Perdida en un apocalipsis zombie 5

Recordando parte de la historia ...

PERDIDA EN UN APOCALIPSIS ZOMBIE 5

Estábamos huyendo en el auto de una ola gigante que se había formado en la playa, tratábamos de alejarnos cada vez más, pero el camino por dónde íbamos era arena y piedras lo que impedía, los otros dos autos del líder y del anciano estaban a la par con nosotras, me fije demasiado tarde de una piedra más grande

-Cuidado con esa PIEDRA!!!!- grite -

Fue justo en ese momento en que el sonido que produjo el auto nos indicó que algo no estaba bien, la velocidad empezó a bajar y ese chirrido por la fricción de la arena y las llantas nos indicaban lo peor

-MIERDAAAA! No ahora- renegaba Alejandra -

Se detuvo el vehículo antes que se volcara, como la ola ya había reventado lo que se acercaba era lo que quedaba de ella pero a constante velocidad y arrasando todo a su paso, el anciano nos dejó subir a su vehículo rápidamente a la vez que aumentaba la velocidad de su vehículo, Alejandra ayudaba al anciano para que no chocara con ningún bache, mientras Aneth estaba echa nervios y me abrazaba y me los transmitía dígase de paso.

-No quiero morir, no quiero morir, no así- me decía sollozante -

-No te preocupes, al menos tenemos algo de distancia para que no nos alcance- ledecía tratando de calmarla-

-Pueden callarse de una vez!- con un tono fuerte hablaba Alejandra -

Ella estaba sentada adelante en el asiento de copiloto, mientras que yo estaba al lado de Aneth atrás, pero para que nos gritara giro todo lo que pudo mirándome sobre todo a mí, después de eso solo se escuchaba el ruido del auto y el del agua que se acercaba, cerré los ojos y pensaba igual que Aneth no deseaba morir en una circunstancia así, tenía que conocer al menos quien era y que es lo que hacía en ese lugar….

-El agua está casi cerca de nosotros, no hay forma de escapar- hablaba el anciano -

Abrí los ojos y muy cerca había una construcción bastante grande, parecía un centro comercial

-Metan el auto en ese lugar- mientras lo señalaba-

-Estás loca- decía Aneth -

-No nos queda de otra- dijo Alejandra -

Y así metieron el auto rompiendo el vidrio de la puerta principal, mientras frenaban lo que podían para quedar finalmente muy cerca de una columna, el sonido del agua era más tenue, pero luego en segundos entro en la estructura, otro ruido seco se produjo, mientras a nuestro alrededor no se veía nada, estaba todo turbio, las ventanas de la camioneta trataban de contener el agua fuera, pero parecía que la presión iba aumentando

-No quiero morirrr, no quiero- hablaba una temblorosa Aneth-

-Cálmate viviremos- respondí con seguridad -

-Prepárense para respirar 1….2…..3.-

Cuando termino de contar el anciano ya se habían roto los vidrios y el agua ingresaba rápidamente al auto, podía sentir lo fría que estaba, me concentre en aguantar la respiración el mayor tiempo posible, trataba de no pensar en nada, pero una imagen se hizo presente en mi mente, me veía en un lugar de color blanco, sonreía airosa en una mano tenía un tubo de ensayo con una sustancia de color verduzca, con cuidado lo rocié en un hámster muerto dentro de su jaula y en cuestión de segundos este animal revivió, pero no como antes, sino ya putrefacto, incompleto, como…….UN ZOMBIE.

La presión que sentíamos por el agua comenzaba a disminuir y al abrir los ojos me di cuenta que seguíamos dentro de la camioneta en ese mismo centro comercial, pero ya no había agua, pero la camioneta estaba destrozada y nosotros todos mojados.

-Debemos de salir ahora mismo, tal vez pueda regresar de nuevo el agua con otra ola- hablaba el anciano -

-Está bien vamos

Salimos de la camioneta como pudimos, para luego correr o al menos eso intentábamos, tratábamos de avanzar lo más que pudiéramos, toda la tierra estaba húmeda, indicaba hasta donde podría llegar la siguiente ola, no me salía del asombro de saber que la imagen que tuve antes fuera real, no quería creerlo

“Viajare me hare rica y famosa ahora, con esto quien sabe que se podría hacer, quizá la inmortalidad” hablaba airosa con esa chica a la cual ya reconocía solo por recuerdos, sí con Dalia.

“Lo compartiremos entonces, será mitad mitad” me respondía dándome un beso en los labios

-Casi lle….gamos- casi sin aire dijo el anciano -

-Ya no puedo más- se quejaba Aneth -

-Miren ya no se ve tierra mojada, podremos avanzar más lento desde aquí- hablaba Alejandra más reposada

Desde allí caminábamos para seguir alejándonos del lugar, estaba confundida, o prefería estarlo, mi mirada era al suelo, no quiero pensar lo que creo es, no, yo no…

-Hey, cálmate, ya pasamos lo peor, ahora nomas toca caminar más, lejos de la costa estaremos bien- con voz tierna me hablaba la fierecilla mientras tomaba mi mano-

-……- yo no respondía

-No vas a morir, no voy a dejar que eso pase si?- mientras seguíamos caminando -

“No voy a dejar que mueras aquí!, tienes que vivir!!!, así que vámonos” esas palabras sonaban tan parecidas, pero lo dijo Dalia, en algún momento en ese auto azul que ahora ya debía estar destrozado por la ola, porque se empeñan en que viva, que les puedo decir, que es mi culpa que estén pasando por todo esto?, no me parece justo para nadie, ni el hecho de que tenga recuerdos tan fragmentados, sí eran parte de mí y sí era una realidad.

Caminamos más hasta empezar a subir a una especie de montaña en la cual se había formado un camino de rocas que nos permitía subirla en forma de curva, el cansancio en nosotros se hizo evidente, nos detuvimos a descansar a mitad de camino mientras nos sentábamos y volteábamos a ver hasta donde había ido ese tsunami

-Menos mal que solo llego a alcanzarnos la cola que quedaba y no la gran ola- hablaba el anciano mirando el panorama de destrozos generados-

-Pero ahora no podremos ir a la Atlántida, no tenemos mapa…- decía Aneth -

-Mi celular….

Era cierto mi celular lo tenía el líder, Julián, pero hasta el momento que comenzamos a huir del tsunami no lo habíamos visto, el anciano nos brindó ayuda cuando se descompuso nuestro auto y de él no sabíamos nada.

-No tengo mi celular, no sé cómo haremos para llegar a ese lugar- lo decía con tristeza -

-Miren hacia allá, pueden ver eso- señala con su dedo índice Alejandra -

Giramos nuestros rostros hacia esa dirección y pudimos observar una ciudad muy grande, todo de un color uniforme gris, coincidimos en pensar que

-ATLÁNTIDA!- al unísono -

-Estamos más cerca de lo que pensábamos- hablo el anciano -

-Sera cuestión de ir, pero ahora no tenemos nada ni armas ni auto, nada- comentaba Alejandra -

-Sin contar con que casi nos mata ese tsunami- reclamaba Aneth -

-Sera difícil pero tenemos que ir, tal vez en el camino encontremos provisiones y armas….- continuaba el anciano -

Mientras continuaban con la charla sentados, pensaba porque estaba aquí, con ellos, si supuestamente fui parte de la creación de esas criaturas, porque no podía recordar más que pequeños recuerdos, porque esa chica llamada Dalia quiere que vaya a esa ciudad, si este grupo supiera la verdad como reaccionaria, si Alejandra supiera la verdad, ¿me odiaría?

-Heyyyy, te estoy hablando y no has dicho nada, ¿estás bien?

Me gire para ver y Alejandra me estaba hablando con un rostro de preocupación, no estaba el anciano ni Aneth, tarde en dar una respuesta lo que hizo que continuara hablándome

-Me estas preocupando, ¿qué tienes?- insistía -

-Na..nada- con tono bajo -

No tenía ánimos de responder de como realmente me estaba sintiendo, ¿culpa? Creo que eso describía perfectamente cómo me sentía

-Bueno, de todas formas tenemos que ir con los demás se han adelantado por lo tarde que es nos quedaremos aquí, mañana es probable que busquemos una forma de llegar a esa ciudad que parece que fuera la que estamos buscando, así que vayamos

Se levantó de lo que estaba sentada y me ofreció su mano de nuevo, nuestras ropas estaban más secas del sol que hubo mientras caminábamos, aunque eso hizo que tuviéramos sed, cuando llegamos al final del camino estábamos en un lugar algo más plano, poca vegetación y muchas casas rusticas, parecía un pueblo y también se veía abandonado, el anciano nos hizo un ademan para acercarnos ya que parece que habían encontrado comida, nos acercamos hasta llegar a una especie de estanque pequeño, allí había muchos peces con los que pudimos alimentarnos, para luego pasar la tarde instalando el lugar donde descansaríamos y poder prepararnos para mañana.

Nos instalamos en una de esas pequeñas casas, teniendo el cuidado pertinente de que no hubiera invitados indeseados, es decir zombies, teniendo con nosotros algo para atacar ya fuera palos para golpear que era que lo que pudimos encontrar.

Cuando ya estaba a punto de dormirme sentí un cuerpo cálido detrás de mí, cerré los ojos mientras escuchaba un

“No estás sola, te acompañare hasta la Atlántida sin importar que pase”

CONTINUARA………..

*Gracias por leer y comentar, la verdad me morí casi de risa con respecto a la batería interminable del celular, es cierto también me gustaría una batería así: ) *

*si me dieran ideas se los agradecería muchísimo también *