Pequeñas Viciosas: Marina (2)
Llega el final de esta viciosilla, cumplirá Marina lo prometido? o por el contrario no cumplirá? descúbrelo
Hola lectores/as me tomo la pequeña licencia de escribiros este poquito antes de que empeceis a leer el relato. Solo os quería agradecer las valoraciones y comentarios de mi primer relato. Y pediros que me sigais ayudando con vuestros consejos, si no es mucha molestia. Un saludo y espero que disfruteis de este relato como del primero.
.- M: Vamos, quiero que me enseñes todo lo que sabes. Prometo cumplir al pie de la letra...
Que Marina dijera eso pilló un poco por sorpresa a Fernando, pero el profesor no tardó en reaccionar, dispuesto a demostrarle a su alumna que sabía de esto, y mucho.
.- F: Jaja, bien bien, ven aquí y arrodíllate puta. Dijo a la vez que la cogía fuertemente de una de sus muñecas y la obligaba a ponerse de forma que la preciosa cara de la rubia quedó a escasos centimetros de su verga.
.- F: Ahora vas a ser una nena buena y a esta polla que te ha gustado tanto, vas a empezar a darle besitos en agradecimiento.
La chica agarró con su mano la polla de Fernando que estaba durisima y era bien gorda, parecía como admirar aquello que tenía tan cerca de la cara. Lentamente fue acercando sus labios al glande de su profesor y con timidez, le dió un primer beso. Corto, pero lo suficiente para que él lanzara un suspiro y ella empezara a mojarse de nuevo.
Poco a poco fue dándole besos más largos y húmedos, a un par por el glande, le siguieron varios bajando por el tronco. Estaba empezando a disfrutar de aquello.
.- F: Así está bien putita, ahora vamos con lo siguiente, empieza a usar tu lengua y lámela bien.
Marina siguió las indicaciones de su profesor y con gran dedicación empezó a pasar la lengua por aquel mástil. Daba lametones en la punta y después pasaba la lengua a lo largo hasta casi llegar a los huevos. A Fernando le parecía broma que nunca hubiera chupado una polla, pues se le estaba dando muy bien.
.- F: Bueno, pasemos a algo más serio ya, abre bien esa boquita de zorra que tienes y empieza a comerme la polla. Y te aviso, ten cuidado con los dientes o te tendré que castigar, utiliza los labios.
Ella no contestó, se limitó a mirar lo que tenía en su mano mientras se acercaba abriendo la boca. Con delicadeza envolvió el glande con sus mojados labios y poco a poco empezó a tragársela más hasta el fondo.
Le encantaba notar lo dura que tenía la polla Fernando y lo estaba disfrutando. Lo estaba disfrutando tanto que su profesor ya hacía rato que no le decía nada, la mamada que le estaba haciendo no parecía de una novata. Chupaba, tragaba, jugaba moviendo rápidamente su lengua por la punta. Fernando pronto se dió cuenta que había tenido mucha mas suerte de la que pensaba y había dado con una autentica mamona.
Estaba gozando muchísimo, veía cerca el momento de correrse, así que decidió dar un paso más con las lecciones. Cogió a la preciosa rubia por la cabeza y con un breve – Prepárate - . Empezó a follarle la boca, lo hacía rápido y duro, a la vez que jadeaba de gusto. Marina por su parte intentaba respirar. Su profesor no tardó mucho en darle el premio que toda buena mamada merece y con un ultimo y prolongado jadeo y haciendo fuerza en su cabeza consiguiendo que se tragara prácticamente toda su polla, empezó a correrse en su boca como un autentico animal.
.- F: Aaaaahh sii uff uff joderrrr toma !! toma tu leche zorra !!. Decía a la par que sacaba su polla de la boquita de Marina y se separaba de ella dejándose caer en el sillón que había en la sala.
La chica por su parte, quedó arrodillada en el suelo, roja como un tomate debido a la falta de aire, le daban arcadas y tosía un poco. Tenía toda la boca llena de semen y le caía un poco por la comisura de los labios. La cabeza le daba vueltas. No reaccionaba. Sin embargo la humedad que tenía entre sus piernas no dejaba dudas. Le había gustado. Sí, no podía negarlo. Le había gustado que la tratara así, incluso que se corriera en su boca y ese sabor... salado... un poco amargo... le había gustado todo. Tanto, que los dedos que se había pasado por la barbilla para recoger el semen que estaba goteando se los acercó a la boca, que poco a poco entreabrió y sacó la lengua para lamerlos y tragarse esas gotas junto con todo lo demás que ya tenía dentro.
Fernando por su parte, no perdía detalle de la escena desde su sillón, en el cual estaba sentado, un poco cansado, ya que a pesar de ser grande y doble, a su edad esas dos tremendas corridas en tan poco tiempo hacían mella. Aun así, con lo que estaba viendo, su polla no perdía todo su tamaño. Había dado con una buena zorra y eso tenía que aprovecharlo.
Poco tardó en decidir qué sería lo siguiente que haría con Marina.
.- F: Levántate niña! Y ponte al lado de la mesa. Ordenó.
La rubia se incorporó como pudo y lentamente se acercó a donde la mandaba su profesor. Fernando se levantó del sillón para a los pocos pasos sentarse en la silla de estudios que estaba al lado de la mesa. Cogió a Marina por las caderas, la atrajo hacía él y le dió la vuelta bruscamente, dejándola de espaldas. Con una de sus grandes manos empujó un poco el cuerpo de la chica para que se inclinara y pusiera sus codos en la mesa, quedando en pompas. Y con la otra le pegó un buen cachete en su culo respingón y le dijo.
.- F: Abre un poco las piernas perra.
Marina lo hizo al instante y Fernando no perdió tiempo en enterrar su boca en aquel precioso coñito rosado, jugaba con su lengua de experto y con algún dedo. Lamía y chupaba, succionando, pillando el clítoris de la jovencita, lo cual le producía a ella gran satisfacción. Poco a poco fue aumentando el recorrido de las lamidas hasta ir llegando al ano, mientras Marina no paraba de gemir y casi no podía sostenerse con los codos en la mesa.
Cuando lo vió suficientemente lubricado y abriendo bien su culo con las dos manos, introdujo un dedo produciendo el gritito de sorpresa de la chica, que estaba concentrada en el placer de la comida de coño que le estaba haciendo su profesor.
Fernando dejó quieto el dedo esperando a que ella se fuera acostumbrando, él seguía chupando el chochito y lubricando el culo de Marina y poco a poco empezó a mover el dedo, primero despacio y después más rápido. La chica aunque con algo de vergüenza porque su profesor estuviera jugando con esa parte de su cuerpo, no pudo evitar comenzar a disfrutarlo. Cuando Fernando comprobó que la rubia estaba mordiéndose el labio de placer sacó el dedo de su tremendo culo, para acto seguido introducir dos con algo más de esfuerzo, ante un nuevo gemido de gusto de la chica.
Marina estaba a punto de llegar a un nuevo orgasmo, no se había sentido mejor en toda su vida y Fernando lo sabía, le follaba bien el culo con los dedos y no paraba de lamer y chupar su coñito a la par que con el dedo pulgar de la otra mano le frotaba el clitoris.
Así estaban cuando de repente se empezó a escuchar el estribillo de una cancion de Taylor Swift. Era el móvil de Marina, la estaban llamando. La chica reaccionó e intentó moverse para cogerlo, pero Fernando empezó a mover los dedos dentro de su culo aun con más fuerza y a lamer más rápido, lo cual la dejó sin fuerzas en las piernas para ir a por el móvil. Estaba a punto y aunque aquella melodía no paraba de sonar le daba ya igual. Su profesor decidió que había llegado el momento, apartó un momento el pulgar del clítoris de la rubia y de seguido, con dos dedos, lo pinzó con delicadeza pero haciendo la suficiente presión como para que la rubia cayera rendida encima de la mesa y casi se desmayara.
.- M: Aaaah aaaaaaahhh ahh ahh aaaaaaaaaahhhgg uhmmmm. Era lo único que salía de aquella preciosa boquita.
Fernando le sacó los dedos del culo y se separó un poco observándola. Allí estaba aquella jovencita, en pompas, con las piernas algo abiertas y exhausta encima de la mesa; por el interior de sus piernas caian resbalando sus jugos..., lo cierto era que había lubricado muchísimo, ya que su profesor tenia toda la boca y barbilla llenas.
El hombre ya estaba listo para meterse la otra vez, volvía a tener la polla dura y esta vez estaba decidido a estrenar esa delicia de culo que lo tenía loco. Se iba a levantar de la silla, cuando volvió a sonar el móvil de Marina, ésta fue andando hasta la mochila para cogerlo. Notaba que sus piernas no le respondían aun muy bien. Rió que era su madre y descolgó rápidamente.
.- M: Si, mamá?.
.- : Ay, hija, sí que tardas en coger el móvil, cuando es al revés, te pones echa una fiera.
.- M: Es que estaba en medio de una lección importante y no podíamos dejarla a medias.
.- : Amm bueno, pues mira te llamaba porque estábamos hablando tu padre y yo de que hoy es el último sábado que está aquí tu hermana antes de volver a Estados Unidos y habíamos pensado en ir a comer a Zalacain. Hemos reservado mesa para las 15:00. Así que por qué no vas acabando la clase y te vienes y si puedes pues vuelves después.
.- M: Vale, mamá ahora mismo recojo y voy para casa a cambiarme. Dijo mirando a un Fernando al que le estaba cambiando la cara por momentos.
.- : De acuerdo, oye, estás bien? Te noto como cansada, o por el estilo hija.
.- M: Sí mamá, estoy bien, no es nada, será del entrenamiento de hoy no sé... Dijo Marina como excusa.
Cuando colgó, miró la hora, eran las dos menos cuarto, casi el tiempo justo para llegar a su casa y ponerse algo decente para ir al restaurante con su familia. Miró a Fernando, este la miraba muy serio.
.- F: Te vas ahora... y te atreves a dejarme así guarra?. Decía su profesor mientras se señalaba la polla totalmente empalmada.
.- M: Es que... Es que... - Marina ya estaba reaccionando sobre lo que allí acababa de pasar y estaba empezando a entrarle una vergüenza y un remordimiento horribles. - Es que es un almuerzo, con mi hermana que se vuelve a ir la semana que viene..., es importante y no puedo decir que no. Además... ya te has aprovechado bastante de mi no crees?, esto que me has hecho no es lo que me dijiste, he engañado a mi novio !!. - grito la preciosa rubia a la vez que caía una lagrima por una de sus mejillas rosadas.
.- F: Jajajaja. - se rió su profesor a carcajadas. - Que me he aprovechado de ti? Que he hecho o hemos hecho? Jajaja, si has disfrutado tanto o más que yo, eres una jodida puta y te gusta que te traten así, no me vengas con cuentos y quieras disimular o hacerte la victima ahora. Te ha gustado y no lo puedes negar.
.- M: Eso no es verdad !! mientes. Gritaba la chica, creyendo que por más alto que lo dijera, eso se convertiría en verdad.
.- F: Muy bien, pues vete putita, pero que se te quede grabado esto en tu cabecita, volverás, y volverás no sólo a dar la clase, vendrás a que te meta esta polla en tu jodido culo de guarra, porque lo estás deseando. Y cuando vuelvas, me lo tendrás que suplicar. No te será fácil. Ahora corre y cámbiate o no llegarás.
Marina quedó en silencio, se vistió todo lo rápida que pudo y salió del piso. Tuvo suerte en el metro, ya que las combinaciones para llegar a su casa le pillaron sin tener que esperar.
Cuando iba en el metro se dió cuenta que apestaba a sexo y a semen. Se puso rojisima y le entraron ganas de llorar. Pero lo que más se puso fue nerviosa pensando en que la pillaran cuando llegara a su casa. Llegó antes de lo esperado, lo cual le hizo suspirar de alivio, tendría tiempo de ducharse rápidamente sin mojarse la cabeza.
Entró en la casa a toda prisa. Casi sin saludar a sus padres que estaban en el salón, corrió a su cuarto donde soltó sus mochilas y sacó lo primero que vió en el armario y fue para el cuarto de baño a darse esa ducha tan deseada, su hermana salía de él enredada en una toalla y Marina pasó por al lado rápida sin decir nada. Paula se quedó mirándola un instante pero siguió andando para su cuarto para vestirse.
Marina abrió la ducha y puso su precioso cuerpo debajo al momento. Cogió el gel de baño y se lavó a conciencia, empezó a llorar de nuevo debajo de la ducha recordando lo que había pasado. Pero curiosamente lloraba más por el hecho de que se culpaba de haberlo disfrutado que por lo que había pasado.
A los pocos minutos ya había acabado y estaba en su cuarto frente al espejo maquillándose. Su padre la llamó avisandola de que ya salían justo en el momento que había acabado. Por un segundo sonrió, no la habían pillado.
Llegaron al restaurante, uno de sus preferidos, buena mesa, buena comida, risas con su familia, Paula contando anécdotas de su estancia en el extranjero. Todo iba bien, hasta que notó vibrar su móvil, alguien le había mandado un whatsapp, miró, era Fernando. Debió cambiarle la cara ya que su hermana le preguntó si pasaba algo a lo que ella respondió que no era nada, que no se preocupara.
Pero cuando leyó lo que ponía casi se le cae el alma a los pies.
.- F: Putita, recuerdas bien dónde me he corrido? Jajaja.
Y Marina cayó en la cuenta, se levantó descompuesta diciendo que iba en un momento al servició, se encerró en un lavabo y empezó a llorar de nuevo. Fernando se había corrido dentro y ella no tomaba ningún anticonceptivo.
Lamentándose estaba cuando escuchó entrar a alguien en el servicio.
.- : Marina?? Era su hermana Paula.
Marina abrió la puerta del lavabo en el que se encontraba y su hermana pudo ver que estaba llorando.
.- P: Joder Marina qué te pasa? Me estás asustando.
.- M: Es que... es que... se... dentro.. . Atinaba a decir Marina sollozando.
.- P: Que queee? . Paula no había entendido nada de lo que su hermana le había dicho. - Haber, tranquilízate un poco y mientras te retocas el maquillaje me vas contando lo que pasa, no querrás que mamá y papá te vean así.
Marina se repuso un poco, y mientras se limpiaba el rimel que se había corrido de sus ojos, empezó a contarle a su hermana parte de lo que había pasado.
.- M: Bueno... pues que lo he hecho y... y... pues que ha sido sin preservativo y yo tú sabes... no tomo nada.
.- P: Peque, que cortada eres, a mi puedes hablarme sin tapujos. Si aquí no hay nadie. Haber que resuma... que has follado sin condón... bien, y no tomas ningún anticonceptivo. Y supongo que lloras, porque se corrió dentro, no?
Marina alucinaba con la naturalidad con la que hablaba su hermana del tema, y aunque no le gustara ese lenguaje, la tranquilidad que le transmitía como le hablaba Paula, estaba haciendo que se le pasara un poco el disgusto.
.- M: Aam si, si, eso es.
.- P: Pues sí que me tenias preocupada tu por esto, tontaina. Dijo Paula mientras le daba una colleja cariñosa a su hermana, que la miraba con la boca abierta, con cara de no entender nada. - Mira, no te preocupes, ahora cuando acabemos aquí, vamos a una farmacia de guardia y te pillo la píldora del día de después, como ha pasado esta mañana pues no hay problema, te la tomas, y ya está, no tienes por qué llorar más. Vale mi amor?
Marina no dijo nada, pero se lanzó a darle un gran abrazo a su hermana, estaba muy aliviada.
.- P: Eso si, el dinero me lo das tú, que se que tienes tus buenos ahorros jaja.
Marina sonrió pero cayó en algo de lo que le había dicho su hermana y preguntó.
.- M: Oye Paula, cómo sabes tú que ha sido esta mañana?
.- P: Facil, cuando pasaste a toda prisa por al lado mía para entrar en casa al cuarto de baño, olías a semen y a polla desde lejos. Y como antes no te he visto mal, he dado por hecho que ha sido esta mañana. - Y como Marina no decía nada siguió hablando -. Ahora sí te digo una cosa, debes de tener más cuidado, no por lo de la corrida que eso tiene rápida solución, si no porque la próxima vez te podrían pillar papá y mamá o incluso el “pringao” de tu novio.
.- M: Qué dices?. Dijo Marina como haciéndose la ofendida.
.- P: Ayyy hermanita, tienes mucho que aprender, a mi no me engañas. Hoy tiene pinta de que te han follado y bien, y siento mucho decírtelo, pero tu querido novio no sería capaz de darte lo que te han dado hoy y menos aun correrse dentro, ya no solo lo digo por su apariencia, si no también por lo que me contaste cuando llegué.
.- M: Pe... Pero...
.- P: Shhh, calla, mira a mi no tienes que darme ninguna explicación de lo que haces o dejas de hacer, yo estoy aquí para ayudarte, es normal que una jovencita tan potentorra como mi hermana busque buenos machos que le den lo que no encuentra en su pareja. Así que ya sabes, disfruta, pero con cuidado. Vale? Ahora volvamos a la mesa, antes de que venga mamá, que ya deben de estar preocupados.
Marina flipaba con su hermana, no solo la iba a ayudar como si lo sucedido fuese algo normal, si no que además la animaba a que siguiera haciendolo, eso si, con algo más de cuidado para que no la pillaran.
Llegó de nuevo a la mesa, le dijo a sus padres que se había encontrado algo indispuesta pero ya estaba bien, terminaron el almuerzo y se marcharon a comer un helado, para el cual se les unió su novio, al verlo le vino otra vez el remordimiento, pero su hermana le hizo un gesto de como de que no se preocupara.
Estuvieron casi toda la tarde, cuando acabaron, fueron ella y Paula a buscar la farmacia de guardia para la pastilla, su hermana la compró y ella se la tomó al instante, sintiéndose como si se hubiera quitado un peso de encima.
Volvieron a casa y prácticamente después de cenar se quedó dormida, había sido un día lleno de tensiones y estaba cansadisima.
A la mañana siguiente se despertó temprano, y después de desayunar se puso a estudiar y repasar apuntes para el examen, el día se le hizo interminable, paró poco mas que para las comidas y ducharse. Se fue a la cama pronto, para estar descansada y fresca. Antes de quedarse dormida le vinieron a la mente momentos del día anterior. Eso hizo que se sintiera culpable de nuevo por engañar a su novio, notó como se humedecía su chochito recordando como Fernando se la follaba y eso hacía que se enfadara consigo misma, aunque curiosamente, se quedó dormida con una media sonrisa, recordando las palabras de su hermana: disfruta!.
El examen le fue regular, dejó algunos apartados sin hacer, aun así, pensaba que le había salido mejor que el anterior. Durante esa semana, se limitó a ir a entrenar a la piscina, no quiso ir el martes a dar clases, ya que no quería volver a entrar en el piso de Fernando. Parecía que todo iba bien, pero le resultaba raro que su profesor no le hubiera escrito o no se lo hubiera cruzado por la piscina, y eso la ponía nerviosa.
El jueves le dieron la nota del examen, un cinco raspado, estaba contenta porque había mejorado. Pero sus padres no pensaban lo mismo, estaban satisfechos por la rápida mejora en poco tiempo, pero debería de seguir dando las clases con Fernando, así que el viernes no porque despedían a su hermana, pero hablarían con su profesor para ver si este sábado podía hacer el mismo favor que el anterior y darle clase intensiva con el fin de seguir mejorando rápidamente.
Marina sintió un escalofrío, pero también la típica quemazón de cuando empezaba a excitarse.
Esa tarde llegó más temprano que de costumbre a la piscina. Cuando iba a entrar el recepcionista la llamó, le dijo que habían dejado un paquetito allí para ella hacía una media hora y se lo entregó.
La chica extrañada, lo cogió sin hacer preguntas y se fue a los vestuarios. Allí dentro y viendo que tenía tiempo de sobra se sentó en una esquina lejos de la gente y abrió el paquete y sacó un objeto con una curiosa forma pero que no sabía lo que era y una carta, la abrió y empezó a leerla, casi le da un ataque al comprobar que era de Fernando. La carta decía así:
Querida putita mía, recuerda que te dije que volverías
y que volverías suplicando por mi polla,
quiero ver que tenía razón y se que me la darás.
Pero no te va a ser tan fácil que te folle como tu deseas,
si quieres tu ración de polla tendrás que vestirte para la ocasión.
Algo ajustado, que me excite, llevar tanga y sobretodo...
todo el camino y en mi piso, hasta que yo te lo quite,
tienes que llevar puesto este....
.-
: Joder tía, qué haces con un dilatador anal?
Marina dió tal brinco de sorpresa que el dilatador salió volando. No se había dado cuenta pero su amiga Natalia había entrado en el vestuario y se había sentado muy cerca de ella.
.- M: Dios!! Natalia qué susto me has dado !! . Decía mientras su amiga recogía el dilatador del suelo y se lo daba.
.- N: Es que estás en tu pompa y no te enteras de nada. Bueno, me dices ahora qué haces con eso?. Dijo la morena mientras señalaba lo que Marina volvía a tener en su mano.
Efectivamente, se trataba de un dilatador anal, ella nunca había visto uno y por eso al principio no supo lo que era, con esa forma de cono pero ovalado y con una pequeña base, totalmente negro, no muy grande pero desconfiaba de que eso le entrara en el culo.
.- M: Y tu cómo sabes lo que es?
.- N: Ay tía, de verdad que a veces pareces monjita. Mis cosas he hecho sabes?... Decía su amiga mientras le sacaba la lengua. - Bueno me vas a responder, qué es lo que haces con eso?
Marina no sabía que responder, pero pronto se le ocurrió algo.
.- M: Nada, mi hermana que es muy bromista ella.
.- N: Aam ya decía yo, es que a tu novio no le veo regalandote eso. Tu hermana se iba mañana no? Qué buena !! dile que me regale a mi algo de eso también jaja.
Marina se relajó por haber conseguido salir de esa situación y reía con las ocurrencias de su amiga mientras guardaba el dilatador en la mochila y sacaba su bañador y sus cosas para el entrenamiento.
Cuando llegó a casa después del entrenamiento se apresuró a sacar aquello de la mochila y a esconderlo en su cuarto. Terminó de cenar y se fue inmediatamente a su cuarto. Trató de dormir, pero no podía. No hacía más que pensar en la carta y en el dilatador. Se estaba poniendo muy caliente aunque no lo quería admitir e inevitablemente, empezó a acariciarse por encima de las braguitas. Se mojó rápidamente, lo estaba disfrutando, con la boca mordía la almohada para ahogar los gemidos. Y llegó, tuvo un gran orgasmo masturbándose, pero la culpa la invadía, ya que para correrse no pensó ni un momento en su novio, ni en cualquier actor conocido que le gustara, si no en Fernando, su profesor y esa gran y venuda polla que tenia, follandola sin descanso. Sin darse cuenta el sueño la venció.
Al día no fue a clases, tenía ganas de pasar con su hermana las ultimas horas antes de que esta cogiera el avión a media tarde para volver a Estados Unidos. Fueron al centro y dieron una vuelta, compraron algo de ropa y volvieron a casa. Se pasaron las horas muy rápido, pronto sus padres estarían en casa de vuelta del trabajo, almorzarían y llevarían a Paula al aeropuerto.
Mientras estaban en el cuarto de su hermana mayor, ésta le dijo a Marina que tenía algo para ella. Sacó un pequeño baúl de debajo de la cama, abrió la cerradura y sacó una bolsita de una farmacia, que le dió.
Marina la vió y no entendió nada. Pero le dijo mientas la miraba desconcertada
.- M: No... no he hecho nada de eso otra vez, Paula.
.- P: Jaja, tienes mucho que aprender hermanita, y tienes que ponerte al día pronto, es impensable que no sepas lo que es eso con la edad que tienes tía, espabila.
Su hermana era muy clara, y una vez más hacía que se sonrojara avergonzada.
.- P: A ver, estas no son como la que te tomaste el otro día. El otro día era la del día después, y esta es una cajita de tratamiento anticonceptivo. Es decir, para que te puedan follar bien follada sin condón, que así gusta mucho más verdad?
Marina no sabía ni qué decir, Paula no hacía más que sorprenderla a cada poco, aunque lo cierto es que en todo lo que le decía llevaba razón.
-. P: Bueno me tomaré tu silencio como un sí, leete el prospecto que nunca viene mal, pero te digo, así por encima. Que son veintiocho pastillas, veintiuna de un color y siete de otro. Tienes que empezar por las que son más el día que te venga la regla y cuando se terminen las otras siete que normalmente es cuando te vendrá otra vez.
.- M: Pe – pero...
.- P: No te estoy obligando a nada, solo que no quiero que te pase lo del otro día, y como no te veo muy puesta, pues te explico, ya luego tú decides, aun así puedes seguir usando el condón con quien quieras. También te he comprado otra del día después por si las moscas y te pasa lo mismo que el otro día sin que hayas decidido empezar a tomarte el tratamiento. Piensatelo bien, que mi pasta me ha costado, luego tendrías que seguir por tu cuenta, pero no te preocupes, yo llamo a Sara o a Maite y ellas lo compraran por tí, solo les tendrás que dar el dinero, de acuerdo?, ahora déjame, que me voy a tumbar un ratito, que en el avión no se descansa bien.
Paula prácticamente echó a Marina del cuarto sin que esta dijera palabra alguna. Allí estaba en el pasillo con la bolsita en la mano y mirándola muy atentamente. No sabía como ni por qué, pero todo lo que le estaba ocurriendo en los últimos días apuntaba en la misma dirección.
Cuando llegaron sus padres almorzaron y ya por la tarde después de un cafelito fueron al aeropuerto a llevar a Paula. Para despedirla también vino el novio de Marina, al que su hermana no terminaba de tragar.
.- P: No sé que le ves a este de verdad, será guapito, pero no parece que sea un buen “macho”. Le dijo a Marina en el oído una de las veces que el chico estaba distraído.
Marina la miró poniendo los ojos como platos y llevándose el dedo a la boca en señal de que se callara.
Ya en el aeropuerto cuando su hermana se despidió de los demás, se dirigió hacia ella y tras un fuerte y largo abrazo, le dijo.
.- P: Cuídate mucho enana y prométeme que vas a disfrutar.
A lo que a Marina no le quedó más remedio que sonreír y afirmar con la cabeza ya que estaba con las lagrimas saltadas y un hilillo de voz porque no vería de nuevo a su hermana en varios meses.
Esa noche volvió a follar con su novio después de dos semanas, aprovechando que sus padres habían vuelto a salir. Y el resultado no pudo ser más lamentable. Casi no sintió nada. Su chico se corrió en apenas unos minutos. Y ella no pudo hacer otra cosa que acordarse de Fernando y su gran polla que tanto placer le dió. Al poco su novio se fue a su casa y ella se quedó sola en su cuarto dandole vueltas a la cabeza hasta que se quedó dormida.
Por la mañana la despertó el móvil, pero extrañamente no era la alarma, si no una llamada. Era su madre.
.- M: Si?. Dijo Marina todavía medio dormida.
.- : Hija, perdona que te despierte un poco más temprano de lo normal, pero era para asegurarme que te levantabas a buena hora, que tu padre y yo nos enredamos ayer con las copitas y tus tíos y decidimos pasar la noche aquí en Torrelodones. Cuando tu padre se despierte, desayune y demás, iremos para casa.
.- M: Vale mamá. Respondió Marina que aun estaba medio zombie.
Se disponía a colgar cuando de nuevo escuchó a su madre.
.- : Aaah hija y acuerdate de que hoy tienes clases con Fernando después de la natación, presta atención y haz caso de todo lo que te diga.
Y esas palabras retumbaron en su mente e hicieron que Marina se decidiera a dar el paso.
.- M: Sí mamá, da por seguro, que voy a hacer caso de todo lo que me diga. Y colgó.
Se levantó de la cama con todo mucho más claro de lo que jamás lo había tenido, se desperezó y miró al cajón donde tenía guardado el dilatador. No iría a nadar, en su lugar tenía algo más importante que hacer.
Fue hacía el cajón, cogió el dilatador y se dirigió al cuarto de baño, abrió la ducha, se desnudó y se metió debajo dejando el dilatador en una estantería de al lado. Se echó su gel, se lavó el pelo, y se arregló con esmero su precioso chochito, dejando de nuevo ese pequeño triangulo que tanto le gustaba bien rasurado.
Una vez hizo todo esto y aprovechando el champú, cogió el dilatador, y con algo de miedo, lo llevó hasta su culo. Hizo algo de presión pero nada. Lo intentó otra vez haciendo algo más de fuerza, pero viendo que se iba a hacer daño, volvió a parar. Entonces una idea cruzó por su mente, comenzó a masturbarse, pensando en la polla de Fernando, en como se la iba a follar y notaba como estaba ardiendo ahí abajo y se pasaba la punta del dilatador por el coño para lubricarlo aun mejor, se lo pasaba del chochito al culo, así, una y otra vez. Hasta que en una de estas veces que lo pasaba por encima de su ano, hizo presión y el dilatador entró. No mucho, pero algo entró. Ella aceleró los dedos que jugaban con su clítoris, a la par que iba empujando más y más a dentro el dilatador. Hasta que por fin lo metió del todo, soltando un gritito de confirmación.
Una vez conseguido, paró de masturbarse, quería guardar todos sus orgasmos, para lo que le esperaba en poco tiempo. Se puso el albornoz y una toalla alrededor del pelo y volvió a su cuarto, abrió el armario y se puso a mirar ropa que elegir.
Se decidió por un tanga de licra añil con sujetador a juego, encima llevaría una camiseta de tirantas azul, con una camisa de cuadros azul con lineas rojas abierta y una ajustadisima minifalda negra, con botas cortas por encima de los tobillos de medio tacón.
Cuando terminó de vestirse comprobó que con aquella minifalda tan corta y ajustada se le notaba perfectamente el tanga y las formas de su deseado culo. También se dió cuenta que no podría sentarse en el metro ya que la tela no llegaba a tapar lo suficiente. Se secó el pelo, se peinó y se maquilló, sin excesos, a ella le sentaba mejor así, solo un poco de rimel, pintalabios suave y un poco de polvos. Nada más.
Antes de salir, se miró al espejo y sonrió, se veía perfecta.
Ya de camino al piso de Fernando la gente no paraba de mirarla en el metro. Iba espectacular, y ese culo es difícil que pasara desapercibido. Subiendo las escaleras mecánicas escuchaba a sus espaldas un cuchicheo. Eran tres chicos, aparentemente de su edad más o menos que no paraban de mirarla y de hacer gestos entre ellos. Entonces se dio cuenta que desde aquella posición le estarían viendo todo, se puso como un tomate y disimuladamente puso el bolso a su espalda tapando un poco la escena. Aunque en el fondo le dió tal morbo que notó algo de humedad en su chochito.
Cuando llegó al piso era algo más temprano de lo habitual y cuando el ascensor llego a la tercera planta y se abrió, allí estaba él, como siempre, en la puerta, esperandola, al verla su profesor no pudo hacer otra cosa que un gesto de aprobacion. Para acto seguido poner su típica cara de superioridad. A Marina sin embargo, le entró un poco de miedo, pero su excitación pudo más y salió del ascensor para entrar en el piso.
.- F: Sí que llegas pronto, puede ser que tengas tantas ganas?. Bueno ahora lo comprobaré. Dijo mientras se hacía a un lado para dejarla pasar.
La chica fue directa al cuarto donde su profesor le daba las clases y se quedó allí de pie al lado de la mesa. Fernando apareció al instante y andó hasta ponerse a escasos centímetros de ella, mirándola fijamente, Marina apartaba la mirada, pero él la cogía de la barbilla y la obligaba a mirarlo.
De repente su profesor cogió el bolso que ella llevaba y lo tiró a la otra punta del cuarto, se abalanzó sobre ella y empezó a besarla a lo bestia, metía su lengua todo lo que podía, le lamía la cara... a la par que con sus manos sobaba todo el cuerpo de la chica sin reparos, pero sobretodo, su culo. Marina respondía a los besos como podía, notaba como Fernando movía la cadera buscando el rozamiento pero sobretodo notaba algo que tenía muy duro dentro de los pantalones y esas manos que parecían no querer soltarle el culo nunca.
Fernando de repente paró, le dió la vuelta y empujándole del cuerpo hacia la mesa la puso en pompas y levantó aquella cortisima minifalda.
.- F: Veamos si has cumplido... o te vas sin tu ración de polla.
Y sin dar tiempo a Marina a responder, dió un tirón rompiéndole el tanga y quedando expuestos su coñito y su culo.
.- F: Mmmm pero qué buena puta he encontrado, veo que has sido obediente. Así que aquí tienes, toda tuya. -Y diciendo eso se bajó los pantalones dejando ver su gorda polla totalmente empalmada.
A la rubia no le hacía falta decir nada. Inmediatamente se agachó delante de aquella polla y empezó a hacerle una mamada bestial. En el fondo lo había estado deseando todo este tiempo. Se la tragaba con esmero. Intentando abarcar lo máximo. De vez en cuando cambiaba y lamía, tal y como le había enseñado su profesor.
.- F: Uuuff que buena mamoncilla. Para guarra. O harás que me corra en nada. Vamos a mi cuarto, que hoy si que no nos va a interrumpir nadie. Dijo su profesor cogiéndola de un brazo y levantándola, llevándola dirección al cuarto.
Cuando entró, no lo vió muy limpio, aunque si estaba bien iluminado gracias a la luz que entraba por el balcón. Y la cama era muy grande también. Fernando la volvió a girar hacia él y en un momento le quitó la camisa y le sacó la camiseta y el sujetador, dejando sus bonitos pechos al aire. Y a ella con solo la minifalda a la altura de la cintura y las botas puestas. Las cuales no tardó en quitarle.
De un empujón la lanzó a la cama y la colocó a cuatro.
.- F: Joder es que no puedo aguantarme más, estoy deseándolo desde hace tanto que la simple visión va a hacer que me corra.
Fernando metió su polla en el chochito de Marina casi de golpe. Haciendo que esta diera un pequeño grito. Tras un par de embestidas la sacó. E inmediatamente sacó también el dilatador del culo de la chica, produciendo un “plof” que la avergonzó.
.- F: Bien bien, ahora te tengo excitada y yo tengo la polla muy bien lubricada, relájate, que con lo puta que eres si me echas cuenta seguro que lo disfrutas desde primera hora.
Fernando colocó su polla en la entrada de ese culazo objeto de deseo de muchos, pero que nadie había probado aun. Poco a poco y no sin trabajo. Fue metiendo la punta.
.- M: Aaaah me lo vas a partir !! bruto !!. Se quejaba la rubita.
Pero su profesor hizo caso omiso a las quejas y fue metiendolo más y más, hasta que prácticamente lo tuvo completamente dentro. Se quedó quieto unos instantes y lentamente comenzó a moverse.
A Marina le parecía como si le estuvieran quemando, sentía escozor, pero poco a poco fue desapareciendo o mejor dicho, reemplazado, por el gusto. Fernando, había estado estimulándole el clítoris a la par que se la estaba metiendo. Y había conseguido que la rubia dilatara mejor y se encontrara más excitada. Ya se estaba moviendo con una soltura notable y la chica lo estaba comenzando a disfrutar.
.- F: Ves? Te lo dije, sé distinguir a una buena puta, y tú lo eres. - Decía mientras le daba un par de azotes.
A Marina por su parte esos azotes la ponían aun más caliente y ya gemía con cada embestida de Fernando, que colocado atrás de ella, la tenía sujeta fuertemente de las caderas dándole lo más duro que podía. Tanto ella como su profesor no iban a tardar mucho en correrse. Los gruñidos que daba este con cada embestida se lo confirmaban.
Y así fue, tras un par de minutos más y algún que otro golpe seco final, Fernando tuvo una monumental corrida dentro del culo de la preciosa rubia, que no pudo resistir sentir como la inundaba con su leche y con un gemido que de seguro escucharon los vecinos, llegó al orgasmo.
.- F: Dios, vaya corrida, qué gusto !! He cumplido un sueño. - Dijo mientras se apartaba de encima de la chica y se echaba a un lado de la cama.
Marina quedó boca abajo, rendida, con las piernas algo separadas y el culito rojo saliendole semen, pero la puta que llevaba dentro había despertado y aun quería más. Giró su cara hacia donde estaba Fernando y con el pelo alborotado y pasándose la lengua por los labios, se llevó una mano a su coñito y empezó a masturbarse mientras lo miraba. Él por su parte no perdía detalle y se sobaba el paquete por encima mientras veía a la preciosa jovencita tocarse.
Pronto estuvo de nuevo listo para otra lección, pero esta vez sería diferente.
.- F: Hasta ahora te he follado a mi antojo, pero quiero que tú también aprendas a follar tan bien como la gran zorrita que eres. Vamos, móntate aquí y muévete a tu gusto. - Le dijo Fernando mientras se cogía la polla y la ponía apuntando al cielo.
Marina se levantó y se puso encima de él, cogió la polla de su profesor y poco a poco fue dejándose caer hasta meterla toda dentro, empezó a moverse lento y largo, era una postura nueva para ella, sentía esa gorda polla que le gustaba muy adentro y quería disfrutarla. La chica aprovechaba su larga melena para taparse la cara, ya que aun le daba vergüenza que Fernando la mirara. El profesor apartó los pelos de su cara con una de sus manos que fue bajando acariciando su cuerpo hasta llegar al culo de la chica, entonces colocó su otra mano en la otra nalga y las apretó. Esto hizo que Marina soltara un gemidito.
Así agarrada del culo como la tenía, Fernando empezó también a mover su cadera, con golpes fuertes y secos, a la par ella bajaba fuerte, lo cual producía que la penetración le llegara muy profundo y gran placer. La chica comenzó a moverse más rápido, señal de que estaba llegando de nuevo al orgasmo, el profesor le marcaba el ritmo agarrándola de ese espectacular culo que tanto le gustaba. Pero separó una mano por un instante buscando algo.
Lo que buscaba no era otra cosa que el dilatador. Marina de mientras seguía botando encima de aquella polla como poseída, no se esperaba lo que pasaría a continuación. Con un rápido movimiento Fernando le introdujo de nuevo el dilatador, en ese culito ya estrenado. La chica se quedó inmóvil de la sorpresa y el profesor, empezó a mover su cadera y la mano en la que tenía el dilatador, prácticamente se podía decir que se la estaba follando por el chochito y el culo a la vez.
Marina no podía ni moverse del gusto, estaba con las dos manos apoyadas en el pecho de Fernando, se limitaba a gemir y a tratar de tragar saliva que le salia por el lateral de la boca. Estaba claro. Iba a correrse de nuevo.
.- M: Aaaaaaahh aaahh siiii aahh siiii uuummmm.
Fernando tampoco aguantaba más, ver la cara de placer de aquella rubita lo ponía a mil y se iba a correr.
.- F: Uuuuff me corroooo. - Avisó.
Entonces pasó algo que lo dejó impresionado. Marina, se movió sacandose la polla de su interior rápidamente y colocó sus labios en la punta de aquella polla mirando a su dueño. Que ante tal escena, reventó de manera que casi parecía un geiser. Pero su fiel putita lamió y tragó todo hasta dejarlo bien limpio.
Tras un rato de descanso en silencio en el que ninguno se decidía a hablar. Fernando preguntó.
.- F: A qué hora te vas a ir? A la de almorzar igual que el otro día?
.- M: No, hoy me quiero quedar casi toda la tarde y “aprender” bien si... tu quieres. - Dijo la rubia con algo de vergüenza.
.- F: Que si quiero? Mira. - Dijo Fernando, mientras sacaba del cajón de la mesita de noche que había al lado de la cama una pastillita azul y se la tomaba. - Tus lecciones de hoy serán aguantar hasta que se me pase el efecto.
Y dicho esto, Fernando se puso encima de Marina, la cogió de los tobillos y la abrió de piernas casi lo más que pudo, ya que la chica tenía mucha flexibilidad. Apuntó su de nuevo polla dura a la entrada de aquel chochito mojado y se la metió hasta el fondo de un golpe.
Estuvieron follando varias horas seguidas, no pararon ni para comer, ya a media tarde Marina empezó a sentir alguna molestia en su precioso coñito y decidieron parar. Era normal, nunca le había dado tanto uso, es más estaba segura que en todo este tiempo de relación con su novio no lo había usado tanto como ese día.
Marina se aseó un poco en casa de su profesor, mientras este bajaba a los chinos a comprarle unas bragas nuevas, sobretodo para no oler tanto a polla. Metió el dilatador en su bolso y se arregló el pelo y el maquillaje.
Cerca de las ocho de la tarde llegó a su casa, donde por suerte no estaban aun sus padres. Justo cuando había terminado de cambiarse y ponerse un pijama. Entró su madre en su cuarto.
.- M: Uy mamá, qué susto !! no te había oído llegar.
.- : Perdona hija, no era mi intención, has llegado hace mucho? Qué tal las clases hoy?
.- M: No, hace poco. Pues las clases muy duras. Pero he aprendido mucho, me gustaría seguir al menos hasta fin de curso, si no os importa.
.- : Claro que no, el tiempo que tu quieras. Siempre que se vea el resultado de tus esfuerzos. - Dijo la madre mientras se giraba y salía del cuarto.
Y la rubia separándose el pijama y las braguitas y mirándose el chochito hinchado y enrojecido, pero más satisfecho que nunca, pensó. Si mamá, claro que se ve el resultado...
FIN.