Pérdida en el cibermundo CAP. II

La primera toma de contacto con el mundo cibernético,donde tiene todo un mundo por descubrir.

Los primeros mensajes no tardaron en agolparse en mi página, varios holas sin sentido, estaba claro que por algún sitio había que empezar pero... me aburrían soberanamente los "Hola, ¿Qué tal?" Más que nada porque no atraían mi atención, ni tampoco se desmarcaban del resto invitándome a contestarles.

Los nicks los había muy variados y de todos los colores desde moreno29, solitoencasa, maduro52, simpatico36, moteromad sin duda hubo uno que llamo mi atención "entrayhabla" algo conciso e intrigante, otra cosa no, pero a curiosa no me ganaba nadie, así que me dispuse a contestarle.

  • Entrayhabla: ¿Ocupada? ¿Interrumpo?

  • Chicatimida: Hola, ¡Qué va! Nada interesante a la vista.

  • Entrayhabla: Vaya, creo que me pasa lo mismo.

  • Chicatimida: Eso se arregla rápido.

  • Entrayhabla: Ah sí ¿Cómo?

  • Chicatimida: Con una buena conversación.

  • Entrayhabla: Bueno...Eso escasea un poco por aquí.

-Chicatimida: No sabría decirte.

Pero dados los nicks que veo no me extraña jajaja

  • Entrayhabla: ¿Sueles conectarte a menudo?

  • Chicatimida: Digamos, que soy nueva.

  • Entrayhabla: jajaja

Ya decía yo, no me sonaba leerte por aquí.

Tu nick ha captado totalmente mi atención.

  • Chicatimida: He de reconocer que el tuyo también.

  • Entrayhabla: Entonces genial.

Soy Sergio, ¿Y tú?

  • Chicatimida: Con lo bien que íbamos...

¿Es necesario saberlo?

  • Entrayhabla: No, necesario no.

Solo que me gustaría saber tu nombre.

Me gusta saber con quien hablo.

  • Chicatimida: Sara

Me llamo Sara.

  • Entrayhabla: Sara, encantado.

Tranquila, no soy un psicópata o algo parecido, no voy a ir a raptarte, aún.

Ese aún hizo revolverme de mi asiento, y ponerme un poco nerviosa.

  • Entrayhabla: ¿Y qué haces por aquí?

¿Te perdiste?

  • Chicatimida: Podría decirse que sí.

  • Entrayhabla: Aparte de ser una chica aventurera por lo que se ve.

¿Te gusta jugar?

  • Chicatimida: Me gusta jugar a todo

y no perder a nada.

  • Entrayhabla: Como todos.

Nos enseñan a ganar, pero nunca a perder. Pues a mi me gustaría que jugáramos juntos.

¿Te apetece?

  • Chicatimida: Depende de lo que se trate.

  • Entrayhabla: Sara, solo tienes que dejarte llevar...

Leer mi nombre en el texto de un extraño, utilizándolo de esa manera tenía su cierto morbo, tenía que reconocerlo.

  • Chicatimida: Me cuesta dejarme llevar.

  • Entrayhabla: Supongo que porque tiendes a controlarlo todo, sobretodo en tu trabajo, en tu día a día.

Pero ahora solo estamos tú y yo, aquí y ahora.

  • Chicatimida: Estaría más relajada con un gin-tonic en la mano, la verdad.

  • Entrayhabla: Pues tómatelo.

Eso me desconcertó totalmente.

  • Chicatimida: ¿Ahora?

  • Entrayhabla: Si, claro.

¿Quién te lo impide?

De hecho, yo voy a hacerme otro.

Así estaremos en las mismas condiciones. Avísame cuando estés.

Me levanté de la silla, abrí un armario y saqué la ginebra blanca, una copa bastante grande, como a David y a mi nos gustaba tomarla, llevé la ginebra en una mano y la copa en otra hasta la cocina, rebusqué en la nevera y ni rastro de tónica, empecé a mirar por todos los armarios, hasta verla al fondo de uno de ellos. Eso me hacía recordar que hacía tiempo que David y yo no salíamos a tomar algo, ni bebíamos en casa sin alguna excusa como antes, como mucho nos tirábamos en el sofá y veíamos alguna serie en Neflix hasta quedarnos dormidos o algún calentón rápido en el sofá.

Saqué los hielos del congelador y llené bastante mi copa, "esto sin frío no habría como pasarlo" me dije, un poco de Ginebra (bastante) los hielos ya se encargarían de aguar la mezcla, tónica, y la mitad de un limón solitario en la nevera (eso sí, sin nada de glamour) tirado dentro de la copa recién exprimido.

Dejé la copa en la mesa bajita de al lado del comedor, esa que solo sirve para dejar trastos, traje mi portátil para recostarme en el sofá y estar así lo más cómoda posible.

  • Entrayhabla: Sara

¿Estás?

  • Chicatimida: Sí, ya estoy.

  • Entrayhabla: Te ha costado, ¿Eh?

Miré muestra conversación y ya habían pasado 10 minutos desde que me había hablado por última vez.

  • Chicatimida: Lo bueno se hace esperar- escribí con una sonrisa picarona, aunque él no la veía, imagino que la intuía.

  • Entrayhabla: Eso siempre.

Las cosas lentas mucho mejor. Todo sabe mejor... despacito.

Como la canción jeje

  • Chicatimida: ¡Odio esa canción!

  • Entrayhabla: Tienes razón.

Donde estamos no puede sonar una música tan cutre.

  • Chicatimida: ¿Y dónde estamos?

Estaba empezando a gustarme eso de... dejarme llevar.

  • Entrayhabla: Yo acabo de salir con mis amigos de cena.

Estamos en un pub con música más ...

  • Chicatimida: ¿Música más relajada?

¿Rollo chillout?

Como si estuviéramos en Ibiza, pero en el centro de Madrid.

  • Entrayhabla: Mmm me parece bien.

Lo único que a mi amigo Nacho se le ha olvidado reservar noche de hotel

Y me temo que tampoco traigo pijama.

  • Chicatimida: Bueno, ¿Habéis venido en coche?

  • Entrayhabla: No, en ave.

  • Chicatimida: Pues me temo que os tocará dormir en la calle jajaja

  • Entrayhabla: ¡Qué mala!

  • Chicatimida: Mala no, realista.

  • Entrayhabla: A ver chicarealista...

Mi amigo Nacho se ha fijado en una de tus amigas, me ha dado un codazo para que me fijé en ella, pero mi atención se ha desviado en esa chica con una sonrisa siempre en sus labios, aunque desde aquí no la veo bien

¿Me ayudas?

  • Chicatimida: Pues es bastante compacta

Con buenas curvas, aunque no exageradas

jajaja

Pelo castaño claro, recogido.

Un vestido negro ceñido con algo de escote pero no demasiado, tacones no muy altos, y unos buenos labios rojos.

  • Entrayhabla: Esos labios rojos nunca pueden faltar.

Estoy de acuerdo contigo.

  • Chicatimida: Y a ti te imagino...

Moreno, ojos color miel con mirada profunda.

Unos vaqueros, algo cómodo abajo y una camiseta así más básica pero arreglada.

  • Entrayhabla: Camisa ceñidita, mejor.

En lo de la mirada acertaste, suelen evitar mi mirada.

  • Chicatimida: En ese caso creo que no dejaría mirarte.

  • Entrayhabla: A mi hace rato ya que me pasa.

No puedo apartar la mirada de ti y de tus labios rojos.

Imaginándome mordiéndotelos.

Pensar en sentir otros labios junto a los míos, estaba empezando a ponerme demasiado excitada.

  • Entrayhabla: ¿Puedes ponerte música? Deberíamos entrar en ambiente.

  • Chicatimida: ¿Más?

  • Entrayhabla: Espera, te paso este enlace.

Clicke en el enlace que me mandó sin rechistar (raro en mi), se abrió YouTube con una sesión, empezaba con esta canción "Stephan Bodzin- Powers of Ten" que me resultó muy sensual, entre el alcohol que iba entrando poco a poco, la música, pensar en un desconocido recorriendo mi cuerpo, mi mente se iba más allá de lo que pudiera imaginar.

  • Chicatimida: Me gusta esta canción.

  • Entrayhabla: Me alegro.

Ese era mi trabajo, saber lo que le gusta a la gente. He sido dj en algunos momentos de mi vida, hacer disfrutar con la música, es lo que me gusta.

Y verte bailar... Sería maravilloso.

Hacerlo pegado a ti, todo un regalo.

-Chicatimida: ¡Exagerado!

¿Y que hacemos con mis amigas?

-Entrayhabla: Tiré de ti hasta un lugar más íntimo, hace tiempo ya, que se fueron.

El aura que había envuelto nuestra conversación era como si yo ya no estuviera en mi casa, ni en ese sofá, sino en un rincón de cualquier pub, aunque eso poco importaba ahora, mi cuerpo se estremecía con cada palabra, con cada mirada que me imaginaba, con cada sutil calambre en mi entrepierna.

  • Chicatimida: Yo no lo he notado.

  • Entrayhabla: ¿Tengo que besarte para que te calmes?

  • Chicatimida: Emmm, sí... probablemente.

Suelo hablar mucho si estoy nerviosa.

  • Entrayhabla: En ese caso me gustaría calmarte con mis besos.

Pero muy lento

mordiendo tu labio inferior

siguiendo por tu rosado cuello.

  • Chicatimida: ¡Me matas!

  • Entrayhabla: Casi ni te he rozado amor,

solo te devoro con la mirada.

Y nota como mis manos se posan en tu cintura,

para después bajar a tu culo,

trayéndote hacía a mi.

Mi cuerpo hervía en ese momento, tenía mucho calor, y mi parte íntima estaba ya bastante mojada.

-Chicatimida: Mmmm

-Entrayhabla: Tu boca entreabierta, pidiéndome más,

mordiendo tu labio,

mientras mi mano roza por encima de tu braguita ya mojada.

Estaba apunto de tocarme, sentía el deseo y la necesidad de hacerlo, pero pensé en David, en como me gustaba que él me tocara, sabía que eso estaba mal, me salió casi sin querer, instantáneo.

  • Chicatimida: ¡Para!

No puedo más.

Apagué inmediatamente la sesión de música, que solo acababa de empezar, para cerrar el ambiente del cual me sentía completamente inmersa, me recogí el pelo con una coletero, obligándome a dar una pausa, pensar y sobretodo respirar.

  • Entrayhabla: ¿He dicho algo que no debía?

  • Chicatimida: ¡Noooo! De verdad,

solo que yo no debería estar aquí.

  • Entrayhabla: Sara, no se si he dicho algo que te haya molestado.

Si es así, lo siento.

  • Chicatimida: No es eso.

A lo mejor piensas que soy un poco dramática, y puede que en el fondo así sea.

  • Entrayhabla: No se lo que te pasa por la cabeza ahora.

La verdad, me atraes.

Creo que tenemos feeling, querría seguir hablando contigo, si tú quieres.

  • Chicatimida: Sergio

No te conozco de nada, me caes bien, de verdad.

Yo solo quería... pasar el rato.

  • Entrayhabla: Y a mi me encantaría pasar ese rato contigo, el que tú desees.

  • Chicatimida: No lo he dicho,

tampoco me has preguntado, tengo pareja. Y no creo que quiera o deba complicar las cosas en estos momentos.

  • Entrayhabla: Ese es tu pensamiento y lo respeto.

Yo tampoco voy seduciendo a chicas por ahí, contigo surgió, sin más.

  • Chicatimida: No te juzgo Sergio, me pareces un buen chico.

  • Entrayhabla: Pero.. aquí se acaba nuestra conversación, ¿No?

  • Chicatimida: Me temo que sí.

-Entrayhabla: No voy a insistir.

Si cambias de opinión estaré por aquí, mismo nick, mismo lugar.

Voy a cerrar esto, quizás me conecte más tarde.

No sabía que escribir, pensaba en un montón de cosas, pensamientos algo desordenados agolpándose en mi cabeza, tal vez por el calentón y la excitación de las palabras de Sergio.

  • Entrayhabla: Necesito que sepas que ahora mismo me voy a la ducha muy caliente, me temo que no voy a poder evitar tocarme pensando en ti y en tus hermosos labios rozándome...

Y se desconectó.

La cabeza me iba a explotar ¿Qué acababa de pasar? Conocía un chico del cual sabía prácticamente nada, pero me sentía como esas primeras veces que sales a ligar, en aquel pub con tus amigas y el chico del que te fijaste nada más entrar, se acercaba a ti, te comía la boca y además era adorablemente sexy, o por lo menos así me lo parecía.

Me sentía realmente tonta, bastante culpable, por hacer lo que estaba haciendo, cerré mi portátil y mandé un mensaje a mi amiga Mónica, pero estaba totalmente excitada, como hacía mucho tiempo.

Dejé el gin-tonic casi acabado en el fregadero, me fui hasta mi habitación, dejando el móvil encima de mi mesita, cogí un libro entre mis manos, era imposible distraer mi atención y no pensar en cualquier cosa que no fuese Sergio arrinconándome en cualquier lugar y dándome placer.

Fui al baño, me desnudé de arriba a bajo y me metí en la ducha, intentando rebajar la temperatura, mi cabeza seguía inmersa en esa conversación con Sergio, ahora mismo él se estaría duchando al igual que yo. Mis pezones se endurecieron, mi mano bajo tímidamente por la raja de mi coño, abriendo bien mis piernas empecé a introducirme dos dedos, mientras con la otra mano me sujetaba a la pared, seguía hundiéndolos con fuerza, cada vez más adentro, y el agua tibia me caía por la espalda, por los muslos...

Imaginaba a Sergio desnudo, besándome despacio, lento, besando mis pechos, mordiéndolos. Yo empezaba a moverme cada vez más, de forma sensual, deseando que fuera él, que fueran sus dedos metidos en mi coño, empujando hasta un tercer dedo en mi sexo, mojado, húmedo, seguía viendo a Sergio haciéndomelo desde abajo, observándome, me erguí y apoyé mi espalda en la pared, seguía metiendo mis dedos más al fondo y con mi otra mano tocaba mis tetas, pensar en Sergio haciendo exactamente lo mismo que yo, me ponía y mucho. Pero necesitaba más, quería sentir su polla, ya que no la tenía ahora para poder disfrutarla, alargue el brazo y cogí un bote de desodorante, que era lo que me pillaba más a mano, no muy gordo y alargado, lo hundí muy dentro de mi coño, jadeaba mientras iba metiéndolo cada vez más, mientras con la otra mano tocaba mi clítoris con movimientos circulares, volvía a sacarlo y lo metía con más fuerza, pensando que era él quien me envestía, estaba desatada, gemía, y una y otra vez, más, más, más, me sentía a punto de explotar.

Salí de la ducha lo más rápido que pude, con cuidado de no resbalarme, hasta alcanzar un espejo en el primer cajón, lo puse encima de la taza del WC, colocándome encima sin llegar a apoyarme, solo ligeramente la espalda para no perder el equilibrio, necesitaba ver lo que él veía, quizás para hacerlo más real, seguí bombeándome con mi desodorante, mirando hacía abajo de vez en cuando, y alzando la vista, obligándome a verme reflejada en el espejo, creo que nunca me había visto así, tan cachonda y jodidamente sexy, no pude parar de mirarme hasta llegar al más placentero orgasmo que recuerdo, se iba intercalando cada embestida con un mini orgasmo que no me dejaba parar, ni casi respirar, tanto que me dejó exhausta, ni recuerdo el tiempo que estuve dándome placer como si fueran las manos o la polla de Sergio.

Me enrollé una toalla, salí de la ducha y me dejé caer en la cama, coloqué mi cabeza hundida en la almohada, sintiéndome fatal, aunque nunca me había sentido tan empoderada, seguía algo excitada pero muy aliviada a la vez, por descargar toda la tensión acumulada. Me giré hacía la mesa, vi la luz de mi móvil parpadeando, abrí la pantalla, dos llamadas, un audio de Mónica y otro de David, más mensaje de mi jefe nuevamente.

-Sara, dame la confirmación de que pasaras mañana a por la clienta, no me has contestado y no sé si has leído mi email.

Le escribí enseguida para que no se me pasara, otra vez.

  • Perdona, se me había olvidado. Sí, lo tenía en cuenta, la recojo como habíamos quedado ¡Mañana te veo jefe!

Me gustaba llamarlo así de manera cariñosa, aunque a él le daba un poco de rabia, cosa que a mí me encantaba.

El audio de Mónica: ¡¡ Joder!! Si te acabo de contestar y no me haces ni caso. En fin, esta semana sin falta me paso por tu casa..

El audio era más extenso, pero ahora no me concentraba a escucharlo, así que lo dejé sin contestar, podía esperar hasta más tarde.

Audio de David: Cariño, acabamos de aterrizar, vamos a coger las maletas y vamos al hotel. Te había llamado porque cuando lleguemos vamos a descansar un rato y luego tú estarás durmiendo. Así que ya hablamos mañana, ¿Vale? Un beso.

Uff, no me apetecía contestarle por voz, y menos después de la duchita que había tenido. Le escribí un mensaje y listo:

  • Vale cariño. Cuídate, hablamos mañana.

Llamé a Mónica y ahora era ella quien no me lo cogía, parecía que nunca nos poníamos de acuerdo a veces, quería salir fuera q cenar y despejarme un poco.

Sonó el timbre de abajo, me sorprendí porque no estaba esperando a nadie.

  • ¿Quién?

  • Soy Mónica, ¡¡ábreme!!

Abrí, enseguida la vi subir por las escaleras, era un primero y le encantaba subir para hacer glúteos como ella decía.

  • ¿Porque no vives en un tercero? Así tendría un culo más imponente. ¡Traigo la cena! dijo levantando la bolsa y poniendo una sonrisita.

  • Si son las... 20:30 de la tarde ¿ya?- me sorprendí de la hora que era, el tiempo con Sergio había pasado demasiado rápido y en la ducha y fuera de la ducha, más.

  • Bueno, es algo que te gusta, así que no creo que te quejes.

Fuimos a la cocina a buscar todo, para cenar el delicioso sushi que Mónica había traído. Yo había dejado la botella de ginebra por en medio a la vista y la copa en el fregadero.

  • Vaya amiga, has empezado la fiesta sin mí ¿y no pensabas invitarme?

  • Pero si estás aquí.

  • Claro, porque me he plantado en tu casa.

Tendrás vino blanco, ¿no?- dijo mientras abría la nevera.

  • Sí, pero no está frío.

  • Eres un desastre para algunas cosas, ¿Lo sabías? Menos mal que me se un truco, de esos que veo por internet.

Le pasé la botella de vino blanco, la envolvió con un par de servilletas de papel mojadas y al congelador.

Tuvimos que esperar unos 10 minutos hasta que se enfrió, luego nos servimos dos copas y nos pusimos a cenar tranquilamente, hablando de nuestras cosas.

Seguíamos de sobremesa, aunque ahora en el sofá, un poco más cómodas, yo no paraba de mirar el reloj de reojo, mirando la hora que era, se estaba haciendo tarde y Mónica seguía en mi casa con una copa de vino entre las manos, signo que todavía le quedaba mucho para irse y eran ya las 23:00 de la noche.

  • Mónica, un momento- le interrumpí. Tengo que ir a poner el portátil a cargar, sino mañana no tendré nada de batería para el curro.

  • Vale, vale. Aquí te espero, pero no tardes que sino me aburro.

  • Ponte lo que quieras- le dije a la vez que le pasaba el mando de la televisión.

Fui caminando por el pasillo hasta el despacho de David, entorné la puerta y puse el portátil a cargar, en verdad poca batería me quedaba, aunque lo que quería ver era si Sergio se había conectado, fui a la página de terrachat y me conecté, pero esta vez sin nick, con uno numérico aleatorio que te da la propia página, fui a la lista de usuarios, fui bajando con el cursor desde la "a" hasta la "e", y allí estaba, como dijo que estaría.

  • Cfs3456: Hola Sergio, soy Sara.

  • Entrayhabla: Hola Sara, ¿Qué tal?

  • Cfs3456: Bien.

Oye, no puedo quedarme ahora mismo.

Aquí tienes mi número de teléfono "656 XX XX XX "

Ahora no me mandes nada, mañana hablamos.

-Entrayhabla: Vale.

No te esperaba

Pero me alegro que hayas cambiado de idea.

Hasta mañana.

Sin leer más o que me pudiera escribir, cerré la página y me fui directa al comedor.

  • He bebido demasiado como para conducir.- dijo Mónica cuando estaba justo entrando por la puerta.

  • Ya lo sé, quédate a dormir anda.

  • Gracias amiga.- dijo lanzándose a mi cuello, dándome un beso.

  • Pero vamos a la cama ya, he tenido un día agotador.- y excitante pensé para mis adentros.