Pensamientos de sumisa ardorosa

Escuche, por favor, los aullidos de su perra en celo. Escuche, por favor, los aullidos de su perra en celo.

Pensamientos de sumisa ardorosa

Mi alma de sumisa se rebela, se revuelca y se consume por el deseo.

¡¿Dónde está mi Amo?!

La esclava que deseo ser está deseosa de desnudar completamente su timidez y ofrecerle a su Señor la primicia de sus pudores y ofrendas.

Mi Dueño, escuche al viento, que lleva consigo mis lamentos, que grita su nombre insistente y angustiosamente.

Escuche, por favor, los aullidos de su perra en celo.

De jóven me imaginaba sometimientos, de adolescente me deleitaba recreándolos, de mayor me olvidé completamente de que existía este mundo privado de fantasías, y viví una existencia moribunda, exenta de placeres carnales y afectivos.

Ahora, como mujer madura, libre y sabedora de lo que quiere mi cuerpo y mi corazón, sin dejarme caer en la promiscuidad, pienso, deseo y siento lo que siempre estuvo en estado latente dentro de mi ser.

Pienso en la cantidad de sensaciones que me quedan por descubrir junto al hombre a quien ofrezca mi libertad, completamente convencida de que será la mejor de las elecciones que haya hecho en mi vida.

Me entregaré libremente a mi Dominador, y sé que me hará gozar y sufrir, a ese ser que sé que me hará llorar de desesperación y reir de dicha, al que tentará todos y cada uno de mis límites para hacerlos caer, al que me resguardará como a su más preciado tesoro, y me hará crecer como a su sierva, y como una mujer realizada orgullosa de saborear con Él las mieles del deseo, la lujuria y la perversión.

Deseo tener mi boca en su mano y besar dulcemente el dorso de ésta, en señal del respeto que me inspirará; mi boca en sus pies, como signo de sumisión, porque así me sentiré a su lado, pequeña, diminuta, una miserable partícula, pero capaz de volar hasta lo más alto con un simple soplo de su aliento; mi boca en su boca, porque sé que le amaré, con la mayor de las intensidades que haya podido experimentar jamás.

Siento en mi pecho la llama que empieza a quemarme, el fuego que hace arder mis entrañas, la sinrazón de mis ansias, el dolor de su eterna ausencia y la opresión del yugo que atenaza mi sensatez.

Siento su presencia cercana, siento su mirada en el infinito.

Siento, le siento y todo mi cuerpo tiembla, mi Amo.

maddy