Pensandote...

Hoy como siempre he despertado recordándote, añorándote, sintiéndote en cada rincón de mí ser. Necesitando las caricias de tus manos, de tus labios...anhelando sentir la tú saliva empapando mi piel, mientras tu piel se funde con la mía.

Hoy como siempre he despertado recordándote, añorándote, sintiéndote en cada rincón de mí ser. Necesitando las caricias de tus manos, de tus labios...anhelando sentir la tú saliva empapando mi piel, mientras tu piel se funde con la mía.

A veces hasta duele desearte, duele el calor y la necesidad que recorre mi cuerpo, que se acumula entre mis piernas haciéndose insoportable, hasta el punto en el que mi mano, mis dedos, tras deslizarse por mi piel enfebrecida terminan entre mis muslos, dispuesta a aliviar el ardor que provocas en mí cuando te pienso.

Y mientras mis dedos recorren mi pubis, se cuelan entre los pliegues calientes de mi carne anhelante, pienso en ti, en las ganas de tenerte, en la ambición de que me ames...

Y mis dedos recorren mi rajita ya más que dispuesta, mientras sueño boca abajo en mi cama que estas en ella, que estoy retorciéndome sobre tu cuerpo cuan serpiente trepando por tu piel sudada, sueño que mi lengua lame esa humedad que desprendes mientras tus manos acarician mi culo, instándolo a seguir meneándose, mientras abajo, tu erección no para de crecer, de endurecerse al contacto con mi sexo.

Mis dedos juguetean hábiles, porque conocen el espacio a tratar, porque conocen mis anhelos, porque saben que deseo, porque ellos saben cómo lo harías tú si estuvieras conmigo.

Entonces sueño porque no, que deslizo mis rodillas por tus caderas y las apoyo en el colchón abriéndome, dejando que tu polla dura encuentre el camino, mientras te doy el último lametón, mientras mi lengua trepa tus tetillas y tú suspiras, antes de pedirme con voz ronca:

—Clávatela putita, fóllate mi polla

Y como soy tu puta, tu amante, tu hembra...enteramente tuya...meneo ligeramente las caderas y, tu miembro encuentra el camino, tus caderas se elevan, mi cuerpo baja y, poco a poco sin prisas nos acoplamos, mientras mis manos apoyadas en tu pecho, son mi sustento, tus ojos mis ganas, tu polla mi locura...

—Si mi niña, muévete –pides aferrado a mis caderas

Fuera de mi habitación llueve, pero en mi cama se desata la tormenta, porque siempre es así mi amor, siempre que te pienso mi cuerpo arde, mi mente vuela, y el deseo es insoportable...

Me gusta arder en esa hoguera que provocas, que siempre has provocado desde el primer día, tu voz, tus labios, tu mirada...me inclino para saborear esos labios y noto tu barba en mi cara, veo tus ojos, tu mirada encendida cuando mi coño aprieta tu polla...y sé que quieres más, por eso subo las rodillas y donde estas se apoyaron, ahora apoyo los pies planos y dejo tu pecho para asirme al cabecero, mientras tu miras mis tetas encendido, me clavo con fuerza en tu mástil, cabalgo con ganas mi mejor montura, mientras tus jadeos y los míos llenan la habitación.

Te follo con fuerza, con ganas mientras tus manos amasan mis pechos bamboleantes y tus dedos terminan pellizcando y retorciendo mis pezones.

—vamos nena, llévanos donde tú sabes...

Y te llevaría donde pidieras, porque estoy dispuesta a dártelo todo, porque siempre lo estuve incluso cuando no pedias nada...no dejo de subir y bajar golpeando nuestros cuerpos mientras tu acentúas cada golpe subiendo las caderas mi ritmo y cuando lo hacemos me restriego con tu pubis, me balanceo, me froto obscenamente contigo, mirándote, buscando la cima...

—Voy a correrme –te digo entre dientes, temblando

—Hazlo putita, córrete para mí y juro llenar tu coñito de semen

No necesito más, sabes que soy adicta a el tanto como a ti, mi cuerpo tiembla, subes las caderas, yo bajo las mías, nos encontramos salvajemente y mi cuerpo estalla. Mientras tiemblo tus manos en mis tetas me sustentan, pero terminan en pocos segundos en mis caderas con los últimos coletazos de mi orgasmo y es entonces cuando aúllas, cuando el calor del tuyo llena mi vientre, cuando veo el placer en tu mirada y sigo frotando mi coño en tu pubis y tú sigues gimiendo, sigues vaciándote...

—Me corro, me corro –vuelvo a gemir sin fuerzas, sorprendida de nuevo por el placer

Tus dedos dejan de aferrar mis caderas y tus manos me tumban sobre tu pecho, oigo tu corazón al galope, siento de nuevo la humedad de tu piel caliente mientras tu polla sale de mi cuerpo, tu esencia resbala entre ambos.

No me movería de tu pecho, pero necesito saborearnos y además sé que te encanta, por lo que vuelvo a deslizarme por tu cuerpo y termino entre tus piernas, mientras tú apoyado en tus codos miras vicioso como mi lengua limpia cualquier resto de tu polla con afán.

—Sabes que me encanta que seas una golfita tan limpita ¿verdad? –dices con una sonrisa sexi y malvada

Cuando me coloco a tu lado para lamer bien tus huevos, tiras de mí y terminas colocándome sobre ti, al revés, mi coño sobre tu cara y al momento noto tu barba en mi sexo, tu lengua entre los pliegues de mi sexo...y vuelvo a perder la cabeza amor, vuelves a encender la hoguera que jamás termina de apagarse en tu presencia.

Apenas puedo aferrarme a tu sexo, le doy pequeñas lamiditas, jadeo y suspiro sobre el mientras comes mi coño con maestría, me enloquece saber que lames tu semen de el, que disfrutas del sabor de nuestros orgasmos, y poco a poco vuelves a colocarme al borde del abismo.

Tu polla llena mi boca, mientras me corro de nuevo y tú subes de nuevo las caderas hasta llegar a mi garganta mientras tiemblo, lamiéndome sin parar...

Apenas te cuesta hacerme a un lado, tras dos orgasmos con tu boca, me colocas boca abajo en la cama y a pesar de no poder con mi cuerpo se lo que quieres y, un escalofrío de placer recorre mi columna, mientras tomas posiciones bajando de la cama, yo subo solo el culito, tu aferras mis caderas soltando esa risa ronca tan sexi que tienes, tu polla se clava de un sola estocada en mi vagina, lloriqueo de placer mientras me follas a romper unos minutos. Disfruto como una loca a sabiendas que mi coño no es tu objetivo, como así descubro cuando apoyas el glande en mi ano, te gusta así, sin preámbulos, quieres que te sienta y sé que no vas a tener prisas, pero solo quieres ahí tu polla.

Ayudado con dos dedos haces fuerza y tu capullo entra a regañadientes, un poco más, gruñimos los y los dos nos encanta ese parte en la que cuesta, en la que mi cuerpo se adapta a ti.

Finalmente vences la primera barrera con esfuerzo, y me das una fuerte palmada en el trasero, dura. El calor de la palma me abrasa, pero al momento esa misma mano, me acaricia mitigando el dolor de ese azote, pero esperando el siguiente que no tarda, más fuerte, más contundente y en el mismo sitio. Mis ojos se llenan de lágrimas, tu polla entra un poco más haciendo que mi culo también arda, mientras ahora tocan caricias, paras de penetrarme y vuelves a azotar mi culo, solo cuando acaricias dilatas mi ano con tu polla, es una mezcla de sensaciones que me llevan al nirvana. Hasta que estas todo dentro, y tus huevos golpean mi cuerpo, entonces paras e inclinándote pegas tu pecho a mi espalda, aferras mis tetas colgando y las caricias, las aprietas...las retuerces y empujas más tu rabo en mi interior, tiras de mis pezones y empujas más, te mueves, me abres, tiras, retuerces...ufff me vuelves loca.

Pero sonrío entre el dolor que me provocas porque tu respiración entrecortada me indica que el camino no es gratis para ti, estas cachondo, muy excitado, apenas te mueves en mi culo porque estas a punto de correrte, porque te pone a mil castigarme y cuando más me castigas más te excita, y mi sumisión hace que te sea insoportable reprimirte...

Aprieto tu polla y tiras más fuerte castigándome por ello, azotas mis muslo por fuera, me coges por las caderas y me la clavas con fuerza. Sé que no puedes más y meto mi mano entre mis piernas.

—no pares, no dejes de follarme, voy a correrme, por favor, por favor –suplico a sabiendas que estas al limite

Tus dedos se clavan en mi carne, tu polla entra y sale a matar sin importarle morir en el intento, gemimos, aullamos...y eres el primero, el semen quema en mis entrañas mientras mi cuerpo convulsiona con mi último y maravilloso orgasmo.

Saco mis dedos de mi sexo empapado... de mis bragas mojadas y te pienso amor, como te extraño, como quisiera que estuvieras aquí, conmigo...

A veces hasta duele desearte, duele el calor y la necesidad que recorre mi cuerpo, que se acumula entre mis piernas haciéndose insoportable, hasta el punto en el que mi mano, mis dedos, tras deslizarse por mi piel enfebrecida terminan entre mis muslos, dispuesta a aliviar el ardor que provocas en mí cuando te pienso.

Y mientras mis dedos recorren mi pubis, se cuelan entre los pliegues calientes de mi carne anhelante, pienso en ti, en las ganas de tenerte, en la ambición de que me ames...

Y mis dedos recorren mi rajita ya más que dispuesta, mientras sueño boca abajo en mi cama que estas en ella, que estoy retorciéndome sobre tu cuerpo cuan serpiente trepando por tu piel sudada, sueño que mi lengua lame esa humedad que desprendes mientras tus manos acarician mi culo, instándolo a seguir meneándose, mientras abajo, tu erección no para de crecer, de endurecerse al contacto con mi sexo.

Mis dedos juguetean hábiles, porque conocen el espacio a tratar, porque conocen mis anhelos, porque saben que deseo, porque ellos saben cómo lo harías tú si estuvieras conmigo.

Entonces sueño porque no, que deslizo mis rodillas por tus caderas y las apoyo en el colchón abriéndome, dejando que tu polla dura encuentre el camino, mientras te doy el último lametón, mientras mi lengua trepa tus tetillas y tú suspiras, antes de pedirme con voz ronca:

—Clávatela putita, fóllate mi polla

Y como soy tu puta, tu amante, tu hembra...enteramente tuya...meneo ligeramente las caderas y, tu miembro encuentra el camino, tus caderas se elevan, mi cuerpo baja y, poco a poco sin prisas nos acoplamos, mientras mis manos apoyadas en tu pecho, son mi sustento, tus ojos mis ganas, tu polla mi locura...

—Si mi niña, muévete –pides aferrado a mis caderas

Fuera de mi habitación llueve, pero en mi cama se desata la tormenta, porque siempre es así mi amor, siempre que te pienso mi cuerpo arde, mi mente vuela, y el deseo es insoportable...

Me gusta arder en esa hoguera que provocas, que siempre has provocado desde el primer día, tu voz, tus labios, tu mirada...me inclino para saborear esos labios y noto tu barba en mi cara, veo tus ojos, tu mirada encendida cuando mi coño aprieta tu polla...y sé que quieres más, por eso subo las rodillas y donde estas se apoyaron, ahora apoyo los pies planos y dejo tu pecho para asirme al cabecero, mientras tu miras mis tetas encendido, me clavo con fuerza en tu mástil, cabalgo con ganas mi mejor montura, mientras tus jadeos y los míos llenan la habitación.

Te follo con fuerza, con ganas mientras tus manos amasan mis pechos bamboleantes y tus dedos terminan pellizcando y retorciendo mis pezones.

—vamos nena, llévanos donde tú sabes...

Y te llevaría donde pidieras, porque estoy dispuesta a dártelo todo, porque siempre lo estuve incluso cuando no pedias nada...no dejo de subir y bajar golpeando nuestros cuerpos mientras tu acentúas cada golpe subiendo las caderas mi ritmo y cuando lo hacemos me restriego con tu pubis, me balanceo, me froto obscenamente contigo, mirándote, buscando la cima...

—Voy a correrme –te digo entre dientes, temblando

—Hazlo putita, córrete para mí y juro llenar tu coñito de semen

No necesito más, sabes que soy adicta a el tanto como a ti, mi cuerpo tiembla, subes las caderas, yo bajo las mías, nos encontramos salvajemente y mi cuerpo estalla. Mientras tiemblo tus manos en mis tetas me sustentan, pero terminan en pocos segundos en mis caderas con los últimos coletazos de mi orgasmo y es entonces cuando aúllas, cuando el calor del tuyo llena mi vientre, cuando veo el placer en tu mirada y sigo frotando mi coño en tu pubis y tú sigues gimiendo, sigues vaciándote...

—Me corro, me corro –vuelvo a gemir sin fuerzas, sorprendida de nuevo por el placer

Tus dedos dejan de aferrar mis caderas y tus manos me tumban sobre tu pecho, oigo tu corazón al galope, siento de nuevo la humedad de tu piel caliente mientras tu polla sale de mi cuerpo, tu esencia resbala entre ambos.

No me movería de tu pecho, pero necesito saborearnos y además sé que te encanta, por lo que vuelvo a deslizarme por tu cuerpo y termino entre tus piernas, mientras tú apoyado en tus codos miras vicioso como mi lengua limpia cualquier resto de tu polla con afán.

—Sabes que me encanta que seas una golfita tan limpita ¿verdad? –dices con una sonrisa sexi y malvada

Cuando me coloco a tu lado para lamer bien tus huevos, tiras de mí y terminas colocándome sobre ti, al revés, mi coño sobre tu cara y al momento noto tu barba en mi sexo, tu lengua entre los pliegues de mi sexo...y vuelvo a perder la cabeza amor, vuelves a encender la hoguera que jamás termina de apagarse en tu presencia.

Apenas puedo aferrarme a tu sexo, le doy pequeñas lamiditas, jadeo y suspiro sobre el mientras comes mi coño con maestría, me enloquece saber que lames tu semen de el, que disfrutas del sabor de nuestros orgasmos, y poco a poco vuelves a colocarme al borde del abismo.

Tu polla llena mi boca, mientras me corro de nuevo y tú subes de nuevo las caderas hasta llegar a mi garganta mientras tiemblo, lamiéndome sin parar...

Apenas te cuesta hacerme a un lado, tras dos orgasmos con tu boca, me colocas boca abajo en la cama y a pesar de no poder con mi cuerpo se lo que quieres y, un escalofrío de placer recorre mi columna, mientras tomas posiciones bajando de la cama, yo subo solo el culito, tu aferras mis caderas soltando esa risa ronca tan sexi que tienes, tu polla se clava de un sola estocada en mi vagina, lloriqueo de placer mientras me follas a romper unos minutos. Disfruto como una loca a sabiendas que mi coño no es tu objetivo, como así descubro cuando apoyas el glande en mi ano, te gusta así, sin preámbulos, quieres que te sienta y sé que no vas a tener prisas, pero solo quieres ahí tu polla.

Ayudado con dos dedos haces fuerza y tu capullo entra a regañadientes, un poco más, gruñimos los y los dos nos encanta ese parte en la que cuesta, en la que mi cuerpo se adapta a ti.

Finalmente vences la primera barrera con esfuerzo, y me das una fuerte palmada en el trasero, dura. El calor de la palma me abrasa, pero al momento esa misma mano, me acaricia mitigando el dolor de ese azote, pero esperando el siguiente que no tarda, más fuerte, más contundente y en el mismo sitio. Mis ojos se llenan de lágrimas, tu polla entra un poco más haciendo que mi culo también arda, mientras ahora tocan caricias, paras de penetrarme y vuelves a azotar mi culo, solo cuando acaricias dilatas mi ano con tu polla, es una mezcla de sensaciones que me llevan al nirvana. Hasta que estas todo dentro, y tus huevos golpean mi cuerpo, entonces paras e inclinándote pegas tu pecho a mi espalda, aferras mis tetas colgando y las caricias, las aprietas...las retuerces y empujas más tu rabo en mi interior, tiras de mis pezones y empujas más, te mueves, me abres, tiras, retuerces...ufff me vuelves loca.

Pero sonrío entre el dolor que me provocas porque tu respiración entrecortada me indica que el camino no es gratis para ti, estas cachondo, muy excitado, apenas te mueves en mi culo porque estas a punto de correrte, porque te pone a mil castigarme y cuando más me castigas más te excita, y mi sumisión hace que te sea insoportable reprimirte...

Aprieto tu polla y tiras más fuerte castigándome por ello, azotas mis muslo por fuera, me coges por las caderas y me la clavas con fuerza. Sé que no puedes más y meto mi mano entre mis piernas.

—no pares, no dejes de follarme, voy a correrme, por favor, por favor –suplico a sabiendas que estas al limite

Tus dedos se clavan en mi carne, tu polla entra y sale a matar sin importarle morir en el intento, gemimos, aullamos...y eres el primero, el semen quema en mis entrañas mientras mi cuerpo convulsiona con mi último y maravilloso orgasmo.

Saco mis dedos de mi sexo empapado... de mis bragas mojadas y te pienso amor, como te extraño, como quisiera que estuvieras aquí, conmigo...