Pequeña obediente
Este es el relato de una chica que obedece a sus amigos para no perderlos. Poco después también comienza a tener que obedecer a su tio.
Solo tenía una amiga, Marta, y 5 amigos, Carlos, de 19, Marcos de 18, Darío de 20, Daniel de 18 y Erik de 18.
Un día empezamos a jugar a verdad o reto, solo nos dábamos besos como mucho, pero nuestros amigos querían más y nosotras no queríamos perderlos, además, no podía pasar nada malo entre amigos.
También jugabamos a un juego de cartas que quien perdia hacia un reto, un día dijeron que solo nos quitariamos una prenda si perdíamos, la única regla que había era que como éramos menos chicas pues teníamos que quedar completamente desnuditas, y ellos no hacía falta. Aceptamos el juego.
La primera vez perdio un chico, la segunda fue Marta, mi amiga, que se quitó los zapatos, luego de muchas jugadas me di cuenta de que hacían trampa pero no dije nada porque no quería enfadarlos. Yo me quite los zapatos, la camiseta, el top que llevaba. Veía como Carlos me miraba las tetas fijamente. Quería taparme pero tenía que dejar que todo se viera, decían, pues sino, que sentido tenía el juego. Marta acabo completamente desnudita, con las piernas bien separadas. Yo me negaba a quitarme las braguitas, me daba vergüenza. Ellos comenzaron a enfadarse.
Darío: a ver, estas son las normas del juego, lo hemos dicho antes de empezar a jugar, la única forma de no hacerlo es impornerte un castigo. Pero no puedes negarte a cumplirlo. Una vez hayas renunciado a quitarte las braguitas, tienes que hacer el castigo que te digamos, no puedes volver atrás, no servirá de nada si te las quitas luego. Lo cumples si o sí.
Yo: haré lo que sea! No quiero quitarme las braguitas. Jope
Ellos estuvieron discutiendo cuál sería el castigo, durante un rato, mientras yo seguía con las tetitas al aire y en braguitas, y Marta seguía con su chochete expuesto.
Darío: hemos decidido ser buenos... Tan solo tendrás que dejar que te toquemos las tetas durante 5 minutos cada uno.
Me sentí humillada, me daba vergüenza pero tenía que dejarme hacer. Hicieron un sorteo para decidir el orden. 30 minutos manoseada... Sí, Marta también decidió participar en mi castigo.
Alguno me pellizcó los pezones, dolía, pero me aguanté.
Al día siguiente Darío quiso que fuera a su casa yo sola, que tenía que entender para que servía y disciplinarme. Al llegar me ofreció un zumo. Me lo bebí mientras charlabamos.
Darío: se que no te gusta hacer esas cosas pero eres nuestra amiga, eres una mujer y estás para eso, simplemente queríamos verte.
Yo: pero me daba vergüenza.
Darío: entonces por eso te castigamos, por desobedecer. Tuviste que aguantar los manoseos. Si haces caso no pasa nada malo. Sino, hay castigo.
Empecé a sentirme adormilada. Me costaba moverme.
Darío: te puse una pastillita para que seas obediente.
Me quitó la ropa. Miraba mi chochete, el cual, ni pelos tenía aún. Me dejó abierta de piernas.
Darío: ayer queriamos que te sintieras expuesta... Solo entre amigos, es normal bonita, solo queríamos ver este chochete.
Me hizo fotos al cochete. Se sacó el pito.
Darío: ahora podría follarte... Metertela por donde quisiera. Porque eres un agujero para recibir polla y leche. Pero quiero que tú puterio nazca de ti.
Restregaba su polla en mis tetas y mi cara. Se pajeaba mirando mi cuerpo desnudo. Estuvo mirándome y restregandome una media hora.
Darío: el efecto de la pastilla se pasará pronto.- se corrió en un vaso- quiero que seas obediente. Y que cuando puedas moverte, te bebas esto. Te grabaré, sonreirás a la cámara al acabar el semen. La obediencia es premiada, cielo.
Poco a poco me fui moviendo. Me sentía cansada. Cogí el vaso y empecé a tragar. Supe que sino sería peor. El grababa sonriente.
Darío: puedes vestirte, e irte tranquila, si te vas podrás no volvernos a ver nunca... O volver mañana y someterte. Os lo haremos todo poco a poco. Sin presión ni dolor. Pero obedece. Si cuentas algo enseñaré el vídeo donde te tragas voluntariamente el semen.
Me fui a casa, solo pensaba en que no podía perder los únicos amigos que tenía.
Al día siguiente llegamos Marta y yo a casa de Carlos, al saludarme todos me apretujaron las tetitas.
Daniel: hoy vamos a poneros retos a las dos, y tenéis que cumplir, o el castigo será peor.
El primer reto fue desnudarse. Después de lo de ayer, comprendí que era mejor obedecer.
El segundo reto era que hiciéramos un poco de tweerk para que vieran cómo se mueven nuestros culitos. Hasta el momento todo iba bien. Alguno que otro se amasaba el pito por encima de la ropa.
Erick trajo una bolsa de golosinas.
Erick: como os estáis portando bien vais a comer algunas golosinas!!
Marta le abrazo feliz.
Marcos: os parece si jugamos a un juego? Solo teneis que adivinar qué golosina es. Os tapamos los ojos, y os la ponemos unos segundos por ejemplo en el brazo y adivináis. Si no sabéis cual es, tenéis que adivinar por el sabor. La que menos adivine tendrá que hacer un reto.
Marta: que divertido! Si juguemos siii.
A mí también me pareció bien que por fin hubiera algo bueno. Aunque teníamos que seguir desnudas, recostadas sobre la cama con las piernas separadas.
Dani: es que cualquier parte del cuerpo sirve.
La primera chuche que me tocó me la pusieron en el muslo interior. Parecía que estuviera mojada. No supe qué era y ya me dejaron probarla. Era una nube de azúcar. Pero la habían chupado. Tuve que tragar.
La siguiente también estaba chupada. Me la pasaron entre mis pechitos. Era imposible adivinar. A la boca otra vez.
No tenía ni idea, sabía raro. A Marta le habían dado dos nubes de azúcar seguidas.
La siguiente me la pasaron por el mismo sitio y por los pezones. Al estar chupada la chuche, estaba fría. Me daba ganas de hacer pipi, no sé porque, pero era algo gustoso. Me la comí. Era una Fresita!
La siguiente era de esperar, iban a pasarla por mi chochito. Eso le cambiaría el sabor. Estuvieron más rato restregandola. Me sujetaban las piernas para que no las cerrara. Me la dieron de comer. Otra vez no tenía ni idea. Estaba perdiendo. Tuve que tragarla aunque me diera asco. Era el juego.
El resto de chuches decidieron que también tenían que pasarlas por mi chochito. Deje de adivinar.
A pesar de que me sientiera muy humillada, me gustaba la sensación que me daba tener algo en mi chichi. Poco a poco se iba mojando.
Estuvieron como una hora restregando golosinas contra nuestro chochete, y dandonoslo de comer.
Cuando se cansaron decidieron que yo tenía que hacer el reto por qué no había acertado casi nada. Me dieron a elegir entre salir al balcón desnuda, durante 10 minutos, mientras me tenía que acariciar el chocho... O dejarme tocar las tetas y el cochete. Me dijeron que como están empezando conmigo no me meterían dedos, solo un masajito.
Las dos me hacían sentir muy humillada y expuesta, pero tenía que aceptar uno. Preferí que me tocaran todos, ya que no quería que me viera nadie conocido.
Me tumbaron con las piernas separadas. Mientras uno hacia, los demás sujetaban bien mis brazos y piernas. Me pasaban las manos por todo el cuerpo. Alguno me escupió en las tetas para mojarlas. Sentía mucho placer y humillación. Darío restregó su polla en mi chocho. Todos le miraban sorprendidos. Pero no la metió. Yo aprendí bien rápido que tenía que dejarme hacer de todo, sin rechistar, sometiéndome como una buena mujer.
Cuando nos íbamos a ir no dejaron que nos llevaramos las braguitas. Teníamos que volver sin braguitas.
Cuando llegue a casa estaban mi padre y mi tío. Mi tío siempre quería que me sentara en sus piernas. Siempre me acariciaba la piel de mis piernas. Yo como siempre, me senté. Fui moviendo poquito a poco mi culo. Quería encajar su pito entre mis nalgas. Y seguro así descubría si es lo que quiere de mi. Además el es mayor y me puede enseñar para que mis amigos no me hagan daño.
Mi tío se fue al baño, tardaba mucho, así que me fui a mí habitación. Al rato vino mi padre para avisarme de que se tenía que ir y me quedaba a cenar sola con el tito y que no volvería hasta mañana.
Todo fue normal, hasta después de cenar. Me puse el pijama de tirantes y los short, sin nada más. Y nos pusimos a ver una peli en la tele, yo apoye mi cabeza en uno de sus muslos.
Yo: tito, estoy tan cansada que si me quedo dormida no me despertaría ni aunque me aplastará un elefante!
Tito: vaya jajaja, a ver si es verdad. Si te duermes te llevo a la cama en brazos, tranquila.
Me tumbe con las piernas bastante separadas. Al rato me hice la dormida a ver qué pasaba. Mi tío me acariciaba la tripa. También los pechos pero con la ropa. Me subió poco a poco la camisa hasta ver mis pezones. Noté como se le ponía dura.
Después de jugar con mis pezones se incorporó para poder tocarme mejor. Echó a un lado el short. Se sorprendió de que no hubiera braguitas. No me tocó el chochete. Se chupo un dedo y me lo metió en el culo. Yo di un respingo y abrí los ojos, le mire fijamente sin decir nada.
Tito: se buena bonita. - me quedé quieta y sería. El seguía moviendo el dedo en mi culo. - no sé porqué pero creo que no soy la primera persona que te ve así, no putita?
Yo: mis amigos me vieron. -dije asustada.
Acerco su polla a mí boca.
Tito: ya sabes que toca no?
Yo: solo me vieron desnuda y me tocaron un poquito... No sé nada..
Tito: abre y chupa.
El empujó mi cara contra su polla. Luego me soltó. Yo empecé a lamer como si fuera un helado.
Tito: voy a ser bueno si tú eres buena. Hoy no te violare como había pensando. Pretendia abrirte el culo hasta desgarrarlo. Si no cuentas nada nunca y vas siendo buena, haré que los dos disfrutemos de ti.
Hoy me conformo con que te tragues la lefa.
Le sonreí. Empezó a follarme la boca como si no hubiera un mañana. Se corrió en mi lengua y trague. Sabía peor que la de Darío.
Se fue a por un boli. Me lo puso en el ano.
Tito: duerme así. Es pequeño y no molesta. Es una norma.
La tapa del boli tenía una bola más ancha que hacía de tope.
Por la mañana me despertó y me metió y dedo en el culo nuevamente.
Tito: llevo queriendo hacerte esto desde que tienes tres añitos. Nunca encontré el momento. Quiero que sepas que de pequeña te cuide un día que estabas malita. Tenías que tomar un jarabe y decidí "marcar territorio"... Orine en el vaso de tus medicinas. Siempre fuiste muy buena para tomar medicinas. De un solo trago. Me pusiste cachondo que te quería follar ... Pero era peligroso.
Yo: he bebido pipi? Iuhg tito!
Nos reímos juntos. Se masturbaba mientras hablábamos. Bajamos y me puso un bol de cereales. Se corrió ahí. Cereales con leche de hombre.
Tito: algún día quiero hacertelos con meado.
Me daba asco lo del pipi. Pero a la vez me gustaba la sensación que causaba en mi, el que me contará todo eso.
Me acabe los cereales, lamí el plato hasta dejarlo limpito.
Llegó mi padre y me fui a ver a mis amigos.
En parte quería contarles pero no lo hice.
Ese día íbamos a jugar al froti froti. Se trataba de restregar partes del cuerpo.
Tetitas con las manos, con las tetitas de Marta. Manos y culito. Nuestros chochetes. Me gustaba jugar a eso último. Por iniciativa propia frote mi lengua en su cochete. Me pegaron un azote.
Darío: mírala ella la puta! Sigue las órdenes. Ahora te restriego mi polla.
Empezó a restregarmela en la lengua. Luego bajo a mí coñito. Poco a poco empujaba sin dejarlo notar mucho. Yo me quedaba quieta y obediente.
Todos hicieron igual.
Marcos: como has hecho algo sin permiso tenemos que castigarte. A ver si aprendes de Marta que obedece a todo.
Todos se masturbaban bien fuerte. Se iban a correr en mi boquita. No podía tragar hasta que todos se corrieran.
Después me dieron diez azotes cada uno. Y Darío me separó las nalgas. Creo que se dio cuenta de que estaba más abierto.. me escupió en el ano.
Darío: curioso ano tienes. Te metería la polla entera de una vez si mientes... Te has metido algo ahí?
Yo: no... -dije titubeando
Darío: pues tienes el culo mas abierto que otros días... -apoyó su pene en la entrada de mi ano. Me puse tensa.
Yo: mi tío me metió un dedo... Bueno y un boli
Todos a la vez: que!?
Yo: ayer estaba con el tito y me quedé dormida, empezó a tocarme... Y me metió un dedo, yo le obedecí y me quedé quieta.
Darío: no te hizo nada más no? Sigues cerrada?
Yo: solo quiso que me tragara su lefa.
Dani: joder con el tito.
Darío me metió un dedo en el culo sin avisar.
Marcos: ahora que ha sido penetrado un poquito tendremos que ir abriéndolo poco a poco... Pero abriéndolo ya.
También cogieron a Marta, que se mostraba bastante asustada en comparación a otras veces. En parte disfrutaba de verla así. Siempre me humillaban más a mí, a ella siempre le gustaba todo. No es que a mí me gustase pero tampoco me quejaba por un dedo. También me metieron a la vez dedos en el cochete. Hoy no había juego, simplemente se limitaron a abrir nuestros agujeritos. Cogieron nuestras braguitas, y empezaron a meternoslas dentro del coñito.
Se masturbaban. Se corrieron en mi cara e hicieron que Marta lo lamiera todo y se lo tragara.
Nos fuimos a casa con las braguitas dentro del chochete. Con la orden de lamerlas al llegar.
El tito volvería por la noche a estar conmigo porque mis padres volvían a salir.
Tito: te quiero desnuda ya!
Me desnude rápidamente. Me empujó al sofá y empezó a chuparme el chocho. Me cogió del brazo y me llevo al baño. Puso mi cara junto a la taza del vater y empezó a mear en mi cara. Ponía cara de placer.
Tito: dios qué gusto da mearte en la cara preciosa. La próxima vez tendras que abrir la boquita
Yo: pero tito... Eso me da asco...
Tito: o lo haces o te meto la polla en el culo de una. Ya veremos cómo te portas. Ponte en mis piernas, culo en pompa.
Le hice caso. Empezó a masajear mis nalgas, mientras respiraba muy rápido y fuerte. Me dio un azote. Y otro. Empezó a pegarme a modo de castigo por quejarme. Hasta que no se quedo rojo no paró.
Luego me metió un dedo en el culo, pensé que acabaría ahí pero metió otro. Empezó a meter y sacarlo. Me dolía. Pero me sometía.
Tito: te voy a comprar un plug.
Yo: un.. Qué?
Tito: un tapón para el culo. Lo llevarás para dormir y para ir a la calle. Sirve para abrir el culo, se te acostumbrará.
Yo: vale..
Tito: come polla anda, portarte buena, que más te vale
Empecé a chuparsela hasta que se corrió, tragué.
Tito: como castigo, es lo único que vas a cenar hoy.
Me llevó a la cama sin cenar, me hizo dormir desnuda. A la mañana siguiente me desperté sola en casa. Al rato llegó mi tío.
Tito: te traigo un regalo.-me lo dio y lo abrí- es el plug anal, ponte a 4.
Le obedecí, escupió en mi culo y comenzó a empujarlo hacia dentro. Lo dejo ahí y me puso las bragas.
Tito: que quieres desayunar?
Yo: tostadas porfa
El empezó a tostar el pan.
Tito: tostadas con lefa o un vaso de mi meado, que prefieres bonita?
Puse cara de asco y me quedé callada mirándole fijamente esperando que fuera broma. Pero no.
Me dio una bofetada.
Tito: la última vez que me pones una cara así, tendrás las dos cosas.
Empezó a pajearse sobre mi pan. Cuando se corrió lo extendió con un dedo que luego me hizo chupar. Cogió un vaso y se meo en él.
Tito: que aproveche- se sentó en la silla de enfrente observándome.
Yo tenía los ojos llorosos, y el chocho empapado. Era un mezcla extraña de sentimientos.
Cogí el vaso y me lo empecé a beber. Estaba asqueroso y muy fuerte.
Tito: buena chica, que tragoncita estas hecha, ahora la tostada.
La tomé, y empecé a comermela, no estaba tan mal, después del meado.
Tito: has sido buena chica- dijo mientras acariciaba mi cabeza como si fuera un perro.
Me llevo al sofá y me separó las piernas, me empezó a masturbar, muy muy fuerte. Me corrí. Le di las gracias.
Todo este rato con el culito relleno por el plug. Me gustaba llevarlo. Era mejor de lo que esperaba.
Tito: pronto te podré reventar el culo... Que ganas tengo de dejártelo bien abierto.
Le mire con miedo y a la vez curiosidad por como sería. Al rato me vestí porque pronto venian mis padres. El tito no me dejó quitarme el plug.
Tenía que irme así a casa de mis amigos. Me pillarian y seguro que me castigarían. Fui a casa de mis amigos con miedo.
Llegué a casa de Darío.
Darío: el juego de hoy es con los ojos vendados, tenéis que adivinar que tenéis en la boca
Sabía de sobra que le chuparia la polla a todos. Nos desnudaron, siempre debíamos estar bien expuestas para dejarnos tocar o castigar. Al darse cuenta de mi culo relleno se sorprendieron.
Yo: me lo ha puesto mi tito. -dije fingiendo orgullo y muerta de vergüenza.
Darío: así que te está entrenando.
Daniel: hostia, cuánto llevas con el culo penetrado por eso?
Yo: desde esta mañana.
Marcos: que cerda, hace cosas con otro y no la castigamos? Encima de qué íbamos poco a poco... Ella se adelanta.
Erik: obviamente la vamos a castigar. Y para no dejar atrás a Marta deberíamos ponerle el plug a ella, no os parece?
Marta: que!? Pero yo no quiero! Eso debe doler- dijo con voz temblorosa y con los ojos cristalinos.
Darío se acercó a ella, le besó.
Darío: ya sabes que aqui solo importa lo que nosotros queramos bonita -le metió un dedo en el culo mientras Marcos me quitaba del culo el plug. Dolió más que su entrada a mí ano. - te quiero como eres tú, una muñequita obediente... Verdad?
Se quedo callada y paralizada mientras le metían el plug.
Darío: que más te ha hecho tú tío?
Yo: pues.. me comió el coño y...
Darío: cuéntalo todo
Yo: me meo en la cara, me llevo al baño, puso mi cara en el vater y meo, me dijo que a la próxima abriría mi boquita, puse cara de asco y me azotó como castigo hasta dejarme el culo rojo, también me masturbó el culo, me hizo comerle la polla y tragarme su lechita como cena. No me dejó cenar nada más, pues, estaba castigada. Hoy por la mañana me regaló el plug, desayuné tostadas con lefa... Y su meado.
Todos tenían caras para enmarcar. Unos de estar cachondos perdidos, otros de asco...
Darío: Marta va a decidir cómo te castigamos. Puede decidir entre que nos follemos su boca, dejarla ir desnuda a casa, o que se beba nuestro meado. No puede ser que su tío la tenga más sometida que nosotros.
Marta: lo siento... Quiero que te bebas sus meados.
Darío se fue a la cocina a por vasos. 5 vasos donde ellos harian pipí. Y yo tenía que beberlo. Ese era mi castigo. Además de que durante esa semana siempre que estuviera con ellos, tendría que lamerles la puntita, después de que ellos mearan, para limpiarles.
Carlos: pues ya sabes guapa, a tragar todo nuestro meado. Si no lo haces no te vas.
Marta disfrutaba viendo como yo era más humillada que ella.
El castigo lo harían después de que jugáramos. Al final lo que teníamos que hacer era adivinar de quien era la polla que teníamos en la boca. Si no adivinabamos la de alguien, nos tragabamos su leche.
Marta fallo todas menos la de Erik. Yo acerté alguna más, por lo que solo me tragué la de Erik. Se peleaban por correrse antes en la boca de Marta. Yo me mentalizaba para beberme sus meados después.
Mearon y tome el primer vaso, lo más rápido que pude. Después del segundo comenzó a ser más fácil ya que me acostumbraba al sabor.
Después le quitaron el plug anal a Marta y me lo volvieron a poner a mí. Hicieron que Marta chupara las puntitas de sus pollas después de haber meado para mí.
Antes de irme Darío me dijo que tenía que ir a su casa al día siguiente, por la mañana.
Cuando llegue a casa me duche. Me masturbé, estuve metiéndome dedos en el coñito hasta correrme. Luego me quité el plug y me lave bien el anito que se me había quedado más abierto que de normal.
También lave el plug y me puse el pijama, sin braguitas debajo. Fui a cenar con mis padres y mientras estaba sentada separaba las piernas dejando todo bien expuesto como me habían estado enseñando. Tenía unos shorts de pijama, una tela finita. Nadie veía nada a no ser que miraran por debajo de la mesa. Me gustaba la situación. Terminé de cenar, estaba cachonda por haber hecho eso en la mesa, aunque nadie notó nada. Me masturbe nuevamente y me quedé dormida con mi mano en el cochete.
El día siguiente fui a casa de Darío, como me había mandado. Me puse braguitas, una camiseta blanca ceñida que marcaba mis pezoncitos y unos leggings. Me lleve el plug en un bolsito pequeño.
Cuando llegue me desnudo, y me mandó estar quieta, de rodillas con la boca abierta, mientras el orinaba en mi boca. Me tragué todo lo que pude. Me empezó a follar la boca mientras me llamaba puta.
Luego se sentó en la cama, y me puso con el culo en pompa sobre sus piernas. Me azotaba.
Darío: te voy a dar tantos azotes como me de la puta gana. Entérate que me tienes que obedecer a mí. Te pienso desvirgar antes de lo que te había prometido. Ya no iré poco a poco... Este coño y este culo de bebe que tienes, los voy a abrir yo, y no tu tío. Espero que estés contenta.
Empecé a asustarme. Pero no me moví. Quería complacerle. Dejo de dar azotes para empezar a meterme dedos en el chocho.
Darío: quiero que te mees. Quiero que te auto humilles delante de mí. Luego lameras el suelo para dejarlo limpio.
Me tiró al suelo y me puse en cuclillas. Intentaba mear pero no me salía. Le miraba con miedo. El me puso la polla en la boca.
Darío: chupa de mientras.
Empezó a salirme un pequeño chorrito. Cuando termine lo lamí todo.
Me tumbó boca arriba en la cama. Se acercó a mí cara.
Darío: eres muy buena bonita. -me acarició la mejilla- Las niñas buenas tienen premio.
Había cambiado totalmente el tono de voz.
Empezó a lamerme con suavidad los pezoncitos y luego bajó a comerme el coño durante un rato. Mientras me metía tantos dedos cómo podía en mi coño y mi culo.
Darío: y ahora viene tu premio... De niña de puta.
Puso el plug en mi culo, y su polla en mi coño. La frotó como otras veces... Pero esta vez empezó a empujar hacia dentro. Me sujetaba las piernas para que no las cerrara.
Darío: se buena, así .. aguanta... Si te duele es normal, te tienes que aguantar puta...
Yo estaba callada mirándole fijamente. Si me dolía, pero me gustaba aguantar y obedecer. Estaba sangrando pero no importaba. El estuvo un rato quieto, para acostumbrarme. Pero no duró demasiado hasta que empezó a meter y sacar con más fuerza. Me daba pollazos hasta el fondo. Empezó a dolerme tanto que empecé a llorar. El me dio más fuerte aún durante un rato corto. Saco la polla.
Darío: me encanta que ahora seas una puta de verdad.
Me quitó el plug.
Darío: como te has portado bien. Hoy no te abriré el culo. Pero como lo haga tu tío antes que yo, habrá consecuencias entiendes?
Asentí con la cabeza y volvió a entrar en mi coño. Me dio embestidas hasta que se corrió.
Me llevo a la bañera y me lavó él, el culito y el chochito. Lo hacía con cariño. Me secó, y me vistió.
Darío: has sido muy buena. -me acarició como si fuera un perrito. - cuando te abra el culito espero que seas así de buena también. - le sonreí. Me fui a casa. Extrañamente feliz.
Me había acostumbrado a llevar el plug para salir a la calle, para estar en casa y demás. En tito habia venido un par de veces más a casa, pero siguió unos días más tan solo haciéndome comer polla, y tragar lefa y su meado. Me estaba acostumbrando a los sabores, ya no me parecía tan asqueroso, me seguía humillando, pero de una forma placentera.
El tito me invitó a dar un paseo, supuestamente al parque. Me fui con él, siempre con el plug en el culito, sin braguitas y con una faldita y un top blanco que marcaba bien mis pezones.
Me llevo a una casa que yo no conocía. Me presento a un hombre.
Tito: este es Luis. Sabe que te estoy convirtiendo en una buena putita.
Le mire con miedo y sonreí. Luis se empezó a amasar la polla por encima de la ropa.
Tito: me ha pagado para poder utilizarte un poco, tranquila, como mucho le chuparas la polla, estaré delante para que no te haga más de lo acordado. Ya sabes, portate bien.
Mi tío se sentó en un sillon a ver cómo un hombre desconocido usaba mi cuerpo a cambio de unos euros.
El hombre se acercó a mí cara, y me besó metiéndome la lengua hasta la campanilla, de una forma totalmente asquerosa. Me apretaba mis pezoncitos. Me hizo poner de rodillas restregando su polla en mi cara, me la metió y empezó a follar mi boca. Al rato me quitó la poca ropa que llevaba.
Luis: anda... Pero si va sin bragas y con el culo relleno... Qué bien enseñada está está putita.
Me metió 4 dedos en el coñito de una sola vez. Me masturbaba de una forma nada agradable, mientras me ordenó que le comiera la polla.
Al cabo de poco rato se corrió en mi boca. Tragué con muchísimo asco.
Tito: buena chica. -me dio un beso en la mejilla.
No me había gustado nada estar allí. No disfruté en absoluto. Mi tío encima gano dinero con ello.
No le hable en todo el camino, en casa tampoco, salude a mis padres al llegar y me fui a mí cuarto.
Por la tarde fui con mis amigos, aunque casi no tenía ganas, pero a ellos me gustaba obedecerles, aunque me castigarán, me hacían disfrutar con ellos.
Al llegar, Darío había contado que me abrió el coñito el otro día, y por supuesto todos estaban deseosos de probarlo. Me extrañaba el hecho de que ningún chico de quejara de que él hubiera sido el primero, sin preguntar ni nada antes. Pero al fin y al cabo, todos me iban a penetrar. Marta estaba un tanto confusa y asustada porque no sabía si la desvirgarian ese día.
Empezamos comiendo pollas, mientras tenía una en la boca tenía otras dos en las manos, iban rotando. Alguien me quitó el plug, y como la otra vez, se lo pusieron a Marta. Me metían dedos en el coñito y mi culito. Me gustaba estar siendo usada por todos.
Hicieron un sorteo para saber el orden en que me follarian. Me separaron las piernas y marcos empezó a metermela, me daba bien fuerte, me gustaba, aunque su polla era mucho más pequeña que la de Darío. Mientras tenía la polla de Erick en la boca. Marta chupaba y hacía dos pajas simultáneamente. Iban rotando también, me follaron durante 15 minutos cada uno. Ninguno se había corrido.
Darío: te voy a abrir el culo. Luego ellos te follaran también el culito. Tranquila, lo haremos lento y con cuidado. Nos correremos dentro, Marta tendrá que lamer lo que se escurra hacia fuera de lefa, justo después de que cada uno se corra para que tenga que tenga que hacerlo varias veces. Quiero verla bien humillada tragándose la leche de tu culo.-Marta tenía cara de asco pero no dijo nada.
Me puso a cuatro, apoyó su polla en la entrada de mi culo. Antes había echado un escupitajo para lubricar. Empezó a empujar hacia dentro, era muy molesto, pero lo soportaba... Al principio. Cuando entró entera me empezó a doler muchísimo.
La movía lentamente mientras se me saltaban las lágrimas y me costaba respirar. Poco a poco fue follándome más fuerte. Se corrió y sentí como mi culo se llenaba de leche. El sujetaba mis nalgas separándolas para que saliera bien la leche y que Marta me lamiera el culo. Tenía que lamer hasta que le mandarán parar. Mientras le iban metiendo dedos en el coño.
Paró y le llegó el turno a Dani. Mientras metia polla en mi culo me metía dedos en el chochito. Ya no me dolía tanto, la polla más grande era la de Darío. Seguía siendo bastante molesto pero podía aguantarlo.
Así fue con cada uno de ellos, me dejaron el culo abierto y dolorido, Marta me daba los últimos lengüetazos tragándose la leche que salía.
Yo me empezaba a preocupar por si mi tío notaba que estaba más abierto... Me fui a casa pensando en ello y deseando que no estuviera. Tuve suerte, y no estaba, me fui a duchar, me lave bien y dejé el chorro de agua fría apuntando a mí culito.
Al acabar fui a cenar, luego a mí habitación, volví a colocarme el plug, está vez para dormir con él.
Continuará...