Perdí la virginidad con mi tío

No estaba lista para perder mi virginidad, siempre imaginé que iba a ser algo romántico, y no así a las apuradas, pero me gustaba la idea de ser desvirgada por él, se recostó sobre mi cuerpo, su pene buscó la entrada de mi vagina,

Estaba muy nerviosa, y excitada. De solo pensarlo me daba vergüenza, pero a la vez, quería pasar tiempo a solas con mi tío. Tal vez, mi falta de experiencia no le gustó, y ya no haríamos nada, tal vez sí, no sabía que pensar, y pronto lo sabría.

Al día siguiente, del hecho que les conté fue complicado, mamá le había encargado varias cosas para hacer a mi tío, y mi hermano estaba mas molesto que de costumbre, por lo que no tuvimos tiempo de estar a solas. Fue muy frustrante. Esa noche en mi cama, y sin dejar de pensar en lo que me había hecho, puse mi mano derecha bajo mi tanga y me empecé a acariciar mis labios vaginales, pasándolos entre mi rayita, y jugando con mi clítoris, tratando de recrear el día anterior en mi cabeza, mis dedos se empezaron a mojar, y pude relajarme un poco, por lo menos liberé un poco de tensión, me lamí los dedos, me limpié mi conchita con la sabana y me fui a dormir.

Al día siguiente, estábamos los tres solos, mi tío, mi hermano y yo. Habíamos almorzado, y mi tío dice:

  • Comerían helado, Uds.?

Si, claro, dijimos los dos al mismo tiempo.

Sacó plata del bolsillo y le dijo a mi hermano que vaya a tal heladería, que era mejor helado, que no era así, había heladería mejores cerca, pero mi hermano no discutió y se preparó para ir.

  • Que gustos traigo, preguntó?

  • Lo que quieras, anda, que me muero de ganas de comer, dijo mi tío.

Prácticamente lo hecho, en realidad quería comer otra cosa. Luego me di cuenta.

Mi hermano salió. Mi tío se aseguró de trabar con llave por dentro, y vino a toda prisa a buscarme, me levantó y cargó hasta la habitación de mis padres.

Me tiró contra el colchón, revote de lo fuerte que me tiró, el saltó a la cama encima mio, y me sacó el short rosa a toda prisa, lo tiro lejos y me quiso sacar la tanga a toda prisa, pero la terminó rompiendo, era mi tanga más linda, me la puse por mi tío, esperando usarla con él, era blanca lisa, pero de todas las que tenía era la que más ajustada me quedaba, y me marcaba muy bien mis partes íntimas.

Su boca devoró mi conchita, parecía un perro devorando su comida, me llenaba con su saliva, su lengua lamía mis labios, mi clítoris, se metía dentro de mi tajito, me lo recorría, me penetraba mi orificio, me volvía loca, me hacía mojar toda, mi espalda se arqueaba de placer, me hacía gemir, mis pezones estaban durísimos, me encantaba sentir el roce de sus labios en toda mi vagina, con mis piernas le apretaba la cabeza, para que no se detenga, podría tener a mi tío comiéndome de por vida, lo amaba tanto, me hacía sentir tan bien. Me seguía mojando cada vez más, pensé que me iba a venir en su boca, pero de golpe paró.

Se desabrochó el pantalón, sacó su miembro, se escupió la mano derecha y se refregó con su saliva en todo su pene.

No estaba lista para perder mi virginidad, siempre imaginé que iba a ser algo romántico, y no así a las apuradas, pero me gustaba la idea de ser desvirgada por él, se recostó sobre mi cuerpo, su pene buscó la entrada de mi vagina, no sin antes tocar mis labios con su cabeza, se sintió bien rico, cuando la encontró, hizo presión, mucha presión.

  • AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, AYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY

Me hacía doler, me lastimaba su pene largo y venoso.

Sentía como lo iba metiendo, a la fuerza, muy violentamente y sin parar un segundo.

  • AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

Parecía que lo excitaba más mi dolor, y más duro me embestía.

  • Te gusta perrita, se que te gusta la verga de tu tío.

Era una sensación rarísima, sentir, como me la abría, como se estiraba, y sentir ese pedazo de miembro penetrarme dentro de mi ser.

  • AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

No sabía cuánto me la había metido, pero podía sentir un buen trozo dentro, y no se detenía, y con cada embestida, lo sentía a mi tío más adentro.

  • Mmmmmmmmmmmmm, como te gusta la pija del tío amor, te la devoras toda.

En una de las embestida, mi vagina cedió a la presión y me la enterró hasta el fondo, sentí sus huevos chocar contra mi cuerpo.

  • AYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY.

Me hizo lagrimear, me asusté al sentir todo su miembro dentro, me parecía mentira que mi cuerpo tenía dentro todo su pene, sus 18 cm. Estaba mas asustada que adolorida, me preocupaba como me iba a quedar.

Traté de calmarme y disfrutar el momento, respiré hondo, mientras mi tío no paraba de sacarla y meterla hasta el fondo, al cabo de unos segundos, lo hacía tan fuerte que me desplazaba hacia arriba en la cama, mi cuerpo era impactado una y otra vez, y no podía concentrarme para disfrutar el momento.

Mi tío tenía toda la cara mojada de sudor, que caía sobre mí. En la frente tenía un par de venas que parecían que iban a explotar.

Con su dos manos me tomó de la cabeza, me miró fijo, sus ojos parecían descolocados, parecía un loco, y largó todo su semen dentro de mi ser, dando un grito de desahogo.

Muy agitado, se tomó unos instantes para recuperarse, y besó mi labios.

  • Abrí la boca.

Obedecí.

Y metió su lengua dentro de mi boca, su lengua buscó la mía, y me dio mi primer beso de lengua, traté de moverla lo mejor que pude, pero me sentía torpe, pero me encantó sentir su lengua jugando con la mía, mientras el pene de mi tío se iba achicando dentro de mi vagina, hasta que se salió solo.

Me besó un minuto más y se levantó. Su pene flácido colgaba, y no dejaba de verlo, me di cuenta que tenía algo de sangre, sabía que sangraba la primera vez por lo que no me asusté, solo me dio vergüenza, haberlo manchado.

  • Mierda, manchamos las sábanas. Dijo mi tío.

Había sangrado bastante.

Se acomodó el pantalón y me pidió que me moviese, sacó las sabanas y las llevó a lavar inmediatamente.

Me terminé de sacar la tanga rota, agarré el short que lo había tirado fuera de la habitación y fui al baño.

Me la limpié con papel, aún tenía restos de sangre, y me seguía saliendo la leche de mi tío de adentro.

Me miré la vagina, y estaban bien rojos mis labios rosados, y se notaban distintos, metí mis dedos entre estos y podía sentir lo abierta que me había dejado mi tío.

Me dolía con solo tocarme, la sentía muy irritada.

Me puse el short y fue a ver a mi tío.

  • Te ayudo? Pregunté.

  • Si, destrabá la puerta por dentro que debe de estar por llegar tu hermano.

Mientras iba, pensaba en que me había olvidado de mi hermano completamente, no era buena hermana pensaba, lo había cambiado por el pene de mi tío, me reía por dentro.

Tuvimos unos cuantos minutos mas antes que vuelva mi hermano.

  • Estás bien? Te di duro, pero sé que podías con eso, mi perrita hermosa.

  • Si, tío, todo bien.

  • Ya vengo, me dijo.

Fue a su cuarto y trajo unos remedios.

  • Ni te pregunté, cuando tuviste el periodo?

Le respondí con vergüenza.

  • Perfecto, estamos bien, pero igual tomate esta.

Me dio una pastilla, me hizo tomarla en ese momento y me explicó que era la del día después.

  • No pasa nada, pero mejor prevenir, imaginate si se enteran tus padres que te dejé embarazada. Y te compré anticonceptivas, así las vas tomando y no nos preocupamos por nada.

Por lo visto mi tío pensaba llenarme de leche seguido, me gustó la idea.

Mi hermano entró, tomamos el helado, la pasamos muy bien los tres hablando, riéndonos.

Cuando terminó el lavado y secado de la sábana, la cambiamos cuando mi hermano estaba en su otro mundo jugando con la consola.

Había quedado unas manchas muy claras, pero había quedado bastante bien, pensé que no iba a salir la sangre fácilmente.

Mi giñó el ojo mi tío y me agarró la nalga izquierda mientras salía.

Me encantó, me sentía como parte de algo, que solo los dos compartíamos, y me encantaba ser parte de eso tan prohibido, tan peligroso como excitante a la vez. Ya no era virgen y me hacía sentir especial, que había madurado, que ya era grande, al menos eso sentía en ese momento.

Me fui a mi cuarto a hacer mis tareas, hasta que vino mamá y la ayudé a hacer la cena.