Perdido en su mirada II: Confusión

El no paraba de besarme y morderme por todos lados, me rodeo con sus fuertes manos y comenzó a pajearme mientras aumentaba el ritmo de su mete y saca, yo solo atinaba a gemir y morder mis labios, estaba a punto de correrme cuando de pronto

Segunda parte de la historia, espero que les guste... Un abrazo fuerte de mi parte, Saludos.

-Inexperto18

Perdido en su mirada II: Confusión

"...No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas..."

Sentía sus manos frías recorrer mi espalda, una subía hasta mis hombros y la otra bajaba hasta mi trasero, me acariciaba de tal forma que me enchinaba la piel mientras juntaba su cuerpo al mio empapados por las gotas de la ducha tibia y de nuestro propio sudor, su respiración cada vez mas agitada se estrellaba con mi cuerpo desnudo y me estremecí cuando sentí la calidez de sus labios en mi nuca, con un movimiento certero me tomo de los hombros y me giro en dirección a él, observe sus enormes ojos color miel mirándome fijamente, fue bajando sus manos hasta mi cadera mientras el aroma de su cuerpo se impregnaba en mi piel.

Podía ver a detalle cada gota de agua que bajaba desde su empapada cabellera hasta su varonil rostro, lo rodeé del cuello con mis brazos y por primera vez, bese sus labios… sus sensuales labios rojos que me derretían, fue un beso torpe al principio, era mi primera vez besando a un chico por lo cual estaba muy nervioso, el debió notarlo ya que decidió tomar la riendas de la situación, tomo mi cintura con mas fuerza y me apretó a su fibrado cuerpo mientras comenzaba a besarme lentamente a la vez que nuestras pollas se frotaban entre si, sin pudor alguno.

Mientras seguíamos besándonos, aproveche un momento de descuido y le mordí su labio inferior, escuchaba sus pequeños gemidos de placer, seguidos por la rítmica succión de sus labios contra los míos, estábamos en medio del rose frenético de nuestros labios cuando comenzó a subir la intensidad aun mas, note como su lengua se quería abrir paso en mi boca, la cual sin pensar abrí dándole cabida a esa lujuriosa lengua, la cual se dispuso a juguetear con la mía enrollándose de momentos y mezclando nuestras salivas de forma excitante, sentía su cálido aroma mesclado con una inmensidad de sabores estallar en mis pupilas gustativas, como el mas delicioso caramelo que hubiera probado jamás.

Me separe un instante de su boca, escuchando el morboso sonido que se produce después de finalizar con la succión de un apasionado beso, tome un poco de aire y guie mis labios una vez mas hacia él, pero esta vez a su mejilla lamiendo así las gotitas de agua que bajaban por ella, mordisqueé su oreja con suavidad y pase a su cuello el cual  lamí de tal forma que deje gran cantidad de saliva, cuando sentí la corriente sanguínea recorrer las arterias de su cuello, comencé a succionar mi propia saliva con gran intensidad dejándole por consecuencia un morboso chupetón que contrastaba con su emblanquecida piel, el no paraba de acariciarme el trasero y gemir de placer con la secuencia de besos, lamidas y mordiscos que le propinaba.

Con mis labios fui bajando dando pequeños besitos por todo su pecho, pausando mi recorrido en su pezón derecho, el cual mordisquee a causa de lo duro que estaba por la excitación, seguí mi sendero de besos y mis ojos se abrieron de golpe al ver la imagen que tenia en frente, sus detallados abdominales se podían contar perfectamente, estaban decorados con una fina superficie de vellitos negros en conjunción con un ombligo saltado que me éxito de sobremanera, me concentre en cada rincón de su estomago besando especialmente sus abdominales y me detuve en su ombligo dando pequeños círculos con mi lengua mientras acariciaba sus peludas y potentes piernas.

Sentía su estomago contraerse de momentos, así que seguí bajando aun mas hasta llegar a su miembro que me esperaba ansioso  de una mamada y en todo su esplendor, levante mi cabeza para observarlo y este sostenía un semblante picaron en su rostro con una ceja levantada como diciéndome, ¿Y ahora que harás? , le correspondí guiñándole un ojo y volví hacia su miembro, el cual tenia muy buen tamaño, por lo que me puse algo nervioso, no sabia si me entraría en la boca, pero de igual forma me decidí, comencé besando su tronco hasta llegar al glande, el cual sin pensarlo trague de un bocado, me gusto mucho su sabor a limpio y un poco dulce, torpemente intente introducirlo todo de golpe, pero el tamaño me lo impidió provocándome arcadas.

El me aparto de su miembro y comenzó a pajearse lentamente mientras me decía –Tranquilo, vamos, inténtalo de nuevo, esta vez tomate tu tiempo … Su cálida voz me tranquilizo y así lo hice, me trague su falo una vez mas y lo hice lento y con esmero, lo quería hacer disfrutar al máximo, poco a poco lo metía y sacaba al tiempo que lo pajeaba rítmicamente con mi mano derecha, mientras mi mano izquierda le acariciaba las bolas, no aguante mas la tentación y me las metí a la boca, tenían un poco de vello el cual me hacia cosquillas, pero me producía mucho morbo.

Estuve un rato mas con la majestuosa mamada cuando note que su respiración se entrecortaba, me tomo del brazo con firmeza y me ayudo a levantarme separándome de su endurecido tronco, me acercó poco a poco a sus labios y cerré mis ojos por inercia para recibir su beso, pero solo llego su aliento en mi oído y me susurro… “aun no quero correrme”, torcí mi boca en señal de enfado y que me había dejado con las ganas de un beso, a lo cual me correspondió con una hermosa sonrisa y cambio mi expresión recompensándome con un tierno beso en mis labios.

Después me giro contra la pared, coloque instintivamente mis manos sobre las frías baldosas del baño y abrí tímidamente mis pies, él se coloco detrás de mi y fue acercando poco a poco su cálido miembro  a mi raja, su glande sobo mi ano provocando que me estremeciera al instante. Me tomo delicadamente de la cintura y me susurro al oído –tranquilo, todavía no ,  suspire de alivio y lo deje continuar, serenamente metió su pene entre mis piernas y fue asiendo fricción mientras me besaba el cuello, oídos y hombros causándome un placer inmenso.

Sentía el golpeteo constante de sus bolas con mi trasero y nuestros cuerpos comenzaron a subir su temperatura, empañando con el calor que irradiaban nuestros cuerpos las baldosas y espejos cercanos a nosotros. El no paraba de besarme y morderme por todos lados, me rodeo con sus fuertes manos y comenzó a pajearme mientras aumentaba el ritmo de su mete y saca, yo solo atinaba a gemir y morder mis labios, estaba a punto de correrme cuando de pronto…

Tin… tin… tin… tin… El molesto ruido de despertador indicaba que eran las 8:00a.m. Abrí los ojos de golpe, y malhumorado le arroje la almohada causando que se estrellara en el suelo, me quede un rato mirando al techo, regresando paulatinamente a mi realidad y analizando ese sueño del que me hubiera gustado no despertar jamás, lleve mis manos a mi entrepierna y comencé a sobar mi pene que estaba a tope y con rastros de liquido pre-seminal, me dirigí a la ducha aun bostezando, y estando allí me hice una memorable paja en el mismo lugar donde hace unos minutos me estaba por follar el chico que me robaba los suspiros, del cual no conozco ni su nombre, sonreí de lo absurdo que sonaba eso, pero no importaba.

Salí de la ducha, me puse mi uniforme escolar y demás cosas rutinarias para otro monótono día de clases. Me dirigí rumbo a la escuela con arduo entusiasmo por motivos obvios, quería verlo de nuevo, gravarme cada centímetro de él, cada facción, cada gesto, para que siguiera siendo el modelo perfecto de todos mis sueños y de todas mis pajas, ya que faltaba poco tiempo para la llegada de vacaciones y con ella mi graduación, y probablemente la ultima vez que vería a mi “chico especial” , apodo que decidí darle en lo que averiguaba su nombre.

Todo ese lio del fin de cursos y de que estos podrían ser los últimos días que pudiera verlo me tenia un tanto intranquilo, como siempre llegue media hora antes que mis compañeros, y me senté bajo la sombra del árbol que se encontraba a unos metros de la escuela donde era el punto de reunión con mis amigos, volteaba como tonto a cada instante en dirección donde el lunes pasado lo había visto llegar detrás de mi amiga Lucy, pero no aparecía por ningún lugar, ya había perdido las esperanzas de verle, cuando su cabello castaño reluciente como oro por los rayos del sol, me dieron la señal de alerta, venía caminando como de costumbre muy despreocupado y seguro de si, al verlo de pies a cabeza me produjo una extraña sensación en mi estomago, las típicas maripositas que revolotean al ver a esa persona especial.

Aun no se percataba de mi presencia, ya que iba absorto en la lectura de un trozo de papel, cuando paso frente a mi, me prepare para el intercambio de miradas como era habitual, pero esta vez, no ocurrió del todo igual, el giro su cabeza en mi dirección y me observo de una forma sumamente arrogante y fría, y con un gesto en su boca como de enfado que me noqueó por completo, haciéndome sentir terriblemente mal. Sin emoción alguna siguió su camino sin mirarme de nuevo dejándome como un completo imbécil.

Al poco tiempo llegaron mis amigos y entramos a la escuela, mi primera clase era “Física aplicada ”, no suelo ser distraído en esa clase ya que es muy importante conocer esos temas para el examen de admisión de la universidad a la que aspiraba entrar, pero lo que aconteció minutos antes con el chico me había bajado mis ánimos asta el suelo, y no ponía la mas mínima atención provocando dos llamadas de atención y una tercera que provoco que el profesor me sacara del aula, según el para que pusiera mis cosas en orden.

Salí sumamente molesto y un tanto irritado por ser el centro de atención de las miradas burlonas de mis compañeros, baje las escaleras y me senté afuera del laboratorio de computo, ya que mi próxima clase seria allí, me sentía muy abrumado por tantas cosas, así que saque mis auriculares y me dispuse a escuchar un poco de música. El labor de computo en el que estaba era el numero “dos” destinado para los alumnos de ultimo semestre y frente a este se encontraba el laboratorio de computo numero “uno”, para los alumnos de segundo y cuarto semestre, me encontraba con la mirada perdida cuando a lo lejos divise que venia la clase de mi “chico especial”, quienes se dirigían al laboratorio frente al mio, el destinado para su grado.

Logre reconocer de entre los estudiantes a una chica que vive cerca de mi casa llamada Ana, quien de inmediato me reconoció y me sonrió, le regrese el saludo y mire hacia otro lado para ignorarla ya que no tenía muchos ánimos de charlar, pero de pronto se me vino a la cabeza un plan siniestro.

No me gusta manipular a las personas, aunque soy muy bueno para ello, pero en esta ocasión debía hacer una excepción, la llame gentilmente y comenzamos a charlar de todo un poco, hace un año cuando Ana recién había entrado a la escuela, me mando saludar con mi amiga Lucy, ya que al parecer gustaba de mi, a lo cual para evitar sospechas con mis amigos y evitar problemas relacionados con un noviazgo “hetero”, le mande decir que igualmente, pero que tenia novia, así que quedamos como supuestos “amigos”.

En ocasiones me la topaba en el bus para ir a casa y habíamos charlado en otras ocasiones pero muy superficialmente. Se veía muy buena onda la chica, y no tardamos en encontrar algún tema de conversación, le conté que me habían sacado de clase y otras cosas triviales, notaba su coqueteo constante conmigo y en ratos me tocaba muy provocativa, lo cual me hacia sentir incomodo, pero me aguantaba por que era parte de mi plan, después de un rato mostrando interés en ella le pregunte de golpe

- ¿Oye Ana… y tienes novio? –Dije esbozando mi voz más seductora posible.

La chica se puso muy nerviosa y contesto de inmediato.

-¡NOO! Claro que ¡NO! ¿Porque preguntas? –Dijo rotundamente casi gritando, provocando que los chicos de alrededor giraran a vernos fugazmente.

-Lo que pasa es que ese chavo de allá, no deja de mirarte, por eso creí que era tu novio –Dije cabeceando en dirección a un grupo de chicos.

Efectivamente el único que miraba en nuestra dirección era el, mi “chico especial” quien se encontraba con sus amigos un poco retirado de donde nos encontrábamos. Su mirada era fría y calculadora, me veía como si estuviera sospechando lo que tramaba.

Ana sin disimular ni un poco giro su cabeza y lo vio, su reacción  fue soltar una carcajada y dijo, -¡Noo, para nada!, él es mi amigo Miguel –Dijo levantando su mano para saludarlo amigablemente, provocando que este se pusiera rojo y girara su cabeza a otro lado.

¡¡Eureka!!–Pensé- No me imaginaba que mi plan daría resultado, pero lo había echo, su nombre retumbaba en mi cabeza como si mi cerebro quisiera evitar olvidar ese nombre tan común, mire al suelo con una sonrisa triunfante y cambie de inmediato el tema de conversación, seguimos platicando solo unos minutos mas y le dije que tenia que repasar algunos apuntes y que además ya casi era hora de que ella entrara a su clase, claro eran pretextos para zafarme de ella y poder saborear mi victoria.

Ana se despidió y se fue con su grupo de amigas, las cuales comenzaron a cuestionarla del porque la había llamado mientras me veían y sonreían, creyendo que seria el futuro novio de su amiga o algo por el estilo. Yo volví a colocarme mis auriculares y cerré mis ojos, estaba realmente feliz, conocía su por fin su nombre y ya hasta había olvidado por completo su grosera actitud y el enfado que tenia a causa de haber sido expulsado del aula.

Al escuchar el timbrazo que indicaba la entrada a la segunda clase, vi a Miguel acercarse hacia el laboratorio de computo, frente a donde yo me encontraba, así que mire hacia otro lado para evitar incomodarlo, mientras él se recargaba en la puerta del aula como esperando algo o a alguien, la verdad me incomode mucho pues tenia la impresión de que me miraba y no tuve mas opción que voltear a verlo.

Miguel me veía fijamente a los ojos soberbiamente, sentía venir su gesto de desprecio en cualquier momento, cuando me sorprendió con una gran sonrisa en sus labios y sus ojos pasaron a una mirada llena de ternura, no me dio tiempo a nada cuando dio media vuelta, y entro a su clase. Quede totalmente desconcertado, confundido, no sabia por que se comportaba así, por mas que le daba vueltas a las cosas, no sabia que quería probar o conseguir comportándose tan de esa manera.

El día siguió transcurriendo y de plano para mal, las veces que me llegaba a topar con Miguel ni fugazmente se dignaba a mirarme, era como si no se percatara de mi presencia o de plano como si ya no le importara mas, como si hubiese olvidado que la semana pasada no hacíamos otra cosa que coquetearnos con ese estúpido juego de las miradas, el día finalizo y regrese a casa con gran desilusión dentro de mi, no sentía apetito y en toda la noche no pude dormir.

Al siguiente día, todo fue de mal en peor, comencé a perder toda esperanza e interés en el juego que tenia con Miguel, ya ni si quiera en los descansos iba a la cafetería con la esperanza de verlo, pues ya era constante su indiferencia hacia mi, me sentía muy confundido y no hacia mas que pensar el por que se su actitud, en una ocasión cuando salía del baño, justamente en ese instante entro Miguel, causando que yo frenara en seco dándole paso para que entrara por la brusquedad e indiferencia con la que se abalanzo casi empujándome, como si supiese que yo estaba a punto de salir, o no se, yo solo agache la mirada y salí casi corriendo de allí.

Ese día, mi última clase era de 5:00 a 7:00 p.m.  Tenia que seguir con lo de mi proyecto para fin de curso y estábamos esperando a que los de otra clase desalojaran el aula para comenzar a trabajar, cuando de pronto sentí una fuerte punzada en mi pecho, sentí como si lo estrujaran de tal manera que dejara de hacer su función principal, como si hubiese dejado de latir, mi ojos se abrieron de golpe, no podía creer lo que veía, estaba Miguel a unos metros de donde me encontraba, sonreía y se carcajeaba casi gritando, como para que todos, o mas bien yo, me percatara de que se encontraba allí.

Tenia a una chica muy linda tomada por la cintura, y justo cuando se aseguro que lo miraba, le planto un beso en los labios que hizo que mis ojos se inundaran de lagrimas, mientras la mirada de incrédula de Javi me miraba con verdadera preocupación, me frote con fuerza las lagrimas que se disponían a rodar por mis mejillas.

-¿Estas bien Pablo? –Pregunto Javi poniendo su mano en mi hombro.

Yo solo atine a sonreír con la mirada cabizbaja mientras no podía evitar que mis ojos segregaran unas enormes lagrimas de dolor, mire a Javi con dulzura mientras tomaba mis cosas, y con un intento fallido de hacerle creer que no tenia nada, solo atine a responder: –Estoy bien, solo quiero estar solo .

Dicho esto me fui echo carrera hacia las canchas de la escuela que a esa hora estaban desiertas, donde no aguante mas y comencé a llorar, a maldecir a todos, a maldecir a Miguel y a mi mismo por haber sido tan imbécil de enamorarme de un imbécil como el, mi corazón estaba desecho, y con el todos mis ánimos, mi cabeza se volvió un caos, y solo pasaban las imágenes de Miguel una y otra vez, de nuestros encuentros, de sus miradas, de aquella primera vez, cuando mis ojos se cruzaron los suyos y había sentido esa mezcla de sentimientos y dulzura en su mirada que me hicieron quedar completamente loco por el, pero ahora, ya no quedaba mas, todo se había ido a la mierda.

Lo único quería era que Miguel llegara y secara mis lagrimas, que me dijera que me amaba, como yo a él, y que todo estaría bien, pero eso era mas que obvio que nunca pasaría…

Seguía sentado en un lugar cercano a la cancha de futbol, alejado de todos. No quería que nadie me viera en ese estado, seguía llorando y susurraba el nombre de Miguel con desprecio, estaba de verdad devastado, quería correr, irme lejos de todo, olvidar lo que había ocurrido y jamás volver a verlo, era raro, pero mi cabeza me decía que debía odiarlo, supéralo y seguir con mi vida, pero mi corazón se rehusaba a ello, se rehusaba a sentir algo malo por la primera persona a la cual había amado, estaba al borde de la desesperación cuando sentí que alguien se posaba atrás de mi, y me rodeaba con sus fuertes brazos, me gire alterado, pero solo recibí de nuevo ese cálido abrazo y sus manos guiaron mi rostro hacia sus duros pectorales impidiéndome verle el rostro, quedando completamente inmovilizado…

Continuara…