Pensando en una ilusión
Llego a casa, cansado del trabajo, me miro al espejo y veo como han pasado los años. Decido meterme a la ducha para relajarme.
Dejo caer el agua sobre mi cuerpo y al enjabonarme mis manos recorren mi piel y no puedo dejar de tocarme mis testículos y mi pene. Siento las ganas de masturbarme, pero me recuerdo que ya no tengo erección como antes.
Sólo logro que crezca unas cuatro pulgadas. No he tenido relaciones por mucho tiempo. A pesar que no se endurece, lo sigo acariciando, jalando y sobando con mis manos.
¡Qué rico se siente!
Cierro mis ojos y sueño con una fantasía, pienso en una ilusión. Sigo en la ducha, acariciándome y pierdo la noción del tiempo. Tengo ganas de estar con alguien y pienso en una mujer que me atraiga, que no sea egoísta. Algo que deseo, pero no he podido tener. Estoy muy excitado, me imagino su boca, sus labios, mi lengua sobre su cuello. Siento en mis manos que estoy teniendo una erección vital, brutal. No quiero abrir mis ojos para no desilusionarme. No alcanzo ver la cara de la dama que está en mi pensamiento. Pero al mirar hacia sus pechos. Mi boca se dirige hacia ellos, mordisqueo sus pezones, los succiono, y los masajeo con mis manos.
En mi cerebro escucho sus gemidos de placer. Eso me excita más, recorro su cuerpo con mis dedos y saboreo su cuerpo y su sudor.
Jugueteo con su clítoris...ella está mojada...mis dedos resbalan entre su vagina, y siento que desea ser penetrada, pero prefiere esperar. Me está disfrutando. Siento su respiración, ella toma mi mano y dirige la estimulación a su clítoris. Está muy excitada, lujuriosa, sensible, mojada, palpitante.
Siento que toma mi pene en sus manos y se acomoda para besarme la punta. Lame lentamente y prepara mi verga para el momento deseado.
Siento que la penetro suavemente. El agua de la ducha es cada vez más embriagante, la fantasía está llegando a su fin, la excitación es fuerte, mis manos empiezan a moverse cada vez más rápido, cierro mis ojos, me agarró con fuerza, gimo de placer y siento que me vengo dentro de ella y veo su cara de placer ya que ambos tenemos un orgasmo al mismo tiempo.
AHHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHAHA
Caigo al piso de la regadera. Sigo soñando. Siento que cierro la llave de la ducha. Ni siquiera me seco. Preparo una copa, salgo en toalla a la terraza, hay luna llena y sigo pensando en ella.
Pongo música de fondo, enciendo unas velas, pero suena el timbre, llaman a la puerta, abro y veo que es ella, la de mis sueños.
Lleva una falda negra, un a blusa roja ajustada, puedo ver sus pechos... redondos, sabrosos, sus hombros descubiertos tostados por el sol...y ardientes por el deseo de tenerme, de sentirme.
La invito a pasar. Le ofrezco una copa de vino. La música está sonando y la invito a bailar y empiezo con el juego de la seducción. La siento en el sofá. Preparo unos bocadillos, una copa más. Me acerco a ella para brindar y le doy en su boca algo de comer.
La miro a los ojos y acerco mi cara hacia su mejilla, mientras le voy susurrando dulces palabras.
Cariño, desde hace tiempo que te he esperado. Has tardado mucho. Pero ya estás aquí. La noche es eterna, hagámosla nuestra.
Ella corresponde con besos muy dulces.
Hazme tuya. Para eso estoy aquí. Para sentirme atrapada en tus brazos y sin tener ganas de escapar de ti.
Ella toma mis manos y hace que le acaricie sus pechos. Mientras me besa en la boca. Con mis manos le quito el sostén.
Los dos nos vamos desprendiendo de todo lo ceñido a nuestros cuerpos. Seguimos ese rito al ritmo de la música y al sabor del licor que ha inundado nuestro cerebro. Estamos los dos desnudos y ella se pega a mí, para hacerme sentir sus pechos. Estamos ardiendo de deseo. Nuestras bocas no dejan de unirse, de saborearnos, vamos besándonos, como teniendo prisa por amarnos, pero queremos disfrutar ese momento que queremos hacerlo eterno. Entramos en un ritmo tierno, dulce. Bajo hasta su cintura. Mi deseo aumenta. Noto que está húmeda. Continúo recorriendo con mi boca su cuerpo. Oigo su gemido la estoy volviendo loca. Ella se arrodilla y busca mi pene y con su lengua lo lame. Lo saborea dulcemente mientras acaricia mis huevos.
Estas tremendamente sabroso...cielo que rico sabor, me dice. Se la mete en la boca suavemente, mientras mis dedos alcanzan tu parte de atrás, me humedezco los dedos y mientras ella me saborea, despacito, le penetro con mis dedos
Amor estas tremendo..., me dice. El ritmo se acelera otra vez, gemimos, necesitamos fundirnos. La agarro de las caderas de las caderas. Para de mamar y se endereza para tirarnos al sofá. Ella logra tomar control de la situación y me pide que me ponga encima de ella, para demostrarle mi poder. Lo hago.
Sus nalgas se cierran y se abren mientras voy introduciendo mi pene.
Se abre más para dejarme entrar con suavidad, me aprieta. Sus jugos dejan que mi pene se introduzca por entero.
Nos miramos los dos. Esas miradas de placer. Esos gemidos que nos matan y que nos hacen enloquecer... Ella da un grito con fuerza ya que su orgasmo ya esta cerca, algo que no se puede evitar. Yo meto saco con fuerzas que no sé de dónde han salido, hasta que ambos explotamos a la misma vez.
AHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAH
Estamos los dos exhaustos...sudorosos, envueltos en nuestros brazos...respirando casi sin aliento, notando nuestros corazones palpitando...con fuerza...y nos dormimos...arropados por la luna y las estrellas.
Al despertar nos miramos. Nos vamos a la ducha. Los dos pensamos lo mismo. Bajo el agua ella toma mi verga y la empieza a mamar, succionar. Y después de un buen rato ella recibe chorros de mi leche en su boca.
Cerramos la regadera, y ella me lleva hasta la cama. Secamos nuestros cuerpos. Sin poder creerlo, ella logra que mi verga se ponga erecta de nuevo y me pide que le lubrique el ano.
Lo hago con mi lengua y mi saliva. Ella gime de placer y se pone en posición 69 para que mi verga y humedece mi verga para que entre bien mojadita en su culito.
Se coloca en cuatro. Toma mi verga y se la acomoda. Yo simplemente ayudo y empujo lentamente. Pulgada por pulgada. Hasta que entra todo hasta el fondo.
Ella aprieta sus nalgas y empieza a moverse sintiendo mi miembro dentro de ella. Yo empujo y saco, empujo y saco. Hasta que ella me dice:
Dale papá. Dame tu leche papacito .La quiero toda.
Me pide más, más, más, más y los dos nuevamente reventamos.
AHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHAHAHAHAH
Nos incorporamos y con un trapo ella limpia mi verga y empieza a succionar las gotas de semen que quedaron dentro. Y así nos quedamos dormidos.
El agua de la ducha me despierta de mi sueño. El más sabroso en mi vida de impotente.
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AKA: VIAGRAMAN.