Pequeñeces, el inicio de todo
Todo secreto acaba saliendo a la luz, todo secreto tiene consecuencias y a veces los mas cercanos son quienes te traicionan y se aprovechan.
Ante todo me presento, tengo casi 26 años, mi cabello es moreno, mido 171 cm, peso 72 kg y mis ojos son verdes, tengo un cuerpo normal ni gordo ni definido.
Desde mi adolescencia yo notaba que en mi cuerpo algo fallaba que no era como los demás chicos, mis colegas iban por la calle les apetecía mear, se la sacaban y meaban por alguna esquina, yo nunca. Ellos iban a algún bar y meaban en los urinarios, yo siempre esperaba para meterme en algún cubículo, ellos siempre pensaban que era por pudor, porque yo era demasiado finolis. Pero la realidad no era así, simplemente era que me avergonzaba que me vieran mis partes íntimas ya que mi pene era bastante más pequeño que el de mis colegas, pero un día tras unas botellas de ron cola y unos chupitos de tequila en el garaje de un amigo, sentía que tenía ganas de orinar y Salí al exterior, casualmente un colega vino conmigo porque también tenía ganas, fuimos a la parte trasera del garaje que daba a un pequeño callejón sin salida.
Rafita: ¡Joder tío! ¿Qué es eso?
Yo: Me percate de su pregunta, pero intente hacerme el tonto ¿El qué?
Rafita: Lo que tienes entre las manos, bueno si se puede decir que tengas algo, porque un dedo de gominola es más grande.
Yo: ¡Ey tío! No te pases ¿Vale?
Rafita: Estos van a flipar
Yo: ¡Joder! No digas nada, por favor
Rafita: Mira Koke, si tú quieres que yo me calle esto, he de sacar algo a cambio.
Yo: ¿Bromeas? ¿No te vale nuestra amistad, el sernos leales?
Rafita: Tu amistad me come el rabo, o mejor, a partir de ahora tú me comes el rabo
Yo: No tiene ni puta gracia
Rafita: Mira un tío con esa pollita, tiene que ser una maricona pasiva, así que debes cumplir tu función
Yo: Pero… -Koke me interrumpe-
Rafita: Pero nada, si tu cumples yo cumplo, si no cumple yo hablo.
En esos momentos me arrodille, le agarre la polla y me la acerque a la boca, me quede pensativo, pues nunca había hecho eso, nunca me había planteado siquiera acostarme con un chico, siempre me había imagina que cualquier primera vez de cualquier tipo de acto sexual lo tendría con una chica, pero ahí estaba de rodilla frente al que había creído un buen amigo, rubio, ojos azules, cuerpo de futbolista (si jugaba al futbol) y una rabo impresionante, demasiado grande para un adolescente en pleno desarrollo.
Yo pensaba para mi “Por dios, si es así ahora, como la tendrá en 2 o 3 años”
Rafita: -Perdiendo la paciencia- Quita esa cara de asco y comienza a chupar, nos van a echar de menos saldrán y descubrirán tu secreto.
Cerré los ojos, abrí la boca y comencé a mamar la polla de “mi amigo”, note como me daba alguna que otra colleja, pues nunca lo había hecho y alguna vez le rozaba con los dientes, no llevaba ni dos minutos mamándole el rabo y ese chico físicamente perfecto comenzó a correrse en mi boca, cuando fui a retirarme me agarro la cabeza, no me dejo sacarme su rabo y me dijo:
Rafita: Traga, traga.
Rafita: -Sacando su rabo de mi boca- Espero te haya gustado, porque desde hoy merendaras leche a diario.
Me empujo contra la pared y se marchó, comenzaron a caer lágrimas de mis ojos, me acababan de humillar, me acaban de chantajear y sabía desde esos momentos que mi vida se iba a convertir en un infierno, Rafita no me iba a dar tregua y lo que es peor, sabía que tarde o temprano me humillaría aún más descubriendo mi secreto.
Con el paso de los días y las semanas me fui acostumbrando a tener la polla de Rafita en mi boca, acepte ser su zorra, acepte sus insultos y sus humillaciones, y comencé a sentir placer cada vez que tenía su rabo entre mis labios. Mis presagios no tardaron en llegar y a los dos meses de aquel primer encuentro se lo conto a un compañero de su equipo. Una tarde al llegar a la buhardilla de Rafita, donde solíamos quedar habitualmente, me encontré que allí estaba el y su colega de equipo, Litos. Entre, cerraron la puerta.
Rafita: Bueno, ya sabes, tu secreto sigue a salvo, si cumple.
Yo: Pero era entre tú y yo.
Rafita: Litos desde hoy formara parte de esto, lo tomas o lo dejas.
Yo: -Con mi voz entre cortada y con mis pensamientos temiendo que se sepa mi secreto, dije- Lo tomo, lo tomo
Rafita: Pues ahora desnúdate, para que Litos puedas marcarse unas risas
Cumplí con lo solicitado y así fue, Litos comenzó a reírse de mi
Litos: He visto nueces más grandes, que vergüenza, ¿tú dices que eres un tío? – Litos mira a Rafita y le dice – Además no solo el rabo, bueno rabo, por decir algo, pero es que sus huevos casi ni se ven, es digno de estudio.
Se bajaron ambos los pantalones y me pidieron que comenzara a mamar, empecé por la polla que ya conocía, la de Rafita, como era de costumbre en cuestión de minuto y medio había terminado. Pase a la de Litos, era más corta que la de Rafita pero mucho más gorda, dudaba que pudiera abrir tanto mi boca, pero conseguí metérmela y comencé a mamar.
Litos: -se impaciento, me agarro de la cabeza y aumento el ritmo- Vamos pollita linda, prueba a un hombre de verdad.
Finalmente Litos comenzó a correrse, parte de su semen callo en mi boca otra parte saco el rabo y termino de echármelo en la cara. Fueron los 10 minutos más largos de mi vida, la humillación estaba siendo aun mayor y ahora debía acostumbrarme a dos hijos de puta, no solo a uno.
Mientras nos vestíamos comencé a reírme.
Rafita: ¿Qué cojones te pasa?
Litos: Habla pollita
Yo: Pues que acabo de darme cuente de una cosa
Rafita: ¿De qué?
Yo: Que prefiero tenerla pequeña que no correrme en 1 y medio como tú.
Rafita enfureció y comenzó a darme golpes, no soportaba ser el humillado, Litos le aparto de mí y me dijo que me fuera.
Desde ese momento comenzó un auténtico calvario, Rafita y Litos utilizaban mi boca cada vez que les venía en gana, y con el tiempo se fueron sumando algún que otro chico más, llegando a ser 5. Poco a poco le cogí el gusto a comer polla, incluso quería y necesitaba que fuera a más, y en alguna ocasión mis deseos fueron cumplidos por Litos. Con el paso del tiempo lo comprendí, tenían razón, un tío como yo, con mi pollita debía ser una maricona pasiva. Aunque el aumento de chicos a mí alrededor esperando que se la coma, con continuas humillaciones y vejaciones me estaba pasando factura psicológicamente.
Un día me desperté pensando “¡Por fin!, se acabó, ya termino el instituto”. Ya tenía 18 había terminado el instituto y había decidido buscar una carrera que no se impartiera en mi ciudad para tener que ir fuera a estudiar y así comenzar de cero.
Llegue a mi nueva ciudad, tenía ganas de conocer a los que iban a ser futuros amigos, enemigos o simplemente compañeros. Mis padres me habían puesto una sola condición para estudiar fuera, tenía que alojarme en una residencia de estudiantes, evidentemente como no tenía ingresos para sostenerme por si solo y dependía de ellos, acepte su condición. Llegue a la residencia donde me iba a alojar, era una residencia 100% masculina. Mis padre eran humildes y para que yo pudiera estudiar fuera debían hacer un gran esfuerzo, porque lo no tuve muchas opciones al elegir residencia y elegí una un tanto económica, aunque me supusiera un drama, ya que sus baños (lavabos, urinarios, cubículos y duchas) eran compartidos con el resto de compañeros. Pero bueno, ya vería como mantener mi secreto a salvo.
Ya paso mi primer día en la residencia, contra todo pronóstico ha sido tranquilo, sobre las 22 horas entra una nota por debajo de mi puerta y por lo que en ella pone, ha entrado bajo alguna otra puerta “Hoy a las 00:00 comienza la fiesta, en la Azotea, todo novato que falta recibirá su castigo”.
Continuara …