Perder la cabeza por una muchacha joven 2
Continúo disfrutando de Cyntia pero las cosas al final no son tan bonitas como parecen.
Me desperté y vi que no había nadie en la cama, quizás había sido un sueño... pero yo sabía que había sido real, me puse el pantalón y me dirigí a la cocina y entonces la vi a ella.
C- Veo que se te han pegado las sábanas - riéndose-.
F- Un poco -con una media sonrisa-.
C- Quieres tomar algo?
F- Ya me lo preparo yo, gracias.
Me fijé en su tazón y se estaba tomando un cola cao, allí estaba con una camisetita blanca y con unas braguitas de color blanco. Me encantaba verla allí de pie y mientras me miraba, yo no sabía si estaba a gusto o por si lo contrario tenía ganas de irse, así que le pregunte.
F- Si quieres algo más o no te gusta algo me lo dices -tragué toda la saliva que pude-.
C- Me encanta estar contigo y es que realmente eres encantador y lo mejor es que me siento muy cómoda en todo momento.
F- Sabes de ti, me gusta que eres igual de preciosa por la noche que de buena mañana.
C- Gracias- sonrojándose-.
Estuvimos un buen rato charlando, durante el desayuno y me fijé en que no perdió detalle de todo lo que había en mi casa, mi mujer era la reina de la opulencia le gustaba tener cosas caras aunque nadie viniera a nuestra casa.
Nos arreglamos y la acompañe al apartamento que compartía con sus amigas, yo intentaría comer algo por algún lado, no había tenido tiempo de prepararme nada cuando a punto de dejarla le pregunté.
F- Y tus amigas no encontrarán raro que vengas a estas horas?.
C- No dirán nada, se imaginarán que he pasado la noche con alguien, no temas no pasará nada, ahora me iré un rato a la playa.... no trabajes mucho.
F- Adiós y no tomes mucho el sol.
C- No temas que el sol no penetrará tanto en mi piel como tú en mi cuerpo.
Me quedé anonadado con lo que me dijo, mientras ella se dirigía hacia el portal. Era mi última noche antes de que volviera mi mujer, yo no sabía si ella quería volver a quedar o si por el contrario lo nuestro había sido un polvo de una noche.
Sin muchas ganas me fui a trabajar: el día estaba siendo caótico por la carga de trabajo, cuando a eso de las 5 noté que en mi móvil no paraban de entrar mensajes: No sudes mucho guapo, no trabajes tanto, eres un sol, no te hagas daño.
Así que pensando en que contestarle me decidí a llamarla, había tenido una idea para la noche y quería saber si estaba dispuesta a salir conmigo en aquella última noche de "soltería".
Marqué el número y esperé unos segundos a que contestará.
C-Hola guapo cómo va el trabajo?
F- Bien muy sudado, y tú me imagino que disfrutando de la playa?.
C- Hoy piscina, mis amigas estaban dormidas y no tenía ganas de ir a la playa sola.
Yo no sabía cómo decirle para quedar, así que con todas mis fuerzas dije lo que pensaba.
F- Sabes...yo...me gustaría quedar contigo esta noche, no sé si tú quieres -estaba sudando la gota gorda-.
C- Pensaba que no me lo ibas a pedir.
Cuando oí aquella frase pude sentir en mí una liberación, ella quería quedar conmigo.
F- Hoy elijo yo el plan, ponte guapa...aunque no creo que haga falta.
C- No te defraudaré, dónde me llevaras?.
F- A un buen restaurante que conozco y que creo que te gustará.
C- Estoy de acuerdo, tengo ganas de verte.
F- A las 21:45 te paso a buscar por casa?.
C- Perfecto, hasta la noche cariño.
F- Besos, guapa.
Lo primero que hice fue llamar al restaurante: el menú los sábados noche era de 40 euros por cabeza y el local se llenaba con facilidad, fue así que llamé y tuve la potra de encontrar mesa.
Cómo bien imagináis las horas se me hicieron eternas en el trabajo esperando el momento para volverla a ver.
Llegué a casa, me duché y preparé con mimo mi ropa: Pantalón negro, camisa blanca y unos zapatos que sólo me podían para ir algún evento.
Decidí coger el coche de mi mujer, era un Lexus Gs de color negro, que estaba en la segunda planta del parking y que casi nunca utilizaba, para mi mujer era algo como marcar un status de poder.
Cuando arranqué el coche me sentí nervioso como si fuera la primera vez que quedará con Cyntia, pero en esta ocasión no quería que nada quedara al azar.
Aparqué enfrente del edificio donde vivía y ella aún no había salido, me empecé a poner nervioso cuando ella hizo su aparición.
Decir guapa era quedarse cortó; llevaba una falda negra por encima de su rodilla y un top de color negro, siendo de noche ya me fijaría de cerca. Lo jodido es que no me veía hasta que me bajé del coche.
F- Cyntia estoy aquí que no me ves.
C- Es que con este coche no te conocía.
Ahora que la vi de cerca me fijé en que llevaba un top transparente que dejaba entrever sus sujetadores de color negro, estaba increíblemente guapa, le abrí la puerta y ella se sentó fue entonces que nos pusimos rumbo al restaurante, llegaríamos en unos 30 minutos o así, todo dependiendo del tráfico.
C- No sabía que tenías este coche.
F- Es de mi mujer y ella casi ni lo utiliza, es más creo que lo compro por aparentar.
C- Es muy bonito sin duda.
F- Más bonita eres tú, estas espectacular.
Quería sacar de la conversación a mi mujer, no quería qué nada arruinará aquella noche.
Me sentía raro, no era lo mismo estar en casa donde nadie te podía ver, que salir a un restaurante dónde estaba expuesto ante los ojos de la gente.
Conseguimos aparcar cerca del restaurante y fue entonces que me fijé en sus zapatos: eran unas sandalias de tacón de color plateado, ese era el broche perfecto para todo el conjunto, además de llevar el pelo con una cola al lado izquierdo con un lazo negro en la punta.
Entramos y nos atendió un señor de mediana edad que se fijó en ella al instante, no sé lo que debió pensar pero yo tampoco hice ningún ademán para decirle quien era.
Nos dieron en una mesita en un rincón dónde sólo había un par de parejas mayores.
Empezamos a comer y vi en sus ojos que le gustaba la comida (faltaría menos con lo que valía el menú).
C- Esta delicioso, pero yo no tengo tanto dinero para pagar esto.
F- Yo no tengo mucho dinero pero un día es un día.
C- Muchas gracias...porqué eres tan bueno conmigo?.
F- Porqué me gusta cómo eres y no digo sólo en los aspectos más sexuales.
C- Entiendo, por cierto no sé si te molestará lo que te voy a preguntar.
F- Pregunta.
C- Por qué no tenéis hijos?
F- Digamos que llevo años auto engañándome, diciendo que no quiero pero diría que es mi mujer que no quiere y sabes que los hijos son cosa de dos y ya soy mayor para estas cosas.
C- Te pido perdón por si te ha incomodado esta pregunta.
F- Te doy las gracias, porqué es un peso que llevo dentro y me siento como liberado de explicárselo a alguien. -me emocioné y me puse un pelín triste-. Perdón.
C- No tienes que pedir disculpas eres una persona con sentimientos, yo me veo teniendo hijos, pero no sé con la persona ni en el momento, nunca se sabe que nos deparará el futuro.
Tenía 20 años y era súper madura para esta edad.
Hablamos de cosas en general durante la cena (que se me hizo cortísima) y nos reímos, yo por extraño que fuera la miraba a la cara, aunque no lo podía negar mis ojos a veces se iban hacía otras partes de su cuerpo.
Al acabar los postres me dijo ella:
C- Voy al baño un momento.
F- Tranquila tomate tu tiempo.
Aproveché para pedirle al camarero la cuenta, ya que no quería ponerla en el aprieto de que intentará pagar ella, regresó y entonces fue cuando me dijo.
C- Sabes a quién me he encontrado?
F- A quién?
C- A Tomás tu amigo de la Uni.
F- Y que te ha dicho?
Ahora estaba intrigado, yo no lo había visto y es que ahora estaba intrigado.
C- Me dijo que era raro verme por aquí y que disfrutará de lo poco que quedaba de verano y sobretodo que me preparará para el nuevo curso, aparte de esto no me pregunto nada más, tu tranquilo que no he dicho nada de ti.
Salvados por la campana pensé, creo que Tomás no se hubiera escandalizado pero no tenía ganas de tentar a la suerte.
Salimos del restaurante y cerca de allí había un local con terraza en el piso superior, donde podríamos tomar algo y dónde la música estaba a un volumen más que correcto, no sé por qué pero en aquel momento me importaba poco que nos viera alguien.
C- Gracias por invitarme, no hacía falta.
F- Gracias a ti por compartir estos momentos.
C- Que tonto eres a veces, ahora te invito yo.
Y allí sin que pudiera decir nada me besó, devolviéndole yo aquel beso y es que ahora no nos escondíamos, a pesar de que yo tenía mucho que perder.
C- Qué quieres tomar?
F- Un martini con limonada.
Yo me quedé allí viéndola dirección a la barra, creo que algunos de los de allí se nos quedaron mirando, no entendían como un tío como yo estaba con un bellezon como ella y que parecía más mi hija que mi pareja.
F- Gracias por invitarme.
C- De nada.
F- Que bebes tú?
C- Un tequila sunrise.
Nos habíamos quedado en una esquina de la pista, ella bailando y yo mirándola mientras bailaba y no paraba de mirarme, muchos tíos de allí se habían fijado en ella y es que no era para menos.
Me miré el reloj y vi que eran las dos de la mañana, la noche iba avanzando y me gustaba estar con ella pero ahora notaba como sentía algo más que una simple atracción sexual, para mí era algo diferente.
F- Te apetece que te lleve a un sitio especial para mí?.
C- Si por favor, llevo mucho rato de pie y estos tacones me están matando.
Salimos cogidos de la mano y nos fuimos a buscar el coche.
C- A dónde vamos?
F- Es un sitio al cual me gusta ir para desconectar de todo y al que nunca he llevado a nadie.
C- Pues si es tan especial para ti, llévame.
Cogimos el coche y me dirigí hacia la carretera que llevaba cerca de la playa y entonces me aparté hacia un camino que no estaba asfaltado, hicimos un par de kilómetros, mientras ella no decía nada. Llegamos y aparque el coche cerca de un acantilado.
F- Ya hemos llegado.
Se desabrochó el cinturón y bajó, se estaba perfecto de temperatura.
C- Que bonito el lugar, es precioso.
Nos acercamos al precipicio y entonces le cogí la mano.
C- Eres un romántico.
F- Eso es malo?
C- No para nada, es que los chicos de mi edad solo piensan en follar y tú al menos intentas cuidar los detalles.
F- Es que quiero que el tiempo que compartamos juntos sea especial.
Fue entonces que le dije para sentarnos en el capó del coche y lentamente empecé a acariciar su pelo con mis manos. Cyntia se giró hacia mí y de la misma manera nos empezamos a besar, eran besos cortos, casi caricias, estuvimos así un rato hasta que ella se levantó y se puso enfrente de mí, yo agarré su culo y la hice venir lo más cerca de mi rostro, ahora nos empezamos a besar de una manera más ardiente ya que nuestras lenguas estaban desatadas, cómo bien entenderéis mi pene ya había empezado a tomar forma ante tal situación.
Poco a poco noté cómo iba desabrochando mi camisa, me dejé hacer y es que me encantaba de la manera como lo hacía, lo hacía de una manera sensual, hasta que soltó el último botón, pasaba mi lengua por mi torso desnudo; lamía mis pezones y hasta llegar al ombligo, mientras sobaba mi paquete que ahora si ya estaba totalmente duro como una piedra.
C- Veo que tienes algo aquí en el pantalón que está muy apretado.
F- Creo que un poco.
Me bajó la cremallera y con su mano me la sacó, me dolía de lo dura que estaba y allí apoyado en el capó y ella en cuclillas empezó lentamente a saborear mi punta de una manera deliciosa, pasaba la lengua por mi punta y a la vez la succionaba mientras veía que con su otra mano se acariciaba su cuerpo, así estuvo un buen rato hasta que comenzó a metérsela en la boca y nuevamente no sé cómo la hacía que pasaba su lengua mientras me la comía, aquello era celestial, ella controlaba los tempos para que no eyaculara, veía mi cara de satisfacción cada vez que ella levantaba los ojos.
C- Le gusta esto a mi hombretón?.
F- Si muchooo..pero como continúes así no creo que aguante mucho más.
C- Eso no, que yo también quiero pasármelo bien.
Ella subió hasta la altura de mi boca y nos volvimos a besar, cuando acabamos de nos miramos y sin que yo le dijera nada Cyntia se estiró encima del capó del coche, dejando a la vista aquellas preciosas piernas.
Me dirigí hacia su falda la cual subí de manera lenta hasta su cintura y allí me encontré con un precioso tanga negro que le aparté y es que deseaba introducir mi polla en aquel coño, acaricié sus labios y noté su excitación. Cyntia no paraba de gemir ante tal situación y fue así que me preparé y comencé a ponerla dentro de su coño y es que yo deseaba disfrutar y que ella disfrutará también.
Así que empecé lentamente a penetrarla de una manera lenta pero con ritmo y es que la altura del coche y sus tacones no eran los idóneos pero a pesar de todo yo lo estaba disfrutando el problema era saber si ella gozaba o no.
C- Fede no pares que me gusta...estas cómodo?.
F- Me cuesta un poco en esta posición, pero si a ti te gusta a mí también.
C- Continúa un rato más y yo te aviso, me encanta como lo haces.
Alucinaba con la comprensión que tenía, para mí era inaudito que una persona de su edad pensara en que sentía la otra persona en aquel momento y es que ahora yo agarraba su culo con todas mis fuerzas.
C-Ohhhh. que bien no pares.
Cuando noté como le temblaban las piernas y es que había tenido un orgasmo brutal.
C- Dios mío...no sé cómo lo haces pero me encanta-con voz de satisfecha-.
F- Intento que te lo pases bien.
C- Tú también te lo tienes que pasar bien.
F- Cómo?
C- Sácamela y verás.
Así que fui saliéndome de dentro de su agujero y noté su corrida en mi polla, estaba toda pringosa de sus jugos, en aquel momento ella aprovecho para levantarse y quitarse el tanga.
C- Lo voy a guardar en el bolso porqué creo que ahora ya no me hace falta. -con una sonrisa picarona-.
F- Creo que no.
Ahora en aquel momento yo estaba muy caliente y la hubiera continuando penetrando pero entendió que yo en aquella posición no le tenía pillado el truco, cuando miró mi polla nuevamente.
C- Me encanta ver lo dura que la tienes.
F- Esto lo provocas tú.
C- Siéntate aquí mientras bebo agua y ahora continuaremos, me encanta como me haces gozar.
Yo no dije nada pero que te digan esto te hace sentir muy pero que muy bien.
Me senté en el asiento del conductor.
C- Aquí no, en este -indicando su asiento-.
F- Perdón, que cosas.
Aproveché para quitarme los pantalones, ahora estaba totalmente desnudo y con mi polla como un resorte me puse en el asiento del pasajero y lo tumbé un poco.
Pasados unos segundos apareció ella: se quitó la falda, el top transparente y los sujetadores quedándose desnuda ante mí, solo se había dejado puestos los zapatos.
El espectáculo era único: una belleza como Cyntia, el mar, la luna y todo en un entorno único.
No podía dejar de mirar su cuerpo en la oscuridad, mientras para no perder la compostura empecé a acariciar mi pene.
C- Deja de tocarte, que ahora vengo yo a ayudarte.
Dejé de tocarme, tenía todo el asiento tirado hacia atrás y la puerta abierta.
Ella fue acercándose lentamente hasta que se acomodó entre mis piernas y fue cuando noté que había encontrado mi pene y que se lo estaba introduciendo muy lentamente y con suavidad inaudita, empezó a mover su cuerpo mientras yo miraba su rostro y notaba que en aquella posición ella no paraba de disfrutar, yo agarraba su culo con todas mis fuerzas y que vaivenes eran continuos, no paraba de gemir como una loca.
F- Ohhh me encanta...sii..
C- No pares por favor sigue así...sii que bien.
Y no sé qué me pasó en aquel preciso momento en que ella abrió los ojos y la mire y solté unas palabras únicas.
F- Ohhh..cariño..ohh te quiero....así hasta el fondo, dios como me gusta.
C-ooohhh si.
Yo pensé que aquello era el fin, estaba disfrutando con ella del mejor sexo de mi vida y a la vez de descubrir la persona que me llenaba en todos los aspectos, una parte de mi deseaba que no me hubiera oído.
C- Si cariño, yo también te quiero, ohh..si...me encanta..si dioooos.
Era una de las declaraciones de amor más raras vistas en el mundo, así que continuamos con nuestra posición un buen rato. Aproveche para comerme aquellas maravillosas tetas, con aquellos perfectos pezones que me volvían loco, me las metía las dos en la boca.
C- Cómetelas cariño....ooh me encanta más, más.
Estaba en el paraíso pero también notaba que no podría aguantar mucho más con la sesión que me estaba dando, con semejantes meneos ella se había vuelto a correr, madre de dios como lo hacía se notaba que le encantaba follar.
F- Cyntia lo siento, no podré aguantar mucho más.
C- Tú tranquilo, correte.oooh.
Y fue así que con el último ritmo de sus caderas y con mi polla en el fondo de su coño empecé a notar como mi leche salía disparada dentro de aquel maravilloso agujero, lo había sentido de una manera totalmente diferente de cómo había ocurrido la noche anterior....simplemente era diferente.
Estábamos sudados y totalmente extasiados y abrazados. Pero tenía otro problema dentro de mí y es que no sabía si el "te quiero" que ella me había dicho era por su pasión o si lo sentía de verdad como yo.
Lentamente ella se levantó y vi como de su coño aún salían restos de semen.
C- Vaya abuelito que estás hecho.
F- Y eso?.
Yo no recordaba lo de abuelito, hasta que ella me lo comentó.
C- El día que nos vimos en el restaurante me dijiste que eras un abuelito, lo que pasa que te tienes en baja estima y eso a mí no me gusta, vaya meneos que me has dado.
Y yo continuaba sin saber si ella me quería o es que yo me había encoñado de una mujer que podía ser mi hija, dejé de pensar en aquello solamente quería disfrutar del tiempo a su lado.
Nos empezamos a vestir, yo acabé antes y me dirigí hacia al acantilado a mirar al horizonte: el mar estaba en calma, la luna brillaba y yo había compartido unos momentos maravillosos con una mujer a la que amaba, pero continuaba preguntándome si ella sentía lo mismo, cuando vi que ella se acercó a mí.
C- Que te pasa? -con una cara seria-.
F- Nada es que me encanta este sitio y a tu lado aún más.
Viendo que ella no decía nada, me imaginé que ella no sentía nada "más".
C- Coge el móvil y grábame aquí que quiero grabar un vídeo.
F- De acuerdo.
Se arregló un poco el pelo y me miró a la cámara.
C- Ya.?
F- Si mujer.
C- Nunca en la vida me hubiera imaginado estar en un lugar tan bonito como esté y decir lo que ahora voy a decir: Te quiero.
Como entenderéis la cara de bobo que se me quedó fue épica, yo comiéndome el tarro mientras ella ya lo tenía todo preparado, dejé de grabar después del beso y dejé el móvil encima del capó.
C-Cuando te he visto tan serio me lo he imaginado, querías saber si yo sentía lo mismo, la verdad es que sí, me he enamorado de ti a pesar de todo y no sólo en el aspecto sexual, sino en cómo eres tú.
F- No sé qué decir me he quedado sin palabras, pero a partir de mañana todo será diferente. -me faltaba poco para arrancar a llorar-.
C- Lo sé...mañana llega tu mujer, pero quiero que sepas que el tiempo que estemos juntos lo quiero aprovechar al máximo.
Ahora fui hacia ella y le di un beso en los labios de manera muy casta, nos dirigimos al coche (que olía a una extraña mezcla de sexo y sudor) y nos fuimos hacia mi casa, los dos estábamos cansados y por extraño que os parezca teníamos ganas de dormir juntos en la misma cama como una pareja formal.
Eran las 11:30 de la mañana y abrí los ojos, ella estaba a mi lado llevaba una camisetita y su culo al aire, estuve tentado de hacer algo pero me contuve, era demasiado bonito el momento como para romperlo.
Me pegué una buena ducha, fui a la cocina y prepare: Zumo, tostadas y cola cao, cuando lo tuve todo preparado la desperté.
F- Buenos días Cyntia.
C- Que hora es?.
F- Las 12.
C- Que tarde es.
F- Ya lo sé.
C- Pero aún tenemos tiempo para estar juntos.
Esta frase me llegó al alma, decidme tonto.
F- Pégate una ducha y ven que el desayuno se enfría.
La dejé allí y al cabo de 10 minutos ya estaba allí, con su pelo mojado, una camiseta de manga corta que dejaba sus hombros al descubierto y una minifalda tejana.
C- Que buena pinta que tiene todo, yo con un café o un cola-cao y una galleta ya tengo bastante, pero muchas gracias por preparar semejante desayuno.
F- Lo mismo me ocurre a mí, soy de comer poco.
Desayunamos los dos juntos y aún nos quedaba un buen rato para estar juntos hasta las 7 de la tarde que llegaría mi mujer.
Aquel día fue irrepetible para mí: fuimos a pasear, a la playa, a comer a un restaurante y siempre guardando un poco las distancias que no fuera que alguien nos viera juntos, aunque pensándolo bien poco me importaba y por último a limpiar el coche como si fuéramos una pareja más.
Pero llegó el momento que yo no deseaba; el de la despedida y allí enfrente de aquel bloque de apartamentos la tenía que dejar. Ella para mí era única, era la mujer que me había devuelto las ganas de vivir y de la cuál ahora me tenía que despedir, aquella situación me provocaba cierta tristeza.
C- No estés triste, es solo una despedida, piensa que siempre que quieras y puedas nos podremos volver a ver.
F- Ya lo sé, pero el tiempo sin ti será muy duro.
C- Para mí también será difícil estar sin ti, pero hemos de intentar continuar con nuestras vidas y encontrar aquellos pequeños instantes para estar juntos.
F- Lo intentaremos.
Sin duda alguna sería complicado para los dos, la vi cómo se alejaba lentamente en dirección al portal mientras yo me preparaba ir a recoger a mi mujer.
Los días pasaban muy lentamente en el día a día con mi mujer. Me sentía vacío y sin ganas de vivir y lo peor era que mi mujer me amaba y eso aún me hacía sentir peor y es que yo no quería lastimarla, pero era su felicidad o sentirme muerto cada día de mi vida.
Durante una semana no tuve ningún contacto con Cyntia, hasta que un día empezó ella a enviarme mensajes cariñosos, ella no se había olvidado de mí y yo le contestaba también con emoticonos románticos.
Mientras trabajaba pensaba en ella, en que haría y con quién estaría. Ella era libre de hacer lo que quisiera: era joven y lo normal es que ella se mezclará con chicos de su edad, yo sabía que ella se merecía algo mejor que yo, pero me aferraba a la idea de poder tener algo con ella.
El tiempo había pasado volando y ya habíamos llegado a 10 de octubre y mi contrato de trabajo se había terminado, así que pensé que algún día podría quedar con ella y decidí a llamarla, lo intenté hasta 3 veces al día y nada siempre me salía el buzón de voz.
Pasados unos días empecé a recapacitar y me di cuenta que en los últimos días ella ya no me enviaba ningún mensaje. Ahora lo veía claro ella no quería saber nada de mí, me sentía utilizado.
De manera muy lenta empecé a olvidarla, me costaba mucho ya que cada dia pensaba en ella, las horas se convirtieron en días y estos en semanas, los recuerdos de ella se iban borrando, incluso el Lexus donde habíamos disfrutado de nuestra sexualidad ya no existía. Mi mujer había decidido cambiarlo por un Mercedes Clase S.
Ahora sabía lo que había sido amar, pero también había descubierto que las palabras se las llevaba el viento y que lo que ella sentía por mí era una mentira.
Un día recibí una llamada y era Tomás, me llamaba para decirme que había sido un niño y que estaba en el hospital y qué si no podía venir él no se enfadaría.
Eran finales de noviembre cuando iba a entrar al hospital y me crucé con Cyntia, estaba como siempre incluso diría que más guapa iba acompañada de un chico y cogidos de la mano y sonriendo nos miramos y me miró con cara de asombro, parecía que me iba a decir algo, pero ella no dijo ni una palabra. Aquello me dejó marcado ya que todo lo que ella sentía por mí ahora veía que era falso.
Al final del todo pensé que no me podía quejar, había disfrutado de unos días de sexo con una mujer joven y lo único que sabía es que a partir de aquel momento lo único que tendría en mi vida sería la más absoluta oscuridad, mientras iba hacía la habitación todo apesadumbrado me crucé con Carol (la rubia), ella era la amiga de Cyntia, por un momento pensé que no me diría nada.
C- Hola que tal como te encuentras?
F- Bien- con cara de sorprendido- por qué?.
C- Lo que te ha hecho Cyntia no tiene perdón
Ahora sí que estaba extrañado, que le había contado.
F- El que me ha hecho?
C- No te hagas el sorprendido que lo sé todo. Si se veía de lejos que os gustabais, pero ahora todo ha cambiado, aunque alguna explicación me ha dado y no me lo acabo de creer del todo.
Me explicó que ella no lo tenía claro lo de estar con un hombre que podía ser su padre y que siempre tenía que llevar ella el ritmo en el sexo, que era muy cariñoso y buena persona, pero que ella no podía estar con un hombre que no tenía un trabajo estable y que había un chico de otro curso que a lo mejor era lo que ella necesitaba y no un hombre sin esperanzas.
Me dejó alucinado con la explicación eso me acababa de hundir en la mayor de las miserias, cuando entonces me miró a los ojos se acercó lentamente y en un momento en que no pasaba nadie por el pasillo me susurro al oído.
C-Sabes tú sí que me pones y mucho desde el día que quedamos para cenar, tuviste suerte de ir acompañado porqué sino aquella noche los dos lo hubiéramos pasado muy bien, pero ahora que no estás con ella los dos podemos disfrutar y mucho.
F- Pero yo estoy casado- como intentando sacar hierro al asunto-.
C- Que yo sepa también estabas casado hace unos meses y bien que te follaste a Cyntia.
Madre de dios: era alucinante como me retrataba Cyntia.
C- No tengo ningún problema en decírtelo que si quieres algo, ya sabes dónde encontrarme...espera que te doy mi dirección de instagram-, así tu mujer no sospechará y si necesitas solo una amiga con quien hablar aquí me tendrás.
Y sin tiempo para decir nada me besó en el cuello.
C- Espero que me digas algo.
Ella fue en dirección a la salida, mientras yo iba a ver al bebé de Tomás.
Cuando entré en el hospital era el hombre más desgraciado del mundo por haber visto a Cyntia y en sólo unos minutos Carol me había devuelto de nuevo las ganas de vivir.
Ahora tenía que pensar le hacía caso a una rubia espectacular que me pedía tema y que sería mi mayor venganza contra Cyntia o por el contrario seguir con mi vida de pena.