Perder la cabeza por Carol 3
Mi tercera cita con Carol es tan extraña al final de la velada que me quedo sorprendido, aunque una llamada puede cambiar muchas cosas.
Después de nuestra última conversación vía whatsapp decidí no molestarla mucho ya que cómo me había comentado ella durante nuestra comida en el restaurante ella estaba muy ocupada con sus estudios y es que era en su último año de carrera y entre trabajos y exámenes casi no tendría tiempo para nada.
Ella no me tenía que dar ninguna explicación, nuestra relación había quedado aclarada y yo no era nadie para ella, sólo un compañero de juegos sexuales por decirlo de alguna manera.
Habíamos llegado al mes de febrero y mi mujer empezaba a trabajar nuevamente, eso quería decir vuelta a la rutina diaria y más disponibilidad para poder quedar si se diera el caso. Por extraño que fuera durante aquellos días solo tuve la necesidad de masturbarme en dos ocasiones y es que de sexo con mi mujer nada de nada, es más el último polvo lo había echado con Carol y desde esto ya hacía un mes aproximadamente.
Ese primer lunes de vida rutinaria me levanté con ganas de hacer algo y la primera persona en la que pensé fue en Carol, hacía tiempo que no sabía nada de ella y pensé en quedar ni que fuera para tomar un café. Después de pensarlo bastante le envié un mensaje a Carol para preguntarle que le parecería quedar para tomar algo. A los pocos minutos me contestó pidiéndome perdón y me comentó que no tenía tiempo para nada y que estaba muy centrada en sus estudios (era cierto su cuenta de instagram estaba realmente parada), que este finde no tenía plan y que si quería quedar para comer se lo dijera.
Haciéndome el tonto le pregunté a mi mujer que cómo iba el trabajo, me contestó que esta semana iba muy atareada y es que menos el viernes y el domingo, todos los días se iría sobre las 10 y no regresaría hasta las 9 de la noche.
Viendo lo que me había planteado decidí arriesgarme y que viniera Carol a comer a casa (de paso me ahorraría un pastizal en ir a un restaurante).
El martes al mediodía llamé a Carol y no me contestó, al cabo de diez minutos me llamó ella.
CA- Perdón es que me pillas muy liada ¿querías algo?.
F- Había pensado en que si... ¿querías quedar para comer en mi casa?
CA- Me lo tengo que pensar.
F- Si no quieres quedar más conmigo, o has encontrado otra persona dímelo que no me enfadaré.
CA- Ya sabes que el día que me canse de ti te lo diré -con tono de enfado-, y espero que este comentario no me lo vuelva hacer nunca más, si quiero quedar ya te llamaré, adiós.
Me colgó la muy...y es que realmente no había sido buena idea eso de llamarla. El día fue avanzando y gracias a que tenía cosas que hacer me olvidé del chasco que me había llevado. El martes por la mañana sobre las ocho de la mañana cuando fui a abrir el móvil me encontré con un mensaje que decía: Lo siento si te contesté mal es que aun no entiendo cómo me haces ciertas preguntas, en cuánto a la respuesta es...sí me gustaría venir a tu casa a comer.
Durante el resto de la semana me sentí vivo nuevamente, pero era una felicidad extraña ya que le estaba siendo infiel a mi mujer, pero ver a Carol no sé por qué hacía sentirme realmente vivo.
Ese sábado mi mujer se fue de buena mañana. Yo estaba acostumbrado a quedarme solo durante horas en las que llegaba al aburrimiento absoluto pero este sábado sería diferente y dónde el aburrimiento no tendría cabida con la llegada de mi invitada.
Arreglé un poco la casa y preparé la comida: una mezcla de lechugas con una salsa vinagreta, de segundo un solomillo a la pimienta y como colofón un helado de chocolate acompañado de una mousse de yogur. Dejé la mesa preparada y lo más elegante posible, aunque por mucho que lo negará no creo que ella viniera a degustar solo la comida.
Le mandé la dirección exacta y entonces pensé que a lo mejor no había sido tan buena idea lo de que viniera a comer casa, ahora tenía miedo de que algún vecino nos pillará, aunque al cabo de unos minutos deseché de mi mente todo esos pensamientos negativos.
Eran las 12:50 cuando sonó el timbre del telefonillo.
F- Si.
CA- Abre soy Carol.
Abrí el timbre y miré que todo estuviera bien, antes de que llegará y le diera al timbre decidí abrir la puerta y sorprenderla.
F- Haces cara de frío.
CA- Cómo se nota que nos has salido a la calle.
Se acercó y me dio dos besos en las mejillas.
F- Tienes la cara helada.
CA- Ves cómo no te mentía.
Me fijé en que llevaba su precioso abrigo negro y unos zapatos de medio tacón negro, pero lo que destacaba realmente era su pelo totalmente alisado.
A los pocos segundos se fijó en una foto de mi mujer y yo el día de mi boda.
CA- Parecéis felices aquí.
F- Si al principio todo es bonito, pero después los sueños se van cayendo por el camino.
CA- Por eso estamos tu y yo aquí, por cierto traigo una botella de cava para los postres.
F- Muchas gracias.
Me quedé helado con su respuesta y en parte era cierto si uno se trae a una que no es su mujer a casa es porqué algo no marcha bien.
Llegamos al comedor y se sacó su abrigo dejándolo junto a su bolso en una esquina del sofá.
Me fijé en su vestimenta y como siempre iba elegante, aunque en esta ocasión algo más comedida: llevaba una blusa blanca y una falda negra a la altura de las rodillas y es que cómo siempre ella estaba espectacular, ahora estaba tentado de decírselo, después de pensarlo durante unos segundos se lo solté.
F- Estas muy elegante con este conjunto -ahora estaba sudando-.
CA- Muchas gracias, es quizás un poco serio.
F- Yo lo veo muy elegante, me ha sorprendido este look.
CA- Ya sabes que yo no voy vestida así normalmente, pero hoy he acompañado a mis padres al tanatorio y mi madre me ha dicho que tenía que ir bien vestida y parecer decente. Se había muerto un compañero de trabajo de mi padre, el pobre hombre tenía cáncer y en tres meses todo se ha acabado para él, me caía muy bien este señor, aunque su hijo era el maldito cabrón aquel.
F- ¿Y que has hecho cuando lo has visto?
CA- Le he dado el pésame por obligación, el señor me caía muy bien pero ya sabes que opino de su hijo y tenerlo que aguantar allí con su novia...pero bueno ahora estoy aquí y no quiero enfadarme.
Parecía algo más calmada pero con ella la calma duraba poco y ahora estaba a la expectativa de con que respuesta tajante me contestaría.
Durante el aperitivo le ofrecí cerveza y me comentó que quería vino, realmente desconocía muchas cosas de ella, la comida fue un éxito ya que todo le gusto (o me lo hacía creer).
CA- Es muy bonita esta casa, se nota que es tu mujer la que tiene pasta.
F- Si, ella ha sabido labrarse un futuro y yo por el contrario he tenido poca suerte en los trabajos.
CA- A veces la suerte no existe y piensa una cosa: muchas veces el dinero no siempre da la felicidad.
F- Eso es cierto.
Saqué el cava y brindamos.
CA- Gracias por una comida deliciosa.
F- Gracias a ti -que tonto había sonado-.
Después de comer nos sentamos en sofá, estábamos relajados con nuestra copa de cava aún en la mano.
Estaba esperando a ver que me decía, si venía a por su ración de sexo como en nuestras últimas "citas" o si al contrario venía más calmada y es que no lo podía negar ese look tan sencillo me ponía y mucho. Aunque también pensé que quizás había venido por compromiso y que hoy no tendría ganas (algo que sería muy raro en ella).
Al cabo de unos segundos de estar pensando fue ella la que dio el paso, ya que sentados allí en el sofá empezó a acariciarme mi pierna izquierda con las yemas de sus dedos al cabo de unos minutos aquellos dedos ya se habían situado a la altura de mi cremallera y haciendo crecer mi pene dentro de mi pantalón, cuándo de golpe me dijo.
CA- ¿ Echaste algún polvo con Cyntia aquí? -tono serio-.
F- Con ella lo hice en la cama.
CA- De acuerdo ya puedes seguir.
Su estilo no había cambiado es más creo que me había acostumbrado a este tipo de contestaciones.
Allí sentada en el sofá cuando me tuvo hiper caliente y viendo que mi miembro luchaba por salir de su guarida me bajó mi cremallera y bajó mi slip hasta que la vio toda larga y dura y muy lentamente empezó a pasar su lengua por mi glande, el placer que sentía era inmenso. Así estuvo un buen rato hasta que empezó a tragársela como si se tuviera que acabar el mundo, mientras yo acariciaba su culo y subiéndole un poco la falda para empezar a magrear aquel magnífico culo que tenía, pero allí me topé con sus medias de toda la vida que no dejaban que la pudiera acariciar aquello que se escondía debajo de sus bragas. Si quería continuar disfrutando de su cuerpo tendría que sacarse las medias pero estaba tan a gusto con lo que me hacía que no le dije nada, aunque una parte de mi se moría por qué se despojará de su ropa.
CA- Espérate que ya me sacó las medias, que son muy incómodas de llevar para lo que estamos haciendo.
F- Son practicas diría yo, en mi opinión.
CA- Las de liguero o silicona son más prácticas para estas ocasiones, pero con estas no paso tanto frío.
Se levantó se quitó los zapatos y acto seguido hizo lo mismo con las medias y quitándose las bonitas bragas que llevaba y deslizándosela lentamente hasta que cayeron al suelo.
Cómo se había levantado y después de él buen trabajo que le había hecho a mi polla decidí recompensarla a ella, pero también me moría de ganas de continuará con la mamada que me estaba haciendo.
F- ¿Te gustaría hacer un 69?.
CA- Me encantaría que me metieras tu lengua hasta el fondo de mi coño, mientras te como la polla..mmm. -mordiéndose el labio-.
Dicho y hecho, me quité los pantalones para estar más cómodo y quedándome solo con mi camisa, ella aprovecho para quitarse la falda y quedando ante mí sólo con su blusa y mostrando unos elegantes sujetadores, que escondían aquellos magníficos senos que poseía.
Me estiré y ella se acopló a la perfección encima de mi cuando noté que volvía a meterse mi polla dentro de su boca y es que casi la succionaba mientras yo no paraba de pasar mi lengua dentro de su clítoris y sin dejar ningún pliegue de su sexo sin lamer, mientras ella cada cierto rato sacaba su boca de mi polla.
CA- Ohhh si....si....sii.
Mientras yo continuaba con mi trabajo noté como sus flujos llegaban a mi boca y es que acababa de pegarse una corrida brutal y es que casi parecía que se había meado. A pesar de que había llegado al orgasmo continuó lamiendo mis huevos como si le fuera la vida en ello, mientras yo no paraba de acariciar su cuerpo e intentando sobar aquellos pechos que notaba cerca de mi piel y que yo deseaba que salieran de su cautiverio, estaba muy caliente y ahora si que deseaba follármela.
F- Para mujer que me voy a correr y yo no soy un jovencito.
CA- Ya lo sé, pero es que me encanta sentir tu polla dentro de mi boca.
Se levantó y puso su cola en pompa y con mi polla que ya estaba como una piedra me preparé para penetrarla, yo lo intentaba hacer con mimo que era al contrario de cómo le gustaba a ella.
Empecé a penetrarla de forma lenta a mí me gustaba que lo notará a diferencia de ella que quería sexo duro, lo que me dejo perplejo y que parecía que no le disgustaba del todo.
CA- Hummmm si, así dame más.
F- ¿Te gusta?.
CA- Si, si continúa...mmmm
Cada embiste que le daba en mi forma de penetrarla provocaba que sus tetas se fueran saliendo lentamente de aquellos sujetadores que las tenían retenidas, lentamente empecé a subir mi ritmo y noté que sus gemidos iban en aumento
CA- Ahhhh si me corro siiiiiiiiiiiii, más fuerte.
Ante sus órdenes yo continué con mi penetración de una manera cada vez más endiablada, ahora ya no seguía mi ritmo, por una vez era yo el que iba más rápido que ella.
CA- Necesito cambiar de posición, ufff menudo meneo que me estás dando hoy.
F- ¿No te gusta o que?.
CA- Me encanta, pero déjame tomar el control a mi ahora.
Me puse de pie y posteriormente me tiró en el sofá, mientras ella aprovechaba para quitarse la blusa, lo hizo bastante lentamente y por último se quitó los sujetadores por el cuál asomaban aquellos magníficos pechos, se acercó a mi y poco a poco fue introduciéndose mi polla hasta el fondo, pero esta vez con una delicadeza que no recordaba, ahora la dejé a ella que tomará el control absoluto de la situación, yo lo había dado todo en la anterior posición y parecía que no le había disgustado.
F- Ohhh si, me encanta.
CA- Sabía que te gustaba..mmm.
Ella se mordía el labio mientras no paraba de subir y bajar y es que notaba un placer único con sus movimientos, con mis manos empecé a acariciar aquellos senos suaves y tersos que me enloquecían, pasaba mi lengua por aquellos pezones y es que yo notaba mi calentura en cada poro de mi piel. Ahora el que estaba llegando a mi orgasmo era yo y es qué a diferencia de ella, para mí sería el único.
F- OOOhh, no creo que aguante mucho más en correrme.
Tenía que avisárselo ya que con ella nunca sabías dónde ibas a acabar, pero esta vez me sorprendió.
CA- Tranquilo, tu continúa así...quiero notarte dentro...oh si.
F- ¿Seguro?
CA- Si por favor, lléname....ohh.
Y ahora si, juntando su ritmo con los balanceos de su cuerpo empecé a notar como mi cuerpo empezaba a convulsionar sabiendo que ahora me iba a correr.
F- Me corrrro.....oooo.
CA- Ohh si... lo noto si...
Noté como mis chorros de semen salían directamente disparados hacia el fondo de aquel maravilloso agujero y dejándome una sensación de placer inaudita, cuando paso algo que nunca pensé que sucedería.
Lentamente se fue acercando a mi rostro, me miró a los ojos y acercó sus labios a los míos empezó a besarme con una dulzura inaudita en ella, mientras yo acariciaba su pelo y es que sentía como su lengua recorría cada rincón de mi boca y es que por extraño que fuera nunca nos habíamos besado, aún la sentía dentro de mi y es que estaba sorprendido por su actitud, no sabía si era por su estado de ánimo pero me encantó.
Poco a poco fue separando su boca de la mía y yo estaba sin palabras después de la manera en que acabó nuestra sesión de sexo, está había sido totalmente diferente.
Al cabo de unos instantes se levantó.
CA- Me voy al baño a asearme un poco...guapo.
F- Ve tranquila yo iré al aseo a asearme también.
Recogió su ropa y se fue al baño, yo estaba exhausto después de aquella sesión. Me fui al aseo y me miré al espejo y es me se sentía realizado aunque también pensaba que tarde o temprano ella se cansaría de mi ya que era joven y guapa y yo un simple cuarentón.
Cuando llegué al comedor ella estaba allí totalmente vestida cuando me dijo.
CA- ¿Tienes algo para beber?
F- ¿Que quieres?
CA- Un refresco, tengo la garganta seca.
Se la bebió casi de golpe y es que con tanto esfuerzo debía estar seca.
F- ¿Estás bien?.
CA- Si perdón, es que tenía sed.
Se la bebió casi de golpe, y es que realmente estaba sedienta. Fue entonces que miró el móvil y empezó a leer mensajes y vi en su rostro cierta cara de preocupación.
CA- Me tengo que ir es una urgencia, mi madre me ha llamado diciendo que a mi hermana la han ingresado en el hospital hace una hora, no es ninguna broma si quieres léelo y te pido un favor necesitaría darme una ducha y es que no quiero que mi madre me vea.
F- Lo que tú necesites ¿quieres que te acompañe?.
CA- Muchas gracias por ofrecerte, pero tengo que ir yo sola y ver que le ha sucedido a mi hermana.
F- Lo entiendo.
CA- Gracias.
La vi realmente nerviosa. Le di una toalla y se fue a la ducha en 5 minutos salió de ella. Cogió su abrigo y su bolso y la acompañe a la puerta y justo antes de salir me dejó nuevamente sin habla.
CA- Me ha encantado sentir tu lengua jugueteando con la mía, ha sido realmente delicioso, lo siento pero me tengo que ir.
F- Adiós.
Vi como cogía el ascensor y se iba. Cuando se fue ella aproveché para ventilar un poco la casa. Al cabo de una hora recibí un mensaje de voz al que le siguieron otros más.
CA- Hola...uff lo siento por haberme ido así tan rápidamente, mi hermana se ha desmayado en medio de la calle y pensábamos que era algo grave y es que hoy no había casi desayunado y a la hora de comer casi no ha probado bocado. Su cuerpo se había quedado sin energías, pensábamos que era algo más grave ya que hace un par de años tuvo ciertos problemas de salud que un día ya te contaré, esta noche la pasará en observación y mañana si todo va bien a casa.
F- Me tranquilizas y es que estabas echa un flan al irte y me tenías preocupado.
CA- Gracias por tus palabras y sobre todo por comprenderme, te lo agradezco mucho..ahhh, y un placer haber comido y pasado la tarde en tu casa...sabes lo tendremos que repetir.
F- Sin duda...cuídate...buenas noches.
CA- Buenas noches.
Mi mujer no tardaría en llegar y es que ahora me estaba empezando a encariñar demasiado de ella, sabiendo que quizás ella no sentía lo mismo por mi persona.
La semana comenzó como cualquier otra y dedicándome a mis actividades diarias. (barrer, fregar, cristales), cuando recibí una llamada, el teléfono no me sonaba de nada. A lo mejor podía ser para un trabajo así que contesté.
F- Si.
A- No me conoces hombre después de tanto tiempo.
F- Hombre Álex cuanto tiempo si sentir tu voz.
A- Ostia pensaba que ya no te acordabas de mí.
F- Si hombre, pero este número no me sonaba de nada.
A- Cambié de móvil y perdí varios números incluso el tuyo y es que te llamaba para decirte que me caso.
F- Enhorabuena.
A- Muchas gracias y lo siguiente es que me gustaría que vinieras a la boda.
F- Esto lo veo más complicado.
A- ¿Por qué?
F- Por mi mujer, ya sabes que ella....
A- Yo te enviaré la invitación, eso si mándame tu dirección porqué sino no llegará y recuerda si o si tienes que venir acompañado.
F- Intentaré venir pero lo dudo mucho.
A- Seguro que vendrás...y que sepas que no aceptaré un no por respuesta.
F- De acuerdo, cuando llegué la invitación ya te daré una respuesta.
Nos despedimos y entonces empecé a darle vueltas. Él era junto a Tomás uno de los pocos amigos que me quedaba. Álex tenía 31 años y era el hermano de uno de mis mejores amigos Benjamín, éramos inseparables pero la vida es demasiado cruel a veces y mi gran amigo con solo 32 años enfermó de cáncer y no se pudo hacer nada por su vida: dejaba esposa y una niña de 1 año. Lo peor fue que solo pude ir al tanatorio a despedirlo 20 minutos, por qué mi mujer no lo tragaba, quizás aquel hubiera sido el momento adecuado para mandar a la mierda a mi esposa, pero por cobarde aguante.
Viendo que no podía quedar perdí el contacto con él y así mi mujer volvía a ganar una batalla más.
Pasaron los días y le mandé un mensaje a Carol para ver cómo iban las cosas y me contestó al cabo de unos minutos.
CA- Las cosas bien, pero muy atareada cuando tenga un instante de relax quedamos para tomar algo.
F- Ok, cuídate y estudia.
CA- Tranquilo.
Y el viernes llegó el día D, bajé a comprar un par de cosas y al abrir el buzón me encontré un sobre, sabía que era la invitación, la dejé en la entrada para que mi mujer la pudiera ver.
Yo en aquel momento no sabía que aquella invitación iba a dar un vuelco a mi vida y no precisamente para ir a mejor.
PD: Si queréis opinar para bien o para mal estáis invitados.