanca y tersa sin llegar a ser pálida, con un lindo brillo agradable a la vista.

Cuando me disponía a recorrer su cuello para pasar a su perfilado rostro, sentí de pronto una flechada en mi pecho, ocurrió algo indescriptible que jamás había sentido con nadie, mi vista se enfoco directamente a su rostro, el cual había girado repentinamente en mi dirección, mis ojos comenzaron a adentrarse en esos penetrantes ojos claros, dejando así una estela de colores que podía apreciar de extremo a extremo de la acera, un revoloteo frenético comenzó a hacerse presente en mi estomago y mis piernas comenzaron a temblar, mientras una descarga eléctrica recorría mi cuerpo.

No sabia el porqué de toda esa mezcla de sensaciones, pero me agradaba sentirla y mucho; La expresión de Pablo me dejaba entrever que el sentía justamente lo mismo que yo, fueron escasos segundos los cuales nos quedamos así, mirándonos sin hacer nada mas, aunque se podía respirar en el aire esa agradable fragancia a “Química” que se había producido entre nosotros, algo sin exagerar, magnifico.

Cuando por fin se perdió ese hilo de magia que sentía, me quede desorientado por un segundo, incluso mis pies hicieron un esfuerzo sobrehumano para coordinarse con rapidez y seguir con mi andar lo mas común que se pudiera, sentía la enorme necesitad de voltear a verlo de nuevo, quería estar completamente seguro de que no me estaba volviendo loco y que Pablo también había sentido lo mismo que yo, pero mi cabeza comenzó a bombardearme de inmediato, me repetía una y otra vez que era un “chico”, que aunque no lo quisiera aceptar había sentido algo por el mas allá de una simple amistosa mirada… esto que era aún mas fuerte de lo que llegaba a sentir estando con mi novia.

-No Miguel, esto esta mal, tú… tú no eres gay… No lo eres, esto… fue solo una coincidencia…  ¡Si, eso, una coincidencia! –Mi mente quería creerse todo eso, sin embargo, no era suficiente para sacar esa extraña sensación que sentía en mi pecho, como si mi corazón se fuera a salir de tanto latir.

Lo ocurrido las semanas que siguieron a ese hecho fue el comienzo de una frustración terrible para mí, me resultaba prácticamente imposible no mirar a Pablo cuando este se encontraba cerca de mi vista, incluso era yo quien a todo momento tenia mis sentidos alerta para ver si aunque fuera de lejos lo podía apreciar; Comenzamos a tener una especie de contacto visual, el cual ya era mas como un juego al que Pablo estaba dispuesto a jugar conmigo, ser objeto de su mirada me hacia sentir terriblemente especial, me llenaba de una armonía que a unos cuantos días de que comenzó todo, ya era como una fuerte adicción el perderme en sus profundos ojos.

Poco a poco me fui sintiendo mas abrumado, comenzaba a pensar constantemente en sus labios rosados que me provocaban besarlos y las pesadillas recurrentes no se hacían esperar, donde éramos objeto de las burlas y agresiones de los demás, ya que se enteraban de todo lo que mantenía con Pablo y la gente en el colegio suele ser muy despectiva con ese asunto de la homosexualidad.

No podía seguir con todo esto, así que tome una decisión la cual había decido no quebrantar hasta que cumpliera mi objetivo… Romper todo lazo que había creado con Pablo durante todos esos días; Comencé a ignorarlo a todo momento, las pocas veces que no aguantaba las ganas de verlo, tenia que cambiar mi expresión rápidamente a una de indiferencia, me partía el corazón terriblemente observar sus facciones de desilusión cuando le hacia eso pero… Esto lo hacia por ambos, por Pablo y por… Fátima, mi novia, ella no se merecía esto, le debía mi vida prácticamente a ella, y no quería ser el culpable de hacerla sufrir por mis bajos instintos al fijarme en un chico, tampoco quería herir a Pablo, aunque justamente esa era la única opción para evitar seguirle asiendo daño, no importaba lo que yo sintiera, solo quería que ellos dos fueran felices a costa de mi propia felicidad, las únicas personas en este mundo de mierda, que me importan…


Me excuse con mis amigos diciendo que iría al baño, aproveche entonces para buscar a Pablo, ya que la ultima vez que lo vi iba junto con otro chico en dirección a la salida de la casa; Cuando por fin salí hacia donde estaban parqueados los automóviles decidí dirigirme hacia al patio trasero de la casa, puesto que  era el único lugar que faltaba por revisar y algo dentro de mi, me decía que algo malo le pasaba o estaba por pasarle a Pablo, lo cual me tenia muy intranquilo; Cuando me dirigía rumbo al patio, pude observar a un chico bastante alto de piel morena aspirando y tocándose frenéticamente la nariz mientras sus grandes ojos enverdecidos miraban de un lado a otro como inspeccionando el lugar para asegurarse que no hubiera nadie. Me acerque lentamente a él, pues perfectamente sabia que se estaba drogando.

-Disculpa, ¿te encuentras bien? –Inquirí al verle algo desorientado, mientras me acercaba levemente a él para que me escuchara, ya que el volumen de la música era bastante alto.

-¿Qué? Ah si, si, estoy bien… –Replico alterado mientras detuvo mi andar con una hostil mirada.

-Vale, disculpa, voy a pasar –Exclame ya que se encontraba a mitad del camino y no quería pisar las plantas que rodeaban el lindo sendero que daba al patio trasero.

-No puedo, estoy a punto de follar allá atrás, no seas aguafiestas ¿Quieres? –Me suplico para que me fuera, notaba que tenía algo de prisa y al parecer la chica con la que estaba por follar lo esperaba al costado de la casa, pues giraba constantemente su cabeza en esa dirección.

-Vale, perdón, solo estoy buscando a… –Fue lo único que pude decir antes de que me interrumpiera.

No hay nadie mas allá atrás, busca por otro lado, ¡Suerte! –Dijo el tipo mientras se dirigía al costado de la casa revolviéndose su paquete frenéticamente como preparándose para su dosis de sexo y sonriéndole dulcemente a “alguien”.

No tuve mas remedio que creerle ya que dudaba que Pablo anduviera por allí de fisgón observando a otros tener sexo públicamente, así que entre resignado a seguir disfrutando de la fiesta y a ver si por suerte lo veía, ya que quería mitigar esta extraña sensación de que algo malo le ocurría.

Javier

Regrese resignado con los demás, en verdad que me sentía frustrado con Pablo, no me cabía en la cabeza la actitud tan inmadura que había tomado, y peor aun que se fuera con ese chico que sinceramente me daba mala espina; Pablo siempre ha sido un chico sumamente centrado, incluso llega a dejarme sin habla en ocasiones con su forma tan sensata de pensar y hablar, lo cual ahora me decepcionaba, ya que estaba seguro que el orgullo que este se carga no le dejaba pensar con claridad y las cosas que le había dicho lo habían hecho enfurecer.

Cuando regrese al lugar donde nos encontrábamos estaba completamente vacío, los demás chicos estaban bailando o esparcidos con la demás gente de por allí, así que decidí tomarme unos cuantos tragos, aunque no suelo tomar mucho, en ese momento lo ameritaba por el coraje que me había hecho pasar Pablo; Eche detenidamente un vistazo alrededor del gran salón mientras daba grandes sorbos a mi Vodka; El DJ tocaba una pieza muy tecno y las luces le daban un toque hipnótico al ambiente, reconocí de entre la muchedumbre a  mi amigo Franco quien estaba bailando con una linda pelirroja con muy buen cuerpo, este volteo a verme con una mirada picarona, la cual le devolví en tono cómplice haciendo alusión de la hermosa chica  que se había ligado.

Seguí buscando a los demás con la mirada, cuando me tope a Diana y Raúl, otros de los chicos que conforman el selecto grupo de amigos del cual formo parte junto con Pablo; Estaban bailando muy juntitos, como si la canción que estaba sonando fuera una balada, siempre había notado la tención sexual en esos dos, aunque siempre lo negaban diciendo que eran solamente amigos, pero que Baah , al menos a mi no me engañaban. Me quede observándolos un rato mas, en verdad hacían linda pareja y se veían con mucho amor el uno al otro, lo cual me hizo suspirar en más de una ocasión.

Recordé entonces que faltaba alguien más aparte de Pablo… Lucy –Susurre con aire detectivesco mientras le daba otro sorbo a mi bebida.

Con ella tarde varios minutos en localizarla, pero su entallado y sensual vestido rojo que traía puesto y su reluciente cabellera negra, colaboraron para dar con ella; Se encontraba a un costado de las frondosas escaleras de su casa, un chico mayor la traía sujeta de la cintura mientras bailaban provocativamente y de ratos aprovechaban para besarse; Levante una ceja haciendo alusión a lo que mis ojos veían, en serio que las fiestas logran sacar el lado mas salvaje de todos, incluso el de mis amigos –Pensaba .

De pronto recordé a Pablo… – ¡Carajo! –Exclame mientras le daba el último sorbo a mi bebida. Me sentí como un completo imbécil, ¿Cómo pude dejarlo ir con ese tipejo?, me había confesado sobre su orientación sexual y vi claramente como ese tipo no dejaba de coquetearle cuando pasamos por su lado, y aun así le había dejado irse con el… ¡Mierda! –Me reproche una vez más.

Claro que también sus groseras palabras y su antipática actitud habían ayudado a que yo le dejase hacer lo que se diera la gana, pero ahora mis propias palabras retumbaban en mi cabeza… “En serio que las fiestas logran sacar el lado mas salvaje de todos, incluso el de mis amigos” –Pablo, grite frustrado mientras corría en dirección hacia donde se había ido con el tipo ese.

Decidí tomar un atajo y corrí en dirección a la cocina, donde hay una inmensa puerta de vidrio que da justamente hacia la piscina, por mas que lo busque con la mirada, no di con el, era inútil rodear la casa, ya que en el estado de ebriedad en el que se encontraba, dudaba mucho que se encontraran por allí afuera, así que regrese por la puerta de la cocina en dirección a la casa, para seguirlo buscando por los baños o habitaciones de la casa, por donde fuera, pero tenia que dar con el. Me dispuse entonces a buscar a Lucy para explicarle lo sucedido y avisarle que subiría a la planta alta de su casa para ver si Pablo se encontraba por allí.

Miguel:

Ya había pasado un buen rato y aun no lograba ver a Pablo por ningún lado, ni mitigar esta molesta sensación de preocupación que me invadía al no saber nada de él; En todo el rato que estuve en la fiesta no pude quitarle los ojos de encima, y el lugar en donde me encontraba daba un excelente ángulo para no ser blanco de su alucinante mirada.

Aunque me moría de ganas por que me viera, seguía con mi determinada idea de tratar de alejarlo de mí… Pero desde que lo vi atravesar la pista de baile cuando recién llegó, me dejo boquiabierto con ese seguro caminar y su impactante presencia que más de una persona se digno a apreciar; Esa noche no era el tímido chico de la escuela que se encorvaba para caminar evitando así, ser el objeto de mirada de todos, ahora parecía no importarle en absoluto eso, al contrario, su semblante despreocupado le daba un aire llamativo que me hacia sentir algo de celos, ya que se volvió el centro de las miradas por algunos segundos.

Esa idea loca de mantenerme lejos de Pablo, se habían esfumado con la llegada de la madrugada y una que otra copa encima sin llegar a sentirme ebrio; Ya habían pasado cerca de treinta y cinco minutos desde que no lo veía por ningún lado, y su amigo con el que se había ido ya se encontraba en el salón mirando preocupadamente por todos lados como buscando a alguien, dudaba que fuera a Pablo ya que si este se había ido con el, tendría que saber en donde se encontraba; Seguramente buscaba a alguna de sus chicas-trofeos, como les llamaban mis amigos al centenar de chicas que babeaban por ese tal “Javi”, como muchas veces había escuchado que le decían en los pasillos de la escuela, ya que aparte de ser un tipo muy apuesto, era muy querido por todos en la escuela.

Lo vi entonces acercarse a una chica que se besuqueaba con otro tipo cerca de las escaleras y que no logre distinguir quien era, ya que el cuerpo del chico la cubría por completo observando solamente sus manos que lo mantenían rodeado del cuello y su larga cabellera; Asumí entonces que ya había encontrado a quien buscaba y decidí ignorarlo, de hecho me dio algo de pena ya que lo mas probable era que la pasaría mal esta noche a juzgar por su expresión facial… ¡Que Puta! –Exclame en cuanto Javier se acercó a la chica como molesto y le dijo algo lo cual la hizo desprenderse rápidamente del chico que la traía abrazada, algo así como si la hubiera atrapado en el acto infiel, o que se yo, no alcanzaba a mirar bien la escena y me concentraba mas en buscar a Pablo.

Mentí de nueva cuenta a mis amigos, argumentando que las bebidas tenían mi vejiga llena y debía ir a descargar; Me adentre una vez mas por los alrededores buscando a Pablo, pero nada, así que resignado me dispuse a salir, para ver si se casualidad se encontraba por allí.

Al salir de la casa, pude distinguir el auto de Pablo, que en ocasiones llevaba a la escuela o veía a sus padres que lo recogían en el muy de vez en cuando, esbozando así una automática sonrisa que me salió de la emoción producida de que aun se encontraba en la fiesta; En verdad quería verlo y ya me había decidido de una vez por todas a hablar con el, no sabia con exactitud que podría lograr, pero al menos quería intentarlo, ya que las clases estaban por finalizar, y no sabia si esta podía ser la única oportunidad que tuviera para hacerlo.

Estaba embobado mirando su auto, cuando un pequeño grito ahogado y sollozante me hizo despertar de mi meditativo estado, ocasionando que girara repentinamente en su dirección, cuando de pronto mi corazón comenzó a latir a mil por hora durante unos segundos los cuales vi todo en cámara lenta, después, sentí como paulatinamente iba disminuyendo su constante palpitar hasta dejar de hacerlo casi por completo, causado por la imagen que presencie en ese momento; Pablo se dirigía en mi dirección con los ojos entre cerrados y sollozantes con una expresión de completo terror, y no se si vi bien, pero se veía algo... ¿Golpeado?

Corría con tal velocidad que termino por estrellarse momentáneamente contra mí, causando un microscópico rose entre nosotros, Pablo ni siquiera volteo a verme y en un ágil movimiento se apartó de mí y entro al interior de la casa como un correcaminos, mirando atrás como si alguien lo estuviera siguiendo, dejándome completamente perplejo… ¿Era mi imaginación o en verdad se trataba de Pablo? –Pensaba, mientras giraba rápidamente para apreciar la vestimenta que lucía Pablo esta noche, corroborando mis sospechas, ¡Claro que era Pablo!

¿Qué carajos? ¿Porque se encontraba así? –Me preguntaba mientras un hueco enorme se hizo presente en mi estomago y justo cuando me disponía a correr tras el, una ronca y familiar voz grito desde el lugar por donde había salido Pablo instantes antes.

-¡Eyy! Pablo, espera – Musitó aquella voz masculina con aire sereno.

Poco a poco gire en su dirección empuñando mis manos con ira, rogando porque no fuera quien me imaginaba, aunque era mas que obvio de quien se trataba, había charlado justamente con el dueño de esa peculiar voz minutos atrás…

Pablo:

Aproveche que Lalo se encontraba tirado en el suelo para echarme a correr al interior de la casa con los demás, un mar de cosas me inundaba por dentro, así que tenía poca concentración en ese momento, mi corazón iba latiendo muy rápido y mi mente no se coordinaba del todo con mi cuerpo y justo cuando estaba por adentrarme en la casa, me estrelle contra alguien que me hizo reaccionar momentáneamente del estado crítico en el que me encontraba. Agradecí inmensamente a esa persona que se encontraba allí en ese preciso momento, aunque ni si quiera la mire pues me zafe rápidamente de él o ella… Si no hubiera sido por ese momento en que mi mente recobro su cordura cuando me tope con ese “alguien”, no habría sabido que hacer, pues en ese instante se me vinieron a la cabeza Javi y los demás chicos, por lo que de inmediato corrí al interior de la casa, para sentirme protegido por mis amigos.

Al llegar al lugar en donde estábamos reunidos y no ver a Javier y a los demás, volví a entrar en pánico, no sabia que hacer y todo daba vueltas rápidamente, la música sonaba muy fuerte logrando descolocarme por completo, mientras miraba todo a mi alrededor, todas las personas me parecían exactamente iguales, y entre en un estrés postraumático, pues sentía que Lalo me observaba desde lejos, y en cualquier momento vendría por mi.

Comencé a sentirme abrumado por las luces y el ambiente del lugar y subí al segundo piso de la casa, adentrándome en el cuarto de Lucy; Estando allí me tumbe en su cama mirando hacia el techo mientras me golpeaba la cabeza con enojo, y pensaba en lo que me había dicho Javi y en la razón que tenia sobre TODO, que era un cobarde, que actuaba sin pensar y prefería no enfrentar mis problemas perdiéndome en el alcohol… ¡Carajo! –Exclame frustrado mientras cerraba mis ojos intentando tranquilizarme.

Después de un rato, lo había logrado, me sentía mas sereno y mi respiración logró estabilizarse al igual que mi corazón, la enorme puerta de la habitación disminuía el ruido de afuera, relajando mi cabeza y oídos por completo; Aproveché también para ir al baño de Lucy para limpiarme los rastros de sangre y tierra que tenia en el rostro a causa de la brusquedad con la que el imbécil de Lalo me había tratado. Estaba recostado sobre la cama disponiéndome a dormir un rato cuando de pronto la puerta se abrió golpe haciéndome saltar del susto; Me incorpore de inmediato y mi corazón comenzó nuevamente a latir con intensidad mientras mis ojos se abrían rotundamente ante la imagen que observaban…

Miguel:

-¡Eyy… tu!, ¿Viste de casualidad hacia donde corrió mi bocadillo? –Exclamo esa molesta voz que me hacia hervir la sangre de coraje.

-¿TU QUE, Imbécil? –Inquirí  verdaderamente enfadado.

-Mi bocadillo, ya sabes… Un escurridizo chico que salió corriendo de por aquí –Dijo divertido el chico alto con el que había charlado instantes antes en ese mismo lugar.

-¿Te follaste a Pablo, Hijo de puta? –Explote mientrasme abalanzaba contra el y lo tomaba por su camisa en la altura de su cuello.

-Tranquilo, tranquilo, el muy cobarde se asusto… típico de los virginales chicos de hoy en día –Exclamo con ese aire de diversión que me provocaba estallar aun mas.

-¡Aaah ya veo! –Continúo hablando el chico –Te gusta, ¿Verdad?, ¡Era a el a quien buscabas¡ –Dijo esto y se comenzó a carcajear con ganas, provocando que le soltara un puñetazo directo en la cara y cayera sobre su espalda.

-Eso no te importa estúpido, ¿Qué le hiciste?... Pablo iba llorando y se veía lastimado… ¡Mas vale que no mientas! ¡¿Escuchas?! –Sentencie mientras lo veía con rabia revolverse en el suelo a causa del dolor que sentía.

-Yo… yo… no quería, perdón –Respondió el moreno chico con miedo en su voz.

-¡¿NO QUERIAS QUE!? –Recalque frustrado por su retrasada forma de contestar, al parecer se había pasado la mano con las drogas, pues veía como su quijada se estremecía de un lado a otro y el enrojecimiento de sus ojos era sobresaliente, sabia a la perfección que era inútil hablar con alguien en ese estado, así que decidí dejarlo allí, ahora lo que mas me importaba era ir con Pablo.

Yo no era una persona violenta, nunca lo he hecho, pero la imagen de Pablo sufriendo a manos de alguien más me hizo salir de mis cabales, incluso sentía pena por el chico de allá afuera… me dolía que estuviera arruinando su vida de esa manera, ya que caer en el mundo de las drogas, es de las peores cosas que pueda haber en este mundo… No pude evitar que un nudo en mi garganta se formara, todo se me había juntado y ahora sabia que Pablo aún estaba aquí… pero estaba preocupado por el estado en el que se encontraba.

Unas inmensas ganas de dar con el me invadieron, de abrazarlo, y secar sus lagrimas, decirle que todo estaría bien… y que yo… que yo no iba permitir que alguien mas le hiciera daño… ni yo mismo volvería a hacerlo, de eso estaba mas que seguro.

Un instinto dentro de mí me dijo que este se encontraba en el segundo piso, en alguna de las habitaciones, pues allí se sentiría mas seguro, así que decidido empuñe mis brazos y subí lentamente las enormes escaleras, fijando mi mirada en una gran puerta blanca que se encontraba entreabierta en ese momento.

Pablo:

Mis ojos se abrieron de golpe mientras mi corazón comenzaba a bombear sangre a mil ante la imagen que observaba… Un Javier muy preocupado se sostenía del marco de la puerta muy agitado, su expresión era de angustia, pero en ella tenia dibujada una sonrisa de alivio que me pareció extremadamente linda, ocasionando que comenzara a sentir cositas en mi estomago por ello.

-Te estaba buscando por todas partes, ¿Donde te metiste? –Dijo Javi a punto de romper en llanto por el sentimiento de frustración que lo mantenía agobiado durante todo este tiempo y que ahora al fin mitigaba al verme.

-Yo… amm… estaba por allí… perdóname por preocuparte –Dije sintiéndome culpable por hacerle pasar un mal rato a Javi.

-¡Cállate! –Exclamo de pronto –No te disculpes, lo importante es que estas bien –Dijo acercándose lentamente a donde me encontraba y sentándose a mi lado.

Comenzamos a charlar y tuve que explicarle lo que había ocurrido con Eduardo momentos antes, tuve que rogarle para que se calmara, ya que quería ir a partirle la cara en ese mismo momento, pero accedió después de un rato, ya que no queríamos causarles problemas a Lucy y a los invitados.

Después de eso nos quedamos en silencio un rato, no sabia que decir, y creo que el tampoco, ambos estamos muy nerviosos, y el momento decisivo de la noche había llegado… Comenzaría la charla sobre mi homosexualidad que había quedado pendiente. Javi trago un poco de saliva, tomo algo de aire y comenzó a hablar sin rodeos:

-¿Quieres que te diga lo que siento respecto a ti? D e eso que me confesaste ayer en la tarde –Explico con firmeza en sus palabras.

Me llene de aire los pulmones y lo vi directamente a los ojos mientras asentía, estaba muy nervioso ante su respuesta, pues su semblante solo expresaba seriedad y me hacia sentir extraño.

Javi se quedo en silencio unos segundos, sentía sus cálidos ojos grises puestos en mí y repentinamente sin que yo me lo esperará me planto un pequeño beso en los labios, que me dejo sin respiración…

Cuando se separo de mí, nos quedamos viéndonos un largo rato sin decir nada… Después rompió el silencio con su ronca voz.

–Allí esta tu respuesta Pablo, ¿Ahora que? –Dijo con una linda sonrisa entre sus labios.

Continuara…

Quiero agradecerles a los que han comentado en este y los anteriores relatos de la saga, no he podido responder como quisiera puesto que a duras penas tengo tiempo de responder, pero si leo sus comentarios y ya respondí, aunque globalizando, pero de todo corazón me motivan para seguir haciendo esto, en serio, también agradezco a los que me han agradado al Facebook, o mandado mails para felicitarme, ya que no tienen cuenta de TODORELATOS, pero aun así, me hacen el día, lo juro, es súper especial eso. Para los que quieran contactarme dejo abajito la dirección del Facebook y el mail, con gusto les responderé y aceptare sus solicitudes. Bueno me despido y esperen el próximo capitulo... Un abrazo!! :D

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