Peligros de tomar el sol
Tomar el sol en mi balcón tiene alguna sorpresa
Aquella mañana me habia levantado con muchas ganas de tomar el sol. Estaba sola en casa. Mi marido estaba trabajando y los niños en el colegio. Había tenido una lesión de rodilla y estaba recuperándome.
A las 11 salí a la terraza. Como era un día laborable imaginé que no habría mucha gente en los balcones de enfrente de mi casa, por lo que decidí ser un poco atrevida. Me puse un tanga diminuto de color blanco que únicamente me tapaba mi coño. Como lo llevaba completamente depilado estaba todo bien recogidito.
No llevaba sosten. Estiré la toalla en la hamaca. Empecé a frotarme el cuerpo con la crema solar. Eso ya hizo que mis pezones se pusieran duros. Además el sol me pone muy caliente. El calor, hace que mi cuerpo se excite, se caliente en todos los sentidos.
Cuando tenía la piel bien untada con la crema me estiré a tomar el sol de cara. Al poco rato empece a acordarme del último polvo que habíamos tenido mi marido y yo. Fué realmente muy gozoso. Los niños estaban en una fiesta de aniversario y aprovechamos la tarde para jugar.
Eso hizo que mis manos se desplazaran por mi cuerpo acariciándome. Me encanta que me acaricien y acariciarme yo misma.
Poco a poco mis manos se acercaron al tanga. Pasaba mis dedos cerca de la tela, pero sin tocarla. Al final introduje un dedo debajo. Noté como mi clitoris estaba hinchado y como mis jugos estaban empezando a lubricar mi rajita. Sin abrir los ojos me empece a acariciar. Tenía muchas ganas de sexo.
Mi mano se movia suavemente por mi clitoris, mientras con la otra me pellizcaba un pezón. Uffff , mi temperatura era excesiva. Me introduje un dedo en mi coño, después dos, después tres….estaba empapada, no tarde nada en tener un orgasmo descomunal.
Todo mi cuerpo se arqueó y un fuerte espasmo recorrió todo mi cuerpo.
Al momento oí unos aplausos. Abrí los ojos y frente a mi, en la terraza justo enfrente de mi casa había dos hombres. Eran como una aparición. Eran fuertes, altos. Llevaban los dos una camiseta de tirantes y bermudas. Era evidente que estavan trabajando en alguna reparación.
Me quedé mirándolos… y lejos de esconderme empecé a pasarme un dedo por mis labios. Aquel juego podía estar bien. Ellos al otro lado de la calle, en el edificio de enfrente y yo con la protección de mi casa. Seguí acariciándome y ellos tenían los ojos que se les salían de las órbitas.
Observé como en sus bermudas se observaban unos bultos más que considerables. Seguí con mi juego. Eso hizo que uno de ellos, el mayor, se sacase una verga enorme. Se veia lubricada y empezo un vaiven arriba y abajo. Ufffff ,que gorda era. Su compañero, algo más joven le siguió. Se saco también un buen aparato. No se veia tan grueso pero si más largo.
Ver a dos hombres guapisimos masturbarse delante mio me tenia loca. No paraba de tocarme y volvía a tener dos dedos dentro de mi agujero mientras con la otra mano me pellizcaba el clitoris. Dios ,aquello era genial , iba a venirme uno de los orgasmos más potentes de mi vida.
Cuando llegué al orgasmo me levanté y les hice señas para que vinieran. Les indiqué con señas el piso. Vi como recogian sus miembros en sus pantalones y salian corriendo.
Entré en casa y me puse una bata bastante transparente. En un minuto sonó el timbre. Los dos hombres estaban en la puerta de mi casa. Les abrí. Les hice pasar. Estaban los dos quietos en el recibidor de mi casa. Yo me habia puesto también unos zapatos de talón alto para realzar más mi cuerpo. Me acariciaba delante de ellos. Se sacaron sus aparatos. De cerca aún parecían más grandes.
Me puse de rodillas. Se la cogí al más joven y me la introduje en la boca. Que buena era. Temnia un sabor increible. Mientras tanto, al mayor le cogia su miembro y lo movia. La tenia como una piedra,
Estuve así un buen rato. Incluso llegué a colocarme como pude las dos en mi boca. Estava en celo. Necesitaba pollas.
Los hice entrar en mi habitación. La habitación donde cada noche duermo con mi marido. Se desnudaron rápidamente, confirmando que los dos tenían un cuerpo trabajadísmo. Un de ellos me cogió, me arrancó la bata y me tiró en la cama. Me abrió de piernas y empezó a comerme el coño. Que bien lo hacía. Tenía una lengua incansable. Me mordia, me lamia, me introducia sus dedos en mi coño, en mi culo.
Mientras tanto, el otro se habia puesto de rodillas en la cama con la polla muy cerca de mi cara. Chupaba y chupaba. Era el mejor polvo de mi vida.
Me volví a correr en la boca de mi semental. El que se la estaba chupando se tendió en la cama. Me puse sobre el de espaldas y me la fuí introduciendo. Era lo máximo. Notar aquella polla entrar en mi coño, con lo necesitada que estaba fué genial. Cuando llegó a mi final, la impresión hizo que me corriera de nuevo….Empecé a montar. Me gusta saltar encima de un hombre.
En un momento me dió la vuelta y me quedé encima de él. Me besaba los labios Nos mojabamos la boca, las lenguas eran armonía en movimiento. En ese momento noté como el compañero me acariciaba el culo. Ya casi me habia olvidado de él. Me acariciaba el ojo del culo. Me ponia saliba. Tenía claro que quería. De golpe introdujo su capullo en mi culo. Al principio me dolió, pero fué entrando suavemente. Su compañero paró el movimiento como para facilitar su entrada. Al final dió un golpe que me partió en dos. Tenia dos pollas enormes dentro de mi……
No les costó nada acompasar el ritmo para darme un placer indescriptible. No sé los orgasmos y el rato que estuvieron follandome, pero aquellos sementales no paraban. Al final note como el que me tenia penetrado el culo soltaba toda su leche dentro de mi. Ese calor hizo que me viniera el enésimo orgasmo y a su vez provocó que el que me perforaba el coño soltara toda su carga.
Caimos rendidos en la cama. Sin salir de mis agujeros….
Se ducharon. Se vistieron y me dijeron que estarían una semana para terminar las reparaciones de la casa de enfrente. Era una invitación a volver… Al dia siguiente vinieron a desayunar.